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FusIóN

NEUROTIK

Vol ii
La
libertad
es
ella
en
movimiento.
Líneas que mi padre jamás
escuchara a través de las palabras
escritas cunado le cedí mi voz
estrepitosa.
Cómo hago
para que el tiempo
arda y deshaga la miseria
y desdibuje del rostro
la carencia antihumana?
¿Será que soy la pertenencia
sujeta a las sombras
coqueteando en el filamento
entre lo efímero y lo
estático?
¿Será que soy la hacedora del
momento en que el tiempo
empieza a rozar con el infinito cuando
pido pausa?
¿o acaso seré el deslizamiento
sutil en la agonía de un pétalo
prematuro
en la tibieza de un rayo de sol en
estaciones -0° ?
Siempre a un click de vos.
Nunca un send.
El hilo conductor:
la palabra en mute.
Escribo hasta que me sangren los dedos
escribo porque reconozco la vitalidad en la
exactitud de la palaba,
porque la grieta se dilata cada vez más
cuando minuciosa me acerco
con el estandarte que desborda de palabras
aun no escritas.
Y como devoradora de que soy,
en un arrebato las hago mías, las estrujo,
luego las escupo con fervor en el sendero
donde marcamos con fiereza nuestro
territorio las huérfanas con puño en lo alto
en esta vertiginosa incertidumbre para al
menos romper con la frialdad circundante y
hacer a partir de este instante un singular
camino hacia el signo indescifrable.
La textura de tu sombra
no pasa desapercibida
en la oscuridad.
Creí que todas las esperas eran una
perdida lenta, que se fumaba en
bocanadas al tiempo, hasta que el frio
fuera de tu abrigo, caducó en la cuen-
ta regresiva, al borde del punto de
encuentro. El abrazo misceláneo nos
mantuvo lejos de pasados abrazos
gélidos por WhatsApp.
De la más brillante aventura
vertiginosa, pasamos a los puntos
suspensivos que se deshacen en la
caída temprana cual cebo de una vela
en medio de un salón vacío,
decorando el festival
de los muertos vivos.
El zumbido en la cámara que
capturó el momento exacto
de tu ausencia, hoy se
estrella en la mirilla fina de
mis ojos a contraluz.
Que tome cordura por única vez
las líneas que tengo sedientas y
anudadas en las papilas gustativas
que saben a hierro. Que al alzarse
el mentón, los puños aguerridos
den forma al linaje agonizante,
advirtiendo la tormenta a
contramano, dejando la huella ad-
misible en la maleza indestructible
para quienes seguimos los mismos
senderos marcados a fuerza de
generaciones ancestrales.
Dejaste en mí, el registro que
prevalecerá en forma de cenizas
que se deshacen con la suavidad
de nuestras yemas luego de haber
probado bocanadas de tu libertad
desnuda que hoy te caracteriza, te
trae, te aleja, te vuela.
La cuenta regresiva se deshace con
el tiempo entre las manos
Se sincroniza la llegada en el punto
de encuentro.
Dejo registro del fuego en la carne
electrificada.
No hay soledad que me identifique
mejor que este andar errante.
Hoy espero ansiosa, como en cada
madrugada los minutos para
adentrarme al lisérgico insomnio de
las 4am.
Luego me abro, me entrego y
muero temprano debajo de las alas
de un pichón recién desterrado.
Se deshace entre los dedos el
capricho de ser dos en una
mientras me despojo del amarre en
la distancia después de haber
entregado lo que nunca tuve
cuando el vuelo se hizo carne en mí
en un arrebato aleatorio donde nos
permitimos pausa, fuego y arena.
Me liberé del vacío encontrando la
fortaleza en la crudeza de mi carne
abierta.
Mirando hacia atrás, escapo y tropiezo
con una magnolia en la mitad de la
avenida, buscando nuevos recovecos en las
calles de tierra, donde planean
barriletes en medio del basural donde en
sectores, arde en llamas el descarte de la
ciudad.
Mi GPS, muerto en mi bolsillo izquierdo.
Se esconde el sol y no reconozco, no me
resigno a que éste sea mi rincón en el
mundo.
Del otro lado vos, en un mundo paralelo, oní-
rico, quizás utópico, esperándome con puña-
dos de aire liberador entre tanto
vértigo y sudores gélidos de suicidios en año
nuevo.
Textos y producción:@dabren.herrera
Esta es una producción autogestiva e
independiente. Hacelo rodar :)

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