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I.

Breve historia de la teoría de la kenosis

El origen de la teoría de la Kenosis se ubica a comienzos del siglo XIX, la cual

figura entre los teólogos luteranos vinculados a las universidades de Giessen y Tubinga, 1 y

la raíz del problema se da en base al supuesto de que Cristo no utilizó la omnisciencia

durante su ministerio en la tierra, lo cual es interpretado como un vaciamiento de dicho

atributo. Según McGrath la omnipotencia y omnipresencia en Cristo no fueron negados por

ninguno de los dos grupos de Giessen y Tubinga.2 Los escritores luteranos presentaron dos

opciones para solucionar este aparente problema con el debido cuidado, y para no salirse de

la ortodoxia afirmaron lo siguiente: “o Cristo había usado sus poderes divinos en secreto, o

se había abstenido por completo de usarlos”.3

Una vez fueron planteadas las dos suposiciones anteriores, buscaron la solución a

dicho cuestionamiento, lo cual dio como resultado dos grupos con postulados diferentes.

Según McGrath:

La primera opción, que llegó a conocerse como krypsis, fue vigorosamente


defendido por el grupo de Tubingan; el segundo, que llegó a conocerse como
kenosis (kenosis), fue defendida con igual vigor por el grupo de Giessen.4
Este último pensamiento se tornaría en la base para acercarse hacia la naturaleza

humana de Cristo de una manera más radical durante el siglo XIX, y esto continuaría

creciendo con respecto a la apreciación de la naturaleza de Jesús, hasta el punto de

considerar a Jesús como a alguien que “entró en la historia de la humanidad como un nuevo

1
Alister E. McGrath, Teología sistemática, histórica y filosófica, trad. de Marisa K. A. de Siqueira Lopes
(São Paulo, Brasil: Shedd Publicações, 2010), 434.
2
McGrath, Teología sistemática, histórica y filosófica, 434.
3
McGrath, Teología sistemática, histórica y filosófica, 434.
4
McGrath, Teología sistemática, histórica y filosófica, 434.
hecho religioso con el poder de inspirar fe”. 5 Como resultado, el énfasis en la naturaleza

humana trajo muchas más preguntas que respuestas y una reducción de la divinidad de

Cristo.

La teoría de la kenosis fue desarrollada por el teólogo alemán Gottfried Thomasius

(1852-1861), quien sostenía que la encarnación necesariamente implica la kenosis, el cual

como un acto voluntario y parte de la humillación de Cristo fue dejar los atributos divinos,

por lo tanto, Cristo abandonó voluntariamente todas las prerrogativas de la divinidad, 6 y de

esta manera concuerda con el sufrimiento como ser humano. Para Thomasius, los atributos

de la divinidad de Cristo fueron puestos a un lado durante todo el período que estuvo en la

tierra, desde su nacimiento hasta la resurrección.7

Algunos teólogos ven el origen de la teoría kenótica en el texto de Filipenses 2:6-8,

enfatizando la palabra griega ekenwsen (se despojó) en el verso 7, la cual ha sido

interpretada como un despojo o vaciamiento de los atributos divinos, lo cual condujo a que

la segunda persona de la trinidad pasara de ser un rey a un siervo. Sin embargo, debe

entenderse bien lo que implica esta teoría kenótica a la cristología ortodoxa.

II. Análisis bíblico y teológico de Filipenses 2:6-7 para un correcto entendimiento del

despojo de Cristo

Al analizar los postulados de la teoría kenótica se puede notar los grandes estragos

que causa a la cristología ortodoxa, ya que despoja a Cristo de su deidad reduciéndolo a una
5
McGrath, Teología sistemática, histórica y filosófica. 434.
6
McGrath, Teología sistemática, histórica y filosófica. 435.
7
McGrath, Teología sistemática, histórica y filosófica. 435.
especie de semi-dios griego. Esto hace pertinente el comprender de manera correcta a qué

se refiere lo que el apóstol Pablo escribió en Filipenses 2:6-7 en cuanto a que Cristo siendo

en forma de Dios se despojó a sí mismo.

El texto de Filipenses 2:6-7 es principalmente usado para proponer toda una

doctrina contraria a la ortodoxia bíblica sobre la cristología, y también a lo que se ha

enseñado en la iglesia cristiana por más de mil años hasta el siglo XVIII. Es interesante

notar que los postulados de la teoría kenótica surgen de un solo texto, y no abarcan todo el

contexto mismo de la Biblia, como por ejemplo Colosenses 2:9, donde el apóstol Pablo

declara que en Jesucristo habita la plenitud de la deidad.

El Dr. Wallis, mencionado por Oliver Buswell, sostiene que en Filipenses 2:6 la

palabra griega para ‘siendo’ es el participio uparcwn, el cual significa existir o ser, pero

aquí en este verso no indica meramente ‘existir siendo en forma de Dios’, sino más bien

‘seguir subsistiendo en forma de Dios’.8 Lo anterior evidencia que Jesús no abandonó en

ninguna manera su divinidad en la encarnación como sostienen los que abrazan la teoría

kenótica, sino que mantuvo de manera plena la naturaleza divina, y no parcialmente,

durante su vida terrenal. Él fue completo Dios con todos sus atributos, sin olvidar que

también fue completo hombre, durante toda su vida en la tierra.

El teólogo Benjamin Warfield, mencionado también por Buswell, sostiene que la

representación de Cristo Jesús como ‘siendo en forma de Dios’ es exactamente lo mismo

que llamarlo Dios y se evidencia no solo por la insinuación que se da de inmediato en el

mismo verso, que el que está en forma de Dios es igual a Dios, sino además por la

8
J. Oliver Buswell, Teología Sistemática, vol. III (Miami, FL: Logoi, 1983), 18-19.
connotación de la misma fraseología.9 La palabra griega aquí para forma es la palabra

morfh, según Lightfoot citado por Buswell, no implica los accidentes externos sino los

atributos esenciales; y debe aplicarse a los atributos de la deidad. 10 Si morfe sólo implicara

apariencia externa, como dice Chafer, entonces sería muy poco lo que Cristo dejó al bajar a

la esfera humana.11 Lo cual demuestra que el apóstol Pablo está teniendo claramente en su

mente al escribir esto que Jesús siendo en forma de Dios o igual a Dios, no pasó por un

proceso de despojo de su deidad, sino que está describiendo como una transición de Jesús

como permaneciendo en forma de Dios eternamente se rebajó a ser siervo de los hombres.

El teólogo Oliver Buswell sostiene que ‘ser igual a Dios’ es una frase que designa

la consecuencia de Cristo ‘en forma de Dios’; esta frase habla de la expresión exterior, en

griego schma, que significa, la apariencia externa y la forma de sus atributos esenciales. 12

La schma, que podría entenderse mejor como la ‘condición’ de su subsistencia anterior a

la encarnación era de igualdad con el Padre y el Espíritu Santo, y fue esta ‘condición’ la

que Jesús no consideró como algo a que aferrarse. 13 Por lo anterior, se puede comprender

que el apóstol no pretende hacer una distinción entre ‘ser en forma de Dios’ con ‘ser igual a

Dios’, sino que está haciendo uso de su forma de escritura para describir que Cristo

permaneció siendo plenamente Dios, con todos sus atributos cuando se encarnó para

hacerse siervo en rescate de hombres pecadores.

9
Buswell, Teología Sistemática, 20.
10
Buswell, Teología Sistemática, 20.
11
Lewis Sperry Chafer, Teología Sistemática, vol. 1, trad. de Evis Carballosa, Rodolfo Mendieta P., M.
Francisco Liévano R. (Dousman, WI: Publicaciones Españolas, 1986), 382.
12
Buswell, Teología Sistemática, 21.
13
Buswell, Teología Sistemática, 21.
Todo lo anterior es importante al observar el verso 7 que es sostenido como un

despojo de la segunda persona de la trinidad de sus atributos divinos para hacerse hombre

por parte de aquellos que abrazan la teoría kenótica. Sin embargo, este verso no describe lo

que haya sucedido en la divinidad concerniente a dejar sus atributos, sino que relaciona el

despojo de Cristo con el encarnarse, vivir como un hombre y humillarse a sí mismo y ser

obediente hasta la muerte de cruz (Fil. 2:8).

El contexto mismo del capítulo 2 ayuda a poder observar que Pablo no está

intentado describir un abandono de atributos de la deidad, sino llamando la atención de los

filipenses a la humildad tomando como ejemplo a Cristo. Esto puede ser observado en el

llamado a la humildad del apóstol en el verso 3, describiendo que debe ser Cristo el

ejemplo a seguir el cual es mencionado en el verso 5. Pablo desea que los creyentes imiten

a Cristo en su humildad, que no tomó su condición de igualdad eterna con Dios como algo

a qué aferrarse, sino que siendo Dios mismo se despojó a sí mismo en el sentido de hacerse

hombre para ser el mediador entre Dios y los hombres. La palabra despojarse en el pasaje,

como Gordon Fee afirma, no es un despojo literal, sino una metáfora, pura y simple. 14 Sería

un error caer en el literalismo de la palabra ‘despojarse’ sin tener en cuenta que el mismo

verso 7 lo relaciona con tomar forma de siervo.

Sin embargo, no debe tomarse a la ligera el despojo de Dios relacionándolo con su

encarnación y su estado servil, sino que deben notarse las implicaciones que su humanidad

trajo consigo. El teólogo Hendriksen sostiene que Cristo renunció a su relación favorable

con respecto a la ley divina, ya que mientras estaba en el cielo ninguna carga de

14
Gordon D. Fee, Comentario de la Epístola a los Filipenses, trad. de Dorcas Gonzáles e Ismael López
(Barcelona: CLIE, 2004), 278.
culpabilidad pesaba sobre sus hombros, pero en su encarnación tomó la culpabilidad sobre

sí para quitarla de sus escogidos.15 Cristo renunció a su gloria celestial y a la autonomía de

su autoridad rebajándose a un lugar de siervo para entregarla en rescate de hombres

rebeldes.16 Es cierto como se ha dicho anteriormente que el acto de despojo de Cristo en la

mente del apóstol Pablo era causar una reacción a seguir por parte de los filipenses, pero

ellos debieron comprenderlo con mucha probabilidad las implicancias que traía que Cristo

se hiciera hombre no como un simple acto, sino una humillación a lo sumo por parte de su

salvador.

Finalmente, la teoría kenótica no sólo no comprende de manera incorrecta la deidad

de Cristo, sino que destruye la divinidad de Cristo mutilándolo al afirmar que Cristo se

despojó de su deidad. Como sostiene Louis Berkhof, esto es subversivo a la doctrina de la

inmutabilidad de Dios, la cual enseña con total claridad la Escritura. 17 Con lo anterior, el

Cristo que proponen los kenotistas no es el de las Escrituras, ya que separa a Cristo de sus

perfecciones como verdadero Dios, pero también destruye la trinidad de Dios rompiendo a

la segunda persona de la deidad haciéndolo menos o rebajándolo a una especie de semi-dios

de la mitología griega, ya que en algún grado la segunda persona de la divinidad dejó de ser

Dios de alguna manera al despojarse de sus atributos. Sin embargo, la Escritura demuestra

claramente que Jesús fue siempre Dios y en su encarnación no dejó de ser lo que Él es, sino

que al hacerse hombre se despojó de sí mismo de sus beneficios de divinidad para

entregarse en sacrificio por los pecadores.

15
William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: Filipenses (Grand Rapids, MI: Desafío, 2006), 79.
16
Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: Filipenses, 79.
17
Louis Berkhof, Teología Sistemática, 390.
Bibliografía
Berkhof, Louis. Teología Sistemática. Trad. de Felipe Delgado Cortés. Gran Rapids, MI:

Desafío, 2009.

Buswell, J. Oliver. Teología Sistemática. Vol. III. Miami, FL: Logoi, 1983.

Fee, Gordon D. Comentario de la Epístola a los Filipenses. Trad. de Dorcas Gonzáles e

Ismael López. Barcelona: CLIE, 2004.

Grudem, Wayne. Teología Sistemática. Trad. de Miguel Mesías, José Luis Martínez, Omar

Díaz de Arce. Miami, FL: Vida, 2009.

Hendriksen, William. Comentario al Nuevo Testamento: Filipenses. Grand Rapids, MI:

Desafío, 2006.

McGrath, Alister E. Teología sistemática, histórica y filosófica. Trad. de Marisa K. A. de

Siqueira Lopes. São Paulo, Brasil: Shedd Publicações, 2010.

Sperry Chafer, Lewis. Teología Sistemática. Vol. 1. Trad. de Evis Carballosa, Rodolfo

Mendieta P., M. Francisco Liévano R. Dousman, WI: Publicaciones Españolas,

1986.

Watson, Philip S. ‘‘Books on the person of Christ: The kenosis doctrine in H.R.

Mackintosh’s The person of Jesus Christ.’’ The Expository Times 64, n.° 2 (1952):

68-71. Doi: https://doi.org/10.1177/001452465206400302.

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