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KENOSIS (vaciamiento).

Término teológico usado en relación a la naturaleza


dual de Jesucristo de totalmente humano y totalmente divino. La palabra
procede de un verbo griego que denota el acto en que Cristo «se despojó a sí
mismo» para tomar forma de siervo en su encarnación (Flp 2.7). Durante
años, los teólogos han tenido grandes problemas para explicar este misterio.
La Biblia enseña que nuestro Salvador fue todo divino y todo humano en su
vida terrenal. Sin embargo, en ninguna parte las Escrituras explican cómo
coexistían las dos naturalezas en Jesús. En el siglo dieciocho, basándose en
Filipenses 2.7, ciertos eruditos formularon la teoría de la kenosis, en la que
afirmaron que cuando el Hijo de Dios se humanó, apartó (o «se despojó a sí
mismo» de) ciertos atributos divinos. Por lo general, tales puntos de vistas se
reducen a la declaración de que cuando Él se convirtió en hombre, Jesús dejó
de ser Dios, o que Él primero fue Dios, luego hombre y finalmente volvió a ser
Dios después de su resurrección. Los eruditos bíblicos ortodoxos rechazan
esas teorías de la → ENCARNACIÓN de Jesús. Gramaticalmente, dicen, Pablo
explicó el «vaciamiento» de Jesús en la siguiente oración: «Tomando forma
de siervo, hecho semejante a los hombres». Pablo no dice que Jesús dejó de
ser Dios ni que renunció a algún atributo divino. Si bien Juan 17.5 da
muestras de que la gloria de Jesús como Hijo eternal de Dios se veló durante
su encarnación (Éx 33.18, 20; 1 Ti 6.16), la frase se despojó a sí mismo
pudiera tomarse en sentido figurado como una referencia a la humildad y
buena voluntad suya a ser parte «de carne y sangre» (Heb 2.14). Aunque no
dejó de ser el Hijo de Dios, Cristo también se convirtió en el Siervo de Dios.

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