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Introducción
Se cree que vivir y comprender la encarnación de Dios en el presente siglo XXI, para
creyentes es la actitud de volver a mirar, y a contemplar la imagen del Dios
crucificado bajo el sentido kenótico 1. En el Concepto cristológico que tiene su raíz y
su base bíblica en Flp 2,7. Se dice de Jesucristo que “se vació a sí mismo” (heauton
ekénosen), asumiendo la forma de vida humana que es propia de los demás hombres y
haciéndose obediente al Padre hasta la muerte de cruz. Significa por tanto el
vaciamiento de sí que realizó el Hijo de Dios insertándose en la historia de los
hombres, hasta pasar por la experiencia de la muerte de cruz2. Este acontecimiento ha
sido interpretado en diversos sentidos por la tradición teológica.
Por tanto para desarrollar este trabajo primero se verá la Kenosis en la Sagrada
Escritura. Partiendo de esta Sagrada Escritura realizar un estudio exegético
enfatizando el termino Kenosis en Flp 2,7 con relación a Cristo. La enseñanza
Exponiendo esta Kenosis de Cristo se relacionara con vida del cristiano. Por tanto
realizando estos puntos se llegará a apreciar la Kenosis de Cristo para realizar la
Voluntad de Dios.
San Pablo al hablar en su carta de sí mismo piensa también en los filipenses con atención
por el cual realiza una exhortación entusiasta. Pone su énfasis el vivir en conformidad al
evangelio, creyendo y padeciendo por Cristo y como Cristo. En el fondo para los
filipenses el vivir es Cristo por lo que el autor da un realce a las palabras a la configuración
de Cristo en el servicio a los demás hasta el don total de sí como se indica en Fil 2,1-11 y
especialmente en el himno cristológico de Fil. 2,6-11 el cual por su importancia se
analizara el verbi de este seguir a Cristo3.
1
Cfr. Wilfredo Zúñinga Rodriguez, Estado Kenóticode la Cruz de Cristo, en Articulos (2012) 2
2
Cfr. Bayron León Osorio Herrera, Kenosis y Donación- La Kenosis como atributo divino, en cuestiones
teológicas, Medellín-Colombia2014, 3
3
Cfr. Claudio Basevi, Estudio Literario y Teologico del Himno Crstologico de la Epistola a Los Filipenses, en
Scripta Theologia30 (1998) 439-372
1
I.I Texto interlineal de Filp. 2,6-11
4
Cfr. P. Rossano, G. Ravasi y A. Girlanda Nuevo Diccionario de Teología Bíblica,659-661
2
En cuanto habla de la forma de Dios, designa a los atributos esenciales y naturales que
tiene Cristo Hijo de Dios. La Forma es sinónimo de imagen, por el cual Cristo al igual que
Adán es imagen verdadera de Dios. Por tanto se sabe que la condición divina no se puede
despojar, sin embargo puede tratarse de recibir un trato al igual que un Hombre. Por su
carencia de pecado Cristo no puede morir ya que la muerte es consecuencia del pecado 5.
Por tanto Cristo no hizo uso de su derecho, de ser tratado como Dios.
Cristo se vacío así mismo (heauton ekénosen), esto San Pablo alude ya a la encarnación
del Hijo de Dios. Cristo siendo Hijo de Dios se despoja libremente haciéndose hombre en
María. Se hace esclavo en oposición a Señor. Cristo como verdadero Dios y verdadero
Hombre opto por un camino de sumisión y humilde obediencia. El autor subraya el valor
ejemplar de la muerte en Cruz como glorificación a Dios, por tal razón el hombre reconoce
la dignidad de Jesús de Nazaret6.
Recordando las palabras de Pilato en el pretorio “Aquí tenéis al hombre”, esta expresión
encierra en cierto sentido toda la verdad sobre Cristo verdadero hombre: sobre Aquél que
se ha hecho “en todo semejante a nosotros excepto en el pecado”; sobre Aquél que “se ha
unido en cierto modo con todo hombre” (cf.GS 22). Lo llamaron “amigo de publicanos y
pecadores”. Y justamente como víctima por el pecado se hace solidario con todos, incluso
con los “pecadores”, hasta la muerte de cruz. Pero precisamente en esta condición de
víctima, a la que Jesús está reducido, resalta un último aspecto de su humanidad, que debe
ser aceptado y meditado profundamente a la luz del misterio de su “despojamiento”
(Kenosis). Por tanto según San Pablo, Él, “siendo de condición divina, no retuvo
ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de
siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se
humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz” (Fil 2, 6-8)7.
5
Cfr. Wilfredo Zúñinga Rodriguez, Estado Kenóticode la Cruz de Cristo, en Articulos (2012) 2
6
Cfr. Bayron León Osorio Herrera, Kenosis y Donación- La Kenosis como atributo divino, en cuestiones
teológicas, Medellín-Colombia2014, 3
7
Cfr. Juan Pablo II, aquel que se despojó así mismo, en La Santa Sede-audiencia general (1988)2
3
presentado como exceso de amor y muestra la realidad de su esencia, en la donación
completa de su persona. Jesús entendió la realidad del amor como absoluta donación y
entrega, en el vaciamiento total y desinteresado (kénosis), y como esencia de su divinidad.
Entendió a Dios como un Dios donado para dar vida y colmarnos de amor, en una
sobreabundancia materializada en la entrega hasta el final, para que otros tengan vida8.
En sentido estricto la gracia es auto-donación de Dios mismo al ser humano. Y en éste
sentido, Dios está actuando, en la vida del hombre transformado su naturaleza y libertad,
amparándolas del pecado para acercarlas hacia sí. Ahora bien, su actuación es la propia del
amor (Jn 4,8), por lo que no puede pensarse según la causalidad intramundana. Esto se
realiza por la obra silenciosa del Espíritu, que hace posible en el hombre lo imposible para
él, ayudando a avanzar en un camino a la criatura que por sí misma no puede transitar, pero
que sólo por ser-criatura está llamada a realizar. Así, la gracia es la acción incondicionada
de Dios, libre y amorosa, al hombre mermado por la presencia del mal, permitiéndole tras-
ascender mediante el Hijo9.
De la misma manera el cristiano tiene el deber de seguir a Cristo. Con la gracia recibida en
el bautizo mediante el Espíritu Santo recibe su carísima no para mostrarse así mismo si no
a Dios. La Kenosis es una actitud que el hombre adquiere por Cristo para glorificar a Dios,
haciendo conocer a otras gentes a Cristo así como lo hizo María la Madre del Hijo de Dios.
Conclusión
Por tanto según la Exégesis el hombre pasa por la humillación para ser glorificado a causa
de Cristo Jesús el Hijo de Dios, verdadero Dios y verdadero Hombre. Cristo hace notar que
uno no vive para sí mismo sino para el Otro, como causa de fe y el encuentro personal con
Dios. Es el Espíritu Santo quien ayuda a alcanzar la Kenosis en el hombre.
8
Cfr. Bayron León Osorio Herrera, Kenosis y Donación- La Kenosis como atributo divino, en cuestiones
teológicas, Medellín-Colombia2014,
9
Cfr. Jonatán Rodríguez Amengua, Vivir y pensar la fe como Kénosis, Comillas, Madrid 2019, 90