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TGD3-Tarea 4-Martínez Ramírez Fatima Paulina

Conceptos de lagunas e integración de la ley.


Laguna de ley
Se refiere al vacío jurídico de un precepto normativo que se suscita cuando no
existe una disposición legal expresamente aplicable cuando se trata de resolver un
litigio jurídico con arreglo a un determinado derecho positivo. Se presenta cuando
aparece una situación no prevista por el legislador, pero que puede ser resuelta
conforme a los principios generales del derecho.
Algunos teóricos señalan que estas situaciones pueden resarcirse por analogía, es
decir si algo no aparece regulado por precisas disposiciones legales se aplicarán
las disposiciones que regulan casos semejantes, o materias análogas.1
Se dice que hay laguna legal cuando no existe ley aplicable al punto controvertido.
Ahora bien, no cabe hablar de laguna de ley en los casos siguientes: cuando se
trata de materias que no están sometidas habitualmente a las normas jurídicas;
cuando la ley puede ser mejorada o cambiada, porque la solución que brinda para
el caso a decidir parece defectuosa o injusta. En cambio, puede decirse que hay
lagunas de ley, entre otros, en los siguientes supuestos: cuando la misma ley ha
dejado de regular voluntariamente una cuestión para la que sólo proporciona una
directiva general (laguna técnica «intra legem»); cuando falta una disposición
limitativa o de excepción de una norma; cuando aparecen situaciones que el
legislador no contempló, pero que tuvo la posibilidad de prever (lagunas
posteriores o lagunas secundarias); cuando la falta de previsión normativa del
legislador aparece de antemano al promulgarse la ley (lagunas originarias o
lagunas primarias). En todos estos casos, la laguna es de ley, pero no es laguna
de Derecho. Por tanto, el vacío normativo deberá ser enmendado mediante la
integración de la norma jurídica; es decir, utilizando las técnicas adecuadas que
permitan solucionar el caso controvertido. Entre estas técnicas, merecen especial
atención la analogía y la equidad.2
Integración de la ley
Método de aplicación de la ley, ante vacíos o lagunas legales, consistente en
recurrir a otras normas presentes en el ordenamiento jurídico a fin de eliminar
esas faltas u omisiones. 3
La integración es el método para resolver las lagunas o vacíos de la ley. De esta
manera el juez puede resolver cualquier conflicto que se le presente, exista o no
derecho preexistente. El principio de inexcusabilidad impone al juez el deber de
fallar aún a falta de ley que resuelva la contienda. Este deber se fundamenta en la
necesidad de salvaguardar la paz social, si los conflictos no se resuelven habría
1
Berlín Valenzuela, Francisco. Diccionario Universal de Términos Parlamentarios. Cámara de Diputados del
H. Congreso de la Unión, México, 1997, P. 404.
2
2020 enciclopedia jurídica
3
Diccionario panhispánico del español jurídico, 2020.
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inseguridad y el consecuente aumento de la autotutela. Para cumplir con el


principio de inexcusabilidad el juez cuenta con fuentes muy amplias como la
equidad y los principios generales del derecho.4
Diferencias entre integración y lagunas de ley.
La ciencia jurídica moderna ha llegado a la conclusión de que las leyes son
siempre insuficientes para resolver los infinitos problemas que plantea la vida
práctica del Derecho. es decir, que, pese a la aspiración del legislador de prever
todas las hipótesis posibles, siempre quedan fuera de ellas casos no imaginados.
estos casos son las llamadas lagunas de la ley.
La solución ante las lagunas jurídicas es la integración, y hay lugar a ella cuando
el operador jurídico, ante la ausencia de un precepto que regule el caso, o este
sea oscuro, tiene que hacer uso de una serie de elementos que se pueden
encontrar dentro o fuera del cuerpo normativo relacionado para poder establecer
una adecuada respuesta.
La solución principal para colmar estas lagunas está en las manos del legislador si
lo vemos desde un sentido estricto, pero sabemos que es una pretensión muy
difícil que puede que no suceda nunca, pues se trata de un proceso complejo en el
cual vienen a tomar partido cuestiones de índole política, así como determinadas
prioridades legislativas, e incluso, la prudencia y complejidad de los órganos que
ostentan esta función.
Por ello, los operadores del Derecho juegan un papel emprendedor en esta
cuestión, ellos no van a crear nuevas normas que eliminen las lagunas, pero sí
pueden accionar en la búsqueda de su solución. Crear una norma no es lo mismo
que integrar el Derecho, lo primero es responsabilidad del órgano legislativo y la
segunda cuestión es menester de los juristas, donde el juez es uno de los
principales en esta ardua labor.
La integración jurídica no se basa solo en la aplicación de métodos que colmen las
lagunas, sino que va más allá, en búsqueda de la certeza jurídica en los
ciudadanos que acuden al Derecho para que este salvaguarde sus intereses y
derechos, va en busca de la seguridad jurídica para mantener en la sociedad el
prestigio y el valor que el Derecho merece la integración de la ley se lleva a cabo
completando los preceptos mediante la elaboración de otros que no se encuentran
expresamente contenidos en las disposiciones formuladas por medio del acto
legislativo; vienen siendo diversos procedimientos de integración y de
interpretación
de la ley. Ha de buscarse la solución justa recurriendo, en primer lugar, a la
analogía y, posteriormente, si el método analógico resulta ineficaz, deberá
resolverse el caso conforme a los principios generales del Derecho.

4
Revista Derecho Laboral N° 245, Tomo LV, enero - marzo 2012
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El término laguna sugiere la idea de ausencia o falta de previsión normativa.


Frecuentemente al hablar de laguna se utilizan los términos “laguna de la ley” o
“laguna del derecho”. La primera va dirigida a la ausencia o falta de norma
legislativa o consuetudinaria de un Estado, mientras que el segundo de los
términos mencionados hace alusión a las normas de las cuales el juez se debe
servir para aplicar una solución a un caso concreto.
Se trata de una situación de vacío de ley que ha sufrido una patología jurídica al
omitir el texto una regulación de una situación concreta en la cual no se encuentra
respuesta legal, de manera que se obliga a los sujetos que aplican la ley, llámense
abogados, secretarios judiciales o jueces, a emplear técnicas para cubrir dicho
vacío, tales como la analogía, la costumbre o los principios generales del derecho.
Los motivos por los que surgen estas lagunas legales pueden ser muy variados,
ya que se generan tanto en el mismo momento de la creación de la norma, como
por la evolución que crean nuevos casos que encontramos planteados en la ley al
momento de aparecer los mismos. Pueden surgir nuevos casos no previstos por el
legislador, incluso dentro de las hipótesis previstas legalmente cuyos matices
impiden la aplicación de la norma general.
Otra de las causas por las que pueden aparecer lagunas en el ordenamiento
jurídico puede ser el incumplimiento por parte del legislador del mandato
constitucional. Cuando exista en el ordenamiento jurídico una antinomia entre
normas de igual jerarquía y los criterios para resolver la mismas no permitan la
aplicación de ninguna de las normas en conflicto surge el supuesto de que se
invalida la norma existente que da solución al caso produciéndose de este modo
un vació normativo, nos encontramos ante una laguna de colisión en esta
situación.
Hoy en día hemos llegado a la conclusión de que las leyes no son suficientes para
dar solución a los infinitos problemas que se plantean a los ciudadanos en sus
quehaceres diarios. Aunque la aspiración del legislador es recoger en el texto legal
todas las hipótesis posibles, hemos de admitir que siempre quedan fuera de ellas
aquellos casos no imaginados por este. Son a estos casos a los que llamamos
lagunas de ley.
La solución a este problema es la integración, y esta se produce en aquella
situación en la que el operador jurídico, a la hora de dar solución a un caso no la
encuentra dentro del ordenamiento y en las fuentes que este le proporciona, por lo
que puede hacer uso de una serie de elementos que se pueden encontrar dentro o
fuera del cuerpo normativo relacionado para poder dar una respuesta adecuada y
no lesionar el derecho de la persona o personas interesadas.
Para colmar estas lagunas la solución principal está en las manos del legislador si
lo miramos desde un sentido estricto, pero se trataría de una pretensión muy difícil
que puede que no llegue nunca a suceder. Pues se trataría de un proceso
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bastante complejo en el que tomarían parte cuestiones de índole política, así como
determinadas prioridades legislativas.56
Los problemas de la interpretación de acuerdo con Hart (textura abierta) y
Dworkin (etapas de la interpretación).
Para Dworkin, se interpreta en el campo científico y en una conversación. El autor
anglosajón emplea la categoría de interpretación reconstructiva. En el arte y en las
prácticas sociales se lleva cabo una interpretación constructiva. Esta categoría
supone mucho más que indagar acerca de la intención del autor, de los propósitos
empíricos de la obra de arte. El buen intérprete es el que muestra desde la mejor
perspectiva la artisticidad de la obra. En cuanto al modelo general de
interpretación Dworkin aboga por un modelo de tipo constructivo. Esto implica el
esfuerzo que debe hacer el intérprete para mostrar de la mejor manera posible el
caso en cuestión. Esta idea se asemeja a la de la hermenéutica en el sentido que
el sujeto posee con anterioridad su punto de vista interno, simpatético, una
perspectiva particular desde la cual aborda la tarea de la interpretación. El derecho
es escrito en cadena, es una obra colectiva. El margen de maniobra para
interpretación es amplio, pero al desarrollar el derecho se debe procurar mantener
cierta coherencia con lo existente en la ley y con el futuro de esta, en el sentido de
representar de manera correcta los valores que persigue una legislación para una
sociedad justa. En las prácticas sociales se asume una actitud interpretativa que
reconoce las normas y su vigencia y que les atribuye un sentido, un valor. En la
evolución de las normas debe observarse de qué manera se mantiene el sentido
de la ley. La interpretación en las prácticas sociales se caracteriza también en tres
etapas: a) Preinterpretativa, instancia en la se examinan los materiales. Es una
fase descriptiva pero que implica algo de interpretación. Ocurre un evento similar
al de la preconcepción, del preconocimiento, dentro de la concepción
hermenéutica. Aquí se trata de identificar los materiales jurídicos. La teoría de
Hart, por ejemplo, se centra en este aspecto. b) La etapa interpretativa. El
intérprete debe poseer una teoría, que le garantice la mejor manera de abordar el
material jurídico. Lo fundamental aquí es la noción de coherencia e integridad. c)
La Postinterpretativa o reformadora consiste en que, una vez identificado el valor,
mostrar su objeto, de la mejor manera posible. Esto en los casos difíciles implica la
modificación de la práctica.7
Toda vez que la naturaleza del derecho está determinada por el lenguaje, en la
práctica se presentarán necesariamente problemas de vaguedad e imprecisión
entre los actores jurídicos. De ahí proviene la idea de la “textura abierta del
derecho”, según la cual en todo sistema jurídico pueden existir casos en los que
las leyes existentes resulten vagas o indeterminadas. En estos, la discrecionalidad
5
SEGURA ORTEGA, MANUEL, “El problema de las lagunas del derecho”, Anuario de filosofía del derecho VI,
1989
6
BOBBIO, N., Teoría general del derecho, Madrid, Debate, 1991
7
Hallivis Pelayo, Manuel. Teoría de la interpretación jurídica.
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judicial sería necesaria para esclarecer y especificar las leyes existentes. Al


realizar esta tarea, los jueces pueden de hecho crear nuevas leyes. Si el derecho
se concibe solo como un conjunto de reglas, ciertas situaciones como las que
involucran casos difíciles quedarán por fuera del sistema y justificarían la
actuación discrecional por parte del juez, desde el planteamiento de Hart. El
derecho otorga discrecionalidad a los jueces en los casos límite para decidir las
cuestiones que el derecho no determina. Los estándares del sistema dejan a
elección del juez cómo resolver la cuestión difícil.
Si el derecho se concibe solo como un conjunto de reglas, ciertas situaciones
como las que involucran casos difíciles quedarán por fuera del sistema y
justificarían la actuación discrecional por parte del juez, desde el planteamiento de
Hart. El derecho otorga discrecionalidad a los jueces en los casos límite para
decidir las cuestiones que el derecho no determina. Los estándares del sistema
dejan a elección del juez cómo resolver la cuestión difícil. Para Dworkin, la
discrecionalidad judicial no consiste en una labor de crear nuevas leyes, sino en
un medio para determinar cuáles principios jurídicos son más consistentes con y
proporcionan una mejor justificación para el derecho existente.
La teoría de la interpretación de Hart es tan simple y clara como ingenua y
engañosa: desde su punto de vista, los problemas de interpretación son
exclusivamente problemas de subsunción de casos concretos los casos difíciles
en las clases de casos determinados en el antecedente de las reglas.
Se ha comentado ya en muchas ocasiones este modo de ver y no pretendo aburrir
al lector: me limito a un apunte.
Esta teoría de la interpretación que pretende ser intermedia entre formalismo y
escepticismo es completamente ciega de cara a los problemas de equivocidad de
los enunciados normativos: asume que los enunciados normativos tienen un
sentido objetivo unívoco susceptible de conocimiento simplemente aplicando las
reglas sintácticas y semánticas en uso. De modo que los jueces tienen
discrecionalidad en la decisión de casos concretos, los casos difíciles, que caen
en la zona de penumbra del campo de aplicación de las reglas. Pero no tienen
ninguna discrecionalidad en la identificación de las reglas mismas en cuanto tales:
la interpretación en abstracto la identificación de las reglas es un acto de
conocimiento, no de decisión.8

8
Hart, H.L.A. La Textura Abierta del Derecho. En El Concepto de Derecho, Traducción de Genaro R. Carrió,
Abeledo-Perrot, Argentina, 1963.

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