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Escasas son las palabras que tienen, en términos de filosofía ética o social, un uso
tan frecuente como la del individualismo, pero, tal vez ninguna tenga un significado
más impreciso que el mismo.
Se trata en efecto de una noción que ha sido definida de tantas maneras que,
particularmente se emplea en sentidos ajenos a sus designaciones técnicas, y
estos a su vez generan conmutaciones en el sentido jurídico, político, histórico,
sociológico, económico, psicológico y filosófico.
DESARROLLO
Contrario a la teoría de Hegel, para Kant la autonomía moral del hombre se deriva
de un rechazo a la imposición de las pasiones, o sea que está fundada en el
reconocimiento de un antagonismo natural entre razón y pasión, donde la libertad
se alcanza si vencemos a la pasión y escuchamos sólo la voz de la razón.
Por lo anterior, Girola (1997) indica que “el individualismo moral de Kant y
Rousseau, el de los espiritualistas, el que la Declaración de los Derechos del
Hombre intentó, más o menos felizmente, formular, es el que corrientemente es
enseñado en nuestras escuelas y constituye la base de nuestro carácter moral".
Para Hegel es imposible aceptar el análisis dogmático a priori que relató Kant,
además, considera que el método trascendental Kantiano debe ser
complementado, contrastado y profundizado dialécticamente atendiendo a lo
histórico-efectivo. Por lo tanto, Hegel inicia la complementación del análisis
trascendental con el análisis fenomenológico y en todo momento evita separar lo
trascendental (o a priori) de lo empírico (o a posteriori) como hace siempre Kant y
como corresponde a su método dialéctico, buscando una síntesis de ambos
términos que los supere. Por lo tanto, su teoría sobre el Estado y los distintos tipos
de constituciones de análisis histórico-empírico se basan en la evolución humana
que sustenta su teoría individualista.
Hume por su parte, toma la moral como parte de su filosofía individualista e intenta
describirla, añade que la simpatía es el sentimiento forjador de la conciencia ética
en los seres humanos, esta deriva de la razón y descarta toda trascendencia,
además, señala que la ética solo es motivación de la conducta guiada bajo la
simpatía del hombre en hacer algo, y que la moral no se basa siempre en la razón
como lo mencionaba Descartes en su teoría, sino más bien de la simpatía y el
interés, si es cierto que la razón es su progenitora, en cuanto a la religión ataca lo
sobrenatural en los milagros y cree que la argumentación de Dios es necesaria
para el mundo.
CONCLUSIÓN
Por último, quiero resaltar que, hay una historia del desenvolvimiento de la
conciencia individual, Sin embargo, los inicios de la misma no son las primeras
formas del individualismo ni etapas previas hacia él. Por lo que creo importante
considerar que, el individualismo, lo mismo como teoría que como actitud de vida,
representa una acentuada unilateralidad de la individualidad.
REFERENCIAS
Álavarez, E. (2006). “Individualismo e identidad humana”. Universidad
Autónoma de Madrid. Pp: 37-50.