Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La teoría es parte de una concepción normativa del delito, estos es, tanto en
causalismo como el finalismo construyen sus esquemas a partir de las nociones
de causalidad e intencionalidad ambas en la esfera del ser, esto es en la
naturaleza, aquello que ocurre en la psiquis del sujeto es lo subjetivo del delito, lo
que acontece en el exterior es objetivo.
De ahí que el reproche penal surge de aquello que las personas realizan
comparándolo con aquello que socialmente se esperaba.
Los niveles que debe cumplir una acción para ser imputable objetivamente el
resultado producido es:
3.- Consideración del fin de protección del propio tipo penal es decir, el alcance del
tipo penal. Ello implica analizar casos en que resulta dudosa la imputación
atendiendo la finalidad de la norma.
Hay que partir de la premisa que el derecho penal tiene como función la protección
de bienes jurídicos, por ende, una conducta típica debe a lo menos crear un
peligro para dicho bien jurídico, ello legitima la intervención punitiva que solo
comienza a partir del momento en que se excede ese riesgo permitido.
Dado que la sociedad tolera muchas acciones de riesgo para los bienes jurídicos
porque producen un bienestar social (volar, conducir, operar, etc) no es posible
establecer un criterio general, pero se deben considerar diversos factores:
Por ejemplo: Juan para evitar que Diego reciba un disparo mortal, lo aparta de
un golpe, recibiendo Diego el disparo en el hombro.
b.- falta de elevación o aumento del riesgo; como cuando la conducta crea un
riesgo insignificante o de utilidad social: No es posible imputar objetivamente el
resultado respecto de quien ex ante su acción encierra un peligro insignificante
o bien, aunque no sea insignificante es de necesaria o inevitable realización
por pertenecer a aquellas actividades consideradas útiles socialmente. Por
ejemplo: la existencias del tráfico terrestre, aéreo o marítimo; las
intervenciones quirúrgicas o la práctica de deportes de alto riesgo.
Se requiere además “una relación del riego”, esto es, que como consecuencia
del riesgo creado por la conducta, se produzca el resultado.
Son casos que por la vía teleológica (fin de protección de la norma) se introducen
criterios de política criminal en la interpretación de los tipos, para determinar si se
dan los presupuestos de la creación de un riesgo no permitido y si la realización
del riesgo puede ser imputado al resultado.
a.- La auto puesta en peligro dolosa: por ejemplo, la venta de estupefacientes que
provoca la muerte al adquirente consumidor en su ingesta. O, la participación en
carreras ilegales en vehículos.
En ambos casos, es la propia persona conocedora de los riesgos (el que vende
crea un riesgo a la salud, pero el consumidor conocedor de ese riesgo ingiera la
droga o el que genera la carrera ilegal sabe que se hace creando riesgo dado que
se trata de una competencia ilegal, pero el que participa lo hace a sabiendas de
ese peligro y de las condiciones de la carrera.
b.- La puesta en peligro por otro, consentida por la víctima; por ejemplo una
relación sexual consentida e informada con un portador de VIH o la muerte del co
piloto. en una carrera de automóviles (Muñoz Conde).