Está en la página 1de 6

a)¿Qué es la glucosa?

El azúcar en la sangre, también llamada "glucosa" es el azúcar principal que se


encuentra en su sangre. Esta proviene de los alimentos que usted consume y es su
principal fuente de energía. Su sangre lleva la glucosa a todas las células de su
cuerpo para ser usada como energía.La diabetes es una enfermedad que se
caracteriza por niveles elevados de azúcar en la sangre. Con el tiempo, esto puede
causar serios problemas. Aunque una persona no tenga diabetes también puede
tener problemas de salud si el azúcar en su sangre está muy bajo o muy alto.
Mantener un plan de comidas, actividades y medicamentos puede ayudar a regular
el azúcar.Si usted sufre de diabetes, es importante que mantenga el azúcar en un
nivel determinado. Quizás necesite medir varias veces al día. Su proveedor de
cuidados de salud también realizará un examen llamado A1c que analiza el
promedio de azúcar en la sangre en los tres últimos meses. Si el azúcar es
demasiado alto, quizás sea necesario tomar medicamentos y/o seguir una dieta
especial.Los azúcares que se ingieren con los alimentos son transformados por el
metabolismo en glucosa. Ésta se desplaza a través del torrente sanguíneo hasta
alcanzar las células de diferentes tipos de tejido proporcionando la energía que
necesitan para funcionar. El ejemplo más claro de este proceso es el del tejido
muscular, que necesita de esta energía para realizar el esfuerzo que le exige cada
movimiento.Al producirse con la digestión de los alimentos, los niveles de glucosa
en sangre, a los que clínicamente se denomina glucemia, varían a lo largo del día,
oscilando entre concentraciones de 70 y 145 miligramos por decilitro de sangre. Por
la mañana, en ayunas son más bajos y se elevan después de cada comida
(glucemia postpandrial) y vuelven a descender dos horas después.Lo recomendable
es que la glucemia se mida al levantarse por la mañana y antes del desayuno y se
considera normal si los niveles de glucosa que se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en
ayunas y en menos a 140 mg/dl dos horas después de cada comida.

b)Escribe la fórmula desarrollada de la glucosa

La glucosa es un monosacárido con fórmula molecular C6H12O6.3​Es una hexosa, es


decir, contiene 6 átomos de carbono, y es una aldosa, esto es, el grupo carbonilo
está en el extremo de la molécula (es un grupo aldehído). Es una forma de azúcar
que se encuentra libre en las frutas y en la miel. Su rendimiento energético es de
3,75 kcal/g en condiciones estándar. Es un isómero de la galactosa, con diferente
posición relativa de los grupos -OH y =O.
La glucosa aldohexosa posee dos enantiómeros, si bien la D-glucosa es
predominante en la naturaleza. En terminología de la industria alimentaria suele
denominarse dextrosa (término procedente de «glucosa dextrorrotatoria»)4​a este
compuesto.
El término «glucosa» procede del idioma griego γλεῦκος (gleûkos; "mosto", "vino
dulce"), y el sufijo «-osa» indica que se trata de un azúcar. La palabra fue acuñada
en francés como "glucose" (con anomalía fonética) por Jean-Baptiste Dumas en
1838; debería ser fonéticamente "gleucosa" (o "glicosa" si partimos de glykos, otro
lexema de la misma raíz).

La glucosa libre o combinada, es el compuesto orgánico más abundante de la


naturaleza. Es la fuente primaria de síntesis de energía de las células, mediante su
oxidación catabólica, y es el componente principal de polímeros de importancia
estructural como la celulosa y de polímeros de almacenamiento energético como el
almidón y el glucógeno.
A partir de su estructura lineal, la D-glucosa sufre una ciclación hacia su forma
hemiacetálica para dar sus formas furano y pirano (D-glucofuranosa y
D-glucopiranosa) que a su vez presentan anómeros alfa y beta. Estos anómeros no
presentan diferencias de composición estructural, pero sí diferentes características
físicas y químicas.
La glucosa es uno de los tres monosacáridos dietéticos, junto con fructosa y
galactosa, que se absorben directamente al torrente sanguíneo durante la digestión.
Las células lo utilizan como fuente primaria de energía y es un intermediario
metabólico. La glucosa es uno de los principales productos de la fotosíntesis y
combustible para la respiración celular.
Todas las frutas naturales tienen cierta cantidad de glucosa (a menudo con
fructosa), que puede extraerse y concentrarse para preparar un azúcar alternativo.
Sin embargo, a escala industrial tanto el jarabe de glucosa (disolución de glucosa)
como la dextrosa (glucosa en polvo) se obtienen a partir de la hidrólisis enzimática
de almidón de cereales (generalmente trigo o maíz)

Los organismos fotoautótrofos, como las plantas, sintetizan la glucosa en la


fotosíntesis a partir de compuestos inorgánicos como agua y dióxido de carbono,
según la reacción:

(en presencia de luz solar como catalizador)


Los seres heterótrofos, como los animales, son incapaces de realizar este proceso y
toman la glucosa de otros seres vivos o la sintetizan a partir de otros compuestos
orgánicos. Puede obtenerse glucosa a partir de otros azúcares, como fructosa o
galactosa. Otra posibilidad es la síntesis de glucosa a partir de moléculas no
glucídicas, proceso conocido como gluconeogénesis. Hay diversas moléculas
precursoras, como el lactato, el oxalacetato y el glicerol.6​
También existen ciertas bacterias anaerobias que utilizan la glucosa para generar
dióxido de carbono y metano según esta reacción:
c)Escribe la fórmula de la glucosa en un lenguaje común
La glucosa es un monosacárido con fórmula molecular C6H12O6. ​Es una hexosa,
es decir, contiene 6 átomos de carbono, y es una aldosa, esto es, el grupo carbonilo
está en el extremo de la molécula (es un grupo aldehído).

d)¿Qué funciones desempeña en el organismo?

Una vez descrita esta apasionante historia coevolutiva, es hora de que exploremos
qué hace realmente la glucosa en el cuerpo humano. La glucosa es un combustible,
pues tras la ingestión de azúcares en la dieta, este monosacárido viaja por el
torrente sanguíneo hasta los distintos órganos y tejidos, con el fin de otorgar energía
a las células para que realicen correctamente sus funciones.

El rendimiento energético de la glucosa es de 3,75 kilocalorías por gramo, por lo que


no es de extrañar que suponga un excelente mecanismo de impulso para que el
individuo pueda realizar correctamente sus tareas biológicas. Además, la glucosa
(ya sea ingerida de forma directa o como producto metabólico tras la digestión de
productos con carbohidratos) se almacena en forma de glucógeno en el hígado, un
centro de almacenamiento de un compuesto rico en energía análogo al almidón en
las plantas.

Es por esta razón que los carbohidratos se consideran la principal fuente de energía
en el ser humano y no las grasas, a pesar de lo que muchas personas puedan
pensar. Los carbohidratos complejos se transforman en azúcares simples como la
glucosa tras la digestión, y por ello, la ingestión de alimentos ricos en carbohidratos
guarda una relación directa con los niveles de glucosa en sangre del individuo.

e)¿Que es una reacción química?

La definición de reacción química es muy sencilla. Los enlaces químicos entre


átomos se rompen y se forman nuevos enlaces. En este proceso intervienen dos
tipos de sustancias: las que tenemos inicialmente y conocemos como reactivos y
las que se obtienen después de la reacción química, llamadas productos.

Diferencia entre cambio físico y químico


Como hemos explicado más arriba, las sustancias de nuestro alrededor están
constantemente cambiando. Sin embargo, esto no siempre significa que se haya
producido una reacción química. También existen los cambios físicos, cuando las
propiedades físicas de los materiales varían pero no lo hacen sus propiedades
químicas. Algunos ejemplos de cambios físicos son los cambios de estado de la
materia, las mezclas, disoluciones o la separación física de sustancias.

Por otro lado, los cambios químicos sí que alteran la naturaleza de las sustancias,
ya que cambia su estructura molecular y los enlaces químicos entre átomos.
f)¿Qué tipo de enlaces forma?

Llamamos enlace químico a la fuerza por la que los átomos de un compuesto se


mantienen unidos. Se trata de fuerzas electromagnéticas que, como te explicaremos
a continuación, dan lugar a diferentes tipos de enlaces químicos.

Los principales tipos de enlaces químicos entre átomos son tres: enlaces iónicos,
covalentes y metálicos. Se trata de enlaces fuertes y duraderos, que unen a un
átomo con otro átomo o grupo de átomos. El tipo de enlace que se genere influirá
fuertemente en las propiedades de los compuestos químicos formados.

● Enlace iónico

Los enlaces iónicos ocurren cuando un átomo gana o pierde electrones. Como
resultado de esta transferencia de electrones, se forman iones o, lo que es lo
mismo, partículas cargadas. Estos iones pueden tener carga negativa (los
conocemos como aniones) o positiva (cationes).

Para explicarte cómo se forma un enlace iónico, veremos algunos ejemplos de


enlaces iónicos. Un caso claro es el que se da entre un átomo de cloro (Cl) y uno
de sodio (Na) que, como sabes, forman el compuesto químico llamado cloruro de
sodio, más conocido como la sal de mesa (NaCl). El sodio solo tiene un electrón
mientras que el cloro tiene siete electrones. Por lo tanto, para crear un enlace iónico,
el sodio entrega su electrón al cloro, satisfaciendo así la regla del octeto.

Además, al perder un electrón, el átomo de sodio se ha convertido en un catión, con


carga positiva, mientras que el cloro, al ganar un electrón, tendrá carga negativa. Al
tener cargas opuestas, se atraen intensamente, quedando unidos por un enlace
iónico.

Propiedades del enlace iónico


Por lo general, los compuestos de enlaces iónicos forman sólidos cristalinos y se
rompen con facilidad. Este es precisamente el caso de la sal de mesa. Además,
estos compuestos suelen tener puntos de fusión elevados y son solubles en agua.

Una de las propiedades del enlace iónico más características tiene que ver con la
conducción de la electricidad y los estados de la materia. Aunque en estado sólido
no son conductores, esto cambia cuando están en estado líquido o en una
disolución, debido a los iones móviles.

● Enlace covalente

Otro modo que tienen los átomos para formar enlaces químicos es compartiendo
electrones. De esta manera, crean enlaces covalentes. Los electrones no se quedan
inmóviles en un punto, sino que se mueven entre los átomos. Esto da lugar a los
principales tipos de enlaces covalentes: el enlace covalente polar y el apolar.

En el caso del enlace covalente polar, los átomos comparten electrones de forma
no equitativa, lo que significa que estos pasan más tiempo cerca de un átomo que
de otro. Por otro lado, en el enlace covalente apolar la repartición de los electrones
es más igualitaria.

Veamos cómo se forma un enlace covalente al mismo tiempo que conocemos


uno de los ejemplos de enlaces covalentes más comunes: el agua. Como sabes el
agua es una molécula formada por dos átomos de hidrógeno (H) y uno de oxígeno
(O), que da lugar al compuesto químico H2O. En este caso, se forma un enlace
covalente porque cada átomo de hidrógeno comparte un electrón con el átomo de
oxígeno. A su vez, este último comparte un electrón con cada uno de los átomos de
hidrógeno.

Propiedades del enlace covalente


Los compuestos covalentes suelen darse entre elementos similares o no metales.
Además, no son buenos conductores de la electricidad.

Los enlaces covalentes permiten que los átomos se agrupen en moléculas y, de


hecho, son habituales en las moléculas orgánicas de los organismos vivos, como el
ADN.

● Enlace metálico

Como dice su nombre, los enlaces metálicos se forman entre átomos de metales.
En estos casos los átomos se organizan en una estructura conocida como el mar de
electrones.
La estructura del enlace metálico se debe a que los átomos de los metales tienen
pocos electrones en la última capa, que pierden fácilmente. Como resultado, se
convierten en cationes que se distribuyen por el espacio formando una especie de
red, mientras que los electrones que han perdido crean a su alrededor una nube de
electrones que puede moverse por toda la red. Así los cationes, con carga positiva,
queden unidos mediante la nube de electrones, con carga negativa, que los
envuelve.

Los metales son los elementos más abundantes en la tabla periódica, por lo que te
será sencillo encontrar ejemplos de enlaces metálicos. Algunos de los más
comunes son el hierro, el aluminio o el cobre.

Por ejemplo, un átomo de hierro es simplemente un átomo pero cuando se une con
otros átomos del mismo elemento lo hace formando la red de átomos envueltos por
electrones de la que te hemos hablado. Es decir, el enlace metálico.

Propiedades del enlace metálico


Esta peculiar estructura en red explica muchas de las propiedades del enlace
metálico. Por ejemplo, como los electrones pueden moverse con mucha facilidad,
los metales son buenos conductores de la electricidad. También explica la alta
maleabilidad y ductilidad de los metales. Otra de las propiedades de los metales
más características es su elevado punto de fusión, razón por la que a temperatura
ambiente los encontramos en estado sólido.

También podría gustarte