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Los primeros síntomas y signos que comúnmente manifiesta una mujer en proceso de

gestación son los siguientes: falta de menstruación, mamas o pezones hinchados,


nauseas con o sin vómito, aumento en la cantidad de micciones, cansancio y
necesidad de dormir siestas, humor cambiante, manchado leve y cólicos, calambres,
estreñimiento, aversiones alimentarias, congestión nasal, antojos, jaquecas leves de
forma frecuente, constipación, desvanecimiento y mareo, y aumento de temperatura
basal (Sandhya, 2021).

El rango normal de gestación inicia desde el último ciclo menstrual y comprende entre
37 y 41 semanas. Durante este proceso se pueden identificar tres etapas: germinal
(desde la fertilización hasta las dos semanas), embrionario (de la semana dos hasta
las ocho semanas) y fetal (ocho semanas hasta el nacimiento). En la primera etapa el
cigoto se divide (mitosis), gana complejidad y se implanta en la pared del útero, en la
segunda etapa se forman los principales aparatos y sistemas orgánicos (sistema
respiratorio, digestivo y circulatorio), y en la tercera etapa hace su aparición las
primeras células óseas, incrementando rápidamente su crecimiento hasta 20 veces
de su tamaño inicial.

Ambiente prenatal se refiere principalmente al cuerpo de la madre, lo que afecte su


bienestar altera el ambiente del nonato, paralelamente su crecimiento y desarrollo.
Otras condiciones ambientales potenciales lo constituyen la nutrición y peso de la
madre (el rango normal durante el embarazo es subir de ocho a veinte kilos, lo
contrario aumenta riesgos), la desnutrición (puede acarrear efectos a largo plazo), la
actividad física y trabajo extenuante (el ejercicio moderado contribuye a un embarazo
cómodo y un parto más fácil y seguro), el consumo de drogas (riesgos derivados del
efecto directo de las sustancias y otras conductas de riesgo (Rodríguez Muñoz, 2019,
pág. 219), enfermedades y la edad materna, la ansiedad y el estrés maternal, la edad
de la madre y los riesgos del ambiente externo.

Hoy en día se dispone de una gama de instrumentos para evaluar el progreso y


bienestar del feto con el objetivo de intervenir y corregir algunas condiciones
anormales, es decir, el cuidado prenatal oportuno. El monitoreo y el momento del
desarrollo prenatal puede prevenir la muerte materna e infantil y otras complicaciones
del parto. No obstante, los cuidados deben comenzar incluso antes del embarazo para
detectar riesgos posibles, v. g., exámenes físicos, vacunación, exploración de riesgos,
asesorías para dejar de fumar y consumir alcohol, lograr un peso saludable y la ingesta
de ácido fólico.

Con todos estos cuidados se ha logrado disminuir los riesgos y dificultades del parto.
El trabajo de parto refiere al proceso de nacimiento, que por su naturaleza es
complicado tanto para la madre como para el bebé; este proceso consiste en una
consecución de cambios uterinos, cervicales entre otros, que reciben el nombre de
parición, tiene un inicio dos semanas ante del parto caracterizado por niveles elevados
de estrógeno lo cual estimula las contracciones del útero y que el cuello de la matriz
sea más flexible. Las contracciones comienzan a partir del día 266 luego de la
concepción, aunque sucede en ocasiones que la madre puede sentir contracciones
falsas denominadas de Braxton-Hicks.

El proceso del parto o trabajo de parto se da en tres etapas. La primera (la más larga)
dura de 12 a 14 horas, las contracciones uterinas son constantes y cada vez más
frecuentes, provocan que el cuello uterino se ensanche (dilatación) predisponiéndose
para dejar pasar al bebé. Durante la segunda etapa las contracciones se efectúan con
mayor fuerza y más frecuencia todavía, por lapso de una a dos horas, coincide con
que la cabeza del bebé comienza a pasar por el cuello del útero y por el canal vaginal,
finaliza cuando sale completamente de la madre. Cuando el bebé ya ha nacido aún
se encuentra unido a la placenta a través del cordón umbilical, en la tercera etapa la
madre expulsa la placenta y el resto del cordón umbilical.

La manera usual de nacimiento es el parto vaginal, sin embargo, existe otro método
alternativo que consiste en sacar al bebé del útero mediante una incisión en el
abdomen de la madre, llamado cesárea. Es recomendada cuando el trabajo de parto
es lento, cuando el feto se encuentra en problemas o cuando la madre tiene una
hemorragia vaginal. Se lleva a cabo cuando la posición del feto es de nalgas,
atravesado, o si la cabeza es demasiado grande para pasar por la pelvis de la madre.
Las causas comunes para llevarla a cabo, consiste en que la madre es mayor, ha
presentado partos múltiples o por causa de que el bebé es prematuro.
El periodo neonatal del ser humano “es considerado de máxima fragilidad biológica y
social” (Domínguez-Márquez, 2022, pág. 97), es la etapa de mayor vulnerabilidad,
indefensión y dependencia luego del etapas embrionarias y fetales. Así, la muerte
neonatal es la más ocurrida durante la infancia. Los indicadores para el pronóstico de
crecimiento y desarrollo normal son de gran importancia pues la detección temprana
y oportuna de alteraciones y desarmonías en el patrón de crecimiento da paso a una
pronta intervención y así disminuir las secuelas perniciosas que pueda traer consigo.

Los recién nacidos presentan características físicas peculiares, entre ellas la cabeza
grande (al principio deforme por haber pasado por la pelvis), la barbilla hundida, los
huesos cefálicos no unidos, la piel rosada, vello abundante y lanugo, vérnix caseosa
(barniz con aspecto de queso), grasa protectora contra infecciones, en ocasiones una
secreción que fluye de los pechos inflamados (leche de bruja) y si es prematuro puede
presentar hinchazón en los genitales.

Además, los sistemas y aparatos orgánicos del bebé comienzan a funcionar por su
cuenta las primeras cuatro o seis horas luego de nacer. La sangre del neonato circula
completamente en su propio cuerpo, notándose que el pulso es acelerado e inestable,
logrando equilibrarse hasta los diez días de nacido. En cuanto el bebé es expuesto al
aire, comienza automáticamente a respirar, si esto no ocurre en cinco minutos puede
sufrir daños permanentes por falta de oxígeno (anoxia) o por una reducción del
suministro del oxígeno (hipoxia). Este trauma del nacimiento puede provocar daño
cerebral permanente con retraso mental, problemas de conducta e incluso la muerte.

El recién nacido de manera instintiva succiona para tomar leche y su propio estómago
la digiere. Durante los primeros días el bebé expulsa meconio (materia de desecho
viscosa, negraverdusca). En el momento que la vejiga y los intestinos se llenan, los
esfínteres se abren automáticamente, no podrá controlar dichos músculos durante
muchos meses. Se desarrollarán unas capaz de grasa con el objetivo de mantener su
temperatura estable. Tres o cuatro días luego de nacer, la mitad de bebés presentan
ictericia neonatal (pies y ojos teñidos de amarillo) causada por la inmadurez del
hígado.
Es recomendable conocer si el bebé presenta algún problema que necesite cuidados
especiales para atenderlo. Entre las evaluaciones médicas que detectan anomalías
se encuentra la Escala de Apgar (evalua apariencia, pulso, gestos, actividad y
respiración), la Escala de valoración del comportamiento neonatal de Brazelton
(organización motriz, reflejo y cambios de estado, atención y capacidad interactivas e
inestabilidad del sistema nervioso central) y la Exploración neonatal de condiciones
médicas (exploración de rutina en busca de condiciones como fenilcetonuria,
hipotiroidismo congénito, galactosemia entre otros).

Entre las complicaciones que ocurren al nacer se encuentra el bajo peso (peso menor
a 2500 gramos), el nacimiento prematuro (nacidos antes de la semana 37) y la talla
pequeña de los bebés. Los factores que provocan las complicaciones de salud pueden
ser el estatus demográfico y socioeconómico de la madre, los factores médicos, los
factores conductuales o ambientales prenatales, las condiciones médicas asociadas
con el embarazo, los hábitos de salud, la susceptibilidad y el estrés de la madre, el
racismo, entre otros.

Existe una posibilidad muy grande que los bebés que nacen muy pequeños o
prematuros puedan morir, pues su sistema inmune no está completamente
desarrollado y son más propensos a contraer infecciones, aunado a esto, el sistema
nervioso no cumple con las funciones básicas de supervivencia, no poseen suficiente
grasa para protegerse y generar calor y puede existir insuficiencia respiratoria. Ante
esto existen formas para su cuidado entre ellos la incubadora y el cuidado de canguro.

Aun cuando los bebés prematuros o pequeños pueden sobrevivir corren el riesgo de
desarrollar diabetes siendo adultos, de padecer enfermedades cardiovasculares,
menor taza de reproducción, parálisis cerebral, discapacidad intelectual, trastorno
autista, niveles bajos de educación, así como de rendimiento en el trabajo, bajo CI,
problemas neurológicos, sensoriales, cognoscitivos, conductuales. Por otro lado, los
factores de protección que reducen el estrés temprano, pueden ser clasificados como
los atributos individuales (energía, sociabilidad e inteligencia), los lazos afectivos (al
menos un familiar brinda apoyo), y las recompensas en el entorno social próximo
(sentido y dirección de la propia vida).
Los principios que gobiernan el desarrollo físico, son el principio cefalocaudal y el
principio proximodistal. El primero afirma que el crecimiento del bebé ocurre de arriba
hacia abajo, es decir la cabeza del recién nacido es más grande que el cuerpo porque
crece más rápido y de forma desproporcional. El segundo principio afirma que el
crecimiento, así como el desarrollo motriz ocurre de adentro hacia afuera, asimismo
los niños desarrollan la habilidad de usar las partes próximas al eje corporal que las
partes distantes.

En general los niños crecen apresuradamente en los primeros cinco años,


específicamente durante los tres primeros meses; llegados los cinco meses el niño ha
duplicado su peso y para el año ha aumentado el triple. Este ritmo acelerado de
crecimiento se estabiliza hasta el segundo y tercer año. Un niño de tres años es
regularmente más delgado a comparación de uno de un año que es regordete y
barrigón. El crecimiento de dientes comienza a los tres o cuatro meses y puede
demorar hasta los cinco y nueve meses e incluso más tarde. Para el primer año los
bebés tienen de seis a ocho dientes, y a los dos años y medio pueden tener veinte.

Los bebés primero aprenden y desarrollan habilidades simples y luego complejas a


través de sistemas de acción que amplían la exactitud de movimientos y un mejor
control sobre el ambiente. Para la evaluación sobre progreso y desarrollo del neonato
entre un mes y seis años, así como la detección de anomalías, se hace uso de la
prueba de exploración del desarrollo de Denver. Mide habilidades motrices gruesas y
finas, además del desarrollo del lenguaje, la personalidad y el desarrollo social.

Otros progresos cruciales son el control de la cabeza (movimiento de un lado para el


otro, levantamiento de la cabeza hasta el punto de perder el equilibrio a los dos o tres
meses), el control de manos (reflejo de prensión óptima a los tres meses y medio.
Entre siete y once meses sus manos se coordinan suficientemente), la locomoción
(luego de tres meses comienza a rodar de forma deliberada, a los seis meses se sienta
sin ayuda. A los diez meses se arrastran o gatean. A los once meses y medio dan sus
primeros pasos sin ayuda), y la percepción sensorial y experiencia motriz (guía visual,
profundidad y háptica).
Trabajos citados

Bellman, M., Byme, O., & Sege, R. (25 de septiembre de 2015). Desarrollo normal y alteraciones
asociadas. Evaluación de desarrollo del niño. Recuperado el 28 de julio de 2022, de IntraMed:
https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=79042

Cárdenas-López, C., Haua-Navarro, K., Suverza-Fernández, A., & Perichart-Perera, O. (2005).


Mediciones antropocéntricas en el neonato. Boletín médico del Hospital Infantil de México,
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http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-
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García Madruga, J., & Delval, J. (2010). Psicología del desarrollo I. Madrid: UNED.

Papalia, D., Feldman, R., Martorell, G., Berber Morán, E., & Vázquez Herrera, M. (2012). Desarrollo
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Sandhya, P. (03 de Diciembre de 2021). Síntomas del embarazo: qué ocurre primero. Obtenido de
https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/getting-pregnant/in-depth/symptoms-
of-pregnancy/art-20043853

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