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MARCOS 1:35

LEVANTÁNDOSE MUY DE MAÑANA, SIENDO AÚN MUY OSCURO, SALIÓ Y SE


FUE A UN LUGAR DESIERTO, Y ALLÍ ORABA
TEMA: LA INTIMIDAD DE JESUS CON EL PADRE
ILUSTRACION: UN SACRIFICIO ADECUADO
Un romano antiguo cuando oyó hablar del cristianismo dijo: “Este sistema no
puede permanecer porque está fundado sobre una cruz, sobre la muerte de
su propio jefe, sobre una catástrofe y no puede permanecer.” Pero es
precisamente por todas estas causas por las que puede permanecer; quizá no
se pueda explicar en términos comerciales ni legalistas el sacrificio de Cristo,
pues la expiación es algo mucho más grande que lo que podemos
comprender. No se puede leer la historia del Getsemaní y del Calvario sin
sentir que Cristo ha entrado en comunión íntima con el Padre por el pecado
del hombre en forma tal que es imposible para nosotros entender su
profundidad.

Sin duda, una parte importante de la vida cristiana es la oración, aquí en este
pasaje nuestro Señor nos enseña con su obra como debemos usar la oración,
cuán importante es, que maravillosa es.

Luego de una noche de ardua labor (marcos 1.32-34), el Señor estaría muy
cansado. Sin embargo, muy temprano en la mañana, se levantó, salió de la
ciudad, y buscó un lugar solitario donde orar (v.35)
La primera frase, “muy de mañana”, traduce la palabra ‘proi’. Esta palabra
significa ‘la primera parte del día’
Aquí, en Marcos 1:35, el significado de la palabra queda determinada por la
siguiente frase, “siendo aún muy oscuro”.
¿Por qué se levantó tan temprano? No fue porque el Señor no estaba
cansado; no fue porque no podía dormir; no fue simplemente porque esa era
Su costumbre. Lo que leemos a continuación indica que fue porque el Señor
sentía una gran necesidad de pasar tiempo en comunión con Dios el Padre.
El contexto también indica que el Señor se levantó temprano, porque quería
salir de la ciudad antes que la gente se despertara. Esta gente había venido
de lugares aledaños, para ser sanados; dentro de poco tiempo le estarían
presionando para sanarles. Por ende, el Señor se levanta temprano para
evitar la presión de la gente. ¡Mientras los enfermos estaban durmiendo, el
Médico Divino ya estaba andando!
Salió de la casa, salió de la ciudad de Capernaum; y se dirigió a un lugar
solitario. El Señor enseñó la importancia de orar a solas (Mat 6:6), y practicó
lo que enseñaba. Sabía que la mejor manera de gozar una comunión íntima
con Dios era a solas, lejos de la muchedumbre. Lucas 5:16 indica que esta era
algo que el Señor hacía constantemente. Cristo ministró en las ciudades y
pueblos. Sin embargo, Él se retiraba a lugares desiertos para orar y buscar a
Dios. Posteriormente, tuvo que retirarse a lugares solitarios, para evitar
problemas con la muchedumbre, que lo asediaba (ver Marcos 1:45)
“…y allí oraba” El día anterior el Señor asistió a la sinagoga para adorar a
Dios. Ahora era el comienzo de una nueva semana; sin embargo, el Señor
sintió la necesidad de adorar a Dios en privado, y buscar Su compañía en
oración. Para el Señor, la vida espiritual no se limitaba al día del Señor; Su
vida devocional no se limitaba a la sinagoga. Cuando no había que asistir a la
sinagoga, el Señor se levantó aún más temprano que lo acostumbrado, para
buscar a Dios a solas. Debemos observar que Marcos no dice que el Señor
‘oró’ (tiempo corto), que apuntaría a un tiempo breve de oración específica.
Más bien, usa el imperfecto (“oraba”), que indica un período más extenso,
durante el cual el Señor oraba (por diferentes cosas, en diferentes maneras,
etc.). ¡La vida de oración de Cristo es digna de ser imitada por todos! En los
evangelios, constantemente lo vemos orando. En este caso, el Señor estaba
por comenzar una nueva gira ministerial por toda Galilea (ver v.39). Por ser
un momento tan importante, el Señor sintió la necesidad de orar.
Habiéndose acostado tarde, el Señor se levantó muy temprano – no porque
no le gustaba dormir, sino porque se deleitaba más en la oración que en el
reposo
El Señor tuvo un ministerio impactante; mucha gente quería que le atienda.
Había una tremenda presión sobre Él de la muchedumbre. Sin embargo, el
Señor resistió esta presión. ¿Cómo? Estableciendo prioridades en Su
ministerio.
LA PRIORDAD DE LA VIDA DEVOCIONAL (v.35) Cristo había asistido a la
sinagoga, el día anterior. Sin embargo, en la madrugada, se levanta
temprano, para buscar a Dios a solas. Para Cristo, Su vida devocional, de
acercamiento a Dios, era prioridad número uno en Su vida. ¿Por qué era tan
importante? Podríamos señalar varias cosas:
I. Para evitar el pecado del orgullo.
II. Para fortalecer Su vida espiritual.
III. Para gozar una comunión íntima con Dios.
IV. Para escuchar la voz de Dios.
V. Para recibir poder y autoridad para el ministerio.

JESUS AYUNABA Y ORABA


El Espíritu Santo impulsó a Jesús a ayunar y lo llevó al desierto durante
cuarenta días y cuarenta noches (Mateo 4:1-2). Mientras estuvo en el
desierto, Jesús fue tentado continuamente por el Diablo.

El cuerpo físico de Jesús estaba en su punto más débil por no haber comido, y
fue entonces cuando Satanás lo tentó implacablemente. Satanás atacó la
identidad de Jesús como Hijo de Dios, le ofreció promesas de poder que eran
contrarias al plan de Dios para Él, y le ofreció cosas que podrían satisfacer Sus
deseos naturales humanos (Mateo 4:2-10). Jesús venció las tentaciones de
Satanás porque confió en la Palabra de Dios y se aferró a Sus promesas. Este
es un claro ejemplo de cómo Jesús prevaleció sobre el pecado al encontrar
poder en la Palabra de Dios, y no en Su propia fuerza.
Mateo 4:11 dice que después que Cristo fue tentado, "el diablo entonces le
dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían". El ayuno de Jesús lo fortaleció,
no confiando en Su humanidad, sino confiando en Dios. Lucas 4:14 confirma
como Dios lo fortaleció, diciendo: "Y Jesús volvió en el poder del Espíritu...".
Este tiempo de ayuno y tentación preparó a Jesús para Su ministerio público
de tres años, en el que liberó a los oprimidos, hizo milagros y venció a la
muerte. Era importante que viviera cada momento dirigido por el poder del
Espíritu (Lucas 10:21-22), ya que demuestra un dominio sobre Su naturaleza
humana

En Jesús todo inicia con el Padre; cuando en su adolescencia le dice a María y


a José: “no sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar”
(Lc. 2:49),
desde aquí en adelante alegó él “es necesario”, estar en los negocios de mi
Padre. Esta expresión muestra que Jesús tenía conciencia de su relación
especial con el Padre, así como de su misión. Los negocios del Padre son sus
propósitos asuntos.
No es una simple decisión personal o de una reflexión. El hijo de Dios habla
de un deber, va mucho más allá de su voluntad personal, es el cumplimiento
de una orden que le sustenta y sostiene.
La vida de Jesús es un continuo ir al Padre, ya al final de su misión en la cruz
gime exclamando: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Lc. 23:46).
Son las últimas palabras de quien, al hacer un balance de su vida, sabe que
todo se ha consumado (Jn. 19:30). Tal y como le fue encargado por el Padre
el gran planeador de la historia de la salvación. Jesús entrega el espíritu al
Padre
Entre Jesús y el Padre existe un amor, una complacencia, una comunión y
compenetración que es vida compartida. Esta intimidad constituye la más
sublime revelación que Jesús hace de Dios, presentándolo a los hombres
como Padre. LA UNIDAD DE JESÚS CON EL PADRE EN LA ORACIÓN IRRADIA
SU PROFUNDA ESPIRITUALIDAD
Si DIERA LECTURA A TODAS LAS ORACIONES DE JESUS ME LLEVARIA MUCHO
TIEMPO

c) Evangelio de Lucas
2: 46 En el Templo, la casa de su Padre, a los doce años de edad.
3: 21 En el momento de su bautismo, se encuentra orando y el cielo se abre
4: 1-2 Antes de iniciar su predicación se retira al desierto y ora durante 40
días.
4: 3- 12 Al ser tentado responde con la fuerza de la Palabra.
4: 16 Tenía la costumbre de ir a la sinagoga (la casa de oración).
5: 16 Buscaba lugares tranquilos para orar.
6: 12-13 Antes de elegir a sus discípulos sube al monte y pasa la noche en
oración.
9: 16 Bendice los alimentos en la multiplicación de los panes.
9: 18 Se retira a lugares apartados para orar
9: 28-29 Sube al monte a orar y mientras estaba orando se transfigura.
10: 17 A la vuelta de la misión de los setenta y dos, bendice y da gracias al
Padre.
11: 1 Al ver cómo él oraba sus discípulos le piden que les enseñe a orar.
11: 2 Les enseña el Padrenuestro.
18: 1 Enseña a sus discípulos la necesidad de perseverar en la oración (ser
constantes).
18: 9-14 Les enseña la humildad en la oración.
22: 17-19 Da gracias en la Ultima Cena.
22: 39 Como era su costumbre, fue a orar al monte de los Olivos.
22: 40 Les enseña a sus discípulos a orar para no caer en la tentación.
22: 41 Ante la proximidad de la muerte ora para buscar la voluntad del Padre.
23: 46 Al morir, sus últimas palabras se dirigen al Padre con un Salmo (31).
24: 30 Los discípulos de Emaús lo reconocen al bendecir y partir el pan.

TODA SU VIDA ESTÁ LLENA DE ORACIONES DE UNA CONEXIÓN DIRECTA CON


EL PADRE Y CONFORME A SU VOLUNTAD.
Jesús, tuvo una conciencia perfecta de la unidad de obediencia y de amor al
Padre. LAS ORACIONES DE JESÚS NOS OFRECEN UNA VENTANA HACIA LA
RELACIÓN MÁS PRECIOSA QUE PUEDE EXISTIR ENTRE UN HOMBRE EN LA
TIERRA Y DIOS EN EL CIELO

Una de las oraciones más conocidas de Jesús es la que hizo en el Monte de


los Olivos antes de su crucifixión. Esta oración es conocida como la oración
de agonía y es una de las oraciones más profundas de la Biblia. Esta oración
de Jesús revela su profunda devoción por Dios y su profundo deseo que su
volición sea cumplida. (Mateo 26:36-45) lucas 22:39 dice que el se fue al
monte de los olivos como solía hacerlo

RAZONES QUE NOS AYUDAN A ENTENDER LA VIDA DE ORACIÓN DE JESÚS.


1. Disfrutaba la comunión con el Padre
La noche antes de ser entregado mientras compartía con sus discípulos en el
aposento alto, Jesús oró al Padre en presencia de ellos y por ellos diciendo:
“porque me has amado desde antes de la fundación del mundo” (Juan
17:24). Desde esta declaración entendemos que aun antes de la creación,
había entre el Padre y el Hijo una relación de amor y disfrute mutuo. El Padre
gozaba con el Hijo y viceversa. Por eso, no es de sorprender que Jesús tomara
tiempo a solas para la oración con Dios. El amor que hay entre ambos fue un
vínculo indisoluble, y ni siquiera fue interrumpido por el ministerio terrenal
de nuestro Señor. Por eso, es necesario concluir que Jesús oraba porque
disfrutaba de la comunión de Su Padre.
2. En su humanidad, dependía del Padre
La Biblia también nos muestra que Jesús tuvo experiencias que pertenecen a
la esfera de la humanidad. El apóstol Juan en su primera epístola se encarga
de enfatizar que nuestro Señor no solo vino como Dios, sino que también “ha
venido en carne” (1 Juan 4:2), y en virtud de su humanidad, participó de las
aflicciones, miserias y necesidades del ser humano. Por eso, era
absolutamente dependiente del Padre. Su sostenimiento, provisión y
protección venían de Él. El único que lo podía entender en su angustia y
socorrerlo en su necesidad era Su Padre. Su oración era una evidencia que
dependía de la ayuda divina. Por eso, el escritor de hebreos dice: “Y Cristo, en
los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas
al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente”
(hebreos 5:7). A partir de aquí concluimos que Jesús también oraba porque,
como hombre, dependía del Padre.
3. Para modelarnos la vida que agrada al Padre
Cristo es nuestro ejemplo de obediencia perfecta y de una vida que agrada a
Dios. Él es nuestro ejemplo supremo de santidad, piedad y pureza. El apóstol
Pedro dijo que “Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que
sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:21). Y en ese mismo contexto decía que
“cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga
justamente” (1 Pedro 2:22, 23). Lo que el apóstol destacaba era que la
actitud que Jesús tenía de encomendarse a Dios es una virtud a imitar, en
especial cuando sufrimos. Además, otro apóstol dijo en un sentido parecido:
“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2:6).
Esto quiere decir que la vida de Jesús –incluyendo la vida de oración– es el
ejemplo de una vida que agrada al Padre. Él es nuestro modelo y nosotros lo
imitamos. Nuestro Señor no se limitó a ordenarnos a orar, sino que también
él mismo fue un ejemplo de oración.
Ahora bien, aunque la vida de oración de Jesús nos queda como un modelo,
las primeras dos razones son también aspectos de nuestra comunión con
Dios que debemos tener en cuenta. A través del sacrificio de Cristo ahora
tenemos entrada libre (hebreos 10:20) y podemos disfrutar de Su presencia y
asimismo acercarnos confiadamente (hebreos 4:16) para buscar Su ayuda y
socorro. Mejor dicho, tenemos el privilegio de disfrutar del amor del Padre y
podemos depender de Él en todo momento. Y tal como hizo Jesús, la oración
nos provee ocasión para ambas.
Como dice el apóstol Pablo a los Filipenses.
El Señor en su Palabra, nos ha dado muchos ejemplos, y con sus obras nos ha
enseñado que es lo que a Dios le agrada.

CONCLUSIÓN:
JESÚS ES EL MODELO A SEGUIR, SOBRE TODO EN LA INTIMIDAD QUE ÉL
TENÍA CON DIOS
EL LOGRO SU MISIÓN AQUÍ EN LA TIERRA POR QUE ESTABA ESTRECHAMENTE
ENLAZADO A SU PADRE, EL FUE EL QUE LO AYUDO Y FORTALECIÓ PARA QUE
CUMPLIERA LA MISIÓN DE REDENCIÓN PARA LA HUMANIDAD, HOY EN ESTE
DÍA DEMOS GRACIAS POR ESE HERMOSO SACRIFICIO E IMITEMOS LAS
ACCIONES DE CRISTO.

Ponte de pie y vamos a decirle: QUIERO SER MAS COMO TU, JESUS.

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