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"La lingüística, el lenguaje y la lengua" en André Martinet

José Néstor Mevorás Lencinas

Desde tiempos inmemoriales, el lenguaje ha sido una herramienta fundamental para la comunicación y la
expresión humana. Nos permite compartir ideas, emociones y experiencias, y nos conecta con el vasto mundo que
nos rodea. Sin embargo, ¿alguna vez nos hemos detenido a reflexionar sobre la complejidad y la belleza intrínseca
del lenguaje humano? En este artículo, nos embarcamos en un fascinante viaje a través de la lingüística,
explorando sus fundamentos, sus matices y su profundo impacto en nuestras vidas.

La Lingüística: Un Enfoque Científico


Cuando hablamos de lingüística, nos referimos al estudio científico del lenguaje humano en todas sus
dimensiones. Es importante destacar que la lingüística se distingue de la gramática normativa, ya que no busca
imponer reglas o juicios de valor sobre cómo debería ser el lenguaje, sino que se enfoca en entender cómo
funciona en la práctica. La lingüística se basa en la observación imparcial de los hechos lingüísticos y se abstiene
de proponer una selección entre estos hechos en nombre de ciertos principios estéticos o morales. En otras
palabras, es una disciplina descriptiva y objetiva que busca comprender el lenguaje tal como es utilizado por los
hablantes nativos.

El Carácter Vocal del Lenguaje: La Importancia de la Oralidad


Si bien la escritura ha adquirido una gran importancia en muchas sociedades, es fundamental recordar
que el lenguaje humano tiene un carácter vocal intrínseco. La comunicación oral es la forma primaria y natural de
expresión lingüística, y es a través de ella que nos conectamos con los demás de manera inmediata y dinámica. La
escritura, si bien es una representación importante del lenguaje hablado, es secundaria a la oralidad y debe ser
comprendida como tal. Es fundamental reconocer la importancia del aspecto vocal del lenguaje humano y su papel
central en nuestra experiencia comunicativa.

El Lenguaje como Institución Humana: Una Mirada Sociocultural


El lenguaje humano puede ser entendido como una institución social que surge de la necesidad de
comunicación en las sociedades humanas. Al igual que otras instituciones sociales, como la familia o el gobierno,
el lenguaje se desarrolla y evoluciona en el contexto de la interacción social y cultural. Cada lengua refleja las
características únicas de la cultura y la historia de sus hablantes, y su estudio nos permite comprender mejor las
complejas dinámicas socioculturales que subyacen a la comunicación humana. Además, el lenguaje es un
poderoso vehículo de identidad personal y cultural, y su diversidad y riqueza son dignas de exploración y
celebración.

Las Funciones del Lenguaje: Más Allá de la Comunicación


Si bien la comunicación es la función principal del lenguaje, no es la única. El lenguaje también sirve
como un medio de expresión individual, análisis del pensamiento y manifestación estética. Nos permite compartir
nuestras ideas, emociones y experiencias, y nos brinda la oportunidad de explorar y expresar nuestra creatividad.
Además, el lenguaje es fundamental para la formación y expresión de la identidad personal y cultural, y su estudio
nos permite comprender mejor las complejas interacciones entre el individuo y la sociedad.

¿Las Lenguas son Nomenclaturas?: Explorando la Diversidad Lingüística


Una concepción común del lenguaje es pensar en él como un simple repertorio de palabras que designan
objetos específicos en el mundo. Sin embargo, esta visión simplista no captura la riqueza y la complejidad del
lenguaje humano. Cada lengua es un sistema único de signos y reglas que organiza la experiencia humana de
manera única, y su estudio nos permite comprender mejor las diversas formas en que los seres humanos perciben
y conceptualizan el mundo que los rodea. A través de la exploración de la diversidad lingüística, podemos ampliar
nuestra comprensión del lenguaje humano y enriquecer nuestra experiencia comunicativa.

El Lenguaje no es un Calco de la Realidad: Reconociendo su Naturaleza Constructiva


Es importante reconocer que el lenguaje humano no es un reflejo directo de la realidad, sino una
construcción cultural y social que moldea nuestra comprensión del mundo. Cada lengua tiene su propia
organización única de los datos de la experiencia, y su estudio nos permite comprender mejor las complejas
interacciones entre el lenguaje y la realidad. Al reconocer la naturaleza constructiva del lenguaje humano,
podemos ampliar nuestra perspectiva y apreciar la diversidad y la riqueza del mundo lingüístico que nos rodea.

La diversidad de sonidos: Más allá de las apariencias


En el vasto océano de sonidos del lenguaje, cada lengua se erige como un archipiélago único, con sus
propias tonalidades y matices. ¿Es la vocal del inglés "bait" simplemente una versión inglesa de la "é" francesa?
¿O la "bit" una distorsión de la "i" francesa? La respuesta yace en la compleja interacción entre los órganos
articulatorios y la percepción auditiva. Desde las delicadas inflexiones del francés hasta la firmeza del inglés, cada
lengua despliega una gama de sonidos que desafían las categorías preestablecidas.

La doble articulación del lenguaje: Un equilibrio delicado


Se dice que el lenguaje humano es articulado, pero ¿qué significa realmente esta afirmación? La
articulación del lenguaje se manifiesta en dos planos distintos: la primera articulación se refiere a la división de la
experiencia en unidades significativas (palabras), mientras que la segunda articulación se ocupa de la estructura
fonética de estas unidades (fonemas). Desde el dolor de cabeza expresado en gritos hasta la frase
cuidadosamente articulada "me duele la cabeza", el lenguaje revela su capacidad para analizar y expresar la
experiencia humana de manera precisa y eficiente.
Unidades lingüísticas fundamentales: Monemas y fonemas
En el corazón de cada lengua yacen las unidades lingüísticas fundamentales: los monemas y los fonemas.
Los monemas, o unidades de significado, forman la base del lenguaje, mientras que los fonemas, o unidades de
sonido, dotan al lenguaje de su expresión vocal distintiva. Desde las palabras individuales hasta las complejas
estructuras gramaticales, el lenguaje se construye sobre estas unidades fundamentales, permitiendo una
comunicación clara y efectiva entre los hablantes.

La forma del lenguaje: Linealidad y carácter vocal


La forma lineal del lenguaje refleja su naturaleza vocal, con los enunciados desarrollándose en el tiempo
de manera sucesiva. Esta linealidad implica que el orden y la elección de los fonemas tienen un valor distintivo en
el lenguaje, mientras que los monemas pueden cambiar de posición con relativa facilidad sin alterar
significativamente el sentido del enunciado. Esta estructura lineal del lenguaje refleja su carácter vocal y su
capacidad para transmitir información de manera secuencial y coherente.

La diversidad de las lenguas: Análisis y expresión


Cada lengua tiene su propia manera de analizar y expresar la experiencia humana, desde la estructura
gramatical hasta la entonación y el ritmo del habla. Aunque todas las lenguas practican la doble articulación, cada
una se distingue por su propio conjunto de análisis y expresiones lingüísticas. Desde la afirmación directa del
español hasta la elegante ambigüedad del francés, cada lengua ofrece una ventana única al mundo de la
comunicación humana.

Explorando nuevos horizontes: Más allá de la doble articulación


Aunque la doble articulación del lenguaje es una característica común a todas las lenguas, algunas
recurren a procedimientos que van más allá de esta estructura básica. Desde la entonación interrogativa del
francés hasta los elementos suprasegmentales de la prosodia, cada lengua tiene sus propios recursos para
enriquecer y ampliar su expresividad lingüística. Estos elementos añaden profundidad y matices al lenguaje,
creando un paisaje lingüístico diverso y fascinante.

El Lenguaje: Entre la Continuidad y la Discreción


El lenguaje humano, una de las herramientas más poderosas y complejas con las que contamos, se
despliega en una tela tejida de continuidad y discreción. Desde la melodiosa entonación que caracteriza nuestras
expresiones hasta la precisión discreta de los fonemas que componen nuestras palabras, el lenguaje revela una
dualidad fascinante que moldea nuestra comunicación y nuestra comprensión del mundo.
Cuando exploramos la entonación del lenguaje, nos adentramos en un reino de fluidez y variabilidad. La
elevación y el descenso de la voz durante un enunciado no siguen patrones fijos, sino que se adaptan según la
intención y el contexto comunicativo. Una simple pregunta puede expresar tanto curiosidad genuina como duda
escéptica, todo ello gracias a los matices de la entonación.
En contraste, los fonemas, las unidades discretas del lenguaje, revelan una precisión sorprendente. La
diferencia entre una "p" y una "v" puede transformar completamente el significado de una palabra por ejemplo
pino/vino, demostrando la naturaleza clara y definida de estas unidades lingüísticas. A diferencia de la entonación,
donde los cambios graduales pueden tener un impacto mínimo pero real en el significado, cualquier alteración en
los fonemas conlleva una distinción nítida en el mensaje.
La distinción entre lengua y habla añade otra capa a esta dualidad lingüística. Mientras que la lengua
representa la estructura abstracta y organizativa del sistema lingüístico, el habla materializa estas reglas y
convenciones en actos comunicativos reales. Sin embargo, el habla no existe en un vacío independiente de la
lengua; más bien, concreta y da forma a las reglas establecidas por la lengua.
En última instancia, al explorar esta dualidad entre continuidad y discreción en el lenguaje humano, nos
sumergimos en la riqueza y la complejidad de nuestra capacidad para comunicarnos y comprender el mundo que
nos rodea. Desde la entonación melodiosa que nos lleva a través de un discurso hasta la precisión discreta de los
sonidos que componen nuestras palabras, el lenguaje continúa siendo un fenómeno intrigante que nos invita a
explorar sus infinitas facetas.
En conclusión, la diversidad de las lenguas es un reflejo de la riqueza y complejidad de la experiencia
humana. A través de la articulación del lenguaje, cada lengua ofrece una ventana única al mundo del pensamiento
y la comunicación. Al explorar estas diferencias y similitudes, podemos apreciar la increíble variedad y creatividad
que define a la especie humana en su búsqueda constante de expresión y entendimiento.

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