Está en la página 1de 1

LAS RISAS DE LA

LUNA .

Eran las diez de la noche y mis padres no estaban. Por lo que mi hermanito y yo decidimos salir al
bosque. Estábamos jugando a las escondidas y me tocaba buscar, pero por mucho que buscaba no
lo encontraba. Y entonces volteé a ver a la luna. Tenía forma de sonrisa, pero tenía algo diferente,
no alcanzaba a distinguir qué era. Entonces me di cuenta, que se escuchaban risas. Al principio
pensé que era mi hermanito jugándome una broma, busqué en los alrededores, pero nunca lo
encontré. Seguí caminando sin rumbo por el bosque, llamando a mi hermanito y oyendo cada vez
más cerca las risas. Pero se estaba haciendo demasiado tarde y aún no lo encontraba, así que
decidí volver a casa y avisarle a mis padres. Ya en casa me quedé un buen rato pensando en lo
sucedido y decidí irme a dormir. Por la mañana mis padres ya estarían ahí. Por la noche tuve un
sueño muy extraño, estaba en el bosque y vi a mi hermanito correr hacia él, pero por mucho que
corría no lo alcanzaba, era como si cuando yo me movía él también lo hacía, entonces algo me
tomó del hombro y escuché una risa profunda y cavernosa. Era como si se estuviera burlando de
mí, volteé para ver quién era, pero cuando volteé a ver no había nada, me desperté de un salto, fui
a buscar a mi hermanito y no estaba. No lo había soñado, de verdad se perdió. Mis padres ya lo
estaban buscando, y yo en cambio decidí tomar un baño, me estaba bañando cuando de pronto el
agua comenzó a salir helada. Era como si estuviera cayendo hielo, entonces algo rasguñó mi
espalda, cuando salí a revisar tenía un zarpazo enorme en mi espalda. Decidí no decírselo a mis
padres, sólo los haría preocuparse aun más, sabía que algo muy extraño estaba pasando pero no
sabía qué. Después de eso salí un rato al patio y volteé a ver la luna preguntándome qué era lo que
había oído esa noche, y repentinamente escuché el llanto de mi hermanito. Venía de allá arriba,
de la luna, fue entonces cuando me di cuenta de que lo que había oído en el bosque no eran risas,
sino llantos, de dolor, de miedo, de sufrimiento, y no sólo de una persona, de miles de personas, y
ahora mi hermanito estaba con ellos, estaban atrapados en algún lugar, y yo podía oírlos. Por eso
mi hermano desapareció, esa cosa se lo llevó y ahora iba por mí, busca una nueva presa, me está
cazando y no hay nada que pueda hacer. “Cuenta la leyenda que él sigue allá afuera, buscando a
aquellos cuyos ojos no estén ciegos de la realidad, a aquellos que sepan la cruda verdad, a
aquellos que escuchen las risas de la luna”.

También podría gustarte