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A los 16 años solía quedarme solo en casa después de la escuela ya que mis
padres tenían un horario muy estricto, aunque estar solo no me importaba
ya que tenía un poco más de libertad para hacer o probar cosas que
probablemente no me dejarían hacer. Algunas veces intentaba cocinar
platillos interesantes o leía todo tipo de cosas como libros, magas, comics
hasta los mismos empaques de las cosas, pero lo que sin duda más
disfrutaba hacer era escribir todo tipo de historias que se me ocurrían.
Escribía cosas que yo no podría hacer por edad o tal vez porque mis padres
no me dejarían, prácticamente escribía historias en las que yo podía hacer
lo que sea. Creo que esa era una forma de escapar de mi aburrida y
repetitiva realidad, aunque sin duda el momento más feliz para mí era la
hora de dormir. ¿Por qué?
Al momento de dormir las personas soñamos, en los sueños no hay
limitaciones así que podemos soñar lo que sea, en mi caso soñaba las
historias que había escrito. Pero un día la vi en mi sueño…
Mi padre es algo raro, puede estar muy enojado toda una semana, pero
puede estar muy feliz de la noche a la mañana, ese día amaneció enojado,
pero ya me había acostumbrado.