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FRAN BOW, “EL SEÑOR DE LA

MEDIANOCHE”

Folio: 3594979

Seudónimo: Señora Medianoche

Vertiente: Cuentos para Don Quijote

Categoría: Estudiantes de Educación secundaria


COMENTARIOS DE LOS LIBROS LEÍDOS

El niño de pijama de rayas

Autor: John Boyne

Me gusto, pero es una historia algo triste sobre una amistad “prohibida” entre un judío y

el hijo de un comandante nazi. No me gusto, porque es momento triste cuando el niño

se muere.

El diario de Ana Frank

Autor: Ana Frank

Es una de mis favoritas, pero también de las más tristes ya que no es una historia de

ficción si no un diario de una persona que vivió todas esas cosas. Me gusta el ambiente

donde se desarrolla.

El viejo y el mar

Autor: Ernst Hemingway

Me pareció muy linda porque nos deja la reflexión de que él, es tan feliz allí que hasta

llega a sentir pena por los peces que pesca. Me gusta, porque el mar es una muestra de

nuestro viajar y la añoranza.


El retrato de Dorian Gray

Autor: Oscar Wilde

Me gusto ya que habla sobre el valor que le damos a la belleza, el cual no debería de

tomarse tanto en cuenta ya que todo eso algún día se acaba.

Momo

Autor: Michael Ende

Me gusto porque se trata sobre reflexión y critica sobre la sociedad contemporánea, sobre

la amistad y el sentido de la vida a través de una historia muy sencilla y profunda. También

brinda esperanza a los demás.


FRAN BOW, “EL SEÑOR DE LA MEDIA NOCHE”
Todo va bien, me siento como en el cielo; veo a mis padres, parecen felices, ¡tienen

un regalo para mí!, me pregunto, ¿qué será?, ¡es un gato!, es tan tierno y oscuro como

la noche, lo llamare: “Sr. Medianoche”, mi mejor amigo a partir de hoy. El único de hecho.

Estamos cenando, hoy nos visitó la tía Grace, realmente la quiero mucho, ella me cuida

cuando mis padres tienen que salir, ¡nos divertimos mucho! Es lunes por la noche, estoy

jugando con el Sr. Medianoche pero, siento que algo está mal, hay una extraña figura

afuera, ¡tras mi ventana! Me observa, no me gusta, me da miedo.

De pronto escuche algo, ¡es mi madre!, está gritando, ¿qué está pasado?, una

fuerte luz que provenía del cuarto de mis padres, tengo mucho miedo, pero me acerco,

hasta llegar al pie de la puerta, - ¿madre?, ¿Padre?, por favor, ¡no! yo ya no podía hacer

nada, ellos estaban muertos, totalmente descuartizados, ¿por qué? o ¿cómo? Eran

preguntas que me carcomían la cabeza, hasta que me gano el miedo y comencé a correr,

correr tan rápido como pude en dirección al bosque hasta que tropecé con una piedra,

caí y me golpee en la cabeza, me desmaye, no se claramente que paso después de eso,

todo es muy confuso, ahora lo único que escucho es una voz, y lo único que dice es –

Fran, favor sigue mi voz-, ese… ¿es mi nombre? Al parecer sí, estoy en una cama como

las que usan en un psicólogo, aunque al parecer en realidad era un psiquiatra, la voz que

escuche antes le pertenecía a un hombre, el cual ahora me está preguntando como me

encuentro y estoy bien supongo. Él me platico que ya llevo varios meses aquí pero que

gracias a los medicamentos en ocasiones tengo pérdidas de memoria, como esta vez por

lo que hoy me lo cambiaran por otro que se supone es mejor, aunque aún estaban

experimentando para mejorar los resultados en los pacientes; así que llamo a una

enfermera, Michel, traía las pastillas, pero eran un poco raras, eran triangulares. Nunca

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había visto algunas parecidas, en realidad ni siquiera sabía cómo tomarlas pero bueno,

lo hice y comencé a sentir un ardor insoportable en la cabeza, cerré los ojos esperando

a que el dolor desapareciera, cuando los abrí todo estaba ensangrentado, una luz

deslumbraba mis ojos, el doctor y la enfermera estaban totalmente descuartizados al

igual que mis padres el día que los perdí y después de eso todo se puso borroso y me

desmaye de nuevo y volví a ver a la criatura de aquel día, el que estaba fuera de mi

ventana y me dijo -ten cuidado Fran, si abandonas la casa de la locura, te perseguiré, te

atrapare y te devolveré a la locura- después simplemente desapareció en la oscuridad.

Paso un buen rato hasta que vi un par de ojos, yo conocía esos ojos estaba segura

¡le pertenecían al Sr. Medianoche! él me dijo –el medicamento que te dieron hoy te

ayudara a escapar de este lugar, cuando logres salir te esperare en el bosque en el que

nos separamos, te quiero- y desapareció al igual que aquella criatura. No desperté hasta

el siguiente día, aunque solo fueron unos simples minutos para mí, aunque lo único que

me importaba en ese momento era salir de ahí lo más pronto posible para buscar al Sr.

Medianoche, así que comencé con mi misión de reunir cosas para poder escapar de ahí,

así que comencé a investigar cómo salir, en este lugar hay más niños como yo, pero ellos

saben más que yo.

Así que empezó por preguntarle a mi compañero de habitación si sabía alguna

manera de salir, me dijo que había muchas maneras de salir, el problema era que todas

las salidas estaban aseguradas con llave, las cuales estaban vigiladas todo el día excepto

en los cambios de turno de los guardias y en sus descansos de 15 minutos.

Así que decidí tomar la llave en su descanso, pero antes de eso necesitaba tener

provisiones y algo de ropa, guardé un poco de pan de los desayunos. Después de

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algunas semanas logre reunir las cosas necesarias para salir, tenía mucho miedo ya que

si me atrapaban intentando escapar mis posibilidades de ganar serian casi nulas.

No me importaba -¡el Sr. Medianoche estaba esperándome!-; Realmente no sabía

cómo o iba a hacer hasta que recordé lo que me dijo el Sr. Medianoche ¡las pastillas!, así

que decidí tomar una, segundos después volvió el dolor taladrante en mi cabeza, de

nuevo todo estaba ensangrentado y como las veces anteriores el vigilante estaba

descuartizado pero ya no me daba miedo, se estaba viviendo algo cotidiano para mí, solo

tome la llave y la guarde en mi saco para después desmaye por segunda vez gracias a

las pastillas.

Desperté en mi habitación como de costumbre, ahora solo tenía que esperar a que

cayera la noche para comenzar con mi escape, comencé por salir de mi habitación sin

despertar a mi compañero para que no alertara a las enfermeras, fue muy difícil en

realidad ya que las puertas rechinaban demasiado, cuando di un paso fuera de ese lugar

apareció esa creara, tal cual lo prometió me dijo que me seguiría si salía de ahí y al

parecer cumplía sus promesas, así que corrí a un laberinto que había fuera de aquel

psiquiatra y lo perdí ahí, se oían a lo lejos las alarmas aunque se detuvieron después de

un tiempo, luego logre salir de aquel laberinto, al llegar al final encontré a las malvadas

creaturas de la noche, a ellos les encanta atormentarte, reírse de ti, solo para divertirse

no tenía por qué preocuparme, ya que siempre hay un lado bueno de todo. En mi caso

es un gato, lleno de tuercas y tornillos, él siempre será mi guía, mi salvación de este

mundo tan confuso y extraño. El me llevo hacia una alcantarilla, olía muy desagradable

pero prefería entrar ahí antes que me atormentaran esas cosas, cuando salí de ahí todo

se sentía distinto, para empezar ahora era de día, me sentía como en una historia de

fantasía, todo era muy irreal, comencé a caminar hasta que me topé con un árbol que era
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diferente a los demás, todos estaban llenos de hojas de colores pastel, pero este no,

estaba totalmente seco, así que me acerque un poco más para ver qué era lo que le

pasaba, cando le di la vuelta al árbol me di cuenta de que había algún tipo de fantasma

cinco cabezas, todas unidas por su cabello el cual, al parecer, estaba totalmente

enredado en el árbol, entre todo ese cabello había una llave, la cal por curiosidad intente

tomar pero no lo logre y en su lugar desperté a aquellos fantasmas, -¿esta llave es de

ustedes?- pregunte, -en realidad no pero no te la podemos dar antes de que nos ayudes

primero-, me explicaron que ellos vuelan de norte a sur dos veces al año, aunque

normalmente no había problema ya que tenían un cepillo de desenredarse y seguir su

camino pero que una especie de rata lo había timado y se lo había robado, -si consigues

devolvérnoslo la llave será toda tuya- asentí con la cabeza y comencé a buscarlo pero mi

prioridad siempre seria el Sr. Medianoche.

Así que comencé pregúntale a cada creatura que me encontraba si lo había visto

pero ninguno tenía idea de donde podría estar hasta que me topé con algo que parecía

una hormiga, pero gigante, más grande que yo, de hecho, que estaba acompañado por

su mascota, una chinchilla, decidí preguntarle por mi gatito y me dijo que si ¡que lo había

visto! A falta de comida se lo había dado a su chinchilla, escuchar eso me rompió el

corazón y rompí en llanto me sentí tan sola de nuevo, sentía que se me venía el mundo

encima, -él era lo único que tenía- dije sollozando seguí llorando hasta que la hormiga

me interrumpió –ya deja de llorar niña me taladras la cabeza- me dijo, -¿que no sabe lo

que se siente estar solo?- le respondí, -¿sabes qué?, mátalo me da igual, esas cosas

hacen digestión muy lento, seguro tu gato sigue vivo- me dijo, haciendo que mi tristeza

cambiara repentinamente a confusión ¿está escuchando lo que está diciendo?, es su

único amigo- , - que si niña, anda ve a mi casa ahí hay una familia de piedras que tienen
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un pequeño huerto de moras, la comida favorita de mi mascota, justo al lado hay un

hacha, también tráela- no quería que el Sr. Medianoche muriera así que rápidamente me

dirigí a su casa, era muy pequeña para el tamaño de la hormiga y al parecer hace mucho

tiempo que no entraba ahí, la puerta estaba atascada pero gracias a que era de madera

esta se había podrido y la rompí muy fácilmente , había muchas hormigas solo que ésta

vez son de tamaño normal, me dio igual y continúe buscando las moras, como lo dijo la

hormiga dentro de la casa había otra aún más pequeña, como de pájaros, dentro había

piedras pero tenían brazos y piernas, ¡tenían vida!, eran algo tontas así que no me costó

mucho tomar las moras, las guarde en mi saco y corrí de vuelta con la hormiga, le di las

moras a la chinchilla y casi inmediatamente comenzó a comerlas. Tome el hacha con las

dos manos y la corte por la mitad, soltó un grito estremecedor que me puso la piel de

gallina.

Pero, - ¿qué es esto?, tú no eres mi gato, eres ¡una rata! - grite, - oh señorita me

ha salvado de la miseria, muchas gracias de verdad- - me alegro por ti, pero esperaba

encontrar a alguien más- -Supongo que estas algo decepcionada. ¿A quién estas

buscabas? - - ¡Mi gato! a mi adorable gato, el Sr. medianoche, un gatito negro- - ¡Oh,

señorita si es el que yo pienso, está en problemas ahora mismo- - ¿por qué?, ¿Qué paso?

- -Puedo mostrárselo.

Sígame por favor no está lejos de aquí Caminamos un poco hasta llegar a una

especie de pozo en él había una especie de puertecita -Ya estamos. Alguien se lo llevo

señorita… ¡pero han desaparecido! - -Oh, cielos… ¿pudieras ser más específico? - -Ojalá

pudiese. Parece como si la tierra se lo hubiera tragado, si hay algo más que pueda hacer

por ti házmelo saber, estaré por aquí- -De hecho, si, disculpa, ¿has robado tu un peine?

-Oh, el peine, el brillante y precioso peine - -Vas a tener que dármelo, ¡no te pertenece!-
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-Está bien, entonces ¿podría primero peinar mi pelo?- -Estoy muy cansada pero está bien

lo hare peines cabello y logre que me lo devolviera así que me dirigí rápidamente a los

fantasmas es aquel árbol –aquí está su bonito peine señores- me agradecieron y

comencé a desenredar para que pudieran salir –muchas gracias Fran, ojala la llave abra

la puerta que te desees, adiós- tome la llave y corrí a aquella partecita y, para mi

sorpresa… ¡la llave embonaba! Abrí la puerta y había unas pequeñas escaleras, apenas

y cabía de pie, comencé a bajar hasta que escuché un ruido - ¿Sr. Medianoche? Que

puertecita tan misteriosa- dije, de pronto una mano fría, como si se tratara de un metro,

me tapo la boca con un tipo de trapo humeo y después me desmaye perdiendo la

conciencia. Desperté en una especie de cocina, se veía tan sola, pero ¿quién me pudo

haber traído aquí?, comencé a vagar por la casa, no se escuchaba ni un alma ahí dentro,

era una casa grande, demasiado para mi gusto, subí las escaleras y me percate de que

había un ático así que decidí subir para ver que había, subí y estaba todo muy oscuro,

camine a ciegas hasta que me encontré con u montón de velas y unos cerillos, prendí

una vela y ¡estaba ahí, era el Sr. Medianoche!, pero ¿por qué estaba en una jala? Aunque

en ese momento no me importo mucho, después de tantas cosas que había pasado

escape de un psiquiátrico, cruce un laberinto, ayude fantasmas, conocí a una hormiga

gigante y a una familia de piedras, mate a una chinchilla, cepille a una rata y me

secuestraron.

Todo eso para por fin estar a tu lado de nuevo Sr. Medianoche, pero tenemos un

nuevo obstáculo que no nos deja estar del todo juntos, esta jala – voy a volver Sr.

Medianoche, lo prometo necesitaba conseguir la llave de esa jaula pero primero tenía

que encontrar a quien me había traído aquí y encerrado a mi gatito, volví abajo, a la

cocina donde avía despertado y ahí estaba o ¿estaban?, no sé cómo explicarlo…eran


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dos personas pero unidas en una sola, dos piernas y dos brazos pero también dos

cabezas, -¿quiénes son?, ¿por qué me trajeron aquí?- -¿muchas preguntas para una

niña tan pequeña no?, somos Lily y Mily, nacimos separadas pero una criatura rara nos

dio esta maldición por ser groseras con el- -Mmm ¿y eso a mí qué? ¡Yo solo quiero a mi

gato por favor! -no seas grosera niña- -No me llamo niña, soy Fran, Fran Bow- -aja niña,

bueno como te decíamos, ocupamos que nos ayudes un mínimo conjuro para separarnos

y te devolveré a tu gato, toma memoriza lo que dice en este libro y cuando estés lista

llámanos, ¿entendido?- -am si, con tal de que me devuelvan a mi gato Comencé a juntar

vela, sal, un poco de mi cabello entre otras cosas para realizar el conjuro y después me

memorice cada una de las palabras que estaban en ese libro, la practique una y otra vez

hasta que estaba segura de que estaba lista, así que las llame, se colocaron dentro del

círculo que había preparado previamente y comencé a decir el conjuro “Atay duey

dembella le vir mersay de poissay, ho ze coo zen tray ar may piday mort Lily give monsay

Mily”.

Así seguí hasta que empezaron a levitar, una luz deslumbro mis ojos y cando pude

volver a ver eran dos personas distintas, ¡lo había logrado! De verdad que no lo podía

creer, ellas estaban empapadas en llanto, después de mucho tiempo estaban como

antes, me agradecieron y me entregaron las llaves para abrir la jaula, ni siquiera lo pensé,

solo corrí, abrí la jala y cuando estaba a punto de abrazar al Sr. Medianoche. Desperté,

-¿qué?, ¿dónde está el Sr. Medianoche?-, En realidad nunca había escapado de ese

psiquiátrico, seguía ahí, ahogándome en mi locura, ahogándome en pastillas y terapias

y es que en realidad nunca iba a salir de ahí, porque es a donde pertenezco, a la locura,

y ahora también entiendo que nadie mato a mis padres, fui yo y no viví todas esas

aventuras, todo este tiempo fue solo mi imaginación, porque estoy loca o al menos eso
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me dicen, estoy tan cansada, tan confundida, no quiero estar aquí, nunca me gusto pero

estoy loca, todo el tiempo me lo repiten una y otra vez.

Con el paso del tiempo me he ido acostumbrando a ello, ahora sé que estoy loca,

que le pertenezco a la locura y pronto tú también.

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