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Mariana Pineda

En la edición Cátedra de Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca, está escrita
una cita de Martín Recuerda en la que dice : "Me prometí que mis personajes se rebelarían
siempre, que exaltarían siempre las conciencias, que gritarían, que no se dejarían hundir en
ningún momento". Mejor no se puede cumplir esta meta que poniendo en escena la historia
de Mariana Pineda, mujer liberal condenada a muerte por no haber querido delatar a sus
compañeros de lucha. En las dos obras que hemos leído, el personaje de Mariana se
enfrenta a la muerte por sus creencias. Sin embargo, destacan unas diferencias que es
imprescindible aclarar.

Primero, el marco de ambas obras es realista : claramente son obras históricas, con un
decoro, una manera de hablar y de vestir, que encajan con la época que quieren
representar. También en Las arrecogías, sobre todo al principio, se nota la simultaneidad de
las acciones en un ambiente festivo muy detalladamente descrito por el autor. En mi sentido
esto cumple la función de enganchar al espectador y de acercarlo a esa época que no
conoció, para luego hacer más conmovedora la historia de Mariana Pineda. Ahora bien, es
preciso recordar que las dos obras no fechan de la misma época : García Lorca escribió su
obra Mariana Pineda entre 1923 y 1925, mientras que Recuerda escribió su obra en 1970,
en un clima muy diferente, pues entre estas dos fechas han transcurrido una guerra civil y
un cambio de régimen hacia la dictadura. Entonces, vamos a ver luego que los dos autores
no tienen el mismo mensaje de fondo con sus obras.
Las dos obras denuncian las condiciones de vida de Mariana Pineda, una Mariana que
aparece muy digna, destacada por su belleza, su manera de hablar y de vestir. En Las
arrecogías, a la manera de las hijas de Bernarda Alba, las mujeres no pueden más que
entrar en conflicto, casi locas por su encerramiento. También destaca la denuncia de que la
delación realmente se hace cueste lo que cueste, sin reparar en quién se manda a la
cárcel : en Mariana Pineda, Pedrosa dice "Ando loco // sin poder capturar a un cabecilla
[...]". En este sentido parece que lo único que le importa es capturar personas, sean o no
sean liberales. En Las arrecogías también se nota la desconfianza que tienen las mujeres
entre sí, por lo menos al principio. Luego, en ambas obras extraña la relación muy tensa
entre Mariana y Pedrosa, una relación quizá marcada por una atracción mútua, en la cual
los silencios son cargados de sentido. En mi sentido, esta relación queda demasiado
romantizada en las dos obras, pero no pierde su interés, pues los dos personajes son
centrales y simbolizan el enfrentamiento de dos polos opuestos por las ideas.
Sin embargo, en Las arrecogías aparecen nuevos temas de denuncia, aunque son
implícitos. Así, el convento y la religión suenan a opresión. Desde un punto de vista
personal me pareció muy impactante la frase de Sor encarnación : "No blasfemo, sólo
pienso. Nadie puede quitarme el poder de pensar". Esta frase pone de relieve varias cosas :
primero, que pensar se opone a creer en dios, pues la reflexión conduciría a la crítica de la
religión. Luego, que el pensamiento es un poder, y que nadie se lo puede quitar a una
persona. Estas palabras son muy fuertes en el contexto de opresión dictatorial en que fue
escrita la obra. Recuerda además va mucho más lejos en la denuncia, cuando escribe en
una canción que canta Lolilla "aquí no pasa nada". Eso suena muy fuerte en este contexto,
pues el bando franquista intentó tapar las pérdidas humanas de la guerra y la miseria de
buena parte del pueblo español, por lo que destaca la ironía de tal frase. También se notan
muchas referencias a personajes o hechos históricos, como Antonio Machado o el liberal El
Empecinado. Una de las bailarinas se llama Carmela, lo que remite a una canción cantada
por el bando izquierdista durante la guerra de España.
En ambas obras se utiliza el metateatro : esta manera de romper la cuarta pared indica
claramente al espectador que el mensaje de la obra le está dirigido. Así, el espectador de
Mariana Pineda puede sentir olores, o bien el decorado va casi siempre conforme con la
situación en que se halla Mariana.
Se notan otras diferencias, causadas sobre todo por la época en que fueron escritas estas
dos obras. Por ejemplo, en Mariana Pineda el texto está escrito en versos, incluso en
romance, mientras que los personajes de Recuerda siempre usan de la vulgaridad y de los
gritos. Eso transparece también en su obra Las salvajes de puente San Gil. Esos gritos
pueden ser vistos como la expresión de una frustración tremenda causada por la censura
en varios aspectos de la vida. La obra de Recuerda también está marcada por el
existencialismo, pues Mariana a menudo cuestiona el sentido de la vida. Podemos ver
entonces que las dos obras caben muy bien dentro de su contexto respectivo, y que eso
hacer evolucionar incluso la visión de este personaje histórico. Esto se nota también de
manera tremenda al final de las obras : en Mariana Pineda, Mariana aparece casi aliviada,
sentimiento reforzado por el discurso sobre la libertad. Se puede pensar que la muerte la
libera de su eterna lucha. Mientras tanto, en la obra de Recuerda, se nota de nuevo el uso
del metateatro para poner en contexto la obra y denunciar lo que ocurrió a Mariana Pineda
para que no se reproduzca, en un discurso en que se puede notar una alusión al
franquismo.
Al fin y al cabo, ambas obras son una reescritura de un hecho histórico intentando pasar
ideas. Se puede decir que García Lorca, tras hacer revivir la historia de Mariana Pineda,
abrió una puerta que Recuerda supo aprovechar con el paso del tiempo. En efecto, en un
contexto marcado por varios hechos sociales, Recuerda elige esta obra no por casualidad,
sino por mezclar dos España que, al fin y al cabo, están pasando por el mismo combate a
pesar de la progresión que supuso el paso del tiempo.

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