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Segundo parcial

Literatura Uruguaya I

Julio 2019

Karina Marrero

5.179.558-5

Licenciatura en Letras
1. Discuta las variantes estructurales, temáticas, el conflicto social y su resolución
dramática, presentes en ¡Ladrones! y en Canillita, de Florencio Sánchez.

Florencio Sánchez, nacido en enero de 1875 en Montevideo, repartió los principales momentos
de su vida entre Uruguay y Argentina, otorgándole a ambos países los derechos culturales de su
legado, fruto de la inspiración reunida gracias a su experiencia en estos. Escribió al correr de estos
años numerosas obras que reflejaron tanto su estatus en la sociedad como su posición política —en
el momento—. Los dos ejemplos que se analizarán en las siguientes páginas son los de ¡Ladrones!
y Canillita, debido a su conflictiva oposición en los temas mencionados anteriormente y en aquellos
próximos a ser explicados.
Como punto de comienzo es propio mencionar que una de las principales diferencias entre
ambas obras —la cual va a pasar a determinar al resto— es la distancia histórica entre ellas. Por un
lado, ¡Ladrones! fue compuesta entre 1897 y 1901, años en los que Sánchez se veía vinculado
políticamente con el gobierno de Argentina. Luego de haber desertado controversialmente1 a las
fuerzas de Aparicio Saravia en la guerra civil en Uruguay, el dramaturgo se dedicó a militar
expresivamente al anarquismo, lo que le dio a la obra el carácter de modelo anarquista y casi la del
tipo biográfica al ser reflejo de sus experiencias. A pesar de no encontrarse en esta obra en
específico, no hay que negar la existencia de la propia opinión de Sánchez sobre los asuntos
mencionados anteriormente en otros textos de su autoría, como en el caso de Cartas de un flojo
(1990), donde hace público su anarquismo. Por otro lado, Canillita fue compuesta entre los años
1902 y 1904, posteriores al comienzo de su separación con el anarquismo, cuya falta termina por
asociar esta creación con la poesía. Suceden entre medio de la publicación de ambos textos
persecuciones por su involucración en publicaciones anarquistas, lo cual podría considerarse motivo
suficiente para el cese de su militancia.
Ambas obras [¡Ladrones! y Canillita] han sido clasificadas sainetes debido a su liviandad y
humor, profundamente estigmatizadas por la creencia de ser creados para “no pensar mucho” al ser
partícipe las masas populares —que eran, a su vez, denigradas— y por sus característicos finales
simples, que carecían del estilo abierto a interpretación que tenían las llamadas obras “de
intelectuales”. Gracias a esto, Sánchez consiguió el transcendentalismo de este estilo de pieza
dramática por parte de las clases bajas, y a su vez les permitió, siendo ellas responsables de la
interpretación de los sainetes, la exploración de los mismos mediante el uso del lenguaje popular y
la incorporación y mezcla de nuevas estéticas.
A pesar de haber sido de gran influencia en la escritura de ¡Ladrones!, el anarquismo no fue
plasmado de manera explícita en el argumento de la misma. Es decir, Sánchez tenía plena
1 Ha sido debatido que Sánchez luchó hasta ser herido y eso lo obligó a abandonar la guerra, pero los rumores
expresan que este simplemente desertó luego de haber cambiado su posición política.
consciencia del público al que se dirigía: analfabeto —o en parte—, obrero, de clase baja, etc.,
gracias a lo cual era redundante la explicación de ciertas cosas, y por lo que los elementos
predominantes de la obra eran la economía empobrecida y la brevedad del texto. Estos serían en
parte esenciales a la hora de ser interpretada debido a la falta de actores y capital para pagarles, lo
cual la convertiría en más accesible que obras de la época de carácter no anarquista. Lo que sí es
correcto reconocer es la presencia de escritura libertaria, propio de Sánchez casi tanto como el
anarquismo. Viene a la par la afirmación de que el teatro anarquista tiene como principales
objetivos la enseñanza mediante la lectura (o, en estos casos, la visualización de una
representación). Usualmente, se utiliza el medio como un instrumento pedagógico en la búsqueda
de la instrucción del pueblo, la enseñanza de valores, etc. Mientras tanto, en Canillita la
comprensible escasez de personajes cambia radicalmente al triplicar la cantidad de actores
necesarios para poder hacer efectiva su representación.

En ¡Ladrones! es fácilmente identificable la existencia de temas frecuentes y bien conocidos en


la sociedad de finales del siglo XIX y comienzos del XX, como la pobreza, el “niño rebelde”, la
“prostituta redimida”, que son muestra de que la obra se encuentra plagada de los conceptos
utilizados en la época. En términos generales, la historia sigue los sucesos ocurridos a los niños
Canillita y Lola, los cuales son agredidos por tres entes superiores a ellos: ____, la policía y los
políticos. Sánchez pretende conseguir en reiteradas ocasiones el traspaso del mundo ficticio al
mundo real, como en el momento en que Canillita y Lola reconocen que hay que gritarle “ladrones”
a la policía: el autor pretende que en la vida real esto suceda, pues si un texto no consigue llegar al
mundo real, entonces no considera que valga la pena. Es posible, además, observar la importancia
de Canillita para su creador: el personaje —principal, lo cual no es menos— era un niño pobre con
un motivo predilecto. No es tarea difícil darse cuenta que dicho motivo (ir en contra del poder) era
el anarquismo que Sánchez tanto predicaba.
Persigue la erradicación de la mediación: Canillita y Lola buscan resolver sus problemas por sí
solos porque saben que no pueden confiar en nadie, ya que quienes deberían estar ayudándolos son
los mismos que los perjudican. Al estar actuando en contra de la ley, este par no tiene manera de
recibir ayuda, ergo no cuentan con ningún tipo de mediación. Es así entonces que recurren a la
acción directa, la cual presupone que el protagonista va a defenderse a sí mismo: en lugar de ir en
búsqueda de un mediador, la víctima realiza una mediación directa al no ir ante la policía. Estos
conceptos van de la mano con el cambio en la idea de justicia social, en una sociedad donde la
justicia a mano propia se vuelve más popular y presuntamente necesaria. El título de ¡Ladrones!
expresa una sensación libertaria que, al ser un grito y un insulto, logra resumir toda la obra. Trae
consigo un problema epistemológico de si se la debería considerar una palabra (“ladrones”) o una
acción (gritar “¡Ladrones!”), pero a la vez sugiere la ejecución de algo radical: defenderse a sí
mismo.
Con lo mencionado en el párrafo anterior, es plausible regresar a la responsabilidad que asume el
anarquismo de instruir al pueblo mediante sus creaciones artísticas. En esta situación específica, el
lenguaje es considerado un mediador social puesto que ______. De todos modos, solo basta un
gesto o una acción para enseñar. Mismo la obra puede tomarse la libertad de galardonarse como la
única pieza teatral (antes del siglo XX) en incluir un acto de alfabetización en sus escenas: cuando
Lola le enseña a Canillita a escribir la palabra Ladrones. Es aquí donde Canillita no solo aprende a
escribir esta palabra que tanto significado connota, sino que también logra escribirla _______,
efectuando así otro de los propósitos del anarquismo: hacer. Se genera una instancia instructiva
acompañada de una actuación, por tanto se realiza una acción directa mediante una instrucción.
Para concluir, es apropiado mencionar la diferenciación propuesta por Eva Golluscio de
Montoya. A pesar de haber afirmado erróneamente muchos de sus argumentos, se puede construir
uno fehaciente gracias a su análisis. Para comenzar, de Montoya postula que Canillita encuentra su
origen en ¡Ladrones!
Pregunta (responda una, a elección, en no más de 25 renglones)
1. ¿Qué imagen de la naturaleza se elabora en las partes I y II del Canto Primero de Tabaré, de
Juan Zorrilla de San Martín?
2. Efectúe un comentario crítico que considere al menos dos de los poemas estudiados en clase
de La isla de los cánticos, de María Eugenia Vaz Ferreira.

Notas:
El parcial debe entregarse impreso el próximo martes 2 de julio de 16 a 18 horas en el salón Paco
Espínola.
Solicitamos indicar en la primera carilla del documento: nombre y apellido; licenciatura o carrera.
Se recomienda utilizar notas al pie de página y en la bibliografía final sólo aquellos textos citados
en el trabajo. La bibliografía solo debe figurar al final y no en el interior de las eventuales notas al
pie de página.

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