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Facultad de Psicología
Así, no sólo las expresiones conductuales revelarían la personalidad del individuo, sino
también lo procesos internos no observables, las motivaciones más profundas, los afectos
predominantes, como el modo de procesar la información y su expresión en el
funcionamiento cognitivo.
Pero, ¿cómo llega a constituirse esta organización? ¿Qué la influye, qué la determina?
Tradicionalmente se han utilizado los términos de carácter y temperamento para
aproximarse a la comprensión del desarrollo de la personalidad.
A estos patrones, que se instalan como parte del funcionamiento del individuo,
podría llamárseles rasgos. Estos aludirían a expresiones individuales que se manifiestan
de forma consistente a lo largo del tiempo y se encuentran presentes en diversas
situaciones. Es decir, se expresarían de manera estable, independientemente de dónde
o con quién se manifieste, aunque el mismo rasgo pueda expresarse con ciertas
diferencias o variaciones (Millon, 1998).
Para Millon, (2006) cada rasgo refuerza a los demás para mantener la estabilidad y
la consistencia de la estructura completa.
Por ejemplo, un hombre de 45 años, cuya esposa lleva años criticando su frialdad y
falta de preocupación por ella y sus hijos, decide separarse. Por las mismas razones, su
familia de origen se ha alejado y en el trabajo no tiene amigos, ni es estimado por sus
compañeros. Cuando su mujer se aleja, comienza con síntomas ansiosos. No puede
conciliar el sueño en las noches, siente una opresión en el pecho y se encuentra muy
desconcentrado en el trabajo. En este momento, visualiza lo sólo que está y comienza a
reflexionar acerca del modo de establecer relaciones que ha tenido y las consecuencias de
esto. Para realizar este trabajo de análisis, comprensión y superación muchas veces es
necesaria la ayuda terapéutica.
La psicología del yo, pone el acento en la función adaptativa del yo, en íntima
relación con un área del yo libre de conflictos que se desarrolla en forma independiente
de las pulsiones y del ello en “ un ambiente esperable promedio” y que hace uso de una
serie de funciones para lograr la adaptación autoplástica y/o aloplástica.
En la línea del desarrollo objetal, la necesidad primaria inicial sería de objetos que
reflejen y permitan sentar las bases de la integración y continuidad del sí mismo. Luego los
objetos facilitadores, acompañantes y promotores del desarrollo a partir de las funciones
de sostén, contacto, manejo del cuerpo y provisión de objetos.
Para poder realizar esta tarea, es necesario tener la intención de comprender los
significados particulares del sujeto. Esto, con el objetivo de entender, cómo significa el
entrevistado, tanto los aspectos de su historia y aquellos de su funcionamiento actual
(Álvarez, K., Ben‐Dov, P., Farran, A., Maltraín, H., Molina, M.E., Rapaport, E., Tapia, C.,
2008).
Así mismo, el psicodiagnóstico exigiría una fundamentación teórica consistente
que protege del peligro de creer que los datos o índices son indicadores unívocos, directos
y reales de la configuración total. La referencia a una teoría subyacente, va a servir de
soporte para formular las hipótesis aproximativas a la verdadera significación de los
índices obtenidos y de allí alcanzar conclusiones que permitan formular un juicio clínico,
coherente, integrado, sintetizado y contextualizado.
Los índices pueden incluir datos, resultados de test psicológicos: los que pueden
ser muy útiles para aclarar, definir, jerarquizar, ponderar o completar los datos clínicos,
pero no para sustituirlos. Cuando esto datos o índices se descontextualizan, suelen
convertirse en información que puede llevar a errores en el terreno diagnóstico.
El modelo que utilizamos para una mejor integración de los diversos aspectos
diagnósticos, es el del diagnóstico en relieve. Es un modelo de aproximación que pone
especial énfasis a las recurrencias y convergencias de los datos, apoyados en un marco
teórico y técnico que guía la práctica del psicodiagnóstico. Considera la exploración clínica,
la dimensión social del sujeto, los datos aportados por los test, la persona del examinador
y la relación interpersonal con este.
El diagnóstico multiaxial del DSM IV, incluye cinco ejes: el eje I correspondiente a
los síntomas, el eje 2 a los rasgos, el eje 3 a la patología somática, el eje 4 a los
desencadenantes y el eje 5 al nivel de ajuste o adaptación actual del examinado.
En este esquema se pone atención en las funciones del yo, su fuerza, su plasticidad
y el grado de autonomía. Así mismo, se enfatiza en la evaluación de las relaciones
interpersonales, la elaboración de las situaciones de separación y pérdida, la dimensión
dependencia‐ independencia y el tipo de relación objetal predominante.
La primera dimensión, tiene que ver con el estilo cognitivo matriz , que se expresa
y observa en la forma de percibir, pensar, hablar y experimentar del sujeto en su
encuentro con la realidad. La forma habitual de examinar la realidad, interna y externa,
tiene a la base estructuras que incluyen la dotación genética, es decir, el equipamiento
psicológico innato y las experiencias de vida.
El objetivo de esta fase , es poder devolver a quién es evaluado, algo que pueda
serle de utilidad para la comprensión de sí mismo y la toma de decisiones en relación al
problema que lo trae a consultar. Se busca devolver información que le permita
comprender mejor su funcionamiento y su relación con los demás. Esto de tal manera de
que pueda tener una mayor claridad acerca de lo que le ocurre y de lo que necesita
terapéuticamente.
Es fundamental que el evaluado, a través de la devolución, pueda sentirse
contenido y comprendido. Esta posibilidad está dada, por la presencia de un profesional
que escucha la información entregada, está atento e interesado en comprender
exactamente a quién evalúa, busca integrar la información recibida y entregársela a la
persona de una forma en la que pueda ser incorporada por esta.
Para quién evalúa, es fundamental poder escuchar durante esta fase del proceso,
cuál ha sido la experiencia de evaluación y de contacto interpersonal que ha tenido el
sujeto, lo que por un lado otorga información que complementa el diagnóstico y por otro,
son factores a tener en cuenta en relación al pronóstico de los tratamientos cuando estos
son indicados.
Por estilo, estamos considerando, una forma particular de ser estable en el tiempo
y constante en las más variadas situaciones o experiencias de vida. Es decir, un modo de
vivir y actuar los impulsos y afectos, una forma de relacionarse consigo mismo y los otros;
una forma de pensar, percibir y comunicar. Estos procesos psíquicos, darían cuenta de
estructuras psicológicas centrales que son habituales y peculiares en los diferentes
sujetos. Como hemos planteado, corresponderían a sistemas estructurales y funcionales
internamente coherente y diferenciables.
Este capítulo no pretende ser una revisión bibliográfica exhaustiva sino trasmitir un
punto de vista que intenta facilitar en la actividad clínica profesional, la emergencia de
conclusiones clínicas más completas y especificas, que a la vez consideren la totalidad del
funcionamiento psicológico individual.
ESTILO OBSESIVO DE LA PERSONALIDAD
Otra característica descrita en el Manual diagnóstico es que las personas con estos
rasgos de personalidad, pueden comportarse de un modo terco y escrupuloso en temas
morales, manifestando cierta rigidez y obstinación. Esto quiere decir, que suelen ser muy
críticos de los comportamientos morales de sí mismo y de los demás, mostrando muy
poca flexibilidad ante las distintas circunstancias.
En el uso del dinero pueden expresarse también estas características. En general se
describe un modo avaro de relacionarse con el dinero, tanto para la propia relación y muy
especialmente en la relación con los demás.
De esta forma, lo que se observa es una persona que puede entender desde la
perspectiva lógico formal la muerte de un ser querido enfermo, se la explica y la entiende
en el contexto de la enfermedad de la persona por ejemplo, pero no puede contactarse
con la experiencia emocional de este pérdida.
Es así como se puede observar en las personas con estilo obsesivo, un tono
desafectado y muchas veces desconectado de lo emocional, donde los mecanismos le
permiten continuar con su funcionamiento habitual a pesar de estar experimentando por
ejemplo pérdidas, dolores o frustraciones importantes. Lo anterior, produce mucha rabia
y frustración en quienes conviven con estas personas.
Habitualmente, en las relaciones con los otros experimentan una alta demanda y
exigencia hacia el otro, que nunca es totalmente satisfecha. Esta insatisfacción constante y
el rechazo y dolor que esto le produce, los lleva a negar la necesidad del otro. Así, logra
aislar todo aquello que lo lleve a experimentar esta necesidad o deseo de otro,
desconectándose en el ámbito afectivo. De esta forma, no puede sentir que requiere de
un acercamiento del otro, ni de la contención u otras formas de relacionarse íntimamente.
Las personas de estilo obsesivo tienden a caricaturizar a los otros, e ironizan acerca
de las distintas situaciones, lo que les permite mantenerse distantes y alejados
afectivamente del otro.
También se ha observado, que los sujetos con este estilo de personalidad pueden
mantener mejor una cercanía virtual con las personas, manteniendo la distancia y el
control. Es posible que en el contacto físico pueden ser algo agresivos, no violentos, pero
si pueden pellizcar o abrazar de manera más brusca y provocar desesperación, siendo en
la interacción “cargantes” o pesados.
En general se recriminan mucho y pueden ser muy castigadores con ellos mismos
y también con los otros. Suelen también ser muy críticos consigo mismo y con los demás,
culpándose y recriminándose cuando han experimentado o incluso pensado en la
posibilidad de descontrol impulsivo.
Desde la teoría freudiana, hay un retroceso desde lo edípico por el temor a ser
castigado por el padre del mismo sexo, debido a sus pulsiones sexuales y agresivas.
Así, regresa a etapas previas de desarrollo que no han sido plenamente resueltas.
En la fase anal, la zona erógena predominante es el ano y se juega el conflicto del control
de esfínter y lo que esto significa en relación a la autoridad. Algunos autores han hablado
del carácter anal, aludiendo a los rasgos de personalidad característicos de aquellos
fijados en esta etapa del desarrollo psicosexual, donde el placer puede estar en retener
como en expulsar las heces, jugándose el tema del control de esfínter y el conflicto que
esto trae con las figuras de autoridad.
Para algunos (Millon, 2006) el conflicto central se produce entre el deseo parental
de interferir y controlar, y el creciente sentimiento de autonomía del niño. El aprendizaje
de los hábitos de higiene sería parte de este conflicto de interacción.
Hay autores que caracterizan a las familias de las personas con estilo obsesivo,
como constituidas por padres exigentes, y que a la vez buscan coartar los impulsos de sus
hijos. La madre puede ser rígida e intentar que el niño se doblegue ante sus propios
deseos; y el padre también, lo que podría generar el conflicto obsesivo como la lucha
constante entre la obediencia y el desafío (Gonzalez, J., 1992).
Lo anterior, puede haberle hecho sentir más bien exigido que querido, criticado
más que aceptado. Esta percepción de no ser suficientemente amado por los padres,
produce mucha ira por las necesidades de dependencia no satisfechas (Gabbard, 2000).
Así, mantener el control, sería una de las manera de manejar la dependencia evitando
sentir esa necesidad que no ha sido satisfecha.
Ilustración Clínica
Relata que ha sido enviado por su mujer debido a las dificultades sexuales que
presentan. Ella considera que el no tiene deseo sexual y que su vida sexual casi no existe.
Francisco reconoce que esto es así, y que siempre ha sido así con Paula, aunque no lo
entiende. También señala que desde que se casó con Paula se ha hecho cargo de ella, la
lleva a casi todos los lugares, le compra la ropa, le ayuda e interviene en algunas labores
de su trabajo como arquitecto.
Con Paula refiere tener buena relación aunque generalmente pelean por cosas
pequeñas. Por ejemplo no le gusta comer guisos ni “comidas revueltas” sino ojalá poder
diferenciar cada ingrediente que tiene el plato, lo que es motivo de discusión con Paula
quien no puede entender esto. También discuten por el orden y porque los niños no
ordenan o limpian como él esperaría.
En ocasiones ha sentido que Paula quiere hacer las cosas a su modo, como por
ejemplo tener encuentros sexuales cuando ella quiere, o usar el dinero como ella cree que
se debe hacer. Cuando siente a Paula en esta postura, dice oponerse muy resistentemente
e incluso hacer el contrario a lo que ella quiere, no porque cree que es lo mejor, sino
porque siente que tiene que hacerlo y este modo de actuar suyo no lo comprende.
Refiere trabajar exactamente 10 horas al día, comenzando a las 8:30, después de que deja
a los niños en el colegio y terminando a las 19:00 cuando apaga el computador. Se
permite 30 minutos de almuerzo. Este horario se ha transformado como en un ritual que
siente que tiene que cumplir para que todo funcione.
Refiere que ha estado en varios trabajos, pero que siempre tenía problemas con los jefes
que intentaban abusar de su tiempo y no le dejaban realizar las cosas a su estilo.
Actualmente trabaja de manera independiente, por lo que puede manejar sus tiempos y
los trabajos que elige.
Casi al final de la entrevista señala que desde que está casado que tiene una
relación paralela con una mujer soltera, quién conoce su situación matrimonial. Refiere
que a ella no la quiere como a Paula, pero que con ella lo pasa bien sexualmente, que ha
experimentado cosas que jamás haría con Paula que “ es la madre de mis hijos”. Incluso
dice que en ocasiones han hecho locuras como tener sexo en lugares extravagantes.
ESTILO ESQUIZOIDE DE LA PEERSONALIDAD
Para Kernberg, el esquizoide podría defenderse con la huida maníaca, la que puede
realizarse a través de un bombardeo de actividades y estímulos permanentes. Esto puede
constituir una manera de estar en el mundo haciendo, pero no siendo ni interactuando.
Puede haber una búsqueda de excitación para defenderse, o actividades
promiscuas, pero no llena el vacío, aunque con esto evita el riesgo del abandono y la
invasión.
En general la persona con estilo esquizoide está situada en las alturas, y habla
desde lo abstracto. Por ejemplo podría hablar de la importancia de la familia, de lo que
esto significa, pero no está realmente con la familia. También puede situarse en ciertos
roles como un médico, un dentista, que le permiten estar con gente, pero no intimar.
Tienen un comportamiento aparentemente adecuado, ya que frente a las diversas
realidades, hacen uso de mecanismos que les permiten evitar la conexión.
Suelen dirigir sus talentos y sus intereses hacia las cosas, los objetos, las
actividades o los temas humanos, pero desde una distancia enorme. La intimidad es
desplazada hacia objetos abstractos e inanimados, que por supuesto no ofrecen riesgo de
invadirlos.
A su vez, describe seis técnicas esquizoides para relacionarse con el mundo externo
intentando superar los temores en la entrega emocional:
Por su parte Laing (1965) plantea que existen algunas actitudes típicas del
esquizoide para protegerse del temor a ser invadido y del temor al sumergimiento:
‐ Centrarse en sí mismo o estar consumido por el amor a sí mismo de modo que no
puede ser “devorado” por nadie más.
‐ Petrificarse a sí mismo o transformarse en piedra de modo que no pueda ser
tragado o transformado por otra persona.
‐ Deshumanizarse o despersonalizarse y así aislarse y protegerse.
‐ Negar la humanidad del otro y tratarlo como cosa.
‐ Mostrarse complaciente por fuera, pero hacer finalmente lo que desea.
‐ Mostrar siempre una imagen falsa y nunca la verdadera
En la psicogénesis del esquizoide se debe hacer mención a las ideas formuladas por
Melanie Klein y Wilhelm Fairbain entre otros muchos e importantes aportes.
Desde Melanie Klein, se plantea la idea de una falla en la escisión de los aspectos
idealizados y persecutorios. Determinadas experiencias de nutrición, dificultarían la
incorporación del objeto bueno, que estaría cargado de afectos agresivos.
Para Fairbain las personalidades esquizoides son incapaces de dar y recibir afecto,
característica que se origina en la relación con la madre “ quien no es capaz de convencer
al bebe de que lo quiere como persona”.
Por ello el estar absortos en sí mismos los tranquiliza, así como también son
extremadamente resistentes a las presiones sociales. La frustración (oral) de no haber
recibido suficientes respuestas no verbales satisfactorias origina dificultades en la
incorporación de experiencias positivas. La frustración es producto de una relación con
una figura materna en la que coexistía la sobreprotección y la indiferencia. De este modo,
el bebe no puede incorporar un objeto gratificador y amado al yo.
Por ejemplo, la vivencia puede haber sido la de una madre muy invasiva y con
desapegos bruscos, o muy angustiada. Por ejemplo Francisca, que presenta rasgos
claramente esquizoides relata que a sus tres meses de edad y hasta los 8 meses, su madre
muy angustiada por el abandono del padre, la deja a cargo de unos tíos y se va a su país
de origen. Al volver, la madre relata que le es muy difícil hacerse cargo de esta niña con la
que no ha estado, tiene mucho temor a que le suceda algo (por ejemplo no le da
alimentos para que no se ahoge).
Ilustración Clínica
Pedro dice que no le gusta la vida social, pero que igual va a todas las reuniones
sociales que lo invitan, “la relacionadora pública es mi mujer”.
Con sus hijos comparte la hora de comida y ven juntos el noticiario de la noche.
Cuando llega del trabajo, pasa directo del garaje al escritorio hasta que lo llaman a comer.
El paciente no se observa conectado ni consigo mismo ni con los demás. Relata que
es muy riguroso en la atención de los pacientes, que les dedica bastante tiempo, pero que
tiene dificultades para contener las demandas y angustias de las madres. Señala que él les
escribe todos los instrucciones y procedimientos que deben seguir”. Que esta es su forma
de ser y que siempre ha sido así.
Como antecedentes, relata que es hijo e madre española, que tuvo un primer
matrimonio sin hijos en España y que se casa por segunda vez con un español en Chile. El
paciente tiene dos hermanas mayores, es el único hombre y se casa a los 36 años con una
joven española 8 años menor.
ESTILO NARCICISTA DE LA PERSONALIDAD
El narcisista está tan centrado en si mismo, que no puede reconocer y amar a los
otros. Está centrado en amarse a si mismo y utiliza a los demás para ensalzar su propia
imagen.
Se caracterizan también por la falta de empatía con los demás, lo que los puede
llevar a ser muy exigentes e incluso abusivos con los otros, a quienes muchas veces tratan
como inferiores.
Desde una perspectiva, habría un Narcisismo primario, una etapa del desarrollo
donde no habría diferenciación yo‐ no yo; no habría objeto para el sujeto, se funcionaría
en un nivel autoerótico. A medida que el sujeto se va diferenciando, va surgiendo
también el otro. Desde esta perspectiva este narcicismo formaría parte del desarrollo
normal. El narcicismo secundario, sería un narcicismo más tardío en el desarrollo, donde
si existiendo la diferenciación sujeto‐ objeto, el sujeto puede libidinizar (investir, cargar)
objetos, pero no lo hace ya que vuelca la energía hacia si. Desde esta perspectiva
evolutiva el narcicismo secundario sería patológico.
Para Kernberg, hay diversas presentaciones del trastorno narcisista, siendo posible
encontrar trastornos narcisistas, trastornos narcisistas con conductas antisociales,
narcisismo maligno y trastornos antisociales propiamente tal.
El temor del narcisista sería conectarse con aquellos aspectos carenciados del si
mismo, y al mismo tiempo con la envidia que le produce el constatar que otros tienen
algo valioso que él no posee.
Entonces, idealizar los propios aspectos del sí mismo les permite mantenerse
descontactados de sus carencias y necesidades. Al mismo tiempo devaluar al otro le
permite mantener la sensación de superioridad para sostener esa imagen sobrevalorada
de si mismos, esa cáscara grandiosa protectora.
1
Se detallará el estilo antisocial en un anexo al final del capítulo.
Por ejemplo Pedro un profesional del área comercial, buscaba trabajos en los
cuales le tocaba relacionarse con personas que claramente tenían menor preparación y
conocimientos que él. Esto le permitía siempre quedar en una posición de superioridad
respecto del resto. Sin embargo, esto le significaba a la vez, un empobrecimiento a nivel
intelectual.
Así, esta aparente cercanía en el fondo es una distancia enorme, porque este otro
no es considerado ni aparece como tal. No tienen la capacidad de usar la identificación
para la empatía, por lo que no pueden captar como está el otro y sus estados internos. No
ponen energía en la relación con el otro, sino más bien se comportan de manera
independiente y muy autónoma, negando la necesidad de cualquier aspecto que otro le
pueda dar.
Como tienen dificultades para empatizar con el otro son muy fríos en el vínculo
interpersonal, no se conectan con las emociones ni propias ni de los demás. Y eso hace
que sean muy poco sugestionables e influenciables, presentando muchas dificultades para
tomar acuerdos o conciliar con los otros. Por el contrario, pueden establecer vínculos
utilitarios demandando favores especiales con la convicción de que son merecedores de
estos.
Por otra parte, la necesidad de mantener la idealización del sí mismo, les dificulta
poder tolerar las críticas que son vividas con rabia y mucha ansiedad persecutoria, por lo
que terminan generalmente desvalorizando y despreciando al otro, como un modo de
defenderse.
Las pérdidas de las figuras de admiración también pueden ser vividas con mucha
rabia o con una furia por la herida narcisística, y pueden ser muy destructivos con lo que
sienten que les hizo perder o conectarse con su vulnerabilidad.
Esto, es por ejemplo lo que puede suceder a una personalidad de este estilo
cuando se enfrenta a la crisis de edad media. En esta crisis las pérdidas son evidentes y
muchas veces confrontan a la persona con los aspectos debilitados o dependientes. Para
tener una buena resolución es fundamental que la persona pueda sentir gratitud de lo que
si ha podido vivir y tenga la expectativa de poder recibir en el futuro.
Algunas personas con este estilo de personalidad pueden tener amantes para
satisfacer estas necesidades de confirmación y admiración, necesidades que una vez
satisfechas les permiten desvalorizar y despreciar al otro.
Los hombres de estilo narcisista buscan parejas que los adornen, mujeres
hermosas o exitosas, que los iluminen pero no los opaquen. Por su parte, las mujeres
narcisistas buscan la satisfacción de todas sus necesidades con hombres en los que ellas
inhiben los aspectos masculinos y los hacen ser asexuados, pasivos o depresivos. Buscan
que se transformen en cuidadores agradecidos perpetuos y a los cuales sienten siempre
como disminuidos. En el fondo buscan controlar al otro y lo desvalorizan, manteniendo
estas relaciones siempre que les sirvan para mantener su imagen sobrevalorada u obtener
otro tipo de beneficios de la relación. En general, se aprecia que no toleran el suspenso, la
duda frente a la admiración, tampoco el aburrimiento ni la rutina.
Una de las versiones del mito de narciso da cuenta de cómo su tragedia comienza
desde la concepción, ya que el sería producto de la violencia sexual. Uno de los dioses
después de raptar y violar a la madre de Narciso, engendró en ella a un joven de
espléndida belleza, a quien dieron por nombre Narciso. Los dioses predijeron que el niño
tendría vida siempre y cuando no se conociera a sí mismo.
Coherente con esta versión del mito, se ha observado en las historias de las
personalidades de estilo narcisista que las relaciones con las figuras parentales han estado
caracterizadas por mucha exigencia y a la vez desprecio. Esta perspectiva plantea que
serían padres a los que les cuesta aceptar a sus hijos como son y desde ahí pueden
comportarse de forma muy frustradora y abandonadora.
También, se ha planteado que estos niños pueden haber sido víctimas de usos y de
abusos por parte de sus padres y haber aprendido que no se puede confiar en los otros
sino sólo en sí mismo.
Para otros autores como Benjamin (1996) los padres están tan centrados en este
hijo, que nunca le muestran sus propias necesidades, por lo que este niño nunca aprende
que los otros son seres independientes con necesidades propias. A esto se sumaría la
exigencia de ser perfecto para continuar siendo adorado por estos padres.
Hornstein (2006) usa el término de Narcisismo trófico, que sería aquel que
mantiene la cohesión y estabilidad del yo y la valoración del sentimiento de estima de si.
Este existe porque ha habido reiteradas vivencias de satisfacción de las necesidades que
permiten una organización del yo. El narcisismo patológico evidenciaría una falta crónica
de investimientos parentales que se traduce en una falta de amor propio, en un profundo
dolor por sí mismo.
Estas perspectivas enfatizan el rol del ambiente y sus funciones en el desarrollo del
si mismo, y su importancia en el desarrollo de las patologías narcisistas.
Ilustración Clínica
Refiere que sus superiores no entienden estas conductas y que no se las explican
de alguien como Miguel; inteligente, interesado y muy educado.
ANEXO
Por ejemplo, María tenía serias dificultades para rendir en un curso sobre
actualidad. En este curso básicamente lo más importante tenía que ver con informarse del
acontecer nacional e internacional diario y poder hacer relaciones entre los distintos
acontecimientos. María lee todas las mañanas los diarios y está conectada a internet a los
portales noticiosos y sin embargo no logra contestar a lo que el profesor le pregunta.
María se da cuenta de que aunque está informada no logra dar respuestas adecuadas. Es
como si sólo pudiese retener los titulares y no el contenido de la noticia en si misma.
Comienza bien, pudiendo dar cuenta de que está informada, pero cuando se le pide que
relacione, no logra hacerlo, como que no pudiera pensar más profundamente.
Se observa en general una disociación amor‐ sexo. Por un lado, el sexo es lo malo
lo incestuoso, y por el otro el amor es lo bueno. Esta disociación se da con la pareja
estable u ocasional.
Se separó hace 4 años de Jorge, un hombre que “quedó destruido” según Rosario
después de la separación. Jorge es un hombre poderoso y reconocido dentro del ámbito
empresarial. Se conocieron cuando ella era una adolescente y él , 10 años mayor, estaba
casado por segunda vez. Luego de algunos años se casan y se trasladan a vivir con las dos
hijas de Jorge.
Refiere que la relación de pareja se rompió en parte por lo mal que se llevaba con las hijas
de Jorge “unas cabras chicas maleducadas y mimadas, que no hacen nada y piden cosas
todo el día….”
Cuando aún estaba con Alberto conoce a Mario, un alto ejecutivo de su empresa
con él que se involucra en una relación muy intensa. En pocos meses ya viven juntos y
tienen muchos planes.
Refiere que desde que está relacionada con Mario, su jefe le ha hecho la vida
imposible. Piensa que puede estar celoso y que no quiere que sigan juntos. Su jefe la
acusa de ser poco cumplidora, de no seguir las ordenes que se le dan, pero ella se siente
tranquila porque el gerente general “siempre entiende lo que me sucede y cuando tengo
problemas voy a hablar directamente con él”.
Rosario señala que sufre “porque no puedo sentirme a gusto mucho tiempo en una
relación, y al final siempre se terminan….. ”
El temor del evitativo‐ depresivo es ser rechazado, porque el rechazo del otro los
contacta con la vivencia de un aspecto muy desvalorizado de si mismo. En el fondo, la
experiencia de rechazo confirma que “tengo algo malo, dañado o débil” que me hace
merecedor del rechazo.
El estilo evitativo‐ depresivo no evita las relaciones, sino más bien lo que evita es
exponerse a que en una relación de intimidad pueda ser rechazado o desaprobado. Por
eso, sólo puede estar cerca de alguien si siente que existe cierto grado de aprobación,
evitando la conexión con el dolor que le produce el sentirse rechazado o “abandonado”
por otro.
Además de pesimistas, tienden a ser serios, graves y con poco sentido del humor.
Tienen dificultades para reírse de sí mismos, porque se encuentran siempre
tremendamente preocupados por los defectos que puedan tener tanto en lo físico como a
nivel psicológico. Lo que temen es que el otro se percate de estos defectos y termine
rechazándolos.
Prefieren relacionarse con grupos más que estar en relaciones de intimidad, ya que
en estas últimas podrían aparecer aquellos aspectos considerados deficientes y provocar
de esta forma el rechazo del otro.
También tienen una especial preferencia por los animales domésticos, a quienes
sienten como incondicionales. En la relación con ellos no hay espacio para el juicio o para
conductas inapropiadas por lo que pueden ser más expresivos, ya que con los humanos el
contacto debe ser más cauteloso.
En el contacto interpersonal, buscan evitar que surjan sus propias necesidades que
son sentidas como voraces y demandantes, (que en realidad lo son) , buscando a cambio
satisfacer las necesidades de los demás.
El sentido de ser rechazado, criticado como reacción al mínimo gesto los lleva a
sentimientos de decepción, de censura, de responsabilidad y de culpa. La
hipersensibilidad al rechazo, la alerta a signos de desaprobación y desprecio social, los
lleva a interpretar eventos sin mayor importancia como ridiculizantes.
Son críticos, serios y graves. Siempre están a merced del deber ser, se frustran con
facilidad lo que les hace tener mucha agresión. Al ser tan críticos se culpan mucho y como
no quieren ser sancionados, toda la rabia y la agresión pueden tramitarse rumiativamente
lo que puede llevarlos a desanimarse, sintiendo que son responsables de todo lo que
sucede. Así, la agresión no expresada se dirige hacia sí mismos, lo que conlleva afectos
depresivos. Otra manera de manejar la rabia es proyectar la crítica siendo el otro quién
hizo algo malo, volviéndose moralista.
Otra característica es que tienen un mal manejo de las pérdidas porque estas
alteran el funcionamiento normal. Una pérdida implicaría la pérdida de algo valioso y esto
activaría el uso defensivo por ejemplo de la hipomanía. De este modo por ejemplo ante la
muerte de un ser querido la personalidad de este estilo tendería a por ejemplo hacer
trámites, organizar y preparar el funeral activamente como un modo de manejar el dolor
de la pérdida.
Es posible también que hagan una identificación introyectiva del objeto perdido,
identificándose con una parte del objeto dañado.
Desde lo más clásico, dinámicamente podría entenderse que hay dos tareas:
satisfacer al objeto externo, pero también las exigencias del super yo. Si no logra esta
satisfacción se deprime, porque no obtiene la aprobación del objeto externo o de su super
yo. La dificultad es que esta aprobación no está nunca asegurada.
Desde lo kleiniano tiene que ver con aspectos de la posición depresiva, la culpa por
el daño y el temor al rechazo.
Por ejemplo Rosita tiene a su madre muy enferma y a pesar de que son cinco
hermanos, es ella quién se hace cargo prácticamente de todo. La madre le agradece esto
por un lado, pero por otro la culpa mucho de lo que le sucede. En una ocasión va visitar
su madre y la encuentra conversando con una de sus hermanas. Rosita relata que en ese
momento logró captar la diferencia entre ella y su hermana: su madre tenía una expresión
distinta, “…la miraba distinto, le brillaban los ojos”.
Por otra parte, se ha planteado que podría existir una identificación con figuras
parentales “sacrificadas”, donde lo valorado es el esfuerzo y donde existe una dificultad
para valorar lo recreativo o lúdico.
Las estructuras familiares de los estilos evitatativo‐ depresivos, suelen ser familias
grandes con muchos hijos, donde generalmente ocupan un lugar sin privilegios. También
pueden presentar sistemas disciplinarios de crianza muy coartativos de la expresión
personal (afectos, ideas), aprendiendo de este modo a suprimir las propias necesidades.
Ilustración Clínica
María y Juan tienen 4 hijos entre 38 y 30 años. Se ha dedicado durante su vida a las
labores de la casa y al cuidado y la educación de sus hijos. Se considera una buena madre,
y ha enseñado a sus hijos con los valores e ideales de la sinceridad, honestidad y
reciedumbre.
Relata que tiene una buena relación con Juan, aunque él es un poco machista y llevado de
sus ideas. Reconoce que ella siempre le ha dado en el gusto y tal vez por eso Juan es tan
“cómodo”. Ella le hace todo, le lava y plancha la ropa, le sirve la comida y le toma las
horas al médico. Además se encarga de administrarle los medicamentos para su
hipertensión.
Tiene algunas amigas con las que puede conversar algunas de las cosas que le
pasan, aunque al final siempre le parecen más importantes los problemas de los demás.
Escucha a sus amigas atentamente e intenta ayudarlas, aunque secretamente siempre
espera que esto sea agradecido por ellas.
La única vez que trabajó fuera de la casa, lo hizo en un restaurante donde trabajó
de ayudante de cocina. Tiene muy buenos recuerdos de su trabajo pero, refiere que fue
despedida por “ser honesta, si parece el mundo al revés…. Los mozos se tomaban todos
los conchos de los vinos e incluso algunos se los llevaban para la casa y como yo me
percataba de esta situación se la hacía saber al jefe lo que provocaba muchos problemas
entre el jefe y los mozos… después de algunos meses me despidió a mi… es que yo no
podía dejar pasar esas situaciones.”
Ella es la tercera de cuatro hermanos con muy poca diferencia de edad. Sus padres,
ambos campesinos trabajaban en un fundo, su madre en la cocina de la casa y su padre en
el campo. Por esto mismo estaban bastante solos y aprendieron a “hacerse solitos” las
cosas. Cuando la madre regresaba debían estar listos para dormir. Recuerda que siempre
intentó cumplir con lo que sus padres les pedían para no darles más preocupaciones.
Hace algunos meses, comenzó a sentirse triste y sola y muy desánimada. No
entiende por qué le sucede esto, aunque se da cuenta de que son vivencias que ha tenido
en varias ocasiones. Dice que estos síntomas aparecieron poco después que se enteró de
que Juan había estado con otra pareja con la que años atrás había tenido un hijo. esto le
provocó mucho sufrimiento y no cree que pueda recuperarse de esto. Expresa que le
parece un deagradecido y que en el fondo ella no lo puede perdonar.
ESTILO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD
El conflicto central está dado porque la pulsión agresiva desde lo freudiano y/o la
pulsión de muerte desde Klein generan, junto con las experiencias de frustración,
montantes de rabia tan intensos que debe ser proyectada fuera inicialmente para
proteger el desarrollo psicológico, pero instalándose posteriormente como una defensa.
Se escinde y proyecta en el mundo y los objetos externos la agresión que originalmente
fue interna.
Lo que teme la persona con estilo paranoide es ser agredido de diversas maneras,
ya que el mundo externo y los otros no son confiables. La proyección de los propios
impulsos agresivos transforman al mundo y las personas en potenciales agresores.
Proyectan también la envidia y el resentimiento. Tanta proyección se acompaña de mucha
negación y aparece formación reactiva. (Mc Williams, 2004)
También es posible que la agresión pueda ser dirigida al cuerpo y se exprese en un
temor permanente a tener algo dañado o malo en el cuerpo. Por eso los alivia confirmar
que tienen una enfermedad acotada que requiere de una intervención específica.
La imagen de los otros y del mundo externo, está cargada de aspectos peligrosos,
por ello experimentan ansiedad constante, por las amenazas que perciben autoreferente
y sensitivamente. Es decir, interpretan los acontecimientos fortuitos, como pruebas de
maldad y agresión intencionadas
Investigan con energía e intensidad, poniendo tal agudeza que logran detectar
aspectos muy sutiles. Su modo de conocer el mundo, se caracteriza por una atención
escudriñadora y sagaz, que no constituye garantía de objetividad, sino por el contrario de
subjetividad y alteración del sentido de la realidad externa, pudiendo llegar incluso a la
distorsión perceptual y por ende a la alteración del juicio de la realidad (cuando lo
paranoide se da en una estructura psicótica).
Los paranoides temen que los demás los ataquen para herirlos o culpabilizarlos.
Como la culpa los deriva inevitablemente a la propia rabia, deben rechazarla y la
proyectan defensivamente. Así, la autonomía característica de estos sujetos se constituye
en una defensa frente a la amenaza interna (culpa) y externa (hostilidad). Por lo tanto
detestan tener que depender de alguien porque implica debilidad e inferioridad y porque
no pueden confiar en nadie.
Desde la perspectiva kleiniana, son comprensibles los rasgos del carácter paranoide
como hostilidad proyectada que expresa las angustias de aniquilación ligadas a la pulsión
de muerte.
Desde otro lugar, lo paranoide podría entenderse como una falla en la represión como
defensa frente a los impulsos considerados como inadmisibles (agresivos homosexuales).
Esto provocaría el uso de los mecanismos de la negación y proyección, entonces son los
otros los que lo buscarían sexual o agresivamente. La proyección puede entenderse desde
K. Abraham, como asociada a fracasos en el período de evacuación anal. Es anal porque
la proyección toma la forma corporal de evacuar las heces.
Nos parece relevante enfatizar que el uso de la escisión y proyección de los aspectos
paranoides forman parte del desarrollo psicológico del individuo desde algunas
perspectivas psicodinámicas. En este sentido el estilo paranoide constituiría una variante
específica y centrada en el uso de estos mecanismos. Sin embargo, en cada estilo de
personalidad hay un aspecto paranoide, en cada estilo hay un temor que intenta ser
manejado a través de los diversos mecanismos de defensa, para aplacar o disminuir el
dolor que ese temor provoca.
Así, podríamos decir que el temor del histérico es a la exclusión, el del narcisista a la
frustración, el del evitativo‐ depresivo a la desvalorización, el del esquizoide a la invasión,
el del obsesivo al descontrol y el del paranoide al daño.
Ilustración Clínica
Roberto consulta enviado por sus padres, quienes se encuentran preocupados por
algunas dificultades que ha tenido para permanecer en los trabajos y poder hacer una vida
independiente.
Roberto se muestra muy reservado, habla muy bajo y por esa razón es difícil
entenderle. El entrevistador debe hacer un gran esfuerzo para escucharlo. Tiene una
actitud de resguardo y se expresa cuidadosamente.
Roberto es Contador Auditor y tiene 36 años. Es soltero y vive sólo, aunque debido a
su inestabilidad laboral ha tenido que contar con la ayuda de sus padres para mantenerse
en los últimos meses.
Refiere que ha tenido problemas laborales. En el último trabajo siempre se sintió muy
observado y cuestionado en su funcionamiento. Refiere que trabajaba en un cubículo y
que su jefe lo observaba constantemente, evaluando críticamente como hacía las cosas.
Pensaba que había un grupo que intentaba boicotear su trabajo para desacreditarlo y así
ocupar su puesto.
En el trabajo anterior, también tuvo dificultades porque sentía que su jefe no hacía las
cosas de un modo adecuado, pidiéndole que hiciera algunas tareas de un modo irregular,
por lo que se sentía usado y expuesto a ser sancionado por otros.
Menciona que desde que comenzó a estudiar ha tenido dificultades. Primero tuvo
problemas para poder rendir adecuadamente, por lo que repitió varios cursos. Tenía
dificultades para concentrarse y cuando intentaba estudiar en la biblioteca se encontraba
muy pendiente de las personas que habían en el lugar, lo que le dificultaba poder
concentrarse.
Al poco tiempo su polola Susana, termina la relación de pareja que tenían desde
hacía algunos meses. Roberto no entiende por qué Susana refiere sentirse controlada y
acechada por Roberto “si yo sólo quería estar cerca de ella y por eso me gustaba saber
todo lo que hacía… con quién estaba….”
Relata que siempre le ha pasado que siente que los otros lo observan en la micro, y en
el metro especialmente. Por eso intenta realizar la mayor parte de sus traslados
caminando.
Hacia el final de la entrevista, señala que sus papás no entienden lo que a él le sucede
y que lo enviaron para deshacerse de él porque siempre ha sido el hijo más complicado
para ellos.
Referencias
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