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El AS es una forma de educación experiencial que combina el estudio académico con el servicio a la
comunidad, mejorando la calidad de ambos y que apunta a un cambio en el paradigma educativo,
hacia un enfoque participativo y democrático (Eyler, 2009).
A nivel internacional existe un consenso respecto a tres características fundamentales del AS
(Montes, Tapia y Yaber, 2011):
• Se trata de un servicio a la comunidad con el propósito de dar respuesta a necesidades
reales y sentidas.
• Protagonismo de los y las participantes (estudiantado de distintos niveles educativos,
docentes, representantes de entidades sociales y recursos públicos).
• Planificación intencional e integrada de los contenidos curriculares y las actividades que
conforman el servicio a la comunidad. Cuando se realizan experiencias de AS podemos decir
que se produce un“círculo virtuoso”, ya que, los aprendizajes académicos mejoran la
calidad del servicio ofrecido, el servicio demanda una mejor formación integral, estimula la
adquisición o producción de nuevos conocimientos para resolver adecuadamente la
necesidad detectada y todo redunda en un mayor compromiso ciudadano.
Aprendizaje Servicio versus Extractivismo Académico: Por otra parte, cuando se establece una
relación utilitaria con la comunidad, se puede hablar de una relación extractivista del conocimiento.
Este tipo de relación se escapa de los objetivos esenciales de la metodología AS, dado que se
entiende a la comunidad y sus actores como portadores de saberes, prácticas y perspectivas que
deben ser extraídas por la universidad y luego reconvertidas para ser expuestas como productos
académicos, científicos en revistas, congresos y seminarios, donde los portadores de dicha materia
prima , en este caso la comunidad, están ausentes o invisibilizados. La consecuencia indeseable
desde la acción extractivista se traduce en un oportunismo académico que no busca valorar los
saberes de la comunidad ni el diálogo horizontal con las personas, sino más bien obtener un
producto o insumo para cumplir con la tarea académica (Saravia, 2017).
No todas las instituciones educativas inician proyectos que desde un comienzo articulan
aprendizaje y un servicio a la comunidad. Algunas instituciones avanzan gradualmente, en tiempos
y modalidades diversas, hacia la implementación del AS a partir de otras prácticas pre-existentes y
progresan desde la experiencia para lograr acciones y aprendizajes más efectivos en estudiantes y
en la comunidad. Se recomienda partir de lo que cada centro educacional ya está haciendo, para
desarrollar proyectos de Aprendizaje Servicio fuertemente integrados a la identidad institucional
(Tapia, 2006).
Si las universidades se proponen estar comprometidas con la sociedad, es esencial que formen a
sus estudiantes de manera ética tanto en el ámbito profesional, como el ciudadano y personal
(Martínez, 2008). Para ello, se hace necesaria la promoción de estrategias de enseñanza -
aprendizaje y espacios de convivencia en los que los estudiantes puedan ejercer una ciudadanía
activa. Los proyectos de AS constituyen una buena propuesta para lograr este cometido dado que
(Martínez, 2008):
• Articulan el aprendizaje académico y la formación para una ciudadanía activa, por lo
tanto, constituyen una buena propuesta para formar tanto en el Saber como en el Saber
Hacer y Saber Ser.
• Fomentan el trabajo colaborativo, el saber convivir con otros a través de relaciones
cooperativas y la reflexión crítica sobre temas de tipo social, científico y ético.
• Permiten la formación moral y ética para la transformación social y mejora de las
condiciones de vida de la comunidad.
Desarrollo de aprendizajes significativos y formación en valores
En contraste con la metodología tradicional que se realiza dentro del aula, donde el conocimiento
habitualmente es abordado de manera abstracta, el desarrollo del trabajo en terreno del AS facilita
la contextualización y comprensión sensible de la realidad social, fomentando la habilidad para
relacionar la teoría con la práctica y la práctica con la teoría.
Esta posibilidad de acceso a redes de aprendizaje en el aula extendida redefine también los roles
de docentes y estudiantes. Ambos cuentan con un acceso ampliado al conocimiento público y
comparten abiertamente sus ideas en redes colaborativas (Tapia Sasot, 2020). En esta interacción
el docente se convierte en un apoyo que facilita estructuras educativas y guía para que el
estudiantado desarrolle la búsqueda de información esta sea transformada en conocimiento.
Según García et.al (2021), existen distintas formas de incluir la virtualidad en los proyectos AS:
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