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Los que sobrevivían ante toda esta situación era gente que ya no podía pertenecer a
ninguna ciudad por lo que eran acogidos en el HOSPITUM, lugar regentado por el ejército y
que hacía posible que la gente que no tenía un sitio fijo no se quedase en la calle.
Hispania es invadida por muchos pueblos germánicos diferentes (suevos, vándalos y alanos)
que se establecen en localidades expandidas en diferentes lugares de España, a excepción del
sector oriental de la Cartaginesa y la provincia Tarraconense. Los romanos no tienen la
capacidad de antes porque se están agotando, y ya hay muchos lugares germanizados. Roma
ya no tiene un poder vital que tenía y necesitan entrar en la península para conseguir apoyos y
poder mantener el imperio. Hispania para eliminar toda esa gente que había entrado, intenta
pactar con los visigodos para expulsar a los barbaros que habían invadido Hispania, por lo que
el rey visigodo Valia pacta con los romanos en 418 y forma el foedus, recibiendo tierras en las
Galias para asentarse, a cambio de combatir como pueblo federado de Roma, a los enemigos
del Imperio ya muy debilitado. Los visigodos, así entran en la península y expulsan a los
barbaros que habían invadido Hispania. Los visigodos están situados en el norte de Cataluña.
En el siglo 6 se establece el reino visigodo en Hispania, y ponen la capital en Toledo.
Loa visigodos y los romanos pasan a convivir, y debieron compartir y repartir las viviendas y los
objetos de labranza de uso en las mismas, y eso llevará a que en algún momento se pusieran
en común los esclavos.
La evolución económica en el reino visigodo estuvo ligada a las crisis sociales y a las tensiones
políticas de los siglos VI y VII. En cuanto a la agricultura, conviven dos modelos de unidad de
explotación clásica, la gran propiedad o latifundio, y la pequeña propiedad, estás fueron
explotadas directamente por sus dueños. En la ganadería destaca la gran cantidad de
legislación que existe debió ser un pilar básico de la economía rural, dedicándose la misma en
especial al ganado caballar y a los rebaños de ganado bovino y ovino. Y en el comercio y la
economía, estacó la industria metalúrgica y más concretamente loa orfebrería. Las minas de
oro gallegas también destacaron, y se sabe que existió un comercio de relativa importancia
tanto interior como exterior.
La gran mayoría de la población hispano goda vivió en el campo y con menor importancia en
los núcleos urbanos. Alguna ciudad floreció excepcionalmente como fue el caso de Toledo,
sede regia y metrópoli eclesiástica.
2. EL ESTADO VISIGODO.
Los reyes visigodos eran elegidos entre los miembros de una misma familia (la de los Bathos).
Durante toda su historia, los príncipes visigodos se vieron amenazados por destronamientos y
atentados, de tal manera que llegó a ser un problema nacional ya que la posibilidad de
convertir la monarquía en hereditaria fue una continua tentación. Las familias que aspiran al
poder monárquico intentan dejar que deje de ser electivo, intentan copiar el sistema romano
de los emprendedores, basado en el regicidio, es decir, el asesinato del rey será la forma más
fácil de llegar al poder.
Los monarcas debían poseer una serie de requisitos para poder ser elegidos; según el Concilio
de Toledo de 638: ser de estirpe goda y buenas costumbres, no pertenecer a pueblos extraños,
no ser siervo, no ser clérigo ni monje tonsurado, ni pena de decalvación ni alcanzar el trono
habiéndose rebelado.
La Iglesia elaboró una teoría acerca del poder real (al que se le atribuyó origen divino) según la
cual los reyes son vicarios de dios, y son reyes porque gobiernan rectamente para la
consecución del bien común, pues en caso contrario pierden las condiciones precisas para ser
rey. Para servir a ese fin el rey acumula el poder en su sentido más amplio: dirige la vida
política declarando la paz o la guerra, asume la potestad legislativa, es juez supremo y máximo
jefe militar. Sus órdenes han de ser simplemente acatadas y cumplidas.
La administración de la justicia visigoda sufrió una evolución que partiría de su impartición por
la propia comunidad, de acuerdo con los criterios de una concepción privada de la justicia
hasta llegar a su estabilización, lo que consolidó al monarca como el único con capacidad para
administrar justicia. La jurisdicción ordinaria estuvo encabezada por el rey, si bien se pueden
establecer diferencias entre la etapa del reino de Tolosa, en que el rey era a la vez juez de
primera instancia y de apelación, y un momento posterior en el que se pasó a la concesión de
competencias judiciales a funcionarios de la administración territorial y local (dux, comes y
iudex), teniendo todos estos cargos competencias judiciales. La relación que tuvo el iudex con
el conde no está del todo clara, dada la aplicación genérica del termino iudex a todo aquel con
atribuciones judiciales. En las ciudades sin comes, se le supone capacidad judicial al defensor
civitatis.
Por otro lado, el rey asume la potestad jurisdiccional. Hay una evolución para que esa justicia
este en todos los territorios, ya que el rey no puede estar en cada territorio, por lo que el rey
solo juzga a la gente más importante.
Para evitar la concentración de poderes en el rey, se delega a otros posteriores, como son los
delegados, entre los que existen competencias judiciales; Dux, que detentaba el título de
magnifica potestas, ostentando la máxima representación del rey en el territorio y llegando a
ser juez de apelación de las sentencias dadas por los condes; Y los Iudex, que era un cargo que
se presta a confusión, pues bajo ese término designa con carácter general a cualquier
funcionario y no sólo a los que tienen competencia judicial. ), esto se lleva a cabo porque el rey
quiere.
Van surgiendo en diferentes ámbitos poderes especiales por territorios, pero a determinadas
personas como militares, nobles, la sociedad eclesiástica, etc. se les aplica la oportunidad de
autogobernarse esos territorios, también por voluntad del rey.
Los Concilios de Toledo asistían al rey tanto en las materias de gobierno como en las tareas
legislativas. La Iglesia asumió un papel importante en el aspecto religioso y moral, al dictar las
normas éticas por las cuales se había de regir el poder político. Además, es destacable su
participación en la actividad legislativa, al solicitar los monarcas de sus concilios su apoyo en el
gobierno y la colaboración en las tareas legislativas.
Los Concilios de Toledo reunían a todos los obispos de España, y si bien en las primeras
reuniones se debatieron preferentemente temas religiosos, se ocuparon de otros muchos
temas de diversa naturaleza como fueron la determinación de las condiciones necesarias para
la elección del monarca, el velar por el juramento del rey y de los súbditos, supervisión de la
legitimidad de los levantamientos, establecer las garantías judiciales de magnates y
eclesiásticos, dictando, en última instancia las pautas a las que debía ajustarse la marcha del
Estado y la conducta de los monarcas.
Las fuentes del derecho romano al constituirse el reino visigodo siguen siendo como en la
época anterior: las Leges, son leyes que son buenas porque las pone el que manda, es decir el
pretor. El origen de la legitimación de estos derechos está en la POTESTAS. Es un Derecho
clásico. Y los visigodos las agrupan en tres grupos: CODEX GREGORIANUS, CODEX
HERMOGENIANUS y CODEX THEODOSIANUS; y los Iura, en lo que los autores tienen la llamada
AUTORICTAS latinas, es decir, ponen las leyes en cuanto a la moral. La legitimación del poder
se encuentra en la AUTORICTAS. Aquí los visigodos sistematizan la iura en una ley de citas, que
es una recopilación de los principios generales del derecho clásico, y esa ley de citas lo que
hace es interpretar esas leyes para saber cómo se tienen que aplicar. Estos textos son
utilizados hasta fines del siglo V.
Podríamos decir que entre las primeras leyes dictadas por Teodorico I y II a mediados del S.V y
un último gran código de Rescesvinto a mediados del S.VII contábamos con tres importantes
ordenamientos jurídicos: el Código de Eurico, el Breviario de Alarico y el Código de Leovigildo.
En la época del rey Recesvinto se prohíbe el uso y la aplicación de leyes romanas, pero sí que
permite su estudio.
• EDICTUM TEODORICI REGIS Y CODEX THEODOSIANUS. El primer rey visigodo del que se
tiene constancia de que legisló por escrito fue Teodorico I cuando aún subsistía el Imperio
romano de Occidente. Promulgó leyes que se referían a los repartos de tierras a raíz del
famoso foedus del 418. Se ha conservado un texto legal autodenominado Edicto de Teodorico,
compilación de 155 preceptos breves de Derecho romano vulgar. Por otro lado, se encuentra
el Codex theodosianus que tiene 16 mil libros más sobre las leyes de emperadores posteriores
y que son aplicables a los romanos.
• EL CÓDIGO DE EURICO. Eurico fue el primer rey godo que, promulgó un corpus o
código legislativo, que se basa fundamentalmente en el derecho romano vulgar, aunque no
cabe ignorar algunos residuos germánicos. Es un texto mucho más extenso que el Edictum
Teodorici. Se han conservado sólo los preceptos 276 a 336, y entre ellos sólo 47 ya que la serie
no es continua, de los aproximadamente 350 que pudo tener.
4. DERECHO CANONICO.
Este derecho contiene decretos, normas que dicta el papa, y normas que son extractas
de los concilios. Las principales fuentes del derecho canónico durante esta etapa fueron los
cánones conciliares y las epístolas pontificias. Los cánones conciliares podían llegar a tener
valor de ley civil si eran confirmados por el monarca mediante una lex in confirmatione concilii.
el monarca también podía remitir al concilio un conjunto de disposiciones civiles o tomus regii,
para que obtuvieran además la sanción espiritual. La Hispana (obra cumbre del derecho
canónico visigodo) fue una redacción del derecho canónico realizada por San Isidoro de Sevilla
teniendo a la vista textos de concilios griegos, africanos, galicanos y españoles. A la muerte de
San Isidoro, la Hispana fue objeto de varias redacciones, la más difundida se denomina vulgata.