Está en la página 1de 16

Unidad 1 / Escenario 2

Lectura fundamental

Principios del derecho penal

Contenido

1 Consideraciones previas sobre los principios del derecho penal

2 Principio de la dignidad humana

3 Principio de proporcionalidad

4 Principio de derecho penal de acto

5 Principio de lesividad

6 Principio de culpabilidad

7 Principio de intervención mínima

8 Principio del debido proceso

Palabras clave: legalidad, lesividad, culpabilidad, proporcionalidad, dignidad humana.


1. Consideraciones previas sobre los principios del derecho penal
Al abordar este importante tema debemos regresar justamente al concepto de derecho penal,
especialmente a su componente subjetivo o ius puniendi, con el cual referimos que le asiste al Estado
el derecho de sancionar aquellas conductas que se consideran punibles.

Pues bien, sobre el ejercicio del puniendi, el cual se puede aterrizar en el derecho de sancionar todas
aquellas conductas punibles, debemos señalar que dicha facultad del Estado tampoco es ilimitada
o está fuera de control alguno. No, todo lo contrario, la misma debe estar controlada a partir de los
límites que establecen los principios del derecho penal, porque bien refiere Fernández Carrasquilla
(2011): “los principios remiten a derechos de la persona […] de modo que solo se puede pensar en
ellos como protectorios de las personas” (p. 123).

En virtud de lo anterior se hace necesario abordar los principios más relevantes del derecho penal que,
como se indicó, constituyen los límites materiales y formales del ejercicio del ius puniendi como lo son
la dignidad humana, la igualdad ante la ley, la proporcionalidad, el derecho penal de acto, la lesividad, la
culpabilidad, la intervención mínima, la legalidad, el debido proceso, la prohibición de analogía, el juez
natural y la prohibición de doble incriminación.

2. Principio de la dignidad humana


Encontrarnos el principio de la dignidad humana como el artículo primero del Código Penal
colombiano no fue una escogencia caprichosa del legislador que promulgó la Ley 599 de 2000.
Justamente su ubicación se corresponde con nuestra Constitución de 1991 que, entre otras cosas,
indica en su artículo primero que el Estado colombiano se funda en el respeto de la dignidad,
dándole en este sentido una mayor categoría entre los principios del ordenamiento jurídico o, como
lo conceptualizan Serrano et al. (2014), “metaprincipio constitucional” (p. 173). Justamente el
citado artículo primero de nuestro Código Penal (2000) señala que “el derecho penal tendrá como
fundamento el respeto a la dignidad humana”.

Debemos entender que, en el marco de un Estado social de derecho como el nuestro, el respeto a
los derechos fundamentales debe primar. En consecuencia, se hace necesario controlar el ejercicio
del ius puniendi, en el que claramente se comprometen derechos fundamentales como la dignidad
humana, la libertad, la integridad personal, el debido proceso, entre otros, a través de los principios o
normas rectoras del derecho penal que están llamados a prevalecer en la actuación judicial.

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 2
Como quiera que ya se resaltó la importancia de la dignidad humana, no solamente en el derecho
penal sino también en el derecho constitucional, es necesario realizar algunas aproximaciones
conceptuales del mentado principio.

Ha de tenerse en cuenta que es muy utilizada la expresión “dignidad humana” cuando se está en el
medio jurídico, bien sea por estudiantes, profesores, jueces, litigantes y todos aquellos que de una
u otra manera tienen relación con el mundo del derecho, pero ¿por qué? Escuchar frases en los
estrados judiciales o los escritos jurídicos como “se está atentando contra mi dignidad humana” o “mi
dignidad humana está siendo vulnerada” resaltan que esta expresión tiene una especial connotación
en nuestro medio; no obstante, lo anterior, pocas veces es comprendida y quizás ello obedece al
desconocimiento en cuanto a su conceptualización.

Nuestra aproximación conceptual se suscribirá a lo expresado en reiterada jurisprudencia de la


Corte Constitucional colombiana, máximo órgano de la jurisdicción constitucional y guardiana de la
Constitución de 1991, la cual, en Sentencia T-556 (1998), expresó que:

El concepto de dignidad humana no constituye hoy, en el sistema colombiano, un recurso literario u


oratorio, ni un adorno para la exposición jurídica, sino un principio constitucional, elevado al nivel de
fundamento del Estado y base del ordenamiento y de la actividad de las autoridades públicas. En virtud
de la dignidad humana se justifica la consagración de los derechos humanos como elemento esencial
de la Constitución Política y como factor de consenso entre los Estados, a través de las cláusulas de
los tratados públicos sobre la materia. La dignidad de la persona se funda en el hecho incontrovertible
de que el ser humano es, en cuanto tal, único en relación con los otros seres vivos, dotado de la
racionalidad como elemento propio, diferencial y específico, por lo cual excluye que se lo convierta en
medio para lograr finalidades estatales o privadas, pues, como lo ha repetido la jurisprudencia, la persona
es "un fin en sí misma". (p. 1)

Además, el anotado órgano constitucional también ha establecido el objeto de protección y la


funcionalidad normativa de la dignidad humana, un aporte significativo en tanto la definición de este
principio era abstracta y muchas veces resultaba difícil materializarla en una providencia judicial dado
que en concreto no se sabía lo que protegía y mucho menos la funcionalidad normativa que tenía. Por
ello, dicha corporación en Sentencia T-881 (2002) señaló lo siguiente al respecto:

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 3
(i) La dignidad humana entendida como autonomía o como posibilidad de diseñar un plan vital y de
determinarse según sus características (vivir como quiera). (ii) La dignidad humana entendida como
ciertas condiciones materiales concretas de existencia (vivir bien). Y (iii) la dignidad humana entendida
como intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física e integridad moral (vivir sin
humillaciones). De otro lado al tener como punto de vista la funcionalidad, del enunciado normativo
“dignidad humana”, la Sala ha identificado tres lineamientos: (i) la dignidad humana entendida como
principio fundante del ordenamiento jurídico y por tanto del Estado, y en este sentido la dignidad
como valor. (ii) La dignidad humana entendida como principio constitucional. Y (iii) la dignidad humana
entendida como derecho fundamental autónomo. (p. 23)

Con lo anterior podemos ilustrar un escenario en donde se vulnera la dignidad humana por parte
del Estado colombiano en el marco del ejercicio del ius puniendi, como sucede con la población
privada de la libertad, a quienes de manera permanente se les soslayan sus derechos fundamentales,
especialmente su dignidad humana. Esta situación no es nueva, todo lo contrario, desde hace
varios años la Corte Constitucional mediante Sentencia T-153 (1998) advirtió el “estado de cosas
inconstitucionales”1 en el sistema penitenciario colombiano, asunto que fuera reiterado años después
en las sentencias T-388 de 2013 y T-762 de 2015.

En conclusión, la dignidad humana es un principio, valor y derecho fundamental que debe ser
atendido por el Estado colombiano al momento de ejercer el ius puniendi. En este punto resulta
muy pertinente la emotiva frase del maestro Claus Roxin (2000): “¡el derecho procesal penal es el
sismógrafo de la constitución del Estado!” (p. 10), bajo el entendido de que un Estado que respeta
las garantías fundamentales como la dignidad humana en el marco del proceso penal, uno de los
escenarios donde ejerce su derecho de castigar, está dando cumplimiento a los mandatos que le
impone su Constitución.

1
Por estado de cosas inconstitucionales se debe entender, de conformidad con la Corte Constitucional en Sentencia T-153 (1998), como el
mecanismo a través del cual se busca remediar situaciones de vulneración de los derechos fundamentales que tengan un carácter general —en tanto
que afectan a multitud de personas— y cuyas causas sean de naturaleza estructural —es decir que, por lo regular, no se originan de manera exclusiva
en la autoridad demandada— y, por lo tanto, su solución exige la acción mancomunada de distintas entidades. En estas condiciones, la Corte ha
considerado que dado que miles de personas se encuentran en igual situación y que si todas acudieran a la tutela podrían congestionar de manera
innecesaria la administración de justicia, lo más indicado es dictar órdenes a las instituciones oficiales competentes con el fin de que pongan en acción
sus facultades para eliminar ese estado de cosas inconstitucional.

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 4
3. Principio de proporcionalidad
El principio de proporcionalidad de las sanciones penales se garantiza con el hecho de imponer penas
y medidas de seguridad que respondan a la proporcionalidad del daño y a las circunstancias de modo,
tiempo y lugar en las que se ejecutó la conducta punible, así como a valorar aspectos personales,
sociales y modo de vivir del condenado con el fin de garantizar una efectiva resocialización, la cual se
garantiza evitando imponer sanciones desproporcionadas e innecesarias.

En concordancia con lo anterior, consideró la Corte Constitucional en Sentencia C-285 (1997) que
“el poder punitivo tiene unos límites dados por el principio de proporcionalidad, en virtud del cual la
graduación, en abstracto y en concreto, de la sanción, debe hacerse de acuerdo con la gravedad del
injusto, y el grado de culpabilidad” (p. 11).

Un ejemplo en el cual podemos evidenciar una vulneración al principio de proporcionalidad en las


sanciones penales puede ser aquel en el que una persona causa lesiones personales culposas a otra
en un accidente de tránsito —lesiones que generan una incapacidad para trabajar de tres días— y se
le termina imponiendo la pena máxima para el delito sin tener en cuenta la modalidad culposa de la
conducta, el daño causado, el hecho de que haya asistido a la víctima y, además, que el agente no
tenía antecedentes penales.

4. Principio de derecho penal de acto


El principio de derecho penal de acto se fundamenta en que solamente se puede ser sancionado
penalmente por la infracción a la normatividad penal, además se opone al derecho penal de autor,
desarrollado por la escuela positiva del derecho penal, en donde se sancionaba a la persona por su
condición de delincuente innato, así no hubiera vulnerado el plexo normativo penal.

El derecho penal de acto también se sustenta en que las ideas criminales o la mera ideación dentro del
íterm criminis2 no pueden ser objeto de reproche penal, puesto que se debe sancionar el acto punible,
teniendo en consideración si fue perfecto o imperfecto (tentativa) en su resultado.

2
El íter criminis ha sido entendido por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, Auto de 9 de junio de 2004, radicado 22.130,
como:
el recorrido de la conducta criminosa desde su concepción intelectual hasta su consumación se ha divido tradicionalmente por los doctrinantes
en dos grandes fases. La subjetiva, consistente en la idea, en la mera intención o en la maquinación intelectual hacia la comisión del ilícito. Y la fase
objetiva, que se presenta cuando se exterioriza esa intención, a través de actos preparatorios, actos ejecutivos y actos consumativos. (p. 15)

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 5
Sobre este principio del derecho penal ha destacado la Corte Constitucional en Sentencia C-239
(1997) que con el mismo “sólo se permite castigar al hombre por lo que hace, por su conducta social,
y no por lo que es, ni por lo que desea, piensa o siente” (p. 14).

Una situación en donde se podría constatar una afectación a este principio del derecho penal
puede ser cuando una persona tiene pensado matar a otra por un lío amoroso, pero no despliega
ningún acto ni inicia la ejecución de dicho pensamiento; sin embargo, es denunciado por su
enemigo porque este cree que lo va a asesinar. Por lo anterior, no sería necesaria la intervención del
derecho penal porque se desconocería este importante principio en razón a que los pensamientos
no se sancionan penalmente.

5. Principio de lesividad
Sobre el principio de lesividad de la conducta punible ha precisado la Sala de Casación Penal de la
Corte Suprema de Justicia en Sentencia Radicado 31.362 (2009) que este principio surgió para
limitar el ejercicio del poder punitivo, constituyéndose como un deber para quienes ejercen el ius
puniendi: “tolerar toda actitud o comportamiento que de manera significativa no dañe o ponga en
peligro a otras personas, individual o colectivamente consideradas, respecto de los bienes y derechos
que el ordenamiento jurídico penal está llamado como última medida a proteger” (p. 14).

Por tanto, se entiende que el principio de lesividad es una garantía para aquellos que despliegan
conductas que se ajustan a delitos, pero que en todo caso no tienen la capacidad de lesionar
significativamente los bienes jurídicos protegidos a los cuales se adscriben dichos delitos, de manera
que no habría necesidad de intervención del derecho penal justamente por no satisfacerse el principio
de lesividad penal.

Para ilustrar la aplicabilidad que tendría este principio tenemos que Carlos ingresa a una reconocida
cadena de supermercados y hurta una goma de mascar. Pues bien, se tiene que el actuar de Carlos se
ajusta al delito de hurto, pero justamente aquí aparece el principio de lesividad como una garantía para
el autor de la conducta en el sentido que con dicho actuar no se está lesionando de forma significativa
el bien jurídico tutelado del patrimonio económico de la cadena de supermercados, en consecuencia,
dicha conducta sería tolerable para el derecho penal. Además, la judicialización de conductas como la
anotada generaría un desgaste innecesario de la administración de justicia.

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 6
6. Principio de culpabilidad
El principio de culpabilidad tiene sustento en la máxima nulla poena sine culpa, lo que traduce a que
no hay pena sin responsabilidad del autor del delito. En este sentido autores como Bacigalupo (1994)
han indicado que la culpabilidad es “el conjunto de condiciones que determinan que el autor de una
acción típica y antijurídica sea criminalmente responsable de la misma” (p. 298).

Como se puede observar, el principio de culpabilidad guarda íntima relación con el del derecho penal
de acto, como lo ha estimado la Corte Constitucional en Sentencia C-181 (2016): “la valoración de
la culpabilidad recae sobre actos exteriores del ser humano y no sobre aspectos de su fuero interno,
el juicio de reproche debe ser adscrito a la conducta del actor y constituye el fundamento de la
proporcionalidad de la pena a imponer” (p. 26).

Por lo anterior, deberá el operador jurídico (entiéndase juez o magistrado), al momento de realizar la
imposición de una sanción penal, verificar que el autor haya actuado con conocimiento y haya dirigido
su voluntad a la realización de la conducta punible, en otras palabras, el agente sabía lo que hacía y aun
así quería su realización sin importarle que era un delito y se exponía a una pena.

Se actúa con culpabilidad en el ejemplo que se presenta: Policarpo tiene la intención de matar a Luis,
para ello saca su arma de fuego y le propina diversos disparos ocasionándole la muerte. Véase que el
actuar del agente es doloso en razón a que sabía lo que hacía y dirigió su voluntad hacia su realización,
claramente hay culpabilidad en su actuar criminal.

En conclusión, el principio de culpabilidad garantiza la erradicación de cualquier forma de


responsabilidad objetiva bajo el entendido de que el juzgador, al momento de imponer una sanción
penal, deberá examinar si más allá del resultado causado el agente actuó de manera dolosa, culposa
o preterintencional porque, de no ser así, sencillamente no hay motivo de ejercer el ius puniendi por
parte del Estado.

7. Principio de intervención mínima


El principio de intervención mínima o de última ratio exige que el derecho penal sea el último
mecanismo que debe utilizar el Estado para sancionar aquellas conductas que pueden ser
contrarias al normal tránsito social, por loque el legislador deberá criminalizar únicamente aquellos
comportamientos que atentan de manera grave contra los bienes jurídicos tutelados más relevantes.

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 7
En este sentido, la Corte Constitucional en Sentencia C-647 (2001) precisó que, si bien es cierto
que los Estados acuden a la creación de nuevos delitos como un medio de control social, también
es cierto que a dicha labor “sólo puede acudirse como último recurso, pues el derecho penal en
un Estado democrático sólo tiene justificación como la última ratio que se ponga en actividad para
garantizar la pacífica convivencia de los asociados” (p. 16).

Así pues, deberá el legislador canalizar aquellas conductas que no tienen la capacidad de lesionar de
forma grave los derechos de las personas o bienes jurídicos a través de otros instrumentos normativos
como puede ser el derecho administrativo sancionador, mediante el cual se imponen sanciones de
orden correctivo y económico como suele suceder con aquellas que son contrarias a la convivencia y
tienen lugar en el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana.

La vulneración al principio de intervención mínima se surte en los procesos legislativos, como podría
ser un evento en el cual se tramita en el Congreso la aprobación de una ley que incorpora al Código
Penal el delito que se describe a continuación:

El que se abstenga de pagar obligación dineraria o de cualquier otra especie incurrirá en prisión de 3
a 5 años.

En conclusión, debe tenerse en cuenta que el derecho penal no puede resolver todos los problemas
sociales porque justamente es la última ratio, su intervención debe ser mínima. Entonces, un delito
como el relacionado en el ejemplo no debería ser abordado desde el derecho penal sino desde otras
áreas del derecho como lo puede ser el derecho civil.

8. Principio del debido proceso


El debido proceso tiene por objeto dotar de una serie de garantías legales y constitucionales a la
persona sobre la cual recae el ejercicio del ius puniendi, demandando por parte del Estado el respeto
de su derecho a la libertad, la igualdad, la imparcialidad, la legalidad, la defensa, la lealtad, la intimidad,
la contradicción, la inmediación, la concentración, la publicidad, el juez natural, la doble instancia, la
cosa juzgada, entre otros.

A continuación, se abordarán algunas de las principales garantías que fundamentan el debido proceso.

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 8
8.1. Principio de legalidad

Para autores como Fernández (2011), el principio de legalidad “es el supremo postulado político-
criminal del derecho penal moderno, el punto de partida absoluto mientras haya pretensión de
construir un Estado democrático. Se trata de la máxima garantía formal que pueda brindar el estado a
las libertades individuales” (p. 163).

Así pues, el principio de legalidad constituye una de las garantías más importantes del debido proceso
y tiene desarrollo en el inciso segundo del artículo 29 de la Constitución Política de Colombia (1991),
según el cual: “Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa”
(p.14). De este modo, la Corte Constitucional en Sentencia C-592 (2005) ha establecido que este
principio permite “(i) definir de manera clara, concreta e inequívoca las conductas reprobadas, (ii)
el señalar anticipadamente las respectivas sanciones, así como (iii) la definición de las autoridades
competentes y (iv) el establecimiento de las reglas sustantivas y procesales aplicables, todo ello en
aras de garantizar un debido proceso” (p. 14).

Además, el principio de legalidad dota de seguridad jurídica a los ciudadanos en atención a que de
manera previa conocen por qué conductas y a qué sanciones pueden verse expuestos al infringir
el ordenamiento jurídico-penal, evitando así cualquier arbitrariedad del Estado en el ejercicio del
ius puniendi.

Para ilustrar este principio tenemos que Jorge le propina diferentes golpes a Camilo debido a una riña
que tuvieron por sus diferencias políticas, ocasionándole una incapacidad para trabajar de 100 días.

El caso llega a conocimiento de Gabriel, quien es juez y gran amigo del papá de Camilo, por lo que al
momento de condenar a Jorge le impone una pena de 200 meses de prisión.

En el ejemplo de la precedencia hay una clara afectación al principio de legalidad, puesto que de
conformidad con el artículo 112 del Código Penal (2000), cuando la incapacidad para trabajar supera
90 días, la pena máxima para el delito de lesiones personales dolosas es de 90 meses, por lo cual la
pena impuesta por Gabriel vulnera el principio de legalidad de la pena en tanto desborda los límites
fijados por el legislador en el Código Penal (2000).

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 9
8.2. Principio de igualdad ante la ley

La dignidad humana es un importante principio del derecho penal, así como un valor y derecho
fundamental, por lo que se constituye, entonces, en un gran catalizador del ius puniendi.

El principio de igualdad tiene una visión formal y material. En atención al primero, debemos decir que
el proceso legislativo deberá concluir en leyes abstractas, impersonales y generales, siendo contraria a
este principio toda norma que sea amañada, personal o hecha a la medida.

Asimismo, la igualdad prohíbe todo acto de discriminación o trato desigual por las razones que expresa
el artículo 13 de la Constitución Política de Colombia (1991), esto es, “sexo, raza, origen nacional
o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica”, a esto se le conoce como discriminación
negativa y claramente está completamente proscrita; sin embargo, se preguntarán ustedes, ¿si existe
una discriminación negativa, hay una positiva? pues sí, justamente es la única permitida en razón a que
satisface la llamada igualdad material.

Sobre el principio de igualdad material ha precisado la Corte Constitucional en Sentencia SU-


336 (2017) que “ordena la adopción de medidas afirmativas para asegurar la vigencia del principio
de igualdad ante circunstancias fácticas desiguales” (p. 25). Bajo este razonamiento debemos
comprender que la discriminación positiva es aquella que permite garantizar la igualdad en
situaciones fácticas desiguales, es decir, en las dinámicas sociales y económicas de nuestro país
se debe reconocer la desigualdad, pero justamente es el Estado el encargado de garantizar que
todas aquellas personas que están en dicha situación puedan superarla a través de la ejecución
de acciones afirmativas o discriminando positivamente a estos grupos poblacionales, como por
ejemplo, reduciéndoles el costo en el transporte público, servicios públicos, acceso a educación,
salud, entre otros, y esto se genera justamente atribuyendo una mayor carga tributaria a los estratos
socioeconómicos más altos, entre otras medidas de política pública que propendan la materialización
de la igualdad material.

Debemos señalar que el concepto de igualdad en el proceso penal no solo se concretiza en el hecho
de que los operadores judiciales tienen vedado discriminar a quienes participan en el proceso penal
por las razones mencionadas en el artículo 13 superior, sino que, además, debe garantizar una igualdad
de armas entre quien ejerce el ius puniendi (el Estado) y quien lo soporta (el procesado), la cual se
materializa en el hecho de que los sujetos procesales tienen las mismas garantías y oportunidades
dentro del proceso penal.

Para finalizar, podemos retratar un ejemplo en donde se vulnera el principio de igualdad., veamos:

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 10
Jorge y Martín fueron coautores en la comisión del delito de hurto calificado y agravado. Ambos
robaron a Diego, ninguno de ellos tiene ningún tipo de antecedente penal y las circunstancias de
modo, tiempo y lugar son idénticas para ambos.

Al estar ante Mauricio, juez de la República quien conoce de su caso y quien además es homófobo,
este se entera en el discurrir del proceso que Martín es homosexual, por lo que decide imponer
una pena más alta a este último respecto de Jorge (eso sí, dentro del máximo permitido por la ley),
configurándose un trato desigual y discriminatorio por su orientación sexual.

8.3. Principio del juez natural

El principio del juez natural es una manifestación del debido proceso y del principio de legalidad en
razón a que permite a los ciudadanos ser juzgados por el juez determinado de manera previa por la ley,
tal como lo señala el inciso segundo del artículo 29 de la Constitución Política de Colombia (1991):
“Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o
tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio”. Esto va en
concordancia con el artículo 19 del Código de Procedimiento Penal (2004) que estipula que: “Nadie
podrá ser juzgado por juez o tribunal ad hoc o especial, instituido con posterioridad a la comisión de un
delito por fuera de la estructura judicial ordinaria”.

Al hilo de lo anunciado sobre el principio del juez natural ha puntualizado la Corte Constitucional en
Sentencia C-200 (2002) que el mismo “implica la garantía de que el juzgamiento de las conductas
tipificadas como delitos será efectuado, independiente de la persona o institución en concreto, por
los funcionarios y órganos que integran la jurisdicción ordinaria” (p. 24).

Un caso que nos podría enseñar cuándo se atenta contra el principio del juez natural es el que se
describe a continuación:

Diego es un joven que se encuentra prestando servicio militar, pero decide desertar por no estar a
gusto con dicha labor. Al llegar a su casa, su padrastro lo lleva a donde el fiscal del pueblo para que
este lo presente ante un juez y lo judicialicen por el delito de deserción, el cual se encuentra en el
artículo 109 del Código Penal Militar (2010).

En el mencionado caso el juez no es competente para conocer del asunto, así como tampoco lo
es el fiscal para adelantar la investigación y acusación, puesto que este delito es competencia de la
jurisdicción penal militar, por lo tanto, el juez natural de Diego para conocer el delito de deserción
serían los tribunales militares.

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 11
Ahora bien, debe entenderse que la competencia de estos tribunales únicamente se da respecto de
miembros activos de la Fuerza Pública y en los delitos relacionados con el servicio, es decir, los que se
encuentran en el Código Penal Militar (2010).

8.4. Principio de prohibición de doble incriminación

Este principio es de prevalente garantía ciudadana respecto al ejercicio del ius puniendi, conocido en
el derecho comparado como non bis in ídem en virtud de que nadie puede ser juzgado dos veces por el
mismo hecho.

En el caso del derecho colombiano, la Constitución Política de Colombia (1991) en el inciso 4 del
artículo 29 indica que una de las garantías del debido proceso es justamente el “no ser juzgado dos
veces por el mismo hecho”, principio que es recogido en el Código de Procedimiento Penal (2004)
en su artículo 21: “no será sometida a nueva investigación o juzgamiento por los mismos hechos”.

De la misma manera, la Corte Constitucional en Sentencia T-196 (2015) ha establecido que esta
garantía del debido proceso se vulnera cuando se “inicia un nuevo proceso sancionatorio en contra
de una persona que ya fue juzgada por unos mismos hechos, por lo que se prohíbe una nueva
investigación, juicio o condena en contra de la persona que ya fue sometida al poder punitivo del
Estado” (p. 31).

Un caso en el cual se podría configurar una vulneración al principio de non bis in ídem es el siguiente:

Javier fue condenado a cuatro años por el delito de violencia intrafamiliar, toda vez que maltrató
físicamente a quien era su compañera permanente. Transcurridos cinco años y al encontrarse en
libertad por pena cumplida es requerido por la autoridad policial de vigilancia, quienes le solicitan
su documento de identidad y le indican que tiene una orden de captura, por lo cual lo ponen a
disposición de las autoridades. En la audiencia de legalización de captura e imputación de cargos, el
fiscal le narra a Javier los mismos hechos por los cuales fue condenado años atrás, esto es, el maltrato
físico a su excompañera.

Observemos que en virtud de este principio no hay lugar a procesar nuevamente a Javier por estos
mismos hechos, por lo cual se debe disponer su libertad inmediata.

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 12
8.5. Principio de presunción de inocencia

El principio de presunción de inocencia o in dubio pro reo consiste en que toda persona es inocente
hasta que se demuestre lo contrario. Se constituye en una valiosa garantía ciudadana en razón a que
hasta el momento en que haya una sentencia condenatoria ejecutoriada en contra de un ciudadano
a este no puede considerársele y tratársele como culpable, es decir, tuvo que haber sido vencido en
juicio y el Estado, en el ejercicio del ius puniendi, haber enervado su presunción de inocencia.

También debe tenerse en cuenta el estándar de condena en Colombia de conformidad con el artículo
7 del Código de Procedimiento Penal (2004): “Para proferir sentencia condenatoria deberá existir
convencimiento de la responsabilidad penal del acusado, más allá de toda duda” lo cual nos indica que
no debe existir ninguna duda sobre la responsabilidad penal condenado porque de existir alguna duda
esta deberá ser a favor del procesado, conllevando a una necesaria sentencia absolutoria.

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 13
Referencias
Auto Rad. 22.130/04. (2004, 9 de junio). Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Penal (Edgar Lombana Trujillo, MP).http://190.217.24.13:8080/WebRelatoria/
FileReferenceServlet?corp=csj&ext=doc&file=375128

Bacigalupo, E. (1994). Principios de derecho penal (3.ª ed.). Editorial Akal/iure.

Código Penal [CP]. Ley 599 del 2000. 24 de julio, 2000 (Colombia). http://www.secretariasenado.
gov.co/senado/basedoc/ley_0599_2000.html

Código Penal Militar [CPM]. Ley 1407 de 2010. 17 de agosto de 2010 (Colombia). http://www.
secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_1407_2010.html

Código de Procedimiento Penal [CPP]. Ley 906 de 2004. 31 de agosto de 2004 (Colombia).
http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_0906_2004.html

Constitución Política de Colombia. (1991, 20 de julio). Asamblea Nacional Constituyente. Gaceta


constitucional N.° 116. http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/constitucion_
politica_1991.html

Fernández Carrasquilla, J. (2011). Derecho penal. Parte General. Principios y categorías dogmáticas.
Editorial Ibañez.

Roxin, C. (2000). Derecho procesal penal. Editores del Puerto.

Sentencia C-239/97. (1997, 20 de mayo). Corte Constitucional (Carlos Gaviria Diaz, M.P).

https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/c-239-97.htm

Sentencia C-285/97. (1997, 5 de junio). Corte Constitucional (Carlos Gaviria Díaz, M.P). https://
www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/C-285-97.htm

Sentencia C-647/01. (2001, 20 de junio). Corte Constitucional (Alfredo Beltrán Sierra, M.P).
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2001/C-647-01.htm

Sentencia C-200/02. (2002, 19 de marzo). Corte Constitucional (Álvaro Tafur, M.P). https://www.
corteconstitucional.gov.co/relatoria/2002/C-200-02.htm

Sentencia C-592/05. (2005, 9 de junio). Corte Constitucional (Álvaro Tafur Galvis, M.P). https://
www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2005/C-592-05.htm

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 14
Sentencia C-181/16. (2016, 13 de abril). Corte Constitucional (Gloria Stella Ortiz Delgado, M.P).
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2016/C-181-16.htm

Sentencia SP-31.362/09. (2009, 13 de mayo). Corte Suprema de Justicia, Sala de


Casación Penal (Julio Enrique Socha, M.P). http://190.217.24.13:8080/WebRelatoria/
FileReferenceServlet?corp=csj&ext=doc&file=382446

Sentencia SU-336/17. (2017, 18 de mayo). Corte Constitucional (Iván Humberto Escrucería, M.P).
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/SU336-17.htm

Sentencia T-556/98. (1998, 6 de octubre). Corte Constitucional (José Gregorio Hernández Galindo,
M.P). https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/T-556-98.htm

Sentencia T-153/98. (1998, 28 de abril). Corte Constitucional (Eduardo Cifuentes Muñoz, M.P).
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/t-153-98.htm

Sentencia T-881/02. (2002, 17 de octubre). Corte Constitucional (Eduardo Montealegre, M.P).


https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2002/T-881-02.htm

Sentencia T-196/15. (2015, 17 de abril). Corte Constitucional (María Victoria Calle, M.P). https://
www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2015/T-196-15.htm

Serrano, K., Garzón, S., Ordoñez, O. y Rubiano, A. (2014). El metaprincipio constitucional de la


dignidad humana. Democratia Nova, V (3), 171-189.

Bibliografía
Sentencia T-444/11. (2011, 25 de mayo). Corte Constitucional (Juan Carlos Henao, M.P). https://
www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2011/C-444-11.htm

POLITÉCNICO
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GRANCOLOMBIANO 15
INFORMACIÓN TÉCNICA

Módulo: Penal General


Unidad 1: Temas fundamentales y principios del
derecho penal
Escenario 2: Principios del derecho penal

Autor: Kevin Andrés Serrano Burgos

Asesor Pedagógico: Ivon Tatiana Parra Astroz


Diseñador Gráfico: Alejandra Daza Hurtado

Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano.


Prohibida su reproducción total o parcial.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 16

También podría gustarte