Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PRESENTADO POR:
PRESENTADO A:
TERCER AÑO
GRUPO C
2020
ENSAYO SOBRE LOS PRINCIPIOS RECTORES DEL CÓDIGO
DE PROCEDIMIENTO PENAL.
Para comenzar dicho ensayo es necesario tener en cuenta que El derecho procesal
constituye hoy una rama independiente del derecho, que cuenta con un catálogo de
preceptos fundamentales que integran en si un amplio contenido doctrinario. Esta rama
hace parte del derecho público, es de carácter formal, instrumental, autónomo y de principal
importancia.
El Derecho Procesal Penal cumple un papel fundamental dentro del ordenamiento jurídico
porque se encarga de regular la soberanía del Estado, a través, del establecimiento del
conglomerado de principios que encausan, garantizan y hacen efectiva la acción de las
personas tanto jurídicas como naturales para garantizar la protección de todos sus derechos
fundamentales cuando estos se vean amenazados o lesionados
El Derecho se rige por un conjunto determinado de preceptos lógicos que fungen como
fundamentos de validez de aquellos enunciados a través de los cuales se desarrolla el
ordenamiento jurídico, estos preceptos se denominan Principios, los cuales tienen tal
trascendencia que son igual de relevantes para la Republica que las leyes.
Para poder analizar de manera adecuada el proceso penal se hace necesario detenernos en
cada uno de los principios que lo integran que según Maier conforman “las máximas que,
junto a las reglas constitucionales de principio, gobiernan el enjuiciamiento penal de un
país” y mediante estos es viable corroborar la eficacia o ineficiencia del sistema procesal
con las normas base y los valores sociopolíticos que imperan en la sociedad lo cual será útil
al momento de enfrentar cada uno de los modelos del enjuiciamiento penal que plantean los
ordenamientos en su desarrollo legislativo.
El legislador en el Código Procesal Penal no podía pasar por alto estos preceptos, por lo
cual, se consagran en los 27 artículos del título preliminar de este todos los principios
rectores que fundamentan el Derecho Procesal Penal que constituyen normas de carácter
obligatorio y prevalecen sobre cualquier otra disposición establecida en el mismo sistema
jurídico procesal. Una de las características mas importantes de los principios rectores es
que sirven como base para una correcta, lógica y adecuada interpretación de otra norma
procesal.
Para algunos dogmáticos del derecho Penal las obligaciones emanadas del principio de
dignidad humana se basan en la abstención por parte del Estado de infligir tortura, imponer
penas y sanciones imprescriptibles, la pena de muerte y establecer tratos crueles y
degradantes para las personas.
Por otra parte, se resalta que “la Dignidad Humana implica límites para el derecho procesal
penal y la ejecución de las penas. Sobre esto se ha dicho que el principio de humanidad en
el proceso penal implica respetar la intangibilidad de la herencia; el reconocimiento de su
autonomía ética; la necesidad de unas condiciones materiales mínimas de existencia, y la
preservación de la indemnidad física de los procesados” [ CITATION Ram10 \l 9226 ]. Esto
hace referencia a las pruebas que involucren afectación del derecho tales como la intimidad
genética por lo cual deberá realizarse un especial control de legalidad.
El articulo 2 consagra el principio de libertad, el cual establece “Toda persona tiene
derecho a que se respete su libertad. Nadie podrá ser molestado en su persona ni privado de
su libertad sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad judicial competente, emitido
con las formalidades legales y por motivos previamente definidos en la ley. El juez de
control de garantías, previa solicitud de la Fiscalía General de la Nación ordenará la
restricción de la libertad del imputado cuando resulte necesaria para garantizar su
comparecencia o la preservación de la prueba o la protección de la comunidad, en especial,
de las víctimas. Igualmente, por petición de cualquiera de las partes, en los términos
señalados en este código, dispondrá la modificación o revocación de la medida restrictiva si
las circunstancias hubieren variado y la convirtieren en irrazonable o desproporcionada. En
las capturas en flagrancia y en aquellas en donde la Fiscalía General de la Nación,
existiendo motivos fundados, razonablemente carezca de la oportunidad de solicitar el
mandamiento escrito, el capturado deberá ponerse a disposición del juez de control de
garantías en el menor tiempo posible sin superar las treinta y seis (36) horas siguientes”.
[ CITATION LEY04 \l 9226 ] . Este es uno de los postulados mas importantes de la estructura
normativa del Código de Prodi miento Penal pues la privación de la libertad sobre un
individuo se ejecutará de manera excepcional y solo en los casos en los que lo exprese la
norma procesal.
El Fiscal solo podrá solicitar la privación de la libertad del procesado cuando esta sea
absolutamente necesaria para garantizar que el procesado concurra con el proceso y para
garantizar y preservar los derechos de las victimas. Solo así el Fiscal podrá solicitarle al
juez de control de garantías que el imputado sea detenido y solo este tendrá facultad de
decidir sobre lo correspondiente a la libertad y todos los bienes jurídicos del procesado.
En base a lo anterior podemos afirmar que a través de estos principios lo que se busca es
dar cumplimiento a los convenios internacionales anteriormente citados y de esta manera
garantizar que cada miembro de la sociedad pueda tener acceso a sus garantías judiciales.
Sin embargo, desde mi punto de vista en algunas reformas se ha dejado de lado estos
tratados y en consecuente no se han desarrollado a cabalidad cada uno de aquellos
postulados. Aunque en algunas ocasiones los principios son vistos como un obsequio del
legislador, estos no son más que el cumplimiento de normas que imperan sobre nuestras
leyes, es decir, aquellos tratados internacionales a los cuales el Estado Colombiano se ha
vinculado
El articulo 4 igualdad “Es obligación de los servidores judiciales hacer efectiva la igualdad
de los intervinientes en el desarrollo de la actuación procesal y proteger, especialmente, a
aquellas personas que, por su condición económica, física o mental, se encuentren en
circunstancias de debilidad manifiesta. El sexo, la raza, la condición social, la profesión, el
origen nacional o familiar, la lengua, el credo religioso, la opinión política o filosófica, en
ningún caso podrán ser utilizados dentro del proceso penal como elementos de
discriminación”. [ CITATION LEY04 \l 9226 ] . La igualdad significa correspondencia entre un
grupo de diferentes objetos, personas, procesos o circunstancias que tienen las mismas
cualidades en por lo menos algún aspecto, pero no en todos, es decir, debe considerarse
alguna característica en específico. De tal suerte que la igualdad, es un valor que requiere
ser compatible con otros fines, para ello dependerá de la situación en concreto, por lo que
no puede deducirse de ninguna clase de leyes generales. La igualdad, como principio y
derecho fundamental, no requiere ser argumentada para que se explique, sino que es el trato
desigual el que requiere de argumentos racionales para su justificación, estos argumentos se
necesitan para que sean aplicados y no considerados injustos
ARTÍCULO 6º. LEGALIDAD. “Nadie podrá ser investigado ni juzgado sino conforme a
la ley procesal vigente al momento de los hechos, con observancia de las formas propias de
cada juicio. La ley procesal de efectos sustanciales permisiva o favorable, aun cuando sea
posterior a la actuación, se aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable. Las
disposiciones de este código se aplicarán única y exclusivamente para la investigación y el
juzgamiento de los delitos cometidos con posterioridad a su vigencia”. Es consustancial al
ejercicio del ius puniendi su sometimiento a determinados límites cuya observancia
constituirá una exigencia básica para que la utilización del Derecho Penal, como monopolio
del Estado e instrumento de pacificación social, no pierda legitimidad ante los ciudadanos.
Algunos de esos límites, los que son propios de un Estado de derecho, se engloban dentro
del principio de legalidad, que dispensa al ciudadano la seguridad jurídica de que no va a
ser sancionado ni por infracciones, ni a penas o medidas de seguridad que no estén
previstas en ley anterior a su actuación típica, y que en todo caso le sean impuestas por un
Juez y en el seno de un proceso establecido legalmente.
ARTÍCULO 8º. Defensa. “En desarrollo de la actuación, una vez adquirida la condición de
imputado, este tendrá derecho, en plena igualdad respecto del órgano de persecución penal,
en lo que aplica a:
e) Ser oído, asistido y representado por un abogado de confianza o nombrado por el Estado;
f) Ser asistido gratuitamente por un traductor debidamente acreditado o reconocido por el
juez, en el caso de no poder entender o expresarse en el idioma oficial; o de un intérprete en
el evento de no poder percibir el idioma por los órganos de los sentidos o hacerse entender
oralmente. Lo anterior no obsta para que pueda estar acompañado por uno designado por él;
h) Conocer los cargos que le sean imputados, expresados en términos que sean
comprensibles, con indicación expresa de las circunstancias conocidas de modo, tiempo y
lugar que los fundamentan;
Por derecho de defensa, puede entenderse el derecho fundamental que asiste a todo
imputado y a su Abogado defensor a comparecer inmediatamente en la instrucción y a lo
largo de todo el proceso penal a fin de poder contestar con eficacia la imputación o
acusación contra aquél existente, articulando con plena libertad e igualdad de armas los
actos de prueba, de postulación e impugnación necesarios para hacer valer dentro del
proceso penal el derecho a la libertad que asiste a todo ciudadano que, por no haber sido
condenado, se presume inocente.
La Declaración Universal de Derechos Humanos expresa, junto al derecho a la presunción
de inocencia, el derecho de toda persona acusada de delito a un juicio público en el que le
hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa. En el Convenio de Roma se
establece mediante un texto más concreto el derecho a defenderse así mismo o a ser asistido
por un defensor de su elección y, si no tiene medios para remunerar a un defensor, podrá
ser asistido gratuitamente por un abogado de oficio. Cuando los intereses de la justicia así
lo exijan. En términos semejantes se reitera este derecho en el Pacto de Nueva York y en el
Pacto de San José de Costa Rica, resaltándose la comunicación libre y privada con el
defensor y la irrenunciabilidad del derecho a ser asistido por un defensor proporcionado por
el Estado.
El Código Procesal Penal reconoce expresamente el derecho a la defensa como uno de sus
principios fundamentales en el artículo IX del Título Preliminar “toda persona tiene
derecho inviolable e irrestricto a que se le informe de sus derechos, a que se le comunique
de inmediato y detalladamente la imputación formulada en su contra, y a ser asistida por un
abogado defensor de su elección o, en su caso, por un Abogado de oficio, desde que es
citada o detenido por la autoridad.” El proceso penal garantiza el ejercicio de los derechos
que corresponden a la persona agraviada por el delito.
ARTÍCULO 9º. Oralidad. “La actuación procesal será oral y en su realización se utilizarán
los medios técnicos disponibles que permitan imprimirle mayor agilidad y fidelidad, sin
perjuicio de conservar registro de lo acontecido. A estos efectos se dejará constancia de la
actuación.” Los actos procesales del Juez y de las partes pueden manifestarse oralmente o
por escrito, lo que da lugar a dos principios opuestos en la regulación del proceso: el de
oralidad y el de escritura. En realidad, no cabe uno u otro sistema con carácter absoluto.
Cuando se dice que rige el principio de oralidad lo que se está indicando es que predominan
los actos orales frente a los escritos. Por otro lado, cabe señalar que la oralidad no excluye
la posible documentación por escrito de los actos orales.
Para alcanzar esos efectos serán de obligatorio cumplimiento los procedimientos orales, la
utilización de los medios técnicos pertinentes que los viabilicen y los términos fijados por
la ley o el funcionario para cada actuación.
El juez dispondrá de amplias facultades en la forma prevista en este código para sancionar
por desacato a las partes, testigos, peritos y demás intervinientes que afecten con su
comportamiento el orden y la marcha de los procedimientos. El juez podrá autorizar los
acuerdos o estipulaciones a que lleguen las partes y que versen sobre aspectos en los cuales
no haya controversia sustantiva, sin que implique renuncia de los derechos constitucionales.
El juez de control de garantías y el de conocimiento estarán en la obligación de corregir los
actos irregulares no sancionables con nulidad, respetando siempre los derechos y garantías
de los intervinientes.”
ARTÍCULO 11. Derechos de las víctimas. “El Estado garantizará el acceso de las víctimas
a la administración de justicia, en los términos establecidos en este código.
c) A una pronta e integral reparación de los daños sufridos, a cargo del autor o partícipe del
injusto o de los terceros llamados a responder en los términos de este código;
e) A recibir desde el primer contacto con las autoridades y en los términos establecidos en
este código, información pertinente para la protección de sus intereses y a conocer la
verdad de los hechos que conforman las circunstancias del injusto del cual han sido
víctimas;
f) A que se consideren sus intereses al adoptar una decisión discrecional sobre el ejercicio
de la persecución del injusto;
i) A recibir asistencia integral para su recuperación en los términos que señale la ley;
j) A ser asistidas gratuitamente por un traductor o intérprete en el evento de no conocer el
idioma oficial, o de no poder percibir el lenguaje por los órganos de los sentidos.”
ARTÍCULO 12. Lealtad. “Todos los que intervienen en la actuación, sin excepción alguna,
están en el deber de obrar con absoluta lealtad y buena fe.” Es un principio que impone a
todos los sujetos partícipes del proceso la obligación de actuar con lealtad y buena fe
procesal ajustando su conducta a la justicia y al respeto entre sí, debiendo evitarse cualquier
conducta fraudulenta o dilatoria del proceso
ARTÍCULO 13. Gratuidad. “La actuación procesal no causará erogación alguna a quienes
en ella intervengan, en cuanto al servicio que presta la administración de justicia.” La
justicia penal es gratuita, salvo el pago de las costas procesales establecidas conforme a este
Código." Tal principio guarda concordancia con el texto Único Ordenado del Poder Judicial
(artículo 6°) que guarda estrecha relación con la búsqueda de la economía procesal.
ARTÍCULO 14. Intimidad. “Toda persona tiene derecho al respeto de su intimidad. Nadie
podrá ser molestado en su vida privada. No podrán hacerse registros, allanamientos ni
incautaciones en domicilio, residencia, o lugar de trabajo, sino en virtud de orden escrita
del Fiscal General de la Nación o su delegado, con arreglo de las formalidades y motivos
previamente definidos en este código. Se entienden excluidas las situaciones de flagrancia y
demás contempladas por la ley.
En estos casos, dentro de las treinta y seis (36) horas siguientes deberá adelantarse la
respectiva audiencia ante el juez de control de garantías, con el fin de determinar la
legalidad formal y material de la actuación” El derecho que toda persona tiene a su propio
entorno y al respeto frente a la injerencia o intromisión indebida de terceros es entendido
como el derecho a la intimidad. Este derecho protegido constitucionalmente y por los
tratados de derechos humanos, hace parte del bloque de constitucionalidad, incluye las
comunicaciones, el buen nombre, la honra, el domicilio, la orientación sexual, su pasado,
sus relaciones con los demás, la orientación política, a no ser fotografiado, o registradas sus
llamadas o al registro de su actividad en medios electrónicos, a no ser objeto de filmación o
cualquier registro magnetofónico, a que no se conozcan sus hábitos, menos aún a que
cualquier actividad propia sea divulgada, su espacio y relaciones familiares o laborales y en
general todos aquellos aspectos que no son de dominio público sino que los reserva para sí
mismo.
ARTÍCULO 15. Contradicción. “Las partes tendrán derecho a conocer y controvertir las
pruebas, así como a intervenir en su formación, tanto las que sean producidas o
incorporadas en el juicio oral y en el incidente de reparación integral, como las que se
practiquen en forma anticipada.
ARTÍCULO 16. Inmediación. “En el juicio únicamente se estimará como prueba la que
haya sido producida o incorporada en forma pública, oral, concentrada, y sujeta a
confrontación y contradicción ante el juez de conocimiento. En ningún caso podrá
comisionarse para la práctica de pruebas. Sin embargo, en las circunstancias
excepcionalmente previstas en este código, podrá tenerse como prueba la producida o
incorporada de forma anticipada durante la audiencia ante el juez de control de garantías.”
EI Principio de Inmediación es la comunicación personal del juez con las partes y el
contacto directo del mismo con los actos de adquisición, fundamentalmente de las pruebas.
A favor de este objetivo, en el orden jurisdiccional penal, las sesiones del juicio oral se
celebrarán de forma consecutiva hasta la conclusión del juicio, salvo que concurra alguna
causa de suspensión legalmente previstas. En la misma línea, la Ley 1/2000 de 7 de enero,
de Enjuiciamiento Civil, además de establecer que las pruebas se practiquen en unidad de
acto, salvo excepciones, contiene un conjunto de disposiciones tendentes a evitar
suspensiones imprevistas o injustificadas del juicio o vista, regulándose restrictivamente los
supuestos de interrupción de una vista ya comenzada.
ARTÍCULO 18. PUBLICIDAD. “La actuación procesal será pública. Tendrán acceso a
ella, además de los intervinientes, los medios de comunicación y la comunidad en general.
Se exceptúan los casos en los cuales el juez considere que la publicidad de los
procedimientos pone en peligro a las víctimas, jurados, testigos, peritos y demás
intervinientes; se afecte la seguridad nacional; se exponga a un daño psicológico a los
menores de edad que deban intervenir; se menoscabe el derecho del acusado a un juicio
justo; o se comprometa seriamente el éxito de la investigación.” Considerada por la
doctrina como un principio consecuencia del de la oralidad, el de publicidad, ha ido
adquiriendo en los últimos años, y es de prever que aumente en el futuro inmediato, una
mayor relevancia en el derecho procesal penal tanto como principio que inspira varios de
sus actos, como uno de los medios que garantiza la legítima defensa del acusado o, al
contrario, sensu, cuya ausencia la afecta sensiblemente.
ARTÍCULO 19. Juez natural. “Nadie podrá ser juzgado por juez o tribunal ad hoc o
especial, instituido con posterioridad a la comisión de un delito por fuera de la estructura
judicial ordinaria.” El derecho al juez natural es un derecho humano reconocido a nivel
nacional e internacional que incluye un juez independiente, imparcial y predeterminado por
ley. La competencia para conocer de violaciones a los derechos humanos debe recaer,
según las normas y jurisprudencia internacionales, en un juez ordinario. A través de la
modificación del art. 221 de la Constitución colombiana, se da un amplio margen a los
tribunales militares para conocer de violaciones de derechos humanos cometidos por
miembros de la fuerza pública atentando contra las normas internacionales de protección de
los derechos humanos que obligan al Estado colombiano.
ARTÍCULO 20. Doble instancia. “Las sentencias y los autos que se refieran a la libertad
del imputado o acusado, que afecten la práctica de las pruebas o que tengan efectos
patrimoniales, salvo las excepciones previstas en este código, serán susceptibles del recurso
de apelación.” La doble instancia es una garantía indispensable en el Estado de Derecho,
importante en todas las ramas, pero especialmente en materia penal, que consiste en la
posibilidad de acudir ante un juez, normalmente el superior jerárquico del que ha resuelto,
para que revise la sentencia condenatoria o desfavorable.
Genéricamente se entiende por cosa juzgada la totalidad de los efectos que ocasiona una
sentencia. Pero doctrina y jurisprudencia distinguen la cosa juzgada "formal" de la
"material".
ARTÍCULO 23. Cláusula de exclusión. “Toda prueba obtenida con violación de las
garantías fundamentales será nula de pleno derecho, por lo que deberá excluirse de la
actuación procesal. Igual tratamiento recibirán las pruebas que sean consecuencia de las
pruebas excluidas, o las que solo puedan explicarse debido a su existencia.” En términos
generales, la Regla de Exclusión es un precepto constitucional aplicable a las
investigaciones y procesos penales, que establece la inadmisibilidad e imposibilidad para
valorar elementos materiales probatorios, evidencias físicas e información legalmente
obtenida, con violación de los derechos fundamentales del indiciado, acusado o procesado.
Y el cauce para el ejercicio de esta jurisdicción penal, por cada una de las partes del
proceso penal, es el derecho procesal, que no es más que el conjunto de reglas y normas
que sirven como cauce al ejercicio de la potestad jurisdiccional, en el ámbito penal, derecho
procesal penal.
ARTÍCULO 25. Integración. “En materias que no estén expresamente reguladas en este
código o demás disposiciones complementarias, son aplicables las del Código de
Procedimiento Civil y las de otros ordenamientos procesales cuando no se opongan a la
naturaleza del procedimiento penal.” El principio de integración ha sido una de las
múltiples herramientas en que se han apoyado los ideales de expansión del derecho penal
para justificar su proceder; sin embargo, dicho principio obedece a la necesidad de acotar el
poder punitivo, más que a una excusa para su expansión.
ARTÍCULO 26. Prevalencia. “Las normas rectoras son obligatorias y prevalecen sobre
cualquier otra disposición de este código. Serán utilizadas como fundamento de
interpretación.” La prevalencia del derecho sustancial hace parte de un conjunto de
principios interconectados con el debido proceso y las garantías democráticas del derecho
procesal.
Para concluir los principios rectores son fundamentales para el Estado una vez que este
legisle en concordancia con las directrices de la política criminal, porque de esos principios
se alimenta todo el sistema normativo, los principios consagrados en el titulo preliminar del
Código de Procedimiento Penal fungen como guías y base en la redacción de las normas
procesales, le permiten al legislador sistematizar el ordenamiento jurídico procesal e
interpretarlo de acuerdo a cada caso en concreto que lo requiera.