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Maestría en Derecho Penal, USM, Análisis Doctrinal y Jurisprudencial II

Taller de Extinción de Dominio


Anthony G. Pérez Negrón, V.- 16.342.845
Daniel A. Dubon, V. - 9.668.745
I
Advertimos, los autores consultados concuerdan en que la extinción de
dominio tiene naturaleza jurisdiccional, es decir, que la acción para despojar del
dominio de bienes debe realizarse ante los órganos jurisdiccionales; por otro lado,
parte mayoritaria de la doctrina está de acuerdo en que la extinción de dominio es
una acción que impacta derecho reales, específicamente la propiedad sobre los
bienes que tienen alguna vinculación con actividades ilícitas, no obstante, en donde
existe una división de criterios, es en cuanto a si esta acción es autónoma
verdaderamente, un sector señala que no es necesario esperar a que exista una
sentencia de condena en un proceso penal para iniciar el proceso de extinción de
dominio, y tampoco es necesaria para declarar con lugar la extinción del dominio
sobre los bienes objetos de ese proceso; por otro lado, particularmente el Profesor
Brewer (2023) expone que, en Venezuela, esta nueva ley tiene una peculiaridad, lo
primero es que no tiene un fundamento constitucional, y de hecho afirma el referido
autor, que la ley viola derechos y garantías constitucionales, la inconstitucionalidad
se fundamenta en la prohibición de la confiscación establecida en el artículo 116 de
la carta magna, que establece de forma categórica la prohibición de la confiscación
y solo deja excepcionalmente la posibilidad de confiscar bienes a tres escenarios
posibles, esta lista es un numero clausus y que con la ley venezolana se violenta
esta prohibición expresa.
En virtud, de lo novedoso de esta figura en el sistema jurídico venezolano, no
existe experiencia en la práctica aún en Venezuela, hemos realizado un estudio
breve y muy sui generis en la experiencia Colombiana en cuanto a esta figura de
extinción de dominio, aunado a la experiencia colombiana, revisamos algunas
referencias de otros países como el Salvador y Ecuador, pero, para nosotros, la
experiencia Colombiana tiene mayor peso por razones de historia de la figura bajo
estudio, veamos porque.
II
Colombia tiene una larga historia en cuanto a la extinción de dominio, tanto
así, que la naturaleza de esta institución en el ordenamiento colombiano data del
año 1.936, en la Ley 200 (Ley de Tierras) y su finalidad no estaba aparejada al
derecho penal o a las actividades ilícitas como ocurre en la actualidad en la mayoría
de los Estados-Nación, esta figura en el derecho de tierras de Colombia, se instauró
en razón al concepto de función social de la propiedad, ésta, implicaba obligaciones
al propietario o a quien tuviese el dominio de la propiedad, toda propiedad tiene una
función social, es decir, debe cumplir con un objeto colectivo, en el derecho de
tierras, esa función es la de producir bienes de consumo para la colectividad, y si,
quien tiene la posesión o dominio de la propiedad la abandonaba o no cumple con
esa función social, entonces, se aplica la extinción de dominio, para que el Estado
administre tales bienes en función de la colectividad, por lo tanto, el nacimiento de
esta figura tenía en principio fines agrarios.
Hacia la década de los achos ´80, Colombia sufrió una profunda crisis de
derechos y valores producto del crimen organizado que se estructuro en distintas
ciudades de ese hermano País, padeció una criminalidad muy alta en cuanto a
delitos muy graves, secuestro, corrupción, asesinatos, tráfico de armas, narcotráfico,
etc., estos grupos estructurados, luego de hacerse de un importante cumulo de
capitales provenientes del delito, inyectaban los fondos ilícitos en actividades licitas
y legales, con la intención de lavar el dinero y hacerlo legal, introduciendo grandes
capitales a la economía Colombiana, lo que de forma directa permitía el crecimiento
de estas bandas criminales, tanto, que en un momento de la historia tuvieron el
control político de ese País.
Así fue como, en el año 1.991, la Constitución Nacional de Colombia hace
una reforma en la figura de extinción de dominio, y agrega en su artículo 34, la
posibilidad de aplicar la extinción de dominio a bienes obtenidos por vía del
enriquecimiento ilícito, grave perjuicio al Tesoro Público y la moral social, dando un
margen bastante amplio para aplicar esta institución jurídica, con esta base
Constitucional, los colombianos procedieron a legislar esta figura, pero, ya no en
razón de la función social en materia agraria, sino, a despojar a las bandas
organizadas de bienes obtenidos ilícitamente, esta figura en Colombia ha ido
evolucionando con el tiempo y la experiencia que han vivido, en principio, esta figura
estaba inmerso dentro del derecho penal, hasta que, es considerada una acción
autónoma de naturaleza civil, y en donde no se hace necesario la condena del
sujeto para aplicar el proceso de extinción de dominio.
Para los colombianos, la extinción de dominio es un método para enfrentar la
criminalidad, específicamente sus finanzas, no obstante, el Estado Colombiano ha
procurado siempre garantizar el derecho de propiedad, y en ocasiones, el legislador
Colombiano ha intentado dar mayor alcance a la extinción de dominio, extensión
que ha colisionado con la Constitución Colombiana y la Corte Suprema de Colombia
ha declarado la inexequibilidad de algunas normas de la ley especial por ser
contrarias a la Carta Magna, veamos:
Sentencia C1007/02 Corte Constitucional: La corte analiza la
constitucionalidad del decreto legislativo 1975 del 2002, en esta sentencia, la Corte
Constitucional decreta la inexequibilidad (inconstitucionalidad) de algunas normas
del decreto, y en otros casos las decreta exequible parcialmente, en las inexequibles
tenemos la inversión de la carga de prueba que establecía el decreto analizado,
donde señalaba que, el ciudadano debía probar la licitud o legalidad de la obtención
del bien objeto del proceso, y la corte decretó la inconstitucionalidad de esta
inversión probatoria, en razón de la presunción de inocencia y de la protección al
derecho de la propiedad, haciendo uso de la doctrina aceptada de que quien afirme
algo en el proceso es quien debe probarlo.
En Colombia la extinción de dominio tiene fundamento Constitucional y es
una acción autónoma e independiente de la acción penal, de naturaleza civil y
jurisdiccional, dirigida a extinguir el dominio del derecho de propiedad de bienes que
tienen vínculos con actividades ilícitas, existe una lista taxativa de los bienes sobre
los cuales puede recaer la acción de extinción de dominio, el titular de esta acción
es el Fiscal General y a quien éste otorgue facultad para representarlo, para que se
ejecute la extinción de dominio debe existir una sentencia definitiva y firme, la carga
de la prueba la tiene la Fiscalía, debe demostrar el origen ilícito o la conexión con
actividades ilícitas de los bienes, se presume la inocencia y la legalidad de la
propiedad o dominio, la aplicación de la acción es retroactiva, ya que el derecho
colombiano no protege la obtención de bienes vulnerando normas de derecho, los
tribunales competentes son los especiales en extinción de dominio.

III
Venezuela, tomó como base la Ley Modelo de Extinción de Dominio para
América Latina y el Caribe de la UNODC de 2012, proyecto financiado por los
gobiernos de Estados Unidos de Norteamérica, Canadá e Inglaterra.
En Venezuela distinto a Colombia, la extinción de dominio no tiene
fundamento Constitucional, de hecho, afirmamos, que esta figura tal como está
planteada en la ley publicada es inconstitucional, porque la extinción de dominio,
como lo plantea Brewer (2023) es un modo de confiscación, y en nuestro país, la
confiscación se encuentra prohibida de forma expresa por nuestra Norma
Fundamental (art. 116), y permite excepcionalmente al Estado confiscar los bienes
cuando han sido obtenido o están vinculados a delitos como el narcotráfico, la
corrupción o en razón de un cargo público (corrupción), además, debe dictarse una
sentencia judicial firme, y entendemos, que será la sentencia del proceso penal
cuando sea condenado el sujeto activo del delito. Ni siquiera le está permitido al
Estado que por vía tributaria confisque bienes (art.317).
Advertimos, que para nosotros era innecesaria la creación de este
instrumento legal, ya que, para los casos taxativos establecidos para la confiscación
en nuestra Constitución Nacional, ya en la leyes especiales se preveía como pena
accesoria la confiscación de los bienes, y por tanto la pérdida del dominio.
En cuanto a los bienes obtenidos por actividades ilícitas o vinculados a
actividades ilícitas, cuando la ilicitud deviene de delitos distintos los señalados en el
Art. 116 Constitucional, no cabe la confiscación, pero, si el comiso o decomiso
definitivo de los bienes que son objetos activos o pasivos de los delitos, es decir,
nuestro sistema jurídico, ya establecía de forma clara la sanción de extinguir el
dominio de los bienes vinculados a actividad ilícitas y hacerla parte el patrimonio del
Estado, creemos que con esta nueva ley, además, de estar impregnada de
inconstitucionalidad, el Estado lo que hace es redundar normativamente.
Lo señalado supra, era consecuencia de un proceso penal, ahora bien, en la
novedosa ley, el legislador patrio, le da autonomía a la acción de extinción de
dominio y le otorga una naturaleza civil, no es necesaria una condena penal para
extinguir el dominio de bienes, no obstante, hace referencia en su artículo 2, que, la
finalidad de la ley es impactar los bienes obtenidos en la comisión de los delitos
establecidos en leyes especiales, pero, ¿Cómo puede la acción ser autónoma e
independiente de una condena en materia penal?, cómo sabremos, si el bien está
vinculado a actividades ilícitas sin un juicio penal previo que declare tal ilicitud, para
nosotros, es una contradicción propia de la ley.
La ley cierra una lista taxativa de bienes sobre los cuales puede recaer la
extinción de dominio, y de esa larga lista, todos tienen en común la “actividad ilícita”,
entonces, sino es necesario un juicio penal, quien decreta la existencia de esa
actividad delictiva o ilícita, cuando en Venezuela esta facultad es exclusiva y
excluyente del juez penal, y que hace necesario un juicio previo con todas la
garantías del proceso, y en caso, de que sea condenado el sujeto, como pena
accesoria el juez penal dictará la confiscación de los bienes si estos se encuadran
en el art. 116 Constitucional o dictará el comiso definitivo sobre los bienes objetos
activos y pasivos del delito, lo que hace inútil la acción de extinción de dominio.
En todo caso y a todo evento, siguiendo a Brewer (2023), la acción de
extinción de dominio tendría quizás cabida en caso de interés de terceros no
intervinientes en el proceso penal, que tienen interés legítimo sobre los bienes que
han sufrido la extinción de dominio, y esta acción tiene naturaleza civil por versar
sobre la propiedad de los bienes, deberá, demostrar la buena fe. En este particular
el derecho Colombiano, creó, una figura llamada la buena fe cualificada para el
tercero, y deben darse unos requisitos, el más importante es que el tercero ha
tenido una diligencia más que esperada y que tal situación pudo haber pasado a
cualquier persona.
La inversión de la carga de la prueba, con la llamada prueba dinámica
establecida en el art. 37, segundo aparte, probará él que está en mejor condición de
probar, viola el principio de presunción de inocencia, a pesar de la supuesta
naturaleza civil que estable la ley en el artículo 11, el segundo aparte de este mismo
artículo (Independientemente de la acción o procedimiento penal) colida con lo
establecido en el artículo 2 (finalidad), art. 5.1 (actividad ilícita) y el ultimo aparte del
articulo 6; nos preguntamos cómo se declara la ilicitud o como se va a vincular esta
actividad ilícita a los “delitos” del artículo 2, y como es que se demuestra tal ilicitud
para proceder a la extinción de dominio, sin ser necesario un proceso penal que lo
declare.
Existen problemas estructurales en esta ley, que a nuestro criterio imposibilita
su aplicación, no obstante, estaremos atentos a su aplicación y primeras decisiones,
para nosotros, puede que esa acción sea civil, pero, es necesaria una sentencia
penal de condena anterior (establezca la ilicitud) y con la pena accesoria de
confiscación si es viable o el comiso, hace innecesario este procedimiento. No es un
problema de falta de normas jurídicas, sino, la falta de su oportuna aplicación, lo que
agudiza el problema en Venezuela en la comisión de estos delitos graves.
Referencias
 ALLAN R. BREWER CARIAS, Confiscación, Comiso y Extinción de Dominio:
Comentarios a la ley orgánica de extinción de dominio de 28 de abril de 2023,
particularmente sobre su fundamento constitucional y sobre algunas incongruencias
inconstitucionales, Nueva York, 2023.

 MARTÍN ALEXANDER MARTÍNEZ OSORIO, La extinción de dominio es


constitucional, San Salvador, 2018.

 GRACE ALEXANDRA MUNÉVAR SANABRIA, La acción de extinción de


dominio: Naturaleza y Aplicación, Bogotá, 2021.

 Sentencia N° C-389/94, Corte Constitucional de Colombia, 1.994

 Sentencia N° C-1007/02, Corte Constitucional de Colombia, 2002

 Sentencia N° C-327/20, Corte Constitucional de Colombia, 2020

 UNDOC, Ley Modelo de Extinción de Dominio para Latinoamérica y el Caribe,


2012.

 Constituyente, Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 2000.

 Asamblea Nacional de Venezuela, Ley Orgánica de Extinción de Dominio, 2023.

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