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Trabajo Final.

Análisis de la Ley Orgánica de Extinción de Dominio Venezolana.


Introducción.

La promulgación de la Ley Orgánica de Extinción de Dominio en Venezuela, se


produjo con una marcada celeridad en un contexto de creciente preocupación por la
corrupción y la delincuencia en el país. En particular, el gobierno venezolano se
encontraba llevando a cabo una "cruzada contra la corrupción", derivada del
entramado de corrupción que se orquestó dentro de la empresa del Estado PDVSA y
que se extendió a un sinnúmero de empresas privadas de distintos sectores de la
economía, que derivó en la detención de más de veinte personas y la intervención por
parte del gobierno venezolano de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos.

¿Qué regula la ley orgánica de extinción del dominio?

La Ley Orgánica de Extinción de Dominio de Venezuela, promulgada el 28 de


abril de 2023, tiene como objetivo recuperar los bienes adquiridos ilícitamente, ya sea
por actividades delictivas o por su destino a dichas actividades.

De acuerdo al artículo 5 de la mencionada ley, podemos definir la extinción de


dominio como “la declaración de titularidad a favor del Estado de los bienes y efectos
patrimoniales de personas naturales o jurídicas relacionados con actividades ilícitas,
mediante sentencia firme, sin contraprestación, ni compensación de ninguna
naturaleza, salvaguardando los derechos de terceros de buena fe.”

Sin embargo, al entrar a estudiar que considera la ley como actividades ilícitas,
nos encontramos con una contradicción en el texto normativo que además atenta
contra principios constitucionales, y es que se define en su artículo 5 como: “Toda
actividad tipificada en la legislación contra la corrupción, la delincuencia organizada, el
financiamiento al terrorismo, la legitimación de capitales y tráfico ilícito de sustancias
psicotrópicas y estupefacientes, aun cuando no se haya dictado sentencia en el
proceso penal correspondiente.”

Esto podría parecer indicar que, bajo esta definición, se podría proceder con la
extinción del dominio de bienes de una persona sin que haya una condena penal que
demuestre que la actividad en cuestión fue ilícita. Adicionalmente, el artículo 11
establece que la acción de extinción de dominio se ejercerá por el Ministerio Público y
se sustanciará por las normas contenidas en la ley, independientemente de la acción y
procedimientos penales que se hubieren iniciado o terminado. Todo esto sería
inconstitucional, ya que violaría el artículo 116 de la Constitución.

ARGUMENTOS QUE REFIEREN A LA SENTENCIA.


Podría surgir alguna duda que recaiga sobre si esta es materia del Poder
Ejecutivo o del Poder Legislativo, o es competencia exclusiva del Ministerio Público y
los tribunales especializados. No obstante, la norma es clara al establecer que su
aplicación es una materia exclusiva del Ministerio Público y del Poder Judicial.

Sentencia número 315 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de


Justicia.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia declaró, el 28 de abril


de 2023 en sentencia número 315, la constitucionalidad del carácter orgánico de la
Ley Orgánica de Extinción de Dominio.

La Sala basó su decisión en el hecho de que la Ley regula materias vinculadas


con el desarrollo de los derechos constitucionales, como lo exige la norma
constitucional. Concluyó que la Ley ha regulado la institución de la confiscación,
prevista por vía de excepción en el artículo 116 de la Constitución.

Es importante destacar que La Ley Orgánica de Extinción de Dominio limita el


derecho constitucional a la propiedad privada, garantizado en el artículo 115 de la
Constitución. Sin embargo, la Sala Constitucional, al pronunciarse sobre la
constitucionalidad de la ley, no hizo referencia alguna a dicho artículo, basando su
análisis exclusivamente en el artículo 116 de la Constitución, que permite
excepcionalmente la confiscación, mediante sentencia firme en relación con
determinados delitos como sanción penal.

De este estudio la Sala dedujo la existencia de un “nuevo” derecho


constitucional: el derecho a la protección de los derechos económicos, del patrimonio
público, así como de otros intereses, por parte del Estado. Adicionalmente, enfatizó los
siguientes aspectos:

En primer lugar, la Sala destacó que la ley tiene como objetivo coadyuvar en la
prevención de actividades delictivas relacionadas con ilícitos económicos. En segundo
lugar, la ley busca fortalecer las capacidades del Estado para combatir con eficiencia
estas prácticas delictivas. En tercer lugar, la ley incorpora al ordenamiento jurídico
venezolano un instrumento de política criminal como la "extinción de dominio". En
cuarto lugar, la ley "viene a desarrollar la severidad de las penas que deben imponerse
por la comisión de ilícitos económicos".

Por lo tanto, la sentencia establece que la Ley es una modalidad de


confiscación, que solo puede ser impuesta como consecuencia de la comisión de
delitos. Esto significa que, contrariamente a las interpretaciones del Estado, la
extinción del dominio solo puede ser impuesta como resultado de una sentencia firma.

La idea inicial del Proyecto de Ley podría haber más similar a las legislaciones
de otros países latinoamericanos, que han regulado la extinción del dominio sin
vincularla a delitos y penas. Sin embargo, la sentencia de la Sala Constitucional
estableció que la extinción de dominio regulada en la Ley venezolana es totalmente
distinta a la de otros países, ya que es una modalidad de la confiscación.

Conclusiones.

Visto el presente análisis, podemos determinar que la Ley Orgánica de


Extinción de Dominio es un instrumento legal complejo que requiere de un estudio más
profundo para comprender sus implicaciones. Sin embargo, a partir de esta
investigación, podemos conocer su ámbito de aplicación, cómo puede enmarcarse y
cómo funciona la decisión del Tribunal Supremo de Justicia sobre esta ley. Esto nos
permite tener una idea de cuáles podrían ser sus consecuencias en países con un
débil sistema político de Estado de Derecho.

Es importante mencionar que, en Venezuela, la creación de esta norma pudo


no ser tan necesaria, ya que existe la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada
y Financiamiento al Terrorismo.

Esta institución, incluso con las restricciones impuestas por la Sala


Constitucional, es una medida que requiere un Estado de derecho con un Poder
Judicial independiente y autónomo. En Venezuela, donde el Poder Judicial ha sido
sometido a la voluntad del gobierno, esta ley puede convertirse en un instrumento de
persecución política.

En conclusión, la Ley Orgánica de Extinción de Dominio es un instrumento


legal que puede ser utilizado para combatir la corrupción y la delincuencia organizada.
Sin embargo, es importante que esta ley se aplique de manera justa y equitativa,
salvaguardando los derechos de todos los ciudadanos.

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