1. Antecedentes.
Ha sido usual también que los delincuentes se aseguren de que no haya un enlace
directo entre el producto del delito y las actividades delictivas; en ese orden, la
tendencia moderna consiste en perseguir los bienes y no así la actividad delictiva o
ilícita, por lo que el fin de las nuevas modalidades de persecución es eminentemente
patrimonial, o sea afectando los bienes y/o derechos de las personas que han incurrido
en determinado tipo de ilícitos.
Ley 29212 (16/04/2008), Ley que modifica el decreto legislativo n° 992, con el objeto
de realizar varias modificaciones al procedimiento de pérdida de dominio de Perú,
2. Concepto.
Según el significado estricto de dominio para Gálvez T.A & Delgado W.J. (2013) no
resulta adecuado hablar de pérdida de dominio, pues, dominio implica reconocimiento
del derecho de propiedad a favor de alguien, y en el caso de la relación que surge entre
el agente del delito y los bienes que constituyen los efectos o ganancias del mismo, no
existe una relación jurídica amparada por el ordenamiento jurídico, por haber surgido
de la contravención al mismo. En consecuencia, no surge ningún derecho de propiedad
existiendo solo una apariencia de titularidad, en tal sentido, no cabe hablar de pérdida
de dominio, porque no se puede extinguir lo que legalmente no existe; siendo
preferible hablar de decomiso fuera del proceso penal.
Según el Decreto Legislativo N°1104 en su Art. 2.1 nos dice: La pérdida de dominio
es una consecuencia jurídico – patrimonial a través de la cual se declara la
titularidad de los objetos, instrumentos, efectos y ganancias del delito a favor del
estado por sentencia de la autoridad jurisdiccional, mediante un debido proceso.
Según el Art. 2.2. del D.L. N° 1104 La pérdida de dominio Se aplica cuando se trata
de objetos, instrumentos, efectos o ganancias de los siguientes delitos: tráfico ilícito
de drogas, terrorismo, secuestro, extorsión, trata de personas, lavado de activos,
delitos aduaneros, defraudación tributaria, concusión, peculado, cohecho, tráfico de
influencias, enriquecimiento ilícito, delitos ambientales, minería ilegal y otros delitos
y acciones que generen efectos o ganancias ilegales en agravio del Estado.
Podemos concluir que la pérdida de dominio es un mecanismo procesal como
consecuencia jurídico-patrimonial a partir de patrimonios obtenidos ilícitamente, es
decir, en contra del ordenamiento jurídico; mediante este mecanismo los bienes
muebles, inmuebles, efectos y ganancias del delito pasan a favor del Estado, mediante
un debido proceso. En ese sentido el Estado pasa a administrarlos patrimonios
obtenidos ilegalmente.
3.2. Requerido: toda persona natural o jurídica que fi gura ostentando algún derecho
sobre el bien que es objeto del proceso de extinción de dominio.
3.5. Tercero: toda persona natural o jurídica, diferente al requerido, que se apersona al
proceso de extinción de dominio reclamando tener algún derecho sobre el bien.
c) Cuando se trate de bienes de procedencia lícita que han sido utilizados o destinados
para ocultar, encubrir, incorporar bienes de ilícita procedencia o que se confundan,
mezclen o resulten indiferenciables con bienes de origen ilícito.
f) Cuando se trate de bienes y recursos que han sido afectados dentro de un proceso
penal y que el origen de tales bienes, su utilización o destino ilícito no hayan sido objeto
de investigación; o habiéndolo sido no se hubiere tomado sobre ellos una decisión
definitiva por cualquier causa.
g) Cuando se trate de bienes objeto de sucesión por causa de muerte y los mismos se
encuentren dentro de cualquiera de los presupuestos anteriores.
Al realizar una comparación entre ambos decretos legislativos, podemos concluir que el
D.L. N° 1373 es mucho más preciso en cuando qué tipo bienes vendrían a constituir el
presupuesto de procedencia en una extinción de dominio; mientras que en el D.L. N°
1104 procede cuando se presuma que los objetos, instrumentos, efectos o ganancias
provienen de la comisión de los hechos delictivos. y otros supuestos, lo que se observa
es menos precisión.
5. Bienes Afectados.
“Son instrumentos los objetos que, puestos en relación de medio a fin con la infracción,
hayan servido para su ejecución, como por ejemplo las armas con las que se haya
ejecutado la muerte o lesiones corporales, los útiles que se hayan empleado para la
comisión del robo o los medios de los que se haya valido el falsificador” GRACIA
MARTÍN, Luis y otros.
“Constituyen efectos del delito, los bienes obtenidos como producto de la actividad
delictiva, ya sea de forma mediata o inmediata, así los billetes o alimentos adulterados
o los documentos falsificados.”
“Por ganancias del delito se entiende a todos los bienes o derechos que constituyen
efectos mediatos del delito, esto es, que sin provenir directamente del delito tienen
como su fuente al mismo, tales son los casos de intereses de cuentas bancarias abiertas
con el dinero del delito, o los frutos o rentas que los bienes objeto de la infracción
pudieran reportar al agente”. MEINI MÉNDEZ, Iván.
También procede sobre bienes de la titularidad del agente del delito cuando se
determine que el delito cometido ha generado efectos o ganancias; o los que se
mantienen ocultos; o han sido transferidos a terceros, quienes han adquirido un título
firme sobre los mismos.
Asimismo, procede sobre bienes de origen lícito que se confundan, mezclen o resulten
indiferenciables con alguno de los bienes mencionados en los párrafos anteriores, en
cuyo caso se presumirá su ilicitud. Tratándose de organizaciones criminales procede la
pérdida de dominio aun cuando no se trate de bienes que constituyan objetos,
instrumentos, efectos o ganancias del delito, siempre que estén dedicados al uso o
servicio de la organización criminal.
El D.L. N° 1373 define de manera específica, términos relacionados con los bienes en la
pérdida de dominio de la siguiente manera:
5.1. Bienes susceptibles de extinción de dominio: todos aquellos que, según las
definiciones de los artículos 885 y 886 del Código Civil, son muebles e inmuebles.
Igualmente lo son las partes integrantes, accesorios, frutos y productos de esos bienes.
5.2. Bienes abandonados: todos aquellos sobre los que se tienen elementos probatorios
suficientes que permitan determinar la existencia de relación directa o indirecta con
alguna actividad ilícita y sobre los cuales no ha sido posible establecer la identidad de
sus titulares. También lo son aquellos en que habiéndose establecido la titularidad
mediante sentencia que declara infundada la demanda de extinción de dominio, no
hayan sido reclamados por el titular en el plazo de treinta (30) días hábiles contados
desde la notificación de la sentencia.
5.3. Bienes patrimoniales: todos aquellos que pueden generar utilidad, rentabilidad u
otra ventaja que represente un interés económico relevante para el Estado, según los
criterios que establezca el reglamento.
5.4. Bienes cautelados: todos aquellos que se encuentran afectados por una medida
cautelar dictada por el Juez, mientras se decide su situación en el proceso de extinción
de dominio.
5.5. Bienes que constituyen objeto de actividades ilícitas: todos aquellos sobre los
que recayeron, recaen o recaerán actividades ilícitas.
5.6. Bienes que constituyen instrumento de actividades ilícitas: todos aquellos que
fueron, son o serán utilizados como medios, de cualquier forma, en su totalidad o en
parte, para la comisión de actividades ilícitas.
5.7. Efectos o ganancias de actividades ilícitas: todos aquellos bienes que son
resultado directo o indirecto de la comisión de actividades ilícitas.
Esta etapa está bajo la dirección del Fiscal Especializado, le corresponde iniciar y dirigir
la indagación patrimonial de oficio o por denuncia, cuando se configure alguno de los
presupuestos previstos en la norma. Iniciada la indagación patrimonial se notificará a la
Procuraduría Pública Especializada, para que participe conforme a sus funciones y
atribuciones. La etapa de indagación patrimonial tiene carácter reservado.
a) Identificar, individualizar, localizar y ubicar los bienes de valor patrimonial sobre los
cuales podría recaer el proceso, por encontrarse en un supuesto de extinción de dominio.
En los supuestos previstos en el artículo 105º del Código Penal, cuando existan
suficientes elementos probatorios que vinculen a la persona jurídica con la comisión del
delito y cuando exista peligro de prolongación de sus efectos lesivos o de comisión de
nuevos delitos de la misma clase o de entorpecimiento de la averiguación de la verdad,
el Fiscal instará al Juez a dictar, según corresponda, la clausura temporal de sus locales
o establecimientos, la suspensión temporal de todas o algunas de sus actividades, el
nombramiento de un administrador judicial o la vigilancia judicial de la persona
jurídica.
La solicitud de medida cautelar deberá ser resuelta por el Juez dentro de las veinticuatro
(24) horas de solicitada. De ser necesaria la inscripción de la medida deberá cursarse los
partes judiciales en el mismo acto en el que se concede. Asimismo, se podrá solicitar al
Juez la autorización para la disposición de los bienes perecibles o de otros, cuya
custodia sea excesivamente onerosa o peligrosa. .
La resolución judicial que concede las medidas cautelares es apelable dentro de los tres
(3) días hábiles de notificada y la concesión del recurso impugnativo no tiene efecto
suspensivo. La Sala debe fijar fecha para la vista de la causa dentro de los cinco (5) días
hábiles siguientes a su elevación y absolver el grado en la misma audiencia.
Excepcionalmente, cuando los hechos revistan especial complejidad, puede aplazarse el
pronunciamiento hasta tres (3) días hábiles posteriores a la realización de la vista de la
causa.
Registradores públicos deberán inscribir la medida cautelar por el mandato expreso del
juez. Así dispone la directiva de la SUNARP sobre inscripción de medidas cautelares en
procesos de pérdida de dominio y diligencias preliminares.
La norma también detalla que la medida cautelar de incautación dictada sobre bienes
registrados se deberá inscribir en mérito a la copia certificada de la resolución que
ordena la incautación. Dicha copia deberá estar acompañada por oficio cursado por el
juez penal o mixto. Se precisa, además, que no es exigible la acreditación de la calidad
de resolución consentida o ejecutoriada.