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Introducció
Introducción n ......................
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....... 7
1. La necesidad de la consejería cristiana.......................... 11
2. Características de la consejería cristiana ............... .......................
........ 23
3. Técnicas de la consejería cristiana................................. 33
4. El curso de la con consejería
sejería cristiana ...............
..............................
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... 47
5. Tipos de consejería cristiana ...........................................
...........................
............ 61
6. Las tensiones en la con consejería
sejería cristiana ................
........................
........ 73
7. El creyente y la consejería cristiana ............ .........................
..................
..... 87
8. La iglesia y la consejería
consejería cristiana ...............
..............................
..................
... 101
9. La consejería cristiana y el matrimonio .......................... 113
10. La familia y la consejería cristiana .............. .............................
.................
.. 127
11. Temas de discusión en la consejería
cristiana Parte I ..................................................................141
.................................................................. 141
La depresión 142
La ira 147
La ansiedad 150
La soledad 152
12. Temas de discusión en la consejería
cristiana Parte II ..........................................................155
.......................................................... 155
Enfermedades emocionales 156
Consejería de las personas perturbadas 157
Consejería con la familia 159
Consejería espiritual 161
Consejería Cristiana Efectiva 6
cumplir cada una de estas metas y luego pídale ayuda a Dios mientras
el aconsejado trabaja en sus metas en las sesiones de consejería.
Etapa de búsqueda de soluciones. ¿Se ha propuesto UD. alguna vez
que va a cambiar alguna conducta, pero luego se da cuenta que no
puede alcanzar las metas que se ha propuesto? La mayoría de
nosotros conocemos fumadores que deciden que quieren dejar de
fumar, pero continúan haciéndolo por años debido a que nunca
tomaron las medidas necesarias para abstenerse.
Con frecuencia, los consejeros se encuentran con algo similar. Un
aconsejado puede discutir un problema y según él creerá haber
encontrado una o varias posibles soluciones, pero se demora para
empezar a trabajar en ellas, lo cual no es difícil de entender, ya que es
fácil tener buenas intenciones, pero es difícil trabajar para alcanzar las
metas propuestas. por lo tanto, el consejero tiene el reto de animar a
sus aconsejados a realizar la acción, aceptándolos y ayudándolos a
"intentar de nuevo" cuando han fallado. También deberá hacer suge-
rencias acerca de nuevas formas de actuar en cualquier lugar donde la
solución antigua no ha funcionado y guiarle mientras trabajan en la
solución del problema. En algunas ocasiones, el aconsejado
reconocerá que una situación problemática no puede cambiarse, pero
puede aceptarla y adaptarse a ella. Una viuda que ha perdido a su
esposo, por ejemplo, no podrá traerlo de regreso, pero se le puede
ayudar a ajustarse a su viudez o nueva vida.
A través de todo esto, el consejero cristiano mantiene un interés acerca
del bienestar espiritual del aconsejado y dará una guía realista y
práctica acerca de cómo Cristo puede hacer gran diferencia en las
vidas con problemas.
Es claro que lo que el consejero y el aconsejado deben hacer es más
que hablar de problemas y posibles soluciones. Cada posible solución
debe probarse y luego evaluarse, preferentemente, con la ayuda del
consejero. Si algo no funciona, debemos ver el problema de nuevo,
discutirlo otra vez, re-evaluar las ideas pasadas a intentarlo de nuevo.
Etapa de cierre. Cuando el consejero y el aconsejado poseen un
entendimiento del problema, han hablado en detalle acer-
Consejería Cristiana Efectiva 59
Una crisis puede ser una clase especial de tensión. Es una tensión que
frecuentemente llega de súbito, sin aviso y con gran intensidad.
Cuando las personas afrontan una crisis, frecuentemente reaccionan
con una profunda impresión, seguida de intentos para manejar la
situación, sin embargo, estos intentos no son efectivos, ya que la crisis
es nueva e inesperada, a tal grado que la persona no sabe cómo
actuar apropiadamente. Es en este momento cuando todos
necesitamos la guía y sabiduría de otros, personas que estén menos
involucrados en esta situación, y por lo tanto, están más capacitados
para ayudarnos a manejar la situación.
¿Recuerda usted la dramática historia del naufragio que sufrió Pablo?
De acuerdo con Hechos 27, había 276 personas abordo
Consejería Cristiana Efectiva 81
cristiana, así como enseñanzas acerca de Dios con las bases bíblicas
de autoridad, salvación, oración y asuntos similares. Sin embargo, en
algunas ocasiones la iglesia olvida que Jesús también enseñó acerca
del matrimonio, la interacción entre padres a hijos, la pobreza, las
relaciones entre razas y la libertad que incluye a hombres y mujeres.
También habló de asuntos personales como sexo, temores, soledad y
dudas. Si vamos a enseñar todo lo que Jesús enseñó, entonces
debemos dar más instrucciones doctrinales. Debemos también enseñar
cómo relacionarse de mejor forma con Dios, con otras personas y
consigo mismos. Debemos enseñar cómo ministrar a otras personas,
en la misma forma en que Jesús se ocupaba y cuidaba de los demás.
La Biblia no da indicaciones de que la tarea de ministrar a los demás se
deba dejar a los pastores sobrecargados de trabajo, consejeros
especialmente entrenados o a algunos laicos dedicados. El Nuevo
Testamento menciona una palabra griega que se traduce como "unos a
otros" y que se menciona 58 veces, generalmente en forma de
exhortación. Por ejemplo, nos instruye a amarnos unos a otros,
dedicamos los unos a los otros, aceptamos los unos a los otros,
amonestarnos, servirnos, sobrellevar los unos las cargas de los otros,
animarnos y a cuidarnos los unos a los otros. Cada miembro de la
iglesia debe estar interesado en ministrar o cuidar a los demás. Esto es
una enseñanza clara en las Escrituras.
El ministrar a los demás quiere decir demostrar un profundo interés por
las demás personas, así como amar a alguien de la misma forma que
nos amamos a nosotros mismos. Es más que caer bien, consolar,
demostrar simpatía o tener interés en lo que le suceda a la otra
persona. Ministrar implica un interés que nos lleva a amar y a hacer
cosa que lo demuestren, es tratar de entender a la otra persona.
Cuando ministramos a alguien o cuando nos interesamos en alguien,
buscamos descubrir sus necesidades, sus recursos y sus habilidades
para satisfacerlas. Tratamos de ver las cosas desde el punto de vista
de esa persona, antes de intentar ofrecer una ayuda específica.
Ministrar significa demostrar respeto por la otra persona. No es dar
consejos rígidos, criticar o hablar de alguien en forma
Consejería Cristiana Efectiva 104
En el Jardín del Edén, sin embargo, Adán conocía a Dios; pero a pesar
de ello, el Creador estableció que las personas también necesitaban
compañía de otro ser humano (Génesis 2:18-25). El consejero debe
guiar a las personas solitarias y encontrar a otras personas con quien
puedan compartir.
Para hacer esto, trate de ayudar al aconsejado a descubrir y eliminar
las causas de su soledad. Posiblemente tenga que enseñarle al
aconsejado algunas normas de relaciones humanas y señalar actitudes
que pueden cambiarse.
También habrá que guiar y amar al aconsejado mientras éste se
relaciona con otros. A algunos aconsejados habrá que animarlos a que
dejen de sentir lástima de sí mismos y que se pregunten: "¿Qué puedo
hacer para ayudar y estar en contacto con otros?" En todo esto deberá
haber una participación en oración para que el Señor ayude al
aconsejado a escapar de la prisión que es la soledad.
Enfermedades emocionales
Consejería de las personas perturbadas
Consejería con la familia
Consejería espiritual
Tratando con el problema de la enfermedad
Consejería con el paciente y la familia
Consejería con un niño enfermo
Tratando con el problema de la muerte
Consejería con la persona que padece una enfermedad mortal
¿HA EXPERIMLMTADO USTED alguna vez una crisis? Para algunos
de nosotros la respuesta sería: "Sí". Como vimos en uno de los
capítulos anteriores, cuando perdemos un examen importante, cuando
un ser querido fallece, cuando el inclemente tiempo destruye parte de
nuestro hogar, cuando ocurre un accidente, cuando una repentina
enfermedad nos ataca, o cuando alguien roba nuestras pertenencias,
estos son los tipos de crisis que nos provocan profundos sentimientos
de tensión, trastornos emocionales y confusión.
Consejería Cristiana Efectiva 156
padecía una severa enfermedad. David suplicó al Señor por la vida del
niño, se negó a comer y aun pasó noches enteras orando.
Las enfermedades graves pueden ser fuente de mucha tensión en la
vida de la persona que está enferma así como en la de su familia.
Cuando alguien sufre una severa enfermedad, no solamente se ve
involucrado un mal funcionamiento, sino que también con frecuencia la
enfermedad trae consigo ansiedad, frustración a incertidumbre acerca
del futuro. Cuando una enfermedad nos lleva a problemas financieros,
ésta también puede producir preocupación. Cuando la enfermedad
cambia la rutina en el hogar, deben hacerse reajustes en la forma
cotidiana de vivir, especialmente si la persona que era el apoyo
económico tiene que ser hospitalizada, lo cual indica que no podrá traer
lo que normalmente aportaba.
En una enfermedad, generalmente hay tres períodos: el de transición,
de estar saludable a estar enfermo. Este puede ser muy rápido (como
por ejemplo con un ataque cardíaco) o paulatino (como con el cáncer).
En ocasiones la persona no quiere afrontar los síntomas y evita ver a
un médico, con la esperanza de que los síntomas físicos desaparezcan
espontáneamente o como respuesta a los remedios caseros. Cuando
los síntomas persisten o de repente se hace imposible el negarlos, aún
entonces se requiere tiempo para ajustarse a la realidad del hecho de
que "ya no estoy saludable, estoy enfermo y probablemente esté así
por mucho tiempo".
En el período de tratamiento, la persona busca ayuda médica y se
somete a tratamiento, pero esto también puede iniciar un tiempo de
dificultad. Además de las molestias físicas, existe temor a lo
desconocido. "¿Qué es lo que realmente anda mal conmigo?" se
preguntará el paciente. "¿Harán los médicos un buen diagnóstico?,
¿Me voy a mejorar?, y si lo logro ¿Cuánto tiempo me tomará?, ¿Podré
pagar todos estos gastos?, ¿Cómo andarán las relaciones de mi familia
mientras estoy enfermo?"
Cuando se requiere hospitalización, el paciente, quien probablemente
estará acostumbrado a su propia independencia, de pronto tiene que
ser dependiente de otros. Algunas personas para realizar actividades
tan privadas como tomar un baño, necesitarán ayuda de un extraño. En
ocasiones, el paciente es recluido en ambientes desconocidos,
generalmente
Consejería Cristiana Efectiva 165
trabajar con este tipo de personas. Los padres (quienes con frecuencia
necesitarán apoyo para adaptarse a los sentimientos y demandas
especiales de sus hijos), los médicos, maestros, consejeros
vocacionales y especialistas en rehabilitación física, pueden trabajar
juntos para ayudar al paciente. Además, se puede estimular a
miembros de la congregación a interesarse en la persona con
limitaciones físicas, a aceptarlos como personas, a ayudarlos a llegar a
la iglesia, a guiarlos en su vida espiritual, emocional, social y
vocacional.