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Multicolab AM AP11 HDA
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Es de fans y para fans, sin ánimo de lucro. Por favor, sigan comprando
los libros originales para apoyar a los autores y poder disfrutar de las
historias que tanto nos gustan.
Gracias,
Traducción: BD (Chibineko, Sakura, Pervy)
Corrección y Revisión: BD (Pervy Y Nunadina)
Edición: AcR
CONTENIDO
AVRIEL
MARCHOSIAS
De vez en cuando, tenéis que crear vuestro propio destino, mis amores, de
manera que cuando encontré un delgado punto en el velo entre el Infierno
y la tierra, salté a través de él. Sintiendo al futuro sucesor al trono del
Infierno, me introduje en el campus y en su vida para esperar su despertar
y caí de rodillas en súplica una vez que lo hizo. Una pena que Avi esté tan
decidido a negar su destino.
—¡ úper genial!
No sólo mi mente sino todo mi ser estaba irritable hoy. Incluso picaba
~mis sienes, espalda, la base de mi columna vertebral. Probablemente
porque era mi cumpleaños.
Odiaba mi cumpleaños.
Eryn Schiffer era lo más cercano que tenía a un mejor amigo. Ella era
mi mejor amiga, pero también estaba tan fuera de mi liga en cuanto a
amistad que a menudo me preguntaba por qué se molestaba conmigo. Si
yo hubiese sido hetero, nunca podríamos habernos hecho amigos. La
habría adulado y habría balbuceado mis palabras como cualquier otro
chico que intentaba hablar con ella. Así era como yo actuaba alrededor de
los chicos que me gustaban.
Eryn era una gran jugadora, gótica y nerd del animé, como yo, y nos
habíamos conocido como amigos online y compañeros de hermandad
durante años antes de conocernos en persona. Ella también era hermosa.
Las clasificaciones sociales siempre podían ser imprecisas para los guapos.
—¡Eres tan talentoso, Avi! ¿No tiene talento? —Ella le dio un codazo
a Fry en el hombro, y él asintió benignamente con la cabeza—. ¿Por qué
no vuelves a especializarte en Arte?
Eryn nunca sintió pena por mí. Ella me recogió y me mantuvo bajo su
protección cuando éramos estudiantes de secundaria jugando a Diablo III,
y me invitó al azar a unirme a su grupo en el juego. Resultó que ella era
de una ciudad no lejos de Vale, y teníamos mucho en común, lo suficiente
como para que hubiese elegido la misma universidad en parte sólo para
encontrarnos.
Ella fue la primera persona a la que le dije que era gay, la única que
me convenció de decírselo a mi padre, quien había tenido razón cuando
dijo que él sería un apoyo. También había intentado emparejarme con
chicos algunas veces, pero yo siempre la jodía. Hablaba demasiado o no
lo suficiente o acerca de cosas equivocadas, y ellos perdían interés antes
que terminase nuestra primera cita. Eryn aún me invitaba a unirme a
grupos y hermandades para otros juegos online, y ahora Fry también de
manera ocasional, desde que comenzaron a salir en primer año.
—Bien. —Eryn cruzó los brazos con un más que exagerado puchero—
. Ya estoy guardando tu verdadero regalo para más tarde. ¿Cuándo puedo
dártelo? Trabajas esta noche, ¿verdad?
Arg. Odiaba a esos tipos. Fry era el único de ellos al que podía
soportar.
—Un martes, buu. ¡Ha! ¡Buu! —Eryn extendió los dedos en manos de
jazz festivo—. Pero en serio, ¿qué mejor manera de celebrar tu cumpleaños
que disfrazado?
—Eryn…
—Avi.
—Por supuesto.
Quién…
Y era inglés. Ese acento en una sensual voz de barítono fue directo a
mi entrepierna, y tuve que moverme de nuevo en mi asiento.
—Smythe —corrigió el profesor—. Una transferencia tardía,
especialmente para un estudiante de último año, pero estoy seguro que
cualquiera de vosotros estará dispuesto a ayudarlo a ponerse al día si lo
solicita.
Sus ojos atraparon los míos, y comenzó a subir las escaleras hacia mi
fila.
Se sentó a mi lado.
Joder.
Sus ojos eran casi del color de su cabello, oscuro pero rojizo, como
piedra arenisca con destellos reales brillando en ellos. El profesor
Townsend ya hacía comenzado a dar conferencia, y cuando Marc se acercó
más, sentí que el lateral de su rodilla golpeó la mía.
—¿H…heh?
o fue. Posiblemente la Ética más larga que jamás haya sentido, con Marc
susurrándome de manera ocasional otras cosas a lo largo de la
conferencia, que eran mitad sugerencias de notas para añadir, pero
también mitad elogios acerca de mi dibujo, mi gorro, mi estúpida
sudadera con capucha que tenía un símbolo de anarquía en forma de M
con un gato negro delante y decía Meowarchy. Casi me pregunté si había
sido transportado a una de esas películas del tipo She’s All That1 y eso
resultaría ser una apuesta a mi costa.
Brent realmente era muy guapo, lo que hacía más difícil decirle que
no. Todos los chicos de la fraternidad tenían cuerpos agradables, ya que
Chi Alpha Sigma era una fraternidad centrada en los atletas, con
nadadores como Fry, saltadores, corredores, y similares. Pero Brent tenía
esa dosis extra de atractivo y fue injustamente encantador cuando se cernió
sobre mí y apoyó su antebrazo en la pared sobre mi cabeza. Era hetero, o
al menos estaba saliendo con una chica, y definitivamente sabía que yo era
gay. Si mi sudadera no estuviese cubriendo mi media asta por Marc,
probablemente hubiese pensado que era por él.
Y quizás lo había sido una o dos veces, lo que sólo me hizo odiarlo
más.
—Um…
Sí, lo haría.
Siempre lo era.
Fines benéficos que era por lo que debería sentirme honrado para crear
algo pro-bono.
—Brent…
—Hemos gastado mucho más del presupuesto, de manera que los
fondos son un poco escasos para pagarte algo, pero sabes que estás
totalmente invitado, y no es necesario ningún cargo de cobertura para
nuestro chico del cartel.
Eso era algo, ya que para evitar todo el asunto de cobrar por las
bebidas, tomaban dinero en efectivo en la puerta y luego regalaban las
bebidas. Pero eso serían como cinco o diez dólares. Debería cobrar cientos
por el tipo de trabajo que le daba a Brent, algo que Eryn me recordaba
constantemente, e incluso Fry había dicho algo una vez, al menos lo
suficiente para decir, “Amigo, cobra la próxima vez”.
Di no, Avi.
—¡Mañana! Brent…
De nuevo.
¿Y si eso era todo lo que Marc también quería? Mis notas, mis
habilidades artísticas por algo que el solicitase sutilmente después de
fingir charlar conmigo, y luego se iría a pasar tiempo con alguien más de
su nivel. Sin duda, yo no lo era.
Marc aún estaba frotando mis hombros pero finalmente se detuvo con
una firme palmadita y apartó las manos.
—Té será. Por mi cuenta, pero tendrás que mostrarme adónde ir. ¡Oh!
Y otra cosa que necesito de ti.
—¿Sí?
Podría haber utilizado esa línea una vez en un artículo de Historia del
Arte, pero porque creía en ello.
Me reí. Era tan fácil estar cerca de él. Su acento, su sonrisa, su encanto.
2
—Que encantador. —Sonrió con suficiencia. Cuando no estuve
seguro de qué decir, levantó el cuaderno al lado de su cabeza—. ¿No ves
el parecido?
—Wow…
—Oh, um… —Marc frunció el ceño, haciendo una pausa ante una
imagen de una especie de bibliotecario biomecánico con una cabeza
deforme y tentáculos en la mitad inferior, hojeando un tomo
ornamentado—. Te contrataría en un suspiro, compañero. No tengo
mucho efectivo de manera que puede que tengas que esperar. Esto vale al
menos unos cuantos Benjamins3, ¿sí? —Levantó la mirada y me miró con
las cejas alzadas—. Más propina, por supuesto. No quisiera agradecerte
por tu servicio sin una adecuada… propina. —Tenía tantas ganas de
interpretar eso, la pequeña provocación, el coqueteo, y cuando cerró con
reverencia mi bloc de dibujo, sin pedir nada, realmente creí que sólo me
quería a mí—. Algún día, ¿eh?
Mis ojos vieron el reloj detrás de él, y todo se detuvo con un chirrido.
—Oh. Claro, sí. Seguro —dijo con evidente decepción. Decepción por
tener menos tiempo conmigo—. Lo que sea que tengas que hacer.
—Eh… ¿sí?
—¿Y no querías una pinta, buen chico?
Lo entenderían.
—S…sí. Pronto.
¿Segunda cita?
O un amigo.
Y emocionado.
DING.
Brent.
—Hey, Dermot.
Fry saludó con la mano, y estuve bastante seguro que no diría nada
acerca que era mi cumpleaños. Él sabía que yo no quería la atención.
Esas eran oraciones casi completas, lo cual fue mucho para Fry.
Fry se iluminó.
—¿Amigo o… diversión?
Se arreglan.
Me sentí incluso peor cuando Fry, que claramente no sabía qué había
sucedido, se dio la vuelta para despedirse de nuevo con la mano antes de
subirse a su coche para llevar a sus amigos colina arriba.
Si aparecía.
— Y..y…yo…
No. Eso sería estúpido. Se suponía que debías entregar todo lo que te
pedía el ladrón, ¿verdad? ¿No empeorar las cosas?
—¡Ahora!
Su bramido me sobresaltó y me cayó el teléfono de mis temblorosos
dedos, aterrizando justo en una esquina y provocando que la carcasa se
soltase y quizás se rompiese la pantalla.
Como Marc.
Saqué el gorro de mi cabeza con una ráfaga de aire fresco que alivió
al menos algo de ese extraño calor. Luego cogí la parte superior de mi
camiseta y tiré ~ rasgándola justo por el centro. ¿Cómo hice eso? Era tela gruesa
con sólo tres botones en la parte superior, pero la había destrozado por
completo.
Una cola.
¿Qué me sucedió?
Detrás de él, alas extendidas, más grandes que las mías, parecidas a
las de un murciélago pero de alguna manera también emplumadas. Los
tendones externos eran del mismo color violáceo oscuro que su piel, pero
había púas blancas en sus picos, y las plumas comenzaban a ser negras,
parecidas a huesos, sólo para desvanecerse a rojo y luego blanco,
volviéndose más suaves como si cambiasen a verdaderas plumas en sus
puntas.
Como yo, tenía afiladas garras negras y una cola, pero sus pies
también tenían garras como las de un ave de presa, haciendo que su altura
fuese imponente. Todo su cuerpo tenía extrañas y atractivas crestas, la
mayoría de las cuales podía ver fácilmente, teniendo en cuenta la poca
ropa que estaba llevando.
—¿Marc…?
e corté la garganta al matón más cercano con mis garras ~una vez, dos
veces~ cortándolo en tiras y chorreando sangre por su camiseta. Se lo
merecía. Todos se lo merecían mucho por apuntar con armas a uno de mis
parientes. Sólo nosotros podemos matar a los nuestros.
Sus ojos brillaban incluso más, un verde azulado más brillante que
antes, con las pupilas rasgadas como cualquier demonio, pero sus orejas,
colmillos y garras sólo eran ligeramente puntiagudas. Se harían más
puntiagudas con el tiempo. Todo él se volvería más puntiagudo una vez
que sus verdaderos poderes se manifestasen. Y yo estaría justo a su lado.
—Eres hermoso. —Rodeé el cuerpo caído del tipo sin polla y sin
mandíbula con un crujido de mis pies con garras—. Mis disculpas por
quitarte el placer de matar por primera vez, pero fue demasiado
imperdonable lo que le hicieron a esa bonita garganta.
—T…tú eres… —Los ojos de Avi se levantaron lentamente del
sangriento desastre que yo había hecho con sus atacantes—. ¿Realmente
Marc?
—¿Q…qué me hiciste?
Aún nada. Tenía muchas esperanzas de poder hacer mucho con ese
cuerpo eventualmente.
—¿R…rey?
4 Día de Samhain (Samhain es una fiesta gaélica que se celebra el 1 de noviembre y que marca el final de la temporada de cosechas y el
comienzo del invierno o la «mitad más oscura» del año. Las celebraciones comienzan en la tarde del 31 de octubre, ya que el día
celta comenzaba y terminaba al atardecer. Se trata de una fecha a medio camino entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. Es una
de las cuatro fiestas estacionales gaélicas, junto con Imbolc, Beltane y Lughnasa. Históricamente se celebraba en toda Irlanda, Escocia y la Isla
de Man (donde se escribe Sauin). Los pueblos celtas bretones celebraban una fiesta similar, llamada Calan Gaeaf en Gales, Kalan
Gwav en Cornualles y Kalan Goañv en Bretaña.)
Levanté la mirada pero permanecí de rodillas. A él le gustaba yo de
esta manera. No sólo los pedazos de demonio y la escasa ropa, sino yo
siendo sumiso, postrado ante él.
Era mucho para un chico que sólo había tenido edad suficiente para
beber durante los últimos cinco minutos.
Magnífico.
—No… —Avi negó con la cabeza, y luego sacudió las manos, como
si intentase obligarlas a volverse humanas—. ¡No! —Entonces lo hicieron,
y todo él se hundió cuando una ola lo atravesó, cambiando sus rasgos
demoníacos de nuevo a un pequeño y joven rubio con media camiseta.
—Avi…
Ahí fue también donde yo había pasado el día anterior. Aún podía
oler el azufre. O quizás eso fue por el despertar de Avi. Aquí no sería
donde apareció el primer avatar de los archidemonios. Se formarían
diferentes debilidades entre el velo entre el Infierno y la Tierra, por toda
la ciudad, hasta crear un nexo en el centro para un desgarro más grande.
No había manera de saber dónde, pero Avi podría ser capaz de olfatearlos.
Pronto.
Había cerrado con llave la puerta principal detrás de él, de manera
que no estaba siendo completamente irracional, pero yo tenía sus llaves.
La casa se abría a una sala de estar y un comedor. Parecía más grande por
dentro, muy bien remodelada para una construcción de principios del
siglo XX. Probablemente su padre hubiese hecho la mejor parte,
incluyendo nuevos suelos y alfombras, e incluso una estufa de leña
renovada. El dormitorio más cercano olía como Avi. Más adentro había
un pasillo donde pude ver la luz del cuarto de baño. El dormitorio de su
padre debía estar en la parte de atrás. También pude ver la cocina desde
la entrada, a través de una puerta abierta más allá de la mesa del comedor.
Con suerte, un día no muy lejano, podamos tener uno o dos de estos
juntos.
—¿Avi?
—Avi, no tienes nada que temer de mí. —No podía verlo, pero podía
escucharlo dando vueltas, buscando algo—. Estoy aquí para ayudar.
Puedo explicarte todo lo que quieras saber.
Era Marchosias.
Un demonio.
Me alejé corriendo de él pero tropecé con algo que debí haber tirado
al suelo mientras buscaba el cuchillo y casi salí volando hacia atrás. No lo
hice porque Marc se lanzó hacia delante y me atrapó por la cintura, tal
como me había salvado antes de ser aplastado por mi mochila.
Sus manos eran tan… cálidas, y sentí ese cosquilleo de piel de gallina
extenderse por mi piel cuando sentí por primera vez su aliento en mi
cuello. Ahora estaba en mi pecho, mi pecho desnudo, porque no había
llegado a mi habitación cuando vi mi mochila y no llevaba nada más que
una toalla.
—¿Ves? Estoy aquí para ayudar. Para servir —dijo como lo hizo en el
callejón.
Al menos su acento era real, pero nada del resto lo había sido.
—Me deshice de los cuerpos por ti —dijo, las manos aún levantadas—
. Cerré la tienda. Incluso traje tu mochila, bloc de dibujo, gorro y móvil
incluidos, sin preocupaciones, y enderecé tu bicicleta afuera. Soy un
amigo.
—¿Necesitas otra taza de té? —Bajó las manos, pero luego chasqueó
los dedos de una, y una pequeña llama flotó sobre su pulgar—. Puedo
hacer hervir la tetera.
—¿Para reclutarme?
—Eres su carta de triunfo, Avi. Sea quien sea, se adelantó a los demás.
Estás listo para comenzar el apocalipsis. Y como dice el refrán, más vale
reinar en el Infierno que servir en el Cielo, ¿no?
—No hubo una actuación antes. —Marc hizo círculos con sus
pulgares cada vez más arriba entre mis piernas—. Bueno, lo fue un poco,
para estar de tu parte, averiguar un poco sobre ti, descubrir si la manera
en que mis sentidos hormigueaban a tu alrededor era por algo más que
esa cara bonita y esa entrañable energía. —Sus manos desaparecieron
debajo de lo último de la toalla cubriendo mi polla. La agarró, dejándome
sin aliento—. Eres algo especial de cualquier manera y quiero ser parte de
ello.
No quería eso.
— ¿Tú harás… lo que sea que yo pida? ¿Cualquier cosa que pida?
—Absolutamente.
—Sí.
—No me digas que te acabas de acostar hace un rato. —Se rio entre
dientes, hablando un poco más alto. Estaba llevando algo además de su
bolsa de trabajo que no pude distinguir en la oscuridad. Tuvo que dejarlo
en el suelo para cerrar con llave la puerta principal detrás de él.
Morí.
Me crecieron cuernos.
—¿Estás seguro? Quiero decir, ¿estás seguro que estás bien? —Entró
y se sentó en el borde de mi cama. Se veía tan normal. Humano. ¿Pero lo
era? De repente tuve que contemplar honestamente si mi padre era un
demonio. No podía serlo, pero entonces… ¿sería mi madre?
Por supuesto, él me había dicho que no fue de esa manera. Que nadie
tuvo la culpa. Simplemente fue algo que sucedió. Pero a los diez años,
cualquier cosa sin respuestas se sentía como mentiras.
Marc. Debía haber sido él. Ahora podía distinguir la forma del ramo,
una docena de rosas oscuras, probablemente rojas, que habrían sido
románticas si no me recordasen la sangre que se había lamido de los
dedos.
¿Qué?
Tenía tanto miedo de que alguna parte, como mis cuernos, pudiesen
aparecer sin que yo quisiera que bajé mi gorro casi lo suficiente como para
cubrir la mitad de mis ojos. Había encontrado el gorro en mi mochila,
como dijo Marc. Con mi teléfono roto, pero al menos aún funcionaba. Y
con mi bloc de dibujo, que había dejado en mi habitación. No quería ver
su dibujo, pero tampoco me atreví a arrancarlo o intentar cambiar la
imagen por otra cosa.
Tenía que trabajar de nuevo esta noche. Incluso sabiendo que Marc
había limpiado todo ~tuvo que hacerlo, ya que no recibí ninguna llamada
acerca de sangre en el callejón ni escuché acerca de asesinatos locales~
¿cómo se suponía que iba a sacar la basura de nuevo, sabiendo que casi
había muerto allí? Pero porque no lo había hecho, tres hombres, por
horribles que fuesen, murieron en su lugar, y yo podría causar cosas
peores si mi destino fuese real.
Cuando comencé a salir del edificio de matemáticas, me había
convencido de reportarme enfermo para ir al trabajo, ya que mi padre no
tendría que saberlo, pero mi mente se quedó en blanco cuando giré la
última esquina hacia las puertas y me encontré cara a cara con un
demonio.
Demonada5
Arg.
—¿Qué hice…?
Morí viviéndolo.
—Eh… bueno…
—Hola, amor.
O lamer…
—Me di cuenta que dejaste eso atrás anoche, ya que nunca pudimos
comerlo. —Me entregó una caja de plástico transparente con un pastelito
dentro. Mi pastelito, el de Eryn. Me había olvidado completamente de ello.
Debería haber estado en mi mochila, pero no me había dado cuenta que
faltaba cuando revisé el contenido esta mañana.
—Fry, saluda —dijo Eryn, rebotando sobre los dedos de sus pies e
igualmente moviendo sus cejas con aparente alegría, todo sin soltar mí
brazo.
—Un placer.
Miré a mis amigos sin poder hacer nada, pero mientras Fry tenía algo
así como un ceño fruncido en su rostro, Eryn simplemente gesticuló con
la boca ¡¿flores?! Como si él me hubiese ofrecido un anillo o algo así.
—Y…yo…
—No quiero ser lo que eres. No quiero nada de esto. Hacer daño a la
gente —dije en lo que esperaba fuese un siseo que sonase bastante
disgustado—, hacer que sufran por cruzarse conmigo, ¿rehacer todo a mi
imagen? Ni siquiera sé cómo sería eso.
—¿Aquí pensaba que era eso? —Marc asintió con la cabeza fuera del
rincón, donde aún podíamos ver el cartel demoníaco en el cristal de la
puerta.
¿Qué podía decir? Siempre me había sentido atraído por ese tipo de
estilo, por representaciones más oscuras en el arte y las historias. Eso no
quería decir que una persona a quien le gustaba esas cosas quisiera que
—Justo. Ese tipo Fry sin duda me dio una mirada. Casi pensé que
podría tener un enamoramiento contigo.
—No lo tiene, pero se preocupa por ti. Como un hermano. Muy dulce.
—¡Allanaste mi casa!
Esta vez se giró hacia mí con un bufido tan adorable que me resultó
difícil no darle un golpecito en la nariz.
—Cualquier demonio puede hacer eso —dije a un Avi con los ojos
como platos—. Y no digas que no eres uno.
—¿Cómo… lo hago?
Menos progreso.
—¿Duele?
7Stranger Things es una serie de televisión web estadounidense de suspenso y ciencia ficción. Ambientada durante la década de los 80's, la
historia se sitúa en el pueblo ficticio de Hawkins, Indiana, Estados Unidos, donde sus residentes comienzan a lidiar con una dimensión
alternativa hostil conocida como Upside Down, después de que una instalación de experimentación humana cercana abre una puerta entre
ella y el mundo normal.
que pudiesen escabullirse en busca de posesiones. Hice una prueba de
actitud, resultó que eso era mi punto fuerte ~entre otras cosas~ y ahí lo
tienes.
Primero cambié al hindi, dado que los indios en Londres eran los más
cercanos a mis primos humanos.
—No puedo evitarlo. Sabías tan bien, Avi, quiero otra lamida.
—¿Cómo sangre? —dijo con desprecio y dejó caer sus manos y las
llamas se extinguieron.
—Aún creo que te ganaré por cansancio. Hay tantas cosas buenas en
lo que crees que tienes miedo, Avi. —Me deslicé detrás de él ya que estaba
tan determinado a apartar la mirada de mí y lo vi estremecerse por la
cercanía del calor de mi cuerpo—. No tendrás que temer nada si sigues
mi ejemplo, y yo te seguiré año tras año. Por ejemplo, cómo nos guiaste
hasta aquí, justo a donde necesitábamos estar en el último momento.
Lo hizo, con grandes garras, mucho más grandes que las mías,
desgarrando el centro. Ambas manos se aferraron a los bordes, tirando, y
jalando para abrirla y darle a la bestia del otro lado espacio suficiente para
pasar.
—Eso son ellos, representando a cada uno de los príncipes. —Le quité
el gorro de la cabeza a Avi y lo arrojé detrás de nosotros al marcador—.
Podrías arruinarlo cuando te crezcan los cuernos. Lo cual deberían estar
haciendo ahora, por favor. Eventualmente aprenderás a cambiar sin
estropear tu ropa. Te enseñaré.
Con suerte.
— Y…yo… y…y…yo…
—¡Cambia! ¡Hazlo!
—¡No puedo!
Mierda.
Cogí a Avi y rodamos fuera del camino justo cuando el sátiro golpeó
el lugar donde habíamos estado, cascos y manos con garras cayendo como
si el martillo de Thor se hubiese estrellado contra la tierra e hizo temblar
los árboles.
Tiré de Avi para que volviera a ponerse de pie con un batir de mis
alas mientras el sátiro giraba su cabeza de calavera hacia nosotros.
—¡¿Qué?!
—¡Marc!
Joder.
Pude decir que Pereza estaba sonriendo mientras se debatía entre esas
opciones, incluso si su rostro de calavera no había cambiado. Agarró la
base de una de mis alas.
—¡No!
—¡Vuélalo, Avi!
—¡¿Qué hago?¡
—Eh… ¿apatía?
—¡No eres nada! —El sátiro levantó los brazos, intentando en vano
llegar hasta Avi—. ¡Belphegor gobernará! ¡Tú no eres el rey! ¡Eres humano
y frágil! ¡Lamentable!
El sátiro, que ya no tenía ninguna cabeza sobre sus hombros, sino más
bien un muñón ensangrentado y ardiendo, cayó de rodillas y de lado en
un montón.
Y mía.
—¿Qué hago…?
—Irá hacia ti. Quiérela e irá. —Me arrastré para unirme a él con pasos
lentos. Levantó un brazo, y la niebla comenzó a enrollarse, hacia arriba y
hacia arriba hasta que se filtró en su pecho, llenando cada poro y
haciéndolo brillar con ese mismo azul pulsante.
—J…joder —gimió.
Avi gimió más fuerte cuando lo último de la energía del sátiro lo llenó
con una oleada final, causando que el cuerpo de la bestia estallara en una
lluvia de chispas azules y se convirtiese en nada más que carbón en la
hierba.
—M…Marc…
Maldita sea.
—¿Siquiera… te gusto?
Oh, cariño.
—Parece que tienes una opinión bastante baja de ti mismo. Una pena.
Porque sea lo que sea lo que pienses, Avi, eso no es lo que veo.
—Ese no soy yo. —El rostro de Avi se arrugó ~tan adorable como el
puchero—. Ese es alguien como… Eryn.
—¿Talento?
—Hablo en serio. ¿Cómo supe que te verías de esa manera antes que
te viese?
—No lo sé —admití—. Eres el futuro rey del Infierno. Tiene sentido
que tengas algunas premoniciones. —Eso podría tener algo que ver con
cuál de los príncipes era también su madre. Tenía una idea de quién
podría ser, pero prefería que tuviese su enfoque justo donde estaba—.
Todos los demonios pertenecen a una tribu de los Siete y tienen poderes
en consecuencia. Una suposición es cuál es el mío.
—Aww, ¿no quieres saber qué podemos hacer nosotros, los demonios
de la lujuria? —Exhalé en su oído y saqué mi lengua bífida para hacerle
cosquillas en el interior.
— N…no realmente.
—Pero, ¿de dónde vienen los demonios? ¿No es como en las historias
religiosas?
—Por favor, ¿sabes cuántas de esas hay? Es un milagro que alguna de
ellas estuviese siquiera cerca de acertar. Aunque, ¿sabes que en la
mitología griega Hades es a la vez el Dios del Inframundo y el Inframundo
mismo?
—Sí…
—Tan posible como que Fry esté enamorado de mí. —Se sentó más
erguido—. No sé quién está con él. Parece mayor. Y familiar…
—¿Sugar daddy?
—Eso también.
—Me gustas, Avi. También me gustan todas las cosas de las que
hablamos.
9 El Bar Giger es un bar temático creado por el artista suizo H. R. Giger. Hay dos Bar Giger: el primer Bar H.R. Giger está ubicado en Chur,
Suiza, y abrió en 1992. El segundo es el Bar del Museo H.R. Giger en Château St. Germain, Gruyères, Suiza, el cual abrió el 12 de abril de
2003. El interior de los bares está ambientado con el estilo biomecánico como el de las películas de Alien. El techo, las paredes, el mobiliario
y sillas fueron diseñadas por el artista para encajar con el mismo estilo de las películas que él diseño, notablemente alienígena. La Silla
—Claro que sí. Del lado del Infierno. Aún tengo que verlo todo. Como
ese alienígena primordial y presentado a cuatro patas, rogando a un
demonio como yo que acepte la oferta. —Deslicé mi mano sobre el muslo
de Avi. No me alejó. A pesar de toda su resistencia, yo lo tenía, y
necesitaba seguir teniéndolo para conseguir lo que quería—. ¿Quieres
darle al viejo Brenty-boy un verdadero espectáculo?
—M…Marc…
—Nadie más está mirando. Nadie más lo sabrá. Pero él sí. —Capté
los ojos de Brent con un movimiento brusco, poniendo suficiente poder
hechizante en mi mirada para evitar que desviase su mirada.
Harkonnen con el respaldo alto fue diseñada inicialmente como el trono de Harkonnen para el proyecto de la película Dune, el cual fue
abandonado.
arc se agachó debajo de la mesa.
Oh, Dios.
Oh, joder.
De mí.
A la mesa.
Me gustó.
Levanté mis caderas para dejar que Marc me bajase los vaqueros y la
ropa interior hasta mis rodillas, y se rio entre dientes.
—Cállate —gruñí.
Y garras.
Sentí los dientes de Marc rozar mi cabeza, incluso sentí que una de
las puntas se hundía en mi hendidura y me estremecí. Joder, eso se sintió
bien. Todo se sentía tan bien, incluso cuando sus garras se clavaron tan
profundamente que siseé.
Yo estaba siendo demasiado rudo ~pensé que tenía que serlo~ pero
Marc gruñó como si lo quisiera, y seguí follando su rostro, golpeando la
parte posterior de su garganta una y otra vez y sentí como un túnel de
implacable placer apretando mi punta. Volví a mirar los ojos de Brent al
otro lado del bar ~frente a la mesa, al otro lado del bar, frente a la mesa y
justo en mi cara, dolorido por la necesidad de ver lo que él no podía.
El otro hombre regresó del cuarto de baño, diciéndole a Brent que era
hora de irse, y Brent se veía tan asustado que todo su cuerpo se tensó.
Estaba suplicando un minuto más para terminar su cerveza, que había
olvidado mientras veía cómo me la mamaba el chico más sexy que jamás
había puesto un pie en nuestro campus. Yo sabía que él estaba duro como
una roca por cómo se movió de nuevo mientras el otro hombre se sentaba.
Se apretó con tanta fuerza que tuvo que doler y no pude evitar sonreír.
—Apuesto a que el viejo Brenty-boy piensa que era una mierda sexy
ahora. —Marc se inclinó más hacia mí como si quisiera darme un beso.
—Y…yo… eh…
—¿Después de eso?
—Yo…
O de la mamada de Marc.
Joder.
¿Quién era el tipo que había estado con él? Sabía que lo había visto
antes. ¿Uno de nuestros profesores? No. Estaba vestido con ropa
demasiado informal, como también lo había estado Brent.
—Marc…
—Una mierda.
—No me estás dando muchas opciones, ¿verdad? —Al menos estaba
admitiendo que había orquestado esto a propósito—. Quiero que seamos
compañeros, de manera que debería ser amigable con tus otros
compañeros. Y tenemos que prepararnos antes que llegue el siguiente
avatar. No puedo estar seguro de cuándo será, y sólo se volverán más
fuertes a partir de aquí.
Siguiente avatar.
Casi había pensado que podría caminar por aquí y me alegré mucho
que no lo hubiese hecho.
—Tu imagen ¿recuerdas? Puedes hacer lo que quieras con ese poder.
¿Cerrar el Infierno para siempre? ¿Hacer una utopía de la Tierra?
¿Mudarte a la luna con tu propio harem personal? Cualquier cosa. Pero
querrás más de lo que piensas. Te va a gustar en lo que te conviertes y lo
que podrás hacer.
—Como dije con esas flores, amor, podemos hacer cosas geniales
juntos.
Marc se abalanzó para besar mi mejilla justo antes que llegase Eryn
para dejar su botín en el mostrador.
—Vaya, gracias. ¿Me perdí que el pájaro más bonito del campus
estuviese en mi clase el miércoles? Estoy realmente avergonzado.
En serio. Capas.
—Y es por eso que ya te amo. Sabía que Avi podría conseguir un buen
partido si aparecía el adecuado. —Me empujó juguetonamente el hombro.
Probablemente ambos.
Perfecto.
—Bueno. —Intenté.
—¡ squívalo!
10 Parental Guidance, que significa Control Parental. Viene a decir que le cuenta la versión Light de la historia
Avi saltó fuera del camino, batiendo sus alas para ascender por
encima de donde mi verdaderamente insignificante rayo de fuego infernal
apenas había quemado la tierra donde él había estado de pie.
—¡Mierda!
—Posiblemente.
¿Posiblemente?
Sonreí.
Los ojos de Avi se abrieron como platos y casi tropezó hacia atrás
cuando inmediatamente se arrepintió de la pregunta.
—No lo hago.
—Marc…
—Para que conste, todos los demonios son seres amorosos. Mi tribu
simplemente es mejor en eso.
—Escucha, fingir que somos pareja hará que todo esto sea más fácil,
porque nadie hará preguntas sobre mí, ¿sí? Por supuesto, mi preferencia
sería no fingir. —Levanté la mano hacia él, pero volvió a alejarse de su
alcance.
Se encorvó más.
Algunas de ellas seguían las líneas de una caja torácica humana. Otras
tenían un diseño casi tribal y se curvaban de un lado a otro. Algunas,
aunque yo ni siquiera recordaba cuáles, habían sido grabadas en mí por
uno o más de mis maestros, infligidas especialmente para asegurarse que
permaneciesen, la mayoría de las cuales había disfrutado obteniendo.
Sus ojos se encontraron con los míos como si se hubiese dado cuenta
de una epifanía, y vi las adiciones parecidas a sus músculos de su manto
reformarse, retorciéndose por su cuello y sobre sus hombros. Lo sintió
sucediendo y extendió la mano para tocar la nueva textura fibrosa,
mientras mantenía una mano sobre mí. Sonrió de nuevo, como si hubiese
olvidado que le estaba permitido que le gustase esto, que le gustase quién
y qué era.
—Yo…
Se sonrojó ~bueno, tanto como podía su tono de piel más pálido y ahora algo
grisáceo~ pero se dispuso a prepararse para mi ataque sin contrarrestar mis
elogios.
11
Al menos el disfraz de Marc tenía una túnica. Una túnica muy corta.
Muy corta, y yo estaba convencido que no estaba llevando ropa interior.
Las alas de plumas blancas, la diadema con halo y los brazaletes de oro
convencerían si no fuese por su sonrisa de suficiencia obviamente
demoníaca.
—Calla.
13 Slender Man o The Slenderman (en español El Hombre Delgado) es una criatura que se originó como una edición en
una fotografía transformándose en un creepypasta, creado por el usuario Victor Surge en los foros Something Awful en 2009 durante un
concurso de fotos. Se le representa como un humanoide delgado y anormalmente alto con una cabeza blanca y sin rostro, vestido con un traje
negro.
14 Cthulhu (pronunciado en español como Cutulu, o Chulu según la traducción, es una entidad cósmica creada por el escritor
estadounidense de terror Howard Phillips Lovecraft y representada por primera vez en el cuento La llamada de Cthulhu (The Call of Cthulhu),
publicado en la revista estadounidense Weird Tales en 1928. Considerado un Primigenio dentro de las entidades cósmicas, la criatura ha
aparecido desde entonces en numerosas referencias de la cultura popular. Cthulhu es descrito como la convergencia entre un pulpo, un dragón
y una criatura de forma humanoide
15 The Nightmare Before Christmas (titulada: Pesadilla antes de Navidad en España y El extraño mundo de
Jack en Hispanoamérica) es una película de fantasía oscura Stop Motion estadounidense de 1993, dirigida por Henry Selick, producida y
Odiaba las alas de murciélago y los cuernos.
—Para cambiarme.
—Yo no…
concebida por Tim Burton. Cuenta la historia de Jack Skellington, el Rey de la "Ciudad de Halloween", que tropieza a través de un portal a la
"Ciudad de la Navidad" y decide celebrar la fiesta animada .
bajito, aún habría tenido más sentido para mí ser el ángel, lo cual entendí
era la broma.
—Lo sé. Tengo un maravilloso sentido del humor. —Marc se rio entre
dientes—. Pero ven aquí. Necesita un poco de algo. —Se acercó a mí y en
el reflejo lo vi sacar un lápiz de su bolsillo, lo cual me impresionó mucho
que la túnica tuviese uno, dado que no había mucha tela con la que
trabajar.
O infligirlo.
17 Los cenobitas son un grupo de seres ficticios que aparecen en las obras de Clive Barker, incluyendo la novela Hellraiser y las películas de
la saga homónima. También se los menciona en la novela Weaveworld. «Cenobita» es una palabra que significa «miembro de una orden
religiosa comunitaria». En la novela original los cenobitas son llamados «teólogos de la Orden de la Incisión» y también «hierofantes». Los
cenobitas pueden llegar a la realidad de la Tierra solo a través de una ruptura o «cisma» en el espacio, que se abre y cierra mediante ciertos
artefactos sobrenaturales. La forma más común de estos artefactos es una inofensiva caja china llamada «La Configuración del Lamento» o
simplemente «Caja de Lemarchand». Los cenobitas tienen mutilaciones o perforaciones en su cuerpo. El personaje más conocido de las
películas es Pinhead. Pinhead tiene pinchos o clavos martillados en el cráneo en un patrón de cuadrícula, seis heridas abiertas en la parte inferior
del torso con la carne desprendida, y también anzuelos incrustados en la parte posterior de la cabeza. Cada mutilación varía según la persona
debido a que representan sus deseos y placeres de manera retorcida y sádica. Precisamente siempre se juega con este último punto como
motivador para que se use la caja de Lemarchand, las personas que logran acceder a su configuración están buscando placeres o sueños más
allá de lo prohibido.
18 Hellraiser es una película de terror británica estrenada en 1987, escrita y dirigida por Clive Barker, y basada en su propia novela titulada The
Hellbound Heart Se la considera tanto una película de culto como un clásico del género. La película explora temas como el sadomasoquismo,
la relación entre el dolor y el placer, y la moralidad de personajes sometidos al temor y la tentación. Es la primera entrega de una saga que
llega hasta el año 2022 y presenta al personaje Pinhead, el cual rápidamente se convirtió en un icono del Cine de terror.
—Hermoso —dijo Marc, acercándose más.
—Marc…
Marc tatareó y levantó las manos para apoyarlas sobre las mías.
¿Cómo era posible que siempre oliese tan bien, a pimienta rosa y canela,
provocando un hormigueo en mi nariz? Y se veía tan bien, con su rostro y
cabello perfectos, fuese un demonio o no. Su piel también era suave. Se
había sentido igual de suave ayer cuando toqué sus crestas, esos extraños
surcos a lo largo de su cuerpo. Yo también tenía algunos ahora. Más o
menos. Más bien como una armadura que se había formado sobre mi
cuello y hombros, o fuera de ellos como piel conectada.
—¡He vuelto!
¡Joder!
—¿Qué?
—Avi. —Dio un paso atrás hacia mí—. La salida está detrás de ti.
—Av…
—¿Avriel?
Bien.
Mi padre asintió con la cabeza como si esa fuese una explicación tan
buena como cualquier otra.
Pero no podía tener eso porque ese no era quien él era. Y en su lugar,
cada vez que me tocaba, o yo lo tocaba a él, me preguntaba si su polla, que
no había visto pero había sentido contra mi culo cuando me dio una
palmada después de derrotar a Pereza, tenía crestas como el resto de él.
El perfecto caballero.
Llevando una túnica tan corta que, con levantarla después de estar
sentado pude ver que de hecho no estaba llevando ropa interior hasta que
volvió a caer en su lugar para cubrirlo ~afortunadamente antes de que mi
padre mirase hacia atrás y le diese las gracias.
—¿Un ángel?
—Bueno…
Tuve que preguntarme de nuevo si había cosas que mi padre sabía y
nunca me dijo, pero, ¿cómo Infiernos se suponía que iba a preguntar eso?
—¡Toc, toc!
La puerta principal se abrió con apenas un golpe antes que Eryn y Fry
entrasen. Teníamos una política de puertas abiertas con ellos, pero eso me
recordó que me parecía más a la versión stripper de un disfraz de
demonio, y me levanté de la mesa de un salto como si tuviese la intención
de salir corriendo ~y no estaba seguro si sería mejor sacarme el tanga del culo o
dejar que mis nalgas colgasen más.
19 Lamé es un tipo de tela tejida o de punto con cintas delgadas de fibra metálica, en oposición a guipé, donde las cintas se
envuelven alrededor de un hilo de fibra. Suele ser de color dorado o plateado; a veces se ve lamé de cobre. El lamé viene en diferentes
variedades, dependiendo de la composición de los otros hilos del tejido. Los ejemplos más comunes son lamé de tejido, lamé de holograma y
lamé de perla.
20 Steampunk ; Un tipo de subcultura que mezcla los estilos de ropa de generaciones pasadas con las comodidades modernas, creando inventos
que parecen haber sido creados hace generaciones. Toda la subcultura se basa principalmente en la estética, aunque la funcionalidad también
es muy apreciada.
—¡Te ves increíble! —Me susurró.
Cierto.
—¡Aww, no tiene que irse, Sr. N.! —Eryn siempre lo llamaba así, lo
cuán suponía era mejor que Sr. D.
Ella había estado insinuando cosas al respecto durante meses, que era
algo de cuando nos conocimos, algo que podría utilizar y conservar para
siempre como recordatorio de los buenos tiempos. También tuve la
impresión de que costaba mucho más de lo que me gustaría que alguien
gastase en mí, incluso si lo habían dividido.
El envoltorio era negro con un lazo rojo, de manera que combinaba
con mi atuendo, al igual que lo que había dentro, porque cuando abrí la
parte superior de la caja que claramente iba a contener joyas, encontré una
bomba del pasado.
Avriel
21
22 Diablo III es un videojuego de rol de acción (ARPG), desarrollado por Blizzard Entertainment. Ésta es la continuación de Diablo II y la
tercera parte de la serie que fue creada por la compañía estadounidense Blizzard. Su temática es de fantasía oscura y terrorífica. Está ambientado
en Santuario, un mundo arrasado por eterno conflicto entre ángeles y demonios.
Cruzado de la Luz
—Simplemente me lo dio.
—Finalmente debe haberse dado cuenta que vale la pena pagar por
ello. —Marc me apretó contra su costado.
esultó que los comentarios amables humanos más simples como tener
un trofeo en el envoltorio de un disfraz de demonio comprado en una
tienda con poca ropa y charlas con mis nuevos amigos mientras caminaba
por una calle larga, era bastante… agradable. Incluso me gustó la
conversación. No era una divertida orgía de sangre, pero era agradable
tomar un descanso de mis anteriores sábados por la noche.
—La nueva versión de The Slumber Party Massacre23 estuvo… bien —
estaba diciendo Eryn, después de haber iniciado una discusión sobre
recientes remakes de películas de terror mientras subíamos la colina hasta
la fila de casas de fraternidad más cercanas al campus—, pero podría
haber sido brillante con algunos ajustes.
Pero yo sabía que podía pasar de ser falso a fornicar en poco tiempo.
23The Slumber Party Massacre es una película de terror de 1982 dirigida por Amy Holden Jones y escrita por Rita Mae Brown. Argumento:
En una fiesta de chicas algo desquiciadas entra en escena un psicópata con un taladro que tan solo quiere disfrutar matando con su aparato.
La casa de la fraternidad apareció a la vista, con una buena cantidad
de fiesta desparramándose sobre el césped, todo el edificio decorado como
una casa encantada, pero las luces brillantes y joviales y los recortes de
gatos de dibujos animados no eran realmente espeluznantes. Cuando
suficientes ojos vieron a nuestro grupo acercándose, Avi se aferró a mí aún
más fuerte, lo cual no me importó en lo más mínimo.
—¿Para qué?
—¡Hay 10ºC!
Eso no fue suficiente para que Eryn trajese una. Habría arruinado su
conjunto. Yo sabía que la verdadera razón por la que Avi quería una era
para esconderse en ella, y esta noche, estaría en plena exhibición y
aprendería a amarlo.
Muchacho inteligente. Habría tenido que tener una charla con el viejo
Brenty-boy si hubiésemos tenido que devolverle el mismo dinero que
sabiamente nos había enviado con Fry.
24
manera que la gente aún podía oírse entre sí, y la comida y bebida
prometidas era abundante.
25Tippy Cup. Es un juego de beber en equipo en el que los jugadores deben, por turnos, vaciar un vaso de plástico con cerveza y luego
“voltear” el vaso para que caiga boca abajo en la mesa. Si la copa se cae de la mesa, cualquier jugador podrá devolver dicha copa al campo
de juego.
26SOLO. Refresco noruego bastante popular. Se relaciona con la Fanta, sin embargo, los sabores son diferentes. También es una suave
bebida australiana.
—¡Salud! —dijo y aplastó vasos con el resto de nosotros.
—¿Decepcionado?
—Me temo que sí. Ya no eres una cita barata. —Tomé el suyo vacío y
besé su mejilla justo debajo de la caída de su máscara—. Te conseguiré
otro.
27 Capitán. Es conocido como el Manhattan peruano. Su historia nos remonta a 1920, cuando los capitanes del ejército peruano solicitaban
tomar la mezcla de Vermut con pisco después de sus rondas en el Altiplano, creándose así el Cóctel Capitán como lo reconocemos en la
actualidad. Ingredientes: 3 onzas de Pisco, 2 onzas de Vermut rojo, 6 cubos de hielo, 4 gotas de amargo de angostura, 2 cerezas marrasquino.
Brent.
—T…tú, um… ¡te ves bien! —Se había acercado sigilosamente detrás
de Avi, haciéndolo saltar y dar la vuelta. Brent había elegido el Hombre
de Acero, que era un poco llamativo dado su color. Incluso había logrado
ese pequeño y delicado rizo del clásico Supermán.
—Eh…
28
la suya—. Aún no nos hemos conocido oficialmente, ¿verdad? Todo muy
cercano y personal. Soy Marc.
—Quizás, pero creo que quiere una probadita de ti, y ahora eso me
pertenece.
—Oh, ¿en serio? —Avi rodó los hombros para salir de debajo de mi
agarre. No se enfureció, pero tomó un sorbo de su bebida con el ceño
visible detrás de su máscara.
Avi dudó pero luego hizo lo mismo, y lo llevé a la pista de baile antes
que pudiese cambiar de opinión. Lo acerqué, pecho con pecho y caderas
conectadas, moviendo nuestros cuerpos lo suficientemente lento y sensual
como para haber derretido el cerebro de Patrick Swayze si hubiese estado
ahí con nosotros.
—Sabes, si fuese sólo esto, sólo yo y el Marc que conocí en Ética, sin
apocalipsis ni demonios, no creo que alguna vez hubiese sido más feliz.
Sus labios estaban brillando de tanto morderlo y lamer las marcas que
había hecho. Moví mi lengua a lo largo de su pliegue y Avi jadeó de nuevo,
invitando a mi lengua a avanzar en el espacio intermedio.
Hice una pausa antes que pudiese, y Avi echó la cabeza hacia atrás,
sin duda sintiendo lo mismo. La música había cambiado de nuevo, aún
seductora y estimulante, y los otros bailarines estaban bailando más
acaloradamente, más que nosotros, a pasos agigantados en realidad, como
si se volviesen realmente juguetones y gimiesen mientras lo hacían, como
si…
—Um, Avi…
—¿Avi?
—¿Marc? —respondió Avi como si ya no me viese y no me hubiese
oído gritar.
—¡Marc!
—¡Avi!
—¡Avi! —Lo sacudí con más fuerza. Él podía vencer esto. Era el
vástago de un maldito archidemonio, ¡maldita sea!
—¡Marc!
Agarré ambos lados del rostro de Avi e hice que me mirase, incluso
si sabía que no podía verme ni oírme. Entré en su mente, atravesando un
espeso mar de imágenes distorsionadas, un sangriento desastre de dolor
mezclado con perversos placeres como una terrible tortura que le estaba
sucediendo a la gente de aquí, a los amigos de Avi, a mí, y que todo podría
convertirse en realidad si no éramos rápidos.
—¡Avi! —grité una y otra vez hasta que, al menos, me miró. Yo estaba
de rodillas frente a él, y le hice ver una ilusión de la verdad fuera de esta
pesadilla de sólo yo, sólo nosotros, con mis manos sosteniendo su rostro.
Entonces lo besé.
—¿Yo…?
—Lo hiciste. Buen chico, Avi —susurró, y no quise nada más que
besarlo de nuevo, pero teníamos un avatar que encontrar.
—¿Fuga de gas?
—Pero…
Recé para que la casa del CAS no tuviese sótano, mientras Marc me
arrastraba detrás de él escaleras arriba.
Varias parejas estaban aquí arriba, y whoa, juro que la sirena estaba a
punto de arrancarle la oreja a su novia pirata antes que llegásemos al
rellano. Todos con los que nos cruzábamos recobraban bruscamente la
claridad de sus sentidos y nuevamente gritamos:
Nada sucedió. No pararon como todos los demás. Nunca antes había
hablado con la novia de Brent, pero la conocía. Kristen Kinney. Alta.
Bonita. Vestida con lo que supuse se parecía a Lois Lane, ya que Brent era
Supermán, con su cabello oscuro cuidadosamente rizado como una
estrella de los años 40, vestida con una chaqueta de color morado oscuro
y una falda tubo que gritaba tanto bibliotecaria sexy como reportera de
cómics.
—¡Oye!
Kristen se dio la vuelta, sólo que estuve bastante seguro que no era
Kristen porque sus ojos ardían rojos como los de Marc, rasgados y
ardientes, y sus labios eran negros.
No ella, sino ello flotaba, con la piel de un color púrpura oscuro, con
el cabello rojo suelto, el negro había invadido el blanco de sus ojos, aunque
el rojo ardiente permanecía, y su rostro y cuerpo eran… más que
andróginos, porque era la cúspide de todos los aspectos masculinos y
femeninos combinados.
Al igual que sus cuernos, tenían dos pares de alas, un par más grande
como las de Marc, sólo que donde las suyas se volvían parecidas a plumas,
las de esto se desvanecían hasta convertirse en tendones más carnosos. Un
segundo par de alas de murciélago, más pequeñas, se extendían desde la
parte baja de su espalda y no necesitaban aletear para mantenerse en el
aire.
Lo besó.
Brent jadeó, alertado tanto por la explosión como por el último trozo
negro que salió de sus labios cuando Marc terminó de absorber. Los ojos
de Brent se abrieron tanto que pensé que podrían salirse de su cráneo,
mientras observaba la apariencia de Marc.
—Fuga de gas —dije con una voz que supe tenía más retumbo de lo
habitual pero que aún era reconocible como yo—. Sólo una fuga de gas,
Brent. Ahora corre. —Di un paso a un lado para darle espacio para huir, y
aunque sus ojos recorrieron mi forma cambiada, no dudó.
—¡Avi!
Lujuria estaba llegando rápidamente una vez que pude ver de nuevo,
y agarré las partes de este que me alcanzaron primero ~sus garras
extendidas. Giré agarrándole las muñecas y le arrojé a través de la pared hacia la
habitación de al lado con un estrépito de yeso.
Lujuria debió haber pensado que eso era terrible para mí, porque
levantó una de sus garras para cortarme la garganta, burlándose.
—¡Avi!
—Te tengo, amor. —Marc disparó dos ráfagas de fuego infernal a los
hombros de Lujuria, causando que tropezase y se volviese hacia ellos.
Me puse de pie con piernas temblorosas, mi polla tan dura que dolía,
mientras Marc me rodeaba por detrás ~no tan alto como antes, porque yo
era más alto, mis pies convertidos en garras parecidas a gárgolas y ahora
me elevaba de cinco a ocho centímetros.
—Te tengo tan bien —exhaló Marc contra mi oreja y en todos los
lugares donde nuestra piel se unía, trajo tanto dolor/placer a mi cuerpo
como Lujuria ~mejor, porque de Marc, lo quería.
—Sí —gemí.
—¡Sí!
Me levanté del suelo del agarre de Marc con tanta fuerza que escuché
el crujido de la madera, y garras más grandes de las que había tenido antes
agarraron al sorprendido Lujuria por su garganta. Ataqué con profundos
pinchazos y torcí el otro lado de su cuello hacia mi expectante boca.
—¿C…cómo…?
Mordí más fuerte, tirando con mis garras, seguro de que lo que sea
que mantuviese su cabeza sobre sus hombros no eran más que unos pocos
trozos de carne fibrosa. El flujo de su sangre se estaba haciendo más lento
a medida que su corazón dejaba de latir, y seguí mordiendo y desgarrando
de todos modos, hasta que sentí que su cabeza se desprendía de mis
manos, y lamí el último chorro de sangre que brotó de donde había estado.
Entonces dejé caer los restos de Lujuria.
Como debería.
Marc gimió y se apretó contra mí, aún más alto, sí, pero ahora sólo
ligeramente con mis pies en forma de garras para igualarlo. Chasqueé mi
cola como un látigo y la enrollé alrededor de su cintura para mantenerlo
contra mí. La energía de Lujuria aún nos estaba llenando y se sentía
increíble, como esa misma mezcla de dolor y placer pero mejor.
Quería sentir las crestas de Marc dentro de mí, quería golpear las mías
con mi nudo hinchado dentro de él, quería arañar su pecho y saborear la
sangre de su corazón palpitante mientras disparaba por todas sus
entrañas.
Me incliné como antes, golpeando mis garras contra el suelo con otro
crujido de la madera, y lo besé profundamente, empujando con tanta furia
que escuché más madera crujir debajo de nuestras caderas. Nuestras
pollas texturizadas se provocaban y rasparon con la cantidad justa de
elasticidad en medio de la firmeza de nuestras crestas chocando. El
deslizamiento se hizo aún más dulce por lo mojados que estábamos
ambos.
Viva el rey.
Mi rey.
Avi asintió con la cabeza pero no se relajó del todo hasta que salimos
de la casa por una puerta lateral de la cocina. Se metió bastante bien contra
mi cadera y mi cabeza pudo descansar sobre la suya.
—Parece que todo salió bien —dije y tiré de Avi hacia mí. Se tensó,
pero luego se inclinó hacia mi costado.
—Oh, no… —dijo Eryn con voz entrecortada, tapándose la boca con
la mano.
Estaba muerto.
Pobre y dulce Avi, aún demasiado humano para saber que la empatía
era una debilidad sin la cual estaría mejor. También la culpa. ¿Un mal
presentimiento una vez que algo terminaba y no se podía cambiar? ¿Cuál
era el punto?
—Me temo que sí. —Hice rodar la bola de fuego del infierno
alrededor de mi mano como la bola de cristal de David Bowie en
Labyrinth29 . Estaba descansando en forma humana en calzoncillos, algo
tan normal como normal podría ser algo más que el truco de magia.
—¿Yo?
Es curioso cómo eso agitó mis entrañas casi tanto como sus garras en
mi garganta.
No lo hacía.
—Mañana. ¿Y Avi?
—¿Sí?
30 Tablero de conspiración.
demás de la culpa por no haber salvado a Neil a tiempo, creo que lo
que más me quedó grabado durante los siguientes días, mientras
entrenaba cada vez que mi padre no estaba en casa y yo no estaba en clase,
fue que cuando me transformé, ahora tenía un nudo en la base de mi polla.
Marc no tenía ningún nudo. Su polla era una obra de arte en sí misma,
créeme, pero como me había señalado más de una vez, se suponía que yo
era el maestro entre nosotros, el líder, el rey, y mi poder iba a seguir
creciendo hasta… no sabía qué.
Pero por mucho que la culpa y el terror aún estuviesen conmigo, sabía
que estaba comenzando a gustarme mi nuevo yo, a sentir más como si
fuese mi verdadero yo, el único yo, incluso después de haber hecho cosas
tan brutales ~como beber la sangre de un demonio y mezclarla con nuestro
semen, sobre los labios de Marc para besarlo a través de ello.
La bilis que debería haberse agitado cada vez que yo contaba todo lo
que nunca sucedió. Me gustaba hacer esas cosas. Me encantaba.
Especialmente hacer que Marc se corriese y me disparase a través de sus
labios como una de las primeras visiones que me mostró.
—¡Mierda!
Marc extendió su brazo, justo cuando yo saltaba sobre mis garras, y
sus bolas de fuego infernal se congelaron antes de conectar con cualquier
revestimiento o teja. Fueron succionadas de regreso a la palma de su
mano, girando juntas para formar una bola más grande como una
vorágine de lava roja y naranja.
—Joder. Supongo que eso cuenta como una victoria para ti. —Marc
apoyó una mano en su cadera ladeada—. Sin embargo…
—Distraído. —Adiviné lo que había estado a punto de decir—. Lo sé.
Y lo siento. Sé que no puedo darme el lujo de ponerme así, pero… ¿eso es
realmente lo que va a suceder?
—La manera que habla acerca de ella, siempre parecía que estaban
realmente enamorados.
Hice una pausa para registrar lo que había dicho antes de correr tras
él.
—¿Humano?
31 Tales from the Darkside: The Movie es una película estadounidense de 1990, dirigida por John Harrison, basada en la serie de
televisión Tales from the Darkside. Fue filmada en Bronxville, Nueva York. Con un estilo antológico, muestra a un repartidor de periódicos
secuestrado que le cuenta tres historias de horror a una bruja, antes de ser comido por ella.
También fue genial que todo lo que tuviese que hacer fuese cambiar
rápidamente a mi forma de demonio y viceversa, y mi cabello estaba
perfecto, seco y con ese increíble look peinado hacia atrás que estaba
comenzando a amar. Pensé que ahora también tenía un poco más de
músculo, incluso cuando era humano, mejor esculpido y tonificado y casi
me hizo querer mostrarlo.
Lo que quería decir que Marc básicamente estaba desnudo casi todo
el tiempo.
El dibujo era de cintura para arriba con las alas de Marc metidas para
que cupiesen la mayor cantidad posible de ellas, todas en blanco y negro
y grises, pero los matices del sombreado hicieron que prácticamente
cobrase vida fuera de la página.
Cuando la sonrisa de Marc se volvió dulce, casi pude olvidar que era
un demonio.
32Carne gyro: Es carne asada en un horno vertical. Por lo general, se sirve en un pan pita, acompañado por verduras, papas fritas y salsas.
Los más comunes son tomate, cebolla y la salsa tzatziki.
me dejé caer a su lado. Había visto Tales from de Darkside antes, la antigua
serie de televisión y la película, y también Marc, pues había dicho que la
película era una de sus antologías favoritas. También era mi favorita.
—Ah sí, olvidé que estabas en esta película. —Marc me dio un codazo
cuando empezó el primer corto acerca de una pequeña estudiante
universitaria rubia.
33 Matthew Lawrence.
34 Christian Slater:
estrellas, incluso con una menos conocida en ese momento, Julianne
Moore35.
Marc dobló su pizza y abría mucho la boca cada vez que le daba un
mordisco, incluso logrando que pareciese más lascivo, con los ojos
brillando mientras me miraba con ojos seductores fuertemente
entrecerrados cuando tragaba. Al menos comerse las alitas le dejó los
labios grasosos. Froté una servilleta en su rostro cuando también intentó
lamerlo lascivamente, pero quizás me acurruqué un poco más cerca de él
después.
35 Julianne Moore:
36 Steve Buscemi:
—¡Y no porque me parezca a él! Su personaje simplemente se estaba
vengando de su hermana y su mejor amigo, incluso si eran unos idiotas.
Y dejó vivir al personaje de Buscemi. Buscemi podría haberlo dejado en
paz después de eso.
—¿Cómo es el Infierno?
—¿Por la depravación?
El acto del astuto seductor cayó. Siempre era extraño cuando su rostro
se volvía contemplativo, pero aún me gustaba esa belleza más suave,
como si no siempre fuese tortuoso e insinuante.
—No puedo verlos ahora. —Se rio entre dientes—. Bueno, quizás un
demonio más poderoso pudiese, de manera que están atentos, pero
mayormente… los vemos pasar a algún lugar que no podemos seguir,
como si se estuviesen desvaneciendo pero no en la nada. Podría ser al
Cielo. Quizás el Purgatorio. Quizás otro lugar. Pero si un tipo oscuro,
tortuoso y endiabladamente guapo como yo puede nacer de la mente
humana, ¿por qué no las partes buenas? Puede que haya ángeles muy
buenos y muy aburridos por ahí.
—Es real, Avi —dijo Marc, haciendo temblar mis entrañas—. Así que,
¿me gusta un poco de juego de sangre y arrasar con mis enemigos antes
de un buen celo? A ti también te gusta. ¿Eso está tan mal cuando nuestros
enemigos se lo merecen? ¿Cuándo lo merecemos y nos hemos ganado
disfrutar?
Solté un bufido.
Pero regresó mi atención con el mismo agarre en mi barbilla que
disfrutaba ya sea con dedos suaves o con el pinchazo de sus garras.
—¿Qué pasa si deja de estar bien y se vuelve sangriento sin las partes
buenas?
—¿Estás pidiendo una palabra de seguridad, Avriel? —Marc
diciendo mi nombre completo llamó la atención sobre la otra mitad de mi
polla.
—¿Qué?
Me alejé para poner las latas de cerveza sobre la mesa de café y tiré
de la camiseta estrellándolo contra mí. No quería que se alejase de nuevo,
que se lo negase a sí mismo, o a mí, como lo había estado haciendo desde
hace días.
Las bolas azules estaban muy bien, pero sabía que también quería eso.
Avi gruñó y empezó a molerse más duro, besar más fuerte, mientras
el calor se encubaba, y la sangre llenaba nuestras pollas.
—No sé cómo decirlo. —Él se sentó para salir de las marañas de sus
sudaderas. La camiseta negra le colgaba justo por encima de donde su
polla empezaba a emerger, era una imagen deliciosa de la que no se iba a
quejar. Entonces empezó a quitarme la sudadera, la tiró a un lado, y cogió
la camiseta, subiéndola, y la arrebujó hasta que llegar a penas a cubrir mis
pezones—. Pero sé que quiero que te quedes así, casi completamente
humano, para empezar ¿De acuerdo?
Como hizo Avi, solo tenía al descubierto mis ojos, una sombra de mis
colmillos, y lo más nítidos de mis uñas sangrantes. Pero podía mantenerlo
así si él lo deseaba.
—Como desees —dije.
Avi sonrió. Encantador. Hermosa la sonrisa del rey tenaz. A ver quién
le decía que no.
Es mío.
—Sí, señor.
Tuve que moverme hacia arriba, por el reposabrazos, para que mis
alas se desplegaran por la parte posterior del sofá, pero el cambio de forma
era como desprender una capa de ropa. Mi camiseta desapareció en el
suelo, al igual que mi sudadera. El yo humano, era también yo, pero
cuando dejé que cayera la ilusión óptica, me sentí como acurrucado en un
tipo de comodidad donde no se permitían ni ropa ni disfraces.
Avi me miró la polla con pura hambre, solo para fruncir el ceño
cuando vio la cadena alrededor de la cintura y mi taparrabos echado hacia
un lado. Entonces se acercó a tirar de mi arnés, y el simple acto, como lo
que un amo hace a su mascota para ponerlo sobre sus talones, hizo que
me palpitara la polla.
Quería una foto para ver como lucíamos, para que Avi pudiera
dibujarlo después. Él como casi humano y yo como la gárgola de la
película. Mucho más hermoso, por su puesto. Nadie me había dibujado
antes, o capturado tan perfectamente, al igual que Avi veía cosas que yo
no podía, él prestaba atención a cosas que yo daba por sentado.
Las capas que iban desde su polla a su nudo eran más agrietadas que
las mías. Le acaricié dejando que mis garras rasguñaran sus pezones,
burlándose alrededor de los surcos. Bombeándose con fuerza, usó las dos
manos, una para acariciar el eje y el otro para masajear y exprimir el nudo
palpitante. Quería que cada cresta y el bulbo se empalar en mi interior
hasta que rogara por el indulto.
—¡Ah! —Avi gimió todavía de rodillas, para mantenerse lo
suficientemente elevado como para mecerse sobre mi polla, pero ese
último empujón hizo que mi cabeza surgiera de su pliegue.
Demonios, sí.
—¡Sí! —Avi se desplomó, rugiendo con una flexión de sus alas. Sus
ansias de entrenamiento se habían visto empañadas por la vacilación de
aceptar el cambio, pero ya no era así, mi rey demonio se había reavivado.
—Puedo sentir tus crestas dentro de mí. —Avi arrastró las garras
sobre su corsé de piel.
—¿Cómo se ve?
—Gula
—Tú te atreves…
—¡Marc!
Y más alto, un poco más alto cuando nos quedamos de pie, percibí
que casi había llegado a mi altura por lo grandes que eran sus pies con
garras y por el aumento de tamaño en general.
Y su polla.
Y su nudo.
—¡Avi!
Solo le hicieron falta las dos patas traseras para agarrar a Avi y
arrojarlo hacia la parte de atrás de la cocina.
—¡Patéticos!
Cabrón.
—¿Qué?
—¡Ahora! Empuja las patas tan alto como puedas. —gritó Avi.
Obedecí sin saber que era lo que había planeado, hasta que Gula
empezó a consumir y succionar sus propias patas antes de que tuviera la
oportunidad de engullir a cualquiera de nosotros, succionándose hacia
dentro con estallido similar a una explosión.
Avi me besó, más gentil que tras la lujuria, pero todavía hambriento.
Ahora estaba más en paz con su naturaleza, entregándose más
profundamente a ella. La línea entre quien era y en quien se había
convertido se estaba difuminando, y el hambre en su mirada cuando
rompió nuestro beso parecía como si pudiera comerse el mundo.
Él podría.
Él lo haría.
—¿Justo ahora?
Si esto era más fácil de lo que habría sido como simple humano, ser
el penetrado debería ser fácil también ¿verdad? Me gustaba la idea de
hacer que Marc lloriqueara, como lo hizo después de derrotar a Lujuria y
que él siempre lo extraía de mí.
Yo también estaba ansioso por hundir mis garras de nuevo en algo,
lo que me hacía vacilar en ser el que follara, incluso si teníamos las
palabras seguras ahora. Yo quería ir a la próxima pelea, incluso la estaba
esperando. Quería la emoción, la satisfacción de burlarme o de superar
algo poderoso, como derrotar a un jefe épico en un videojuego, pero en mi
propio patio trasero, lo que básicamente ya había sucedido.
Había pasado una semana, bueno algo más de una semana desde lo
de Gula y no había signos de ningún avatar. Marc dijo que no tenía por
qué ser seguido, pero me tenía inquieto.
El sexo ayudaba.
Uh, oh.
Joder.
Este era Henry siendo Henry Olafsson, mi jefe, que por supuesto mi
padre conocía, porque la mayoría de la gente conocía a todos en esta
ciudad.
—Papá…
—Lo entiendo….¿Quién querría perder tiempo de estar con sus
amigos y hacer cosas significativas en su último año de universidad? Solo
recuerdo lo preocupado que estabas por ganar lo suficiente para pagar la
matrícula, especialmente si necesitabas clases extra en verano. Pero ahora
has estado recortando turnos para pasar tiempo con alguien nuevo que ha
entrado en tu vida.
—¿Qué?
—¿Y el suéter?
—Ya sabes, solo hay una pregunta que necesito hacer ¿Marc te hace
feliz Avriel? ¿Estás feliz de cómo van las cosas?
—Supongo que sí. Esto a veces da miedo pero… sí, estoy muy feliz.
—Eso es todo lo que quiero para ti. Deberías irte ya ¿no? —Él señaló
mi despertador, era como un árbol retorcido que sostenía la esfera del reloj
entre las ramas—. Y yo debo volver a la cama ¡Oh! ¿Le ha pasado algo a la
puerta trasera? Te lo iba a preguntar, parece nueva.
Cerré la puerta, una vez se hubo ido, para mirarme al espejo. Luego
agregué el collar de Horadrim, de Eryn y Fry, el verdadero, no un
espejismo, y lo metí bajo el suéter. Me gustaba usarlo incluso si no pegaba
con mi atuendo.
El profesor nos dejaba cada día los últimos quince minutos para
trabajar en los proyectos, ya fuera solo o con la colaboración de los
compañeros de clase, aunque Eryn y yo éramos los únicos que hacíamos
el nuestro conjuntamente. Ambos necesitábamos, aún, cumplir con la
tarea, y teníamos suficiente contenido variado para justificar dos
calificaciones separadas. Si nuestros proyectos finales fueran demasiado
similares, y no solo una tesis complementara a la otra, nos darían una
calificación y la dividirían.
Tacaños.
—¡Perfecto!
También podría haber vivido sin el olor corporal ocasional que había
en los pasillos, pero no era realmente tan diferente del azufre. A veces me
encontraba también con ese olor, sobre todo en el baño de los chicos. Era
como si fuera un día normal en casa.
Comida a domicilio.
Y compras en línea.
Las decoraciones de Halloween no eran entrañas reales de las tribus
vecinas, que eran adornos navideños en mi plano de existencia, a pesar
del pavo necesario en las vacaciones próximas.
Luz solar.
Tormentas relajantes.
Avi.
Muy inquietante.
Se veía tan bien últimamente. Siempre era así, pero su nuevo aire
confiado, la falta de su gorro y de algo grande con lo que esconderse,
ampliaba lo follable hasta el nivel veintiuno. Tuve alguna fantasía sobre
chupar la polla de Avi mientras llevaba ese amplio jersey del primer día
en que nos conocimos. Ahora me pasaba lo mismo con el suéter largo de
Eryn. Con el gorro puesto, solo para poder ver como su cuerpo se agitaba
mientras se masturbaba cuando cambiamos para follar.
—¿Renuncias?
—¿No bromeas verdad? Urra por el gran papá. Apuesto a que eso te
alivia.
—No tienes ni idea ¿Cómo pagas las clases? —preguntó con mirada
acusadora.
—¿Cómo qué? Pensé que ibas a cerrar el velo para siempre. Mantener
al demonio fuera y seguir siendo Avi, el simple mortal.
—Con que Gray Friday Sales. Nunca voy a cosas así aunque Eryn me
lo ruegue. Dile que iremos. —Avi me sorprendió al no resistirse para nada,
lo que en sí ya era una pequeña victoria, aunque no entendía porque
deseaba tanto que estuviera de acuerdo, cuando no derivaría en planes
mayores—. Necesito pensar que llevaré puesto —dijo mirando su creación
—Sea lo que sea que se te ocurra amor, vas a noquear a los lugareños
y a mi ropa interior en su mayoría. Eres un auténtico regalo para la vista. —
Yo le besé en la mejilla, y aunque su cara era sonriente como de costumbre,
me miró como si creyera en mi devoción más y más.
¿Verdad?
Gray Friday Sales era una tarea seria. Vale era una pintoresca ciudad.
Contaba con una población de más de veinte mil, pero el veinte o treinta
por ciento eran estudiantes universitarios de los campus. Esto significaba
que su empedrada calle principal tenía un cierto encanto y un aire a Nueva
Inglaterra, manteniendo las características de ciudad pequeña del medio
oeste, pero a pesar de todo, todavía podía estar opresivamente abarrotada.
—Os veis bien juntos —dijo Fry sin tener que bajar mucho la voz, ya
que el bullicio de las aceras y el derramamiento en las calles cerradas por
el evento significaba que estábamos rodeados por ruido constante.
—¿Tú crees?
Eryn estaba arrastrando a Avi hacia la tienda de al lado, una que tenía
ropa para actividades al aire libre. Mientras les seguíamos Fry se acercó a
Eryn para secuestrarla lejos de Avi, como invitándome a que yo hiciera lo
mismo. Eryn arrastró a Fry hacia un par de botas de montaña, dejando a
Avi mirando en mi búsqueda.
Encajamos ¿Verdad? Sabía que lo que Fry dijo significaba más que el
poder meter a Avi contra mi costado y posar la barbilla sobre su cabeza.
Fray y Eryn encajaban de la misma manera, una de esas parejas que
parecían que se pertenecían. No eran idénticos. Tampoco polos opuestos.
Pero se complementaban entre sí, como si la parte que le faltaba a uno se
encontrara en el otro y esto hacía un todo.
—Oooo ¡Avi mira esto! —Eryn le chilló a través de la tienda llena, que
era algo así como moverse a través de un túnel de espejos, donde la mitad
de la gente llevaba abrigos de invierno que aún no necesitaba y obligaban
a mantener una sola fila o fusionar los cuerpos para pasar desde la
estrecha entrada de la tienda a la sección de gorros que Eryn había
descubierto.
Avi pasó al lado de una madre que arrastraba a dos niños de las
manos para llegar hasta el espejo al lado de la pantalla.
—Me gusta este tanto como el otro amor, solo que con este no te
escondes.
Avi se sonrojó un poco pero giró la cabeza con una sonrisa creciente.
Eryn ya estaba arrastrando a Fry hacia el siguiente emocionante
descubrimiento cuando Avi se quitó el sombrero, pero se lo quedó con la
obvia intención de comprarlo. Yo pillé al cabrón descarado mostrando un
mechón suelto de pelo blanco de su forma demonio y se lo coloqué,
entonces se giró y sonrió como si se hubiera salido con la suya.
Y así era. Dudaba que alguien se hubiera dado cuenta. Pero creo que
se saldría con la suya con algo que no pensé que querría abandonar. En
resumen, todo. Porque no importaba lo mucho que quería abandonar
estos nuevos sentimientos, yo no quería perderlos.
Nosotros alcanzamos a Eryn y Fry en la cola de la caja. Había
encontrado una bufanda de Kilómetros de largo y la había enganchado en
el cuello de ambos, no podía imaginar donde acabaríamos la tarde.
Y no estaba solo.
Era el mismo hombre que había estado con Brent en Toadstoll aquella
vez.
— h… —Brent buscaba las palabras mientras el pánico iba en aumento,
y no iba a mentir, esto era muy satisfactorio dado el infierno que me había
hecho sentir durante los últimos tres años.
—Te conozco —dijo el hombre con el que Brent había estado en el bar
cuando parecía tan decidido a esconderse—. El hijo de Nathan, claro. Tu
ibas a la escuela de la colina con Brent ¿verdad? Siempre hablábamos de
lo orgullosos que estábamos de nuestros emprendedores —dijo dándole a
Avi un apretón fraternal en el hombro.
Eso fue todo. Eso era todo. Por eso este hombre me resultaba tan
familiar. Probablemente le había visto en la planta, en un picnic de la
compañía o algo por el estilo, pero además se parecía mucho a Brent, más
viejo, más redondo y mucho menos engreído.
—Lo sé, lo sé. Vale la pena por todo lo que ofrece ese lugar y ha donde
te puede llevar, pero ¿todavía caminas hasta allí? ¿Y estás…? —Su mirada
se desvió hacia Marc que le estrechó la mano caballerosamente como
siempre.
—Viví con mi madre antes en Iggy´s, está unos pueblos más allá.
—¿Por qué te escondías de mí en el bar? ¿Por qué trabajas en la planta
con tu padre? ¿Crees que de verdad me importa el que tengas que trabajar
como lo hice yo para…? ¡Urg! —Me apreté los puños para no morderme
el labio inferior—. Por tu estúpida imagen —gruñí—. Porque eres un
miembro de la fraternidad, y la mayoría de ellos tienen dinero, y los
padres de sus novias también vienen con pasta.
Retiré mis manos y miré hacia atrás para ver como Brent se reunía
con su padre, al principio del callejón. Me dedicó una última mirada
suplicante, aún preocupado de que desvelara su sucio y oscuro secreto,
antes de que se encajara el sombrero y hullera entre la multitud.
—Espero que aún te gusten los clásicos del terror después de esto. —
Y me alejó de la dañada barandilla rumbo al paseo del río.
Codicia.
Pude oír unas voces en el patio, y al mirar hacia atrás vi que era una
pareja que ya había notado el brillo del oro a lo largo del paseo del río,
pero no la mancha demoníaca que lo causaba.
Pero al menos eso significaba que Marc ya nos había escondido para
que la gente no pudiera ver que estábamos aquí.
—¡Joder!
Las ondas continuaron, yo asumí que solo eran visibles para nosotros,
pero eso me ayudaba a calcular la restringida zona que teníamos para
trabajar. El tentáculo de la mancha seguía tirando y subiendo por mi
pierna, convirtiéndome el pie en oro. El esperado dolor no me golpeó,
pero si tuve una sensación de frío que me atravesó e hizo que me sintiera
pesado incluso cuando Marc y yo volábamos juntos.
—¡No me lo dijiste!
Las salpicaduras eran tan doradas como todas las demás y cubrían
los ladrillos cercanos del patio.
Codicia se lanzó hacia arriba como para conseguir dos o tres pies de
altura y le cogí la mano a Marc para estrellarla contra mi hombro.
Esperaba que lo entendiera mientras yo estiraba las manos hacia fuera,
con la muñecas juntas, las palmas extendidas como un Street Figther
hadouken40, disparando hacia delante tanto fuego como pudiera.
41
Ooze. Monstruo del video juego resident evil.
Continuamos retrocediendo mientras intentaba atravesarlo. La gente
fluía ahora desde el patio, arrastrándose demasiado cerca del final del
sendero dorado, donde si tocaban la cosa equivocada que actualmente no
podían ver, serían las siguientes estatuas antes de poder detenerlo.
Esa rima fue intencionada, pero luego lo compensaría con diez ave
Marías satánicas.
Avi se arrancó el tentáculo sin importarle que esa acción hiciera que
su mano buena brillara, y lanzó una ráfaga extra de fuego infernal hacia
la masa de codicia. Estaba en las alturas, intentando evitar el siguiente
golpe de los tentáculos, ya que aumentó la producción de lo que deberían
ser las últimas de sus reservas.
42 .
Tootsie pop Es como el chupa chups.
—Lo que sea que encuentres hasta que el camino se acabe —dije—.
Hasta fuera del camino, en los contenedores del mercado.
Él sonrió, más largo que la vida misma, más grande que antes, con el
remolino de neblina naranja, que no se había disipado, a su alrededor. En
contraste, su expresión demoníaca se iluminaba con ominosas sombras. Él
también quería más, y más y más.
Y mientras se lanzaba hacia mí, supe que era lo único que podía
saciarlo.
o todavía era humano cuando Avi se lanzó por el callejón tras de mí y
me arrancó los pantalones recién re-manifestados en mi cuerpo como si
estuviera arrancado el papel a un regalo con retraso.
—Avi…
—A…Avi
Bien podría ser oro viviente, tan duro como el metal precioso, y
brillante y centelleante por la persistente esencia de codicia. Cuando
introdujo su polla con crestas dentro de mí sin la más simple
consideración que un dedo de cortesía, me alimentó con algo de la energía
de codicia, girando su brazo hacia arriba para concentrarla en su mano.
Dejó que la energía girara entre nuestras bocas para poder compartirla a
través de nuestro beso.
Lo lamí con la lengua, sintiendo la espiral de Avi alrededor de mí,
mientras la energía entraba en nosotros. Si pereza nos hizo confiarnos de
quedarnos de pie donde estábamos, lujuria nos puso más calientes y gula
nos volvió voraces, entonces codicia nos hizo querer todo más y más y
más.
—Dámelo —dijo Avi contra mi boca con empujes más fuertes, que
presionaron el nudo contra mi frunce ~sin meterlo aún~ con la presión y
estiramiento más maravilloso—. ¡Dámelo!
Él se viciaba con sus golpes, me follaba tan duro contra la pared que
mi polla se arrastraba de arriba abajo contra la armadura de su estómago.
La fricción de diferentes texturas era casi tan buena como estar en su
interior o moler nuestras pollas juntas.
Solo casi, porque joder, no podría haber escapado de las garras de Avi
aunque hubiera querido, o del ardor de su toque, o del poder que ejercía
sobre mí.
Destino.
¡Más! Podía sentir el nudo de Avi a punto de abrirme y todo esto era
necesario para que, finalmente, pudiera penetrarme plenamente, era el
último obstáculo en el camino y…
Grité cuando mi tierna entrada ~que solo podía imaginar cuál sería su
estado~ fue ablandada aún más por algo así, como una lengua seca,
rozando sus preciados bordes.
La cola de Avi, más gruesa que la mía y más rugosa, pero todavía con
una punta plana, estaba azotando de aquí para allá alrededor del tramo
de mi agujero como si pudiera unirse al nudo. Me partiría literalmente si
lo hiciera, pero los giros, las vueltas y el peligro de que ocurriera de todos
modos, me hacían gemir tan fuerte que sabía que alguien en la calle debía
haberme oído ya. Yo era un muñeco de trapo a su merced, con cada
empuje y otro y otro más.
—Te amo.
¿Yo…?
Las garras de Avi que estaban sobre mis caderas me abrasaron con
una ráfaga de fuego infernal más abrasador del que podía manejar y jadee.
No parecía. Él no parecía darse cuenta mientras conducía el nudo más
profundo, y haciendo que la plenitud en mí creciera cuando acarició mi
polla con su cola.
Y otro quemazón.
–A… Avi.
—Pa…para, es demasiado.
—Avi para.
—¡Avriel para!
Yo jodidamente lo amaba.
—¿Estás bien? —le pregunté mientras sostenía su cara con mis garras,
aun follándole contra la pared.
Si no amara al cabrón.
Me imaginé que tendría dos salidas: Seguir con el plan e irme cuando
ambos llegáramos a nuestro pináculo o postrarme ante el rey Avi y
prometerle mi eterna lealtad ante cualquier remodelación que tenía
pensada para el infierno y el mundo.
Habían pasado varios días desde el día de las ventas grises, cuando
codicia casi arrasa a los compradores navideños. Era el miércoles antes de
Acción de Gracias para ser más exactos, y nadie estaba prestando mucha
atención en las clases. Si Avi y yo habíamos estado follando de forma
regular antes, ahora triplicamos la frecuencia, por lo general con él
conduciendo el nudo en mi interior y convirtiendo mis sueños, de
demonio de la lujuria, en realidad.
No fue Eryn la que esta vez hizo, que mi mente regresara al presente
con una exclamación en las clases de coaching, si no el tipo que se sentaba
tras nosotros. Juro que ese era el tercer lápiz que rompía en poco tiempo.
—Has sido una buena influencia para él. Ahora es más seguro, más
extrovertido, pero también, al menos en los últimos días ¿Un poco más
rudo? ¿Con una lengua afilada y algo engreído?
Solo que Avi también hablaba más sobre que tal vez él intentaría
cambiar el mundo con su nuevo poder real, dependiendo de lo que la
queridísima momia quisiera cuando todo esto terminara y sobre que
podrían construir algo hermoso, juntos. Podríamos construir algo
hermoso.
Vamos a saltarnos ética. ¿Nos vemos en ese gran roble detrás de los
dormitorios de los seniors?
Yo le contesté:
—Mi madre llamó ayer —continuó Fry, diciendo más palabras de las
que había usado nunca de una tacada—. Todavía no se lo he dicho a Eryn,
creí que todo pasaría, que sería una pelea más. Pero mamá lo echo de casa
y acabo de saber por qué. Ella lo pilló liándose con su secretaria como en
una película de los cincuenta o algo así.
Estaba seguro de que eso era algo que pasaba muchos también en los
tiempos modernos pero no lo dije.
No hay razón para que no podamos tener una acción de gracias normal
solos tú, tu hermana y yo.
—No conoces los detalles ¿no? —continué—. Podrían ser muchas las
razones por las que sucedió. La gente comete errores. El amor se acaba.
Que nunca amara como creía que debería amarla…
Fry gruñó.
Llegó esa sacudida otra vez, pero, ¿una buena? ¿Podría una sacudida
en las entrañas sentirse bien? ¿Estaba Jiminy Cricket todavía pateando ahí
abajo a pesar de mis esfuerzos por ahogar al desgraciado?
Mierda.
Y el tipo tropezó.
Y la camisa se desgarró.
Lo que significaba que ya sabía cuál era el siguiente avatar por lo que
ni si quiera miré a Fry antes de salir corriendo.
Ira.
Hablando de estúpidos.
El árbol también fue el primer tema del dibujo que hice para Brent.
—Lo sé. —Él se echó para atrás pero seguía buscando en su mochila—
. Estoy intentando compensarlo.
—¡No necesito que me paguen! —Lo empujé, como había hecho con
el novato, y se golpeó con la puerta trasera de la camioneta de alguien que
siseó por el dolor que yo consideré era justificable. El trozo de papel que
había estado sacando de la mochila se rasgó, quedándose en la mano, con
la mitad del mismo.
—El poster que me hiciste darte. Que intentaste conseguir gratis. Otra
vez.
—¡Te lo he pagado!
—¡Avi!
Yo podía verlo; ~Lo bien que se vería con su cara ensangrentada y rota~.
—¡Avi detente!
Entonces levanté el puño hacia atrás solo para que mi giro fuera
atrapado, con el calor del fuego infernal, por la palma de Marc.
—¿ ué crees que estás haciendo? —Empujé a Avi lejos de Brent,
sacudiendo mi mano que picaba y chisporroteaba, pero era mejor que
Brent perdiendo media cara y muriendo por el shock.
Hambriento de ella.
—No estoy de parte de nadie —dije en voz más baja—, pero no quiero
hacer daño a un frágil humano.
—Puede que sí. —Sus ojos brillaron con más intensidad; las pupilas
se le entrecerraron.
—Avriel —dije con determinación, y por suerte los ojos de Avriel se
volvieron normales y se sobresaltó como debía—. No. No tienes.
—¡Pero qué...!
—¿Ira?
—¿Es Brent?
¡Mierda!
—¡Ayuda!
Avi saltó hacia arriba, temí que desplegara sus alas, compañeros
detrás de nosotros para ser testigos malditos, pero aterrizó encima de un
vehículo todavía humano.
—¡Allí! —Señaló el siguiente coche y saltó de uno a otro para darle
caza.
Mientras los miembros a los que no podía ver los cuerpos arrastraban
a Brent por debajo de otro vehículo, Avi estaba justo encima y esperó justo
cuando arrastraban a Brent hacia el siguiente para dejarse caer en la
refriega. Aterrizó en uno de los brazos de la cosa viciosa, y se desvaneció
en una nube de humo.
—¿Qué coño son esas cosas? —preguntó Fry con un pánico tan
frenético como el de Eryn, aunque posiblemente menos que el de Brent,
que tenía la mirada perdida, como si fuera a contarle alguna variación de
esto a un terapeuta durante los próximos cuarenta años.
—Confía en nosotros.
—Probablemente no —dije.
Joder.
—Para superar.
—Para ascender.
—Para traicionar.
Varios gremlins cayeron sobre mí, siempre más, sin importar cuántos
se desintegraran. Arañaban y mordían, como una muerte literal de mil
cortes, pero cualquier zarpazo que daba volvía a demostrar que no eran la
Ira que necesitábamos, convirtiéndose en nada más que humo.
—¡Mentiroso!
—¡Mentiroso!
—¡Mentiroso!
—¡Avi!
—Amor...
—¡Dímelo!
Estaba herido, sanando, pero más lento por la mala suerte de Ira, no
era rival para Avi en mi mejor día, y definitivamente no ahora. Aun así,
dije:
—Avi, encontré esa primer desgarro por accidente, pura suerte, como
te dije. El destino.
—¡Mentiste!
—Yo...
—Me mentiste. —Avi ahogó mi respuesta, cualquier excusa que
pudiera haber divagado—. Me mentiste. Mentiste y me robaste. —Sus ojos
brillaban con mucho más que luz. Eran prismas de diferentes tonos de
verde azulado y azul y blanco y negro, y su quinto cuerno creció hasta
convertirse en una aleta brutalmente afilada, todo él más afilado, más
grande, más amenazador—. Puedo verlo. Puedo ver su energía en ti. Sus
colores combinándose y dándote el poder que debería haber sido mío. Tú
me lo robaste. Mentiste y me robaste. Mentiste y robaste... así que te lo
devuelvo todo.
Todavía.
—Envidia —dijo, como si hubiera leído la epifanía de mi mente—.
Por supuesto. Siempre me negaron lo que quería, lo que me había ganado.
Pero sigo queriendo. Quiero. Y tú también te aprovechaste de eso. —Me
agarró por un lado del cuello, inclinando mi cabeza para que le mirara.
Me sentí tan pequeño en el suelo, con algún vehículo desconocido a mis
espaldas, con Avi agachado sobre mí. Debía de ser más pequeño, los
rasgos empequeñecidos, las garras apenas unos leves pinchazos. Incluso
mis dientes, cuando pasé la lengua por ellos, apenas parecían
puntiagudos.
—No. —Me agarró la cara con más fuerza y sentí cómo aumentaba el
calor de su mano—. Sin remordimientos. Sin piedad. No la mereces. Por
eso te dejaré vivir. Débil y patético como creías que podías abandonarme.
Estaba vibrando, tan lleno de poder que me sentía invisible. Esto era
lo que debía ser. Esto era lo que se suponía que debía sentir. Yo era un rey.
Yo era el destinatario de la energía de los avatares. Nunca estuvo
destinada a ser dada, a ser robada, a ser... compartida, como algo que
podríamos haber tenido juntos. Podríamos haber gobernado juntos.
Volví a golpearlo.
Y otra vez.
Y otra vez.
—¿Qué?
Pero nada de esto era normal, ver los ojos de mi padre rasgados, de
un verde ardiente, sus garras enormes, con cuernos más grandes que los
míos, aunque sólo cuatro, faltando el quinto que me había crecido como
una aleta de tiburón. Dos salían de su frente, arqueándose hacia arriba y
hacia fuera, los otros más atrás y enroscándose más arriba. Sus alas eran
casi idénticas a las mías, espolonadas y parecidas a las de un murciélago,
salvo por el color y porque también tenía cuatro, el par inferior
ligeramente más pequeño que la masa de las superiores.
El mayor cambio, al menos en comparación conmigo, era que sus pies
no habían crecido hasta convertirse en garras de rapaz, sino que habían
desaparecido por completo, mientras se elevaba el doble de la altura de
mi demonio sobre una cola parecida a la de una serpiente.
—Eres... eres...
—Entonces mamá...
—¿Los dos? —cuestionó papá, y luego exigió sin pausa—: ¿Qué hizo
Marc?
—Le dejé con vida —adiviné lo que había querido preguntar—. Cada
vez tomaba más energía de los avatares, así que se la quité toda. Tú
también sabías de ellos. —Todo aquello me pareció una bofetada, una
farsa, que mi padre hubiera sabido los horrores por los que estaba
pasando, aunque hubiera llegado a disfrutar de algunos de ellos—. Sabías
todo a lo que me enfrentaba.
—Los avatares no eran algo que yo pudiera evitar, pero creía que tú
podías manejarlos. Seguía estando siempre alerta, en sintonía contigo si te
encontrabas en un peligro que no podías superar. Pero al final siempre
ibas a ser más fuerte que yo, y Marc te enseñó bien, aunque sus objetivos
no fueran los que esperabas.
Lo que yo esperaba también era una vida sencilla, pero feliz, con mi
arte, mis amigos y alguien que me quisiera, sin sentirme como una mota
en el universo que no importaba. Marc me había dado eso, me había hecho
sentir más grande que yo mismo, especial, mucho más que cualquier
poder o cambio en mi aspecto.
Lloré en sus brazos como no lo había hecho desde que tenía cinco
años. Quería borrar del planeta a todos los que eran como Brent.
—Sigo enfadado.
—Puedes estar loco —dijo—. Con lo viejo que soy, no siempre tomo
las decisiones correctas. Pero tenerte a ti y elegir a tu madre, aunque la
perdiera, no es algo de lo que me arrepentiría jamás.
Una vez dentro, dejé que las ilusiones se desvanecieran. Sin duda, era
más pequeño. Habiendo perdido la energía de los avatares y la mayor
parte de la mía propia, era como el demonling en el que Avi se había
manifestado por primera vez, con alas y cuernos más pequeños y pies
humanos.
Era de Eryn.
¿Qué está pasando? ¿Estáis bien? ¿Se acabó? ¿Qué eran esas cosas? Brent
no nos dirá nada.
Buen chico, Brenty. Nada de contar esas alucinaciones que has tenido,
¿eh?
Pronto sabría qué haría de este mundo y qué destino tendría pensado
para mí más adelante, pero por ahora lo único que conseguía era cerrar
los ojos y maldecir que incluso allí viera la cara de Avi.
n parpadeo molesto me irritó y estiré la mano para ignorarlo.
El golpe tiró el móvil al suelo, pero aterrizó boca arriba, aún más
brillante porque mi dedo había rozado la pantalla para despertarlo del
modo de reposo. La luz era intensa porque el resto de la habitación estaba
más oscuro. La tormenta de nieve había empeorado, o simplemente era de
noche, y no había encendido ninguna luz al llegar a casa.
Pero lo había jodido todo, y él no sería Avi por mucho más tiempo.
Mis garras apenas puntiagudas parecían uñas prensadas para una fiesta
de Halloween, mientras estiraba la mano sobre la cama para coger mi
móvil parpadeante. Había más mensajes de Eryn, en los que reiteraba sus
preocupaciones de hacía unas horas, pero ahora incluía lo preocupada que
estaba porque Avi tampoco contestaba a los mensajes.
¿Dónde te alojas?
—Estoy bastante seguro de que una fuerte brisa podría volarme ahora
mismo. —Levanté las manos de buena fe—. Y lo hizo un par de veces en
el camino. No soy una amenaza para ti.
—S…s...
—Te recordaría que me llames Nathan, pero creo que esa invitación
ya no está abierta.
—Déjame adivinar: ¿la capilla del campus, donde tu padre saltó por
primera vez?
—No parece algo sobre lo que merezca la pena mentir —dijo Nathan.
—Por favor. Estoy demasiado débil para hacer mucho más. Déjame
ayudar.
—Sí quería. Pero... no lo hice. —Avi cerró los ojos y parecían húmedos
cuando los abrió—. Ya no sé lo que quiero, pero sé que no puedo confiar
en ti. —Su mirada se afiló, el rojo y la humedad se desvanecieron con su
mirada que hablaba de la profundidad con la que le había herido—. No te
perdono.
Se unió a Nathan, pero cuando éste abrió la puerta, Avi esperó a que
yo también me uniera a ellos. Eso era algo, aunque quizá sólo porque volar
conmigo para velarnos era más inteligente que coger un camión.
Como yo.
Es curioso lo claros que son los deseos de uno cuando desaparecen
todas las opciones.
La capilla estaba vacía, era tarde, pero la puerta estaba abierta, nunca
cerrada. Una vez dentro, la cerramos con llave para evitar que algún
transeúnte se tropezara con el espectáculo de terror que se avecinaba.
Esperaba que Avi me empujara primero, pero no lo hizo.
Lo único que yo conocía del cielo era la figura menuda del futuro rey,
que no me miraba.
—Su opinión es que quiere que yo sea feliz antes de querer algo para
él. —Avi giró la cabeza por encima del hombro, pero siguió sin mirarme—
. Ya sabes, como se supone que debe ser cuando quieres a alguien.
Sacudió la cabeza.
—Sí, pero no cuando era lo único que era, y a mis amos no les habría
importado que me sustituyeran por otro.
Por fin, Avi miró. Se giró hacia mí y me miró, primero con el ceño
fruncido, confuso, y luego con horror.
—¿Qué es eso?
Solté la mano, deseando saber una vez más cómo era tocarlo y
saborearlo, con o sin compartir sangre, semen y desenfreno.
—¡ arc!
Infierno que pude ver por primera vez cuando Orgullo cruzó.
Era ambas cosas, y yo no sabía qué creía más ni qué quería. Pero Marc
estaba junto a una de esas fisuras, iluminado por la luz violeta que
proyectaba sobre su forma caída y agitada.
Tuve que hacerme a un lado para ver más allá de Orgullo, y mis ojos
se dirigieron primero a Marc, que luchaba por curar el agujero de su
pecho. Pero entonces lo vi, lo vi a él, más allá de la gran extensión en las
profundidades del Infierno, más allá de legión tras legión de demonios
angelicales similares pero más pequeños que Orgullo y más parecidos al
horror eldritch44 con muchos ojos y proporciones inquietantemente
alienígenas. Su mascarón de proa, su príncipe, era casi idéntico a su avatar,
pero su larga cabellera era tan dorada como su armadura y tenía cuatro
alas, como mi padre.
Me lancé hacia delante, pero un ala violeta me lanzó una gran ráfaga,
haciéndome retroceder.
44 Eldritch Horror es un juego de mesa con una temática de terror que no te dejará indiferente. ¡Se acerca el fin del mundo!
Estaba casi en mi cúspide, y donde faltaba la energía de Orgullo para
completarme, yo tenía el exceso que le había robado a Marc, del núcleo de
su espíritu demoníaco.
—¡Marc! —Aleteé hacia arriba, pero Orgullo golpeó ambas alas con
una expulsión parecida a un vendaval para hacerme retroceder, donde me
golpeé contra los tubos del órgano y aterricé en un banco.
—¡Tu diablillo no tiene por qué perecer, Avriel! Al matar a los otros
avatares, has debilitado a sus patrones. Así es como puedes apoderarte de
nuestro reino, porque los que se opondrían a ti ya no son rivales para tu
poder. —Permaneció tan insufriblemente despreocupado mientras yo
apartaba de una patada el banco en el que me había caído y me reunía con
mi padre para cuadrarme frente a él—. Podrás derrotar a mi avatar, pero
mi ejército devorará a tu amante mucho antes de que puedas salvarlo.
Abrí la boca solo para que Orgullo retumbara con más fuerza.
—¿En serio? —Me reí—. ¿Para que puedas apoderarte del Infierno en
su lugar?
—Para poder servirte. —Orgullo se inclinó, y pude ver a Lucifer
hacer lo mismo en la distancia—. En lugar de debilitarme como mis
hermanos.
Un trato del diablo, como todo en mi vida ahora. Hace una hora, ni
siquiera habría considerado salvar a Marc de cualquier destino en el que
se hubiera metido, pero ahora... quería creerle. Sus disculpas, sus
promesas, aunque fueran más mentiras. Apenas podía verlo,
arrastrándose hacia el portal, mientras el ejército detrás de él avanzaba con
la mira puesta en él, en él, en vez de en mí.
Era extraño ver algo tan monstruoso en su lugar, algo que yo podría
haber dibujado, que me habría parecido genial y fascinante y hermoso si
no hubiera habido tanta pena relacionada con los descubrimientos de hoy,
y tanta incertidumbre sobre en qué yo quería convertirme.
Como él.
Y Marc.
No ocurrió nada.
—¡Avriel!
Al oír el grito de papá, miré hacia abajo y vi una línea violeta de fuego
infernal que provenía de un golpe de la espada de Orgullo, pero ya era
demasiado tarde para esquivarla.
Me reí.
—Estaba distraído.
—Error de novato.
Agité las alas con todas mis fuerzas y sentí que Marc añadía la
propulsión de las suyas y, finalmente, conseguimos atravesarlo, lo
suficiente como para que lo que fuera que estaba ocurriendo al cerrarse el
portal del Infierno no pudiera atraparnos.
—¡Avriel!
Marc era tan hermoso para mí. Cualquier versión de él, encogida o
potenciada, pero sobre todo así, con el aspecto que tenía cuando apareció
por primera vez de entre las sombras en mi cumpleaños y me asustó tanto
que casi había puesto fin a todo esto antes de que empezara. Incluso
entonces, me pareció hermoso: el pelo rojo recogido como la llama de una
vela, los ojos igualmente rojos brillando dentro de un rostro morado
oscuro y la insinuación de colmillos en su sonrisa. Me encantaban sus alas,
sus garras, sus marcas, incluso las que yo le había provocado y que, de
algún modo, no le habían hecho apartarse de mí. Amaba a Marc. Porque
él creía en mí.
—Puede que aún sea delgado donde tú… —pero antes de que
pudiera terminar lo que quería decir, se oyó un chasquido horrible e
injusto y el velo se cerró.
No había querido decir eso. Eso no era lo que había querido decir
cuando le rogué que no me hiciera elegir. Papá estaba a salvo. En casa.
Habían pasado siete días, una semana entera desde aquella noche, y
exactamente cuatro semanas desde mi cumpleaños. Para alguien que
nunca había tenido novio antes de Marc, seguro que había acumulado
amor y pérdida en tan pocos días.
No sabía que perder algo que apenas había tenido tiempo de apreciar
podía doler tanto.
—No lo sé. Creo que no. No nunca, pero quizá no durante... décadas,
siglos, más tiempo. Lo siento mucho, Avriel. —Me envolvió con más
fuerza y yo quise que me asfixiara, no sentir ni ver ni experimentar nada
mientras la culpa y la pena me bañaban.
—Lo hicimos. Pero creo que podría haber estado bien si se hubiera
quedado. —Entonces también lloré y dejaron de preguntarme detalles.
Ayer, les hablé de mi madre. Que había muerto al dar a luz y que por
eso odiaba mi cumpleaños, no porque se hubiera enrollado con un
demonio y yo fuera el Anticristo fracasado. Nunca preguntaron qué tenía
que ver con Marc, solo ofrecieron sus condolencias. Sabía que Eryn
probablemente había intentado ponerse en contacto con Marc, pero su
teléfono probablemente estaba en el infierno con él. Dudaba que tuviera
cobertura allí. Cuando intenté llamar una vez, me saltó un mensaje de
error de la operadora.
Ahora que había pasado una semana y todo estaba un poco
entumecido, me alegré de que Eryn y Fry no me preguntaran mucho, sólo
intentaron charlar como de costumbre y preguntarme si quería que nos
juntáramos para una maratón de videojuegos este fin de semana. Eran
buenos amigos. Los mejores. Marc también lo había aprendido.
Quería ser una estadística, como Eryn y Fry estaban destinados a ser.
Cerré los ojos para evitar que cayeran nuevas lágrimas y saqué de la
camisa el collar de Horadrim, restaurado, limpio y con una cadena nueva.
No quería pensar tan negativamente, pero no había forma de saber si Marc
estaba vivo. Cuando levanté la vista, vi a Brent de pie en una de las
entradas de los Comunes, despidiéndose de su novia con un dulce beso.
Probablemente también sería una estadística.
Me vio cuando ella se marchó. Había vuelto a evitarme, pero esta vez
empezó a acercarse. Cubrí mi nuevo boceto de Marc, pero no lo
suficientemente rápido antes de que Brent lo viera.
—Me parece justo. —Brent se rio entre dientes. No lo había dicho con
verdadera malicia—. Dentro de unos meses, nada de lo que fuimos va a
importar de todos modos.
—Supongo que tienes razón. —No fue un ~te perdono~, pero no creí
que fuera eso lo que buscaba Brent.
—No lo sé. —Luego añadió—: Sin embargo, fue muy sexy cuando tu
novio se metió debajo de la mesa en el Toadstool. Mortificante, pero
caliente.
—Hace tiempo que no le veo. ¿Va todo bien? ¿O es que ha hecho algo
que le ha puesto sobre hielo delgado contigo?
Si no les había contado la verdad a Eryn y Fry, aunque Brent fuera la
única persona que había visto mi verdadero yo, no iba a decírselo. Abrí la
boca para dar las mismas excusas que había dado a mis amigos, sólo para
que las palabras de Brent resonaran en mi mente.
¿El velo? ¿Pero dónde yo qué? Delgado donde yo... donde yo...
—¿Eh?
— vriel, incluso si tienes razón en que esto era lo que Marc quería
decir...
Papá había estado en casa, despierto, sin turno hasta más tarde,
cuando fui a buscarlo para pedirle ayuda. No sabía qué esperar, pero no
quería hacerlo solo. No sabía exactamente por dónde había pasado Marc
a través, pero recordaba el lugar donde mis alas y cuernos habían
estallado fuera de mí, y había destrozado mi camisa de trabajo.
Marc.
Le besé.
—Si quieres traer algo aquí, amor, siéntete libre —dijo Marc, como si
continuara una conversación normal, no en medio del coito—.
Suponiendo que a papá no le importe, claro.
Esperaba que Marc agitara las caderas con un contraste más duro que
el diálogo fácil, pero mantuvo su deslizamiento adentro y afuera de mí
agonizantemente lento.
—Tal vez...
La polla humana que había sacado de mí por última vez era rugosa
cuando se deslizó de nuevo, puntuada por cada... y cada... palabra.
—M-Marc...
Eso no ayudaba.
Le di un fuerte codazo. Incluso allí, podía sentir sus crestas, los surcos
que componían su cuerpo de demonio, formados sobre sus contornos
humanos, con la piel de bronce oscuro ahora de un púrpura grisáceo.
Notaría mis manos, así que, fuera del confinamiento entre nuestros
cuerpos, deslicé el espiral de mi cola. La mía era más gruesa que la de
Marc, pero aún podía enroscarse. Tan fuerte como la más robusta de mis
armaduras, la parte superior de mi cola estaba ondulada con escamas,
pero el interior tenía la suavidad suficiente para que pudiera enrollar el
extremo más fino y tierno que se desvanecía de negro a verde azulado
justo debajo de mi nudo y…
—Marc...
—Jugaré bien. Pero vamos a jugar con nuestras colas de manera
diferente, ¿sí?
—¿Sí?
Joder, sí.
Me encantó.
Tomándolo una vez más en mis manos, rodeé el agujero de Avi con
la punta de mi cola, mientras le instaba a que usara la suya conmigo.
—Quiero ese nudo, amor, justo como tú quieres mis crestas. Prepara
el camino para el segundo asalto. Ábreme mientras te follo.
La cola de Avi, como gran parte de su cuerpo, era más dura y gruesa
y, en general, más impresionante a medida que crecía en poder. Sabía que
podía penetrar profundamente y me rendí a su presión cuando me
atravesó.
—Te gustará. —Avi arqueó el cuello, con cuidado con sus cuernos, y
juntó su boca a la mía.
¡Sí!
—¡Oh, joder... oh, sí! —El eco de sus gemidos era justo como
destrozado.
—¡Ohhhhhh...!
—Oh, justo... como que quiero quedarme más tiempo en casa hasta
que termine el oído escolar. Pasar tiempo con papá, conocerlo de verdad,
enseñarle mi nuevo yo, creo que es importante.
Casi me detuvo cuando llegué casi al final del bloc de dibujo, pero eso
me animó a seguir buscando, porque había llegado a las páginas en
blanco, así que ¿por qué detenerme ahora? Oculto al fondo, en la última
página, había otro dibujo mío, éste completamente humano.
—Puede que también necesite una copia —le dije, cuando apartó la
mirada como avergonzado.
—Mientras tanto, creo que voy a poner estas dos en el techo. —Cogí
las láminas.
—¿Techo?
Clases y una vida normal que nunca soñé que amaría tanto como
amaba al endemoniado que tenía encima. Amado, porque lo amaba, y no
había vuelta atrás, y no querría hacerlo si pudiera.
athan, o mejor dicho, Leviatán, no, Nathan, ya que había elegido ser así,
nos esperaba a Avi y a mí con el desayuno listo. Pensar en él como sólo
Nathan Dermot hacía más fácil no mearme en los pantalones en su
presencia.
Le besé el dorso.
Y después.
Y después.
s dije que llegaríamos a lo bueno, porque así fue como yo, el más
poderoso de todos los cambiones, fallido Anticristo e hijo del
archidemonio Leviatán que no dio el pistoletazo de salida al Apocalipsis, me
enamoré de un diablillo.
así fue como yo, mis amores, el más bello e inteligente de todos los
demonios de la lujuria, diablillo o no, dejé que el hijo del archidemonio
me amara y me enamoré también de él.
AMOR POSESIVO