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hacia una propuesta de periodización tridimensional

Author(s): josé alfredo flores


Source: Boletín de Antropología Americana , enero - diciembre 2008, No. 44 (enero -
diciembre 2008), pp. 69-116
Published by: Pan American Institute of Geography and History

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/41426472

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josé alfredo flores*

hacia una propuesta de


periodización tridimensional

La ausencia de una autorreflexión, unida a lo que considerò es una


tradición defectuosa de epistemología , ha servido de catalizador a
todo este proceso de construcción de una vision dislocada y
distorsionante de lo que somos y queremos ser.
Gustavo Martín F.
Gente de la Canoa , "Prólogo"

Introducción

La periodización histórica ha representado un problema importante para la ar


queología marxista, pues no se contaba con las propuestas de periodización con el
nivel suficiente de coherencia, generalidad y capacidad explicativa que se necesi-
taba para enfrentar los problemas que se presentaron en el estudio de los proceso
sociales del continente americano anteriores al siglo XVI. Es decir, no existía
formalizaciones claras y explícitas que fueran congruentes con las categorías cen-
trales del materialismo histórico sobre las características y los procesos de cambi
en las sociedades primitivas y las primeras sociedades clasistas, sólo aproxima
ciones sin coherencia lógica interna ni datos empíricos suficientes de sociedades

* Posgrado en Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México, correo electrónic


pritinama2006@yahoo.com.mx
** Un agradecimiento especial a los doctores Luis Felipe Bate, Guillermo Acosta Ochoa y Carl
Lazcano Arce, por el esfuerzo de revisión y crítica de los borradores del trabajo de tesis, del qu
se desprende este artículo, así como por sus logradas aportaciones para mejorarlo.

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particulares, como es el caso del "modo de producción asiático" ( Cf. B


Gándara 1986).
Las propuestas existentes se caracterizaban por la heterogeneidad t
terminológica de sus contenidos, dado que para la caracterización de las d
épocas o periodos definidos utilizaban criterios distintos para cada uno d
que no hacía évaluables las diferencias, ni los procesos de desarrollo i
en el paso de un periodo histórico a otro. Por eso se hizo necesario ela
propuesta de periodización que resolviera el problema en cuestión, f
gruente con las categorías centrales del materialismo histórico y se deri
(Bate 1989, 1998b).
Se establecieron los criterios básicos que satisficieran la homogenei
saria para evaluar las diferencias y los procesos de desarrollo implicados
uno de los periodos históricos propuestos, en virtud de la jerarquía
asigna la teoría para explicar los procesos socio-históricos. Estos son:

1. Relaciones fundamentales de producción y,


2. Relaciones de propiedad.

Los criterios fundamentales de periodización responden a los elemento


titutivos de la categoría de modo de producción. Sin embargo, también se
en consideración los contenidos de la totalidad social, formalizados en las
rías de modo de reproducción y las superestructuras, contenidos en la ca
formación social. Se realizaron las formalizaciones teóricas que se de
como formaciones sociales de cazadores recolectores pretribales, for
tribales y formaciones clasistas iniciales (Bate 1984a, 1986, 1989; Sa
1992, 1997; Vargas 1987, 1990).
Además, la arqueología marxista, en congruencia con la categoría de so
concreta, sostiene la posibilidad de desarrollar una propuesta de per
tridimensional; es decir, que no sólo considere la categoría de formac
sino que también involucre los cambios que se dan en los distintos proce
plicados en las categorías de modo de vida y cultura. Sin embargo, e
tarea que se encuentra en pleno proceso de formalización y en la que se
borado algunas propuestas particulares (Cf. Vargas 1985 y 1989; Bate
loz Maggiolo y Vega 1987), pero que, en realidad, poco han avanzado.
Este trabajo, alternativamente, pretende elaborar una hipótesis ge
permita dar cuenta de la periodización de los diversos procesos social
tres dimensiones formalizadas en las categorías de formación social,
vida y cultura; que constituyen el objetivo central de investigación d
disciplina, a manera de una tabla básica de periodización tridimensional q
presentamos.

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIOD1ZACIÓN... 71

La periodización tridimensional
La antropología y la historia, desde sus comienzos, han intentado for
versas propuestas de "clasificación" de las sociedades humanas, así com
cer los criterios relevantes de periodización. Empero, el pro
periodización está estrechamente relacionado con los presupuestos on
una teoría sustantiva, con lo que si el objetivo cognitivo que ha pred
arqueología tradicional es la descripción, tenemos que, por necesidad,
tamos solamente a propuestas de periodización meramente descriptiv
Esto es, en la arqueología tradicional se han priorizado las diferenc
les y/o estilísticas de productos de cerámica y lítica, principalmente
renciación de las diferentes fases de desarrollo de determinado sitio
presupuestos meramente reduccionistas como la calidad técnica y/o e
ningún interés real por los procesos socio-históricos ni sus pautas
desarrollo. Todo ello consecuencia del predominio del particulari
desde las primeras décadas del siglo XX en la investigación arqueológ
se caracteriza por un escaso desarrollo de la teoría antropol
1979:219, en Acosta Ochoa 2000:39); el cual, sin embargo, tantos e
hoy día continúan reproduciendo.
Por lo que aún cuando algunas de ellas proporcionaban importa
cias, recursos y/o instrumentos de inferencia para acceder a los pro
involucrados en su configuración cultural y a distintos niveles de desa
lógico y social, sus autores jamás llegaban más allá que la mera en
atributos formales,1 en detrimento de la necesidad de distinguir teó
contenidos esenciales estructurales que atribuyen y/o reconocen a ta
periodos.
Desafortunadamente esta tradición no se limitó a los proponentes del particula-
rismo histórico. Hasta recientemente la mayoría de los distintos investigadores que
se dicen adscritos o afines a otras posiciones teóricas han reproducido de manera
casi idéntica tales supuestos. Por ejemplo, la Ecología Cultural, en su versión San-
ders y Price, aún cuando reconoce la necesidad de formalizar periodizaciones con
presupuestos nomotéticos, es decir, bajo la formulación de leyes generales para la
explicación del desarrollo social, en su trabajo de investigación de Mesoamérica y,
particularmente, de la Cuenca de México, se limitaron a un ajuste cronológico res-
pecto a la sucesión de las formas culturales con "novedosas" etiquetas como: hori-
zonte temprano, primer intermedio, horizonte medio, segundo intermedio, horizonte
tardío, fase uno, fase dos, fase uno-A, fase uno-B, etc.; según el supuesto de que
hay una mejor correlación con los niveles de desarrollo cultural propuestos por

1 Para mayor detalle, véase Acosta (2000:39-43) y Flores (2007: 35-38).

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Service, pero que en realidad muy poco se distingue de las periodizaciones


das hasta entonces ( Cf. Acosta Ochoa 2000:300-303).
Sin embargo, en oposición a tales posiciones, la arqueología marxista se
resa mediante una estrategia nomotética derivada de fundamentos ontológ
epistemológicos materialistas, en configurar una propuesta teòrica congru
permita explicar los procesos de cambio social a gran escala, tratando d
brir y formalizar los contenidos y leyes que rigen la dinámica interna de
cesos implicados, mediante un cuerpo teórico coherente y articulado
mecanismos causales de procesos de desarrollo, transformación y cont
social y cultural ( op . cit.: 52).
Al respecto, y en oposición a la visión tradicional que predomina sobre
queología marxista de que promueve únicamente una supuesta concepció
neal del desarrollo histórico, ésta posición teórica reconoce vías particu
desarrollo al interior de una formación socioeconómica dada, enmarcad
categorías de Modo de vida y Cultura. También reconoce que estas líneas d
de desarrollo obedecen a las regularidades generales que rigen la historia, m
que están formalizadas en la categoría de Formación Social, y que sólo
como determinaciones comunes a los diversos procesos concreto
1998b:81).
Por lo que si bien reconoce una cierta unilinealidad en el proceso de desarrollo
histórico, particularmente en relación con el paso de una formación social a otra,
sostiene que ésta se mueve más en los albores de la posibilidad que en los de la
necesidad. Sobre todo argumenta que tal unilinealidad, no se refiere a las vías
particulares de desarrollo ni a la presentación de las formas culturales que caracte-
rizan a lo largo de su desarrollo histórico las sociedades concretas, sino a sus con-
tenidos esenciales generales, que constituyen calidades y magnitudes diferentes,
correspondientes a distintas formaciones socioeconómicas. Particularmente para
aquellas sociedades que acceden, por causas prístinas, a tales magnitudes y cali-
dades, que se corresponden con un nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y
el sistema de relaciones de producción expresados en la categoría de Modo de
Producción, que como instancia fundamental determina los contenidos esenciales
generales de la teoría incorporados en la categoría de Formación social y una
multilinealidad en cuanto a las formas particulares y singulares incorporadas a las
categorías de modos de vida y cultura, respectivamente. Pues:

...la multilinealidad no puede evidenciarse mediante la comparación de una magni-


tud. Sólo podría demostrarse a través de la comparación de calidades y, para ello,
éstas deben ser explícitamente definidas desde la teoría, observando el criterio de
homogeneidad. De otro modo, la posición teórica será incompetente para sustentar
su afirmación de la existencia de la multilinealidad en la historia... [Además] Hay
que tener presente que, bajo esta concepción, los cambios cualitativos de una forma-

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ción social a otra ocurren corno procesos revolucionarios en los cuales


la gradualidad evolutiva del desarrollo histórico, generándose periodos
que adquieren también calidades particulares ( op . cit.: 82-83).

Donde se pretende reconocer en las formaciones socioeconómic


ridades esenciales a las que se refieren estos periodos históricos
desde la teoría. En este sentido, reconocemos la necesidad de promov
puesta de periodización tridimensional que mantenga una estrech
tales dimensiones de toda sociedad concreta. No antes, sin embargo,
precisar algunas cuestiones que al momento siguen siendo problemát
larmente en lo que se refiere la categoría de Modo de Vida.
Ahora bien, del mismo modo que no aceptamos la posición de que
ción social es una articulación de diferentes modos de producción, c
me la versión althuseriana, tampoco aceptamos la posición de qu
concreta presente más de dos modos de vida. En tanto que aceptar t
estaríamos sosteniendo que habrá tantos modos de vida en una form
como culturas y subculturas arqueológicas. En este caso estaríamos r
categoría de Modo de Vida a la de Cultura y su carácter mediador en
ción social y la cultura, en detrimento de verdaderas vías particular
llo social, por lo que de ser así sería mejor eliminarla y los problema
su aplicación.
Esto es, consideramos que aún cuando en una sociedad concreta di
pos y/o subgrupos sociales, presenten importantes diferencias cultur
de subculturas arqueológicas, como consecuencia de su participación
cotidiana en diferentes modos de trabajo, no se puede aceptar que p
dos de vida distintos; por ejemplo, que unos grupos se identifiquen
tores, pescadores, recolectores, pastores, etc., y patrones de subsist
no implica que cada grupo social presente un modo de vida distinto.
significa que los grupos sociales al interior de una sociedad concreta
por estar integrados por diversos individuos que comparten una prác
su vida cotidiana y, como tales, presentan diversas expresiones cultu
minadas, en su especificidad, desde el ser social, así como por las sup
ras; a saber: la psicología social y la institucionalidad (op. c
Consecuencia de una correlación categorial entre contenido y for
según su posición en el sistema general de las relaciones sociales
posición en la división social del trabajo , origen histórico-geográfic

2 Lo cual, subrayamos, para hacer notar que ambos elementos, entre otros, son
determinar la integración de los grupos sociales dentro de una sociedad concr
correspondientes culturas arqueológicas, y no necesariamente para configurar m

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posición en el sistema de parentesco y/o por la inclusión en grupos dete


por el género, edad, entre otros.
Pero, si bien los modos de trabajo que les caracterizan pueden configu
dos de vida distintos en diferentes sociedades concretas, no significa que
pos o subgrupos de una misma sociedad concreta que realizan diferen
de trabajo, presenten modos de vida distintos. Consideramos que, en ese
refiere a que tales grupos presentan patrones de subsistencia diferenciad
ello, sostenemos, que patrón de subsistencia, no es sinónimo de modo de
lo que se desprende que, si bien aceptamos la articulación de diferentes m
trabajo en una sociedad concreta, por parte de diferentes grupos o subgr
ciales, según la explotación diferencial del territorio y sus recursos real
largo de su despliegue social, en realidad pensamos que son aquellos
trabajo fundamentales que participan del mantenimiento de la mayor pa
sociedad en su conjunto, los que, finalmente, determinan el modo de vid
sociedad concreta. Por tanto, la categoría de Modo de Vida, como hem
antes, debe entenderse como la forma fundamental en que las socied
totalidad resuelven su contradicción histórica con la naturaleza y cómo p
ven los procesos de trabajo determinantes para la procuración de su
básicos de subsistencia, de la cual sin duda participan en su especific
modos de trabajo que procuran recursos de subsistencia para diversos
subgrupos sociales, a modo de patrones de subsistencia diferenciados
son integrados a manera de procesos de trabajo secundarios en la estruct
cial.
Ahora bien, desde nuestra perspectiva, consideramos que una adec
puesta de periodización debe atender las tres dimensiones que, entendem
cipan de la sociedad concreta como unidad (totalidad); la cual deber
tanto los contenidos esenciales generales que participan de los procesos h
estructurales fundamentales que se asumen relevantes para distinguir cu
mente los periodos o etapas de la periodización planteada, comprend
categoría de formación social y, más específicamente, en la de modo de
ción, en virtud de la jerarquía causal que asigna la teoría para explicar lo
sos socio-históricos; así como los contenidos coyunturales par
formalizados en la categoría de modo de vida y las formas fenoménicas
en que se expresa la especificidad de la sociedad a lo largo de su desarrol
rico.

ferenciados. De lo contrario, estaríamos aceptando la premisa, errónea desde nuestro particular


punto de vista, que corresponde un modo de vida, no a una cultura arqueológica, sino a cada
"subcultura particular" que participa de una "cultura global".

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 75

La propuesta deberá ser congruente con las categorías centrales d


lismo histórico sobre las características fundamentales y los procesos
en las sociedades primitivas y las primeras sociedades clasistas, a sa
nes fundamentales de producción y relaciones de propiedad. En este se
formaciones económicas, a las que aluden estos grandes periodos h
terminados a partir de la teoría, son: a) la formación social de cazador
res pretribales, b) la formación social tribal y c) la formación clasista
transición revolucionaria entre dichas formaciones se produce en
tribal y la revolución clasista, respectivamente.

Apuntes para una diferenciación de los modos de vida según su re


formación económico social3

Formación económico social de cazadores recolectores pretribales 4

La sociedad de cazadores recolectores pretribales constituye el primer


la historia humana, carece de una división social y jerarquizada del tra
producción sistemática de excedentes y de clases sociales, por el ba
de sus fuerzas productivas.
En consecuencia, se caracteriza porque los miembros de la socied
veen de los medios naturales que necesitan para su subsistencia, a
apropiación simple de los recursos disponibles en su medio, median
pesca y/o la recolección, tanto de plantas como de animales peque
derivados. Y es en torno de esta tarea fundamental que se estructuran
nes sociales más esenciales de la sociedad.

El alimento, y las pocas maneras que se emplean para obtenerlo, es el foco de


la vida económica entre las bandas primitivas en un sentido mucho más funda
mental que en las economías más complicadas. La obtención del alimento es la
mayor de las empresas, naturalmente, pero además es una confrontación directa
del hombre con la naturaleza (Service 1973:19, cursivas nuestras).

3 Para mayor detalle, véase Flores (2007).


Para una discusión detallada de este punto, véase Bate (1986, 1989, 1990, 1992, 1998a y
1998b); Service (1973); Estévez J. et al ., (1998); Champion et al. (1988:87-125); Montané
(1981); Vargas (1985 y 1986) y García-Barcena (1993).

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Los procesos de trabajo que realiza la sociedad no se caracterizan por in


fuerza de trabajo en "...el control de la reproducción biológica de las
animales o vegetales que le sirven de sustento" (Bate 1986:6). Porque l
gía de que dispone no se lo permite. "El equipo de los cazadores no es
mentario como limitado" (Service op. cit. : 21). Por ello, en estas soci
naturaleza presenta bajos índices de transformación por la mano del homb
La falta de control reproductivo de las especies y recursos explota
como de las condiciones de la naturaleza, explican, en lo general, cóm
incidido de mayor manera en la vida social de los cazadores recolecto
otro tipo de sociedades. Lo que no quiere decir que presenten una total d
cia a las condiciones del medio y que carezcan de la capacidad de gen
puestas sociales para la transformación de éste a sus necesidades.
La producción está controlada por la comunidad, en lo relativo a lo
mentos útiles y en el desarrollo de técnicas para la caza, la pesca y/o la r
ción (Bate 1986). Por ello, invierte fuerza de trabajo en la configur
formas culturales de apropiación, en la obtención de materias primas y
nufactura de instrumentos de trabajo, con el objetivo de optimizar la ap
de los recursos disponibles y su aprovechamiento. Al igual que en la apro
misma de los medios de subsistencia y, cuando así se requiere, en su tran
ción y/o preparación, para que sean aptos para el consumo individual
mentos y accesorios) o productivo. Pues tales procesos pueden provee
de alimentos, materias primas para otros procesos de trabajo que, m
aplicación de cierta cantidad de trabajo vivo, proporcionan bienes de con
alimenticio que utilizan como vestimenta, vivienda, adornos o instru
trabajo, entre otros bienes. De esta manera reproducen el ciclo de p
consumo (Idem.).
El estudio de los pueblos cazadores recolectores pretribales característ
"Paleolítico Medio" y "Superior" del Viejo Mundo, particularmente, d
como del Nuevo Mundo, en periodos como el "Paleoindio" de Norteam
"Arqueolítico" de México, por mencionar sólo algunos ejemplos, con
cuentes implicaciones que conllevan, es fundamental. Más aún, cuand
cimiento de los diversos pueblos de cazadores recolectores pretribales de
continente y particularmente de México es aún hoy día, deficiente.

Los modos de vida en cazadores recolectores pretribales


La producción está controlada por la comunidad, en lo relativo a los inst
útiles y en el desarrollo de técnicas para la caza, la pesca y/o la recolecci
1986). Por ello, invierten fuerza de trabajo en la configuración de form

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les de apropiación, en la obtención de materias primas y en la man


instrumentos de trabajo, con el objetivo de optimizar la apropiación d
sos disponibles y su aprovechamiento. Al igual que en la apropiació
los medios de subsistencia y, cuando así se requiere, en su transfo
preparación, para que sean aptos para el consumo individual (como
accesorios) o productivo. Pues tales procesos pueden proveer, ademá
tos, materias primas para otros procesos de trabajo que, mediante la a
cierta cantidad de trabajo vivo, proporcionan bienes de consumo no
que utilizan como vestimenta, vivienda, adornos o instrumentos de tr
otros bienes. De esta manera reproducen el ciclo de producción consum
En este sentido, Sanoja y Vargas (1995:61-67) han señalado la n
reconocer las estrategias básicas para la explotación de la naturaleza qu
utilizar las diferentes bandas de cazadores recolectores, puesto que el u
lar de cada una de ellas configuró diferentes modos de vida. Tales
distinguido dos formas generales de apropiación: la genérica y la e
apropiación genérica se refiere a la complementación de diversos m
bajo para que procuren de manera compartida los recursos necesarios p
sistencia de la comunidad y, que a su vez, fomenten la explotación
variados para el consumo, sea individual o productivo; señalan, por eje
pos que promovieron la inversión de fuerza de trabajo, por igual, en l
de vegetales, en la caza de fauna menor, en la pesca y en la explotación
sos marinos o de agua dulce, en ríos y lagunas. Mientras que la apropi
cífica es aquella que se limita a explotar una sola clase de recu
promoción de diversos modos de trabajo para optimizar su aprovecham
como resultado de su abundancia en su medio. Por ejemplo, pescadores
tores-cazadores marinos, recolectores de vegetales o cazadores de
entre otros. También mencionan el hecho de que, no puede afirmarse
modo que una forma de apropiación sea, necesariamente, más tem
tardía que la otra; tampoco puede aceptarse, de ninguna manera, que l
de mega fauna5 que utilizaron una apropiación específica, hayan co
modo de vida anterior que los cazadores y recolectores de vegetale
forma de apropiación genérica que promueve variados modos de traba
un grado de desarrollo mayor que la apropiación específica.

5 Sin embargo, recientes investigaciones han demostrado que inclusive estos grupo
taban su dieta con fauna menor, pequeñas aves, plantas acuáticas, caracoles, inse
y tubérculos. Además de que, muy probablemente, en ciertos territorios con bi
a aquellas donde abundaba la mega fauna, se procuraban únicamente estos últ
(Dillehay 2004:26). También, véase García-Barcena (1993:26-28).
Sobre este punto, también véase Dillehay (op. cit. : 1 9-20).

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La decisión comunitaria de utilizar una forma u otra de apropiación y la


guración de modos de vida diferentes tiene que ver más con la elección de
de recursos que socialmente se aceptan como más provechosos para la b
virtud de la variedad presente en su medio y la capacidad social de empren
desarrollar estrategias para su explotación. En consecuencia, es fundament
terminar tanto la selección de los alimentos disponibles, como los factores
orientan para la implementación de las diversas estrategias de explot
(Champion et al. 1988:88).

Formación económico social tribal. Fase igualitaria


El modo de producción tribal se caracteriza porque la comunidad, ad
mantener la propiedad colectiva de la fuerza de trabajo y los medios de pr
ción, ahora también detenta la propiedad sobre el objeto de trabajo: territ
especies animales y vegetales explotadas (particularmente las domesticadas,
caso de las comunidades productoras de alimentos y/o pastoriles).7 Donde,
en el caso de los cazadores recolectores pretribales, se promovieron y reco
ron diversas formas de posesión consensual de los instrumentos, medios y
to de trabajo.8
La propiedad del objeto de trabajo permitió, históricamente, resolver las con-
tradicciones del viejo modo de producción cazador recolector pretribal y mantener
la reproducción social de la comunidad. Sin embargo, hacerla efectiva, implicó la
superación de las limitaciones intrínsecas propias de las relaciones sociales de
producción y de las estrategias para establecer relaciones de parentesco y alianzas
características de los cazadores recolectores pretribales.
La exogamia y la residencia patrilocal, estrategias fundamentales para estable-
cer relaciones de parentesco y alianzas entre comunidades que participaban del
modo de producción cazador recolector pretribal (pero no por ello privativas de
los cazadores recolectores pretribales), no podían por sí mismas mantener la inte-
gración social ni la cooperación entre los miembros de la sociedad una vez que su
tamaño había sobrepasado ciertos límites (Service 1962:102). Límites que fueron
superados por las nuevas comunidades tribales, en tanto éstas promovieron so-

7 Una discusión más extensa sobre este punto, véase Bate (1989, 1998a); Bate y Terrazas (2002).
Sobre este punto, pueden verse algunos ejemplos etnográficos en Herskovits (1954:302-333).
Sin embargo, deberán distinguirse de los de sociedades tribales jerárquicas, en tanto que son
abordadas indistintamente. Así como deslindar algunas de las categorías que utiliza, dado su
formalismo económico, en diversos casos, y que de ningún modo compartimos.

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 79

cialmente el crecimiento poblacionai, para mantener su reproducción


pues constituía una necesidad social.
El nuevo orden social tribal, con un mayor nivel de integración que
dente, permitió sostener el crecimiento de la población e integrarla en
sociales mayores que la banda que, a su vez, se integraron en segment
más grandes, hasta conformar una nueva estructura social, con nueva
sociales de producción y reproducción, de mayor escala social (Bat
Relaciones sociales que se asentaron sobre la base de la estructura gene
parentesco, pues éste regula la distribución de la fuerza de trabajo a t
filiación,9 la cual, sin embargo, se transforma según las necesidades d
productivo (Meillassoux en Terray 1971:137-140; Bate 1989:20). H
una eficaz forma superestructural de reproducción social de la comun
(Bate op. cit.: 28-29).
Esto es, la equiparación analógica, en la representación superestruct
de las relaciones sociales de producción como de las relaciones socia
ducción (implicadas en las redes de acoplamiento, reglas de matrimoni
de filiación, descendencia, de movilidad y residencia), se origina e
cotidiana del ser social (Bate y Terrazas 2002).

Los modos de vida tribales igualitarios


Como se verá no consideramos aceptable la propuesta de Vargas
1990) sobre los "modos de vida tribales", a saber: "modo de vida aldean
rio" y modo de vida cacical. Dado que consideramos que los divers
que utilizan en su configuración entran en el ámbito de la Formac
particularmente en las diferentes fases de su desarrollo histórico. Esto
puestas no se inscriben en el ámbito de la categoría de Modo de Vida;
nos no de acuerdo con la línea en que entendemos esta última cate
presente trabajo. Además que no presenta homogeneidad conceptual, p
caso, se apoya en su patrón de asentamiento y, en otro, según su fase d
social. Del mismo modo, consideramos del todo inadecuada la redu
modos de vida planteada por Sanoja y Vargas (1995:107-147), en "s

9 La filiación determina la distribución de la fuerza de trabajo, en tanto que fija e


descendencia mediante la asignación a los distintos grupos locales de los hijos qu
los apareamientos (Bate y Terrazas 2002). De lo que se desprende el hecho, de
mayor importancia en la sociedad tribal que entre los cazadores recolectores pr
entre éstos últimos, las relaciones sociales de producción que facilitan el libre int
fuerza de trabajo entre bandas, en torno a las actividades productivas, predomina
laciones de filiación.

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vida" para los grupos que en este trabajo entendemos como cazadores
res tribales. Dado que sostenemos que tal pretensión reduce la categoría d
de vida a la de cultura y su papel como categoría intermedia entre la for
social y la cultura. Pues pierde su carácter explicativo de cómo las so
resuelven su contradicción histórica con la naturaleza y de la implement
las estrategias de explotación económica (léase, modos de trabajo) qu
orientada a la transformación de la naturaleza con el objetivo de obtener
nes necesarios para su mantenimiento, y limitarse a la "socialización" de
turas.

La aldea

La aldea es el patrón de asentamiento típico en que se expresa la incorporación


desenvolvimiento social de los distintos grupos o pueblos locales10 entre las
munidades tribales sedentarias y cuasi-sedentarias, independientemente del tip
de arreglo que operara en su interior respecto a la integración, asociación y or
nización de los distintos segmentos tribales y "...donde no existen evidencias f
cas que denoten una diferenciación social entre su población" (García y Mer
1991:112).
La conformación de la aldea como patrón de asentamiento fue fondamental,
porque constituyó, por un lado, un elemento muy importante en la configuración
y regulación del sistema de integración y asociación de los distintos segmentos
tribales distribuidos a lo largo del territorio tribal, incluyendo la ordenación a
distintos niveles de las relaciones de parentesco; por otro, fue el punto central a
través del cual se controló la participación en la producción, el ejercicio de los
derechos de posesión de la foerza de trabajo, los medios de producción y del obje-
to de trabajo (el territorio) y, por lo tanto, de la participación en los procesos de
trabajo comunitarios, las formas de cooperación económica, entre otros. Así como
sobre las formas de acceso a los distintos elementos del proceso productivo de la
localidad a los miembros de otras localidades de la tribu, que por lo general esta-
ban supeditadas al grado de cercanía con los grupos locales, en términos de paren-
tesco; entre otros elementos, mediante sus costumbres y estrictas normas
culturales. Por ello, la pertenencia a determinada aldea entre los pueblos tribales
cobró particular importancia.
De este modo, la aldea, como el campamento base entre los cazadores recolec-
tores pretribales, es, esencialmente, la unidad territorial donde se realizan las acti-

10 Grupos territoriales, según la terminología de Sanoja (1984:41).

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 81

vidades más básicas y fundamentales para la reproducción biológic


los segmentos tribales en comunidad: domésticas, en los términos
trabajo hemos intentado explicar. Que, como hemos visto, es resu
interacción de carácter igualitario tanto en la toma de decisiones como
plotación de los recursos de su hábitat, en tanto se mantiene la propie
de la tierra.

Las estancias

Las estancias permanentes se refieren a los conjuntos domésticos distribuido


largo del área territorial de cada aldea, habitados esencialmente por familias
tensas y, eventualmente, de linajes (mínimos). Constituidos de, en promedio,
unidades domésticas o menos de 15 habitantes por hectárea (García y Me
1991:112) y que, por lo general, habitan una superficie menor de tres hectár
Distribución que, muy posiblemente, implicaba una división geográfica del t
jo para explotar diferencialmente los recursos de dicha área y producir c
bienes (sean alimenticios o no) susceptibles de incorporarse en el intercambio
otros productores locales y no locales.

Los cazadores recolectores tribales

Los cazadores recolectores tribales móviles

Los cazadores recolectores tribales móviles (como el resto de modos de vida


bales), se distinguen de los pretribales en que tienen la propiedad no sólo d
fuerza de trabajo y de los medios de producción, sino que también la ejercen s
bre el territorio como objeto de trabajo. En tanto se convirtió en una condició
necesaria para realizar el proceso productivo y para poder satisfacer las necesid
des más básicas. Así como por la promoción social del almacenamiento per
nente11 para solventar eventuales carencias de recursos naturales y el desarrol
tanto de medios de almacenamiento como de técnicas de conservación de alimen-

11 Almacenamiento social, según Ingold (1983:553-555), quien sostiene, es resultado de las


ciones de distribución en las cuales los derechos para el consumo sobre recursos específ
convergen en un solo interés y es un aspecto de la racionalidad de la conservación de tale
cursos. Distinguiéndolo del "almacenamiento ecológico" y del "almacenamiento práctico
cuales, sostiene, sí son practicados por los cazadores recolectores que nosotros reconoc
como pretribales.

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82 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

tos. Empero, las diferencias entre ellos no se reducen a eso, también inc
sus estrategias de desplazamiento, en su organización en torno a los proc
trabajo, en el uso del territorio, en la configuración de nuevos eleme
patrón de asentamiento, en los mecanismos de integración que vinculan
das", en su conciencia social para aceptar el almacenamiento como un nue
dio para mantener la reproducción social, en virtud de las nuevas ne
sociales de generar plusproducto, etc., en suma, en todos los sectores de
social.
La propiedad objetiva del objeto de trabajo se justifica superestructura
mediante la vinculación de los grupos tribales móviles con sus ancestros.
tud de que, "...es posible que se materialice en el enterramiento de in
cuya presencia esquelética sirva para reafirmar ciertos derechos de
cuando la forma de subsistencia obliga a una determinada movilidad terr
posible también que el enterramiento de individuos en áreas particulares
pacio doméstico' presida la apertura de una nueva localización reside
noja y Vargas 1995:45-55). 12
Las "bandas", por su parte, permanecieron entre los cazadores rec
tribales, las cuales promovieron parcialmente asentamientos semejantes
los grupos pretribales, donde organizaban los procesos de trabajo det
como el campamento base, campamentos de trabajo, "complejos situa
y "yacimientos especializados". Sin embargo, como hemos dicho, at
nuevas estrategias de trabajo (Bettinger 2001:149), a una nueva conc
territorio, etc., como a continuación veremos. Pero dejaron de ser la ma
dad de integración social, pasaron a ser segmentos o grupos locales t
mente separados de una unidad de integración social más grande, la
cual, eventualmente, reunía los distintos grupos locales o "bandas" qu
formaban en algunos periodos del año y funcionaba como una agrupació
mayor (Cf. Constandse-Westermann y Newel 1991). Momento en que
an nuevas formas de integración social, nuevas formas de organizac
procesos de trabajo determinado, nuevos modos de trabajo y nuevos patr
asentamiento.
Ahora bien, dadas las formas culturales en que se manifiesta su modo de vida
sobre la base de campamentos, da un primer punto de diferenciación de otros
modos de vida tribales que como patrón de asentamiento presentan a la aldea.

12 Para el caso del norte de México y sur de Estados Unidos de Norteamérica, véase Hall
(1999:267, 276).

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACÍÓN... 83

Los cazadores recolectores tribales sedentarios (y semisedentarios

Es de destacar la opinión de Service (1962:99), como de Sahlins


quienes, aunque no terminan por reconocer los cazadores recolec
móviles, reconocen explícitamente a los cazadores recolectores tr
rios como consecuencia de la disponibilidad permanente de ciert
manera de un livestock o un "almacén viviente". Al respecto, Se
que: "Puede ser supuesto que había ejemplos del nivel tribal de l
la era paleolítica. Pero en tanto que éstos eran cazadores y recolec
necieron sólo en algunas áreas en función de la riqueza de la natu
tiendo una productividad relativamente alta. Estas áreas deb
nichos, por así decirlo, con una yuxtaposición anormal de alguno
forma que las sociedades tribales consiguieron este nivel solame
lugares y no podían ejercer el dominio de manera extensa. Podía
rados como casos individuales, no como un hecho generalizado"
vas nuestras).
Estos grupos con respecto a los grupos tribales móviles muest
reducción de su nomadismo, tendiendo al sedentarismo y a la co
su estructura tribal. Pues cuando empiezan a desenvolverse las
vida sedentaria, comienzan a desarrollarse procesos de trabajo
una reorganización de la fuerza de trabajo, un reordenamiento c
la producción y la distribución y el consumo, para asegurar la co
trabajo productivo que permita optimizar el rendimiento de la e
los recursos y medios naturales de producción. Así como para cr
ciones de trabajo que permitan la subsistencia y reproducción so
en circunstancias más estables (Sanoja y Vargas 1995:337, 3
promovieron un mayor aumento de la población para poder man
piedad del objeto de trabajo, sobre todo cuando contaban con u
permanente de recursos que hacía posible mantener su modo d
apropiadores de alimentos. Sin duda, los grupos de cazadores
tribales sedentarios tempranos difícilmente desarrollaban su pat
miento hasta configurar verdaderas aldeas; sin embargo, constituye
tes ejemplos del proceso de consolidación tribal. Por consiguient
con Service y Sahlins en que sólo pueden ser considerados como
duales, en tanto que en realidad constituyen un modo de vida, s
zado, bastante frecuente.

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84 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

Los productores de alimentos13

La diferencia fundamental que distingue la producción de alimentos d


piación como patrón de subsistencia, es que:

El objeto de trabajo es reproducible por el propio trabajo humano. [...] Se co


reproducción biológica de animales y plantas (se estimuló su crecimiento, s
naron competidores naturales y otros humanos buscando garantizar la cont
en su reproducción), intensificando su control sobre el objeto de trabajo, e
a ejercer una propiedad sobre los seres vivos o sobre los territorios que
Efectivamente, el producto buscado pasa de ser la planta o el animal muert
planta o el animal vivo14 (reproducible), [...] [donde] cuanto mayor es el tr
vertido, mayor es el producto obtenible y la capacidad de reproducción soc
vez et al. 1998:15).

Hecho que permitió configurar un nuevo modo de vida que propor


fuente de alimentación más segura y productiva (Champion et al. 198
el que la importancia del objeto de trabajo fundamentada en términos ec
propició un mayor crecimiento poblacional para que se invirtiera una ma
tidad de fuerza de trabajo, tanto en su defensa de otras tribus, como en
mentación de nuevas técnicas de trabajo para mantener el control
especies animales y vegetales domesticadas; así como para modificar p
temente sus propiedades biológicas, con el objetivo de incrementar su re
to y producción. Se ha demostrado, por ejemplo, que una gran var
cereales y tubérculos pudieron suministrar una dieta importante cua
cultivó, como el arroz, el trigo, la cebada, el mijo, el maíz, el ñame y la
que sostienen todavía en la actualidad a poblaciones considerable
1990:86). Por otro lado, no debemos olvidar que, para el norte de Sudamé
sido sumamente importante el cultivo de la yuca ( manihot esculent
1981:51).
Producción con la cual se pretende mantener un crecimiento sostenido de la
población, aunque al principio reducido acorde con la capacidad de producción
presente, pero que paulatinamente permitiera aumentar la fuerza de trabajo dispo-
nible para defender tanto el objeto mismo (léase, la tierra), como para incrementar
la inversión de fuerza de trabajo en el proceso productivo.

13 Para una discusión en torno a los diferentes desarrollos tecnológicos dentro de este modo de
vida, véase Champion et al. (1988:159-21 1) y Sahlins (1972:50-56 y 71-74).
"...en correspondencia a los forrajes que les podía ofrecer, a la protección que estaba en condi-
ciones de depararles y a la providencia que representaba para ellos" (Childe 1990:86).

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 85

Ahora bien, consideramos altamente probable que fueran los recolec


bales especializados, los que tendieran a la producción de alimentos
tes, como consecuencia del alto conocimiento que tenían del ciclo repr
las plantas de la región; sin embargo, eso no garantiza que todos los re
especializados optaran como modo de vida la producción de alimen
mo, no debemos olvidar que la cadena de multiplicación de produc
mentos es un proceso secundario a la necesidad de invadir nuevos t
medios naturales de producción para ser incorporados a la propiedad c
al ciclo del proceso productivo que persigue ampliar la economía y
crecimiento económico y demográfico de la comunidad a expensas de
rios de explotación de cazadores recolectores ya tribalizados {Cf. B
21, Vargas 1987:16-17). Procesos de expansión que están influidos,
festación y resultados, por la presencia y/o configuración de los siste
basados en la vegecultura o semicultura (Vargas 1987:17).

Sistemas agrarios
Sanoja (1981:8), bajo la premisa de que siempre que se aborda el tem
cultura, únicamente se hace referencia al elemento tecnológico (ag
azada, itinerante, de regadío, de roza y quema, de inundación, entre o
tándose a la definición de tipos o prácticas agrícolas, formula el conce
tema agrario. El cual, sostiene, involucra no solamente al uso de d
técnicas agrícolas, ni a su nivel de desarrollo tecnológico, sino que hac
también a los presupuestos biológicos y ecológicos esenciales en la prác
cola, en tanto que genéticamente determinan la clase de plantas y/
reproducibles con mayor posibilidad de éxito, incluyendo las condicion
tales en que lo son, así como la organización social que determina l
cooperación de sus participantes y la cadena de procesos de trabajo det
necesarios para su cultivo. Al respecto señala que:
La agricultura es un sistema tecnoeconómico y social para producir
donde se conjugan diversos componentes:

1) Ambiental o ecológico : representa la base física a partir de la cual


las formas de producción desarrolladas por el hombre y que compr
pos de suelo, tipos de vegetación, tipos de plantas útiles al hombre,
pos de fauna, relieve, entre otros. Dentro del conjunto de factores en
reviste particular importancia el tipo de planta o cultivo dominant
de mayor valor calórico por peso y área cultivada, generalmente
una raíz. Como es usualmente un elemento que el hombre consid

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86 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

como un valor económico y social, hay tipos de plantas cuyo cultivo d


en principio formas de conducta social y económica dentro del grupo
2) Tecnológico: representado por los instrumentos y medios de produ
técnicas de selección, mejoramiento de la productividad de las plantas,
ración y fertilización de los suelos, cosecha y almacenamiento del
agrícola.
3) Económico-social: representado por las formas generales de distri
consumo del producto agrícola, las formas de organización social para
ducción que asumen los agricultores, la distribución espacial de la p
las leyes de propiedad y/o tenencia de la tierra y los diversos concept
racionalidad o ideología agraria.

Cada uno de los componentes mencionados está en relación directa


uno de los otros, observándose que el orden de jerarquización entre ellos
determinarse de manera absoluta, sino que dependerá del grado de desar
"cristalización" que haya alcanzado el sistema agrario en un momento
mente determinado (Idem.).
Así, concibió dos sistemas agrícolas básicos: la semicultura (agricu
granos o semillas) y la vegecultura (agricultura de raíces, tallos y tu
rizomas), bajo el entendido de que sus propiedades biológicas implican
técnicas y estrategias de trabajo para obtener una buena cosecha o al me
ciente para el mantenimiento de la comunidad.

Los productores de alimentos (del tipo vegecultor)

La vegecultura, por su parte, representa para sus practicantes un sistem


que solamente es capaz de proveer recursos con carbohidratos, lo cual
parte la total sedentarización, en tanto que siempre requiere de nuevos t
que permitan la rotación de los suelos y el acceso a fuentes proteínicas,
la pesca, caza y recolección (Vargas 1990:112), aunque no necesariame
se pueden establecer estrategias de complementación económica para
asentamientos permanentemente sedentarios.
De lo que se desprende que la vegecultura es un sistema agrario itiner
cual requiere, por ello, de un amplio territorio, debido a la necesidad de
suelos para su recuperación (Sanoja 1981, Vargas 1987:17). En conse
"...la tendencia es hacia la expansión territorial en la búsqueda de nuevos
naturales de producción, lo que trae como consecuencia la ampliación y l
nición del territorio tribal y la existencia de relaciones inter e intragru
rádicas y laxas" (Vargas 1987:17).

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 87

La vegecultura es característica de las regiones tropicales ba


Mundo, específicamente del norte de América del Sur, las Anti
Centroamérica, así como en las áreas selváticas del sureste de As
América se fundamenta en la yuca, tanto en su variedad dulce com
o tóxica, además de la papa, la jicama, el ulluco, el añú, la arracacha
de Dioscorea americana y rizomas como el lairén, el maní y el
otros. Mientras que en Asia y África lo hace en el cultivo de divers
de la Dioscorea , como el ñame ( Dioscorea cayenensis) y la pal
(Elaeis guinens is) (Sanoja 1981:10-12).

Los productores de alimentos (del tipo semicultor)

La semicultura, por el contrario, para sus dependientes constituye


requiere que las tierras cultivadas sean repuestas por medio del
rotación de cultivos, aumentando el periodo de permanencia y -
timula a los grupos a la concentración" (Sanoja 1981, Vargas 198
estructura tribal se encarga de orientar la rotación de tierras y la
aguas.
La semicultura en el Nuevo Mundo se fundamenta en los frijoles, el amaranto,
el quenopodio, la setaria y, por supuesto, el maíz aunque más tardíamente, entre
otras especies. En Asia, por ejemplo, se fundamenta en los frijoles, algunas le-
gumbres, el taro y el arroz. En Europa, por su parte, en la cebada, la avena, el
trigo, las lentejas y las arvejas, entre otros. Mientras que en África lo hace en el
sorgo, en gramíneas locales y diversas variedades de millo y arroz (Sanoja
1981:12-13).
Es de notar que la semicultura dio una mayor capacidad de desarrollo que la
vegecultura, por la limitada capacidad de ésta para producir plusproductos,
hablando de agricultores, a la formación tribal; en tanto que las comunidades tri-
bales igualitarias tardías que participaron de este sistema agrario, pudieron man-
tener un desarrollo sostenido de las fuerzas productivas, mediante el "...aumento
de la efectividad de los instrumentos de producción a través de la formación de
obras de infraestructura y de un capital comunal agrario, cuyo mantenimiento,
defensa y expansión determina también la existencia del germen de nuevas rela-
ciones sociales de producción. Se profundiza la función e importancia del rango
social dentro del grupo aldeano" (Vargas 1987:24). Además, constituye la base
sobre la que se iniciara, posteriormente, la separación del trabajo intelectual del
trabajo manual (Idem).

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88 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

Complementariedad económica
Sahlins (1972:49-57) sostiene que las primeras comunidades producto
mentos se caracterizaban por ser "economías mixtas" en las que se com
explotación y cuidado del ganado animal con el cultivo de cereales par
mentar su economía ( Cf. Champion et al. 1988:144-145, 165-168), pero q
medida que iban desarrollándose ambos modos de trabajo y las numerosa
ciones geográficas en que se desenvolvían los grupos que se integraban a
cadena de expansión de productores de alimentos, se promovieron pa
subsistencia especializados, esto es, se configuraron, por un lado, grupos
vamente agrícolas y pastoralistas, por otro (sobre los cuales abundar
adelante).
Los grupos tribales que, por su parte, se dedicaron exclusivamente a la pro-
ducción de alimentos se debió a que observaron que los vegetales y, específica-
mente, los cereales, les podían proporcionar más alimento por unidad territorial
que los animales domésticos, sobre todo porque el pleno aprovechamiento de la
lana y la leche fue sumamente tardío (op. cit.: 168).
Sin embargo, no debemos olvidar que todos los pueblos productores de ali-
mentos también invierten fuerza de trabajo en procesos de trabajo de apropiación
como son la caza, la pesca y la recolección o, en su caso, la producción ganadera
para procurarse diversos recursos alimenticios que complementaran su dieta o
para procurarse materias primas para la manufactura de objetos e instrumentos de
trabajo.
De manera general, en aquellos casos donde el cultivo se orientaba hacia las
plantas productoras de granos, la captura de especies zoológicas para el consumo
tuvo un papel complementario de aquella actividad económica principal; en los
otros, donde las plantas que dominaban la producción agrícola eran raíces, tubér-
culos o rizomas que se reproducían vegetativamente, la captura de especies zoo-
lógicas para el consumo conservó un lugar prioritario en las actividades de
subsistencia de los individuos (Sanoja 1981 :7).15
Pues el esfuerzo en la intensificación del trabajo que implica la agricultura,
también se registró con respecto a otras actividades. Sea para la complementación
de recursos de subsistencia o para la realización de otras actividades productivas.
Finalmente, es de destacar que hacia el séptimo milenio a. C. en todo el
Próximo Oriente (Sarmiento 1986b:62-68, 70-71), incluyendo el valle del Nilo, ya
se practicaba una agricultura muy adelantada y ya existían aldeas plenamente
desarrolladas (agricultores de aldeas) que, aunque seguían usando artefactos de
piedra, ya fabricaban cerámica de excelente calidad (Bosch 1975:137; Manzanilla

15 Sobre este punto, también véase Herskovits ( 1 954:7 1 -74).

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIOD1ZACIÓN... 89

1986c: 18-19, 23). En Mesopotamia se observan aldeas agrícolas y pa


evidencia de especialización artesanal e intercambio de productos, en lo
Hassuna, Samarra y Halaf (Manzanilla 1986b:84-98; Sarmiento 198
Del mismo modo que en varias partes de Europa (Champion et al. 1988:
"En el Nuevo Mundo la domesticación de los alimentos comenzó alg
que en el Antiguo: el producto principal del 'neolítico' americano, el m
haber sido cultivado por vez primera el 5000 a. de J.C. en América Cen
lins 1972:12-3).

Los modos de vida pastoralistas


El pastoralismo como modo de vida tuvo lugar cuando "...la cría de gan
hombre control sobre su propio abastecimiento alimenticio, tal como
bién la agricultura" (Childe 1990:103). Proceso que ocurrió a la pa
relaciones establecidas entre los hombres y los animales pudieron c
estos últimos como medio de trabajo y objeto de riqueza (Ingold 1986:7
En algunos casos, aunque no de manera generalizada, fue una de
tribus agricultoras tempranas de economía mixta que desarrollaron el
los animales domésticos y aprovecharon los nuevos productos que podí
En tal caso, Childe (1990:101), sostiene que originalmente los divers
trabajo que posteriormente caracterizarían el pastoralismo fueron pro
primeras comunidades productoras de alimentos, en las que se promov
ción de ganados para procurarse recursos de mejor calidad que permiti
plementar su dieta.
Al principio, en la medida que crecían los rebaños, estaban en dis
quemar árboles y matorrales para hacer lugar al pasto, limpiar o r
especiales para servir de pastura al ganado e inclusive cultivar y cosech
sas plantas, con el propósito deliberado de que sirvieran exclusivam
rraje {Idem). Sin embargo, dado el crecimiento habitual y cotidia
rebaños, llegó el momento en que las tareas que implicaba su cuida
ron muy numerosas y excesivas, lo cual entró en contradicción con el
alimentos para los diversos miembros de la comunidad. Contradicc
muchos casos, tendió a sacrificar el exceso de animales del rebaño, con
ción de eliminar la carga que su cuidado implicaba, hasta contar con
manejable de los mismos, según se asumieran indispensables. Per
lado, cuando ciertos grupos descubrieron más ventajas que desve
pastoreo sobre la producción agrícola, en relación con las condicion
les marginales y al potencial en el uso de suelo, optaron por cambiar s
vida.

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90 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA . 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

Con todo, el pastoralismo se fundamentó en la dependencia mutua


hombre y los animales domésticos. Para ello fue necesario que el gana
siera de pastos y estuviera bien cuidado y protegido, por lo que la pr
agua fue un factor esencial (Llobera 1974:37). Hecho que no implicó qu
lección de plantas, frutos y animales pequeños para complementar su
fuera fundamental.

Los pastoralistas sedentarios

De esta forma, algunos grupos pastoralistas optaron por reducir su


de fuerza de trabajo en el cultivo de alimentos, apenas para satisface
cesidades más básicas e incrementar el cultivo de forrajes, o bien, de
mayor parte de su esfuerzo a conducir sus rebaños en la búsqueda de
los límites del territorio comunal o más lejos aún, sobre todo en la
seca.

En las tierras del Mediterráneo, de Persia y del Asia Menor, e


buenos pastos en las montañas durante la primavera. Entonces, es
cierto número de habitantes del poblado acompañe a los rebaños p
las bestias salvajes y ordeñar a las vacas y ovejas. Los pastores deb
go, generalmente, provisión de granos y otros aprestos. En algun
ción de la comunidad que emigraba con sus aparejos a los past
bastante pequeña. Pero en países calurosos y secos, como Persia, p
del Sudán y en el noroeste de los Himalaya, el grueso de la comun
pueblo en el valle asfixiante y acompaña a los rebaños hacia las m
cas. Sólo unos cuantos son los que se quedan a vigilar los cam
(Childe 1990:101-103).

De cualquier modo, los primeros pastoralistas imponían diver


el incremento de su trashumancia y mantuvieron la aldea como
miento, aunque eventualmente la abandonaran parcialmente en
año. Como es el caso del sitio Gird Ali Agha, que tenía la funci
de verano para el componente pastoril y trashumante de la "Cu
la Alta Mesopotamia (Manzanilla 1986b:84-87, 168). Fenòme
observamos en el valle del Nilo y de manera más acentuada
hacia el 5550 a.C., aproximadamente, cuando empezó un desecam
la región que produjo la desaparición de la fauna acuática de
viendo un mayor énfasis en la propiedad de las manadas (Ma
19-20, 23).

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 91

Los pastoralistas nómadas

Los pastoralistas nómadas, por su parte, se caracterizan por ser ganaderos


lizados. Por ello, excluyeron todo cultivo agrícola y promovieron una a
humancia, tanto que podían recorrer hasta 1500km al año. Lo cual, general
implicaba frecuentes cambios de campamento, pues conducían sus rebañ
diferentes campos y fuentes de agua del territorio comunitario. Pero,
requerían contar con medios desarrollados de transporte, fue una estrateg
tada tardíamente, pues el caballo como el camello fueron domesticados,
cer, hasta el segundo milenio a.C. Así, el pastoralismo nómada apareció
Central alrededor del 1500-1000 a.C. (Sahlins 1972:56-58).
No obstante, dados los limitados recursos de subsistencia que pueden pro
les sus rebaños - por ejemplo, carne, leche, sangre, lana, pieles, entre
requerían habituales intercambios de productos con comunidades agríco
cubrir muchas de sus necesidades más fundamentales (op. cit. : 59).
Por otra parte, los pastoralistas, conforman grupos locales de 100 a 200
nas que viajan juntos anualmente pero, eventualmente, en algunos periodos
se reunían en grupos más numerosos (Idem.). En general, aunque los grupo
toralistas son pequeños, suman una gran cantidad de población a escala con
tal y transcontinental. Además, en África la superficie habitada por estos
es mucho mayor que el total de las tierras cultivadas (op. cit.: 56). Así,

El hábitat clásico de las tribus pastoras es el cinturón seco transcontinental de


África: Manchuria, Mongolia, Tibet, Turquestán, Irán, Arabia, el Sahara y su
dedores. Allí viven los pastoralistas más famosos, como las hordas mongolas
cas del Asia Interior y los "nobles beduinos" de Arabia. En forma atenu
pastoralismo se extiende por el norte del bosque y la tundra de Eurasia, una
dominada, desde Laponia hasta Kamchatka, por los criaderos de renos. En
los pastoralistas se distribuyen por el gran arco de las tierras herbáceas del no
te y sur de la selvática cuenca del Congo (op. cit.: 56).

Ahora bien, dada su alta trashumancia, los pastores nómadas, impuls


campamento como patrón de asentamiento, a diferencia de los grupos past
tas sedentarios que vivían en aldeas, aunque en algunos periodos del año
vieran algunos recorridos fuera del asentamiento.
El campamento pastoralista guarda bastantes diferencias con respecto al
cazadores recolectores. Diferencias que necesariamente están dadas por las
rosas estrategias que implica el control de sus rebaños, su vinculación con
torio, etc. Más aún cuando:

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92 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

Los pueblos pastores no son muy afectos a dejar muchos vestigios que puedan
a los arqueólogos para reconocer su presencia. Tienden a emplear vasijas de cu
cestas, en lugar de objetos de cerámica; a vivir en tiendas, en lugar de refug
cavados, de chozas sostenidas por sólidos postes de madera o por muros de pi
tabique. Por lo general, las vasijas de cuero y las cestas no tienen oportun
sobrevivir; para levantar las tiendas no es necesario cavar agujeros profundo
indiquen el sitio en el cual se asentaron los postes (Childe 1990:103).

Formación económico social tribal. Fase jerárquica


La comunidad tribal jerárquica de la Formación Social Tribal, aún mant
mismos contenidos fundamentales de la comunidad tribal igualitaria, expr
en las relaciones de propiedad. Esto es, se caracteriza porque todos los miem
de la colectividad siguen manteniendo la propiedad colectiva tanto de la fu
trabajo y los medios de producción, como sobre el objeto de trabajo; territ
especies animales y vegetales explotadas (particularmente las domesticadas,
caso de las comunidades productoras de alimentos y/o pastoralistas). Empe
linaje rector mantiene el ejercicio de posesión de aquellos que resultaran, e
caso, estratégicos para el control de la producción, la distribución y el int
bio. Mientras que el resto de la sociedad ha perdido ese derecho y, por lo t
ahí donde radican y/o descansan las relaciones de subordinación que caract
este tipo de sociedades; los productores directos (sean encargados de procu
alimentos o artesanos) mantienen la posesión de los instrumentos de traba
esenciales para su actividad.
Según los modos de vida, se observará un mayor o menor control sobre
minados elementos del proceso productivo. Entre los cazadores recolect
dentarios y, particularmente, entre las sociedades productoras de aliment
tipo semicultor, se hará sobre la fuerza de trabajo y sus productos. Entre lo
ralistas nómadas, se hará sobre los rebaños de la comunidad, la fuerza de t
necesaria para su cuidado y explotación y, todos ellos, sobre el control de
yor parte del plusproducto generado por la comunidad, así como sobre los
sos de intercambio con otras comunidades. Así, la base de la jera
económica y se fundamenta en la reducción de los derechos de posesión de
de los productores de la comunidad de los distintos elementos del proceso
tivo, particularmente, de su fuerza de trabajo y de los productos procurad
estos, lo cual permite mantener, también, relaciones de dependencia con l
sostienen el ejercicio de su posesión, a saber: el jefe tribal y su linaje. Hech
además, se apoya en el estricto control del sistema redistributivo de que dis
sociedad para promover la circulación de la producción, pues permite sust

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acceso diferencial a la misma y, por el cual, nuevamente privilegiar al l


tor de la comunidad.16
Por otro lado, las relaciones sociales de subordinación entre el linaje r
la comunidad y el resto de los miembros de la sociedad, también se
superestructuralmente en las relaciones de parentesco y dieron lugar a
dación del "clan cónico" en el que todos los linajes de la comunidad e
guna manera vinculados con el linaje rector pero a mucha mayor distan
y parental que en el nivel de desarrollo anterior. Pues permitió alterar la
misma de las reglas de filiación y los circuitos de intercambio marital (
1992:92).
Los linajes establecen una jerarquía en la sociedad en la que los que ocupan el
lugar más alto justifican su posición argumentando cercanía, en parentesco, al
ancestro común del clan, el cual puede abarcar la comunidad entera {Idem.).
Así, entonces, es sancionada positivamente en la comunidad tribal jerárquica
la aceleración de la contradicción histórica entre las Fuerzas Productivas y las
Relaciones Sociales de Producción de la Formación Social Tribal. A tal grado que
es posible, pero de ningún modo necesario, que eventualmente, conduzca a la
desaparición de dicha formación social y al surgimiento de la Sociedad Clasista
Inicial {Cf. Vargas 1989).
La jerarquía se justifica en el parentesco, el prestigio y el ritual pero, de ningún
modo, se sustenta o se deriva de ellos. Ni las ideas ni la religión son la causa del
origen de la desigualdad en sociedades tribales jerárquicas, simplemente constitu-
yen de un medio de justificación de la misma. Pues le permite al linaje rector de la
comunidad tribal instituir la idea de "propiedad subjetiva", mediante la cual, a
nombre de algún dios, se convierte en dueño de las tierras o de los ganados {Cf.
Sarmiento 1995: 260-261).
De este modo, la comunidad tribal jerárquica se caracteriza por fomentar un
nuevo crecimiento poblacional, una mayor división social del trabajo, una diná-
mica social de dependencia que enfrenta a los grupos sociales que viven en co-
munidad, sostenida por una estructura jerarquizada en la toma de decisiones, que
se registra en una distribución asimétrica de bienes y servicios y en un grupo so-
cial (linaje), en particular, que mantiene el control de la sociedad. De lo que se
desprende, que este tipo de sociedad es generalmente una sociedad más densa que
una tribal igualitaria y más "compleja" y organizada, resultado de un incremento
significativo de la productividad {Cf Service 1962:133).

16 "El significado decisivo de la 'estratificación' no es que considere cantidades diferenciales de


riqueza en manos diferentes, sino que considera dos clases de acceso a los recursos estratégicos
[de subsistencia]" (Fried 1979:142).

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94 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

El patrón de asentamiento y la villa son un fenómeno estrictament


No está, de ningún modo intrínsecamente relacionado con algún m
Más aún, ni siquiera entre los grupos agrícolas o productores de alime
tuye la regla, pese a que los ejemplos más notables se han docume
éstos grupos {Cf. Vargas 1990:217-221). Hecho que, de ningún mo
ver con un bajo desarrollo y/o consolidación de sus instituciones trib
cas, como el caso egipcio lo demuestra. Además, también se puede pre
cazadores recolectores sedentarios, como hemos visto.
Por otro lado, si bien es cierto que la inferencia de comunidades tr
quicas a partir de la villa como patrón de asentamiento es relativamen
que en aquellos casos en que ésta no se presenta, no constituye un ind
co. Por lo demás, tampoco su ausencia es indicador de lo contrario. Es
ausencia de comunidades tribal jerárquicas, como el caso concret
pastoralistas nómadas, cuyo indicador más notable no lo observamos e
de asentamiento ni en la construcción de grandes edificacio
ceremoniales, sino en la construcción de grandes túmulos funerarios p
sus jefes y guerreros acompañados de grandes ofrendas y ceremonial
participaban las diversas tribus que pertenecían a la misma alianza o f
tribus, así como de las mismas redes de parentesco y las mismas estruc
quicas.
La villa aparece cuando el linaje rector consolida definitivamente la dirección
del proceso productivo de la sociedad y asegura la concentración, en su asenta-
miento local, de las actividades productivas que mantienen su posición, así como
del sistema regional de circulación de bienes y materias primas, incluido el siste-
ma redistributivo de que dispone la sociedad para promover la circulación y el
acceso a la producción y, finalmente, de las actividades cívico-administrativas y
ceremoniales que la justifican.

Los modos de vida tribal jerárquicos


Si bien las sociedades agrícolas fueron las más exitosas en lograr un crecimiento
sostenido de la población sobre el llamado límite de fisión, característicos de las
sociedades tribales más tempranas, y, posiblemente, las primeras en conseguirlo
aumentando el grado de apropiación y transformación de las riquezas biológicas
de la naturaleza (objeto de trabajo), no puede sostenerse, de ningún modo, que tal
proceso estuviese negado, de antemano a los pueblos no agrícolas, particularmen-
te a los pueblos de cazadores recolectores tribales sedentarios y pueblos pastora-
listas. En tanto que históricamente se ha demostrado que tales grupos también
pudieron superar tal situación. De tal modo, la fase jerárquica de la formación

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 95

tribal tampoco constituye un nivel de desarrollo exclusivo de las so


colas.
Así, podemos sustentar que fueron solamente tres modos de vida tribales igua-
litarios los capaces de promover las condiciones estructurales básicas para acceder
a la comunidad tribal jerárquica, a saber: a) cazadores recolectores tribales seden-
tarios, b) productores de alimentos del tipo semicultor y c) los pastoralistas nóma-
das.
Mientras los tres modos de vida tribales igualitarios que fueron incapaces de
promover las condiciones sociales básicas para acceder a la comunidad tribal
jerárquica son: a) cazadores recolectores tribales móviles, b) productores de
alimentos en su variante vegecultura17 y c) los pastoralistas sedentarios. Los caza-
dores recolectores tribales móviles fueron incapaces de incrementar significati-
vamente el proceso productivo, a consecuencia de su imposibilidad para mantener
un crecimiento sostenido de la población, por las condiciones nada favorables de
los ecosistemas en que se desenvolvían donde, finalmente, se vieron restringidos
después de la "cadena neolítica" que promovió la multiplicación de las comuni-
dades productoras de alimentos. En realidad, dadas estas limitaciones, su capaci-
dad para generar nuevos instrumentos y medios de producción no incidió
significativamente en su nivel de desarrollo social. Por su parte, los productores
de alimentos en su variante vegecultora, salvo casos particulares 18 se vieron inca-
pacitados para superar las limitaciones de la agricultura itinerante y su acción
negativa sobre la fertilidad de los suelos; además de la insuficiencia de los culti-
vos practicados para proveer otros nutrientes a la dieta humana que los carbohi-
dratos, lo cual incidió en tener que buscar siempre nuevos territorios (cada vez
más reducidos) y tener que reproducir el ciclo de socavar las propiedades de los
suelos en unos cuantos años y precisar nuevamente buscar nuevos territorios, y así
sucesivamente. Hechos que finalmente imposibilitaron el mantener un crecimien-
to sostenido de la población y de sus fuerzas productivas en general. Mientras, los
pastoralistas sedentarios se vieron en la imposibilidad de mantener un crecimiento
significativo de sus rebaños, tanto por el estricto control a su trashumancia, como
por la falta de territorios donde pudieran pastar. Así, en contrapartida, tuvieron la
necesidad de sostener un crecimiento auto restringido de éstos, acorde con la ca-
pacidad del territorio comunal para sostenerlos. Más aún si también invertían,
aunque eventualmente fuerza de trabajo en algunos procesos de trabajo agrícolas

17 Al respecto, véase a Vargas (1990:108-1 13) para una discusión detallada sobre el sistema vege-
cultor de producción de alimentos y sus limitaciones estructurales para acceder a la fase tribal
jerárquica, y sobre las características distintivas de su proceso productivo.
Como aquellos documentados en la selva brasileña con elaborados sistemas de complementa-
ción económica.

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96 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

con un potencial generalmente reducido (ya fuese para la producción


que complementaran su dieta o para la producción de forraje - abrojo
ganados), simplemente se vieron incapacitados para sostener un desar
nido de sus fuerzas productivas, acorde a los requerimientos para
guiente nivel de desarrollo.
En adelante, difícilmente abordaremos de manera detallada las
estructurales entre los distintos modos de vida tribal jerárquicos,
están fuera de los alcances del presente trabajo.

Los cazadores recolectores sedentarios

El que lleguemos aquí argumentando que también algunos cazadores recolectores


participaron de este nivel de desarrollo, implica observar que la caza recolección
no fue ninguna limitante, por lo menos en algunos grupos que mantenían este
modo de vida, particularmente los sedentarios, para que pudieran acceder a la
comunidad jerárquica de la formación tribal. Pues la tecnoeconomía no es un
criterio suficiente para distinguir entre distintas fases de desarrollo ni el patrón de
subsistencia apropiador una limitación intrínseca para alcanzarlas, como en los
casos que aquí expondremos. Además, registra un importante cauce de desarrollo
hasta ahora muchas veces ignorado y que bajo ciertas condiciones de desenvolvi-
miento, no limita la posibilidad de que ciertas comunidades alcanzaran la comu-
nidad tribal jerárquica, aunque sea más o menos de manera "incipiente" o
"tangencial". Y que si bien no pueden ser comparables con los grandes periodos o
regiones donde se desarrollaron las "paradigmáticas" comunidades tribales jerár-
quicas que, en su caso, dieron lugar a la revolución clasista, no significa que ne-
guemos las condiciones y vías particulares de su desarrollo social.

...el vínculo entre los tipos de economía y niveles de organización social no está rí-
gidamente determinado, puesto que esta última no tiene una correlación tan estrecha
con las formas de economía como sus efectos, es decir, con el nivel de desarrollo en
las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Esto nos explica la razón por
la cual una y otra formas de economía pueden sustentar sociedades de diferentes ni-
veles de complejidad (Shrirelman en Sugiura 1988:52).

Los productores de alimentos (del tipo semicultor)

En este lugar, no es nuestra intención abordar las diferencias estructurales de los


productores de alimentos, de acuerdo a las condiciones y/o variables locales que
eventualmente incidieron en su jerarquización, en tanto que aún continúa siendo

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIOD1ZACIÓN... 97

un problema por resolver, únicamente intentamos repasar algunos


regiones donde este hecho aconteció.19
Para los practicantes de este modo de vida es común la agricultur
por lo que regularmente depositaban las semillas en los márgenes de
perando su desbordamiento en la época de lluvias. Puesto que el suel
inundado de los márgenes del río era fertilizado, pues obtenía tanto
necesaria como los sedimentos y nutrientes, que había perdido d
anterior, para la germinación y la maduración de los cultivos. Una
que, aún cuando no requiere mucha inversión de fuerza de trabajo,
medio efectivo para sostener un alto rendimiento y productividad
cultivadas, a saber: trigo y cebada, las cuales pudieron sostener
sostenido de la población característico de este periodo. Pues, podían
tras año, la misma parcela que era inundada por la avenida del río e
cha y otra ( Cf. Childe 1990:94-95; Trigger et al., 1997:24-27).
Otras técnicas empleadas son el desarrollo de terrazas en la pe
cerros o montañas, de sembradíos, campos levantados, chinampas, t
tos, viveros, viñedos, jardines, parques, campiñas, florestas, terren
arboledas, generación de nuevas razas y especies animales y ve
otros.

Los pastoralistas nómadas

Etnográficamente, han sido documentados diversos grupos pastoralistas nómadas


tribal jerárquicos. Arqueológicamente, sin embargo, son bastante escasos los
ejemplos conocidos y menos aun los bien documentados. Entre los grupos ar-
queológicos que nosotros hemos tratado detalladamente (Flores 2007:245-254),
grupos pastoralistas nómadas tribal jerárquicos de las estepas asiáticas, particu-
larmente los Cimerios, los Escitas y los "Escita-siberianos" de la estepa altaica.
Hacia 1500 a.C., en las estepas de Europa Oriental, Asia Central y Oriental,
desde el Danubio hasta la Gran Muralla China, las numerosas tribus de la región
que formaban parte de una misma tradición histórica y cultural, aún cuando tuvie-
sen diferentes orígenes étnicos y lingüísticos y existieran grandes distancias entre
ellos. Pasaron de ser cazadores recolectores a pastoralistas seminómadas (Griaz-
nov 1976:38) que vivían del cuidado de las ovejas y del cultivo de trigo, la cebada

19 Para un recuento general del desarrollo tribal y de los casos y periodos mejor conocidos en que
ocurrió la jerarquización tribal, en las sociedades que comparten este modo de vida, remitimos
al lector al capítulo V de la tesis de licenciatura de Griselda Sarmiento (1986b). Aunque guar-
damos importantes diferencias, particularmente para el caso de Mesoamérica (Flores 2007).

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98 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

y el mijo y, aunque en menor medida, también de la pesca, de la caza de li


jabalís y ciervos (Trippet 1980:70). Quinientos años mas tarde empeza
lento proceso al sedentarismo permanente y a la construcción de aldeas. Si
bargo, hacia el 900 a.C., a la par que operaba un complejo y acelerado proce
jerarquización tribal, fueron abandonando el sedentarismo recientemente a
do y, con ayuda del caballo, empezaron a desarrollar un nomadismo monta
les permitió establecer más e intensos intercambios entre ellas, así como u
vada competencia por pastos, territorios y ganados {op. cit. : 74-75).

En una época en que la fuerza era un derecho indiscutible, los ganaderos más
rosos podían, indudablemente, adueñarse de los mejores pastos. Es claro q
bién podían adueñarse del ganado de sus competidores. Las tribus vencida
de haber aprendido por amarga experiencia que sólo podían proteger sus inte
aliándose contra el poderoso intruso. De esta manera nacieron poco a poco ali
y federaciones de tribus {op. cit. :75).

Dentro de esta nueva tradición de pastoralismo montado nómada, do


tribus se especializaron en la ganadería y, por ello, excluyeron todo cultiv
cola y promovieron una alta trashumancia, encontramos a los Cimerios, lo
tas y los "Escitas Siberianos".

Formación económico social clasista inicial

La sociedad clasista inicial constituye el estadio de la historia de la humanidad


que se dio, finalmente, el golpe fulminante al precepto fundamental de iguald
económica20 entre los seres humanos, así como a los contenidos esenciales f
damentales del comunismo primitivo. Dando libre cauce al principio ominoso d
la alienación del hombre por el hombre y, en consecuencia, a un nuevo sistem
relaciones sociales de producción, que consintió y promovió la apropiación
enajenación de la mayor parte de la riqueza generada por un grupo social

20 La igualdad más importante entre los seres humanos, tiene lugar sea por la ausencia o la su
sión de las clases. "Toda exigencia de igualdad que vaya más allá de eso desemboca neces
mente en el absurdo" (Engels 1986:96). Muchas otras desigualdades se sostienen sobre
desigualdad fundamental, a la supresión de ellas también tenderán a desaparecer. Nosotros
sideramos que la desigualdad, en determinadas sociedades, particularmente clasistas, de ho
bres y mujeres, sin reducirse necesariamente a ella, va a la par de aquella desiguald
fundamental ( Cf. Hernando 2005). "Es evidente, por otra parte, que con la abolición de las
ciones de explotación [clasistas] desaparecerán la comunidad de las mujeres que de ellas se
riva, es decir la prostitución oficial y no oficial" (Marx y Engels 2000:44-45).

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZAC1ÓN... 99

productores directos) por otro, y a la aparición definitiva de las cla


la estructura social.
Clases sociales que constituyen "...grandes grupos de hombres que se diferen-
cian entre sí por el lugar que ocupan en el sistema de producción social histórica-
mente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los
medios de producción (relaciones que en gran parte quedan establecidas y formu-
ladas en las leyes), por el papel que desempeñan en la organización social del
trabajo y, consiguientemente, por el modo y la proporción en que reciben la parte
de la riqueza social de que disponen" (Lenin 1960:413 en Bate 1984a:62).
Definición que ha permitido configurar, desde los cuatro criterios fundamenta-
les enunciados para discernir las clases sociales en una estructura social, la hipó-
tesis de la sociedad clasista inicial (Bate 1984a, 1989, 1998a, 1998b). Que a su
vez, ha permitido formalizar los contenidos esenciales de la Formación Social
Clasista Inicial y explicar las primeras sociedades clasistas en congruencia con las
categorías centrales del materialismo histórico, así como distinguirlas cualitati-
vamente de otras formaciones clasistas. A saber:

1. La sociedad clasista inicial cuenta con dos clases fundamentales, según el lu-
gar que ocupan en el sistema de producción social históricamente determina-
do:
a) La clase explotadora fundamental, dominante en la estructura económica y
política.
b) La clase explotada fundamental, usurpada en lo económico y subordinada
en lo político.
2. Confronta socialmente a las clases fundamentales que la integran, por las rela-
ciones de propiedad en que se encuentran con respecto a los diferentes elemen-
tos del proceso productivo; medios de producción, fuerza de trabajo y objeto
de trabajo, en tanto cada clase mantiene la propiedad objetiva de algún o algu-
nos de dichos elementos, donde:
- En cuanto a los contenidos de la propiedad,
a) La clase explotadora fundamental es propietaria objetiva de la fuerza de
trabajo de, cuando menos, la clase explotada fundamental, por lo que se
hace de ella mediante la enajenación o apropiación de la misma, me-
diante trabajo vivo, en servicios, o, por razón de trabajo objetivado en
productos, como impuestos y/o tributos, para mantener su reproducción
social. En tanto, además, cuenta en muchos casos, con medios extraeco-
nómicos de coerción para hacer efectiva dicha propiedad. Además de
una parte de los medios de producción: el conocimiento especializado
sobre distintos fenómenos de la realidad, particularmente de aquellos
que permiten mantener un amplio crecimiento de la producción social.

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100 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

b) La clase explotada fundamental es propietaria objetiva de los instrum


tos de trabajo y del objeto de trabajo (léase, la tierra y/o los gana
Lo cual no significa el reconocimiento de una igualitariedad entre
distintos miembros de la comunidad, ni la ausencia de jerarquías
hecho, constituye una necesidad la presencia de importantes estructu
jerárquicas al interior de la comunidad para garantizar los intereses d
clase explotadora fundamental. Lo cual implica un reforzamiento de
distancias entre los distintos miembros de la comunidad y el ance
común en el sistema de parentesco, característica de las comunid
tribal jerárquicas.
- En cuanto a las formas de la propiedad,
a) La clase explotadora fundamental ejerce o mantiene la propiedad p
cular sobre tales elementos, lo cual significa que sus miembros puede
ejercer la propiedad en tanto son parte integrante de la dicha clase. D
de, por lo menos en sus inicios, aún no aparece la propiedad privada.
propiedad privada apareció, sin duda, tardíamente en estas socieda
como resultado de la propia diferenciación de los intereses y la lucha
rivada entre segmentos distintos de la misma clase a lo largo de su d
rrollo histórico. No obstante, no llega a consolidarse sino hasta
esclavismo clásico.
b) La clase explotada fundamental también mantiene una propiedad parti-
cular sobre el objeto de trabajo y los instrumentos de trabajo, pues se
accede a la misma en tanto se es miembro de la comunidad local y/o se
participa de las mismas relaciones gentilicias o de vecindad. Lo cual no
significa que no se reconocieran diferentes formas de posesión consen-
sual. Como es evidente, lo que distingue cualitativamente estas comuni-
dades respecto a las pertenecientes a la formación tribal, es que han
perdido la propiedad de su fuerza de trabajo, misma que ahora ostenta,
como hemos visto, la clase explotadora fundamental.
En este sentido, el modo de producción de la sociedad clasista inicial, se orga-
nizó en torno a un importante sistema de relaciones sociales de producción que
se caracterizaba por la relación estructural de sus clases fundamentales, cuya
confrontación o lucha determinó, por un lado, la dinámica de desarrollo de la
sociedad como totalidad y, por otro, las formas particulares de integración y
desarrollo de los diversos tipos de relaciones sociales establecidas con y entre
las fracciones secundarias de las clases fundamentales de producción que con-
forman dicha totalidad. Por tanto,
Necesitaron, asimismo, controlar y regular la nueva red de relaciones políticas
entre las clases heterogéneamente organizadas bajo diversos tipos de relacio-
nes sociales y administrar un no menos complejo sistema económico, desde las

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 101

tecnologías de producción a las formas de distribución - especialme


colección de tributos - , la regulación de intercambios y el con
1989:23).
3. Ha consolidado definitivamente la división social del trabajo entre, por un
lado, productores directos (comunidades agroartesanales) y, por otro, los eje-
cutantes de trabajo intelectual, aparecida en la fase anterior, donde:
a) La clase explotadora fundamental, finalmente, conformó grupos sociales,
estrictamente diferenciados e institucionalizados, con funciones altamente
especializadas;21 gobernantes, administradores públicos, especialistas en la
investigación de los distintos fenómenos de la realidad, sacerdotes especia-
lizados en el control religioso e ideológico y de la ritualidad del poder, ar-
quitectos, especialistas en el intercambio y la diplomacia y, en su caso, los
especialistas en el control militar, entre otros.
b) La clase explotada fundamental conformada por las comunidades agroarte-
sanales dedicadas específicamente a la realización de trabajo manual para
la producción de alimentos o para la de bienes no alimenticios. Presentando
en su interior diferentes posiciones según la división técnica del trabajo vi-
gente. Pero que también constituyen la mano de obra de que dispone la cla-
se explotadora para la construcción de las diversas obras públicas
monumentales, el conflicto, la expansión, el desplazamiento de comunida-
des, por la fuerza, a territorios diferentes acorde a los intereses de la clase
explotadora fundamental, etc.
4. Se mantiene y garantiza, irreversiblemente, en la distribución de la producción
social generada una apropiación y un disfrute diferencial de la misma, donde:
a) La clase explotadora fundamental - en tanto organizadora de la producción
social acorde a sus propios intereses - se apropia del excedente de la pro-
ducción de la clase explotada y que, sin duda, es mayor a su propia aporta-
ción a la producción social total. Siendo el excedente la cantidad diferencial
de trabajo en bienes y/o servicios producido por la clase explotada funda-
mental por sobre el mínimo necesario para mantener su reproducción bio-
lógica y social.
b) La clase explotada fundamental, por su parte, se apropia de la cantidad mí-
nima necesaria de la producción social generada por sus comunidades, para
poder mantener su reproducción biológica y social, como resultado de la
pérdida de la capacidad de disponer del trabajo excedente de las mismas, en
trabajo vivo u objetivado en productos, que pasa a manos de la clase explo-

21 En oposición a la fase anterior, donde el mismo grupo social realizaba las distintas funciones
enunciadas.

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102 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

tadora. No obstante, siendo históricamente variable el nivel de c


mínimo subsistencial, de la clase explotada, el trabajo excedente pued
a su vez, variable históricamente según su propia capacidad de negoc
política con la clase explotadora.22

La inferencia de sociedades clasistas iniciales a partir de la ciudad c


trón de asentamiento es comparativamente "más fácil" que en aquellos
que ésta no se presenta. Empero, no constituye un indicador único, por l
ausencia tampoco es indicador de lo contrario; esto es, de la ausencia de s
des clasistas iniciales, caso de las sociedades clasistas iniciales agrícolas
rias sin ciudades (como Egipto, incluyendo las primeras dinastías) o lo
pastoralistas nómadas.
Entre tanto, partimos de la premisa de que una ciudad: es un asent
relativamente núcleado integrado por un centro que cuenta con numeros
cios públicos, con una arquitectura desarrollada mediante fuerza de traba
tada y una amplia comunidad agrícola en torno a la misma, que propo
recursos suficientes para el sostenimiento del centro, el cual tiene funcio
tico-administrativas y ceremoniales.
Donde la arquitectura monumental ejemplifica la existencia de un
ideológico institucional especializado para disponer de fuerza de trabajo e
da, que justifica que se construyan las estructuras de tipo monumental, e
de supuestos dioses y de su representación en la tierra: el gobernant
arquitectura monumental y las consideraciones superestructurales que gu
clase en el poder como los complejos sistemas de escritura, calendarios, as
y adivinación, crea un vacío cultural, lo que a su vez refuerza y justifica
rencia institucional y, en suma, permite "...consolidar las nuevas for
sociales, políticas y económicas" (Trigger 1990:126).
Donde además: "La arquitectura monumental expresa en una forma púb
duradera la habilidad de controlar materiales, especialistas y actividades n
rias para crear y mantener tales estructuras, por parte de la autoridad. P
general, los edificios más grandes y más ornamentados son, la mejor
expresar su poder" {op. cit.All), y donde a su vez "...la participación e
ción de los monumentos que glorifican el poder de las clases altas, por
los trabajadores que se saben una clase subordinada, refuerza tal inferior
cit.:'25).

12 Cf. Marx ( 1 99 1 :277-287, 3 1 8-365).

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIOD1ZACIÓN... 103

Y donde también estamos frente a especialistas, en la adquisición о in


bio de recursos o materias primas, en su transporte, en su manejo y tr
ción, en "...la habilidad de planear a gran escala, con un alto grado de in
y un excelente desarrollo artístico" ( op . cit.: 121). Pero también donde
un alto poder de reclutamiento y de dirección, de una gran cantidad de
trabajo, necesarias para la construcción monumental.
Tampoco debemos olvidar que igualmente estamos frente a una gran
de especialistas como son: orfebres, talladores de piedras finas, ceramis
dores, escultores, pintores, escribanos, etc., que requieren de una u otr
los mismos recursos de subsistencia y otros que los destinados a la cons
monumental. Lo que a su vez implica una institución que establezca c
acceso a diferentes bienes y recursos, así como las prestaciones nece
sostener a su servicio una fracción de la de la clase explotada fundam
parte de la clase explotadora fundamental.
Pero de igual forma también debemos considerar la presencia de espe
en el control "militar", que permite mantener el "orden" necesario para
ción de las actividades, sin movimientos sociales o rebeliones por parte
explotada. Con base en lo cual, podemos inferir el control político, socia
so y/o "militar" para manipular y usufructuar la fuerza de trabajo nec
ello.
En suma, en la ciudad estamos frente a un "...sistema de clases so
sistema político que asegura a la vez en funcionamiento del conjunto
dominación de una clase; un sistema institucional de inversión en lo par
lo referente a la cultura y a la técnica, y un sistema de intercambio con
(Castells 1986:19).
Esto es, la aglomeración o nucleación excesiva de decenas de miles
nas no es ni puede ser un criterio determinante para el reconocimiento
un asentamiento es una ciudad o no. Sobre todo para el caso de las p
ciedades clasistas iniciales. Sin duda, reconocemos la complejidad de
mientos que tradicionalmente se han reconocido como centros urb
embargo, ello no demerita de ningún modo los asentamientos anter
sociedades clasistas más tempranas. Por el contrario, sostenemos que la
dad urbana que presentan es resultado de procesos de desarrollo y d
ocurridos en las ciudades de las primeras sociedades clasistas iniciales.23

23 Para mayor detalle de este punto, véase Flores (2007:275-301 ).

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104 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

Modos de vida clasistas iniciales

Los productores de alimentos (de tipo semicultor)

Entre los grupos productores de alimentos arqueológicos encontramos los típic


mente reconocidos de Mesopotamia, Egipto, Mesoamérica, India, China y
Andes. Nosotros nos ocupamos (Flores 2007:278-301) de comentar los caso
arqueológicos de los tres primeros casos señalados y reconocidos tradicionalmen
te como "focos de civilización" o "estados prístinos".24 Sin embargo, nos oc
mos de fases anteriores de las tradicionalmente reconocidas como de sociedades
clasistas. Pues, sostenemos que las primeras sociedades clasistas no están en las
fases donde generalmente se ha supuesto la presencia de los supuestos "estados
primarios o prístinos", sino en los periodos anteriores donde se establecieron las
condiciones sociales de explotación clasista y donde operó y se gestó un complejo
proceso de transformación de las superestructuras para que permitieran no sólo
mantener dichas condiciones de explotación sino promoverlas, desarrollarlas y
fortalecerlas.
El objetivo lejos de una intencionalidad en la búsqueda del caso más antiguo,
sin más interés crítico, lo es de señalar los casos relevantes para estar verdadera-
mente en condiciones de reconocer e investigar aquellos procesos que desencade-
naron en la aparición de las primeras sociedades de clases y no sus consecuencias.
Lo que sucede es que generalmente se han aceptado como "indicadores" de
"estado" aquellas formas culturales de sociedades clasistas iniciales secundarias
que tanto admiran muchos investigadores como rasgos de "complejidad" y/o "ci-
vilización" en detrimento de la investigación de los procesos de explotación cla-
sista inmersos en su construcción.
Por otro lado, no pretendemos sostener, de ningún modo, que los sitios, fases o
culturas arqueológicas que abordamos adelante como sociedades clasistas inicia-
les prístinas y que, para nosotros, resultan ser los casos relevantes, presenten pro-
cesos de desarrollo semejantes a los sitios, fases o culturas arqueológicas, donde
tradicionalmente se ha supuesto la presencia de "estados prístinos". Pero tampoco
significa que, como hemos dicho, por default puedan ser considerados como co-
munidades tribal jerárquicas, en tanto que ambos casos implican, sin duda, proce-
sos de desarrollo distinto.

24 Para una discusión detallada sobre lo erróneo del planteamiento de los "estados prístinos", en
tanto se refieren a sociedades clasistas iniciales secundarias, véase la referencia anterior.

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 105

Mesopotamia
Consideramos, según la información disponible hasta el momento, que
Mesopotamia la revolución clasista operó, fundamentalmente, duran
temprano (4300-3450 a.C. aproximadamente) (Roaf 2000:56), 25 au
muy posiblemente desde finales de Ubaid Tardío (5400-4300 a.C. ap
mente) {op. cit.: 51, 56). Dando lugar en Uruk tardío (3450-3100 a.C.
damente) {op. cit.: 56, 66) a la primera sociedad clasista en la histor
sentido, sin duda alguna sostenemos que son de mayor importancia
procesos de transformación social ocurridos a lo largo del periodo
aquellos que tuvieron lugar a finales de Jemdet Nasr (3100-2900 a.C
damente) {op. cit.: 66), que condujeron al Dinástico Temprano (290
aproximadamente) {op. cit.:16 ), donde tradicionalmente se reconoce la
del "estado prístino" más temprano.

Egipto

Tradicionalmente se ha supuesto que a lo largo del periodo Nagada II o Guer-


zeenze del Alto Egipto, estamos ante comunidades tribal jerárquicas. Nosotros si
bien no disentimos notablemente con tal proposición si introducimos un impor-
tante matiz que para nosotros es sumamente relevante. Esto es, consideramos que
hacia el Guerzeense Tardío o Reciente (3500-3300 a.C. aproximadamente) (Cer-
vello 1996:8) tuvo lugar la revolución clasista que aceleró las contradicciones de
la formación tribal en la región y sentó las bases para una nueva formación social,
la clasista inicial, en Nagada III (3300-3100 a.C. aproximadamente) {op. cit.: 9)
antes de la aparición de la I Dinastía (3100-2890 aproximadamente) (Trigger et
al. 1977:96), como regularmente es aceptado hoy día.

Mesoamérica

Sostenemos que en Teopantecuanitlán, aún cuando reconocemos su carác


comunidad tribal jerárquica, estamos ante un paso más adelante en el desenc
namiento de las contradicciones estructurales de la Formación Tribal (Revolu
clasista); lo mismo que para la zona maya encontramos el sitio de Nakbe,
menos, en su fase Ox tardío (600-400 a.C. aproximadamente) (Hansen 19

25 Para una discusión detallada en cuanto al problema cronológico en Mesopotamia, y la


asignadas por distintos investigadores a su secuencia, véase Manzanilla ( 1 986b:77- 1 55).

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106 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

Asimismo, consideramos que en el sitio de La Venta tenemos la primera s


clasista de Mesoamérica, acompañada por Cuicuilco. Sostenemos tal pro
en tanto partimos de la siguiente premisa: a mayor extensión y elaboració
asentamiento, incluyendo mayor calidad diferencial entre sus distinta
estructuras, mayor presencia potencial de trabajo enajenado.

Los grupos pastoralistas


En este lugar no tenemos ni el tiempo ni el espacio para abordar ampliam
numerosos grupos pastoralistas nómadas clasistas iniciales que tuviero
particularmente en las grandes estepas asiáticas entre el Mar Caspio y
donde hacia el siglo XII fuera construida la Gran Muralla China, algunos t
cultivadores de "tiempo parcial" según las características medioambie
sus territorios. Baste señalar, entre ellos, los Hsiung-nu de entre el 200 a
d.C., aproximadamente, y de acuerdo con la actual información disponible
mera sociedad clasista inicial pastoralista nómada. Así como los K'ang
Hunos, los Hsien-pi, los Juan-juan, los Turcos y los T'ieh-le o Kao-ch
ellos aparecidos a lo largo de los primeros cinco siglos de nuestra era
1986:315-325) y, por supuesto, los Mongoles de alrededor del siglo XII.
Asimismo, debemos reconocer que en tanto sociedades clasistas inic
cundarias implican procesos de desarrollo diferenciados. Algunos de ellos
nuaron a lo largo de todo su proceso de desarrollo como pequeñas so
clasistas iniciales, otras por el contrario lograron configurar verdaderos i
e incluso acceder a una nueva formación social (léase Feudalismo). Al
es importante observar que cuando tales pueblos o sociedades finalmente
paron del Feudalismo, ya como consecuencia de su propio proceso de desar
cuando perdían su unidad política, social y cultural y se veían en la neces
incorporarse a otros grupos e ingresar en un importante proceso de asim
sus formas culturales, por regla general se veían obligados a cambiar su m
vida de pastoralistas nómadas a productores de alimentos, cuando menos s
dentarios. Salvo excepciones, cuando podían incorporarse a otros grup
pansión también de pastoralistas nómadas.
En este sentido, no debemos olvidar que en principio el modo de vida p
lista nómada fue sumamente relevante para poder aprovechar al máximo
versos recursos de las grandes estepas y desiertos, pero que a su vez
importante para configurar un sistema económico que permitió integrar p
regiones a gran distancia con diferentes características sociales y culturale
De este modo, sostenemos la hipótesis de que en comunidades clasistas i
les prístinas, productoras de alimentos, hay una cierta linealidad en cuan

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 107

sarrollo de instituciones de gobierno cada vez más complejas, desde


clasistas iniciales prístinas hasta sociedades clasistas imperiales, en tant
un proceso de desarrollo "acumulativo". Sin embargo, entre sociedades
tas, dado su carácter secundario y la ausencia de continuos procesos de
desde procesos prístinos, históricamente se ha demostrado la no lineali
procesos y, en ciertos casos, importantes saltos cualitativos de sociedad
tas iniciales tempranas a sociedades clasistas iniciales imperiales. En
gracias al contacto con sociedades clasistas más avanzadas, fueron
asimilar tanto el desarrollo tecnológico de aquellas, incrementar el desa
sus fuerzas productivas, así como complejas instituciones de explotación
más "evolucionadas" que las que, en ese momento, disponían.

De este modo, es perfectamente posible que diversas sociedades en su hist


se "salten" determinadas etapas o calidades, en tanto acceden a medidas de
nitud de las fuerzas productivas a las cuales corresponden calidades más c
(Bate 1998b:75).26

Además que dadas las importantes semejanzas, en su nivel supere


particularmente en cuanto a las instituciones de gobierno de las socieda
tas iniciales avanzadas con las sociedades propiamente esclavistas y
central de la no necesaria linealidad entre las sociedades clasistas iniciales más
avanzadas y las sociedades que participan del esclavismo clásico, por lo que dicha
linealidad en el "occidente" debe verse más como una particular vía de desarrollo
(forma socioeconómica) y no una condición necesaria de desarrollo de las socie-
dades clasistas iniciales más avanzadas (Cf. Engels 1968:124), como histórica-
mente hemos observado en el caso de China, donde se observa un salto cualitativo
de sociedades clasistas iniciales a una particular forma de la formación feudal
(forma socioeconómica).

Conclusiones

En este sentido, exponemos en la Figura 1 el resumen de la propuesta bás


periodización tridimensional que proponemos, como hipótesis de trabajo
enfrentar casos concretos de estudio. Con la intención de configurar una prop
general del mismo grado que la teoría y, por ello, sostener su aplicabilid
latitudes diferentes para explicar el desarrollo histórico concreto desde l
dimensiones de toda sociedad concreta.

26 Confrontar con el planteamiento presente en Marx ( 1 99 1 :8).

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108 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

Cultura (formas culturales básicas para


Formación económico social Modo de vida evaluar desarrollos divergentes)

Sociedad Clasista Inicial • Sociedades pastoralistas nómadas • Presencia-ausencia de la ciudad y, con ella,
(Primera Sociedad de Clases) • Sociedades agrícolas sedentarias de templos, edificios administrativos, unida-
( variante semicultora) des residenciales de élite, entre otros edifi-
cios públicos, como principales indicadores
de la división social en clases y, por lo tanto,
de la distinción entre sociedades clasistas
con ciudades y sin ciudades
• Inversión, en su caso, de fuerza de trabajo en

Tribal. Fase Trib


(Comunidad tribal jerárquica) ralistas nómadas un nuevo patrón de asentamiento, acompa-
• Grupos tribal jerárquicos agrícolas. ftado de aldeas y estancias, desarrollo impor-
( variante semicultora) tante de arquitectura monumental (pública,
• Grupos tribal jerárquicos, cazado- ritual y/o ceremonial) y, ocasionalmente,
res recolectores sedentarios importantes centros rituales y consolidación
de asentamientos fortificados, específica-
mente entre pueblos sedentarios
• Presencia, en su caso, de tumbas megalíticas

Tribal. Fase
(Comunidad tribal igualitaria) nómadas tos y medios de producción
• Grupos tribales pastoralistas • Predominio, o no, del sedentarismo
sedentarios o casi sedentarios • Mayor-menor inversión de fuerza de
• Grupos tribales agrícolas semicul- en vestimenta, vivienda y espacios
tores les, llegando, en la mayoría de los casos, a
• Grupos tribales agrícolas vegecul- construir verdaderas ald
tores • Inversión diferencial de fuerza de trabajo en
• Cazadores recolectores tribales la producción agrícola (semicu
sedentarios y/o cuasi-sedentarios cultura) y/o la cría de ganado,
• Cazadores recolectores tribales modos de vida
móviles • Variados modos de trabajo, diferenciados
culturalmente como la alfarería, textilería,
lapidaria, orfebrería, etc., para la manufactu-
ra de objetos, instrumentos de trabajo y
bienes de prestigio
• Presencia-ausencia de túmulos y/o tumbas
funerarias y, en algunos casos, santuarios
• Estructura de rangos, según el caso, a parti

De cazadores re
tribales vegetales y cazadores de fauna limitados, básicamente de piedra, madera,
menor hueso, concha y cuero diferenciados cultu-
• Pescadores, recolectores de recur- raímente
sos marinos y cazadores de fauna • Técnicas de trabajo diferenciadas para la
marina manufactura de "vestimenta", "vivienda",
• Recolectores de vegetales, de adornos, instrumentos y med
recursos marinos y pescadores • Modos de trabajo particu
• Recolectores de vegetales, de explotación de su territorio
recursos de agua dulce o marinos y • Ocupación de cuevas, abr
cazadores de fauna menor refugios provisionales al aire li
• Cazadores de megafauna y recolec- principalmente de pieles
tores de vegetales • Configuración singular de campamentos
habitacionales y de trabajo en su patrón de

Figura 1. Tabla básica de periodización tridimensional desde los cazadores


pretribales hasta la Sociedad Clásica Inicial (propuesta teórica).

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f:ffff:ffff:ffff:ffff:ffff on Thu, 01 Jan 1976 12:34:56 UTC
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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 109

Cultura (asumiendo formas culturales básicas


según periodos de clasificación propuestos por la
Formación económico social Modo de vida arqueología tradicional)

Sociedad Clasista Inicial • Sociedades agrícolas sedentarias ■ "Posclásico Tardío": «Estados Imperiales»
(Semicultores) (Mexicas, Purépechas)
■ "Posclásico Temprano".
[Técnicas de producción de alimen- "Epiclásico": «Estados Militar
tos y complementariedad económica Cholula, Xochicalco, Cacaxtl
diferenciadas culturalmente] ■ "Clásico": « Estados teocrát
can, Monte Albán, Zona Maya "Mirador", e
■ "Preclásico Superior (Terminal)
■ "Protoclásico" (Cuicuilco, Izapa, Chiapa d
Corzo, Kaminaljuyú, Nabe, Edzna, etc.): «E
tados Teocráticos»
«Sociedades Clasistas Iniciales
Secundarias»

■ "Preclási
Cuicuilco) «Estados Teocráticos»
Sociedades <Clasistas Iniciales Prístinas
■ "Preclásico Medio": 1000-700 a. C. «Revolu-
ción Clasista»

Tribal. Fase tri


(Comunidad tribal jerárquica)

Tribal. Fase tribal ig


tores 1989; García Barcena op. cit.)
■ Grupos tribales agrícolas vegecul- ■ "Protoneolític
tores (Lorenzo, op. cit. R
- Cazadores recolectores tribales Garda Bar
sedentarios y/o cuasi-sedentarios ^ д ^ац ^ cit ^
■ Cazadores recolectores tribales j
móvi,es ■ "Cenolítico Supe- С
rior", (Lorenzo, O [En Aridoamé-
García Barcena op. rica hasta el periodo
cit.) histórico]
De cazadores recolectores ■ Recolectores especializados de «Revolución tribal»
pretribales vegetales y cazadores de fauna ■ "Cenolítico Inferior": Regionalización ( Loren-
menor zo, García Barcena op. cit.)
■ Pescadores, recolectores de
recursos marinos y cazadores de
fauna marina ^
■ Recolectores de vegetales, de I
recursos marinos y pescadores
■ Recolectores dePaleomdio
. . ■ íín vegetales,. .de
.. ■ íín . 1ПППЧ
„ (Hall . .. „ 1ПППЧ
1999);
recursos. agua
de .®agua ® dulce o marinos . J y ■ 4lA1 .... inc_ líV7„ in_<-
J y ■ 4lA1 Alqueolitico .... (Lorenzo inc_ 1957, líV7„ 1974, in_<- 1975,
cazadores de . fauna menor inol ino„ ^ , D ,nň1,
„ , , . 1 984, 1 ino„ 987, ^ García , D Barcena ,nň1, 1 993)
■ Cazadores „ , de , megafauna . y reco-

Figura 2. Tabla básica de correlación, para el caso de 'Mesoamérica' entre l


dos esenciales generales expresados en la categoría de Formación So
las formas particulares de desarrollo expresados en la de Modo de Vid
perspectivas formas culturales, estas últimas, según las propuestas de
y periodos diseñada por la arqueología tradicional (propuesta teórica).

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110 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 44 ENERO-DICIEMBRE 2008

Esto es, la Tabla básica de periodización tridimensional propone, teóricam


te, de manera general, los presupuestos mínimos para explicar el desarrollo
rico concreto, de cada sociedad concreta, desde los cazadores recole
pretribales hasta la sociedad clasista inicial, como contenidos esenciales gene
expresados en la categoría de formación social, considerando sus diferentes
dos de vida y formas culturales básicas para evaluar desarrollos divergentes
es, una unilinealidad posible en cuanto a los contenidos esenciales gener
presados en la categoría de formación social, pero una multilinealidad, en lo
se refiere a la manifestación concreta de los diversos procesos de desarrollo
plicados, en cuanto a sus modos de vida y la expresión de sus formas cultur
vida.
En este sentido, este trabajo se realizó pensando en la formalización de in
dores arqueológicos que se correlacionaran con los presupuestos generale
teoría, por ello se pretende den cuenta de los procesos socialmente ocurrido
su respectva fase de desarrollo, con las formas culturales que reportan
periodos o sitios importantes de otras regiones del mundo. Sin embargo, ta
se hizo con la idea de orientar el estudio de Mesoamérica, en tanto se desea
tituir como un punto de partida, para enfrentar los diversos problemas teó
metodológicos que representa su estudio.
En este sentido, en la Figura 2 intentamos mostrar, a manera de hipótes
planteamiento de las posibilidades de la teoría sustantiva para explicar d
tres dimensiones de una sociedad concreta, la dinámica de su desarrollo hist
concreto y, por otro, sentar las premisas básicas que permitan orientar su ap
lidad, en este caso, a Mesoamérica. Sin duda, no se pretende dar nada por as
do, sino que se pretende constituir como una forma puntual de enfren
singularidad cultural que la arqueología tradicional ha sobre dimensionado.
Incluso pensamos que el mismo conocimiento empírico puede dar import
elementos para corregir la propuesta aquí contenida, siempre que se preten
trastar estas hipótesis, así como pretendan realizar las investigaciones corr
dientes, para explicar el desarrollo histórico de las sociedades concretas a la
nos aproximamos desde su dimensión cultural. Por ejemplo, pueden propor
importantes evidencias de los procesos locales que pudieron participar en la
lución tribal, así como proporcionar mayor evidencia sobre el "momento-p
de ocurrencia de la revolución clasista.
Finalmente, queremos señalar que si bien en esta última tabla hemos abordado
únicamente desde un dimensión diacrònica el problema, considerando los perio-
dos culturales que tradicionalmente ha reconocido la arqueología tradicional en
Mesoamérica, también es posible realizarlo privilegiando la dimensión sincrónica
y que, en lugar de tomar en cuenta los periodos culturales vistos, se pueden consi-

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JOSÉ ALFREDO FLORES HACIA UNA PROPUESTA DE PERIODIZACIÓN... 1 1 1

derar regiones у/о tradiciones culturales diferenciadas en un momento o


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