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Introducción a la historia de la vida cotidiana
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LO COTIDIANO Y LAS CIENCIAS SOCIALES
LA ANTROPOLOGÍA Y LO COTIDIANO
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34 APROXIMACIONES
definición antropológica de cultura, que nada tiene que ver con las ex-
presiones artísticas y científicas más elaboradas y, por el contrario, abar-
ca todas las manifestaciones mentales y materiales del individuo en so-
ciedad. Se parte de la consideración de que la cultura es una actividad,
no un objeto y que, por tanto, es dinámica, no pasiva.
La antropología cultural se relaciona con la historia, en un sentido
que se ha expresado como la búsqueda de interpretaciones, no leyes del
comportamiento humano. Básicamente lo que nos proponen los antro-
pólogos sociales es aplicar a las sociedades del pasado tanto como a las
del presente un criterio semejante al que dirige la investigación del an-
tropólogo frente a pueblos primitivos. Robert Darnton ha expresado los
nexos entre ambas disciplinas al advertir que "el historiador etnográfico
estudia la manera como la gente común entiende el mundo". Esto exige
no olvidar que la otra gente es distinta, que no piensa igual que noso-
tros. En el momento en que algún texto o actitud escapa a nuestra com-
prensión estamos cerca de un problema que puede ayudarnos a resolver
cambios en la mentalidad o en las costumbres. La reflexión antropoló-
gica nos ayuda a comprender actividades cotidianas como los mecanis-
mos de intercambio y reciprocidad y las contradicciones de los sistemas
de división de los géneros.
A la antropología debemos, entre otras cosas, el interés por la cultu-
ra material, la observación de las costumbres aparentemente banales, el
análisis de las estructuras y relaciones familiares y conceptos como fun-
ción o mito. Durante algún tiempo el concepto de función fue clave pa-
ra los antropólogos y en la teoría social, porque se refería a la responsa-
bilidad de cada parte del aparato social para mantener el equilibrio del
todo. La premisa es que en un sistema de creencias cada parte depende
del resto; pero en este esquema no hay explicación para los cambios y
las diferencias, que son objeto de la historia. Hoy se ha desacreditado el
funcionalismo o estructuralismo.
Con un claro origen en los estudios antropológicos, el término mito
se ha utilizado con una connotación peyorativa, para identificar histo-
rias falsas, en contraste con la historia científica "verdadera". Una visión
estrecha del alcance de los mitos los ha mantenido fuera de la historia
como supercherías o falsedades. Pero los mitos son mucho más que eso
y su existencia se debe a que pueden sustentar valores apreciados por
pueblos, grupos o culturas. Los mitos son relatos con una función social
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LO COTIDIANO Y LAS OENCIAS SOCIALES 35
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36 APROXIMACIONES
TEORÍAS Y MODELOS
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LO COTIDIANO Y !AS CIENCIAS SOCIALES 37
ción específica para dirigir su conducta personal. Esto coincide con la te-
sis marxista de que los hombres hacen por sí mismos su historia, pero en
condiciones previamente dadas, y también se aproxima a la teoría de jue-
gos, que puede aplicarse a los procesos históri-
cos. La vida cotidiana, con sus valores implíci- Las revoluciones que definen
tos y sus reglas de comportamiento , equivale a el tiempo presente
un juego de estrategias en el que existe cierta
Hay que precisar, en primer lugar,
libertad, siempre que no rebase los límites de qué entendemos por tiempo presen-
los movimientos autorizados. Hay que aceptar te. No debemos juzgarlo a escala de
que todos los individuos (los jugadores) tienen nuestras vidas individuales, tomando
alguna parte de poder para participar en el jue- como referencia esas fracciones coti-
go. Resultan ganadores los jugadores capaces dianas tan nimias.. insignificantes y
traslúcidas que constituyen nuestras
de sacar el mejor provecho de las piezas de que
existencias personales. A escala de las
dispongan; el problema es cómo se logra el civilizaciones, e incluso a escala de to-
equilibrio cuando los privilegiados pueden ma- do tipo de construcciones colectivas,
nejar mayor o mejor número de elementos; y fi- hay que utilizar para su comprensión
nalmente para que haya un ganador siempre y aprehensión otro tipo de medidas.
El presente de la civilización de hoy
tendrá que haber uno o varios perdedores.
está constituido por toda esa enorme
Fernand Braudel, a mediados del siglo xx, masa de tiempo cuyo amanecer esta-
advirtió la necesidad de incorporar a la histo- ría señalado por el siglo xv111 y cuya
ria los hallazgos de las ciencias sociales; entre noche no estaría aún próxima. Hacia
otras cosas, la aportación de la sociología 1750, el mundo con sus múltiples civi-
podía ser la capacidad de trascender lo anec- lizaciones, se convirtió en el objeto
de una serie de conmociones y de ca-
dótico y pasar a lo general. Con miras a estos
tástrofes en cadena (que no constitu-
estudios, y con la ambición máxima de hacer yen únicamente el patrimonio de la
una historia total, Braudel distinguió fenóme - civilización occidental). En ella nos
nos de larga duración, de duración media y encontramos hoy.
coyunturas. Los que han incidido profunda- Esta revolución, estas perturbacio-
mente en la vida humana son de larga dura- nes repetidas, fueron determinadas
no sólo por la revolución industrial,
ción: los cambios de población, las nuevas téc- sino también por una revolución cien-
nicas en agricultura, las rutas del comercio ... Y tífica [ .. .] y por una revolución bio-
aquí es donde subrayaba que para aprovechar lógica, de causas múltiples pero de
adecuadamente la información sobre los gran- resultado evidente: una inundación
des problemas de la evolución de la cultura se humana como el,planeta nunca había
conocido.
debe entablar un diálogo entre las diferentes
Fernand BRAUDEL,
ciencias humanas. Mientras el historiador tra- La historia y las ciencias sociales
dicional presta atención al tiempo breve, a las
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38 APROXIMACIONES
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LO COTIDIANO Y LAS CIENCIAS SOCIALES 39
CONCEPTOS SOCIOLÓGICOS
EN RELACIÓN CON LA· HISTORIA DE LA VIDA COTIDIANA
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40 APROXIMACIONES
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LO COTIDIANO Y lAS CIENCIAS SOCIALES 41
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42 APROXIMACIONES
do mediante las leyes se describe como control social. Las clases subal-
ternas aprenden su lugar en la sociedad por la educación y por la con-
formidad con su posición en el sistema. En el mundo occidental, a lo
largo de varios siglos, la autoridad correspondía a los hombres de la fa-
milia, pero el poder dependía de circunstancias como la aportación eco-
nómica al patrimonio familiar y el prestigio social de cada uno de los
cónyuges.
Se requiere recurrir a los conceptos de violencia simbólica y nego-
ciación, para explicar la hegemonía cultural. Los menos privilegiados no
rechazan los valores dominantes sino que los negocian o los modifican
a la luz de sus propias condiciones. En el mundo colonial africano del
siglo x1x, la imposición cultural se inició con la religión y con la intro-
ducción de nuevas técnicas, sistemas de trabajo y productos agrícolas y
ganaderos, acompañados de elementos accesorios como el vestido o la
vivienda. La lengua sólo se impuso en la medida en que hubo un inte-
rés compartido por los intermediarios naturales, que eran los jefes loca-
les y los administradores coloniales. Una verdad bien conocida por los
pedagogos es que nadie aprende más que lo que quiere aprender, y se
podría ampliar el concepto porque nadie asimila una práctica impuesta
sin incorporar al mismo sus propias creencias o valores.
El término resistencia cubre una serie de comportamientos colecti-
vos como los actos de sabotaje, la desobediencia civil y la fuga. Pero no
siempre la resistencia es voluntaria y premeditada y ni siquiera implica
un rechazo explícito. Aun sin llegar a la situación de inconformidad o
rebeldía, el hombre rara vez es un receptor pasivo sino que asimila el
mensaje de acuerdo con su propia mentalidad, que a su vez se ha forja-
do en un ambiente de cultura compartida.
En busca del nexo que enlaza al ser humano con sus semejantes, el
muro que separa el yo de los demás, Sigmund Freud resaltó la oposición
entre el deseo y las estructuras reguladoras de la sociedad, con lo cual
ayudó a definir ese sujeto de lo cotidiano que es el hombre en su reali-
dad física y mental. En consecuencia puede concebirse la estabilida.d de
la sociedad humana como un orden basado en el consenso normativo
contra el capricho destructivo del deseo individual. Las necesidades bá-
sicas del ser humano son necesidades físicas, del cuerpo, lo que convier-
te al cuerpo en sujeto de la historia de lo cotidiano. El problema es que
no todos los placeres parecen necesarios y algunos resultan destructivos.
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LO COTIDIANO Y LAS CIENCIAS SOCIALES 43
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LO COTIDIANO Y LAS CIENCIAS SOCIALES 45
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LO COTIDIANO Y LAS CIENCIAS SOCIALES 47
EN SÍNTESIS
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