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RAZÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Maestrante: Jorge Ariel García Cárdenas

Materia: Desarrollo tecnológico y conocimiento científico

Introducción

La filosofía ha auto-concebido, en la obra de Kant (2007), a la razón, en lo que respecta a la


tarea del conocimiento de sí, con la figura de un tribunal de justicia que asegure sus
pretensiones legítimas. En su forma clásica la epistemología del siglo XX, alineada con esta
visión general, sería la instancia que busca dirimir y dictaminar si una elaboración constituye o
no una teoría científica. La evolución de la epistemología ha introducido una serie de
objeciones o revisiones de esta formulación. En primer lugar una exigencia historicista de
atender el desenvolvimiento histórico de la ciencia. Esto complejiza pero no anula la exigencia
ilustrada de un tribunal normativo. Desde otro campo de problemas ha sido planteada por la
Escuela de Frankfurt la cuestión misma de la Ilustración y ha sido revisada en cuanto a sus
logros o déficit de ellos. La Teoría Crítica ha señalado una escisión y debilitamiento de la
razón en la época contemporánea resultando en una racionalidad solamente instrumental y
formalizada. Este cuestionamiento ha tenido lugar en la época de la acentuación acelerada de la
conexión entre ciencia y tecnología acaecida hacia mediados del siglo XX en torno a la
Segunda Guerra Mundial. Entre tanto está conexión, así como el contexto político y económico
que le ha dado ocasión no ha hecho más que proseguir su marcha. Horkheimer (2002) acuñó la
figura de un eclipse de la razón que afectaría todos los órdenes en detrimento de un mundo más
humano. Entre tanto también en el pensamiento filosófico no sólo se han diluido sus exigencias
humanistas, sino que incluso se han llegado a invertir sus directrices dentro el marco del
llamado aceleracionismo en su vertiente de “derecha” en la obra de Nick Land (2017), en el
sentido en el que ya no se hecha de menos la razón global que subordinaría la técnica hacia
fines racionales y humanistas, sino que el humanismo se ha llegado a ver como un obstáculo
para el mas amplio despliegue del tecno-capital. En su pensamiento Nick Land ha subvertido la
filosofía kantiana hacia un materialismo trascendental (Brassier, 2020) en donde el papel que
había tenido el sujeto como instancia racional es suplantado por lo maquínico, el potencial
auto-sofisticante de la tecnología, apostando por la desregulación. Estas transformaciones
afectan la orientación toda de la filosofía y conllevan también peculiares connotaciones
políticas, o anti-políticas. Dentro de este panorama problemático se pueden plantear dos
cuestiones concernientes al ámbito de la epistemología. La primera cuestión es el concepto de
razón, implícito o explícito, en su tarea de análisis del conocimiento. La segunda cuestión es la
posibilidad de abordar la tecnología en su conexión con la ciencia. El marco adoptado para
abordar estas cuestiones es la epistemología de Imre Lakatos con su Metodología de los
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Programas de Investigación Científica, que contiene la tarea de una reconstrucción racional


normativa de la historia de las ciencias. La epistemología de Lakatos, así como tantas otras, no
ha planteado explícitamente tales preguntas, pero es posible abordarlas desde su marco
racionalista ampliando su círculo de problemas y conceptos.

El concepto de razón

El aporte de la filosofía de la ciencia consiste, en la formulación de Lakatos (2001, p. 11), en


proporcionar una “explicación racional del desarrollo del conocimiento objetivo”, a través de
una metodología que define la historia interna, intelectual, de la ciencia. Además cada
metodología va a demarcar de forma diferente lo normativo-interno de lo empírico-externo
(socio-psicológico). El racionalismo de Lakatos incorpora un elemento historicista, la filosofía
de la ciencia guía normativamente la reconstrucción histórica de la ciencia, y la historia de la
ciencia proporciona el contenido, sin el cual la filosofía estaría vacía. La filosofía de la ciencia
viene a ser, en la formulación de Lakatos (2001, p. 65) una “teoría de la racionalidad
científica” que involucra o constituye un “programa de investigación historiográfica”, de tal
modo que la teoría, o meta-teoría, progresa si lo hace la historiografía, la historia está saturada
de valoraciones. Tanto la meta-teoría como la historiografía pueden ser evaluadas y criticadas,
para la cual requieren hacerse explícitas. Lakatos advierte también que una historia interna que
delegue demasiado en la historia externa es débil, una teoría pobre de la racionalidad
empobrece a la historia. Una historia puramente externa, que llama “positivismo
historiográfico” negaría criterios objetivos, lo que Lakatos (2001, p. 68) relaciona con un
“obscurantismo reaccionario hegeliano” que revocaría la separación kantiana de valores y
hechos1. Dado que la historia real de la ciencia no es enteramente racional corresponde en
buena medida a la historia externa la explicación de las anomalías en la ciencia, como
desviaciones respecto a la historia interna. Un punto relevante es que la teoría de la
racionalidad puede ser criticada, al menos de forma constructiva, ya que no negativa, y puede
aparecer una mejor teoría de la racionalidad que explique más ampliamente la historia de la
ciencia (Lakatos, 2001, p. 66). La cuestión epistemológica involucra una teoría de la
racionalidad.

Desde una perspectiva más amplia la racionalidad esta ligada a un proyecto, el de la


Ilustración. En términos de Adorno y Horkheimer 2 (1998) es el proyecto de desencantamiento
del mundo, la disolución de mitos por la ciencia. Aunque este proyecto sea problemático por la
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La caracterización que hace Lakatos proviene de Popper, y puede estar sujeta a debate. Constituye todo un problema conceptual la
noción de razón en Hegel, particularmente la ecuación entre razón y realidad (Wircklichkeit ). Que mas que considerar racionales lo
real como los datos existentes, implica que la estructura de la realidad, más allá de las pasiones e intereses, o a través de ellos, sería
racional. Concepción que derivaría en la exigencia marxista de realizar la razón en el mundo histórico-social.
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Puede considerarse a la Escuela de Frankfurt tanto como una prolongación de la exigencia hegeliano-marxista de realizar la razón en
el mundo histórico-social, además de cómo una expresión de humanismo, una noción implícita de esencia humana que debe realizarse,
y que atraviesa, en un la lógica subyacente, por un proceso de alienación que, a diferencia de Hegel, queda sin síntesis o
reconciliación, a partir de una razón ilustrada que habría renunciado a su realización.
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recaída de la propia Ilustración en mito. La técnica, esencial al saber, no llega a aspirar sino al
método y a la dominación. El camino hacia la ciencia aparece a los autores como una renuncia
al sentido. La razón reducida a un formalismo y el conocimiento a cálculo y clasificación. En
un contexto puramente instrumental se impone como único fin presupuesto la auto-
conservación, que conlleva la alienación según el aparato técnico. El proceso técnico reifica al
sujeto y la razón se convierte en simple instrumento. Estas derivas de la racionalidad parecen
requerir un concepto más amplio de razón, así como una especificación de la relación de la
ciencia y la técnica en relación con ese concepto. En relación a la epistemología la exigencia de
la Teoría Crítica aparece como la evaluación de la razón fuera del campo interno o su papel en
el campo histórico-social. Esto corresponde a la historia externa entendida por Lakatos como
fuente de desviaciones irracionales. Un concepto amplio de razón ha de considerar más de un
estrato, así como diferentes ámbitos de desenvolvimiento 3. Un concepto de razón compatible
con la epistemología normativa de Lakatos y, a la vez, amplio se puede encontrar en el actual
filósofo Reza Negarestani (2017), que, en su análisis de lo humano, señala la doble dimensión
prescriptiva y descriptiva, donde cada una de ellas requiere a la otra. Una visión puramente
descriptiva implicaría una “resignación”, y una puramente prescriptiva constituiría una
“veleidad”, en palabras de Negarestani (2017, p. 225). La prescripción atañe ya a la inferencia
y al juicio, pero también a la posibilidad de establecer compromisos, si bien revisables. A la
auto-realización de la razón le cabe ir más allá de lo humano, es decir de enunciación de lo
humano como un fundamento cerrado e inamovible. El compromiso con la humanidad que
constituye el humanismo, puede ir más allá hacia una revisión de lo humano, en el
planteamiento “inhumanista” del autor, conformando una superación del humanismo
esencialista. El punto a resaltar consiste en que la epistemología afinca en la normatividad
concerniente a la inferencia y al juicio, es el aspecto propiamente lógico o formal de la razón,
junto al que se sitúa, en el enfoque pragmático y existencial de Negarestani, al compromiso.
Por su parte, Lakatos (2001, p. 65) llega apuntar que su metodología se puede aplicar a
“cualquier tipo de conocimiento normativo, incluyendo la ética y la estética”, posibilidad no
desarrollada pero potencialmente implicada en su enfoque. Indudablemente una aproximación
amplia del concepto de razón contiene un elemento teórico y formal necesario, junto al que
cabe situar las dimensiones pragmática y existencial. La epistemología de Lakatos implica una
inserción de la razón en la historia, con ecos de una dialéctica, pero sin el concepto de
totalidad, asumiendo que la historia real contiene tanto elementos racionales como irracionales.
La ciencia posee una normatividad interna diferenciada, de carácter lógico, pero también una
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En la línea de la Escuela de Frankfurt, Jürgen Habermas (1999) distinguió dos niveles de racionalidad, en un nivel “realista” de
manipulación instrumental se requieren analizar las condiciones para poder cumplir ciertos fines, constituyendo intervenciones
controladas por la eficacia en un mondo de estados de cosas. En otro nivel que llama “fenomenológico” correspondiente a un
entendimiento comunicativo que pregunta reflexivamente, transformando el presupuesto del mundo en un problema preguntando por
las condiciones bajo las cuales la comunidad comunicativa puede alcanzar el consenso. Una epistemología normativa, tal como la
formulada por Lakatos, si bien planteada en términos más lógicos que comunicativos opera en el ámbito de la discusión de los
criterios de evaluación bajo las cuales sería posible alcanzar un consenso científico.
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vinculación de hecho con otros ámbitos de saber y actividad, que requieren un análisis
complementario.

La conexión entre ciencia y técnica

La racionalidad interna de la ciencia puede establecerse en términos fundamentalmente lógicos,


de consistencia o inconsistencia, esto es concordancia de los hechos con las predicciones de un
programa teórico, o bien de anomalías discordantes con el mismo. Fuera de ello hay
conexiones factuales, empíricas, con ámbitos socio-psicológicos, que pueden actuar
favoreciendo o desfavoreciendo la ciencia. Se trata de dos tipos de cuestiones diferenciadas que
marcan el contexto de justificación, de un lado, y el contexto de descubrimiento de una
elaboración científica, por otro lado. La relación de ciencia y tecnología puede verse como una
relación externa, sin embargo la tecnología está, en términos de Agazzi 4 (1998),
estructuralmente conectada a la ciencia. La tecnología es tanto una consecuencia, como
fundamentalmente el medio por el que los conceptos científicos conectan con su referente, no
sólo un medio de control experimental de las teorías y comprobación de las predicciones,
incluso también un medio de constitución del ámbito de sus objetos. Ya en Galileo hay la
construcción de situaciones experimentales, como el plano inclinado que permiten aislar
propiedades concebidas teóricamente, como la inercia (Agazzi, 1998). Aún cuando el grado de
conexión es variable, sea por el contexto histórico, antes no había una conexión tan inmediata
entre la teoría y su aplicación, como también varía mucho según las disciplinas. Una visión
instrumentalista como la planteada por el filósofo Ian Hacking llega a considerar que sólo lo
observable y manipulable es real (Moulines, 2011); una visión problemática para el conjunto
de las ciencias, particularmente sociales, con todo hay una conexión estrecha y creciente entre
ciencia natural y tecnología. Ha sido en el siglo XX, y particularmente alrededor del período de
guerras, en el que la ciencia se convirtió en objeto acentuado de una política de Estado, cuando
la conexión entre descubrimiento científico y aplicación tecnológica se ha acelerado; a la vez el
desarrollo tecnológico se ramifica en un conjunto de dimensiones ambientales, económicas y
políticas (Marí, 2018). Esto permite replantear la relación del tecno-capital con la política tal
como lo formula el aceleracionismo de “derecha”. Pero remarca a la vez la conexión de la
tecnología con el contexto económico. En el caso destacado de Estados Unidos el desarrollo
tecnológico, y la prospectiva del mismo, se acrecientan por una confluencia de intervención
estatal e iniciativa económica privada. El desarrollo tecnológico y su prospectiva pueden ser
analizados en el marco de diferentes modelos, que pueden considerar, bien las tendencias
presentes, en cuanto a los límites físicos de recursos disponibles, tal como hizo el Club de
Roma; o bien introduciendo consideraciones normativas acerca de una sociedad ideal, tal como

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Agazzi distingue además entre técnica como rasgo antropológico general por la cual al ser humano le es constitutivo modificar
artificialmente al mundo y la tecnología, como esta capacidad unida al un saber que posee la explicación que hace posible esa eficacia.
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hicieron los modelos latinoamericanos de Bariloche y PTAL, difiriendo este último por
incorporar el análisis de escenarios posibles. En el desenvolvimiento tecnológico inciden
diversas instituciones científicas y no científicas (educativas), así como gobiernos y empresas
(Marí, 2018). Este componente concierne a una historia externa de la ciencia, que como se ve
puede contener elementos tanto descriptivos, como también normativos, ya no solamente
lógicos sino socio-políticos. Una consideración de la ciencia y la tecnología, en relación con el
contexto de instituciones delimitaría una historia externa. Así un desarrollo científico, incluso
en un área como las matemáticas, esta fácticamente entrelazado con procesos educativos como
las reformas, o económicos como la industrialización. Pero además la conexión estructural de
la tecnología con la ciencia requiere otro tipo de aproximación. No hay conexión general
determinista, única y lineal entre política, tecnología y ciencia. Estas conexiones tienen que
establecerse para cada caso en específico.

En el desarrollo tecnológico se dan procesos de convergencia, como el de la NBIC (nano-bio-


info-cogno). Estas no resultan del desarrollismo de dispositivos sino que es un proceso natural
resultante de la aplicación de tecnologías a problemas o al diseño de productos (Marí, 2018).
En este proceso de convergencia hay un importante carácter interdisciplinario. Esta interacción
constituye un tipo de relación peculiar, que no es ni lógico-teórica, ni empírico-social. Es una
relación entre vocabularios teóricos diferentes, así como también con prácticas tecnológicas
estructuralmente conectadas a las ciencias. Junto a las historias interna y externa, formuladas
por Lakatos, puede plantearse una historia intermedia de carácter interdisciplinario. Una
ciencia está relacionada con un contexto de otras disciplinas y prácticas, tal como la física en
relación con la ingeniería, o ésta con la medicina. No es una relación interna, pero si al nivel
inter-teórico, aun cuando con lenguajes diferentes respecto a un mismo objeto. Ni es una
relación contextual de carácter estrictamente sociológico. Tiene un elemento racional, pero no
está sometido a un conjunto de reglas comunes, lo cual puede dar lugar a malentendidos,
desconexión o fricciones entre vocabularios diferentes. Esto se puede subsanar bien por
lenguajes híbridos incompletos, o bien por intérpretes que dominan ambos vocabularios, tal
como ha sido analizado por Peter Galison 5 (1997), y otros autores, con el énfasis contextual y
pluralista en la línea de la epistemología de la Escuela de Standford, corriente que enfatiza
además los modelos y casos específicos mas que los enunciados generales (cf. Moulines,
2011). En ciertos casos una confluencia interdisciplinaria puede dar lugar a toda una disciplina
con su propio vocabulario altamente desarrollado. Éste es el caso específico de la cibernética.
Es resultado de una convergencia teórica en la que trabajaron un matemático y físico, Norbert
Wiener (1988), un fisiólogo, Arturo Rosenblueth, y un ingeniero, Julian Bigelow. Este
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Una ciencia como la física no sólo consta en el planteamiento de Galison (1997) de teorías y de observaciones, hay un dominio
intermedio que llama “zona de comercio”, una metáfora de como especialistas de diversas áreas interactúan. Una ciencia no es algo
homogéneo ni un mero agregado de elementos. Entre las subculturas de la teoría y de la experimentación hay intercambio y
coordinación.
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desarrollo tuvo una raíz teórica como señala Wiener (1988), que llevó al diseño de una
máquina, partiendo de la idea que un acto volitivo puede equipararse a un proceso de
retroalimentación, esto es un proceso de causalidad circular que rige una variedad de
dispositivos, así como a organismos biológicos. Se dio una convergencia de dos procesos
paralelos: uno el proceso de diálogo interdisciplinario, y por otro lado el contexto de la
Segunda Guerra, y la iniciativa política que tuvo protagonistas como el ingeniero y asesor
político Vannevar Bush con quien Wiener colaboró. Ambos procesos impulsaron a Wiener a
plantear una máquina que pudiera predecir la trayectoria de los aviones para orientar la
artillería antiaérea, lo que requeriría una colaboración muy activa entre matemáticas y técnicas
de computación, así como un análisis simultáneamente físico y fisiológico, concatenando lo
humano y la máquina, además de que para ser útil para el esfuerzo de guerra la ciencia misma
tendría que cambiar (Galison, 1994). Como resultado de todo surgió toda una nueva ciencia
que estudia la comunicación y el control, una ciencia general de los sistemas
independientemente de si se trata de máquinas u organismos, y que tiene amplias implicaciones
incluso para el estudio de la sociedad6. El primer proceso, interdisciplinario, corresponde a una
historia intermedia, y el segundo, el contexto político, a la historia externa que desencadenó el
desarrollo de la cibernética. Se presenta la cuestión de si el significado cultural de un concepto
teórico, como el de retroalimentación, puede ser disociado de sus orígenes en la tecnología;
Galison (1994) considera que esto puede hacerse en principio. Hay que agregar que puede
hacerse está distinción analítica, si bien una teoría requiere ser aclarada experimentalmente,
esto es por medio del diseño de una tecnología, las significaciones culturales asociadas a la
teoría pueden tener un origen previo. Y si por un lado la tecnología es el medio para fines
teóricos y prácticos, el contenido teórico y las implicaciones de la tecnología tienen una
relativa autonomía o imprevisibilidad. Nick Land (2017b) señaló como la prueba de realidad
que hace superior a la ciencia es que la eliminación de teorías, al modo formulado por Popper,
no esté sujeta a manipulación política constituyéndola en un factor disruptivo externo a la
comunidad. Además aun cuando la tecnología responde, en varios casos por sus objetivos ya
que no por el contenido teórico conexo, a la intervención de la política, ya en cuanto medio no
está enteramente sometida a control 7. Es posible y necesaria tanto una distinción como una
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Fueron amplias, aunque no del todo difundidas las repercusiones de la cibernética para las ciencias sociales, particularmente con la
cibernética de segundo orden que influyó en el constructivismo y en áreas como la psicoterapia familiar. Heidegger (2000) llegó a
considerar la cibernética como una ciencia fundamental, que dirige a las demás ciencias, que corresponde al destino humano como ser
social. Incluso como un sustituto de la filosofía (Heidegger, 1996). La cibernética a decir de Heidegger (2000) transforma al lenguaje
en un medio de intercambio de noticias y a las artes en instrumentos de información y propaganda.
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Heidegger (1996) llegó a considerar la esencia de la técnica como im-posición (Ge-stell), una parte de la historia de la metafísica
donde la imposición significa que el hombre está “colocado, requerido y provocado por un poder” que “no domina”, la técnica oculta
la posibilidad de “experimentar el ser necesitado y el estar dispuesto a nuevas posibilidades” El pensamiento puede ayudar a
comprender esto en una situación en la que la filosofía ha llegado a su fin. Es una cuestión adicional en qué medida el medio
condiciona los propios fines, particularmente en ciertos casos como en la carrera armamentística. Existiendo una dinámica compleja
de un fin no racional, y la racionalización que corresponde a objetivos políticos acotados. En términos generales Stanisław Lem (2018)
señaló que la evolución tecnológica adquiere un nivel de auto-organización, tanto por su transformación total, como por la disposición
de materiales constructivos. Lem también expresó desconfianza hacia las promesas del humanismo, lo único eficaz contra la
tecnología solo puede ser otra tecnología. El conocimiento cambiará y, aun con lo riesgoso de las tendencias humanas, eventualmente
será utilizado (Lem, 2018). Hay un elemento de agencia humana, de iniciativa política o económica, y de orientación ya que la
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interrelación entre niveles de análisis concernientes a lo científico, tecnológico y político. Y


aun cuando una representación cultural, e incluso una cierta retórica política acompaña el
diseño de una tecnología, el diseño de un dispositivo regido por un concepto teórico como el de
retroalimentación no implica necesariamente una representación definida, como la del ser
humano en términos conductistas bajo el concepto de “caja negra”, ni sus matemáticas
conllevan un tipo de análisis específico entrada-salida; Galison (1994) considera erróneo que la
perspectiva cibernética esté lógicamente impelida por un conjunto definido de creencias. Este
tipo de conexiones no son de tipo lógico, sino de tipo fáctico. En unos casos se trata de la
conexión interdisciplinaria entre vocabularios, como el concepto cibernético de
retroalimentación con la imagen conductista de la “caja negra”, correspondiendo a la historia
intermedia, y en otros una relación externa y circunstancial como el concepto de auto-
regulación con el contexto de una economía política liberal. Este tipo de conexiones explican
contextualmente, pero no fundamentan un contenido teórico. Tarea de esclarecimiento meta-
teórico más propia de una historia normativa interna.

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9/10

Muy buen trabajo, espero lo puedas usar en tu tesis o algún artículo.

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