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A lo largo de la historia, dentro de los estudios epistémicos se ha tratado la cuestión de cómo

llegar al conocimiento y cómo saber si en realidad se ha alcanzado éste. Por esta razón, en el
siglo XIX se da la discusión entre el positivismo (encabezado por Augusto Comte) y el idealismo
(encabezado por Federico Hegel), siendo este último movimiento el que destaca y se sobrepone
en el debate. Pero ya en el siglo XX, el idealismo pierde seguidores a causa de la compleja
descripción que este hace de la realidad, en donde proposiciones y términos con gran influencia
metafísica impiden una mayor descripción de la realidad (Stadler, 2001). Esto hace más
compleja la obtención y verificación de lo que se podría llamar conocimiento. Por esta razón, a
su contrincante el positivismo clásico (aquel que afirma la importancia del método y del
conocimiento empírico) se le comienza a prestar más atención por parte de la comunidad
científica. Esto generó que en 1923 Muritz Schilck fundara "El Círculo de Viena", dando asi el
paso de un positivismo clásico a un positivismo lógico. Este entendido como aquella corriente
filosófica que se fundamenta en el análisis lógico del lenguaje para aclarar así el problema de la
significación (Zenobio, )Esto permite separar todo lo metafísico consignado en el idealismo
junto con lo considerado como pseudociencia de todo lo que en realidad puede ser llamado
ciencia.
Cabe resaltar que el "Círculo de Viena" era persuadido por la idea de que los enunciados podrían
resumirse a un lenguaje universal. Esto basado en la creencia de que si existe un solo mundo
real, entonces debe haber una sola ciencia pero con diversos objetivos al momento de estudiar
este mundo real. A continuación se presentará el marco teórico del positivismo lógico para
normar lo que es y lo que no es ciencia. Esta es la forma por la que este movimiento permite
conocer el modo por el cual se llega al conocimiento y cómo saber si en realidad se ha alcanzado
este. Para presentar el marco teórico del positivismo lógico primero se expondrán los objetivos,
procedimientos y criterios que esté fórmula para distinguir lo que es y lo que no es ciencia.
Luego de esto, se expondrá el debate a partir del cual se justifican esos criterios. Cómo acto
seguido, se planteará la aplicación de los criterios de demarcación en la formulación de
conceptos como ley, teoría, verdad, falsedad, explicación, interpretación, predicción y método.
Para finalizar, se harán las debidas conclusiones al texto.
Según Neurath, en su libro la concepción científica del mundo () La meta fundamental del
positivismo lógico concebido por los pensadores del círculo de Viena, es lograr una ciencia
unificada, es decir, una conciliación entre las distintas áreas de la ciencia. Es incoherente la
existencia de contradicciones entre los distintos campos, cuando los estudios realizados en los
mismos deben estar referidos al mundo empírico, es decir, a una realidad única, definida, que
no presente contradicciones. Esta ciencia debe poseer unos criterios singulares que la definan,
unos criterios que nos permitan separar aquello que es ciencia de aquello que es metafísica, es
decir, separar las proposiciones formales o fácticas, de aquellas que no son verdaderas o falsas
en función de un sistema formal o evaluables empíricamente. Ayer, en su libro El positivismo
lógico (1965), afirma que muchos discursos filosóficos caían bajo esta categoría, pues se referían
a lo absoluto, a entidades trascendentes o al destino del hombre. El único mérito o valor de estos
discursos era poético, y mostraba solamente una actitud respecto a la vida no una verdad
científica. La crítica de los pensadores Vieneses al espíritu idealista no radica en el hecho de que
a través de sus enunciados expresan actitudes, sino que estos enunciados se pretendieran
cognoscitivos; en ese sentido, la imposibilidad de la metafísica está en la naturaleza de lo que se
puede decir, la metafísica viola las leyes que un enunciado debe establecer para ser considerado
significativo.

Para entender con una mayor profundidad los criterios de demarcación establecidos por el
positivismo lógico es necesario primero entender el rol de la filosofía en este modelo de ciencia.
Si seguimos el pensamiento de Moritz Schlick en su texto El viraje de la filosofía, podemos
argumentar que durante esta época la filosofía se encontraba en una etapa de transformación,
una transformación que tiene su origen en un sistema formal y neutral: la lógica, este sistema
genera enunciados que Carnap en la superación de la metafísica mediante el análisis lógico del
lenguaje () llama sinnlos. Este tipo de enunciados pueden ser tautológicos, siempre verdaderos o
contradictorios, siempre falsos en función del sistema formal al cual se refieren. lo importante
respecto a estos enunciados es que no dicen nada acerca del mundo, pues las tautologías, al estar
de acuerdo con todo estado de cosas no establecen nada respecto a los hechos de la realidad. La
evolución del trabajo filosófico no es consecuencia directa de la lógica, sino la búsqueda del
conocimiento de la naturaleza de lo lógico mismo, al ser todo conocimiento una forma de
representación de los hechos reales; esta representación puede ser desarrollada a través de
diversos simbolismos, pero la única característica común que poseen todos los diversos tipos de
simbolismos es que obedecen a una lógica. De esa manera, como se dijo anteriormente, el
lenguaje se vuelve fundamental, pues la forma en la cual un enunciado es expresado es la que
define el sentido del enunciado, todo conocimiento es conocimiento por virtud de su forma y es
cognoscible todo lo que pueda ser expresado. En ese sentido como afirma Neurath, no se pueden
concebir profundidades insondables en la ciencia, el terreno es llano, y lo experimentado forma
una intrincada red que no es siempre abarcable en su totalidad; pues aquellas preguntas
consideradas incontestables, son preguntas sin sentido, gramaticalmente parecen ser coherentes,
pero si son analizadas, no cumplen con las reglas lógicas fundamentales. Podemos entonces
afirmar, que el aspecto fundamental del viraje de la filosofía radica en el hecho de que deja
referirse al conjunto del mundo en el sentido de un saber totalizante y su interés se centra en las
condiciones formales de la racionalidad del conocimiento. El trabajo del científico es realizar
enunciados con respecto a lo real mientras que el rol del filósofo es analizar y aclarar las
proposiciones de los enunciados, para dar cuenta de si estos pueden ser evaluables
empíricamente. En ese sentido, la disciplina filosófica se convierte en una metadisciplina, sus
enunciados no expresan una veracidad o una falsedad con respecto al mundo , y su interés
tampoco es enunciar algo sobre el mundo. Las ciencias empíricas, en cambio, si establecen
postulados que pueden ser tanto verdaderos como falsos, pues estos son formulados en función
de la realidad exterior a los individuos. Las ciencias formales, a las cuales pertenece la lógica no
poseen contenido, al igual que la filosofía, pero a diferencia de esta sus postulados, también son
verdaderos o falsos en función del sistema formal al cual se refieren.
Pero entonces, ¿cómo sabemos cuáles enunciados realizados por el científico pueden o no
pueden ser evaluados a nivel empírico a partir de la lógica? Según Neurath (), el sentido de un
enunciado con respecto al mundo real, está determinado por el hecho de que este enunciado
pueda ser reducido a postulados más simples que se refieran estrictamente a lo dado, esos
conceptos del nivel más mínimo que expresan la correlación entre el enunciado y el mundo real.
Si se lleva a cabo un análisis de este tipo a todos los conceptos, entonces estos podrían ser
clasificados en un sistema de reducción, en un sistema de constitución, a partir de la formación
de este sistema será posible construir una ciencia unificada, los miembros del Círculo de Viena
estaban convencidos de que los enunciados científicos podían expresarse a partir de un método
universal unificado y único (Zenobio, ) Este anhelo filosófico que pretende alcanzar una misma
formalización para los distintos contenidos científicos, implica al menos, dos aspectos relevantes
pues encontrar la referencia de todos los enunciados a lo dado significa encontrar ese elemento
que relaciona a las distintos campos de la ciencia entre sí: la existencia de un solo mundo
externo, este elemento común e indiscutido, permite el cumplimiento de uno de los requisitos del
positivismo lógico; la intersubjetividad en la construcción de conocimiento, pues como afirma
Neurath, a estos enunciados mínimos (que llamaremos enunciados protocolares) se les puede
comprobar su veracidad por medio de una contrastación entre los mismos y la realidad exterior.
Según Rudolph Carnap en su texto La superación de la metafísica mediante el análisis lógico
del lenguaje (), aquellos enunciados de los cuales se pueden derivar enunciados protocolares son
enunciados con sentido, es decir, son postulados que se expresan con respecto al mundo real y
por lo tanto son verdaderos o falsos en función de lo empírico. Los unsinn, o los enunciados sin
sentido, son pseudoproposiciones y pertenecen al ámbito de la metafísica. Carnap afirma que las
características de los enunciados de la metafísica son consecuencia de la finalidad que ella
misma persigue: descubrir y describir un conocimiento inaccesible a la ciencia experimental.
Dado que el sentido de un enunciado que pretende ser conocimiento está dado por la
verificación que se le hace con respecto al mundo, entonces un enunciado no puede sino afirmar
un hecho de la experiencia; en ese orden de ideas, si hubiera una realidad más allá de la realidad
empírica no podría ser enunciada, ni afirmada ni preguntada. (stace, 1944)
El estudio de un fenómeno en el positivismo lógico está en gran medida definido por tres
procesos fundamentales: la interpretación, la justificación y la explicación . La experiencia del
individuo con respecto a la realidad empírica es un hecho subjetivo, es decir, pertenece a cada
sujeto. El individuo logra aprehender la realidad a través de sus sentidos los cuales reciben una
inmensa cantidad de datos. En el proceso de interpretación, el investigador atribuye un
significado a aquellos datos importantes para el estudio de las características del objeto que son
de su interés, generando de esa manera, a través del lenguaje, una descripción del fenómeno
estudiado. El lenguaje, al ser un elemento intersubjetivo, permite la expresión de enunciados que
pueden ser evaluados colectivamente, una condición que, como ya se dijo, es esencial en el
positivismo lógico (Van Fraasen, ). Cuando ya se tiene una descripción, el investigador empieza
a realizar preguntas epistémicas con respecto a esa descripción, es decir, se pregunta por razones
que justifiquen la veracidad de sus enunciados. De esa manera, no se presupone verdadero el
enunciado, las hipótesis y las teorías, pues estas deben ser evaluables a partir de un entorno
colectivo, se aceptan los enunciados cuyos argumentos validadores sean los más convincentes y
se abandonan aquellos cuyos argumentos no lo sean. El enunciado analizado, el Explanandum,
no consiste en el hecho estudiado, sino, como ya se dijo, en una descripción del hecho
estudiado. El explanandum es aquel elemento que será posteriormente sometido a una
explicación, una explicación que desde la perspectiva Hempeliana es nomológica deductiva, es
decir, obedece a leyes y funciona a partir de reglas lógicas (Hempel,). A partir de esta, el
investigador subsume al explanandum bajo enunciados generales. Se responde a la pregunta
fundamental ¿porque se produjo p?, mostrando que p es el producto de una conjunción de
circunstancias n, conectadas a partir de unas leyes m. Ambos elementos, las leyes y los hechos
particulares hacen parte de un explanans que es vinculado al explanandum a partir del proceso
explicativo. A partir de la explicación es posible generar una ampliación de la comprensión sobre
la realidad, es decir, el aumento de la coherencia empírica y lógica de lo que existe. La
explicación es entonces una relación Explanans- Explanandum, una relación que no es un simple
correlato estadístico, es decir, no es una relación probable entre distintos elementos sino un
vínculo necesario, la aparición del hecho analizado es esperable, y es directamente el producto de
los hechos antecedentes; sin estos, el hecho analizado no se daría. Esta relación de esperabilidad
está ligada a una relación de inferencia lógica. Ciertos estados de cosas hacen esperable otro
estado de cosas si el segundo está contenido en los primeros considerados de forma conjunta.
(Diez &Moulinez, ) . Según Wesley C. Salmon (2006), la predicción era un valor fundamentala
para la ciencia moderna, incluso más que la misma explicación. A través de la predicción es
posible derivar del Explanans el Explanandum, es decir, pasar de abstracciones a hechos
particulares.

Podemos entonces concluir de forma general que el positivismo lógico propone un sistema
basado en lo empírico y en la expresión de lo empírico a través del lenguaje. Nuestra exposición
del positivismo lógico presenta ciertos límites con respecto a la exposición de ciertos conceptos
como lo son la noción de la verificabilidad de los enunciados; Hempel expone las críticas
existentes a este modelo y estas críticas no son expuestas aquí, y tampoco el modelo reformado
propuesto por Hempel.
Referencias:
Ayer, A. J. (1965). El ataque a la metafísica. En A. J. Ayer, El positivismo lógico (págs. 15-23).
Mexico: Fondo de cultura Económica .
Salmon, W. (2006). Rational prediction . london : polity press.
stradel, f. (2000). The Vienna Circle: Studies in the Origins, Development, and Influence of
Logical Empiricism. madrid: planeta.
Terence Stace, W. B. (2007). Experience and philosophy. london: polity press.
BIBLIOGRAFIA ADICIONAL:

-Ver el libro Fundamentos de filosofia de la ciencia: Cap 6 (la medición de la ciencia),


Cap 5 (las leyes cientificas), Cap 4 (los conceptos cientificos)

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