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UNIDAD 1:

Epistemology and Knowledge Practices- Violeta Guyot TP


Introducción

La emergencia de la filosofía de las ciencias en los años 20 implicó un PUNTO CRUCIAL en la


instalación de la racionalidad occidental bajo la figura del logos científico-tecnológico.

De ahí la REDEFINICION DE LA FILOSOFIA que introdujo un nuevo objeto: ciencia


entendida como resultado.

La distinción entre contexto de descubrimiento y de justificación permitió:

1. DELIMITAR el objeto.
2. instalar el procedimiento de ANÁLISIS.
3. brinda la posibilidad de abordar el objeto desde un PUNTO DE VISTA LÓGICO.
4. excluyendo interrogantes acerca de PROCESOS SOCIALES, culturales e individuales que dan
cuenta de la procedencia histórica del conocimiento científico.

Las NUEVAS LOGICAS adquirieron un carácter relevante como instrumento de la teoría de la


ciencia, junto con los CRITERIOS DE DEMARCACION de los supuestos filosóficos empiristas
y positivistas.

Un conjunto de problematizaciones referidas a la ciencia proliferó en los trabajos de nuevos


filósofos, científicos, y lógicos que buscaban la dignidad de la filosofia en su objetividad,
liberándola de la metafísica, que no pretendiera alcanzar por reflexión pura y sin control
empírico una explicación sobre las cualidades y leyes del mundo.

No hay ciencia filosófica de la realidad, sino investigaciones filosóficas de las teorías lógicas,
de las categorías y procedimientos de las ciencias particulares, de sus instrumentos lógicos y
lingüísticos.

Se afirmaba la neutralidad valorativa de la ciencia y de la filosofía que se ocupaba de ella,


eliminando de sus consideraciones los aspectos subjetivos, éticos, sociales, ideológicos.

Se apuntaba a dotar a las investigaciones filosóficas de un carácter científico riguroso,


sometiendo todas sus expresiones a una confrontación intersubjetiva y, a partir de criterios de
legitimación, distinguir los problemas de los pseudo problemas filosóficos.

La ciencia resultado o la neutralidad valorativa de la ciencia


En los años 90, en varios periódicos y revistas, se publicaron artículos donde se polemizaba la
ciencia, su valor y su responsabilidad en relación a las catástrofes provocadas por el uso de las
tecnologías.

Uno de los problemas discutidos fue el de la neutralidad valorativa de la ciencia.

Posiciones expuestas: “Disparan sobre la ciencia” y “También la ciencia dispara”.

Según Klimovsky, autor del primero, la ciencia, como un martillo, no es ni buena ni mala: si se
utiliza para clavar clavos en una vivienda, será bueno; si se emplea para hundir cráneos, será
malo.

La ciencia y la tecnología en sí no son buenas ni malas: lo bueno o lo malo está en el uso que se
haga de ellas.

Los que no comprenden esta distinción, “disparan” contra la ciencia y la tecnología, haciéndolas
responsables de las guerras y crisis.

Respuesta de Enrique Marí: la metáfora del martillo es errónea e insuficiente para describir el
complejo papel que la ciencia y la tecnociencia cumplen en la sociedad:

“El criterio de demarcación entre la ciencia y su mal uso, silencia la realidad, las peculiaridades
de su proceso de producción, pero sobre todo las teorías mortíferas, y que en su elaboración
combinan recursos lógico-metodológicos para producir la destrucción del hombre y la
naturaleza”.

Estas teorías son malas in se y no pierden su condición de científicas. Estipulan las condiciones
conceptuales para sus usos “externos” concretos, como las armas nucleares, efectos
cancerígenos y poluciones.

La lista es larga y las experiencias nefastas hacen imposible seguir sosteniendo la neutralidad de
la ciencia y atribuir a las obvias fallas morales de los gobiernos, agencias o corporaciones un
mal uso de esos instrumentos.

"No existe racionalidad de la ciencia que no sea coextensiva con la racionalidad de su


aplicación”.

Lo que no aparece en claro en esta polémica son dos cosas:

Primero: el carácter filosófico de las posiciones, puesto que de lo que se trata es de puntos de
vista epistemológicos.

Segundo: el modo en que en cada perspectiva ha construido el objeto de la epistemología.


En el primer caso se admite la ciencia como resultado y se considera pertinente al objeto sólo el
contexto de justificación.

En el segundo, la ciencia es proceso de construcción de conocimientos y para conocer qué es ese


objeto “ciencia”, hay que considerar las condiciones sociales de su emergencia, los valores y las
relaciones de poder que se juegan a la hora de financiar.

La ciencia entre la teoría y la práctica

Si la ciencia es entendida como resultado o teoría ¿cómo establecemos la relación teoría-


práctica?

La problemática planteada se encuentra en permanente reconsideración conceptual ya que es una


dificultad que ha preocupado desde el surgimiento de la filosofía y de la ciencia.

Con la aparición de una racionalidad crítica hubo necesidad de diferenciar el pensar y el


especular del hacer.

La relación teoría-práctica tiene los rasgos de la significación temporal de los conocimientos,


acorde con las condiciones de posibilidad propias de la época y en consistencia con ellas.

Aristóteles analizó formas de acción vinculadas al conocimiento:

Poiesis: según se tratara de fabricar obras y objetos

Tekné: producir algo ordenado por el conocimiento técnico y orientado a un resultado según
grados de perfección

Praxis: forma de actuar responsable, orientada por ideas que se manifiestan en la vida del
ciudadano. Esta se impone por la reflexión, el fin de la acción y la libertad responsable. En ella
encontramos implícita la exigencia de conocimiento, de una meditación sensata orientada hacia
una meta.

También llamó la atención una forma de saber hacer según el principio de lo bueno y de lo malo,
la prudencia, que pone de relieve el carácter práctico del ser humano y representa un modo de
saber universal en relación a la totalidad de la vida y el bien del hombre.

Forma de saber hacer superior a todas: episteme. Implica definir, demostrar, y es condición de
otras dos: la intelección y la sabiduría.

Ordenan el camino de los conocimientos hacia la theoría, que representa el grado más elevado
de la praxis humana, cuyo objeto eran las primeras causas, los primeros principios, el primer
motor inmóvil.
Aristóteles introduce en la relación teoría práctica la dimensión ética a través de la frónesis
(prudencia) como condición del conocimiento verdadero: conocimiento transmisible que es
enseñado por el que sabe algo en forma plena y es capaz de producir una enseñanza filosófica.

Marx, en el siglo 19, expresó que la filosofía había intentado comprender el mundo y ahora se
trataba de transformarlo.

La praxis revolucionaria implicaba la existencia de una teoría acerca de la realidad social que
contempla cómo intervenir para modificarla.

A mitad del siglo 20, la idea es retomada por Karel Kosik, que incorporó a la teoría del
materialismo histórico aportes de la fenomenología y el existencialismo.

En su libro sostiene que el hombre es praxístico por excelencia, ya que su ser consiste en la
capacidad para exhibirse en una práctica orientada por el concepto. El hombre es creador y
transformador de sí mismo.

La práctica como aptitud humana ha sido considerada desde distintos puntos de vista:

-El mero hacer del hombre, cuyo fundamento radica en sí misma (homo faber)

-Técnica, poder y arte de manipular cosas y hombres (homo técnico)

-Aplicación de la teoría, con que no introduce nada nuevo que ya no esté contemplado en la
teoria.

Para Kosik, la práctica es elevada a otra condición cuando la consideramos como práctica
teórica, como un hacer en el orden del conocimiento.

Se establece un diálogo entre el pensar y el hacer, pues todos los caminos nos conducen a una
práctica, punto de partida y de arribo del conocimiento.

Hacer y saber hacer mantienen una exigencia de mutua articulación ordenada a la praxis,
condición de toda transformación posible del mundo.

El hombre debe permanecer vigilante ante este saber, pues la praxis puede degradarse cuando es
el correlato de ideologías que atentan contra la libertad y dignidad.

Es imposible pensar en un conocimiento verdadero pero injusto, cuando de lo que se trata es de


transformar el mundo eliminando las injusticias, las desigualdades y exclusiones a que ha
conducido la historia de la humanidad.
Hacia fines del siglo pasado, Foucault y Deleuze son herederos de una tradición filosófica
vinculada al modo de pensar la relación teoría-práctica. Incorporan las ideas de lucha y de poder
para explicar cómo es posible pasar de las ideas a la acción y de la acción a las ideas.

Éstas no son las que operan la transformación. Sólo la práctica y los que están haciendo en un
punto de la realidad pueden operarla.

El intelectual expresa la voz de los que están haciendo; todos somos pequeños grupos en una red
en que la teoría y la práctica son puntos críticos ya no hay nada más que la acción: acción de
teoría, acción de práctica, en relación a conexión a redes de poder.

La teoría es una caja de herramientas que es preciso que funcione, que se use para hacer algo, de
otro modo no sirve o todavía no se dan las condiciones para ser usada.

Teoría y práctica son puntos estratégicos que remiten el uno al otro, en un reemplazo creador a
un poder hacer que introduce el acontecimiento, lo nuevo en el horizonte del mundo humano.

Nuevas opciones epistemológicas y las prácticas del conocimiento

La relación teoría-práctica es un problema epistemológico que se puede resolver desde diversas


perspectivas.

Habría que señalar la importancia de los aportes realizados en 1960 por T. Kuhn, que introduce
en la problemática epistemológica la historia de las ideas científicas.

Se introduce lo que había sido excluido por la ortodoxia neopositivista: los procesos y las
condiciones que permiten explicar el fenómeno científico en su situación histórico-social y dar
cuenta del efecto producido por los cambios en el conocimiento que impactan a la sociedad, la
cultura, la educación y la visión del mundo.

Los cambios de paradigmas, las prácticas de investigación diferenciadas de la comunidad


científica, las textualizaciones de los resultados, los lenguajes y estilos utilizados, los
presupuestos en la formación de los científicos, requieren de una perspectiva histórica para la
teorización sobre los fenómenos que plantea la creación científica.

¿Cómo saber qué es la ciencia en una determinada época? Atendiendo a las prácticas de la
comunidad científica, a los efectos que producen los conocimientos sobre la sociedad.

Los nuevos paradigmas en las últimas décadas del siglo 20 aportaron nuevas visiones críticas
respecto de la ciencia y de la sociedad tecnológica derivada de ella.
Prigogine y Morin realizaron un diagnóstico de la cultura científica y de los efectos de las
intervenciones realizadas en la naturaleza y en la sociedad a partir de los instrumentos
proporcionados por la tecnociencia.

Prigogine dedicó su vida por más de medio siglo a investigar y a renovar los problemas de la
física teórica, produciendo una revolución en la termodinámica de los sistemas alejados del
equilibrio, con resonancias en dominios del conocimiento y la cultura.

Su descubrimiento implicó la remoción de un concepto que configuró el pensamiento occidental


por 5 siglos: la idea del tiempo espacializado, matematizado, reversible, creación simbólica que
está en la base de la dinámica clásica.

Idea arraigada en la cultura, en la representación del sujeto y en las prácticas vinculadas al


conocimiento.

Prigogine destaca que la física, ciencia de la naturaleza, propone una imagen determinista en la
que la flecha del tiempo está ausente.

Reintroducirla en el pensamiento y la investigación científica como una categoría representó un


espacio de confrontación con la potencia de una idea que nos hizo ver al mundo como un reloj,
garante de su funcionamiento, del conocimiento y de la predictibilidad de los hechos del
universo.

Las leyes deterministas de la naturaleza excluyen el azar, la incertidumbre, la complejidad del


mundo. El precio que el hombre paga por las certezas proporcionadas por la ciencia es la
simplificación del tiempo, de la realidad, su automatización, su soledad y exclusión como sujeto
creador.

Disimula el poder de sus intervenciones en el mundo natural, el carácter político del


conocimiento y sus efectos en las prácticas sociales.

La cultura científica construida desde el siglo 17 ha incorporado el orden y el progreso como


leyes de la naturaleza y de la historia de la humanidad.

Esas leyes han conducido a sostener en nuestros días la idea del fin de la historia, es decir, la
cancelación del futuro y la impotencia del ser humano para transformar un mundo que, en la
perspectiva determinista, se presenta como dado para siempre.

Una nueva visión de la ciencia, que permita incorporar complejidad, haría posible establecer
otros vínculos con la naturaleza en términos de una nueva alianza.
Alianza en la que el hombre recupera su condición de sujeto constructor, creador del
conocimiento sin excluirse a sí mismo del conocimiento.

Nuevo diálogo con la naturaleza, con otros hombres, consigo mismo.

Nuestra visión de la condición humana y del destino del hombre está ligada al cuadro que
sugiere la ciencia.

El descubrimiento de un universo complejo e inestable es un elemento esencial de esta visión.

Pareciera que nos encontramos al inicio de una exploración que modificará la vida de los
hombres.

Pero en un universo en construcción, el futuro depende de nuestra acción.

Edgar Morin se refiere al desarrollo de la ciencia como el logro de una inteligencia ciega que ha
hecho proliferar los conocimientos sobre el mundo físico, biológico, psicológico, sociológico,
siguiendo la tradición empirista y lógica, desconociendo el carácter antropo-social de sus
condiciones de producción y el impacto en las esferas de la vida humana.

Es así que, a las luces aportadas por la razón científica le corresponden sombras que proyectan
el error, la ignorancia, la ceguera.

Hay un uso degradado de la razón que se traduce en las amenazas que surgen del progreso ciego
e incontrolado de la ciencia (armas nucleares, manipulación genética, exterminios humanos,
desvastaciones ecológicas).

Por eso es necesaria una reorganización del conocimiento, ya que esos errores, ignorancias, y
peligros tienen en común el modo mutilante de organización del conocimiento incapaz de
reconocer la complejidad de lo real.

La reducción de lo complejo a lo simple, la separacion entre cultura científica y cultura de las


humanidades fueron operaciones epistemológicas que pretendían garantizar la objetividad del
conocimiento, pero el resultado ha sido la incapacidad de pensar las totalidades, aislándose los
objetos de sus contextos.

El costo antroposocial se constata en una una micro-dimensión (ser individual) y en una


macro-dimensión (humanidad).

Las políticas del conocimiento sustentadas en la mirada fragmentaria y simplificadora de estos


dos órdenes han conducido a tragedias.
Por eso es necesario realizar una reforma del pensamiento desde la perspectiva de la
complejidad.

A partir de las transformaciones introducidas por el hombre en la etapa planetaria que comenzó
hace 500 años, en el siglo 21 se deberán enfrentar problemas que requieren nuevos instrumentos
en el orden del conocimiento y acción.

Esto nos pone en los umbrales de una mutación de la subjetividad, que sólo puede ser llevada
adelante por una educación consciente de los desafíos.

Por eso Morin plantea las bases para la reforma educativa y los saberes en que se debe sustentar.

Estos saberes son presentados como necesarios para situar la condición humana en relación a
problemas centrales que han sido ignorados por el conocimiento.

Los siete saberes necesarios para la educación del futuro se fundamentan en el pensamiento
complejo y promueven la reforma de la educación sobre esos fundamentos.

Son expuestos para superar los paradigmas que han regido en la organización de la educación en
todos los niveles, lo cual implica una mirada meta-educativa para realizar una operación crítica
y constructiva.

Para Morin, es imperativo enseñar las cegueras del conocimiento, el error y la ilusión, los
principios de un conocimiento pertinente, la condición humana a enfrentar la incertidumbre, la
comprensión, la ética del humano.

Una gran tarea se abre como un desafío para el futuro:

- Trabajar para la humanización de la humanidad

- Obedecer a la vida y guiar la vida.

- Lograr la unidad planetaria en la diversidad.

- Respetar en el otro tanto la diferencia como la identidad consigo mismo.

- Desarrollar la ética de la solidaridad

- Desarrollar la ética de la comprensión

- Enseñar la ética del género humano.

A modo de conclusión
El giro de la epistemología ha introducido la cuestión de la práctica y del sujeto en la
consideración del conocimiento científico.

Nuevas opciones epistemológicas afectan a las prácticas del conocimiento, investigativas,


docentes, profesionales, la producción de conocimientos y en la configuración de subjetividades.

Las posibilidades de intervención en la modificación de las prácticas exponen la importancia de


los modos en que los sujetos se relacionan con el conocimiento a la hora de investigar, enseñar o
ejercer una profesión.

Desde hace unos años hemos formulado hipótesis de trabajo que nos permitieran confrontar
estas conjeturas en diversas prácticas vinculadas con el conocimiento.

Formulamos la primera hipótesis sosteniendo que las opciones epistemológicas determinan la


producción e interpretación de las teorías e impactan en las prácticas investigativas,
profesionales, etc. Esta formulación tiene carácter general y ofrece la posibilidad de
especificaciones, de acuerdo al tipo de epistemología, de teoría y de práctica de las que se trate.

La segunda hipótesis de trabajo sostiene que la epistemología, abordada en su articulación con


la historia de la ciencia, permite pensar y recrear críticamente las prácticas del conocimiento en
un campo disciplinar actualizado.

Presenta un carácter general y puede ser especificada según la disciplina que se aborde en su
desarrollo histórico, para comprender las intervenciones a partir de prácticas del conocimiento,
frente a crisis de fundamentos, inadecuaciones entre instrumentos teórico metodológicos y
fenómenos, cambios de teorías, surgimiento de nuevos problemas.

Retomando la problemática de la subjetividad en las perspectivas abiertas por una interpretacion


del sujeto, hemos indagado acerca de las formas en que es posible afectarse a sí mismo por
tecnologías que ponen en juego el conocimiento de sí, desde vigilancia epistemológica hasta
modos de constitución de una etica donde la relación con la verdad y el poder puedan abrir a la
posibilidad de conocer lo nuevo.

Tal vez sea prudente plantear la pregunta “¿qué es lo que en el presente tiene sentido para una
reflexión epistemológica, si no es el plantearse un punto en comun cómo la única posibilidad de
afrontar los desafíos de lo que somos en este momento de la historia?”
Un análisis a partir de la práctica docente- guyot
Introducción

El problema de la educación constituye uno de los aspectos de las crisis por la que atraviesa la
humanidad desde las últimas décadas del siglo XX y se agrava en el XXI.

El Tercer Mundo debe afrontar las consecuencias de la globalización del sistema neoliberal. En
el nivel educativo hay un creciente número de niños y adultos analfabetos, imposibilidad de
acceso y permanencia en el sistema escolar, la degradación de la función de la escuela devenida
un espacio de contención social postergándose los objetivos de la enseñanza.

La reforma educativa cobra sentido en el propósito de formar subjetividades cuyas prácticas


sociales construyen y sostienen un sistema de vida democrático respetuoso de la dignidad del
hombre, de la libertad y de sus derechos.

La formación del sentido crítico acerca de la verdad y de la utilidad de conocimientos no sirve si


no va acompañada de la exigencia de pensar y actuar con el proposito de una comunidad capaz
de crear un universo ético, basado en el respeto, la justicia y la solidaridad.

Educación: proceso social protagonizado por sujetos que se desarrollan relacionalmente en su


peculiar situación, supone ciertos a priori históricos (condiciones de posibilidad).

Qué cosas la condicionan: Las formas de la organización política, económica y social, las
representaciones de los sujetos acerca del mundo y de sí mismos, el grado del desarrollo del
conocimiento científico y tecnológico, los modos subjetivos del vivir y del pensar en la
compleja trama de la cultura.

Las características de la cultura y del saber en la etapa posindustrial ha sido definida por Lyotard
como posmoderna, destacando el protagonismo de las tecnologías informática y telemática en
los procesos de producción, circulación y apropiación de conocimientos junto a la aparición de
prescripciones que imponen el control y la lógica de esa comunicación.

El saber transformado en mercancía informacional tiene valor económico y político debido al


desarrollo de estrategias industriales, comerciales y militares en la puja de poderes
internacionales y produce efectos sobre los poderes públicos, las instituciones civiles y la
función del estado.

La revolución multimedia ha producido modos de representación vinculados a la primacía de lo


visible sobre lo inteligible a través de un aparato de formación que opera masiva y
tempranamente construyendo en los niños nuevas relaciones entre ver y entender aún antes de
que aprendan a hablar, leer y escribir.

Sartori plantea la hipótesis de que la televisión no es sólo un medio de comunicación sino a la


vez paideía, un instrumento que genera un nuevo anthropos, un nuevo tipo de hombre.

Por otro lado, el estatuto de la ciencia como resultado neutro y objetivo de la actividad
investigativa, descontextualizada de sus condiciones de producción, eximida de responsabilidad
social, ha sido sometida a la crítica desde nuevas perspectivas epistemológicas.

El conocimiento científico, a partir de ahí, es entendido como un proceso relativo a sus


condiciones históricas de producción, formas y estilos de construcción, modos específicos de
legitimación y circulación social, vinculado a regímenes de verdad y de poder.

Desde la ciencia y la filosofía se instaló la crítica de la racionalidad científica que desde el


surgimiento de la ciencia moderna, y asociada a intereses políticos y económicos de las
potencias, posibilitó el establecimiento de sistemas de relaciones del hombre con la naturaleza,
apoyados en técnicas de intervención extractiva, ha violentado el equilibrio ecológico.

La conciencia de estos hechos es uno de los acontecimientos más significativos en relación a la


dificultad y a la necesidad de modificar las prácticas destructivas que ponen en riesgo a la
humanidad y al planeta.

De la enseñanza de las ciencias a la práctica docente


Un trabajo crítico sobre nuestras concepciones y representaciones acerca de la educación, la
ciencia y de la disciplina, nos llevó a privilegiar la discusión epistemológica, que permitiría
reconocer el estatuto de los problemas que nos preocupaban.

El abordaje epistemológico de la enseñanza nos permitió decidir acerca del objeto de


investigación, las prácticas educativas -formales y no formales- y formular dos hipótesis de
trabajo surgidas del relevamiento preliminar del campo problemático.

1- Primera hipótesis: las opciones epistemológicas determinan la producción e interpretación


de las teorías e inciden en las prácticas investigativas, profesionales y docentes en el campo
educativo.
2- Segunda hipótesis: pretende que la relación entre epistemología e historia de la ciencia
permitan en el ámbito de las prácticas docentes, comprender, modificar y transmitir
conocimientos de un modo no dogmático y promover el desarrollo y la creatividad de los
sujetos que intervienen en ella. (Fig. 2)

La educación implica el ejercicio de prácticas sociales específicas que se realizan en


determinados espacios institucionales, cuya organización y objetivos garantizan sus relaciones
subjetivas.

La práctica educativa se especifica a partir de la enseñanza. No hay práctica docente sin


enseñanza, organiza la escena en la que se vinculan los sujetos a través del conocimiento.

La indagación de las condiciones de las prácticas de enseñanza llevó a reformular el significado


de “práctica docente”. Fue necesaria la distinción conceptual entre práctica docente, rol docente
y perfil docente, provenientes de contextos teóricos a menudo inconmensurables para el análisis.

Esta tarea exigió un abordaje epistemológico. Fuimos recortando la práctica docente como
objeto de conocimiento, rescatándola de los niveles anecdóticos y experienciales.

La práctica educativa se estructura a partir de la articulación de tres funciones:

1- sujeto enseñante

2- sujeto que aprende

3- conocimiento
La p.e desencadena modos de relación en los que la posición de cada uno de esos elementos
determina el valor y la posición de los otros.

Del sujeto que enseña en su vinculación con el conocimiento a la forma en que este es
transmitido, se genera la relación del sujeto que aprende con el conocimiento por la
mediación del sujeto que enseña. (Fig. 3)

El microespacio de la práctica educativa se inscribe en los representados por la institución


escolar, el sistema educativo y la formación social, que condicionan y normativizan sus
operaciones. Estos espacios implican grados de contextualización para establecer los niveles de
dependencia y autonomía de ellos y de las prácticas educativas.

El problema de la práctica educativa no puede ser resuelto sólo desde la perspectiva pedagógica;
requiere la construcción de un modelo complejo y de instrumentos teóricos de la epistemología,
de las ciencias sociales y de la pedagogía, puesto que de lo que se trata es de la relación social
intersubjetiva planteada por la educación, en la que el conocimiento adquiere un estatuto
epistemológico peculiar. (Fig. 4)
La función del conocimiento en la práctica educativa requiere un abordaje epistemológico,
puesto que se debe diferenciar el conocimiento científico producido y utilizado por la
comunidad científica del conocimiento en su forma escolarizada, transpuesto didácticamente a
los fines de la enseñanza.

El objeto de conocimiento de las ciencias difiere del objeto de la práctica docente, objeto de
conocimiento construido con el fin de ser enseñado a partir de la lógica que impone el sistema
de enseñanza, el currículum, las secuencias temporales de los aprendizajes y los procesos de
evaluación.

Los saberes que el sujeto enseñante instrumenta como soportes de su “saber hacer” constituyen
una red solidaria de conceptos, representaciones y certezas que van desde lo atesorado en la
experiencia de su práctica y los modos de plantear su proyecto de enseñanza a sus opciones
teórico-pedagógicas y comunicativas.

Los sujetos que aprenden son portadores de conocimientos que continuamente se reformulan, se
corrigen y se confrontan con los introducidos por la enseñanza y los textos en que se codifica un
nuevo saber.

Fue necesario considerar diversas posiciones teóricas y recuperar interés por el sujeto para
comprender la práctica educativa como un aparato de producción de subjetividades al que se le
asocian ciertos tipos de dominación y gobernabilidad.
El uso de tecnologías que operan como modos de vinculación de los sujetos con el saber que los
hombres han producido, producen regímenes de conocimientos que permiten entenderse para
realizar operaciones de transformación de las cosas y de sí mismos.

Todas implican matrices para la acción y formas de aprendizaje y modificación de los


individuos, la adquisición de ciertas habilidades y actitudes.

El agenciamiento de instrumentos teóricos de la epistemología y las teorías de la subjetividad,


aporta elementos para replantear la cuestión de la práctica docente, demarcando la cuestión de la
enseñanza en las formas concretas en que se “llenan” las funciones y los modos de articulación
Sujeto que enseña – Sujeto que aprende.

Consideramos necesarias dos vías de abordaje para el análisis de la práctica docente: las teorías
epistemológicas y las teorías de la subjetividad (Fig. 5)

Los ejes de análisis de la práctica docente

Ejes fundamentales para su análisis:

La situacionalidad histórica, las relaciones de poder-saber, la relación teoría-práctica y la vida


cotidiana.

● La situacionalidad histórica es constitutiva del modelo de la práctica educativa como


condición de posibilidad espacio-temporal. Es un proceso que se concreta en una determinada
situación, entre el tiempo y espacio. Lo que acontece en el tiempo y en el lugar que cada uno
vive constituye la condición de posibilidad más fuerte para la práctica educativa. Los sujetos son
hijos de su tiempo, en referencia a los aspectos colectivos y personales. El conocimiento es una
producción que se procesa en el tiempo de acuerdo a las posibilidades sociales, políticas y
económicas y a los desarrollos de otros conocimientos y tecnologías que inciden en los intereses
y representaciones de la sociedad de la época en cuestión.
● La vida cotidiana es el tiempo en que acontece la práctica educativa. La institución pone
en el centro del acontecer cotidiano la práctica educativa. Se constituyen los sujetos, docentes y
alumnos como seres que hablan, viven y trabajan, en torno al conocimiento, representaciones y
actitudes que los hacen protagonistas de una sociedad, una cultura, una época. La
transformación de la práctica docente sólo es posible, en las prácticas de la vida cotidiana de la
escuela y a partir de la concentración en torno a la ejecución de un cambio, una transformación,
teniendo presente la situación que se ha de modificar y las consecuencias posibles.

∗ La práctica docente, en cuanto práctica social, se constituye al interior de un campo de


relaciones de saber – poder, espacio de luchas, confrontaciones y resistencias en el aparato
educativo en el orden del enunciar, del ver, el poder, el objetivar, formas y modos de vincularse
los sujetos con el conocimiento que ellos han producido acerca del mundo y de sí mismos a
partir de ciertas reglas de juego que permiten establecer la verdad, y de técnicas que posibilitan
el entenderse y modificarse a sí mismos: Tecnologías de producción, transformación y
manipulación de cosas; de sistemas de signos que permiten usar signos y símbolos; de poder,
que determinan la conducta de los sujetos y hacen posible su objetivación; tecnologías que
permiten a cada uno afectarse a sí mismo, para transformarse y lograr el objetivo de la sabiduría,
felicidad, pureza. Todas ellas representan formas de aprendizaje y modificación de los
individuos, y dan origen a formas de la organización del saber en relación a la dominación y al
sujeto. La práctica docente es afectada por los juegos de poder más amplios de la institución, el
sistema educativo y de la sociedad al mismo tiempo que posibilita el ejercicio de un
contrapoder, de resistencia al poder instituido, y un efectivo poder en relación a los alumnos.

∗ La relación teoría – práctica puede ser entendida de diversas maneras que impactan en la
práctica docente. La más ingenua radica en sostener que la práctica se justifica y vale por sí
misma. La apelación al obrar se legitima por un recurso a la experiencia, del tipo ensayo – error,
sin establecer las necesarias correlaciones con el pensar, las ideas, las razones. Otra forma de
entender la relación teoría – práctica consiste en valorizar la teoría y considerar a la práctica
como una mera aplicación de aquella. En este caso la práctica instrumenta casos particulares en
función de la propuesta teórica, fácilmente subsumibles en la generalización de ésta última.
También se ha entendido a la práctica como una técnica de manipulación como arte de operar y
disponer de cosas y hombres. Calcula, planificar y legitimar procedimientos garantizaría la
eficacia de la práctica y el cumplimiento de sus objetivos. Actualmente, la revisión de la
relación teoría – práctica, permite repensarla como el modo de ser de los sujetos en su situación
histórica, en la cual todo es creado por su capacidad de hacer y de pensar mutuamente
sostenidas. No hay hacer humano sin pensar y el mismo pensar implica una práctica específica.
De este modo teoría y práctica se reconcilian en la praxis, en vistas a la acción creadora del
hombre. La relación teoría –práctica, en la perspectiva de las relaciones de poder, es repensada
no como una relación totalizadora, sino como puntos estratégicos de relevos: “la práctica es un
conjunto de relevos de un punto teórico a otro, y la teoría, un relevo de una práctica a otra.
Ninguna teoría puede desarrollarse sin encontrar una especie de muro y se precisa de la práctica
para perforar el muro” (fig. 6)

Hemos intentado, muy suscitamente, describir el modelo de la práctica docente en su proceso de


construcción. La experiencia realizada con docentes e investigadores que lo instrumentaron para
realizar el análisis de diversos aspectos de su propia práctica, la comunicación y discusión de los
resultados, han revelado que constituye una herramienta útil y consistente con los criterios que
orientaron nuestra tarea: la opción por una búsqueda de conocimientos que permitiera operar
transformaciones en la práctica docente; la afirmación de la posición de los docentes como
investigadores que intervienen y definen su posición por el giro que operan en relación a la
producción de conocimientos acerca de su propia práctica y de su propia disciplina, y la
postulación de una comunidad pedagógica, capaz de autorregularse críticamente en sus prácticas
docentes, investigativas y profesionales en vistas a un mejoramiento de las condiciones de la
enseñanza en el contexto del cambio educativo.

1-2. Guyot, V. (1999) “La enseñanza de las ciencias”. En Rev. Alternativas. UNSL.
DE LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS A LA PRÁCTICA DOCENTE:
Fue necesario también, considerar diversas posiciones teóricas y recuperar el interés por el
sujeto, para comprender en su complejidad la práctica docente como un aparato de producción
de subjetividades, al que se asocian ciertos tipos de dominación y gobernabilidad. Hay diversas
tecnologías que operan como modos de vinculación de los sujetos con el saber que los hombres
han producido acerca del mundo y de sí mismos. Todas esas tecnologías implican matrices para
la acción y formas de aprendizaje y modificación de los individuos, la adquisición de ciertas
habilidades y actitudes. Por esas razones consideramos necesarias dos grandes vías de abordaje
para el análisis de la práctica docente: las teorías epistemológicas y las teorías de la subjetividad.

LOS EJES DE ANÁLISIS DE LA PRÁCTICA DOCENTE:


La problemática planteada por la investigación de la práctica docente pone de relieve su
complejidad, lo que nos conduce a introducir algunos ejes fundamentales para su análisis: La
situacionalidad histórica, las relaciones de poder-saber, la relación teoría-práctica y la vida
cotidiana.

- La situacionalidad histórica es constitutiva del modelo de la práctica docente en cuanto


condición de posibilidad espacio-temporal. Acontece como un proceso que se concreta en una
determinada situación, en el entrecruzamiento de las coordenadas tiempo y espacio, en un
determinado lugar, la escuela, de tal país, en tal religión, ciudad, barrio, y en una determinada
época que es vivida por los sujetos de acuerdo al tiempo vital de su existencia.

- Dentro de la situacionalidad histórica, la vida cotidiana es el tiempo fuerte en que acontece la


práctica docente. En el quehacer de todos los días se juega el tiempo micro de la historia de una
institución, la escuela, que pone en el centro del acontecer cotidiano la práctica docente. La
transformación de la práctica docente solo es posible en las practicas de la vida cotidiana de la
escuela y a partir de la concentración en torno a la ejecución de un cambio, una transformación,
teniendo presente la situación que se ha de modificar y las consecuencias posibles.

- La práctica docente, en cuanto práctica social, se constituye al interior de un campo de


relaciones de saber-poder, espacio de luchas, confrontaciones y resistencias en el aparato
educativo. Todas ellas representan formas de aprendizaje y modificación de los individuos, dan
origen a formas de la organización del saber en relación a la dominación y al sujeto. La práctica
docente es afectada por los juegos del poder más amplios de la institución, el sistema educativo
y de la sociedad al mismo tiempo que posibilita el ejercicio de un contrapoder, de resistencia, un
poder instituido, y un efectivo poder en relación a los alumnos.

- La relación teoría-practica puede ser entendida de diversas maneras que impactan en la


práctica docente. La mas ingenua radica en sostener que la práctica se justifica y vale por sí
misma. Otra forma de entender la relación teoría-practica consiste en valorizar la teoría al
considerar a la práctica como una mera aplicación de aquella. También se ha entendido a la
práctica como una técnica de manipulación
como arte de operar y disponer de cosas y
hombres. Actualmente, la revisión de la
relación teoría-practica, permite repensarla
como un modo de ser de los sujetos en su
situación histórica, en la cual todo es
creado por su capacidad de hacer y de
pensar mutuamente sostenidas. No hay
hacer humano sin pensar y el mismo
pensar implica una práctica especifica. De
este modo teoría y práctica se reconcilian
en la praxis. La relación teoría-practica, en
la perspectiva de las relaciones de poder,
es repensada no como una relación
totalizadora, sino como puntos estratégicos de relevos: “la práctica es un conjunto de relevos de
un punto teórico a otro, y la teoría, un relevo de una práctica a otra. Ninguna teoría puede
desarrollarse sin encontrar una especie de muro y se precisa de la practica para perforar el
muro”.
Echeverria, filosofía de la ciencia.
La distinción entre contextos de descubrimiento y de justificación, fue propuesta por Reichenbach y
tuvo un papel muy importante en el desarrollo de la filosofía de la ciencia en el siglo XX.

La distinción entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación resulta INSUFICIENTE


para abarcar la complejidad de la actividad científica.

La distinción de Reichenbach parte de un malentendido que afecta a toda la tradición de la


concepción heredada en “filosofía de la ciencia”, que es la reducción de la ciencia al conocimiento
científico. Hay que considerar que la ciencia es una ACTIVIDAD y que los estudios sobre la
ciencia, en los cuales participan muchos profesionales de distintas disciplinas no puede limitarse
únicamente a los aspectos cognoscitivos de la actividad científica.

El autor afirma que es preferible entonces distinguir cuatro ámbitos de la actividad científica que
interactúan entre sí y se influyen mutuamente:

● Los contextos de educación


● Contextos de innovación
● Contextos de evaluación
● Contextos de aplicación

CONTEXTO DE DESCUBRIMIENTO VS CONTEXTO DE JUSTIFICACIÓN:

Reichenbach proponía que los filósofos no debían ocuparse de cómo se llega a producir un
descubrimiento científico. Dejaba así de lado aspectos de la ciencia que difícilmente podían ser
tomados por el Círculo de Viena, Carnap, entre otros. Un científico puede estar guiado en sus
investigaciones por hipótesis metafísicas, creencias religiosas, convicciones personales, entre otras.
Para los defensores del empirismo lógico, todos éstos los aspectos de la actividad científica no
debían ser estudiados por epistemólogos. Lo esencial para ellos era el resultado final de las
investigaciones, las teorías, métodos lógicos y la justificación empírica de las consecuencias y
predicciones que derivan de las teorías. De esta forma ellos excluían el contexto de descubrimiento
de la reflexión epistemológica, no es objeto de la epistemología ni de la filosofía de la ciencia, sino
de la psicología, la historia y de la sociología.

Para el empirismo lógico, una epistemología general de la ciencia solo podía hacerse a partir de los
resultados finales de una investigación científica, el origen histórico era propio de los historiadores
de la ciencia. Los epistemólogos toman entonces como punto de partida el conocimiento científico
ya elaborado y terminado.
Dentro del mismo positivismo surgieron algunas tendencias críticas. A partir de ciertos influyentes
como Wittgenstein comenzó a surgir el uso de lenguaje científico en diversas componentes,
tomando a estas como las verdaderas concepciones del mundo. La nueva tarea de la filosofía de la
ciencia era entonces el estudio de las distintas especificidades de la ciencia en función de los
sistemas lingüístico-conceptuales, pasó a ser un primer momento de la interrelación entre filosofía
de la ciencia e historia.

Esta primera tentativa apenas afectó a los empiristas lógicos, que permanecían fieles a su distinción
entre descubrimiento y justificación. Ya que la primera era caracterizada por influencias metafísicas,
pero el segundo momento impone racionalidad más estricta y severa.

CRITICAS A LA DISTINCION DE REICHENBACH: En los años 60 se multiplicaron ciertas


críticas a esta distinción, como la de Toulmin, quien que la “filosofía de la ciencia” debía dejar de
interesarse por las teorías científicas CONSOLIDADAS, para investigar las teorías en su
PROCESO DE CONSTITUCIÓN y DESARROLLO.

La polémica entre los autores de tradición historicista y los defensores del positivismo no rondaba
tanto en la distinción misma sino, sobre la restricción de la filosofía de la ciencia SÓLO al contexto
de justificación.

A lo largo de los años posteriores se hicieron fuertes críticas a la distinción entre ambos contextos,
mostrando que está conectada con distinciones tan relevantes para la filosofía de la ciencia como lo
que hay entre lo factual y lo normativo. También hubo un intento de perfeccionamiento y mejora de
la distinción reichenbachiana, que asignaba a los filósofos de la ciencia el CONTEXTO DE
JUSTIFICACION como su ámbito propio de estudio e investigación. Pero los filósofos de la
ciencia de tendencia historicista reivindicaban la convivencia de ocuparse de los dos contextos en
colaboración con historiadores, psicólogos y sociólogos de la ciencia.

A lo largo de los años se disputaron distintas opiniones acerca de lo que la epistemología debía ser,
unos que la epistemología debía ocuparse de la totalidad de la investigación científica, otros que
sólo a los resultados positivos. Esta última siendo fuertemente criticada por su reduccionismo
epistemológico.

LOS CUATRO CONTEXTOS PROPUESTOS POR ECHEVERRÍA: La historia de la ciencia


muestra como para que una teoría pueda tener aplicación primero tiene que ser descubierta, luego
aplicada en un ensayo y por último justificada, pero a este primer contexto de aplicación conviene
separarlo en dos. No es lo mismo elaborar una teoría científica que aplicarla a la resolución de
problemas.
1. Un CONTEXTO DE EDUCACIÓN (enseñanza y difusión de la ciencia): para comprender una
teoría hay que tener un cierto conocimiento de teorías, especializaciones y vocabulario. Los
filósofos de la ciencia le prestaron poca atención a la enseñanza y a la difusión del conocimiento
científico, pero ambas forman un componente fundamental de la actividad científica.

La ciencia actual es una construcción social artificializada que se aplica en todos los ámbitos, para
producir transformaciones y en su caso, mejoras. Podemos aceptarla o no pero antes de aceptar hay
que haber estudiado la validez o no de los instrumentos científicos. Por lo que la enseñanza es el
primer ámbito donde la ciencia tiene vigencia

2. El segundo contexto es el antiguo contexto de descubrimiento, al que hay que añadir que si
queremos estudiar la tecnociencia habría que llamarlo CONTEXTO DE INNOVACIÓN ya que la
función de la innovación ha caracterizado históricamente a la ciencia hoy en día. Hay que insistir
que las innovaciones no son descubrimiento, sino que pertenecen al ámbito de la invención (por ej,
máquinas, instrumentos de laboratorio, o de medida, etc). Se trata estrictamente de invenciones,
cuyo éxito o fracaso depende de la utilidad, de su funcionalidad, de la facilidad con las que puedan
ser utilizadas, de su capacidad para plantear y resolver problemas o para hallar soluciones. Al hablar
de innovación, se engloban ambos aspectos de la investigación científica: los descubrimientos y las
invenciones.

3. El tercer ámbito constituye al sabido contexto de justificación, fundamentado en una buena


tradición metodológica racional de la ciencia. Se propone hablar de CONTEXTO DE
VALORACIÓN o evaluación de la actividad tecnocientífica y no sólo de la justificación del
conocimiento científico. Todo hecho científico seria valorado en su viabilidad, aplicabilidad,
competitivad, en resúmen su utilidad. En este tercer contexto la actividad científica está fuertemente
mediatizada por la sociedad y no sólo por la comunidad científica. Al igual que en los ámbitos
explicados anteriormente, siempre hay una sanción o juicio social sobre la actividad científica. No
es la contrastación con la experiencia lo que determina la validez o no de una novedad científica,
sino su contrastación con otros agentes sociales.

4. El cuarto de los ámbitos, CONTEXTO DE APLICACIÓN, es el de la aplicación para modificar,


transformar y mejorar el medio. Los instrumentos científicos de los tres ámbitos anteriores sufren
modificaciones según el ámbito en el que se encuentren y la comunidad científica suele poseer
especialistas para cualquiera de los tres contextos, pero los filósofos de la ciencia no se han
preocupado de este último contexto. Podría ser el valor principal si funciona, pero también desde la
rentabilidad económica, la utilidad social.
Boido, Noticias del planeta tierra:
LAS TRES TRADICIONES CIENTIFICAS:

La “revolución científica”, período del siglo y medio que se extiende entre la publicación del
trascendental y único libro de Copérnico, Sobre la revolución de las esferas celestes, en 1543, y la del
libro fundacional de una nueva cosmología, Principios matemáticos de filosofía natural, de Isaac
Newton, en 1687. Se trata de reelaboraciones conceptuales que tienen su origen en el pasado y por
tanto pertenecen a tradiciones culturales determinadas. En un notable análisis debido al historiador
escocés Hugh Kearney, que adoptaremos aquí, se las llama organicistas, neoplatónicas y mecanicistas.

EL ORGANICISMO: Tiene su origen en Aristóteles, se expresa en el Renacimiento por la pervivencia


de la escolástica medieval. Supone que hay intencionalidad en el cosmos, un desarrollo hacia una meta
que se manifiesta en el cambio, se identificó la finalidad de la vida con la salvación personal. El dios de
los organicistas es una divinidad cuya inteligencia se pone en evidencia en el finalismo del universo. La
metáfora más adecuada para describir el universo sublunar es asimilarlo a un ser vivo (de allí el nombre
de tal concepción: organicista). El universo es considerado una entidad biológica y orientada a fines
(esto es, teleológica) que puede ser comprendido mediante la captación de formas universales a partir
de la experiencia sensible, su expresión por medio de axiomas y definiciones, y la posterior deducción
de conclusiones con el recurso a la lógica, que en conjunto configuran el “método demostrativo”
aristotélico. De allí que, en esta tradición, Dios sea concebido como un Gran Lógico.

EL NEOPLATONISMO: Esta tradición se remonta al pensamiento de Pitágoras, Platón y los


neoplatónicos posteriores. Su presencia en tiempos de Copérnico tiene su origen en el humanismo
literario y artístico del siglo XV. Puesto que admite el entrecruzamiento de herencias culturales muy
heterogéneas, como por ejemplo, la de Hermes Trismegisto, podemos llamar a esta tradición
neoplatónica, mística, mágica o hermética, de acuerdo con la componente histórica y las influencias
que privilegiemos. Los herméticos practicaban el culto del Sol, símbolo de divinidad, y no admitían
para el astro rey otro lugar que el centro del universo. Concebido al modo de un gran artista, mago o
geómetra. Dios había cifrado los secretos del cosmos en el lenguaje de la matemática. En la
caracterización de Kearney, la tradición neoplatónica o hermética tiene tal grado de amplitud que
permite la convivencia en ella de modos de pensamiento y acción muy diferentes. Coexisten el
astrologo y el filosofo académico de orientación platónica, el alquimista “de taller” y el numerólogo
pitagórico. Copérnico, por caso, se remitía a la dimensión estética de los pitagóricos y de Platón, mas
repudiaba la astrología: pese a ser astrónomo, y a diferencia de la mayoría de sus colegas, nunca
redactó horóscopos. Tampoco admitía la infinitud del universo, moneda corriente entre los
neoplatónicos. El historiador Alexandre Koyré considera que un detonador de la revolución científica
fue la influencia de este resurgido “platonismo”, pero luego discrimina entre dos formas del mismo: El
Platonismo, o más exactamente, el neoplatonismo de la Academia florentina, y el platonismo de los
matemáticos, platonismo que es matemático, sin más.

EL MECANICISMO: En tiempos de Copérnico, fuera de las universidades, florecían talleres en los


cuales pintores, escultores, arquitectos o ingenieros debatían temas de primordial interés técnico y
artístico para las necesidades productivas de la época. Relativamente desinteresados de las cuestiones
generales que ocupaban a filósofos teólogos, la atención de estos nuevos estudiosos, guiados por algún
maestro de prestigio, se centro en la solución de problemas técnicos limitados, concretos, prácticos. En
ese ámbito, con la tutela de Andrea Verrocchio, creció el más grande de los ingenieros renacentistas, el
uomo senza lettere Leonardo Da Vinci. Bajo la influencia del compromiso con la técnica y el interés
por las maquinas se puso de manifiesto la existencia de una tradición mecanicista en pugna con las
anteriores. Los mecanicistas rescataron la figura del mas celebre matemático e ingeniero de la
antigüedad, el mítico Arquímedes (siglo III a.C.) no pretendía diseñar sistemas filosóficos acabados
sino resolver problemas bien definidos y delimitados, muchos de los cuales tenían gran interés técnico.
Un recurso habitual de Arquímedes es la invocación de “experimentos mentales”, situaciones ideales y
quizá inaccesibles en la práctica, puramente imaginadas, acerca de las cuales se argumenta y se extraen
ciertas conclusiones. En tratados como los de Arquímedes o Pappo, los mecanicistas acordaban hallarse
en presencia de un modo de pensamiento antiguo que era por igual ajeno al de Platón y al de aristóteles.
Concibieron el universo a modo de una maquina creada por Dios, el Gran Ingeniero. La naturaleza está
escrita en el lenguaje de la matemática, mas no en aquel sentido numerológico y místico de los
pitagóricos. Por ello los mecanicistas trataran de cuantificar, medir, hallar relaciones funcionales entre
cantidades y expresar así, numéricamente, las regularidades manifiestas.

A comienzos del siglo XVII esta tradición vinculada a un mecanicismo maquinista cedió su lugar a
otra, que concebiría al universo constituido por partículas en continuo movimiento y gobernadas por
leyes que la investigación científica habría de poner en evidencia. Se trata ahora de un mecanicismo
Corpuscularista, que tiene su origen en el antiguo atomismo de Leucipo, Demócrito y Epicuro. Puede
pensarse, de un modo esquemático, que la tradición neoplatónica surgió en el siglo XV como reacción
ante la organicista y que luego, en la primera mitad del siglo XVII, la mecanicista acabo por
predominar sobre ambas.

TRADICIONES Y PRECAUCIONES:

El propio Newton, con cuya obra culmina la revolución científica, ha sido presentado tradicionalmente
como una suerte de “mecanicista puro”, pero sus genuinos intereses por la alquimia y la teología lo
comprometen también con la tradición neoplatónica: es el “gran anfibio” de la revolución científica,
según lo llama Kearney.
UNIDAD 2:
La concepción científica del mundo: el Círculo de Viena
PREFACIO:

A comienzos de 1929, Moritz Schlick recibió una tentadora designación en Bonn, pero decidió
quedarse en Viena.

Aquí llegó a ser evidente que existe algo así como un “Círculo de Viena” de la Concepción Científica
del Mundo. Este Círculo no tiene una organización rígida; consiste de gente que tiene la misma actitud
científica básica; el individuo se esfuerza en incorporarse significativamente, cada uno pone lo que los
vincula por delante, ninguno desea que las idiosincrasias entorpezcan los vínculos. En muchos casos un
miembro puede reemplazar a otro, el trabajo de uno puede ser continuado por otro. El Círculo de Viena
intenta ponerse en contacto con los que tienen una orientación similar e influir en aquellos que están en
una posición diferente. La colaboración en la Asociación Ernst Mach es la expresión de este empeño;
Schlick es el presidente de esta Asociación y varios miembros del Círculo de Schlick pertenecen al
directorio.

I. EL CIRCULO DE VIENA DE LA CONCEPCION CIENTIFICA DEL MUNDO:

1- ANTECEDENTES HISTORICOS:

El espíritu de este Círculo es opuesto del iluminismo, y de la investigación antimetafísica de los


hechos. Modo de pensar fundado en la experiencia y contrario a la especulación. Es históricamente
comprensible que Viena fuera un suelo especialmente apropiado para este desarrollo. En el movimiento
liberal vienés, académicos de renombre mundial ocupaban posiciones importantes. Aquí se cultivaba
un espíritu antimetafísico. Gracias a este espíritu de ilustración, Viena ha estado a la vanguardia en la
educación popular científicamente orientada. El mismo espíritu inspiró también al movimiento de la
“Escuela Libre” que fuera precursor de la actual reforma escolar. En esa atmosfera liberal vivió Ernst
Mach (nacido en 1838). Se dedicó especialmente a purificar las ciencias empíricas y, en primer lugar, la
física, de pensamientos metafísicos. Su criticar al espacio absoluto hizo de él uno de losprecursores de
Einstein, su lucha contra la metafísica de la cosa-en-sí y del concepto de sustancia. La influencia de los
físicos Mach y Boltzmann en la cátedra de filosofía se manifiesta conceptualmente en que da a
entender que hubo un vivo interés en los problemas lógicos y epistemológicos relacionados con los
fundamentos de la física.

Estos problemas de fundamentos condujeron también a esfuerzos a favor de una renovación de la


lógica. Hubo muchas influencias en Viena para esa época como por ejemplo Franz Brentano, Josef
Popper-Lynkeus. Estas influencias multilaterales tuvieron como consecuencia en Viena, especialmente
con el cambio de siglo, que un número cada vez mayor de personas discutiera frecuente y
sostenidamente problemas más generales en estrecha conexión con las ciencias empíricas. Las líneas de
la historia de la ciencia y de la filosofía que se reunieron aquí especialmente fueron las siguientes:

- Positivismo y empirismo: Hume, la Ilustración, Comte, Mill, Rich, Avenarius, Mach.

- Fundamentos, objetivos y métodos de la ciencia empírica: Helmholtz, Mach, Poincaré, Enriques, Duhem,
Boltzmann, Einstein.

- Logística y su aplicación a la realidad: Leibniz, Peano, Frege, Schröder, Russell, Whitehead, Wittgenstein.

- Axiomática: Pasch, Peano, Vailati, Pieri, Hilbert.

- Hedonismo y sociología positivista: Epicuro, Hume, Bentham, Mill, Comte, Feuerbach, Marx, Spencer,
Müller-Lyer, Popper-Lynkeus, Carl Menger (padre).

2- EL CÍRCULO EN TORNO A SCHLICK:

En 1922 fue llamado Moritz Schlick de Kiel a Viena. Despertó a una nueva vida la tradición que habían
empezado Mach y Boltzmann. Con el trascurso de los años se formo en torno a Schlick un Círculo
cuyos miembros unieron distintos esfuerzos en la dirección de una concepción científica del mundo.
Ninguno de los miembros es de los así llamados filósofos “puro”, sino que todos han trabajado en
algún ámbito científico particular. Ellos provienen, más precisamente, de diferentes ramas de la ciencia
y originalmente de distintas posiciones filosóficas. Sin embargo, apareció una creciente unidad, esto
también fue el efecto de la orientación específicamente científica. Se mostró cada vez más patente que
el objetivo común de todos ellos era no solamente lograr una posición libre de metafísica, sino también
antimetafísica. Así muestran, por ejemplo, los esfuerzos hacia una nueva organización de las relaciones
económicas y sociales, hacia la unión de la humanidad, hacia la renovación de la escuela y la
educación, una conexión interna con la concepción científica del mundo.

La Asociación Ernst Mach es hoy el lugar desde el cual el Círculo se dirige a un público más amplio.
Esta Asociación desea, como está establecido en su programa, “promover y diseminar la concepción
científica del mundo.

Organizará conferencias y publicaciones acerca de la posición actual de la concepción científica del


mundo de forma tal que se muestre la importancia que tiene la investigación exacta para las ciencias
sociales y para las ciencias naturales. Así se formarían herramientas intelectuales del empirismo
moderno, herramientas que se necesitan también en la estructuración de la vida pública y privada”. La
vitalidad visible en los esfuerzos por una reestructuración racional del orden social y económico
atraviesa también al movimiento de la concepción científica del mundo. Schlick como presidente, en
torno al cual se había concentrado de modo más fuerte el trabajo común en el área de la concepción
científica del mundo.
II. LA CONCEPCION CIENTIFICA DEL MUNDO:

La concepción científica del mundo no se caracteriza tanto por sus tesis propias, como más bien por su
posición básica, los puntos de vista, la dirección de la investigación. Como objetivo se propone la
ciencia unificada. De esa aspiración se sigue el énfasis en el trabajo colectivo; de allí también la
acentuación de lo aprehensible intersubjetivamente; de allí surge la búsqueda de un sistema de formulas
neutral, de un simbolismo liberado de la escoria de los lenguajes históricamente dados; y de allí
también, la búsqueda de un sistema total de conceptos. En la ciencia no hay “profundidades”, hay
superficie en todas partes: todo lo experimentable forma una red complicada no siempre aprehensible
en su totalidad, sino que a menudo solo comprensible por partes. Todo es accesible alhombre y el
hombre es la medida de todas las cosas. Para la concepción científica del mundo no hay enigmas
insolubles. El método es el del análisis lógico; de él dice Russell, “según mi opinión radica aquí un
progreso similar al que produjera Galileo en la física: resultados individuales comprobables sustituyen
a afirmaciones incomprobables sobre la totalidad, susceptibles de ser obtenidas solo mediante la fuerza
de la imaginación”. Este método del análisis lógico es lo que distingue a los nuevos empirismos y
positivismos de los anteriores, que estaban más orientados biológico-psicológicamente.

Hay una demarcación precisa entre dos tipos de enunciados. A uno de estos tipos pertenecen los
enunciados que son hechos por las ciencias empíricas, su sentido se determina mediante el análisis
lógico, más precisamente: mediante una reducción a los enunciados más simples sobre lo dado
empíricamente. Los otros enunciados se revelan a sí mismos como completamente vacios de
significado. Si un metafísico o un teólogo desea retener el ropaje habitual del lenguaje, entonces el
mismo debe darse cuenta y reconocer claramente que no proporciona ninguna representación, sino una
expresión, no proporciona teoría ni comunica un conocimiento, sino poesía o mito. De parte de la
concepción científica del mundo se rechaza la filosofía metafísica.

Más avanzada se halla la clarificación del origen lógico de los extravíos metafísicos. En las teorías
metafísicas, en incluso en los planteamientos mismos de las preguntas, se dan dos errores lógicos
básicos: una vinculación demasiado estrecha con la forma de los lenguajes tradicionales y una
confusión sobre el rendimiento lógico del pensamiento. El segundo error básico de la metafísica
consiste en la concepción de que el pensar puede llevarnos a conocimientos por sí mismo sin
utilización de algún material de la experiencia. No es por lo tanto posible desarrollar una metafísica a
partir del pensar puro. A través del análisis lógico, se supera no solo a la metafísica en el sentido
propio, en especial la metafísica escolástica y a la de los sistemas del idealismo alemán, sino también a
la metafísica escondida del apriorismo kantiano y moderno. No se reconoce aquí ningún conocimiento
incondicional valido derivado de la razón pura, ni ningún “juicio sintético a priori”. Precisamente en el
rechazo de la posibilidad de conocimiento sintético a priori consiste la tesis básica del empirismo
moderno.
El Círculo de Viena sostiene la concepción de que todos los enunciados del realismo (critico) y del
idealismo sobre la realidad o irrealidad del mundo exterior y de las mentes ajenas son de carácter
metafísico, pues ellos están sujetos a las mismas objeciones que los enunciados de la antigua
metafísica: no tienen sentido porque no son verificables, no se atienen a las cosas. Algo es “real” en la
medida en que se incorpora a la estructura total de la experiencia. La intuición no es rechazada como
tal por la concepción científica del mundo. Sin embargo, se aspira a, y exige de, todo conocimiento
intuitivo, una posterior justificación racional, paso a paso. Al que busca le están permitidos todos los
medios; lo encontrado, sin embargo, debe resistir la contrastación.

La concepción científica del mundo se podría caracterizar mediante dos rasgos: primero, es empirista y
positivista, hay solo conocimiento de la experiencia que se basa en lo dado inmediatamente. Segundo,
se distingue por la aplicación de un método determinado, a saber, el del análisis lógico. La aspiración
del trabajo científico radica en alcanzar el objetivo de la ciencia unificada por medio de la aplicación de
ese análisis lógico al material empírico. El significado de todo concepto, sin importar a que rama de la
ciencia pertenezca, debe ser determinado por una reducción paso a paso a otros conceptos, hasta llegar
a los conceptos de nivel más bajo que se refieren a lo dado. Serian de este modo ordenados en un
sistema de reducción, un “sistema de constitución”. Entonces, las investigaciones orientadas al objetivo
de tal sistema, la “teoría de la constitución”, forman el marco en el cual es aplicado el análisis lógico
por la concepción científica del mundo. Recién en la moderna lógica simbólica (“logística”) se logran
obtener la precisión requerida de las definiciones de conceptos y enunciados, y formalizar el proceso de
inferencia intuitivo del pensamiento ordinario. Las investigaciones en la teoría de la constitución
muestran que los conceptos de las experiencias y cualidades de la psiquis propia pertenecen a los
estratos más bajos del sistema de constitución; sobre ellos se depositan los objetos físicos; a partir de
éstos se constituyen las mentes ajenas y por último los objetos de las ciencias sociales.En la descripción
científica solo puede ingresar la estructura (forma de orden) de los objetos, no su “esencia”. Lo que une
a los hombres en el lenguaje son formulas de estructura; en ellas se representa, por si mismo, el
contenido del conocimiento que es común a los hombres. Las cualidades experimentadas
subjetivamente –lo rojo, el placerson, como tales, solo vivencias, no conocimiento.

III. AMBITOS DE PROBLEMAS:

1- FUNDAMENTOS DE ARITMETICA:

En los escritos y discusiones del Círculo de Viena se tratan muchos problemas diferentes que surgen de
las distintas ramas de la ciencia. Se pretenden poner las distintas orientaciones de problemas en una
unión sistemática para clarificar de este modo la situación de los problemas. Los problemas de
fundamentos de la aritmética han llegado a adquirir especial importancia histórica para el desarrollo de
la concepción científica del mundo, ya que son los que han dado impulso al desarrollo de una nueva
lógica. Esta revisión llego aún a ser más urgente cuando aparecieron ciertas contradicciones, las
“paradojas de la teoría de conjuntos”. No se trataba solamente de algunas dificultades en un ámbito
especial de la matemática, sino de contradicciones lógicas generales, “antinomias”, que indicaban
errores esenciales en los fundamentos de la lógica tradicional. La terea de eliminar estas
contradicciones dio un impulso especialmente fuerte al desarrollo ulterior de la lógica. Aquí los
esfuerzos en pos de una clarificación del concepto de número se encontraron con aquellos a favor de
una reforma interna de la lógica. Desde Leibniz y Lambert se había mantenido vivo el pensamiento de
dominar la realidad mediante una mayor precisión de los conceptos y de los procedimientos de
inferencia y de alcanzar esta precesión mediante un simbolismo construido según el modelo de la
matemática. Sobre la base de estos esfuerzos preparatorios Whitehead y Russell pudieron establecer un
sistema coherente de lógica en forma simbólica (logística). A partir de este sistema lógico derivaron los
conceptos de la aritmética y del análisis, dando de ese modo a la matemática un fundamento seguro en
la lógica. Sin embargo, ciertas dificultades se mantuvieron en este intento de superar la crisis de
fundamentos de la aritmética (y de la teoría de conjuntos) que hasta hoy todavía no se ha encontrado
una solución satisfactoria definitiva. La concepción del carácter tautológico de la matemática, que está
basada en las investigaciones de Russell y Wittgenstein, es sostenida también por el Círculo de Viena.
Debe destacarse que esta concepción se opone no solo al apriorismo e intuicionismo, sino también al
empirismo más antiguo, que quería derivar la matemática y la lógica de una manera
inductiva-experimental. Relacionado con esto se encuentran también investigaciones con respecto a la
naturaleza del método axiomático en general, así como también sobre el establecimiento de sistemas de
axiomas para determinados ámbitos matemáticos.

2. FUNDAMENTOS DE FISICA:

El Circulo de Viena inspirado por ideas de Mach, Poincaré y Duhem, se discutieron los problemas del
dominio de la realidad a través de sistemas científicos, especialmente por medio de sistemas de
hipótesis y de axiomas. Los conceptos que aparecen en los axiomas son determinados o definidos no
por su contenido, sino solo por sus mutuas relaciones a través de los axiomas. Tal sistema de axiomas
adquiere un significado para la realidad solo mediante el añadido de definiciones adicionales, las
“definiciones coordinativas”, a través de las cuales se establece qué objetos de la realidad deberían ser
considerados como miembros del sistema de axiomas. El desarrollo de la ciencia empirica que pretende
representar la realidad con una red de conceptos y juicios que sea lo mas uniforme y simple posible,
puede ahora preceder de dos maneras. Los cambios requeridos por nuevas experiencias pueden hacerse
ya sea en los axiomas o en las definiciones coordinativas. El problema metodológico de la aplicación
de los sistemas de axiomas a la realidad puede surgir en principio en cualquier rama de la ciencia. El
análisis epistemológico de los conceptos fundamentales de la ciencia natural ha liberado a estos
conceptos cada vez mas elementos metafísicos. Que el conocimiento del mundo es posible no se basa
en que la razón humana imponga una forma al material, sino en que el material esta ordenado de una
manera determinada. Solo la investigación progresiva de la ciencia de la experiencia nos puede enseñar
en qué grado el mundo es conforme a leyes. El método de la inducción, la inferencia del ayer al
mañana, del aquí al allí, es solo valido si existe una legalidad. Sin embargo,la reflexión epistemológica
exige que a una inferencia inductiva se le debe dar significación solo en la medida en que esta puede
ser contrastada empíricamente.

3. FUNDAMENTOS DE GEOMETRIA:

Poincaré enfatizó especialmente el vinculo de la geometría física con todas las otras ramas de la física:
la pregunta concerniente a la naturaleza del espacio real puede ser respondida solo en relación con un
sistema total de la física.

La geometría física llegó a separarse cada vez mas de la geometría matematica pura. Las relaciones
entre la geometría matematica y la geometría física condujeron naturalmente al problema de la
aplicación de los sistemas de axiomas a la realidad.

4. PROBLEMAS DE FUNDAMENTOS DE BIOLOGIA Y PSICOLOGIA:

La concepción científica del mundo rechaza por metafísica a la teoría del vitalismo, debido a que estos
conceptos no satisfacen el requisito de reducibilidad a lo dado. Lo mismo ocurre con un psicovitalismo,
que propone una intervención del alma. La formación de conceptos en el ámbito de la psicología se
dificulta sobre todo por deficiencias del lenguaje: carga metafísica e incongruencia lógica. El intento de
la psicología conductista de aprehender todo lo psíquico por medio de la conducta de los cuerpos, en lo
que se encuentra asi a un nivel accesible a la percepciones, en su actitud fundamental, cercana a la
concepción científica del mundo.

5. FUNDAMENTOS DE CIENCIAS SOCIALES:

Toda rama de la ciencia es llevada tarde o temprano en su desarrollo a la necesidad de una revisión
epiestemologica de sus fundamentos, a un análisis lógico de sus conceptos. Así también ocurre con los
ámbitos de la ciencia sociológica, la historia y la economía política. Ya esta en marcha desde hace
tiempo un proceso de eliminación de vestigios metafísicos. Parece que aun en el período de máximo
desarrollo de la metafísica y de la teología, la influencia metafísica no fue particularmente fuerte aquí,
debido quizá a que los conceptos en este ámbito, tales como guerra y paz, importación y exportación,
están mas cerca de la percepción directa que conceptos como atomo y éter.

IV. RETROSPECTIVA Y PROSPECTIVA:

Es comprensible que en el Círculo de Viena permanezca claramente reconocible la proveniencia de los


miembros individuales desde los diferentes ámbitos de problemas. Esto a menudo resulta en diferencias
en las direcciones de interés y puntos de vista conducen a diferencias en las concepciones. A través del
esfuerzo por obtener un formulación precisa, por aplicar un simbolismo y un lenguaje lógico exacto, asi
como diferenciar claramente entre el contenido teórico de una tesis y sus nociones subalternas,
disminuye la separación. Paso a paso, se incrementa el fondo de concepciones comunes, que forman el
núcleo de una concepción científica del mundo en la que se asocian las capas exteriores con una
divergencia subjetiva más fuerte. No hay filosofía como ciencia básica o universal junto a o sobre los
diferentes ámbitos de la ciencia de la experiencia; no hay reino de las ideas que este sobre o mas allá de
la experiencia. Sin embargo, el trabajo de las investigaciones “filosóficas” o de “fundamentos” en el
sentido de la concepción científica del mundo mantienen su importancia. Pues la clarificación lógica de
los conceptos, oraciones y métodos científicos nos libera de prejuicios inhibidores. El análisis lógico y
epistemológico no desea poner restricciones a la investigación científica, por el contrario: él le pone a
disposición un campo lo mas completo posible de posibilidades formales, dentro de las que ellas
escogerá la mas adecuada para la experiencia correspondiente.
Popper: el mito del marco comun.
Se va a preguntar cuáles son los criterios para determinar el status científico de una teoría. Va a tomar
como punto de partida a BACON y su dogma que inicio con la ciencia moderna, para realizar una
crítica y exponer su pensamiento. Este dogma lo llama “observacionismo”, y el método mediante el
cual según él puede brindar el camino verdadero al conocimiento lo denominó “el método de la
anticipación mental”. Según Bacon debemos purgar nuestra mente de prejuicios, de las ideas
preconcebidas, de todas las teorías que la religión, la filosofía, la educación o la tradición en sí, puedan
habernos inculcado. Una vez limpia nuestra mente de prejuicios e impurezas, podremos aproximarnos a
la naturaleza y la naturaleza no nos engañará. Lo que nos engaña no es ella, sino nuestros prejuicios, las

impurezas de nuestra mente. Si nuestra mente es pura, seremos capaces de leer la naturaleza sin
distorsionarla: solo hay que abrir los ojos, observar las cosas y anotar cuidadosamente nuestras
observaciones, sin distorsiones; así se nos develaran la esencia de las cosas observadas.

Popper, en función de lo expuesto por Bacon, dice que la idea de que podamos depurar nuestra mente
de prejuicios a voluntad y liberarnos así de toda teoría preconcebida, como preparación para el
descubrimiento científico, es una idea ingenua y equivocada. Es precisamente a través del
descubrimiento científico como aprendemos que algunas de nuestras ideas son prejuicios.

Para Popper siempre operamos con teorías: no existe la observación “pura” sin un componente teórico.
Toda observación es una interpretación de hechos a la luz de una teoría.

Toma tres teorías= el PSICOANALISIS, LA PSICOLOGIA DEL INDIVIDUO (Addler) Y EL


MARXISMO. Lo que observa en ellas es que las observaciones de quienes adhieren a dichas teorías,
confirman las perspectivas de sus teorías a partir de lo que observan; cualquier cosa que observen o
experimenten lo interpretarán en términos de sus creencias o perspectivas (CONVERSION) y por lo
tanto, tenderán a reforzarla. En cambio, la teoría de EINSTEIN predice o prevé que existe un
experimento que puede refutar dicha teoría; es decir, es altamente contrastable.

De esta manera, va demarcando su CRITERIO DE DEMARCACION entre teorías empíricas y no


empíricas= únicamente si puedo decir cómo se podría refutar o falsar mi teoría, puedo afirmar que es
una TEORIA EMPIRICA. Implica correr un riesgo, ya que se trata de hacerla fracasar. Cuanto más
falsable sea una teoría, más fuerte se torna.

El origen del conocimiento (CIENCIA) no comienza por observaciones, sino que parte de un
​PROBLEMA: ​cuando algunas de nuestras expectativas se ven frustradas (expectativas concientes-
inconcientes=conjetura). Nuestro conocimiento aumenta a medida que pasamos de viejos problemas a
problemas nuevos por medio de conjeturas y refutaciones, por la refutación de nuestras “expectativas”.
TEORIA DEL REFLACTOR: ​el hombre nace con muchas expectativas, con un conocimiento innato.
Estas expectativas innatas en caso de decepcionar, crearan los primeros problemas= nuestras
observaciones están enfocadas a partir de algo previo (luz se enfoca sobre la realidad, pero está dirigida
por algo previo: intereses, metas, teorías). La opone a la TEORÍA DEL CUBO​(los conocimientos
penetran en el cubo de la mente mediante los sentidos externos).

La forma de familiarizarnos con el problema, es comprendiendo por que no tiene fácil solución, porque
la solución más obvia no funciona mediante el método de ENSAYO-ERROR; es decir, tratando de
solucionarlo y fracasar.

Para Popper el ​METODO CIENTIFICO​consistiría en= 1° partir de un PROBLEMA 2° plantear


TEORIAS TENTATIVAS y buscar la que sea más refutable, para así renovar teorías y aumentar mi
conocimiento.

OTRO RESUMEN:

Importante:

● Crítica al método inductivo, al neopositivismo (no busca verificar)


● La ciencia no parte de la observación, se parte de un problema
● Propone el método falsacionista, similar al método hipotético deductivo
● Su posición será el FALSACIONISMO: nunca se va a poder comprobar del todo una teoría. Las
teorías que sobreviven no quieren decir que sean las más verdaderas, sino las más aptas.
● Defiende la existencia de un único método científico
● Tiene una concepción LINEAL de la historia (acumulativa)

CIENCIA: PROBLEMAS, RESPONSABILIDADES Y OBJETIVOS.

A raíz de la contemplación de la historia de prejuicios y dogmas sostenidos desde la intolerancia y el


fanatismo, dice que el hombre, no parece tanto un animal racional como un animal ideológico. Se
puede ver la historia de la ciencia, de la ciencia moderna a partir del Renacimiento, sobre todo con
Bacon, como se reemplazó el nombre “Dios” por el nombre “Naturaleza”, la omnipotencia y
omnisciencia de Dios fueron reemplazadas por la omnipotencia de la naturaleza y por la virtual
omnisciencia de la ciencia natural.

Según Bacon la ciencia debía determinar la naturaleza de las cosas, la esencia de las cosas, esto era
posible porque sólo bastaba con aproximarse a la diosa naturaleza con la mente pura, libre de prejuicios
para poder develar sus secretos (realismo ingenuo). De acuerdo con Bacon, la esencia del método de la
nueva ciencia de la naturaleza, que la diferencia de la vieja teología y de la filosofía metafísica lo
resume del siguiente modo: el hombre es impaciente, le gustan los resultados rápidos, se salta a las
conclusiones. Este es el método antiguo que lo llama “el método de la anticipación mental”, método
falso que solo conduce a prejuicios.

El nuevo método de Bacon, que recomienda como el camino verdadero al conocimiento y como
camino al poder es el de purgar la mente de todo prejuicio, ideas preconcebidas, teorías, supersticiones,
que la religión, la filosofía o la tradición nos hayan inculcado. Una vez limpia nuestra mente podemos
aproximarnos a la naturaleza. Este es el método de OBSERVACION y DEDUCCIÓN de Bacon
(observación pura, inmaculada, no puede errar; la especulación y las teorías son malas, son la fuente de
todo error). Popper menciona a Galileo, como las teorías audaces y puramente especulativas pueden
liberarnos de nuestros prejuicios.

Menciona que Bacon no fue un gran científico, sino un profeta, en el sentido de que propago la idea de
una ciencia experimental, sino también porque previó, inspiró la revolución industrial. Saber es poder,
dijo Bacon, esta peligrosa idea del dominio del hombre sobre la naturaleza, fue una de las ideas más
influyentes a través de las cuales la ciencia ha transformado a nuestro mundo.

CRITICAS AL DOGMA BACONIANO

Critica al realismo ingenuo y a la idea de depurar por completo nuestra mente. Es justamente a través
del descubrimiento científico como aprendemos que algunas de nuestras ideas son prejuicios. Una
mente purgada de toda teoría, no solo sería una mente pura sino también una mente VACIA. Siempre
operamos con teorías aunque no nos demos cuenta. Deberíamos tratar de formular explícitamente las
teorías que sostenemos, esto nos permitiría la posible búsqueda de teorías alternativas y la
discriminación critica entre una teoría y otra.

No existe la OBSERVACION PURA.

Bacon se dio cuenta que si interpretamos los hechos observados a la luz de las teorías preconcebidas,
estamos expuestos a confirmar o a fortalecer dichos prejuicios por medio de las observaciones,
cualesquiera que sean los hechos. Los prejuicios nos impiden aprender de la experiencia, forman una
barrera insuperables al progreso de la ciencia a través de la observación y el experimento.

A partir de aquí Popper plantea su propia visión de la cuestión, donde todo científico que afirme que su
teoría esta corroborada por el experimento o la observación debería preguntarse si puede describir
alguna observación la cual refute su teoría. Si la respuesta es negativa no hay duda que no se trate de
una teoría empírica, solo si mi teoría es FALSABLE o refutable, es empírica.

Para Popper el criterio de demarcación entre las teorías empíricas y no empíricas es la


FALSABILIDAD o la REFUTABILIDAD. Esto no quiere decir que las teorías no refutables sean
falsas ni que carezcan de sentido, implica que dicha teoría se considera ajena al campo de la ciencia
empírica.
Este criterio de falsabilidad va junto con un criterio de contrastabilidad, para poner a prueba una
máquina hay que tratar de hacerla fracasar. Este primer paso se da cuando, a un científico que sostiene
que su teoría es corroborada por el experimento u observación se le pregunta: ¿es refutable tu teoría?
¿Qué experimento u observación aceptas como refutación? Si las respuestas son satisfactorias y
positivas, se puede pasar al segundo paso.

Un segundo paso para resolver el problema de Bacon es que contrastar una teoría significa tratar de
encontrar sus puntos débiles, tratar de refutarla. En principio, una teoría es contrastable sólo si es
refutable.

En la ciencia, la función decisiva de la observación y el experimento es la CRÍTICA, la observación y


experimentación por si solas no son concluyentes ya que pueden establecerse en base a una
interpretación errónea y sistemática de los hechos. La observación y el experimento tienen un papel
importante en la DISCUSION CRITICA de las teorías científicas. Nos ayudan a eliminar las teorías
más débiles, la teoría que sobrevive es la que ha sido sometida a rigurosa contrastación y no ha sido
refutada. Los puntos polémicos que da acerca de esta serie de tesis es que:

● Todo conocimiento es hipotético


● El aumento de conocimiento consiste en aprender de los errores
● El método de la ciencia consiste en aprender sistemáticamente de nuestro errores: asumiendo
riesgos e investigando sistemáticamente los errores que hemos cometido
● Una de las cuestiones más importantes es la de los exámenes experimentales
● Los experimentos están orientados por la teoría, y esto a menudo da errores tanto por hipótesis
relativas o por esperanzas conjeturales acerca del éxito del experimento.
● La objetividad científica no es más que el enfoque critico
● Esto debería alentar a refutar por si mismos sus teorías
● Es un error pensar que los científicos son más objetivos que la gente
● Los científicos tienen justificaciones metodológicas para ser dogmáticos
● La característica principal de la ciencia es la de establecer diferencias entre teorías falsables o no
falsables.
● La contrastabilidad implica que ciertos acontecimientos concebibles no ocurrirán. La contrastación
consiste en tratar de producir por todos los medio que se disponga, esos acontecimientos que la
teoría nos dicen que NO pueden ocurrir.
● Toda teoría contrastable prohíbe que ocurran determinados acontecimientos
● Toda teoría científica se va a postular en forma de “Tal o cual cosa no pude suceder”
● Las teorías científicas no pueden decirnos nada acerca del mundo empírico a menos que estos
hechos sean capaces de chocar con el mundo empírico y sean contrastables
● Existen niveles de contrastabilidad, teorías más contrastables son las que afirman muchas cosas
● Las comprobaciones experimentales tienen grados de rigurosidad
● El autoritarismo en la ciencia está ligado a establecer, probar o verificar sus teorías. El ENFOQUE
CRITICO, está ligado a la idea de contrastar, de refutar, de falsear sus conjeturas.

La ciencia tentativamente comienza con juicios, mitos (NO CON OBSERVACIONES), los cuales se
vuelven desafíos. Para Popper la ciencia surge con PROBLEMAS, ya sean prácticos y/o teóricos. Una
vez tenemos un problema, tenemos que conjeturar una solución, y nos damos cuenta que estas
conjeturas son refutables o que resuelven los problemas en parte. Podremos decir que el conocimiento
aumenta a medida que nuevas conjeturas y refutaciones se nos van planteando. Su tesis es que no
empezamos por observaciones, sino siempre a partir de un problema o a partir de una teoría que ha
pasado por ciertas dificultades. Una vez enfrentados al problema procedemos con dos tipos de intentos:
tratamos de conjeturar una solución e intentamos criticar nuestras soluciones

Nos encontramos con que esas conjeturas pueden refutarse o no solucionan el problema, o lo resuelven
en parte. Incluso las mejores soluciones dan paso a nuevas dificultades. Por lo tanto, podemos decir que
nuestro conocimiento aumenta a medida que pasamos de problemas viejos a problemas nuevos por
medio de conjeturas y refutaciones.

La manera en que nos familiarizamos con un problema es muy simple, mediante la producción de una
solución inadecuada y de la crítica a esta solución. Comprender un problema es comprender por qué no
tiene fácil comprensión. Tenemos que producir soluciones obvias y descubrir por qué no funcionan, de
esta forma cada vez llegaremos a soluciones ligeramente mejores. La máxima familiaridad con un
problema puede conducirnos a mejores posibilidades de solucionarlo. Un simple cambio de énfasis
puede cambiar toda la comprensión, fertilidad y perspectivas de una solución interesante. La idea de la
importancia de los PROBLEMAS para la teoría del conocimiento puede expresarse con el choque de
DOS TESIS:

1- Nuestro conocimiento es vasto e impresionante, no solo detalles y hechos, si no teorías que explican
de asombrosa manera el funcionamiento de los cuerpos muertos y vivos.

2- Nuestra ignorancia es ilimitada y abrumadora, todo nuestro conocimiento sirve para abrir más los
ojos acerca de la vastedad de nuestra ignorancia.

Las dos tesis son verdaderas y el choque caracteriza nuestra posición gnoseológica: tensión entre
nuestro CONOCIMIENTO y nuestra IGNORANCIA, es decisiva para el desarrollo del conocimiento.
Únicamente a través de la ignorancia de nuestros errores es que podemos llegar a conocer un problema.
Esto se aplica tanto para el conocimiento precientífico como para el científico.

El MÉTODO CIENTÍFICO (de la ciencia RACIONAL), puede resumirse en tres pasos: PROBLEMA-
TEORÍA-CRÍTICA. Tropezamos con un problema, tratamos de resolverlo proponiendo una teoría y
aprendemos de nuestros errores, de nuestras soluciones tentativas que tienden a conducir a NUEVOS
PROBLEMAS

¿Qué significa comprender una teoría científica?

Algunos intentan comprenderla como la comprensión de un crudo mecanismo, pero Popper sugiere
comprenderla como un intento de resolver un problema, sin comprender dicho problema no tiene
sentido la teoría.

En el problema de la verificación hay una aceptación de una teoría o conjetura en exceso, los filósofos
de la ciencia hablan como si hubiera un cuerpo de conocimiento llamado ciencia y que está integrado
por teorías aceptadas, pero esto a Popper le parece equivocado, un residuo de la ciencia autoritaria de la
que se creía desde en 1600 hasta el 1900. Los filósofos de la ciencia utilizan “aceptada” como “vale la
pena creer”, pero la ciencia no intenta justificar positivamente su mérito, a la ciencia le interesa
criticarlo y cada desmoronamiento de teoría debería ser tomado como un avance hacia teorías más
admirables y hermosas. Propone que se rebaje la cuestión de la aceptación a un nivel de un problema
menor. Se debe considerar a la ciencia como un sistema creciente de problemas, más que como un
sistema de creencias.

Popper no cree en un MÉTODO INDUCTIVO o un proceso inductivo (propio del Círculo de Viena),
ya que el método de discusión crítica se encuentra muy alejado de este. Para Popper el inductivismo:

- No llega a una ley


- Establece generalizaciones de casos y esa sumatoria permite una mera yuxtaposición de
elementos
- Conduce a una ciencia de bajo nivel
- No llega a formular hipótesis

En el pasado inducción era usado principalmente en dos sentidos:

Inducción repetitiva, donde observaciones y experimentos repetidos sirven como premisas para
establecer una generalización o teoría (si se ve un gran volumen de cisnes blancos, se podría decir que
todos los cisnes son blancos), pero esta metodología la mayoría de los casos no establece nada ya que
muchos de los factores del mundo no son generalizables.

El segundo y principal sentido de inducción es la inducción eliminatoria, donde el método es eliminar o


refutar teorías. Mediante la eliminación de todas las falsas teorías podríamos establecer la teoría
verdadera, pero la cantidad de teorías en competencia es infinita, aunque en un momento dado sea una
cantidad finita.
El objetivo de la ciencia no es solamente establecer correlación entre datos y hechos observables, sino
también descubrir mundos detrás del mundo de la experiencia ordinaria.

Concluye esta exposición con una propuesta práctica, en la vida científica todavía existe una tradición
llamada “estilo inductivo”, en el cual se escribían en un archivo disposiciones experimentales, luego las
observaciones, una curva entre ambas y tal vez extrayendo una conclusión o hipótesis. Esto debe ser
reemplazado con un artículo escrito con un enunciado breve pero claro, problematizando cómo iniciar
la investigación. Luego enunciar brevemente la corazonada o conjetura relacionada con el problema.
Esbozar las disposiciones experimentales agregando las razones para elegirlas y los resultados. Por
último realizar una contrastación del éxito. Una sustitución del método inductivo por el crítico.

Termina con las responsabilidades, donde propone un campo de competencia pacífica, la tarea más
importante para los científicos es realizar un buen trabajo en sus espacios particulares, y también huir
del peligro que significa una especialización estrecha, también ayudar a los demás a comprender el
campo de trabajo, introducir una jerga mucho menos científica.
KUHN, T. (2004)- “La estructura de las revoluciones científicas”.
Kuhn en su libro Posdata de 1969 realiza un análisis de su texto original, realizando una crítica y
aclarando ciertas cuestiones que quedaron inconclusas.

Comienza explicando que su libro se valió del término PARADIGMA en dos sentidos:

1- Sociológico: Toda la constelación de creencias, valores, técnicas que comparten los miembros de
una comunidad dada

2- Filosófico: Las concretas soluciones a los problemas, que empleados como modelos o ejemplos
pueden reemplazar reglas explícitas como base de la solución de los restantes problemas de la ciencia
normal.

PARADIGMAS Y LA ESTRUCTURA COMUNITARIA

El término paradigma es intrínsecamente CIRCULAR, es lo que comparten los miembros de una


comunidad científica, y a la inversa, la comunidad científica consiste en unas personas que comparten
un paradigma. De esta forma las comunidades científicas pueden aislarse sin recurrir a paradigmas,
éstos pueden ser descubiertos analizando el comportamiento de una comunidad dada. Analiza la
estructura comunitaria de la ciencia.

Una COMUNIDAD CIENTIFICA: consiste en quienes practican una especialidad científica. Han
tenido una educación y una iniciación profesional similares. En su proceso han estado en contacto con
la misma bibliografía técnica. En las ciencias hay escuelas, comunidades que enfocan el mismo tema
desde puntos de vista incompatibles, están en competencia. Estas comunidades son las productoras y
validadoras del conocimiento científico.

Menciona a transición del periodo pre-paradigma al post-paradigma en el desarrollo de un campo


científico. En ésta transición un gran número de escuelas se dedicaron a la reducción de problemas
simples, terminando en un modo más ordinario de hacer ciencia, uno más esotérico, de la resolución de
problemas. Este paso de una comunidad pre paradigma a una pro paradigma no está relacionada con la
primera adquisición de un paradigma, lo que cambia realmente es su naturaleza. De esta forma el
desarrollo de una ciencia va asociado con la adquision de un paradigma que identifique problemas y
garantice el triunfo de la prácticamente verdaderamente ciencia. Tanto la ciencia normal como las
revoluciones son actividades basadas en comunidades.

Para analizarlas es necesario desentrañar la estructura cambiante de las ciencias con el paso del tiempo.
Un paradigma no gobierna un estudio, si no que a un grupo de practicantes y una investigación dirigida
a un paradigma o a destruir paradigmas, debe comenzar por localizar al grupo responsable.
Para Kuhn una REVOLUCIÓN es una clase especial de cambio, que abarca una cierta reconstrucción
de los compromisos de cada grupo, no hace falta que sea un gran cambio ni que parezca revolucionario.
Es importante comprender éste tipo de cambio en contraste con el acumulativo. Concluye que éste
argumento no depende exclusivamente de una crisis como requisito absoluto para la revolución, sino
que pueden aportar un mecanismo de auto-corrección que asegure que la rigidez de la ciencia normal
no siga indefinidamente sin ser puesta en duda.

PARADIGMAS COMO CONSTELACIÓN DE COMPROMISOS DEL GRUPO

Por qué los científicos comparten una teoría o conjunto de teorías? Primero propone cambiar la palabra
paradigma por “MATRIZ DISCIPLINARIA”: disciplinaria, ya que se refiere a la posesión común de
quienes practican una disciplina particular y matriz ya que está compuesto por elementos ordenados de
varias índoles.

De esta forma tenemos que los compromisos de grupo constituyen partes paradigmáticas de la matriz
disciplinaria. También hay que tener en cuenta los componentes de esta matriz,

● Las generalizaciones simbólicas, son expresiones utilizadas sin cuestionamientos, componentes


lógico formales que funcionan de manera legislativa o definidora.
● Un segundo componente, “paradigma metafísico”, son las creencias en modelos particulares,
analogías y metáforas aceptables, que si bien no abarca toda la realidad de dicha explicación sirven
para determinar que será aceptado como explicación.
● Un tercer elemento son los valores compartidos, los cuales hacen mucho para dar sentido de
comunidad a los científicos, su importancia surge cuando una comunidad está en crisis, se refieren a
la predicciones, a la coherencia interna, a la probabilidad, objetividad y criterio para juzgar la propia
y teorías ajenas. Los valores generalmente compartidos por los hombres de ciencia a veces, su
aplicación se ve afectada por la personalidad individual de diferencia a los miembros de grupo. Hay
que considerar también que estos valores pueden determinar el comportamiento del grupo y que la
variabilidad individual de la aplicación de estos valores puede servir a funciones especiales para la
ciencia. Como tercer elemento tenemos las concretas soluciones de problemas que los estudiantes
encuentran desde el principio de su educación científica, le proveen de contenido empírico la teoría.

PARADIGMA COMO EJEMPLO COMPARTIDO

El conocimiento científico se halla como empotrado en la teoría y la regla; se ofrecen problemas para
darle facilidad a su aplicación. El papel de las relaciones de similitud adquiridas también se muestra
claramente en la historia de las ciencias. Los científicos resuelven los enigmas modelándolos sobre
anteriores soluciones de enigmas. Se refiere a que los científicos resuelven enigmas más modelándolos
sobre anteriores soluciones a enigmas, recurriendo a las generalizaciones simbólicas. Dice que el
planteamiento verbal de la ley, de lo simbólico es virtualmente impotente, la generalización podrá
empezar a funcionar solo cuando se aprendan los descensos reales y potenciales como ingredientes de
la naturaleza.

CONOCIMIENTO TÁCITO E INTUICIÓN

Cuando habla de intuiciones, para Kuhn no son individuales, son las posesiones, probadas y
compartidas de los miembros de un grupo que han logrado éxito y no son inanalizables.

El grado en que los individuos pertenecen al mismo grupo y comparten así educación, idioma,
experiencias, cultura, hace que sus sensaciones sean las mismas. Deben ver cosas, estímulos de
procesos de manera muy parecida. Pero donde empiezan las diferenciaciones y la especialización de los
grupos, ya no se podría hablar de la inmutabilidad de las sensaciones.

De esta forma tenemos un conocimiento el cual está incluido en nuestro proceso neural que transforma
estímulos en sensaciones, las cuales tiene las características de que ha sido transmitido por la
educación, que ha resultado más efectivo que sus competidores históricos en el medio actual y que está
sujeto a cambio mediante una evaluación por medio del descubrimiento de incompatibilidad con el
medio. Los estímulos los podemos conocer solo mediante una teoría, a falta de ella el conocimiento
incluido en el camino del estímulo es una sensación que sigue siendo tacita.

EJEMPLARES, INCONMENSURABILIDAD Y REVOLUCIONES

La prueba de un paradigma sólo tiene lugar cuando el fracaso persistente para obtener la solución de un
problema, produce una crisis e incluso entonces, solamente se produce después de que el sentimiento
de crisis haya producido un candidato alternativo a paradigma.

Ninguna teoría resuelve todos los problemas a los que se enfrenta, ni es frecuente que las soluciones
alcanzadas sean perfectas. Al contrario, lo incompleto y lo imperfecto del ajuste entre la teoría y los
datos existentes, es lo que define muchos de los enigmas que caracterizan a la ciencia normal. Cabe
preguntar cuál de dos teorías reales y en competencia, se ajusta mejor a los hechos.

Las razones por las cuales, los paradigmas postulantes, necesariamente fracasan, al entrar en contacto
con los puntos de vista de los demás, han sido descriptas como la inconmensurabilidad de la tradición
científica normal, anterior y posterior a las revoluciones. Los nuevos paradigmas nacen de los antiguos
e incorporan gran parte del vocabulario y de los aparatos, que previamente se utilizaron. Quienes
proponen los paradigmas, practican sus profesiones en mundos diferentes. Al hacerlo, los dos grupos
de científicos ven cosas diferentes cuando miran en la misma dirección desde el mismo punto. Cada
comunidad lingüística puede producir, resultados completos de su investigación que aunque sean
descriptibles en frases comprendidas de la misma manera por los dos grupos, no pueden ser explicados
por la otra comunidad en sus propios términos.
La superioridad de una teoría sobre otra es algo que no puede demostrarse en base a un debate, debe
hacerse mediante la persuasión. De esta forma los defensores de teorías inconmensurables no pueden
comunicarse entre sí en absoluto, la elección de teorías no pueden recurrirse a buenas razones, sino que
tiene que ver con razones personales y subjetivas.

No existe forma matemática de calcular un debate, pero si los dos descubren que difieren acerca de
significados o aplicación de reglas, un acuerdo anterior no ofrece base suficiente para la prueba y toma
la forma de las REVOLUCIONES CIENTÍFICAS. No existe algoritmo neural para la selección de
teorías, por lo que no es el individuo si no la comunidad lo que hace efectiva la decisión. Lo que
pueden hacer quienes participan en una interrupción de la comunicación es reconocerse unos a otros
como miembros de diferentes comunidades lingüísticas, y entonces se convierten en traductores.

REVOLUCIÓN Y RELATIVISMO

El desarrollo científico es como el biológico, constituye un proceso unidireccional e irreversible, donde


las teorías posteriores son mejores que las anteriores para resolver enigmas en medios a menudo
totalmente distintos a los que se aplican, lo cual no es una posición relativista, pero comparada con la
idea de hoy de progreso la proposición carece de un elemento esencial. A menudo se considera una
teoría mejor para descubrir y resolver enigmas, sino porque representa mejor lo que en realidad es la
naturaleza, a su ontología.

NATURALEZA DE LA CIENCIA

Retrata el desarrollo científico como una sucesión de periodos establecidos por la tradición, puntuados
por interrupciones NO acumulativas, las revoluciones.

¿Cómo evoluciona la ciencia? De una preciencia, se obtiene una ciencia normal que entra en crisis y
desata una revolución; que tiene por producto una nueva ciencia normal y por consiguiente, una nueva
crisis.

DESARROLLO CIENTIFICO PARA KUHN

Ciencia inmadura: Antecede a la ciencia normal, se caracteriza por una serie de escuelas y subescuelas
de pensamiento que aún no son ciencia porque no tienen un paradigma común. Esta ciencia se
caracteriza por que trata aún de dar explicación a un aspecto fundamental de su teoría.

Ciencia normal: Significa investigación basada firmemente en una o más realidades científicas pasadas,
realizaciones que alguna comunidad científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como
fundamento para su práctica posterior.
Crisis científica: Dado que la ciencia normal no está exenta de que existan errores o contradicciones en
su modelo científico, pueden existir anomalías que no puede explicar, u otro fenómeno que no se pueda
resolver es entonces cuando se genera una crisis científica.

Revolución científica: Se genera por la aparición de un nuevo paradigma, que suplanta a otro de
manera que los científicos se vuelven hacia otras teorías que la puedan explicar mientras que otros
buscan tratar de resolverlo con nuevas teorías.

Ciencia extraordinaria: Se inicia con el conjunto de anomalías, problemas sin solución que se
evidencian del paradigma actual. Estas producen crisis que ocasiona la proliferación de otros
paradigmas, y que posteriormente mediante un consenso científico se reducirán a uno solo que dará
inicio a la ciencia normal hasta que se repita el ciclo.
UNIDAD 3:
BACHELARD, G. (1973) – “Epistemología”. y “La vigilancia intelectual de sí
mismo”. El racionalismo aplicado.
Utilizó el “psicoanálisis” como una herramienta que puede guiar al científico en la tarea de
VIGILANCIA, sin la cual es imposible la construcción de la experiencia científica. “Vigilar” en este
caso significa, ir de lo real a lo artificial, de la representación a la abstracción.

Caracterizó el pensamiento científico como un encadenamiento de errores (obstáculos) rectificados, la


rectificación se hace posible gracias a la vigilancia epistemológica realizada por el investigador. Tanto
la captación del obstáculo como la vigilancia es posible gracias a un nuevo tipo de racionalismo: el
RACIONALISMO APLICADO.

La noción de OBSTACULO EPISTEMOLOGICO, aparece planteada como una característica


intrínseca al conocimiento científico, hay que pensar el conocimiento en términos de obstáculos. No se
trata de obstáculos externos, sino INTIMOS, los cuales aparecen en el mismo acto de conocer por una
especie de NECESIDAD FUNCIONAL. Son dificultades psicológicas que no permiten una correcta
apropiación del conocimiento objetivo. Se trata de entorpecimientos, confusiones, causas de
estancamiento y hasta de regresión que traban el pensamiento científico: son de índole AFECTIVA E
INCONCIENTES. Lo que hacen estos obstáculos es impedirnos ser OBJETIVOS, nos imposibilita ver
o conocer los objetos claramente. Entre todos conforman una especie de “trama de errores” que tiene su
lógica con un valor pedagógico, de los cuales se aprende (“trabajo a partir del error como camino vital
para el conocimiento”). Pueden estudiarse en el desarrollo histórico del pensamiento científico, así
como también en la práctica educativa.

El conocimiento de lo real es una luz que proyecta siempre sombras en alguna parte. Nunca es
inmediata y plena. Lo real no es nunca “lo que podríamos pensar” sino lo que hubiéramos debido
pensar. El pensamiento empírico es claro después, cuando el aparato de las razones ya está a punto. De
hecho se conoce contra un conocimiento anterior, destruyendo conocimientos mal hechos, remontando
lo que, en el propio espíritu, impide la espiritualización.

Es imposible hacer tabla rasa de un solo golpe, de todos los conocimientos habituales. Frente a lo real,
lo que se cree saber claramente ofusca lo que deberíamos saber. La ciencia, en su necesidad de terminar
como en su principio se opone absolutamente a la opinión. La opinión piensa mal; no piensa: traduce
las necesidades en conocimientos. Al designar los objetos por su utilidad, se niega a conocerlos. No se
pude basar nada sobre la opinión: antes hay que destruirla. Es el primer obstáculo que hay que superar.
El espíritu científico no impide tener una opinión sobre temas que no comprendemos, sobre temas que
no sabemos formular claramente. Ante todo, hay que saber plantear los problemas. Y a pesar de lo que
se diga, en la vida científica los problemas no se plantean por si mismos. Para un espíritu científico
cualquier conocimiento es una respuesta a una pregunta. Si no ha habido pregunta no puede haber
conocimiento científico.

Para conocer científicamente es necesario destruir la opinión y pensar en términos abstractos. Todo
conocimiento es respuesta a un problema, nada se da en este ámbito en forma espontánea, sino que
todo se construye. Cuando el espíritu científico se aferra a las respuestas y ya no hace preguntas, se
vuelve conservador y ese tipo de conocimiento es en sí mismo un obstáculo. Se trata del conocimiento
empírico que prefiere confirmar el saber ya dado, ya establecido y aceptado por la comunidad científica
y no se plantea sus contradicciones, aceptando sin más el saber que posee. Este saber se torna así fuerte
y resistente, el conocimiento empírico es un obstáculo para la ciencia, conlleva una incapacidad para
dejarse guiar por la abstracción. De esta manera la experiencia básica, la observación básica es siempre
un primer obstáculo para la cultura científica.

ALGUNOS OBSTACULOS EPISTEMOLOGICOS:

OPINION. La opinión piensa mal, no piensa; traduce necesidades en conocimiento. Reproduce sin
saber “certezas ajenas”; habla lengua ideológica. No se puede basar nada en la opinión, hay que
destruirla mediante preguntas, mediante la formulación de un problema para la construcción de algo
nuevo.

EXPERIENCIA PRIMERA: es el primer obstáculo, situada antes y por encima de la crítica, que es
necesariamente un elemento integrante del espíritu científico. Es aquello que percibimos comúnmente,
de manera inmediata; son “percepciones naturalizadas del mundo” que se dan porque somos parte de la
cultura y sociedad en la que nos construimos como sujetos, pero que, de igual modo, el espíritu
científico debe formarse en contra a ello, contra lo que es en nosotros y fuera de nosotros.

OBSTÁCULO REALISTA, consiste en tomar la noción de sustancia como una realidad, que no se
discute y de la que parte toda una serie de conocimientos que tiene relación directa e indiscutible con la
naturaleza de la sustancia misma, como no se puede explicar se la toma como causa fundamental o
como una síntesis general del fenómeno natural al que se le asigna, es así como los alquimistas creían
que en el oro se habían concentrado todas las bondades y propiedades características del sol; cosa
similar sucedió con el fuego, ya que al desconocerse su génesis, se lo toma como un a causa universal.
En este momento una sustancia real, misteriosa, deja de ser un problema científico para convertirse en
la generatriz de toda la realidad.

LENGUAJE COMUN (vinculado a la experiencia familiar) Se refiere a los hábitos verbales utilizados
cotidianamente; para aproximarnos a un concepto científico. Primero lo hacemos mediante un lenguaje
común que cargamos cada uno, y tiene una carga semántica distinta. Es un lenguaje artificial, creado.
OBSTACULO ANIMISTA otorgarle vida y sentimientos a algo que en realidad no lo tiene (sentido
mitológico).

LA LIBIDO, a la que se interpreta desde el punto de vista de la voluntad de poder o la voluntad de


dominio hacia otros presentada en el individuo que investiga y que no puede dejar de reflejar en sus
experimentos o en sus intentos de dar explicación coherente ante un fenómeno nuevo. Un ejemplo de
ello es el fenómeno presente en todas las grandes culturas en las cuales la posesión de conocimiento o
de hombres que poseyeran conocimientos permitían a unos pocos iniciados estar en las más altas
esferas sociales; dado que tenían el poder de transformar el mundo real e influir sobre el mundo
inmaterial.

CONOCIMIENTO CUANTITATIVO, ya que se considera todo conocimiento cuantitativo como libre


de errores, saltando de lo cuantitativo a lo objetivo, todo lo que se pueda contar tiene una mayor validez
frente a lo que no permita este proceso lo que no se pueda contar o que no tenga gran influencia sobre
la cuantificación final se puede despreciar permitiendo el error típico que sucede cuando no se tiene en
cuenta las escalas de los problemas llevando los mismos juicios y raciocinios experimentales de lo muy
grande a lo muy pequeño.

Los obstáculos son un impedimento, un obstáculo que hay que ROMPER O SUPERAR (según se trate
de conocimientos mal adquiridos o que en su momento fueron correctamente elaborados) Solo se
conoce contra un conocimiento anterior, DESTRUYENDO conocimientos mal hechos, y volviendo a
CONSTRUIR.

La concepción de obstáculo epistemológico hace de hilo conductor para la consideración de la historia


de la ciencia, que Bachelard llama “formación del espíritu científico”. Propone una EPISTEMOLOGÍA
HISTÓRICA, atenta a las prácticas de los científicos (producción de conocimientos en un campo
disciplinar); una epistemología que incorpora al sujeto que produce el conocimiento científico.

SUJETO COMPLEJO DOBLE: implica una dualidad, sujeto de la imaginación (productor de


imágenes) y sujeto de la razón (productor de conceptos) que están en continua tensión.

DIVIDIDO: no es unificado; está escindido por la presencia y acción del INCONSCIENTE. El sujeto
no es dueño de todas las representaciones, sino que también sueña, tiene actos fallidos, olvida, etc.

EN FORMACION: el sujeto de producción de conocimientos no nace, SE HACE. Se forma junto a


otros en instituciones sociales.

En esta historia encontramos conceptos que hacen al progreso de la ciencia y otros que tuvieron
vigencia y legitimidad en su momento pero ya no, y por ello se convierten en obstáculos… (ej, la
noción de la “unidad de la ciencia”)
Plantea una novedosa manera de implementar un control riguroso que requiere un conocimiento libre
de errores, tomando la noción de VIGILANCIA y convirtiéndola en un concepto epistemológico. En
“El racionalismo aplicado” remite al psicoanálisis freudiano para explicar que todos los hombres tienen
una actitud de autovigilancia consigo mismos. En las neurosis aparece la dualidad “ser vigilante” y “ser
vigilado”, Freud afirma que hay en el yo una instancia observadora que se escinde del resto del yo y
forma otra instancia, el superyó. Éste se manifiesta en nosotros como suma de las personas que nos
juzgan, que nos han juzgado y que también podrían juzgarnos.

Bachelard propone un “psicoanálisis cultural”, despersonalizando la noción de superyó y colocando allí


el concepto positivo de la vigilancia. Positivo quiere decir que se trata de un control que hace más
eficaces y más críticas a la ciencia y a la cultura. Apunta a “despersonalizar” este superyó arbitrario y
autoritario formado históricamente, que censura e impide a un sujeto, su crecimiento autónomo en la
vida del conocimiento. De modo tal, que este superyó pueda ir dejando paso a un superyó
“psicoanalizado”, un superyó capaz de dar permiso para equivocarse, para arriesgarse a emprender
nuevas búsquedas y así recrear libremente los legados culturales

Diferencia la censura y la vigilancia:

La VIGILANCIA, se relaciona con principios intelectuales, cuestionadores de la metodología científica


y de la razón misma. Solo es concebida bajo el supuesto de una conciencia libre, sin censuras. La
CENSURA, está ligada en cambio a la voluntad, es absoluta, tiene un carácter infranqueable, casi como
un dogma, rememora tabúes, represiones. Se trata de elementos subjetivos, procedentes de antepasados
lejanos.

Distingue tipos o grados de vigilancia:

● El primer nivel es el de la vigilancia simple o intelectual. Es la actitud del empirismo, la actitud que
se tiene ante un hecho. Es la espera de un hecho definido, la localización de un hecho caracterizado,
no se vigila cualquier cosa sino que la vigilancia se dirige a un objeto más o menos bien designado.
Es por tanto, la conciencia tan clara del sujeto de que tiene un objeto, por lo que se acoplan.
● Vigilancia de la vigilancia (vigilancia2): cuando la conducta o el pensamiento han encontrado
métodos, el científico ha valorizado distintos métodos y elige uno para aplicar. Es la clara
conciencia de la aplicación rigurosa de un método. Bachelard dice que este tipo de vigilancia
debería enseñarse a los investigadores porque se aplica para esclarecer las relaciones entre teoría y
práctica, y hace que el método juegue el rol de un superyó bien psicoanalizado para detectar y
corregir errores. Esta vigilancia de segundo grado vigila la aplicación del método.
● Vigilancia de la vigilancia de la vigilancia (vigilancia3): se dará cuando se vigile el método mismo,
no sólo su aplicación; es decir, que el método sea puesto a prueba. Que se averigüen en la
experiencia las certezas racionales, puede ocurrir también que se genere una crisis de interpretación
de fenómenos que han sido corroborados. Esta vigilancia destruye el carácter absoluto del método y
le pide al mismo una finalidad racional que no tiene nada que ver con una utilidad pasajera. Este es
el momento donde se rompe no sólo con la pretensión de absoluto del método sino también con los
falsos absolutos de la cultura tradicional.
● Vigilancia4: actos de creación, momentos únicos de descubrimiento. Son como “flashes” que se
presentan desde lo imaginativo. Las tres primeras son actitudes del espíritu científico más fácil de
comprobar, ésta última sería la más oscura.

Con respecto al RACIONALISMO APLICADO, la concepción del objeto construido como el único
objeto científico, es una postura acerca de la ciencia que se plantea como oposición del positivismo
comteano que afirma la objetividad de lo dados, del hecho, de lo real. Es una crítica al mismo tiempo al
empirismo naturalista. Postula una razón que sea capaz de hacer revoluciones espirituales, una razón
audaz, agresiva que multiplique las posibilidades del pensamiento. La razón incompleta, no tiene que
descansar en la tradición, necesita probarse continuamente, está en lucha con ella misma, debe ser
polémica y provocar crisis.

Dada la complejidad de la ciencia, el trabajo del racionalista debe ser actual, continuo, debe
segmentarse. Se plantea como racionalismo regionales, “dominios racionales” (dominios del saber),
que no son comparables entre sí. Hay una necesidad de fragmentar el racionalismo en racionalismos
regionales, contra la posibilidad de absolutización de la razón. En esta especialización reside el
racionalismo aplicado, encontrar un centro entre teoría y experiencia, y al mismo tiempo la postulación
de que un dato, para ser verdadero científicamente, debe ser verificado teóricamente, tiene que tener su
lugar exacto en una teoría, en un dominio regional del saber.

Es este racionalismo el que pone al hombre en estado de vigilia, previene a la razón de ahogarse en
dogmatismos. Es una filosofía mixta (bifilosofismo), que trata de sintetizar racionalismo y empirismo,
teoría y experiencia, y que realiza el segundo momento de la vigilancia, la vigilancia del método.

El pensamiento racional es un sistema que cuestiona de frente a una realidad adormecida. La situación
frente al objeto del conocimiento se refleja como un dualismo que divide íntimamente al sujeto que
conoce. Se distingue un psiquismo contingente y un psiquismo normativo. El pensamiento puede ser
considerado como una actividad secreta, a diferencia de las emociones, los deseos, el dolor y el placer,
que tienen manifestaciones directas que escapan de nuestro control. Contrariamente, un pensamiento
reflexivo, es un pensamiento a dos tiempos: un pensamiento que en un segundo tiempo controla un
pensamiento adventicio. Es muy raro que se diga “todo” el pensamiento, todo lo que pensamos.

Dualismo de lo SECRETO y de lo MANIFIESTO: sólo cuando éste dualismo se instituye, el espíritu


posee libertad de pensar. Solo podemos pensar libremente se tenemos la facultad de ocultar plenamente
el pensamiento.
FOUCAULT, M. (1986) “Las palabras y las cosas”.
En “Las palabras y las cosas”, Foucault considera el dominio de la episteme moderna en tres
dimensiones, una de la física y matemática, otro de las ciencias del lenguaje, la vida y el trabajo y una
última dimensión de las reflexiones filosóficas. Las ciencias humanas no están expresamente en
ninguna de estas dimensiones, sino que encuentran su lugar dentro de estos espacios epistémico (en el
intersticio)

Tenemos que tener en cuenta que para que algo sea aceptado como ciencia tiene que demostrar
positividad mediante el método científico. Una de las particularidades del método científico es la
matematización, que si bien la matemática puede ser la herramienta en varios ámbitos de las ciencias
humanas, es poco probable que la matematización o su negación sea constitutivo de la positividad
específica, esto por dos motivos:

1) Muchas disciplinas utilizan la matemática, utilizar esta herramienta no es constitutiva de las ciencias
sociales únicamente.

2) Las condiciones históricas hicieron posible a las ciencias sociales, y de todas formas en estas
condiciones no se encuentran una nueva forma de matemática. Esta ya es utilizada para dar a lugar a
todas las organizaciones de la vida, vida, lenguaje y trabajo, las ciencias humanas encuentran su
espacio en los intersticios de ellas, con la biología, la lingüística y las relaciones de trabajo-riqueza

De esta forma, así como la biología apela a las matemáticas cuando le es necesario, a ella no se vale
solo de ella para confirmar su empericada, lo que permitió que el hombre se constituyera como objeto
de estudio es el abandono de las matemáticas como representación universal de la realidad empírica.

En consecuencias las ciencias sociales pueden apelar a las matemáticas, pero éstas no se constituyeron
como un saber cuándo comenzaron a aplicar las probabilidades y logaritmos, la consolidación de estas
apunta en la medida que el hombre vive, produce y habla.

La biología no es una ciencia humana, esta estudia el hombre como ser vivo de fisiología especial y
anatomía especial, las ciencias humanas se construyen en las representaciones en la que vive y que
puede representarse.

La matemática es generalmente una ciencia humana, en cuanto estudio del hombre que trabaja, que
distribuye y consume. Pero no es una ciencia humana centralmente por esto, si no, porque el hombre es
capaz de dar formas de representación a sus necesidades, y estas representaciones posibilitan el
surgimiento de la economía como ciencia.
De esta forma las ciencias no son un estudio del hombre por naturaleza, el ámbito de las ciencias
humanas es propio de la representación humana en su positividad.

De esta forma podemos concluir que Foucault piensa que el saber se gesta históricamente, que la
ciencia es un saber sistemático objetivo y positivo el cual no conlleva necesariamente la
matematización.

Las ciencias humanas para Foucault no son ciencias ya que carecen de universalidad y objetividad, a
pesar que tienen una positividad, el ser vivo que trabaja y habla. Las ciencias humanas se construyen en
las representaciones que el hombre produce y la vinculación de vecindad y exterioridad en las
interrelaciones entre las regiones epistemológicas (biología, economía y lingüística. De esta forma
tenemos que los métodos de las ciencias humanas se entrecruzan y delimitan el objeto de estudio
Canguilhem (una historia epistemológica de filiaciones conceptuales)
Canguilhem elabora una HISTORIA EPISTEMOLÓGICA de las filiaciones conceptuales dentro de
un proyecto mayor: el de una filosofía de la vida. Presta atención a las continuidades historias cuando
afirma que no se rompe del todo con el pasado de conocimientos. Hay conocimientos científicos que
guardan estrecha relación con el conocimiento común, social, valorado por la época y consistente en
un conjunto de normas, valores y representaciones ideológicas. Como desde el presente, hay que
entender el proyecto de una ciencia cuyos conceptos se están tratando de explicar. Definir un concepto
significa, como sostiene en “Lo normal y lo patológico”, abrir problemas que se creían cerrados,
poner en tela de juicio las teorías oficiales. No se trata de hacer una historia de los avances de la razón,
sino de los avances de la “no razón”, de los conceptos que se cuelan, subsisten en diferentes teorías. La
historia epistemológica de las filiaciones conceptuales, permite criticar concepciones heredadas y
reelaborar estratégicamente conceptos, desde un compromiso filosófico orientado a recrear las
prácticas del conocimiento y ser responsables de los efectos de producción de subjetividades en dichas
prácticas.

Nos permite arribar a una nueva comprensión de las ciencias y disciplinas vinculadas con la vida, la
salud humana y el sujeto, al ubicar sus conceptos, particularmente, los de “normal” y “patológico”, en
su filiación histórica y en la especifica trama social (practica, técnica, política, ideológica), en la que
esos conceptos han sido gestados y retomados. Asimismo, el acento puesto en la normatividad como
capacidad humana de instituir nuevas normas, tanto en el plano vital cómo en el social, permite situar
al sujeto en un espacio de búsquedas y desplazamientos, en los que se entrelazan la vida y el concepto,
la libre invención y la responsabilidad subjetiva.

En la actualidad se estila a presentar a Canguilhem como “filósofo y médico”, aunque prácticamente no


ejerció la medicina. Él quería agregar a los conocimientos que había adquirido en filosofía “algunos
conocimientos de experiencia”. Esperaba de la medicina una introducción a problemas concretos
humanos, relativos a la realidad biológica del hombre, como ser viviente singular capaz de enfermarse,
de ver aparecer en el transcurso de su vida la amenaza de su muerte. Se interrogaba sobre la
metodología de un actividad humana que desafiaba los cánones epistemológicos positivistas, ya que no
se dejaba reducir, subordinar, en la práctica, por simplificación en la teoría a una o varias ciencias.
Consideraba a la medicina como una técnica o arte situada en el cruce de varias ciencias, más que una
ciencia propiamente dicha. Con esto no niega el carácter científico de la medicina, pero afirma que la
técnica médica es un “arte”, en el sentido de que siempre queda algún rasgo de individualidad o de
subjetividad del lado del médico en la utilización de las técnicas que aprendió. Lo cual hace que existan
buenos y malos médicos. Estas técnicas mismas no pueden presentarse como simples aplicaciones de
un saber previamente dado porque tienen como objetivo un ser desamparado cuyos rasgos individuales
NO admien el estatuto de objeto.
Realiza un informe sobre un libro de un médico, René Allendy, y retoma la oposición entre

❖ la medicina “analítica”, la enfermedad se debía a una influencia externa, accidental, que hay que
reconocer mediante el análisis y luego combatirla. Habría sido racionalizada por Galeno, continuada
por los árabes, retomada en la época moderna por médicos como Bichat, Broussais, etc, y encontraría
su plenitud en la época de Pasteur

❖ y la “medicina de los enfermos”, donde la enfermedad seria la expresión de una actividad endógena,
ligada a la síntesis de las condiciones de vida, un esfuerzo de adaptación a circunstancias difíciles, y el
medico tenía la misión de favorecerlo y sostenerlo. Habría encontrado su expresión fundamental en
Hipócrates. Y era la que había que rehabilitar contra los excesos de la primera.

En su trabajo reaparece el individuo, que había desaparecido en nombre del positivismo. Declara que el
individuo “amenaza a la medicina”, ya no soporta ser tratado como si no existiese, no se resigna más al
rol pasivo de paciente soporte de enfermedades. El análisis reflexivo de lo que puede ser la
individualidad humana seguirá siendo el polo de sus interrogaciones sobre la medicina.

Su tesis se plantea primero acerca de la cuestión de saber si “el estado patológico no es sino una
modificación CUANTITATIVA del estado normal”, antes de preguntarse si hay ciencia de los normal
y de lo patológico. Canguilhem sostiene que siempre hay que referirse al individuo, cuando se trata del
ser humano, lo que pone a prueba sus seguridades vitales, lo que lo incita a declarase enfermos y a
llamar al médico, es el dolor del individuo, su desamparo. En tanto a humano, un individuo está dotado
de conciencia, cuando se declara enfermos, juzga el estado de sus normas biológicas. Lo que está
amenazado por la enfermedad no es la función o existencia de tal o cual órgano, sino su “andar por la
vida”, o sea su relación con su medio en su devenir. Las objeciones previsibles del cuerpo médico son
que el juicio del individuo muy a menudo carece de precisión, por ello la clínica es indispensable.
Pone al médico en relación con individuos concretos y completos, y no con órganos y funciones,
permite apreciar el juicio del enfermo.

El drama de la medicina moderna llamada “científica” es que el medico tiende a olvidar que los que
recurren a el son los enfermos. Invita a los médicos a distinguir correctamente dos puntos de vista
tantas veces mezclados, el del enfermo que experimenta y sufre la propia enfermedad, y el del
especialista que no encuentra nada en la enfermedad de o que la fisiología dé cuenta.

La lógica de los médicos que alentaron y racionalizaron el olvido de la “enfermedad del enfermo” se
basa alrededor de un dogma, según el cual NO hay diferencia de naturaleza entre los fenómenos
patológicos y los fenómenos normales (entre lo que es patológico y lo que es fisiológico). Hay
continuidad, homogeneidad, los fenómenos patológicos serian fenómenos normales perturbados.

Seria licito concluir que lo patológico en relación con lo fisiológico, sería el desarreglo de un
mecanismo normal, una variación cuantitativa, una exageración o atenuación de los fenómenos
normales??? Estamos aquí muy alejados del individuo concreto que toma dolorosa conciencia del
obstáculo que encuentra en el ejercicio y desarrollo de sus potencialidades orgánicas. El clínico
moderno pese a que tiene el privilegio de conocer al enfermo como individuo concreto, se inclina por
el laboratorio de análisis fisiológicos, es incitado a “adoptar el punto de vista fisiológico”. Se hablara
de órganos enfermos, de enfermedades moleculares, cuando “solamente” están afectados por lesiones
o disfunciones. Canguilhem se preguntara por qué este punto de vista triunfo tan fácilmente… lo
atribuye al positivismo de Comte, con sus máximas “saber para actuar”, Comte se postulaba a sí
mismo como heredero de las Luces. Estas implicaban una concepción de la relación entre ciencia y
técnica como una relación de “aplicación”. Los medico franceses del siglo XIX adoptaron fácilmente
esta concepción ingenieril que se traduce en una primacía de los fisiológico sobre la medicina. Pero sin
los problemas surgidos en la clínica, sin la patología, la fisiología perdería lo esencial de su razón de
ser.

Si la medicina no puede considerarse como mera aplicación de una ciencia fisiológica, sino que es un
arte destinado a responder el llamado de un ser viviente humano en estado de desamparo, dónde se
centra su objetivo y cómo se define su uso?

Del libro “Lo normal y lo patológico”, tomando la definición de salud de Leriche como: “la salud es la
vida en el silencio de los órganos”, ya Diderot afirmaba que “cuando nos sentimos bien ninguna parte
del cuerpo nos instruye acerca de su existencia… surge el interrogante de por qué los médicos son más
locuaces respecto de las enfermedades que respecto de la salud, esto sería así porque NO hay ciencia
de la salud. La salud es un VALOR que se experimenta individualmente, que todos pueden adquirir,
tener o perder, remite a la relatividad individual de los valores de normal y patológico. Qué será la
curación?? Un acontecimiento en relación entre el médico y el enfermo, cuya naturaleza es ambigua.
Ya que una vez que estuvo enfermo, el viviente nunca vuelve a su estado anterior. Se muestra la
complejidad de la situación que se establece entre médico y enfermo.

La soberanía concedida a la fisiología por la medicina moderna en el siglo XIX, es una consecuencia de
una ideología médica que ha querido hacer de la medicina la aplicación de una ciencia supuestamente
capaz de definir la estructura y el funcionamiento normal de los organismos. Este punto de vista trae
aparejada la exclusión del individuo humano concreto en la preocupación de los médicos.

UNA EPISTEMOLOGÍA HISTÓRICA?

En un texto de 1957, Canguilhem resume la obra de Bachelard en tres axiomas:

🡺 el primero se refiere a la “primacía teórica del error”, no hay verdad primera, sólo errores
primeros. 🡺 El segundo se refiere a la “desvalorización especulativa de la intuición”, las intuiciones
son muy útiles, sirven para ser destruidas.
🡺 El tercero se refiere a la “posición del objeto como perspectiva de las ideas”, comprendemos lo
real en la medida misma en que la necesidad lo organiza. Nuestro pensamiento va a lo real, no parte de
él.

El primer axioma está ligado a la noción de “obstáculo epistemológico”. Bachelard comprueba que en
la historia del pensamiento científico, contrariamente a lo que creían los racionalistas del siglo XVIII y
los positivistas del XIX, el ERROR no es una debilidad, sino una fuerza. En la investigación activa
proliferan errores, se originan en el propio pensamiento.

De allí una nueva forma de escribir la historia de las ciencias, no como una mera colección de
biografías, doctrinas, sino que se convierte en una HISTORIA DE LAS FILIACIONES
CONCEPTUALES, donde se muestra como los valores racionales polarizan la actividad científica.
Estas filiaciones tienen rupturas. Esta historia de las filiaciones conceptuales tiene por objeto esencial
estudiar el VALOR RACIONAL de la rectificación de los conceptos y se divide en:

❖ Una historia perimida (la del mecanismo cartesiano en fisiología)

❖ Y una historia sancionada (la de la tradición vitalista)

Estudia el concepto del reflejo. Se interesa en éste concepto ya que solía atribuirse a Descartes,
considerado como mecanicista, la paternidad del concepto, que luego habría sido necesario afinar y
rectificar.

Se pregunta cuándo y por qué se le atribuyo a Descartes la formación del concepto, y si se hizo por
error o impostura, y quien la formulo realmente. A fines del siglo XIX empieza a interesar el nombre
de Descartes a los historiadores, como un “precursor”, se defendía una concepción cientista radical de
la ciencia denunciando toda metafísica. Por ello Descartes representaba el modelo mismo del sabio
filósofo mecanicista. La elección de una paternidad cartesiana para el concepto también respondía a
motivos políticos.

Quien realmente debería ser reconocido por darle forma al concepto del “reflejo”, era un medico checo
llamado Prochaska, que pertenecía a una nación vencida y reputada como inferior. Este médico era
heredero de una tradición vitalista que no tenía buena prensa. Se la cree cercana al animismo y se la
juzgaba inclina a la metafísica más extrema.

En 1850 el concepto del reflejo sólo era parte de especulaciones teóricas, todavía “no servía para nada”,
hasta que se convirtió en un fenómeno-técnico. Canguilhem sostiene que si se quiere encontrar la
prueba de validez del concepto actual del reflejo hay que dirigirse a la sociedad, en primer lugar al
hospital, hacia la clínica. El caso del famoso reflejo rotuliano o el de la acomodación a la luz. Dicho concepto
pasa de un vocabulario científico y médico a un vocabulario popular. Se integra a una cultura, por lo tanto el
reflejo ya no es solamente un hecho científico conocido por especialistas, es un hecho de utilidad pública.
UNIDAD 4:
LAGACHE, D.- “La unidad de la Psicología”.
Daniel Lagache, plantea su programa de unidad para la psicología, considerando a la conducta como su
objeto indiscutible, y este implica conciliar lo que para él son los dos grandes enfoques de la
psicología: el naturalista y el humanista. Mientras el naturalismo prescinde de la conciencia y tiende a
objetivar los hechos psicológicos a través del estudio de la conducta observada, el humanismo se centra
en la experiencia vivida, en la conciencia y en sus modos de expresión. Mientras el naturalismo es
elementalista y asociacionista, el humanismo plantea que el todo no es reductible a la suma de sus
partes, privilegiando el estudio de la personalidad entendida como una totalidad. Estos dos puntos que a
priori parecen opuestos responden a su intento de unificar la psicología partiendo de una teoría general
de la conducta. Conformando una suerte de eclecticismo pragmático. En este sentido entiende la
conducta (o el comportamiento) como “el conjunto de operaciones, materiales o simbólicas, mediante
las que un organismo en situación tiende a realizar sus posibilidades y a reducir las tensiones que
amenazan su unidad y lo motivan”.

Fué pionero en la inserción del psicoanálisis en la universidad Francesa, y fundo acompañado por
Lacan la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (de la cual es elegido presidente). No dudando en romper
con los pilares del psicoanálisis para reconstruirlos nuevamente. Según Lagache, el psicoanálisis tiene
por objeto la personalidad total en sus relaciones con el mundo y consigo misma. Como estas
relaciones no son sino conductas, podemos concluir que, por su espíritu, esta definición incluye al
psicoanálisis en la psicología concebida como una ciencia del comportamiento de los seres vivos. Por
lo que excluye al inconsciente de la problemática ya que hablar del inconsciente implica sustantivar un
adjetivo: el inconsciente no es una sustancia, sino una cualidad de ciertas conductas por lo que la
existencia de una “mente inconsciente” no sólo es inexacta sino que es inútil para el estudio de
conductas concretas. Y lo que antes se teorizaba como fijación es fácilmente explicable como un hábito
reforzado, la represión como una “integración disociativa”, el principio del placer como la ley del
efecto, y la transferencia -rasgo fundamental que para Lagache diferencia al psicoanálisis del resto de la
psicología clínicacomo transferencia de aprendizaje. En suma, la neurosis no sería más que una mala
adaptación.

Respecto al abordaje para Lagache la disputa entre humanismo y experimentalismo es únicamente


metodológica ya que abordan un objeto común que es la conducta.

Al humanismo correspondería el método clínico y el naturalismo se valdría del experimental.


La psicología experimental sería la más rigurosa y eficaz, particularmente en el estudio del aprendizaje
de los animales, pero tiene la limitación de imposibilidad de transpolar sus estudios al humano. Y el
método clínico sería el más apropiado al estudio del hombre. Esta psicología clínica se nutre de la
psiquiatría, pero su objeto rebasa al de la patología mental, ya no es el hombre enfermo, sino la vida del
hombre en conflicto, en un enfrentamiento polémico con la realidad y consigo mismo. Se ocupa de las
maneras de ser y de reaccionar tanto de las adaptadas como de las inadaptadas de un ser humano
concreto y total frente a una situación; es decir, se ocupa de la conducta. Su trabajo sirve en
“desmedicalizar” y “despsicopatologizar” la clínica, situándola en el seno de la psicología y
orientándola hacia el hombre normal. El conflicto entre psicología experimental y psicología clínica es
un momento superado de la historia de la psicología.
Canguillem- ¿Qué es la psicólogía?
En ésta conferencia de 1956, Canguilhem nos mueve a interrogarnos filosóficamente acerca de lo que
es la psicología y lo que hace el psicólogo. Esta interrogación es también histórica, ya que reconstruye
históricamente las intenciones, el alcance y el proyecto del “sujeto de la ciencia”. Realiza una
reconstrucción de distintas orientaciones y proyectos metodológicos (la psico como ciencia natural,
como ciencia de la subjetividad del sentido externo, del sentido interno y del sentido íntimo y la psico
como ciencia de las reacciones y comportamientos). Al final del texto no queda claro quien orienta a
quién, sin embargo expresa que el filósofo puede brindarle un consejo al psicólogo, para que advierta
que al salir de la Universidad (menciona a la Sorbona), su práctica puede ascender hacia el “Panteón” o
descender hacia el “departamento de policía”. Este texto junto a otro, la conferencia de 1980 “El
cerebro y el pensamiento”, generan polémicas entre los psicólogos, se generan planteos respecto a sus
prácticas clínicas, de investigación, de docencia, de supervisión, entre otras. Si en sus praxis pueden
hacer algo más y distinto de ser “adaptadores”, “peritos”, “orientadores”, o “policías”. Seremos
aquellos que acallan el sufrimiento y el síntoma singular acudiendo cada vez más a la farmacología? O
aquellos que apuntan a localizar en el cerebro cada una de nuestras funciones cognitivas o morales?

Critica que hace Georges Canguilhem a la concepción “la unidad de la psicología” propuesta por
Lagache.

Sobre la concepción de “la unidad de la psicología”, Lagache propone una ciencia unificada en
dirección de su objeto. El objeto dictaría el método utilizado para el estudio de sus propiedades. Realiza
una definición posible de la psicología como teoría general de la conducta, síntesis de la psicología
experimental, la psicología clínica, el psicoanálisis, la psico social y la etnología.

Demuestra que a la ausencia de identidad corresponde una ausencia de objeto. La psicología siempre
está en búsqueda de su imposible unidad. Canguilhem plantea que el objeto de la ciencia adquirió un
nuevo sentido, el objeto de la ciencia ya no es sólo el dominio específico de los problemas y obstáculos
por resolver, sino que incluye también la INTENCION y el ALCANCE DEL SUJETO DE LA
CIENCIA, es decir el proyecto específico que constituye en sí mismo una ciencia teórica. En
consecuencia, cuestiona la defensa de la unidad de la psicología que hace Lagache, que no ve que esa
unidad venga dada por una misma esencia lógica, sino tan solo como un pacto entre los profesionales
de distintas orientaciones que garantizan su coexistencia pacífica.

Siguiendo esta postura crítica ¿qué debe entenderse por objeto de la ciencia?

∙ El dominio especifico de los problemas y obstáculos a resolver

∙ También la intención y el objetivo del sujeto de la ciencia (proyecto específico que constituye en sí
mismo una conciencia teórica)
Canguilhem da una definición negativa de la psicología, ya que ella NO ES, sólo es una MEZCLA:

Una filosofía sin rigor, porque es eclética con el pretexto de ser objetiva

Una ética sin exigencia, porque asocia experiencias sin juicio critico

Y una medicina sin control, ya que funda sus hipótesis en la observación de enfermedades que nunca
llegan a ser inteligibles (enfermedades nerviosas)

Para dar fundamento a éste razonamiento recurre a la historia, demuestra que cualquiera sea el sistema
de pensamiento sobre el que se apoya para asegurarse la supervivencia, la psicología siempre es,
carente de independencia, imitativa o suplantada por otro modelo:

Cuando pretende ser CIENCIA NATURAL, sigue dependiendo desde la antigüedad, por un lado a la
fisiología y por otro a la medicina

Cuando pretende ser CIENCIA DE LA SUBJETIVIDAD:

- o se convierte en una física del sentido externo en búsqueda de una descripción experimental de las
sensaciones e imita a la física mecanicista.

- Se erige en ciencia del sentido interno, y no es más que un aprendizaje de la sabiduría espiritualista,
empírica o antropológica, una suerte de pedagogía.

- O se elabora como ciencia del sentido íntimo, y se ve suplantada por la psiquiatría vinculada con la
medicina por un lago, y por otro, por el psicoanálisis que afirma el carácter inconsciente del psiquismo.
Le queda entonces a la psicología la posibilidad de convertirse en una ciencia del
COMPORTAMIENTO Y LAS REACCIONES, apoyándose en la biología, se hace “instrumento de
una ambición de tratar al hombre como instrumento”, lo que la lleva a ahogarse en el test, el peritaje y
los procedimientos de orientación y selección.

“Buscar una respuesta a la pregunta qué es la psicología, implica la obligación de esbozar una historia
de la psicología”: Como Canguilhem no es psicólogo, propone buscar una solución a la pregunta acerca
de qué es la psicología por otra vía: la de investigar el proyecto de cada una de las psicologías y
comprobar si es común a todas ellas. Para esto esbozar una historia de la psicología considerada en
relación con la historia de la filosofía y con la historia de las ciencias. Divide esta historia en tres
apartados: 1) La psico como historia natural; 2) La psico como ciencia de la subjetividad; y 3) La psico
como ciencia de las reacciones del comportamiento.

“La pregunta qué es la psicología resulta más perturbadora para el psicólogo que lo que es para el
filósofo”: al no saber responder exactamente sobre lo que es la psico, tampoco puede responder sobre
lo que hace el psicólogo. A diferencia de la filosofía, que se constituye a través del interrogante sobre
su sentido y esencia, para aquel que se dice filósofo, la falta de una respuesta satisfactoria a un
interrogante es el motor que le permite justificar la esencia misma de la filosofía y la labor del filósofo.
En el caso de la psicología ésta pregunta cuestiona la existencia misma del psicólogo. No sólo la
psicología esta falta de identidad, sino también de objeto; siempre está en busca de su unidad, tratando
de buscar una solución al problema de la diversidad de psicologías y de la heterogeneidad de sus
tendencias.

Distintas orientaciones de la psicología que Canguilhem analiza a través de la historia.

LA PSICOLOGIA COMO CIENCIA NATURAL: Una parte de la psicología moderna, la


psicofisiología y la psicopatología como disciplina médica, se remonta directamente hasta los filósofos
de la Antigüedad, momento en que se consideraba que la psicología era la ciencia del alma y por tanto,
no tenía un estatuto independiente, ya que el alma era un ser natural, la forma del cuerpo vivo, y por
tanto, su estudio, la psicología, era un apartado de la fisiología en su sentido original de teoría de la
Physis o de la naturaleza. Para Canguilhem, el proyecto de que la psicología sea una ciencia natural la
hace depender de la fisiología o de la medicina y, por tanto, le impide tener un estatuto independiente.

LA PSICO COMO CIENCIA DE LA SUBJETIVIDAD: la declinación de la física aristotélica en el


siglo XVII marca el fin de la psicología como parafisica, como ciencia de un objeto natural, y significa
el nacimiento de una psico como ciencia de la subjetividad.

∙ En la primera etapa, la psicología como ciencia de la subjetividad se convierte en una física del
sentido externo. Los verdaderos responsables del advenimiento de la psicología moderna fueron los
físicos mecanicistas que introdujeron la distinción entre la realidad y los datos que nos ofrece la
percepción. Para ellos, la realidad se obtiene a través de la reducción de las ilusiones de la experiencia
cualitativa sensible, que a partir de ese momento cae en descrédito.

La psicología da cuenta entonces del sujeto pensante como fuente de error. Su proyecto es el de una
ciencia que explique porque el espíritu engaña de entrada a la razón respecto a la realidad. Y para ello
se convierte en una física, en el sentido moderno de cálculo. Como tal buscará determinar las
constantes cuantitativas de la sensación y estudiará las relaciones entre esas constantes, según el
procedimiento enunciado por Descartes en sus “Reglas para la dirección del espíritu “(1637). La
psicofísica y la psicología experimental del siglo XIX, donde se ubican Fechner y Wundt, tienen en la
física moderna su origen y condición, es decir, dependen de ella.

∙ En la segunda etapa, la psicología como ciencia de la subjetividad se propone como una ciencia del
sentido interno o ciencia de la conciencia de sí. Pretende fundarse en la filosofía, en las Meditaciones
de Descartes (1641), concretamente en la segunda, cuyo título afirmaba que, contrariamente a lo que
pensaban los aristotélicos, el alma puede conocerse directamente, sin mediación. Por ello se basan en la
observación de sí y tienen como método la introspección. Sin embargo, malentienden la teoría porque
la meditación cartesiana no es una confidencia personal. Cuando, al inicio de la “Meditación tercera”,
Descartes considera su interior para conocerse mejor apunta al Pensamiento mismo. El yo del Cogito
no es un yo personal, sino impersonal; tal como dice el filósofo: “Soy una cosa que piensa”.

La observación interna altera su objeto, el deseo de sorprenderse a sí mismo en la autoobservacion


conduciría a la alienación. Por lo tanto la psicología no puede ser más que descriptiva, su verdadero
lugar está en la antropología. ∙ En la tercera etapa, la psicología como ciencia de la subjetividad se
convierte en una ciencia del sentido íntimo y toma la forma de una autobiografía, una “técnica del
diario íntimo” tal como podemos ver en Maine de Biran. Se produce un desplazamiento del “yo
pienso” cartesiano al “yo quiero” biraniano, que funda la conciencia para sí, contra la exterioridad. Esta
psicología entiende la conciencia como un conflicto entre un poder y una resistencia. Por otro lado, el
hombre es una organización viviente asistida por una inteligencia. El alma necesita encarnarse y, por lo
tanto, no hay psicología sin biología. Por esta vía se introduce la medicina mental, es decir la
psiquiatría (Pinel, Esquirol).

A través de Charcot, la psicopatología médica culmina finalmente en el psicoanálisis, que introduce la


idea de que los procesos psíquicos son inconscientes, es decir, que la psicología no se reduce a ser la
ciencia de la conciencia. Entonces cuando la psicología se propone como ciencia del sentido íntimo se
ve por un lado suplantada por la psiquiatría vinculada a la medicina y, por otro, por el psicoanálisis que
subvierte la noción misma de sentido íntimo al decir que lo psíquico no coincide con lo consciente.

LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA DE LAS REACCIONES Y DEL COMPORTAMIENTO: Al


definir al hombre como una organización viviente asistida por una inteligencia, Maine de Biran
indicaba con anticipación el terreno donde se iba a constituir en el siglo XIX una nueva psicología
pensada como una biología de la conducta humana, como una ciencia de las reacciones y el
comportamiento.

Canguilhem sitúa tres razones de este acontecimiento: 1) La constitución de una biología como teoría
general de las relaciones entre los organismos y los medios, que marca el final de la creencia en la
existencia de un reino humano separado. 2) El desarrollo de un régimen industrial que se orienta hacia
el carácter productivo de la especie humana y marca el final de la creencia en la dignidad del
pensamiento especulativo. 3) El final de la creencia en los valores de privilegio social y la difusión del
igualitarismo es el fundamento real de un fenómeno de las sociedades modernas como es el de la
práctica generalizada del peritaje, como manera de determinar la competencia y detectar la simulación.
En los siglos XIX y XX, la psicología de la reacción y del comportamiento creyó poder independizarse
al separarse de la filosofía, es decir de la especulación que persigue una idea del hombre más allá de los
datos biológicos y sociológicos. Sin embargo, al apoyarse en la biología, la psicología se hace
instrumento de la ambición de tratar al hombre como instrumento, lo que la lleva a ahogarse en los
tests, los peritajes y los procedimientos de orientación y selección.
CARNAP, R. (1965)- “Psicología en lenguaje fisicalista”.
Carnap desarrolla un plan que consiste en establecer un ‘lenguaje empirista’ en el que las leyes y
teorías científicas, no las proposiciones metafísicas, pudieran ser traducidas a un lenguaje físico que,
por medio de la descripción, pudiera dar razón de los hechos fenoménicos que se dan en la inmediatez.
Lo que el lenguaje fisicalista pretendía, era ser un lenguaje universal, que sirviera de alguna manera
como resultado al plan de la unificación de las ciencias, a saber, las ciencias naturales y las ciencias del
espíritu, y también ser un lenguaje accesible a cada individuo, ya que este lenguaje es una forma de
tener un conocimiento más amplio del mundo.

El lenguaje físico es el lenguaje básico de toda la ciencia, es decir, que como lenguaje universal incluye
todos los contenidos de todos los demás lenguajes científicos. Por tanto toda proposición del lenguaje
científico es traducible a las proposiciones del lenguaje fisicalista sin sufrir ningún tipo de alteraciones
en su contenido.

Toda proposición de psicología puede formularse en lenguaje fisicalista. Todas las proposiciones de
psicología describen acontecimientos físicos, a saber, la conducta física de los humanos y de otros
animales

Esta concepción tiene importantes consecuencias en lo que se ha de considerar como el nivel


explicativo correcto de una ciencia y en la descripción del tipo de entidades que realmente existen en el
mundo: el fisicalismo considera que el verdadero nivel explicativo se sitúa en el nivel de los
acontecimientos físicos, o sea, el que explica la física. Esto implica que la química, la biología, la
sociología, la psicología si emplean conceptos propios, han de poder reinterpretarse en términos de
conceptos físicos.

En “Psicología en lenguaje fisicalista” Carnap propone el siguiente ejemplo “El señor A está excitado
ahora”: la interpretación tradicional consistiría en atribuir al señor A el estado mental de excitación;
frente a esta interpretación Carnap considera que si la expresión “estar excitado” tiene sentido debe ser
porque se refiere a algo físico: su expresión facial, sus gestos, etc., o los efectos físicos de la conducta
de A, por ejemplo, sobre su escritura. O con otro ejemplo: un psicólogo puede emplear la palabra
“alegría” si con este término entiende un conjunto de hechos que puedan ofrecerse a la observación,
por lo tanto a la conducta, y no a un supuesto estado mental que no es algo observable; se puede utilizar
la palabra alegría si con ella nos referimos exclusivamente a una conducta jovial: la risa, un conjunto de
expresiones faciales, el participar en una conversación, contar chistes, etc. Lo que el fisicalismo nos
quiere decir con esta propuesta si lo aplicamos a la psicología es que: la psicología, como saber
legítimo, no podría hablar acerca del alma, pero tampoco puede considerar que su tema sea el estudio
de la mente y los procesos mentales. El conductismo es una consecuencia de este punto de vista
fisicalista.
CANGUILHEM, G- “El cerebro y el pensamiento”.
¿Qué es la mente? ¿Dónde ocurre el proceso de pensar? ¿Existe una relación entre mente y cerebro?
Son todas preguntas que Canguilhem en el texto “Cerebro y el Pensamiento” plantea, realizando un
análisis histórico de cómo fue evolucionando el estudio de la mente y el cerebro.

Habla como siempre existió un estudio del cerebro y la mente, desde Aristóteles con el antagonismo
entre cerebro y corazón, hasta hoy en día con estudios de alta complejidad, pero que la problemática de
la mente, el cerebro y su conexión surgió con la filosofía Cartesiana y el Sensorium Comune.

De todas formas, no fue hasta Gall que surgió el cerebro como objeto de ciencia, donde con el
surgimiento de la Frenología era la respuesta a múltiples cuestiones como la selección profesional hasta
el porqué de la delincuencia, de esta forma se avanzó en la neurología del cerebro, descubriendo áreas
cerebrales, funciones específicas y hasta nuevas técnicas en psicocirugía.

El cerebro y el pensamiento están tan unidos, y hasta a veces tan confundidos que ni en la fisiología, la
medicina o la psicología se encuentran respuestas eficientes para esta problemática. Más aún en la
psicología, que en su intento de ser una ciencia objetiva y posicionarse junto a las ciencias objetivas se
cierra en el estudio del cerebro, como si este segregara pensamiento como el hígado bilis. No hay error
más grande que este, ya que la psicología es la Ciencia del Hombre Entero.

Y aún quisiéramos si explicar por medio de la estructura y la configuración del cerebro todas las
manifestaciones que este conlleva, sería una vulgarización de la vastedad que significa la esencia del
humano.

¿Qué significa pensar? Pregunta Canguilhem, pero a esta pregunta se la puede abordar de diferentes
aristas, tanto como el producto de la “Máquina aritmética” o más actualmente la computadora, el
cálculo, el razonamiento. Pero que esto no significa más que una aproximación, una tentativa de imitar
las ya conocidas propiedades del cerebro, ya que el pensar implica más que un simple cálculo de
operaciones matemáticas, pensar implica una conciencia de vacío lógico, un riesgo a equivocarse, es
crear o perturbar los hábitos de pensar y el estado estacionario del saber.

También se la puede abordar desde la química del cerebro, donde todo pensamiento se podría resumir
en transmisión de neurotransmisores, viéndolo desde esta perspectiva se ha avanzado en el estudio de
los psicofármacos, donde este campo no estaría solo impulsado para calmar las deficiencias en
cerebros, si no para estimular cerebros sanos, aquí tenemos soluciones a problemas que se reducen solo
a microestructuras cerebrales y las cuales por medio de una píldora se corrigen, esto no es más que una
duplicación del problema.
También tenemos quienes limitan el proceso de la mente al comportamiento, al aprender. Psicología
fisicalista la cual solo tomaba en cuenta la entrada y la salida a una caja negra, la conciencia, a la cual
no se la podía estudiar bajo ningún concepto.

De esta forma tenemos que la inteligencia de un individuo está comprendida solo en la corrección de
comportamientos en función de obstáculos encontrados. Esto llevó la formulación de conceptos pilares
en esta visión, “Condicionamiento pavloviano y skinneriano” donde el comportamiento solo es un
cálculo de ventajas. En este sentido tenemos que dejar de considerar el pensamiento como algo
cerebral, algo biológico, si no como algo puramente social donde el entorno pone las condiciones para
que se adopten o se renuncien conductas.

Esta concepción abre nuevas problemáticas, ya que, si ahora la conducta es entendida en forma social,
y los individuos se comunican necesariamente con un lenguaje, ¿es este de forma innata o una
programación genética en el cerebro?

Para esto Canguilhem cita un debate entre Chomsky y Piaget de 1975. Donde Chomsky argumenta que
la lengua se aprende comunicándose con otros locutores, y que para aprender a aprender se necesita
una disposición inicial, esta disposición es lo que ninguna ciencia positiva ha logrado dar cuenta, ya
que el lenguaje humano es esencialmente una función semántica, es significar, dar a entender, en
resumen el lenguaje es Relación Con.

Las máquinas inteligentes son buenas para producir relación entre datos que se les suministran, pero
ellas no están en relación con lo que el utilizador se propone a conocer a partir de estas relaciones con
UNIDAD 5:

CANGUILHEM- "Lo normal y lo patológico"

Canguilhem dice que es de interés filosófico cualquier materia extranjera o exterior a la filosofía.
Saca un poco la idea de que la filosofía siempre piensa en el ser, en el ente, en qué es pensar. Hay
una cierta decisión de parte de Canguilhem de ir abandonando una posición pasiva y comenzar a
tener una posición más activa, actuando como médico.

Este texto es una tesis filosófica acerca de la medicina. Va a ir produciéndose una complejización a
partir de dos parcelas de la medicina: la fisiología y la patología.
¿Qué relaciones existen entre la historia de la terapéutica y la historia de la fisiología? (Hilo conductor de
toda la tesis de Canguilhem) La fisiología es una rama de la medicina y la biología que se interesa
por procesos normales.
¿Procede esa historia de acuerdo con el esquema lógico según el cual a través de la patología, la
fisiología gobernaría a la medicina?
El dogma es que lo patológico es una variación cuantitativa de lo normal que estudia la fisiología.
La TERAPEUTICA siempre se presenta como un intento de restaurar lo normal.
Contra la idea positivista por la cual lo normal sería un promedio estadístico, Canguilhem en
nombre del vitalismo insiste en que esa concepción supone un tratamiento generalizado del
organismo.
El criterio cuantitativo va a ligar la cuestión a la física, la patología se va a determinar por un
conjunto de cualidades fisicoquímicas.
La defensa de Canguilhem es pensar un orden de propiedades específicas. Lo esencial de lo
normal es que eso tiende a ser normativo, obedecer las normas y cambiar las que se van
constituyendo.
Dos ideas de la patología:
Una ontología del mal, que la enfermedad es algo que le sobreviene al hombre porque hubo una
invasión de algo en el organismo. Ejemplo: infección.
Si no se produce una variación ese organismo puede reacondicionarse progredientemente, es
decir, normalmente. Si hay variaciones de las condiciones de este funcionamiento el organismo no
es progrediente sino que es regrediente, y hay una patología.

Capítulo 1: INTRODUCCIÓN AL PROBLEMA (teoría ontológica de la enfermedad)

El punto de partida es el reconocimiento de la existencia de dos concepciones de la enfermedad:


❖ Teoría ontológica: considerar a todo enfermo como un hombre al cual se le ha agregado o
quitado un ser. La enfermedad es algo que le sobreviene al hombre, si se confía a la técnica –
mágica o positiva – la tarea de restablecer la norma deseada al organismo afectado, es porque
nada bueno se espera de la naturaleza de por sí.
❖ Teoría dinamista o funcional: Concepción propia de la medicina griega (corpus hipocrático).
“La naturaleza (Physis), tanto en el hombre como fuera de él, es armonía y equilibrio. La
enfermedad es la perturbación de ese equilibrio, de esa armonía. La enfermedad es una
reacción generalizada con intenciones de curación.” A diferencia de la teoría ontológica, el
optimismo está aquí en el sentido de la naturaleza y no en el efecto de la técnica humana.
Se trata de una concepción naturista, que “poco espera de la intervención humana para la
restauración de lo normal.”
Ambas teorías tienen en común que: “consideran a la enfermedad – o mejor, a la experiencia del
enfermo – como una situación polémica, ya sea como una lucha entre el organismo y un ser
extraño, ya sea como una lucha interna de fuerzas enfrentadas. La enfermedad difiere del estado
de salud, lo patológico de lo normal, como una cualidad difiere de otra, ya sea por presencia o
ausencia de un principio definido, ya sea por reelaboración de la totalidad orgánica
heterogeneidad de los estados normal y patológico”
Las dos teorías, pero sobre todo la dinamista o funcional, enfrentan el mismo problema: ¿Cómo
sostener la alteración cualitativa que separa lo normal y patológico?
Para el filósofo inglés Francis Bacon, sólo se gobierna la naturaleza obedeciéndola. Por eso,
“gobernar la enfermedad significa conocer sus relaciones con el estado normal que el hombre
vivo desea restaurar.” Para poder llevar a cabo esa restauración, es preciso fundar una patología
científica. En esta línea hay que ubicar al médico inglés Thomas Sydenham, quien afirmaba que para
ayudar al enfermo es necesario deslindar y determinar su mal. Como resultado del desarrollo de
esta línea de pensamiento médico, se dio la “formación de una teoría de las relaciones entre lo
normal y lo patológico de acuerdo con la cual los fenómenos patológicos sólo son en los
organismos vivos variaciones cuantitativas, según el más y el menos, de los respectivos
fenómenos fisiológicos.
Semánticamente, lo patológico es designado a partir de lo normal como hiper o hipo. Por más que
se conserve la confianza tranquilizante de la teoría ontológica en la posibilidad de vencer por
medios técnicos al mal, se está muy lejos de creer que salud y enfermedad sean opuestos
cualitativos, fuerzas en lucha. La necesidad de restablecer la continuidad, para conocer mejor con
el fin de actuar mejor, es tal que en última instancia el concepto de enfermedad desaparecería. La
convicción de poder restaurar científicamente lo normal es tal que termina por anular lo
patológico.”
En el siglo XIX los biólogos y médicos convirtieron en dogma la “identidad real de los
fenómenos vitales normales y patológicos” En Francia, los máximos representantes de dicha
concepción fueron Auguste Comte (1798-1857) y Claude Bernard (1813-1878).
En el caso de Comte, “el interés se orienta de lo patológico hacia lo normal, con el fin de
determinar especulativamente las leyes de lo normal, puesto que la enfermedad se muestra
digna de estudios sistemáticos como substituto de la investigación biológica a menudo
impracticable, especialmente en el hombre. La identidad de lo normal y de lo patológico es
afinada para beneficio del conocimiento de lo normal.”
En Bernard, “el interés se orienta de lo normal hacia lo patológico, para actuar racionalmente
sobre lo patológico. La identidad de lo normal y de lo patológico es afirmada para
beneficio de la corrección de lo patológico.” El conocimiento de la enfermedad es buscado
por medio de la fisiología.
El método patológico se apoya al mismo tiempo en la observación pura y en la experimentación.
Es un poderoso medio de investigación.
En este punto, Canguilhem sintetiza así la relación entre ciencia y sociedad: “La historia de las
ideas no es necesariamente congruente con la historia de las ciencias. Pero como los científicos
desarrollan su vida de hombres en un medio ambiente y en un entorno no exclusivamente
científicos, la historia de las ciencias no puede
dejar de lado a la historia de las ideas.”

Capítulo 5: LAS IMPLCACIONES DE UNA TEORIA

La medicina es una de las cosas más estrechamente vinculadas con la cultura, ya que toda
transformación en las concepciones médicas, está condicionada por transformaciones en las ideas
de la época. El rasgo distintivo de la medicina del siglo XIX, sobre todo antes de Pasteur, es su
carácter MONISTA. La medicina del siglo anterior, por influencia de los animistas y vitalistas,
había sido una medicina dualista, la salud y la enfermedad se disputaban al hombre como el bien
y el mal lo hacían con el mundo.
Broussais, a comienzos del siglo XIX, era enemigo de toda ontología médica. El rechazo de una
concepción ontológica, es ante todo el rechazo más profundo a reconocer el mal.
Si se afirma la “homogeneidad” y la “continuidad” reales entre lo normal y lo patológico, es para
que la fisiología tenga fundamentos para regir la actividad terapéutica por intermedio de la
patología.
Bernard dirá que las enfermedades sólo son en el fondo fenómenos fisiológicos en condiciones
nuevas que se trata de determinar. Para el que conoce la fisiología, las enfermedades verifican la
fisiología que el mismo conoce, pero en el fondo no le enseñan nada. Los fenómenos son los
mismos en el estado patológico y en el estado sano, sólo sus condiciones varían.
Pero lejos de ser el fundamento de la patología, la fisiología sólo podía surgir de la patología. A
partir de los cambios impresos en las funciones por la enfermedad de un órgano conocemos su
uso e importancia. Ha sido la patología, ayudada por la anatomía patológica, quien creó a la
fisiología.
Bernard afirma con su postulado determinista que “fisiología y patología son una sola cosa”.
Existió una físico química fisiológica, de acuerdo con las exigencias del conocimiento científico,
una fisiología que incluía leyes cuantitativas verificadas por la experiencia, mientras que la
patología estaba aún atestada de conceptos pre científicos. De ahí que los médicos del siglo XIX
hayan considerado a la fisiología como el modelo que podían proponerse más cercano al ideal. La
ciencia rechaza lo indeterminado, y cuando en la medicina se fundan opiniones sobre el tacto
médico, sobre la inspiración o intuición, se está fuera de la ciencia. Como consecuencia de este
postulado determinista, la identidad fundamental de lo fisiológico y de lo patológico, implica la
reducción de la cualidad a la CANTIDAD.
Resulta totalmente ilegitimo sostener que el estado patológico es la variación en más o menos del
estado fisiológico:
❖ O bien a ese estado fisiológico se lo concibe como teniendo para el ser vivo una cualidad y
un valor, entonces es absurdo prolongar ese valor hasta un estado llamado patológico cuyo
valor y cualidad presenta una diferencia con el primero
❖ O bien lo que se entiende por estado fisiológico es un mero resumen de cantidades, sin
valor biológico, un mero hecho o sistemas de hechos físicos y químicos, peo entonces este
estado no posee ninguna cualidad vital y no puede decirse ni que es sano, ni normal ni
patológico.
Al estudiar un estado que se denomina “fisiológico”, el fisiólogo lo está calificando. Pero ese
estado fisiológico calificado no es como tal aquello que se prolonga hasta otro estado capaz de
adoptar la cualidad de mórbido. Con esto Canguilhem impugna el hecho de que los términos más
y menos, cuando entran en la definición de lo patológico como variación cuantitativa de lo
normal, tengan una significación cuantitativa pura. Impugna el principio de Bernard “el desorden
de un mecanismo normal consistente en una variación cuantitativa, una exageración o atenuación,
constituye el estado patológico.
Cuando se afirma que salud y enfermedad están vinculadas por todos los estados intermedios y
cuando se convierte a esa continuidad en “homogeneidad”, se olvida que la diferencia sigue
estallando en los extremos, sin los cuales los estados intermedios no podrían desempeñar su papel
de mediación.

Capítulo 5: FISIOLOGIA Y PATOLOGIA

Definir la FISIOLOGIA, como la ciencia de las leyes o las constantes de la vida normal no sería
tan exacto por dos motivos:
❖ Ante todo porque el concepto de normal no es un concepto susceptible de por sí de
medición objetiva
❖ Y luego porque lo patológico tiene que ser comprendido como una especie de los normal,
ya que lo “anormal” no es aquello que no es normal, sino otra normalidad.
Esto no quiere decir que la fisiología no sea una ciencia. Lo es en cuanto a su indagación de
constantes e invariantes, por sus procedimientos métricos. Resulta fácil determinar por su método
Cómo la fisiología es una ciencia, pero no definir en cuanto a su objeto, ciencia de qué es.
Si dijéramos que es la ciencia de las condiciones de la salud, la definiríamos como la ciencia de
las funciones normales de la vida, y se distingue entonces entre un estado normal y la salud. Pero
hay una dificultad, cuando se piensa en el objeto de una ciencia, se piensa en un objeto estable,
idéntico a sí mismo. La vida es evolución, variación de formas, su estructura es histórica e
histológica.
Para definir a la fisiología todo depende de la idea que se tenga de salud.
Los hombres de comienzo del siglo XVI al fundar la anatomía, privilegiaron el aspecto estático,
deslindado de la forma viva. Médicos del siglo XVII comienzan a interesarse por el movimiento,
nace así la anatomía animada: la fisiología. No se ve en el cuerpo sólo la forma sino también el
movimiento. La idea funcional en medicina se conecta con el arte de Miguel Ángel y la mecánica
dinámica de Galileo. Este espíritu de la fisiología naciente, entiende a la fisiología como ciencia
de las condiciones de la salud.
Canguilhem define a la fisiología como: ciencia de los modos de andar estabilizados de la vida. A partir
de ésta definición propuesta es posible deslindar más correctamente las relaciones entre fisiología
y la patología. Entre los modos de andar en la vida pueden distinguirse dos tipos:
Los que se estabilizan en nuevas constantes pero cuya estabilidad no presentara un
obstáculo. Se trata de constantes normales con valor propulsivo
Y los que son constantes normales pero con valor repulsivo. Son patológicos, a pesar de ser
normales mientras el ser vivo vive en ellas.
En el momento de una ruptura de la estabilidad fisiológica, en un periodo de crisis evolutiva, la
fisiología pierde sus derechos. No sabe de antemano si el nuevo órden biológico será fisiológico o
no.
La enseñanza de la medicina comienza justamente por la anatomía y la fisiología del hombre
normal a partir de las cuales se puede deducir admitiendo ciertas analogías mecánicas, la causa de
ciertos estados patológicos. Pero todo parece indicar que el órden de adquisición de tales
correspondencias anátomo-fisiológicas es inverso. El enfermo es quien comprueba un día que
“algo anda mal”, equivocado o no llama la atención del médico. Alertado por el enfermo, el
medico explora metódicamente los síntomas patentes y latentes. Si en enfermo muere se realizara
una autopsia para comparar órganos de otro muerto sin esa patología. Se produce aquí un olvido
profesional, el médico tiende a olvidar que son los enfermos quienes llaman al médico. El
fisiólogo tiende a olvidar que la medicina clínica y terapéutica precede a la fisiología. La
experiencia de un obstáculo vivida por un hombre concreto, con la forma de enfermedad, es lo
que ha suscitado la patología, en sus dos aspectos:
semiología clínica e interpretación fisiológica de los síntomas. Si no existieran obstáculos
patológicos tampoco existiría la fisiología porque no existirían problemas fisiológicos por
resolver. Lo ANORMAL suscita el interés teórico por lo NORMAL.
La enfermedad tiene norma biológica propia, la nueva norma NO es la norma de antes.
Somete a examen la pretensión de Bernard y Virchow de ambicionar construir una patología
objetiva. Tendían a incorporar la patología a las ciencias de la naturaleza, a fundar la patología
sobre las bases de la ley y del determinismo. Canguilhem dice que si no es posible mantener la
definición de la fisiología como “ciencia de lo normal”, parece difícil admitir que pueda existir
una ciencia de la enfermedad, o sea, que pueda existir una patología puramente científica.

La distinción entre fisiología y patología sólo puede tener un alcance clínico. Por esta razón,
proponemos, al contrario de todas las costumbres médicas actuales, es médicamente incorrecto
hablar de órganos enfermos, de tejidos enfermos, de células enfermas. La enfermedad es un
comportamiento de valor negativo para un ser vivo individual, concreto, en relación de actividad
polarizada con su medio ambiente. En este sentido, no sólo para el hombre —si bien los términos
"patológicos" o "enfermedad", por su referencia a pathos o al mal, indican que esas nociones se
aplican a todos los seres vivos por regresión simpática a partir de la experiencia vivida humana—
sino para todo ser vivo, sólo hay enfermedad del todo orgánico.
En la medida en que el análisis anatómico y fisiológico disocia el organismo en órganos y en
funciones elementales, tiende a situar la enfermedad en el nivel de las condiciones anatómicas y
fisiológicas parciales de la estructura o del comportamiento conjunto. De acuerdo con los
progresos del análisis, se ubicará la enfermedad en el nivel del órgano (y este es el caso de
Morgagni), en el nivel del tejido (Bichat), en el nivel de la célula (Virchow). Pero al hacer esto se
olvida que, históricamente, lógica e histológicamente, se llegó hasta la célula en marcha regresiva,
partiendo del organismo total. Se buscó en el tejido o en la célula la solución para un problema
planteado, primero al enfermo y luego al clínico, por el organismo entero. Buscar la enfermedad
en el nivel de la célula significa confundir el plano de la vida concreta donde la polaridad
biológica hace la diferencia entre salud y enfermedad, con el plano de la ciencia abstracta donde
el problema recibe una solución. No queremos decir que una célula no puede estar enferma, si se
entiende por célula un todo viviente, como por ejemplo un protista, sino que queremos decir que
la enfermedad de un ser vivo no está alojada en las partes del organismo.
Toda parte enferma del cuerpo se encuentran en relación parasitaria con el resto del cuerpo sano al
que pertenece, y vive a expensas del organismo". Actualmente parece que ya se está mucho más
allá de esa patología atomista y que se considera a la enfermedad mucho más como una reacción
del todo orgánico frente a la extravagancia de un elemento, que como atributo del elemento
mismo.
Cuando se habla de “patología objetiva”, cuando se piensa que la observación anatómica e
histológica, que el test fisiológico, que el examen bacteriológico son métodos que permiten
formular científicamente, y algunos piensan incluso que pueden hacerlo en ausencia de todo
interrogatorio y exploración clínica, el diagnóstico de la enfermedad, se es víctima —creemos de
la confusión filosófica más grave y terapéuticamente a veces más peligrosa. Un microscopio, un
termómetro, un caldo de cultivo, no conocen una medicina que el propio médico ignoraría. Dan
un resultado. Ese resultado no tiene de por sí ningún valor diagnóstico.
Para formular un diagnóstico es necesario observar el comportamiento del enfermo. En materia de
patología, la primera palabra, históricamente hablando, y la última palabra, lógicamente hablando,
le corresponde a la clínica. Ahora bien, la clínica no es una ciencia y nunca será una ciencia,
incluso cuando utilice medios cuya eficacia esté cada vez más científicamente garantizada. La
clínica es inseparable de la terapéutica y ésta es una técnica de instauración o de restauración de
lo normal cuyo objetivo, a saber la satisfacción subjetiva de que una norma está instaurada,
escapa a la jurisdicción del saber objetivo. No se dictan científicamente normas a la vida. Sino
que la vida es esa actividad polarizada de debate con el medio ambiente que se siente o no
normal, ya sea que se sienta o no en posición normativa. El médico ha tomado partido por la vida.
La ciencia le sirve para la realización de los deberes que surgen de esa elección*. El eco de este
llamado patético es el que hace calificar de "patológica" a toda ciencia que utiliza la técnica
médica para auxiliar a la vida. Así es como existe una anatomía patológica, una fisiología
patológica, una histológica patológica, una embriología patológica. Pero su calidad de patología
es algo que proviene de la técnica y por ello es de origen subjetivo. No existe una patología
objetiva. Se pueden describir objetivamente estructuras o comportamientos, pero no puede decirse
de ellos que son "patológicos" refiriéndose a un criterio puramente objetivo. Objetivamente sólo
se pueden definir variedades o diferencias, sin valor vital positivo o negativo.

CONCLUSIÓN En la primera parte hemos investigado las fuentes históricas y analizado las
implicancias lógicas del principio de patología —tan frecuentemente invocado aún— de acuerdo
con el cual el estado mórbido sólo sería en el ser vivo una mera MODIFICACIÓN
CUANTITATIVA de los fenómenos fisiológicos que define el estado normal de la respectiva
función. Creemos haber establecido que semejante principio es estrecho e insuficiente. Durante la
discusión —y a la luz de los ejemplos introducidos— creemos haber proporcionado ciertos
argumentos críticos en apoyo de las proposiciones de métodos y doctrinas que constituyen el
objeto de la segunda parte, y que podríamos resumir así: Podemos calificar de normales a tipos o
funciones, porque hacemos referencia a la polaridad dinámica de la vida. Si existen normas
biológicas, es porque la vida, al no ser sumisión al medio ambiente sino institución de su propio
medio ambiente, por ello mismo pone valores no sólo en el medio ambiente sino también en el
organismo mismo. Denominamos a esto "NORMATIVIDAD BIOLÓGICA". Es posible denominar
"normal" —sin caer en el absurdo— al estado patológico, en la medida en que éste expresa una
relación con la normatividad de la vida. Pero esa normalidad no podría ser identificada —sin caer
en el absurdo— con la normalidad fisiológica, porque se trata de normas diferentes.
Lo anormal no es tal por ausencia de normalidad. No hay ningún tipo de vida sin normas de vida,
y el estado mórbido es siempre una cierta manera de vivir. Más que el estado normal, el estado
fisiológico es el estado sano. Es aquel que puede admitir el paso a nuevas normas. El hombre es
sano en la medida en que es normativo con respecto a las fluctuaciones de su medio ambiente.
Según nuestra opinión las constantes fisiológicas tienen, entre todas las posibles constantes
vitales, un valor propulsivo. El estado patológico, por el contrario, traduce la reducción de las
normas de vida toleradas por el ser vivo, la precariedad de la normalidad establecida por la
enfermedad. Las constantes patológicas tienen valor repulsivo y estrictamente conservador.
La curación es la reconquista de un estado de estabilidad de las normas fisiológicas. Está tanto más
cerca de la enfermedad o de la salud cuanto esa estabilidad está menos o más abierta a eventuales
reestructuraciones. En todo caso, ninguna curación es un retorno a la inocencia biológica. Curarse
significa darse nuevas normas de vida, a veces superiores a las antiguas. Hay una irreversibilidad de
la normatividad biológica. El concepto de norma es un concepto original que no se deja reducir
—en fisiología más que en cualquier otra parte— a un concepto objetivamente determinable por
métodos científicos. Por lo tanto, hablando con rigor NO hay una ciencia biológica de lo normal.
Hay una ciencia de las situaciones y condiciones biológicas llamadas "normales". Esta ciencia es
la FISIOLOGÍA. La atribución a las constantes —cuyo contenido es determinado científicamente por
la fisiología— de un valor de "normalidad" traduce la relación de la ciencia de la vida con la
actividad normativa de la vida y —en lo que hace a la ciencia de la vida humana— con las
técnicas biológicas de producción e instauración de lo normal, más específicamente con la
medicina. Sucede con la medicina lo que con todas las técnicas. Es una actividad que se arraiga en
el esfuerzo espontáneo del ser vivo por dominar el medio ambiente y organizarlo de acuerdo con
sus valores de ser vivo. En este esfuerzo espontáneo halla la medicina su sentido, si bien no desde
un primer momento toda la lucidez crítica que la haría infalible. He aquí por qué, sin ser ella una
ciencia, la medicina utiliza los resultados de todas las ciencias para servir a las normas de la vida.
Por lo tanto, hay medicina ante todo porque los hombres se sienten enfermos. Sólo
secundariamente los hombres, porque hay una medicina, saben de qué están enfermos. Todo
concepto empírico de enfermedad conserva una relación con el concepto axiológico de la
enfermedad. Por consiguiente, no es un método objetivo lo que permite calificar de patológico a
un fenómeno biológico considerado. Siempre es la relación con el individuo enfermo, por
intermedio de la clínica, la que justifica la calificación de patológico. Por más que se admita la
importancia de los métodos objetivos de observación y análisis en la patología, no parece posible
hablar con pleno rigor lógico de "patología objetiva". Por cierto, una patología puede estar
metódica, crítica y experimentalmente armada. Por referencia al médico que la práctica, se la
puede denominar "objetiva". Pero la intención del patólogo no determina que su objeto sea una
materia vacía de subjetividad. Es posible practicar objetivamente, es decir imparcialmente, una
investigación cuyo objeto no puede ser concebido y construido sin referencia a una calificación
positiva o negativa, cuyo objeto por consiguiente no es tanto un hecho como un valor.
FOUCAULT- “El nacimiento de la clínica” (la configuración disciplinar y
normalizante de las ciencias humanas)
La idea de “El nacimiento de la clínica” es la misma que la de sus primeros trabajos: ¿Cómo es posible lo
que es? Y la premisa de la que parte vuelve a ser la de siempre: las cosas perfectamente podían haber
sido de otra manera. Nada es necesario, todo es contingente. Si hemos llegado hasta aquí, no es porque
una ley natural nos haya traído, ni porque nos estemos acercando a una verdad final, sino por pura
contingencia histórica. Entendemos las cosas y actuamos como lo hacemos porque las cosas se dieron
de una determinada forma, pero podían haber sido distintas. De acuerdo con esta premisa, el filósofo y
el sociólogo tienen que hacer arqueología, buscar en los discursos, en las instituciones, en las relaciones
sociales, en las administraciones, modelos de enseñanza, instituciones políticas, decisiones económicas,
etc... para ver cómo hemos llegado hasta aquí.

En éste libro, Foucault se pregunta cómo es posible que concibamos la medicina como lo hacemos,
cómo la percibimos, cómo hablamos de ella y cómo actuamos con respecto de la enfermedad. Para ello
traza el desarrollo de la observación médica y de sus métodos, específicamente la clínica.

Empieza oponiendo dos textos, uno de Pomme escrito a mediados del siglo XVIII, y otro de Bayle cien
años posterior. Estos dos textos reflejan dos concepciones históricas distintas de la medicina y la
discontinuidad que se da entre ambas. En cuanto al lenguaje mismo se pregunta a partir de qué
momento, de qué modificación semántica o sintáctica, se puede reconocer que se ha transformado en
discurso racional. El paso de una a otra se dio después de sucesivas elaboraciones y reelaboraciones.
Para comprender cuándo se ha producido la mutación del discurso, es importante interrogar algo más
que los contenidos temáticos, y recurrir a la región en la cual las “cosas” y las “palabras” no están aún
separadas, dónde aún se pertenece al lenguaje (manera de ver y manera de decir). El texto de Pomme, en
el que se relata la curación de una histérica, es un compendio de fantasías y fantasmas, expresados en el
momento en que, por ejemplo, la curación de la histérica supone el desollado interno de los órganos y
su expulsión en piezas por el vómito y la expectoración. Cien años después, Bayle nos habla de
determinadas lesiones anatómicas que ocurren en algunos casos de meningitis, en los cuales se
expulsan coágulos de sangre más o menos decolorada producida por una organización de falsas
membranas producto de la enfermedad. Entre ambos lenguajes media un mundo. Un mundo que, en
primer lugar, establecemos como una diferencia textual y una diferencia de visibilidad. Ambos textos
no observan lo mismo: la mirada es diferente y, fruto de esta diferente mirada, la escritura se enraíza en
regímenes discursivos inconmensurables: los fantasmas, la fantasía y la monstruosidad enigmática
contra la positividad de la mirada escrutadora sobre el organismo.

(DE UN RESÚMEN DEL LIBRO) La diferencia mostrada responde al nacimiento de la mirada clínica,
que Foucault establece como «el acontecimiento decisivo en la relación del hombre consigo mismo y
del lenguaje con las cosas» (y que permite al saber médico contemplar a la vez como objeto y sujeto el
cuerpo humano sin que la objetividad del discurso se vea alterada. Acontecimiento fundamental, es
decir, fundacional, del discurso médico moderno que marca el priori histórico que la Arqueología
pretende determinar. A la hora de caracterizar este a priori histórico del saber médico como mirada
clínica, Foucault nos traslada al siglo XIX y, particularmente, a la obra de Bichat. Bichat representa el
fin de la concepción del cuerpo como fábrica o mecanismo (fábrica de humores, mecanismos aislados
pero interconectados) para alcanzar el concepto de organismo a través, sin embargo, de un movimiento
que no es macroscópico, sino microscópico: el de la mirada atenta a los tejidos. Pero hasta la aparición
de Bichat y de la Clínica, media toda una historia compleja, la del destino del cuerpo como fábrica. La
antigua mirada anatómica sobre el cuerpo – cuerpo como objeto- pretendía fundar el saber médico
sobre una concepción mecánica del ser humano, es decir, reductible a extensión. Desde el mecanicismo
cartesiano se observó la obra de Vesalio como el modo de proceder consonante con el mecanicismo. La
mirada anatómica sobre la fábrica y la mirada mecanicista sobre el cuerpo convergían en la visión
médica del XVII. «Para Descartes y Malebranche, ver era percibir (y hasta bajo las especies más
concretas de la experiencia: práctica de la anatomía en Descartes, observaciones microscópicas en
Malebranche); pero se trataba, sin despojar la percepción de su cuerpo sensible, de hacerla transparente
para el ejercicio del espíritu»

Los trabajos médicos de Descartes, su oposición a la medicina de corte galénico y aristotélico,


expresada en su discusión con Harvey, ejemplifican de un modo paradigmático el progresivo
hundimiento de la mirada anatómica clásica en problemas de compleja solución. El interés cartesiano
en el cuerpo no remite únicamente, como marca Foucault, a un ejercicio de transparencia de lo
sensible. En el límite, si recorremos sus últimos tratados (Tratado del Hombre, Descripción del Cuerpo,
el Tratado de las pasiones del alma, la Generationem Animalium, y los breves textos Remedia Vires
Medicamentorum, y Anatómica), reconocemos la agonía de una mirada anatómica que quiere hacer del
cuerpo un mecanismo, un resto, una fábrica opaca y, a la vez, transparente para el espíritu, como afirma
Foucault. Pero, al mismo tiempo, tal pretensión obliga a Descartes a medirse con la otra gran corriente
médica dominante en el siglo XVII, es decir, la representada por Harvey. Y su desavenencia se da en el
terreno de la vida. Harvey todavía presentaba una idea de alma como primer motor del ser humano,
como esa especie de aliento primero que pone en movimiento la circulación de la sangre. Sin embargo,
Descartes se niega a reconocer elementos de la antigua medicina galénica en su sistema, e intenta
responder a la pregunta por el origen de la vida atendiendo a las causas físicas de la generación de la
misma. Utilizando la misma mirada anatómica que inauguró Vesalio, Descartes avanza por el mundo de
la Generatio animalum, explicando de qué modo el mecanismo del cuerpo se va articulando de modo
detallado y coherente incluso cuando la vida misma se está generando, siguiendo leyes físicas
fácilmente constatables. Descartes llega a la conclusión de que el principio de la vida, situado en el
corazón, responde a causas físicas como son la dilatación y contracción producidas por el calor debido
al movimiento rápido de las partículas. Y dicho movimiento queda articulado a través de un enigmático
dinamismo que va conformando, según el modelo hidráulico de la sangre, todos y cada uno de nuestros
órganos. Parece que en ese movimiento bullente de la sangre, del calor excitado de repente por el
encuentro entre dos principios, para Descartes no se exprese otra cosa que el vértigo de la vida. La
sangre se apelmaza, se contrae y expande y en su finalidad se coagula creando un órgano-mecanismo
encargado de realizar y facilitar el dinamismo funcional, la finalidad del movimiento de flujo. El
cuerpo ya no es resto, se encuentra formado y atravesado por un impulso que lo forma, lo conforma en
cada uno de sus órganos, huecos, humores, nervios. Y, sin embargo, esa aparente finalidad de la vida no
es atribuida al alma, sino a una química enigmática de la materia. Desde la anatomía, entonces,
Descartes abrirá la posibilidad de la pregunta por el motor de la vida, a través de las relaciones entre
anatomía, fisiología y biología (Roger, 1963). Serán entonces la fisiología y la biología las encargadas
de replantear esta mirada anatómica pura del XVI, llevándola hacia la mirada clínica. La anatomía
comparada de Cuvier es el siguiente paso en la reorientación de dicha mirada, concretamente en su
modo de articular el ordenamiento anatómico en base a una finalidad de unidad de tipo que permite
manejar ese antiguo enigma de la vida, llevándolo hacia una ordenación de las condiciones reales de la
existencia, ahora subsumidas en clases, órdenes y géneros. El órgano se define por su función, y la
correlación de funciones establece un plan organizativo de las condiciones de vida (Foucault,
1997:268). La vida no es sino la coherencia con la cual ésta se expresa en la organización efectiva de
los seres vivos traída al análisis a través de la anatomía comparada. De este modo, Cuvier sienta las
bases que permitirán a Bichat establecer de un modo definitivo la reorganización de la mirada médica
que, según Foucault, constituirá el a priori histórico de la medicina contemporánea – y también
permitirá insistir en la llamada de atención arqueológica sobre el hecho de que las ciencias humanas en
pleno participan de estas modulaciones discursivas. La aparición en las primeras décadas del XIX de la
obra de Bichat desarmará la mirada médica al uso al preguntarse por las relaciones entre enfermedad y
lesión. Esta pregunta apunta al corazón mismo de la esencia de la enfermedad, la cual ya no se
continuará observando bajo el imperio de los síntomas. La anatomía patológica - salvando los
problemas a los que se enfrenta (tomar enfermedades por síntomas y por síntomas la degradación
propia de la muerte) a través de la comparación-, permite a Bichat realizar un gesto doble que fundará
la mirada clínica. Este gesto doble responde a dos claves de mirada que se co-implican: 1) la mirada
sobre los tejidos 2) la mirada sobre la muerte En primer lugar, la atención microscópica a la
singularidad de los tejidos permite a Bichat aplicar la anatomía comparada a la fisiología, reduciendo la
complejidad funcional de los organismos a la simplicidad de los tejidos. No importa dónde esté el
órgano, ni siquiera qué órgano sea, lo fundamental para Bichat pasa a ser en análisis patológico en las
superficies de tejidos. Los tejidos son contemplados bajo un principio de homogeneidad que conforma
las patologías generales de los mismos. Y esta mirada tisular lo que hace es anatomizar por sí misma:
en el corazón, aparece el pericardio, en el cerebro, la aracnoides, en el intestino, las mucosas. La
mirada médica se posa sobre un cuerpo, anatamizándolo y patologizándolo a través de toda una serie de
prácticas de observación orientadas a singularizar el análisis sobre superficies perceptibles. Se trataba
de encontrar las unidades anatómicas más simples, hallando en el tejido la unidad mínima morfológica
y fisiológica. La enfermedad no es sino la mirada analítica sobre la lesión real en un tejido. Ya no hay
observación de la enfermedad, sino sede de la misma: «Para Bichat y sus sucesores, la noción de sede
está liberada de la problem|tica causal […] est| dirigida hacia el futuro de la enfermedad m|s que hacia
su pasado; la sede es el punto del cual irradia la organización patológica. No causa última, sino centro
primitivo» (Foucault, 2001:199). Con ello, Bichat modifica los principios de la mirada médica,
liberando a la medicina de la metafísica de la enfermedad, ciñéndola a una organización patológica
situada en los tejidos. La preocupación anatómica por la vida, por su organización, por su desarrollo,
desaparece. Se sustituye por la fascinación que este nueva mirada obtiene de la enfermedad hallada en
una singularidad real. El médico comienza a crear no sólo la enfermedad, sino también al enfermo.
Fruto de este abandono de la enfermedad esencial, la mirada clínica provoca un cambio en la
concepción médica clásica de la muerte. Es Xavier Bichat (1864:1) quien afirma que «la vie est
l’ensemble des fonctions qui resistent { la mort», quien otorga a la muerte el mayor valor
epistemológico. La muerte ya no será aquella gran oscuridad con la que todo acaba, sino que poseerá
una claridad epistemológica con la cual la mirada clínica observará el cuerpo enfermo. El ser humano
ya no muere porque haya caído enfermo. Sino que, al contrario, es porque puede morir, por lo que el
ser humano llega a enfermar- y, por lo tanto, a vivir. Las relaciones entre la vida y la muerte se
modifican, hasta el punto de que la enfermedad es un modo patológico de la vida. De hecho, es la
muerte la que revela la verdad de las patologías, lo cual quiere decir que no es sino lo que destruye la
vida lo que hace comprender su constitución (Vandewalle, 2006:57). Ya no hay cuerpo aquejado de
enfermedad, sino tejidos inflamados, infectados, lesionados, pero organizados según una estructura
patológica que nos llevará invariablemente a la verdad de la muerte. Es la muerte lo que separa al
organismo de lo no vivo. Y dicha muerte poseerá una organización patológica observable a través de la
mirada clínica. El cambio de coordenadas es fundamental para la mirada médica, y Foucault así lo
señala, estableciendo ahora el a priori histórico del saber médico del XIX como una mirada clínica
fundada sobre la muerte y la patología del tejido. La vieja continuidad de las obsesiones milenarias que
colocaban en la vida la amenaza de la enfermedad, y en la enfermedad la presencia aproximada de la
muerte, est| rota […] Desde lo alto de la muerte se pueden ver y analizar las dependencias orgánicas y
las secuencias patológicas. En lugar de ser lo que había sido durante tanto tiempo, esa noche en la cual
se borra la vida, en la cual se confunde la enfermedad misma, está dotada, en lo sucesivo, de este gran
poder de iluminación que domina y saca a la luz a la vez el espacio del organismo y el tiempo de la
enfermedad (Foucault, 2001:205). A priori histórico del saber, la mirada clínica pasa a fundar las
condiciones de nacimiento del discurso médico moderno. Y, precisamente, esta fundación que no
responde sino a una mutación concreta del saber médico puesto en relación con el resto de saberes que
van conformando la mirada sobre el ser humano, está inserta en una red de prácticas que la abrazan,
que la refrendan y que dependen de ella al mismo tiempo, que conviven en el mismo espacio teórico y
práctico que posibilita el hecho de que estos discursos sobre la medicina y el cuerpo hayan llegado a
conformar la formación discursiva que detenta toda una serie de prácticas asociadas. A priori histórico,
entonces, de una mirada, de una práctica, de un saber que va dibujando pacientemente el rostro del
hombre.

ENTRE EL HOSPITAL Y CLÍNICA: PRÁCTICAS PATOLÓGICAS Foucault observa a través de su


análisis arqueológico el modo en que la nueva mirada clínica del XIX comienza a crear, a partir de sus
observaciones y prácticas, no sólo una nueva concepción de la enfermedad sino también un nuevo
cuerpo enfermo. El mismo cuerpo que siglos atrás era el templo que debía ser respetado, aún más
cuando moría, se convierte en el campo de ensayo de la medicina clínica, ampara no sólo por su
definitoria mirada clínica -que desvela la organización de la enfermedad- sino por toda la batería de
autopsias forenses, disecciones, y prácticas clínicas en las cuales el cuerpo va a quedar encerrado y
definido como cuerpo enfermo. La enfermedad no es una afección abstracta, sino una organización
patológica que cristaliza en la objetivación de un cuerpo enfermo, a merced de la mirada clínica y sus
intervenciones: «Lo que hace que el enfermo tenga un cuerpo espeso, consistente, espacioso, un cuerpo
ancho y pesado, no es que haya un enfermo, es que hay un médico. Lo patológico, no forma cuerpo con
el cuerpo mismo sino por la fuerza, espacializante, de esta mirada profunda» (Foucault, 2001:195).
Medicina, Biología, Fisiología y Psiquiatría van a ser algunas de las ciencias humanas convocadas en
este agenciamiento del cuerpo por parte de la mirada médica. Un agenciamiento de importantes
consecuencias antropológicas, pues, lo que se jugará es una nueva experiencia de la enfermedad. Así, la
arqueología de este saber médico, una vez ha historizado las formaciones discursivas, mostrado sus
transformaciones y establecido sus condiciones específicas de nacimiento definiendo sus a priori
históricos, va a apuntar hacia las implicaciones prácticas. La medicina clínica introduce una serie de
desplazamientos fundamentales con respecto a la práctica médica anterior -la llamada medicina de las
especies. Uno de los cambios que más interesa a la Arqueología foucaultiana es el modo en que,
durante el siglo XVIII, la clínica y los hospitales comienzan una relación inédita a partir de la cuestión
pedagógica y asistencial. Durante la época de la Revolución, la Comisión Nacional realizó varias
reorganizaciones de la clínica francesa a partir de 1794 (año III) que desembocan en una ley
fundamental para que la clínica se convierta en institución: la ley del 19 Ventoso del año XI, en la que
se establece la prohibición de que nadie fuera de los oficiales de salud o de los médicos acreditados por
la Escuela de Salud ejerciera la medicina, bajo pena de prisión (Foucault, 2001:121). El médico,
acreditado tanto teóricamente como prácticamente por la clínica y el hospital, se convierte en una
figura institucional clave para este saber médico, apuntando ya hacia una reorganización hospitalaria en
torno a la figura de la clínica (Morey, 2014:119). En tanto la enseñanza y la práctica deviene un
requisito indispensable para el ejercicio institucional de la medicina -ya no hay otro espacio-, los
hospitales y las clínicas pasan a compaginar las tareas pedagógicas y asistenciales, uniendo el interés
médico, el político y el interés del capital. El hospital asistencial, donde se cura a los pobres, se
transforma en un espacio dónde la mirada clínica transforma en objeto experimental al paciente: al
mantener los hospitales, los ricos pagarán para que se conozcan las enfermedades que a él pueden
afectarle: «Este enfermo que se acuesta en el lecho que vosotros le habéis preparado experimente en el
presente la enfermedad por la cual no tardaréis en ser atacados vosotros mismos»2 . El hospital, por lo
tanto, se hace rentable para el capital y se convierte en la práctica necesaria para una clínica teórica y
abstracta que pasa a detentar el centro de la mirada médica. Así, toda una serie de intereses se
entremezclan en este nacimiento de la clínica moderna. No se trata de un saber teórico aislado, sino de
un cuerpo discursivo que toma forma en una red de prácticas que, ya con la práctica hospitalaria y el
cuerpo enfermo tomado como objeto, se entrelaza con una trama jurídica, psiquiátrica, que va a dar
lugar a un cuerpo de instituciones organizado en torno a una constitución de lo social. Relaciones ente
la institución médica y jurídica, entre el hospital y la cárcel, es decir, entre todas aquellas prácticas
institucionales encaminadas a delimitar y tratar lo patológico en toda su amplitud. De hecho, el análisis
del saber médico no es sino un modo de encarar el tratamiento social de lo patológico que, a lo largo de
su obra, Foucault ha encarado desde varios frentes: la cárcel, la sexualidad o la locura. Con ello vemos
que la clínica se establece como un modo de pensar lo patológico. Pero no sólo eso. La Arqueología
nos muestra que el saber también actúa contra lo patológico, lo gestiona desde las instituciones, desde
toda una red de prácticas –que posteriormente Foucault llamará disciplinas- médicas encofradas en la
mirada analítica de la clínica. De hecho, a estas alturas, ya podemos definir esta Arqueología
emprendida en El nacimiento de la Clínica como una descripción de una unidad de discurso llamada
medicina a partir de la negatividad que la funda -patología. Dicho análisis implica, a su vez, una
articulación con otros saberes institucionales y con toda una serie de prácticas normativas (reglamentos
institucionales, encierro, normativización, experimentación, análisis, prescripciones terapéuticas,
estadísticas, higiene, compartimentación, comparación, protocolos epidemiológicos (Foucault,
1969:48)3 ) encaminadas a dibujar el objeto propio del saber médico: lo patológico, lo anormal, lo que
se desvía de la vida: el cuerpo enfermo- y posteriormente, en la década de los 70, Foucault ampliará el
cuerpo enfermo a lo social4 . En este cuerpo enfermo que Foucault nos invita a pensar como
construcción del saber y de las prácticas médicas, como el verdadero objeto –descubierto, inventado-
del saber médico, podemos hallar una de las claves de la Arqueología foucaultiana, que impulsará su
reflexión sobre el saber médico desde los lugares de El nacimiento de la clínica hasta las
consideraciones sobre el poder y, posteriormente, el biopoder y la subjetividad. Porque este cuerpo
enfermo, esta enfermedad que define al sujeto muriente, no es otra cosa que la conformación médica de
una experiencia de sí. Del mismo modo que la medicina del siglo XIX acabó con los monstruos
convirtiéndolos en una anormalidad patológica, el cuerpo enfermo se convierte en una patología, en
una anormalidad, conformándose una nueva experiencia de la enfermedad, del sujeto enfermo. Lo
anormal ya no será una mera anomalía, un error en las leyes naturales, sino una forma patológica de la
vida. Vida y vida patológica, entonces, serán conceptos clave que Bichat extraerá de la observación de
la enfermedad, de los tejidos, de los órganos, de la degeneración. La mirada médica, centrada a partir
de ahora en lo patológico, establecerá en el individuo aquellos signos mudos de lo patológico -que sólo
darán cuenta de su particular relación negativa con la vida-, se ocupará, con toda la fuerza que tenga al
alcance, de reorientar el camino que lo patológico inicia en el signo visible de posteriormente Foucault
llamará disciplinas- médicas encofradas en la mirada analítica de la clínica. De hecho, a estas alturas,
ya podemos definir esta Arqueología emprendida en El nacimiento de la Clínica como una descripción
de una unidad de discurso llamada medicina a partir de la negatividad que la funda -patología. Dicho
análisis implica, a su vez, una articulación con otros saberes institucionales y con toda una serie de
prácticas normativas (reglamentos institucionales, encierro, normativización, experimentación, análisis,
prescripciones terapéuticas, estadísticas, higiene, compartimentación, comparación, protocolos
epidemiológicos (Foucault, 1969:48)3 ) encaminadas a dibujar el objeto propio del saber médico: lo
patológico, lo anormal, lo que se desvía de la vida: el cuerpo enfermo- y posteriormente, en la década
de los 70, Foucault ampliará el cuerpo enfermo a lo social4 . En este cuerpo enfermo que Foucault nos
invita a pensar como construcción del saber y de las prácticas médicas, como el verdadero objeto
–descubierto, inventado- del saber médico, podemos hallar una de las claves de la Arqueología
foucaultiana, que impulsará su reflexión sobre el saber médico desde los lugares de El nacimiento de la
clínica hasta las consideraciones sobre el poder y, posteriormente, el biopoder y la subjetividad. Porque
este cuerpo enfermo, esta enfermedad que define al sujeto muriente, no es otra cosa que la
conformación médica de una experiencia de sí. Del mismo modo que la medicina del siglo XIX acabó
con los monstruos convirtiéndolos en una anormalidad patológica, el cuerpo enfermo se convierte en
una patología, en una anormalidad, conformándose una nueva experiencia de la enfermedad, del sujeto
enfermo. Lo anormal ya no será una mera anomalía, un error en las leyes naturales, sino una forma
patológica de la vida. Vida y vida patológica, entonces, serán conceptos clave que Bichat extraerá de la
observación de la enfermedad, de los tejidos, de los órganos, de la degeneración. La mirada médica,
centrada a partir de ahora en lo patológico, establecerá en el individuo aquellos signos mudos de lo
patológico -que sólo darán cuenta de su particular relación negativa con la vida-, se ocupará, con toda
la fuerza que tenga al alcance, de reorientar el camino que lo patológico inicia en el signo visible de la
vida que es el organismo. De este modo, la vida late en el centro de la mirada médica: «Bichat […]
sitúa la vida a un nivel ontológico m|s profundo y más enterrado: es para él no un conjunto de
caracteres que se distinguen de lo inorgánico, sino el fondo a partir del cual puede percibirse la
oposición del organismo a lo no vivo» (Foucault, 2001:218). La equiparación de lo anormal y lo
patológico resultará fundamental, no sólo para el posterior desarrollo de la biología y la fisiología
contemporánea, sino para el establecimiento de la medicina legal como medicina social, es decir, como
saber autorizado para gobernar la vida. Esta unión entre medicina y derecho es manifiesta en la
medicina legal que comienza a desarrollarse a partir del siglo XVIII. El médico pasará a ser el experto
encargado de tomar decisiones sobre el cuerpo en base a la vida, sustituyendo al antiguo saber común
con el que se tomaba tales decisiones. Determinará lo anormal como patológico y lo patológico como
lo opuesto a la vida misma. Las antiguas excepciones, antaño toleradas por las reglas familiares y
sociales como pequeñas desviaciones de la norma, a partir de ahora, se convierten en patologías
médicas y legales en sujetos médica y legalmente instituidos como enfermos. Este movimiento del
saber médico es patente en el caso de la psicología, que se arma con la fuerza legal del experto que
decide no sólo el encierro del enfermo mental, sino su incapacidad jurídica. Será en el enfrentamiento
de la medicina con la locura cuando la medicina legal cobre una mayor fuerza legislativa, tal y como
nos muestra Foucault en su Historia de la locura. Progresivamente, observamos de qué modo la
medicina legal va estableciendo la multiplicidad de anormalidades que pueden ser abarcadas desde el
saber médico positivo: desde la locura hasta la monstruosidad, desde la criminalidad hasta la
perversidad. Estudios como el de Lombroso nos muestran la ambición de una mirada positiva
empeñada en naturalizar la anormalidad a través del poder ejercido por el experto. Si la medicina legal
persigue el objetivo de la naturalización de la anormalidad a través de la objetivación del individuo
patológico, a finales del siglo XVIII y principios del XIX las consideraciones sobre la vida abren
nuevas perspectivas médicas, sustituyendo la categoría de individuo por la de población. La medicina
legal naturalizadora de la anormalidad se convierte en medicina social, primero en la formas de la
medicina de estado en la Alemania del XVIII y en la medicina urbana de la Francia del XVIII, y más
tarde en la medicina de la fuerza laboral inglesa del XIX El discurso biológico, a través de la
centralidad del concepto de vida, comienza a expandir el concepto de cuerpo individual al de cuerpo
biológico. El individuo se integra en la población, es el cuerpo colectivo el gran organismo que resiste
a la muerte. Y, precisamente, el nexo entre individuo y cuerpo colectivo, el hilo que trenza la visión de
lo social como organismo y como vida, no es otro que la capacidad reproductiva del individuo. La
sexualidad y, por lo tanto, los discursos médicos sobre la misma van a resultar fundamentales para que
la medicina social halle un estatuto positivo y legal para comenzar a convertirse en biopoder. Desde
esta perspectiva, aquellas silenciosas excepciones que la medicina de las especies había dejado en
suspenso, reaparecen con un nuevo sentido. El hermafrodita, que había sido negado en su existencia
por la razón ilustrada, que había sido resuelto por el dictamen del experto en la medicina legal, vuelve a
presentarse como un enigma a resolver: el de la identidad sexual. Es preciso delimitar los contornos
exactos y positivos de la sexualidad, y, por lo tanto, apuntalar las desviaciones y anomalías que tales
hermafroditas presentan: Dado un sujeto de sexo dudoso, dirán la Embriología y la Teratología, ¿de qué
clase es la alteración que presenta? ¿Se trata de un vicio de conformación o de una monstruosidad? ¿es
producto de un retraso en el crecimiento o de una detención del desarrollo? La Medicina Legal
preguntará por su parte, ¿qué sexo verdadero se encuentra enmascarado por esa deformidad? ¿de qué
tipo de hermafroditismo aparente se trata? ¿puede ser corregido mediante una intervención quirúrgica
que ponga al descubierto el auténtico sexo? El discurso biológico asume la tarea de especificar el
género de anomalía al que corresponden las alteraciones antaño presentadas como hermafroditismo
(Vázquez y Cleminson, 2011:37). Porque será la sexualidad el lugar en dónde a partir del siglo XIX se
va a buscar las verdades más profundas de los individuos a partir de una profusión de discursos
científicos acerca de la relación identidad-sexo -con el psicoanálisis como uno de los momentos más
evidentes de esta centralidad de la pareja verdad- sexualidad. La apertura de la vida que hay en el
individuo permite un nuevo control sobre el cuerpo, sobre la verdad íntima de sí, al mismo tiempo que
establece unos mecanismos de higiene y salud pública en virtud de su implicación con el organismo
social. Habrá una verdad de la sexualidad (Fernández, 2011), y esa verdad representará la identidad de
un individuo que, en el siglo XIX, comienza a definirse primordialmente no por su cuerpo anatómico
individual, sino por la unión entre su cuerpo y el cuerpo social que permite la constitución del cuerpo
enfermo.

CONCLUSIÓN: EL ENFERMO Y LA POLÍTICA Hemos visto de qué modo, a través del análisis de
unas páginas de El nacimiento de la clínica, escrita a principios de los años 60, es posible reconstruir
buena parte del gesto foucaultiano con el que hoy en día podemos reconocer su estilo de pensamiento.
La Arqueología nos permitía historizar el saber, desmitificarlo, encofrarlo en una época y un tiempo
dados, que, a su vez, nos permitían delimitar el a priori histórico que constituía su acta de nacimiento
-irreductible a anteriores épocas. Además, a través del análisis de esa mirada clínica, Foucault nos
ofrece una descripción de las saberes asociados a la medicina en torno a una red institucional, puesta en
práctica a través de reglamentos, normas, disciplinas, exclusiones, y orientadas a la constitución de un
cuerpo enfermo, trasunto médico y legal de una tendencia que empapa las redes discursivas -y
prácticas- del XIX: la patologización de la anormalidad, a partir de ella, la constitución de la
normalidad y su gestión. Posteriormente, su obra detallará cada uno de los modos mayores en que esta
patologización de la anormalidad compete a la experiencia de nosotros mismos en tanto sujetos. Desde
la locura hasta la cárcel, desde la sexualidad hasta la bio-economía. Incluyendo la vida misma. En el
caso del análisis arqueológico de la mirada clínica, lo que se nos muestra es un análisis de las
condiciones de posibilidad de nuestra experiencia reciente, es decir, del modo en que nos constituimos
y experimentamos como sujetos enfermos. Analizar la gama de lo posible que se abre con la
delimitación de nuestro cuerpo a partir de la dicotomía sano/enfermo, trasunto de la dicotomía
normal/anormal, será la clave para entender la experiencia del uno mismo, asunto, por otra parte, que es
una constante a lo largo de la obra entera de Foucault. De hecho, en el primer volumen de su Historia
de la sexualidad, ya ubicado en la última fase de su pensamiento, Foucault marca su tarea de un modo
muy similar: «¿A través de qué juegos de verdad se da el hombre a pensar su ser propio cuando se
percibe como loco, cuando se contempla como enfermo, cuando se reflexiona como ser vivo, como ser
hablante y como ser de trabajo, cuando se juzga y se castiga en calidad de criminal?» (Foucault,
1998:10). A través de qué juegos de verdad se da el hombre a pensar su ser propio cuando se contempla
como enfermo. Parece una definición precisa de la labor emprendida en la Arqueología del saber
médico. Mostrar los modos de producción de una subjetividad enferma, que a su vez marcan las
experiencias posibles de la enfermedad. Pero, sin embargo, el envite no es meramente epistemológico.
Revelar las coordenadas arqueológicas de la constitución de un saber no es una tarea desinteresada. En
el momento en que Foucault debe analizar la novedad experiencial que supone la mirada clínica con
respecto al antiguo paciente hospitalario, tratado en su lecho de muerte del ancestral mal que le
aquejaba, certifica toda una serie de novedades que la clínica introduce y que cambiarán, para siempre,
la experiencia del enfermo (Foucault, 2001:92): 1) En la clínica, el paciente no es el sujeto de la
enfermedad, sino el objeto del cual la enfermedad se ha apoderado. 2) El enfermo es aquello a través de
lo cual se da a leer el texto de la enfermedad. 3) El papel del médico es descubrir la enfermedad que se
halla velada en el cuerpo: el cuerpo del enfermo deja de ser un cuerpo propio, y pasa a ser el texto de la
verdad médica. 4) Es la mirada médica la que crea la enfermedad, el cuerpo enfermo. 5) El cuerpo
enfermo se moldea en la carne del paciente a través de los exámenes, análisis, intervenciones médicas,
pero también a través de un modo legal y social de normas y disciplinas que se alían con la clínica.
Demistificar y mostrar descarnadamente los procesos de constitución de la experiencia del uno mismo
en tanto sujeto enfermo posee una intención que, claramente va más allá del mero interés
epistemológico. Sin mitos, desvelado su funcionamiento descarnado, la subjetividad que se ve emplaza
a constituirse como sujeto enfermo -un sujeto que es objetivado- no deja de elaborar estrategias de
resistencia a la mirada médica (Vandewalle, 2006:14). El cuerpo se rebela contra una nueva
constitución que implica todo un modo de experimentar la vida y la muerte novedoso, impuesto,
objetivado a partir de la mirada médica. El enfermo no reconoce su cuerpo como cuerpo enfermo, no se
atribuye a sí mismo las regiones de lo posible que el nuevo eje experiencial de la enfermedad le marca
y confiere. La extrañeza, la dificultad de reconocerse como un cuerpo enfermo no es superada sino al
final de un largo camino en el cual la mirada médica, unida a prácticas y saberes, impone finalmente su
mirada. En este camino, hay toda una batería de contraconductas, pequeñas rebeliones subjetivas, fruto
de la incomodidad de la carne que no se reconoce como carne organizada en cuerpo enfermo, que desea
subvertir tal organización de lo posible. Hay en la enfermedad toda una fenomenología de la subversión
de la carne contra el cuerpo, de la vida contra la enfermedad, que posee su expresión más intuitiva en el
modo en que el enfermo no acepta la arquitectura de la experiencia posible que le viene dada desde la
mirada médica, y, por ello mismo, el deseo de la transgresión aparece como una suerte de
reivindicación de sí. Deseo de ser otro. Deseo de ser sano. Deseo de deshacerse del cuerpo enfermo.
Estas pequeñas transgresiones no son sino una muestra del deseo de cortocircuitar la continuidad entre
saber, poder y subjetividad que Foucault nunca dejará de recorrer a lo largo de su obra. La tarea
epistemológica, entonces, no hace sino abrir la posibilidad de reconocerse de otro modo, de
subjetivarse de un modo diferente al que pretende la mirada médica. Años más tarde, en el curso
Hermenéutica del sujeto, Foucault volverá sobre esta antigua idea: Creo que hay con ello la posibilidad
de hacer una historia de lo que hemos hecho que sea al mismo tiempo un análisis de lo que somos; un
análisis teórico que tenga un sentido político; me refiero a un análisis que tenga un sentido para lo que
queremos aceptar, rechazar, cambiar de nosotros mismos en nuestra actualidad. Se trata, en suma, de
salir a la búsqueda de otra filosofía crítica: una filosofía que no determine las condiciones y los límites
de un conocimiento del objeto, sino las condiciones y posibilidades indefinidas de transformación del
sujeto (Foucault, 2005:485). A través de este análisis de la Arqueología, podemos entrever que el
horizonte de inteligibilidad de la misma no es sino crítico. Este gesto crítico, consistente en dibujar los
límites de un saber, en desvelar su Ser mistificado, ¿no es el gesto que Foucault marcaba como el
propio de la transgresión, aquel que lleva aquello que lo limita hasta el extremo dónde desvela su
verdad5 ? La experiencia entendida como experiencia-límite, cuyo modelo viene dado por la reflexión
literaria sobre Bataille y Blanchot que Foucault está desarrollando en esta misma década de los 60, ¿no
es acaso el modelo bajo el cual se ampara una tarea de certificar la arqueología del saber que, ahora
observamos como la delimitación de aquello que limita nuestra experiencia? (Fortanet, 2013:127). Una
transgresión cuyo único objetivo será el de ampliar lo posible, la propia experiencia, modificar ese Ser
que nos es dado a través de toda una gama de producciones culturales. Deleuze, hablando del abandono
del romanticismo de Historia de la locura y de la adopción foucaultiana del método arqueológico,
certifica esta transgresión inherente al método arqueológico mismo, esta politización consubstancial a
la Arqueología: No cabe lamentar el abandono del romanticismo que en gran medida constitu a la
belleza de istoria de la locura, en beneficio de un nuevo positivismo. Quiza el efecto de ese positivismo
rarificado, a su vez poe tico, sea reactivar en la diseminacio n de las formaciones discursivas o de los
enunciados una experiencia general que siempre es la de la locura, y en la variedad de las posiciones en
el seno de esas formaciones, un emplazamiento mo vil que siempre es el de un me dico, el de un cl
nico, el de un diagnosticador, el de un sintomatologista de las civilizaciones Que es la conclusio n de
La arqueolog a sino una llamada a una teor a general de las producciones que debe confundirse con una
pra ctica revolucionaria, en la que el discurso activo se forma en el elemento de un afuera
independiente a mi mida y a mi muerte (Deleuze : ). As , el ana lisis del saber nos lleva a la necesidad
de politizar ese saber. A trave s de la historizacio n de la medicina, su desmitificación, el gesto
intempestivo de Foucault al certificarla como un saber reciente hallando, a su vez, sus a prioris
históricos mostrando así la crudeza de sus producciones y objetivaciones en relación con nuestra
experiencia en tanto sujetos constituidos, Foucault muestra claramente que la cuestio n arqueolo gica
nunca ha sido otra cosa que la opcio n pol tica con la que se intenta sacudir la inmensa maran a de los
archivos, con la que se intenta abrir la experiencia posible, transgredir las cristalizaciones del saber. En
el momento en que Foucault, con motivo de las preguntas del Círculo de Epistemología y de la revista
Esprit, afirme en su Arquelogía del saber que todo esto es un asunto político, que a la pregunta por la
intención última de la Arqueología no hay sino una respuesta política (Foucault, 1969:273), no solo
anticipa la genealogía, sino que nos proporciona la clave de su mirada. Como si nos dijese que, a partir
de ahora, la epistemología será un asunto político. Que la experiencia de la enfermedad es un asunto
político. Que la relación entre el saber y el uno mismo es siempre política. Que ya no podemos analizar
el saber sin pensar que siempre es política la posición de quien analiza un saber – y que la pregunta,
entonces, se tiñe de resonancias nietzscheanas: ¿ a quién sirve, a quién interesa, a quién beneficia lo
que se dice?. Que la única cuestión que debemos decidir es entre eso que somos y eso que podríamos
ser. Que ya no podemos seguir creyendo que la verdad, el conocimiento o las ciencias son territorios
neutrales, guardados por antiguos dioses.

La medicina moderna fijo su fecha de nacimiento hacia fines del siglo XVIII. A principios del siglo
XIX, los médicos describieron lo que durante siglos había permanecido por debajo del umbral de lo
visible y enunciable, no es que ellos se pusieron de nuevo a percibir o a escuchar más a la razón que a
la imaginación, En el camino encontramos diferentes concepciones de la medicina: la medicina de las
especies, la medicina de las epidemias, la medicina de los síntomas, la medicina anátomo-patológica y
la medicina de las fiebres.

a) La medicina de las especies: Pensaban que la enfermedad era una esencia morbosa que se apoderaba
de los cuerpos de las personas. El hospital es un espacio propio de la civilización y, como tal, es un
lugar artificial. Por eso la enfermedad corre el riesgo de perder su identidad. En el hospital se mezclan
enfermos de todo tipo y las patologías y los síntomas pueden hibridarse. Para encontrar y tratar la
enfermedad en su esencia natural es necesario sacarla de estos hospitales artificiales, y llevarla a su
lugar natural, que es el hogar, la casa con la familia. El médico tiene que ir de casa en casa, cuidando a
los enfermos a domicilio. Para que los médicos puedan atender a los pacientes en sus casas, tiene que
haber una estructura socialmente controlada del ejercicio del arte de curar.

b) La medicina de las epidemias: enfermedades como fenómenos grupales y globales.

Tanto la medicina de las especies como la medicina de las epidemias se enfrentaron a la necesidad de
determinar el estatuto político de la medicina. En los años inmediatamente posteriores a la Revolución
Francesa surgen dos mitos:

1. Una profesión médica estatal construida sobre el modelo del clero, pero, en lugar de ocuparse
del alma, lo haráde la salud y del cuerpo.

2. La enfermedad desaparecerá si volvemos a la salud originaria. Esta vuelta será posible si se


construye unasociedad sin disturbios, pobreza, ni pasiones.

El estado asume la medicina como parte de sí mismo. En este camino se crea la Sociedad Real de
Medicina, con la función de controlar las epidemias, y escuelas de salud al margen de la universidad,
que daba una educación teórica basada en el libro. Desde el momento en que la medicina se vincula al
estado, esta, además del cuerpo de las técnicas y conocimientos de la curación, se convierte también un
conocimiento del hombre sano, del hombre no-enfermo, del hombre modelo. Por eso la medicina en el
siglo XIX se preocupa más por la normalidad que por la salud. El campo queda dividido entre lo
normal y lo patológico.

Después de la Revolución en Francia tienen lugar unas reformas de las instituciones de la medicina en
las que convergen la ideología política de la época y la tecnología médica.

❖ En primer lugar se descentraliza la asistencia médica. Paralelamente a esta descentralización, se


medicaliza el ejercicio de la asistencia. El médico será el encargado de decidir a quiénes va a asistir,
acerca de la moral y de acerca de la salud pública.
❖ En segundo lugar, se abolen las corporaciones y se regula la enseñanza de la medicina. Ahora
hacen falta estudios universitarios.

Surge así lo que Foucault llama una "protoclínica" -que no es la clínica con la que nos encontraremos
posteriormente-. En este protoclínica se debe hacer sensible el cuerpo de la nosología antes que estudiar
sucesiva y colectivamente los casos. Los cuerpos que están allí son de la enfermedad, no de los
enfermos. Los enfermos no son más que casos particulares, ejemplos de esa enfermedad. Esta
protoclínica no es una estructura de la experiencia médica, sino una prueba del saber ya constituido.

Para los gobiernos revolucionarios franceses la clínica fue un pilar sobre el que reorganizar la relación
Estado medicina. Gracias a la clínica pudieron resolver dos problemas antitéticos que los amenazaban:
una peligrosa anarquía postrevolucionaria y, al mismo tiempo, restaurar ciertas estructuras del régimen
monárquico. Frente al saber teórico basado en los libros de la universidad, en la clínica los futuros
médicos pueden aprender de forma práctica y experimentar. El gobierno se aseguraba de que estos
nuevos médicos estuviesen formados, para lo que, alrededor de esta formación práctica en la clínica, se
creó un sistema de estudio y exámenes.

La experimentación fue fundamental en la concepción de la clínica. De acuerdo con el razonamiento


revolucionario, el enfermo también debía devolver a la sociedad parte de lo que esta le había dado. Sin
la sociedad, la enfermedad no tiene cura, porque son otros, y no el enfermo, los que la curan gracias a
sus conocimientos, sus medios y su piedad. En contrapartida, es justo que se experimente e investigue a
la enfermedad en los pacientes. Los ricos se interesarán en los hospitales, a los que ayudarán
económicamente, porque en un futuro pueden verse beneficiados de los avances médicos.

En el entorno del Gobierno revolucionario, Pierre-Jean-Georges Cabanis, profesor de la escuela de


medicina de París y posterior diputado al Consejo de los Quinientos, se preguntaba cómo crear un
sistema coherente entre la libertad de la industria, la libertad económica fundamental y la necesidad de
los gobiernos de fijar los precios de aquellos bienes que son necesarios para la subsistencia de los
ciudadanos. Según Cabanis la solución a este dilema pasaba por distinguir entre un juicio acerca de los
productos (que recae sobre los consumidores) y un juicio acerca de la competencia de quien los
produce (que recae en el gobierno). Si bien las propuestas de Cabanis no fueron aceptadas, terminaron
siendo la solución adoptada para dar a la medicina el estatuto de profesión liberal y que aún hoy en día
sigue vigente. Edgardo Castro lo explica así:

El principio de control será establecido a partir de la noción de competencia, es decir, de las


virtualidades que caracterizan a la persona misma del médico (saber, experiencia, probidad). Es aquí
donde la relación adquisición del saber / examen será determinante. “De este modo, dentro de un
liberalismo económico manifiestamente inspirado en Adam Smith, se define una profesión a la vez
‘liberal’ y cerrada” (NC, 81). Cabanis distingue, además, entre los doctores y los oficiales de la salud
que se ocuparán sobre todo de la gente de vida más simple (los trabajadores, los campesinos).
“Conforme al orden ideal del liberalismo económico, la pirámide de las cualidades corresponde a la
superposición de los estratos sociales” (NC, 82).

La filosofía liberal se extendió a todo el sistema médico/clínico. Hubo, por tanto, que reorganizar los
hospitales. Dado que era impensable una sociedad sin enfermos, y su hospitalización era demasiado
costosa, los hospitales quedaron a cargo de las comunas -al nivel de los ayuntamientos-, quedando así
el Estado liberado de este gasto y los ideales del liberalismo intactos, ya que "entre los pobres y los
ricos, el sistema de obligación y de compensación no pasaba más por la ley del estado, sino por una
especie de contrato variable en el espacio, revocable en el tiempo, que, situado en el nivel de las
municipalidades, era más bien del orden del libre consentimiento”

La estructura lingüística del signo y a la estructura aleatoria del caso fueron fundamentales en la nueva
concepción del medicina clínica. La relación síntoma-enfermedad se invirtió con respecto del orden
anterior. Antes, los médicos reconocían la enfermedad en los síntomas. Ahora, la enfermedad está
presente en esos síntomas, de modo que el ver y el decir se superponen, es decir, se unen el acto
perceptivo -ver el síntoma- y el elemento del lenguaje -decir la palabra-.

c) La medicina anátomo-patológica: Con la medicina anátomo-patológica el cuerpo perceptible por los


sentidos se convierte en el eje de la experiencia clínica. La antigua pregunta que le hacían los médicos
de la medicina de los síntomas a los pacientes, ¿qué tiene usted?, se sustituye en la medicina
anátomo-patológica por ¿dónde le duele a usted? Con la anatomía patológica, a diferencia de lo que
sucedía en el siglo XVIII, la relación entre la vida, la enfermedad y la muerte será pensada
científicamente. La enfermedad ingresa en su relación interior, constante y móvil de la vida con la
muerte. Los cadáveres ponían al hombre ante la temporalidad de la vida y la muerte. Así se invierten
las relaciones entre vida, temporalidad y muerte. La muerte se convierte en condición de posibilidad de
la enfermedad y de conocimiento de la vida. No morimos porque nos enfermamos, sino que nos
enfermamos porque podemos morirnos. Aparace aquí el gran tema de Foucault: la analitica de la
finitud. La encontramos en los cadáveres. Por eso la medicina es fundamental en la constitución de las
ciencias humanas, que son las que se centran en la analítica de la finitud. La medicina muestra el
tiempo de la muerte, la finitud de la vida. Ahora no es la salvación lo que está en juego, sino la salud.

d) La medicina de las fiebres: une la medicina anátomo-patológica con la de los síntomas. Pasamos de
la anatomía a la fisiología. Sus momentos son bastante similares a los de nuestros días:

❖ se identifica qué órgano está enfermo.

❖ se explica cómo llegó a enfermar.

❖ qué hay que hacer para determinar la enfermedad.


EN RESÚMEN: La medicina se convirtió en ciencia con el advenimiento de la clínica, y en su trayectoria
se asoció con otras ciencias en auge, como la anatomía, la psicología, la química y la biología. Al
ocupar un sitio en la sociedad institucionalizada, la medicina entró en relación con las estructuras
políticas y sociales. La idea de «normalidad» (a diferencia de la de salud) adquirió, inevitable e
insidiosamente, connotaciones políticas y sociales. Foucault intenta mostrar un paralelismo con su
Locura y civilización, donde la locura (otro concepto opuesto al de «normalidad», definido
científicamente y aceptable socialmente) es aislada en el manicomio. De forma similar, surge la clínica
en medicina.
IAN HACKING- “Configurar gente” y “Ontología histórica y nominalismo
dinamico: la propuesta de Ian Hacking para las ciencias humanas”-
MARIA LAURA MARTINEZ.
Se interesa en las clasificaciones de gente, cómo éstas afectan a las gente clasificada, y cómo los
efectos sobre la gente a su vez cambian las clasificaciones. Se puede pensar en muchas clases de gente
como OBJETO de indagación empírica, a veces para ayudarlas, controlarlas, organizarlas, admirarlas,
etc.
Los tipos de gene como CLASES DEFINIDAS, que se definen por propiedades definidas, y se supone
que a medida que llegamos a saber más acerca de esas propiedades, somos capaces de:
∙ controlarlas

∙ ayudarlas

∙ cambiarlas

∙ emularlas mejor pero esto NO es totalmente así, porque son blancos móviles, la investigación
interactúa con las personas y las cambia, el blanco se va corriendo. A esto lo llama EL EFECTO DE AJUSTE.
Llama “configurar gente”, al hecho de que la ciencia configura, crea, tipos de gente que en cierto sentido
NO existían antes.
¿Cuáles ciencias? Las que llama ciencias humanas, que incluyen muchas ciencias sociales, la psicología,
psiquiatría, la medicina. Las nombra como ciencias vivas, están siempre cruzando límites y tomando
prestado unas de otras.
Las nociones con las que Hacking trabaja el ámbito de las ciencias humanas son: nominalismo
dinámico, ontología histórica, construir personas, efecto bucle, clases interactivas y nicho ecológico.
Los dispositivos empleados en estas ciencias son dispositivos de descubrimiento pero también
dispositivos para configurar gente.
ONTOLOGÍA HISTORICA

Dicha ontología se ocupa de objetos, clasificaciones, ideas, personas, tipos de personas e instituciones
que surgen en la historia a partir de ciertas posibilidades, que no existen en ninguna forma reconocible
hasta que son objeto de estudio científico.
Influida por el pensamiento foucaultiano, esta noción tiene relación con los tres ejes a que refiere el
filósofo francés: conocimiento, poder y ética .Conocimiento en cuanto verdad a través de la cual puede
constituirse a sí mismo como objeto de conocimiento, poder que le permite constituirse en sujeto que
actúa sobre los demás, y ética que lo constituye en agente moral.
Hacking apela en este punto a la estabilidad de los fenómenos. Si bien los fenómenos naturales son
creados en un momento histórico, luego se vuelven estables, indiferentes al cambio teórico, y en ese
sentido es que no son constituidos históricamente. Ocurre lo contrario con los fenómenos estudiados
por las ciencias humanas, sometidos a lo que Hacking llama el efecto bucle de las clases humanas, es
decir, a la interacción entre las personas y las formas en que son clasificadas. En lo humano, dice
Hacking, la formación de las clases y su reconocimiento como tales son simultáneos. Las clases y sus
objetos emergen al mismo tiempo. Muchas veces la creación de una clase provee el espacio para que
ciertos seres ajusten en ella y, en cierto modo, para que esos seres sean. Nuevas clases llevan a nuevos
tipos de personas o, lo que es lo mismo, la creación de clases humanas posibilita la “construcción” de
personas. La postulación de una clasificación y su aplicación a las personas produce efectos en los
individuos así clasificados, que reaccionan ante la descripción que de ellos se hace modificando su
conducta y produciendo un cambio en la clasificación existente para que se adapte a las nuevas
características de sus miembros. Este proceso de feedback, o efecto bucle, hace que los fenómenos
estudiados por las ciencias humanas no sean estables, como los naturales, sino objetivos móviles. Pero
la interacción no es meramente entre los nombres y lo nombrado, sino entre al menos los siguientes
elementos:
1. La clasificación y sus criterios de aplicación. La clasificación –y sus efectos– es el elemento central
del proceso. Esta interacción modifica no solamente a las personas en tantos individuos sino a las
clases mismas. 2. Las personas y los comportamientos clasificados.
3. Las instituciones que rodean al tema en cuestión.
4. El conocimiento, tanto el especializado como el popular.
No hay dos maneras idénticas de construir personas.
Cuáles son los vectores implicados en el proceso de construir personas?. Otra noción clave en el tratamiento de
las ciencias humanas por parte de Hacking: la noción de “efecto bucle”, la forma en que una clasificación
puede interactuar con las personas clasificadas. Es decir, el proceso de feedback que sufren las clases
humanas, debido a la interacción entre las personas y las formas en que son clasificadas, lo cual hace
que, a diferencia de los fenómenos naturales, los fenómenos estudiados por las ciencias humanas no
sean estables sino objetivos móviles. Su análisis viene a rellenar lo que el filósofo francés plantea en
términos más abstractos y generales. Foucault explica cómo ha ido cambiando la locura, los locos en
general y las instituciones que de ella se ocupan. Hacking, por su parte, explica uno o el mecanismo a
través del cual ese cambio se lleva a cabo, siendo, ese mecanismo, a la vez causa y consecuencia de
dichos cambios, a pesar de que Hacking no tematiza el poder, defiendo que este último está claramente
presente en la noción de efecto bucle y lo está a la manera foucaultiana. Las clasificaciones al
interactuar con aquello a lo que clasifican cumplen con lo que según Foucault constituye la naturaleza
específica del poder: su ejercicio no es simplemente un relacionamiento entre interlocutores,
individuales o colectivos, es un modo en que ciertas acciones modifican a otras. Pero la construcción de
personas se da en un espacio de posibilidades que Hacking caracteriza como “nicho ecológico”,
inspirándose en la noción de formación discursiva de Foucault. Algunos de los vectores:
el vector médico, la necesidad de que la patología se ajuste en alguna taxonomía de enfermedades
el vector polaridad cultural, la enfermedad se incrusta en un sentido bipolar, bueno/malo, de la cultura
el vector observabilidad, la enfermedad debe ser visible como tal y el vector liberación, en tanto la
patología debe proveer alguna liberación que no puede satisfacerse en otra parte de la cultura en la cual
prospera.
En este proceso actúan los tres ejes de Foucault ya mencionados. El conocimiento, porque el individuo
se reconoce como teniendo una clase de comportamiento y un sentido de sí mismo en relación con la
enfermedad. Además, las nuevas clasificaciones pueden modificar no sólo el presente y el futuro, sino
reinterpretar el pasado de cada individuo. Si una descripción no estaba disponible en el pasado, no se
podía actuar intencionalmente bajo la misma. Pero cuando se crea esa descripción, el pasado puede ser
reorganizado a la luz de la nueva categorización.
El otro eje es el poder, el poder conceptual anónimo acerca de la enfermedad, que actúa sobre la vida
del enfermo y de los demás.
Finalmente la ética, en cuanto los eventos relacionados con la enfermedad tienen que ver con valores
que posibilitan elecciones, formas de ser y formas de verse a sí mismo y a los demás.
Hacking sigue el camino marcado por Foucault en cuanto a pensar la constitución de los sujetos no en
términos universalizables, sino como un proceso que se da en un tiempo y lugar, en formas locales e
históricas específicas, y utilizando materiales organizados en una forma histórica distintiva. Refiere
más al espacio de posibilidades que rodea a la persona para la formación de su carácter y que crea la
potencialidad para la experiencia individual, que a la formación del carácter mismo.
Tiene relación con los tres ejes a que refiere Foucault: conocimiento, poder y ética. La historia puede
enfocarse en una estructura de cinco partes:
1º. Tenemos una CLASIFICACION, ej “personalidad múltiple”, asociada con lo que se llama un
trastorno. Este tipo de persona es luego un blanco móvil
2º. La gente, “LOS INSATISFECHOS”
3º. Las INSTITUCIONES, que incluye clínicas, congresos, programas de TV, etc.
4º. El CONOCIMIENTO, no la creencia verdadera justificada, sino el conocimiento en el sentido de
Popper de conocimiento conjetural, suposiciones, que se enseñan, diseminan en el contexto de las
instituciones. Hay un conocimiento experto, el de los profesionales, y un conocimiento popular.
También hay una difusión, en parte gracias a los medios de comunicación.
5º. Finalmente están los expertos o profesionales que: generan el conocimiento, juzgan su validez y lo
ponen en práctica. Trabajan a su vez en las instituciones que garantizan su legitimidad, autenticidad y
estatus como expertos. Estudian, tratan de ayudar o aconsejar sobre el control de la gente quienes son
clasificados como un tipo dado.
La siguiente noción que se aborda es la de “construir personas”, es decir, las formas en que una nueva
clasificación científica puede hacer que aparezca una nueva clase de persona, concebida y
experimentada como una forma de ser persona. Las estadísticas a partir de las que trabaja Hacking no
son meros reportes sino que ellas crean nuevas clases de personas, y en consecuencia, nuevas formas de
ser y de comportarse. Dada una etiqueta, existe una clase concreta de persona a ser etiquetada. Este
fenómeno, propio de las clases de personas, es lo que se denomina construcción de personas y le debe
mucho a la idea de constitución de sujetos de Foucault.

NOMINALISMO DINAMICO

Hacking distingue tres formas de nominalismo, está interesado en la interacción de los nombre con lo
nombrado
-En primer lugar, EL TRADICIONAL, que sostiene que las categorías, clases y taxonomías son creadas y
establecidas por el hombre, y que si bien pueden ser desarrolladas o revisadas, una vez establecidas
permanecen básicamente fijas y no interactúan con lo clasificado. Considera a este nominalismo
erróneo y misterioso, porque hace de nuestra interacción y descripción del mundo un misterio absoluto.
En segundo lugar, EL NOMINALISMO REVOLUCIONARIO (HISTÓRICO), atribuido por Hacking a Thomas Kuhn
–entre otros–, quien dio cuenta de cómo al menos un grupo importante de categorías surge en el curso
de las revoluciones científicas, de la génesis y transformación de los sistemas de nombrar. Hay una
construcción de nuevos sistemas de clasificación acordes con ciertos intereses por describir el mundo,
intereses estrechamente conectados con las anomalías sobre las cuales la comunidad se centra en los
períodos de crisis. El nominalista tradicional supone que nuestros sistemas de clasificación no pueden
alterarse radicalmente. Kuhn cambió esa visión, mostrando que las categorías se alteran sucesivamente
y proponiendo un nominalismo menos misterioso al describir los procesos históricos por los que
aparecen nuevas categorías de objetos y formas de distribuirlas. De cualquier modo, este nominalismo
revolucionario no es aún, según Hacking, estricto y verdadero, puesto que para que una revolución sea
reconocida como tal, primero deben surgir las anomalías. El nominalismo revolucionario de Kuhn
invita a historizar el cambio de categorías, pero los objetos de las ciencias, aunque descriptos por
sistemas cambiantes de categorías, no aparecen como constituidos históricamente. Si uno hace ciertas
cosas, aparecen determinados fenómenos. El hombre lo hace. Pero lo que ocurre está constreñido por
el mundo
-Hacking, por su parte, caracteriza EL NOMINALISMO DINÁMICO como un nominalismo en acción, dirigido
a clasificaciones nuevas o que cambian. Se ocupa de las diversas formas en que las clasificaciones
interactúan con los individuos a los que se aplican. Es el único nominalismo que puede ilustrar cómo la
categoría y lo categorizado se ajustan mutuamente, y el único que tiene implicancias para la historia y
la filosofía de las ciencias humanas al argumentar que ciertas clases de seres y de acciones humanas
surgen conjuntamente con la invención de las categorías que las etiquetan. Es el único en que, como se
dijo, la historia juega un rol esencial en la constitución de los objetos. Nuestros dominios de posibilidad
y nosotros mismos somos, en algún sentido, construidos por los nombres y lo que a ellos se relaciona.
Fue atraído por este tipo de nominalismo estimulado por teorías acerca de lo homosexual y lo
heterosexual

CLASES HUMANAS Existen, según Hacking, las clases naturales?.

La respuesta breve es: no. Las clases son construidas por las personas. Sin embargo, respecto de esta
pregunta, pueden distinguirse al menos dos momentos diferentes en su obra. En el primero Hacking
propone una noción modesta de clases naturales, en tanto considera que una noción de tal tipo es
productiva cuando ofrece indicaciones respecto a hechos y distinciones sobre el mundo. En 2007
sostiene de manera más radical que no existe lo que Bertrand Russell (1905) llamó “la doctrina de las
clases naturales”. Hacking sostiene que el nominalismo tradicional es estático, se define a sí mismo
como un “nominalista dinámico”, en cuanto le interesa la interacción entre la clasificación y los
individuos clasificados. Considera que Nietzsche y Foucault pueden ser reivindicados como
antecedentes de dicho nominalismo, más allá de que ninguno de ellos se haya definido a sí mismo
como tal. En especial, Hacking se detiene en el nominalismo foucaultiano interesado en el rol esencial
que juega la historia en la constitución de sus objetos, las personas y sus modos de comportamiento.
Dado que en las clases de las ciencias humanas se presenta el efecto bucle ya reseñado, Hacking
propone la existencia de diferentes tipos de clases. Hacking plantea que es posible reconocer más de un
tipo de clases naturales, pero rápidamente y como consecuencia de la observación del efecto bucle en
las clases de personas, propone distinguir entre clases naturales y clases humanas. Posteriormente, y
otra vez atendiendo a la presencia o no del efecto señalado, bautiza a las primeras como clases
indiferentes, y a las segundas, clases interactivas, y pretende establecer a partir de ello una diferencia
entre las ciencias naturales y las ciencias humanas. ❖ las ciencias naturales son aquellas que trabajan
con clases indiferentes, ❖ las ciencias humanas son las que lo hacen con clases interactivas.
Finalmente, Hacking abandona esta distinción entre las ciencias y el uso de la noción de clase
interactiva, a pesar de que Hacking sigue reivindicando la existencia de la interacción entre la clase y lo
clasificado.

Las clasificaciones empleadas en las CS SOCIALES son CLASES INTERACTIVAS, los objetos a los
que apunta las están en continuo movimiento debido a los EFECTOS BUCLE (dualismo entre
clasificaciones/personas clasificadas). Se trata de clasificaciones que cuando son conocidas por las
personas, cambian las formas en que esas personas se ven a sí mismos. Esta interacción ocurre en una
matriz social que rodean esta clasificación. Las clasificaciones empleadas en las CS NATURALES en
cambio, son CLASES INDIFERENTES. Los objetos a los que apunta son estacionarios, es decir que
las cosas clasificadas o los términos de clase natural no tienen conocimiento de cómo son clasificadas
y no interactúan con sus clasificaciones.
Habla también de definir la “enfermedad mental como transitoria”, no en el sentido de que afecta a una
persona en singular por un tiempo y luego desaparece. Sino en el sentido de que existe sólo en cierto
tiempo y lugar. Las enfermedades mentales transitorias pueden ser apreciadas en mayor grado en
términos de los nichos ecológicos en los cuales pueden aparecer y prosperar.

Plantea los dispositivos para configurar gente: los primeros siete están pensados para el descubrimiento, el
octavo es un dispositivo de práctica, el noveno de administración y el décimo es de resistencia. 1º.
Cálculo
2º. Cantidad: la cuantificación
3º. Normas: “Lo normal y lo patológico” de Canguilhem, demostró como la medicina adquirió el
concepto de normalidad no mucho después del 1800. Se preguntó que estaba primero, si la norma o la
desviación, algunas veces una, algunas veces la otra, a veces se dan simultáneamente.
4º. Correlación: es un dispositivo esencial para las ciencias sociales. Comenzó alrededor de 1870, con
el coeficiente de correlación de Galton.
5º. Medicina clínica: se medicaliza, no siempre con éxito, a la gente desviada
6º. Biología (incluida la neurología): se trata de buscar causas biológicas, específicamente
neurobiológicas. Uno de los grandes beneficios morales de biologizar es que se exime a la persona de
alguna responsabilidad.
7º. Genética: tendencia creciente a rastrear lo medico en lo biológico, y lo biológico en lo genético.
8º. Normalización: en muchos casos de trata de llevar las desviaciones lo más cerca posible de lo
normal.
9º. Burocracia: pone énfasis en un aspecto positivo de la burocratización, en el sentido de que la
mayoría de las naciones desarrolladas cuentan con burocracias complejas que captan a los niños con
problemas de desarrollo en los primeros años de escuela y los asignan a los servicios asistenciales.
10°. Resistencia: los tipos de gente que son medicalizadas, normalizadas, administradas, tratan cada
vez más de sustraerse de los expertos y de las instituciones, a veces creando nuevos expertos y nuevas
instituciones. Se reclaman las identidades.
UNIDAD 6:

LEY DE SALUD MENTAL (LEY 26657)

La Ley Nacional de Salud Mental (ley 26657), fue sancionada en el Senado y Cámara de
Diputados de la Nación

Argentina el 25/11/2010, promulgada el 02/12/2010 y publicada en el boletín oficial el


3/12/2010. TIENE POR OBJETO asegurar el derecho a la protección de la salud mental de
todas las personas, y que puedan gozar plenamente de los derechos humanos aquellas personas
con padecimiento mental que se encuentran en el territorio nacional.

Se consideran parte integrante de la presente ley los Principios de Naciones Unidas para la
Protección de los Enfermos Mentales y para el Mejoramiento de la Atención de Salud Mental,
adoptado por la Asamblea General en su resolución del 17 de diciembre de 1991. Asimismo, la
Declaración de Caracas de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización
Mundial de la Salud, para la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica dentro de los Sistemas
Locales de Salud, del 14 de noviembre de 1990, y los Principios de Brasilia Rectores; para el
Desarrollo de la Atención en Salud Mental en las Américas, del 9 de noviembre de 1990, se
consideran instrumentos de orientación para la planificación de políticas públicas.

Se entiende a la SALUD MENTAL como un proceso determinado por componentes históricos,


socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento
implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos
y sociales de toda persona. Parte de la presunción de la capacidad de todas las personas. En
ningún caso puede hacerse diagnóstico sobre la base exclusiva de:

a) Status político, socio-económico, pertenencia a un grupo cultural, racial o religioso;

b) Demandas familiares, laborales, falta de conformidad o adecuación con valores morales,


sociales,culturales, políticos o creencias religiosas prevalecientes en la comunidad donde vive la
persona; c) Elección o identidad sexual;

d) La mera existencia de antecedentes de tratamiento u hospitalización.

Esta ley abarca también dentro de su legislación a las personas adictas a drogas legales e
ilegales. Con respecto al SUJETO DE DERECHO, el Estado debe reconocer los siguientes
derechos a las personas con padecimiento mental:

a) Derecho a recibir atención sanitaria y social integral y humanizada, a partir del acceso
gratuito, igualitario y equitativo a las prestaciones e insumos necesarios, con el objeto de
asegurar la recuperación y preservación de su salud;

b) Derecho a conocer y preservar su identidad, sus grupos de pertenencia, su genealogía y su


historia; c)Derecho a recibir una atención basada en fundamentos científicos ajustados a
principios éticos; d) Derecho a recibir tratamiento y a ser tratado con la alternativa terapéutica
más conveniente, que menos
restrinja sus derechos y libertades, promoviendo la integración familiar, laboral y comunitaria;
e) Derecho

a ser acompañado antes, durante y luego del tratamiento por sus familiares, otros afectos o a
quien la persona con padecimiento mental designe;

f) Derecho a recibir o rechazar asistencia o auxilio espiritual o religioso;

g) Derecho del asistido, su abogado, un familiar, o allegado que éste designe, a acceder a sus
antecedentesfamiliares, fichas e historias clínicas;

h) Derecho a que en el caso de internación involuntaria o voluntaria prolongada, las


condiciones de la mismasean supervisadas periódicamente por el órgano de revisión;

i) Derecho a no ser identificado ni discriminado por un padecimiento mental actual o


pasado; j) Derecho a serinformado de manera adecuada y comprensible de los derechos que lo
asisten, y de todo lo inherente a su salud y tratamiento, según las normas del consentimiento
informado, incluyendo las alternativas para su atención, que en el caso de no ser comprendidas
por el paciente se comunicarán a los familiares, tutores o representantes legales;

j) Derecho a poder tomar decisiones relacionadas con su atención y su tratamiento dentro de


susposibilidades;

k) Derecho a recibir un tratamiento personalizado en un ambiente apto con resguardo de su


intimidad, siendo reconocido siempre como sujeto de derecho, con el pleno respeto de su vida
privada y libertad de comunicación;

l) Derecho a no ser objeto de investigaciones clínicas ni tratamientos experimentales sin un


consentimientofehaciente;

m) Derecho a que el padecimiento mental no sea considerado un estado inmodificable;

n) Derecho a no ser sometido a trabajos forzados;

o) Derecho a recibir una justa compensación por su tarea en caso de participar de


actividades encuadradas como laborterapia o trabajos comunitarios, que impliquen producción
de objetos, obras o servicios que luego sean comercializados.

A partir de esta ley se establece que el abordaje en la atención de la salud mental debe hacerse
desde un EQUIPO INTERDISCIPLINARIO, principalmente integrado por profesionales,
técnicos y otros trabajadores capacitados desde la psicología, psiquiatría, trabajo social,
enfermería, terapia ocupacional y otras disciplinas o campos pertinentes, además el trabajo
interdisciplinar debe incluir una articulación con las áreas de educación, desarrollo social,
laboral y otras que correspondan e implementen acciones de acción social.

La atención deja de estar restringida exclusivamente a la internación hospitalaria, se promueve


un abordaje intersectorial fuera del ámbito hospitalario y se fomenta la prevención en la salud
mental, la atención primaria, promoviendo y restituyendo así lazos sociales.
Se menciona también, que las personas deben recibir un consentimiento informado acerca de
cualquier práctica que se va a aplicar sobre su persona, y dicha información debe estar adecuada
a la comprensión subjetiva de dicho individuo.

Entiende a las internaciones como un recurso terapéutico de carácter restrictivo, y sólo puede
llevarse a cabo cuando aporte mayores beneficios terapéuticos que el resto de las intervenciones
realizables en su entorno familiar, comunitario o social. Este es un elemento central para impedir
las internaciones de personas por su peligrosidad. Conceptualmente se reemplaza el criterio de
internación que obedecía a la noción de peligrosidad para sí o para terceros por la constatación
de riesgos cierto o inminente. Las internaciones involuntarias quedan restringidas y sujetas a
control por un órgano de revisión en el que participarán organismos de derechos humanos. Se
propician las internaciones por lazo breve, la persona internada bajo su consentimiento, puede
en cualquier momento decidir el abandono de la misma. La internación involuntaria de una
persona se concibe como último recurso terapéutico, en caso de que no sea posible el abordaje
ambulatorio, y sólo podrá realizarse cuando a criterio del equipo de salud mediare situación de
riesgo cierto e inminente para sí o para terceros.

Las internaciones de salud mental deben realizarse en hospitales generales, por lo tanto a partir
de ésta ley queda prohibida la creación de nuevos manicomios, neuropsiquiátricos o
instituciones de internación monovalentes, públicos o privados. En el caso de los ya existentes,
se deben adaptar a los objetivos y principios expuestos por ésta ley hasta su sustitución
definitiva.

Otra cuestión para destacar es que los profesionales con título de grado están en igualdad de
condiciones para ocupar los cargos de conducción y gestión de los servicios y las instituciones,
debiendo valorarse su idoneidad para el cargo y su capacidad para integrar los diferentes saberes
que atraviesan el campo de la salud mental.

El reconocimiento de los derechos humanos de los pacientes, el trabajo interdisciplinario que


rompe con la hegemonía psiquiátrica, la prohibición de las estructuras manicomiales y las
reivindicaciones en relación a la igualdad del conjunto de los profesionales nos parecieron
elementos importantes para destacar. Creemos importante que el Estado sostenga la salud
pública desarrollando una política inclusiva en seguridad social con la participación de equipos
interdisciplinarios y de la sociedad en su totalidad. Para ello debe asignarse presupuestos
adecuados para dar una cobertura desde la salud a todos los ciudadanos, independientemente de
sus posibilidades económicas y que los trabajadores que integran los equipos asistenciales
reciban capacitaciones permanentes y cobren un sueldo acorde con la práctica que realizan.

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