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10. En el ensayo de Sergio Pérez Cortés, “La crítica metódica de Michel Foucault”, se
aborda una perspectiva crítica del método, con una concepción del objeto como
entramado de categorías y discursos, analizables a través de las categorías de
superficies primarias de emergencia, instancias de delimitación, reglas de
especificación, que conducirían a la crítica del objeto inmediato y a la concepción del
objeto irrepetible, con discontinuidades y rupturas. No sería la conciencia reflexiva del
sujeto la que crearía al objeto, sino el cambio en el objeto el que provocaría otro en la
conciencia. Aquí se delínea de este modo la crítica de Foucault al sujeto pensante,
porque las relaciones estarían en el propio discurso. En efecto, la clave no estaría ni en
el sujeto ni en el objeto sino en el discurso, discursos constitutivos de la experiencia,
impregnados de poder y que establecen un saber, saber nunca separado de la
ideología. En este camino Sergio Pérez nos muestra los cambios en la perspectiva de
Foucault del planteamiento de la Arqueología al de la Genealogía, que sería del énfasis
en el discurso al del sujeto como objeto. Por tanto no habría un método en Foucault,
según Sergio Pérez, sino una crítica al método, así como a sus categorías fundadoras,
en especial las de objeto y sujeto.
11. En una dirección análoga al trabajo anterior se mueve el ensayo de Stefan Moebius
Postestructuralismo y ciencias sociales. En él se presenta inicialmente una localización
del postestructuralismo en el marco de la tradición del pensamiento estructuralista –
iniciando con de Saussure– presentando a continuación las características centrales del
pensamiento y de lasciencias sociales postestructuralistas y deteniéndose
posteriormente en conceptosfundamentales centrales de las ciencias sociales
postestructuralistas como "discurso", "poder","subjetivación", "praxis" y "sociedad".
La expresión "postestructuralismo” designa adiferentes concepciones teóricas
desarrolladas en el curso de los años sesenta en Francia quetiene n como principales
exponentes a Jacques Derrida, Michel Foucault, Jacques Lacan, Jean-Luc Nancy, Gilles
Deleuze, Judith Butler y Ernesto Laclau. En ellas se dan cita, como lorecuerda Moebius,
no sólo la tradición del estructuralismo que se remonta al ya mencionadode Saussure,
sino también otras como la del pensamiento socio-etnológico de Marcel Gauss y
Robert Hertz, al igual que motivos provenientes del surrealismo, de la “heterología”
elaborada en el Collège de Sociologie y de una recepción de izquierda de Nietzsche a
través de pensadores como Georges Bataille, Pierre Klossowski y Michel Leiris. Entre
los temasCentrales de la reflexión postestructuralista se encuentran así los de la
trascendencia de límites, la locura, la sexualidad, la des-subjetivación, así como la
localización y tentativa de reflexión sobre lo totalmente Otro y excluido –tal es el
sentido, precisamente, de la llamada “heterología”. Estos temas se insertan a su vez,
según Moebius, en una singular comprensión del tiempo en donde el pasado, el
presente y el futuro se conciben –al margen de toda relación lineal–en sus
interferencias históricas, en una sugerente comprensión de los procesos de desarrollo
y articulación de las sociedades modernas donde se atienden no tanto a los procesos
de diferenciación sino, por el contrario, a los de de desdiferenciación, a las
hibridaciones y a la transgresión y mezcla de códigos y órdenes, en una crítica a las
estrategias de universalización desde el horizonte de lo que ellas excluyen y reprimen
y, en fin, en una crítica a toda tentativa de invisibilización y naturalización de la
contingencia que caracteriza a las sociedades y a la existencia humanas.Quizá sea en el
horizonte abierto por el ensayo anterior que pueda apreciarse el sentido del trabajo
presentado por Birgit Riegraf y Brigitte Aulenbacher Investigación feminista — ¿quo
vadis? Recuento metodológico histórico y perspectiva epistemológica a futuro. En él
sus autoras comienzan recordando cómo ya desde el inicio de su institucionalización
lainvestigación feminista y de género ha sometido a una interrogación radical el canon
delsaber, las teorías del conocimiento que a él subyacen y las premisas metodológicas
delsistema científico dominante –y ello tanto en las ciencias sociales como en las
naturales–mostrando de qué manera la forma misma de entender la actividad
científica, su modo dedesarrollarla y sus resultados se basan sobre representaciones
cotidianas no cuestionadas ysobre supuestos esencialistas de las diferencias entre los
sexos Aunque realizado teniendo enmente la discusión europea, es indudable que los
análisis de Riegraf y Aulenbacher son de especial relevancia también para el contexto
latinoamericano. En especial es importante destacar el modo en que se plantea la
necesidad de integrar la perspectiva de género en la investigación deconstruyendo al
mismo tiempo la idea de una lógica binaria, esencialista y reificada en la comprensión
del género cuya base se encontraría en la biología y, en último análisis, en la
naturaleza. Cerramos finalmente el arco de reflexión abierto a lo largo de este
volumen con una productiva reflexión sobre el espacio y el modo en que, desde las
ciencias sociales, se ha tematizado tanto al espacio como a su indisoluble relación con
la sociedad. En efecto, en La concurrencia de lo espacial y lo social, Alicia Lindón nos
ofrece un interesante análisis sobre la dimensión espacial de lo social. La autora
recuerda así al inicio de su ensayo la curiosaparadoja de que, a pesar de que la vida
social está eminentemente espacializada, las cienciassociales han sido, no obstante,
notoriamente aespaciales y han omitido la dimensión espacialde lo social en
comparación con la atención que le han otorgado, por ejemplo, a la temporal.Es
justamente aquí donde se localiza la aportación de una disciplina como la Geografía
endonde ha habido tres concepciones del espacio que centran el trabajo de Lindón, a
saber: elespacio como localización, el espacio como producto social y, finalmente, el
espacio comoconstrucción social –y en este punto las reflexiones de Lindón se enlazan
en forma interesantecon las presentadas en el ensayo de Retamozo. A lo largo de su
trabajo, especialmente en laparte final, Lindón ofrece un interesante tratamiento del
modo en que han encontrado una singular confluencia las geografías de corte
constructivista con propuestas provenientes de la teoría social –por ejemplo la de
Berger y Luckmann al igual que la de Goffmann y, sobretodo, la de Anthony Giddens. El
espectro temático y de reflexión abierto en el libro que ahora presentamos al lector
esciertamente amplio y muy diferenciado. Esperamos sólo que los trabajos que
ofrecemos en élconstituyan una aportación para la comprensión de las ciencias
sociales en el ámbitoiberoamericano, de sus problemas metodológicos, de la
construcción, deconstrucción yreconstrucción de sus conceptos y categorías centrales,
del sentido y alcance de suspropuestas más relevantes y de los debates que la
caracterizan en el presente.
12. Enrique de la Garza Toledo Gustavo Leyva Martínez Diciembre del 2010.El empirismo
lógico y el problema de los fundamentos de las cienciassocialesÁlvaro Peláez
CedrésUAM-Cuajimalpa1. IntroducciónEn 1969, Carl Gustav Hempel escribió: “La
principal tarea de la filosofía, deacuerdo con el positivismo lógico o el empirismo
lógico, es el análisis de los conceptos,teorías, y métodos de las diversas ramas de la
investigación científica, que van desde la lógicay las matemáticas a través de la física,
la química y la biología, a la psicología, las cienciassociales y la historiografía.
Curiosamente, no obstante, la mayoría de los estudios analíticosllevados a cabo por los
empiristas lógicos han estado interesados, o bien con la lógica y lasmatemáticas, o con
las ciencias físicas; la biología, la psicología, y las disciplinas sociales ehistóricas han
recibido una atención y cuidado mucho menor”. (Hempel 1969/2001: 253-54).Desde
mi punto de vista, este diagnóstico de Hempel es en general correcto. Como élmismo
lo señala, las razones de esta falta de consideración de las ciencias sociales por partede
los empiristas lógicos, tienen que ver tal vez con su formación
disciplinaria,fundamentalmente en lógica, matemáticas, y física. No obstante, a esto
podría agregarse elhecho de que tanto la física como las matemáticas ofrecían al
analista ejemplos de disciplinascientíficas teóricamente maduras y con una
metodología bien cristalizada. Frente a esto, lasciencias sociales mostraban no sólo
una extrema vaguedad incluso en sus conceptos másfundamentales, sino también
metodologías contrarias, cuando no serios presupuestos de ordenmetafísico que las
hacían dudosas frente a la mentalidad de científicos formados en el campode las así
llamadas “ciencias duras”. Sin embargo, a pesar de esta falta de simetría en laatención
filosófica concedida a las diferentes disciplinas científicas, hubo algo que conminó
aalgunas figuras centrales del empirismo lógico a considerar la cuestión de las
cienciassociales, a saber, la tesis de la unidad de la ciencia. Aquí, las dos figuras más
importantes,desde mi punto de vista, son las de R. Carnap y Otto Neurath4. Ambos
defendieron desde muytemprano, la tesis de la unidad del conocimiento y por ello, -
aunque tal vez en el caso deNeurath también por su formación en economía-, tuvieron
que dar cabida a las cienciassociales. Estoy fundamentalmente de acuerdo con la
observación de T. Uebel acerca de que habría dudas razonablespara incluir entre los
empiristas lógicos a gentes como K. Menger, F. Kaufmann, o E. Zilzel, quien sin
dudaalguna hicieron contribuciones importantes al campo. Víd. su (2007).La atribución
más usual al punto de vista de los empiristas lógicos en torno al estatusde las ciencias
sociales ha sido la de un reduccionismo fenomenalista o fisicalista, ya se tratedel caso
de Carnap o de Neurath5. En esta colaboración intentaré mostrar que, aunque por
víastotalmente diferentes, Carnap y Neurath no defendieron visiones reductivistas en
torno a las ciencias sociales, sus objetos y sus métodos. Del primero consideraré su
teoría de la constitución expuesta en su primera gran obra, La construcción lógica del
mundo (1928). Latesis principal de Carnap en este libro concerniente a los conceptos
de las ciencias sociales, esque si bien los mismos son “reducibles” a conceptos
psíquicos y físicos, no deben verse comouna mera suma de esos objetos, por lo que
poseen independencia ontológica. Del segundo, entanto, expondré su tesis del
fisicalismo, según la cual los objetos de las ciencias sociales y suscorrelaciones son
expresables mediante enunciados que utilizan el lenguaje de la física actual,así como
parte de su concepción sobre la unidad de la ciencia. De ello se concluirá, que de
lacombinación de ambas tesis no se sigue un reductivismo en relación a los métodos
opresupuestos ontológicos de la física, sino uno de tipo pragmático.2. El Aufbau y las
ciencias de la culturaLa construcción lógica del mundo (en adelante Aufbau por su
nombre en eloriginal alemán), la primera gran obra de Rudolf Carnap publicada en
1928, tuvo comopropósito “desarrollar un sistema lógico-epistemológico de los
objetos o de los conceptos,llamado “sistema de constitución”” (Carnap 1928/1988: 3).
Este sistema de constitucióntendría la tarea no meramente de organizar los conceptos
en diferentes clases y explorar susrelaciones, sino en derivarlos paso a paso desde
algunos pocos conceptos básicos. El “mundo”del que se habla en el título del libro y
que se pretende “construir” o “constituir” de maneralógica, incluye como clases de
objetos fundamentales: los objetos de la psique propia, losobjetos físicos, los objetos
de la psique ajena, y los objetos culturales.La atención que el Aufbau ha provocado en
la mayoría de los exégetas y filósofos,tanto en los primeros años de su recepción como
en tiempos más recientes, ha sidoprincipalmente en lo que tiene que ver con la
constitución del mundo físico6. En esta5 Resulta curioso que Uebel, en el artículo
citado en la nota anterior, rechace el cargo de reductivismo en relacióna Neurath,
mientras que tome de manera aproblemática el que el propio Neurath le atribuyeraal
proyecto deCarnap en el Aufbau.6 Entre los estudios clásicos, me refiero, en primer
lugar, al libro de N. Goodman The Structure of Appearance,de 1951. Asimismo, de la
vasta colección de ensayos editados por P. A. Schilpp, The Philosophy of RudolfCarnap,
sólo uno de ellos trata el tema de los juicios de valor, aunque sin referencias al Aufbau.
Entre la revisiónreciente de la obra de Carnap, llevada a cabo por numerosos eruditos
en la obra del filósofo alemán, sólo unensayo de Thomas Mormann, “Werte bei
Carnap”, ha tratado la cuestión de la construcción de los valores y elestatus de las
ciencias de la cultura en la primera obra de Carnap.colaboración deseo recuperar los
aportes de Carnap al problema del fundamento de lasciencias de la cultura desde el
contexto de la teoría de la constitución desarrollada en elAufbau. Después de algunos
preliminares conceptuales, me centraré en los pasajes del librodedicados a la
constitución de los objetos culturales, así como sobre algunas observacionesacerca de
la unidad de los objetos científicos.2.1 Constitución, reducibilidad y estructuraEl
concepto clave para comprender qué significa “constituir” en el Aufbaues el de
reducción. De acuerdo con Carnap, un objeto es reducible a otro u otros si todas
lasproposiciones acerca del primero pueden ser transformadas en proposiciones
acerca de losúltimos. Más exactamente, se dice que un objeto a es reducible a otros,
b, c, si para cadafunción proposicional7 en la que figuran los objetos a, b c, hay una
función proposicionalcoextensiva8 en la que figuran sólo los objetos b, c. Entonces,
“constituir” un objeto oconcepto a partir de otros, significa dar una definición
constitucional o regla de traducción, mediante la cual se indica cómo toda función
proposicional en la que aparece a puede ser transformada en una función
proposicional coextensiva en la que a ya no aparece, sinosolamente b, o c. El propósito
del “sistema de constitución” consiste en derivar, víadefiniciones constitucionales, la
totalidad de los objetos o conceptos que constituyen elsistema conceptual de la
ciencia, con el fin de mostrar su unidad objetiva. Sin embargo, estaunidad obtenida a
través de la constitución no significa que no haya diferencia entre losdiversos niveles
de objetos resultantes. Los objetos pertenecientes a diferentes niveles deconstitución
lo son debido a que poseen parentesco de esfera. Dos objetos tienen parentescode
esfera si hay un lugar de argumento en una función proposicional en la cual los
dosnombres de objetos son argumentos permisibles. Por ejemplo, si se considera la
funciónproposicional “x es una ciudad de Alemania”, tendremos que “Berlín” y
“Hamburgo” sonargumentos permisibles que convierten a la función proposicional en
enunciados verdaderos.También “París” es un argumento permisible, aunque hace a la
función una enunciado falso.Pero si saturamos la función con un signo como “la Luna”
entonces la función no es ni7 Como es bien sabido, el concepto de función
proposicional se debe a Frege. Si en un enunciado eliminamosuno o más nombres de
objetos, decimos que el signo incompleto o insaturado restante designa una
funciónproposicional. Esos lugares vacíos de la función o lugares de argumentos
pueden ser nuevamente sustituidos pornombres de objetos para resultar en
enunciados que serán verdaderos o falsos. Las funciones proposicional de unsolo lugar
de argumentos constituyen lo que llamamos usualmente “propiedades”, mientras que
a las de n lugareslas llamamos “relaciones”.8 Se dice que dos funciones
proposicionales son coextensivas si cada uno de los objetos que satisface unatambién
satisface la otra.erdadera ni falsa, sino un sinsentido. Por ello decimos que “la Luna” es
un argumentoimpermisible en relación a la función proposicional “x es una ciudad de
Alemania”9.Ahora bien, al lado de la tesis de la reducibilidad de las proposiciones de la
ciencia, locual mostrará su eficacia en lo tocante al problema de la unidad de su
dominio de objetos,encontramos otra tesis sustantiva del proyecto del Aufbau, a
saber, la tesis de que todas lasproposiciones de la ciencia versan sobre propiedades
estructurales de los objetos. En efecto,desde el punto de vista de Carnap, existen al
menos dos formas de describir los objetos decualquier dominio: mediante una
descripción de propiedades o mediante una de relaciones. Laprimera consiste en
especificar qué propiedades se le atribuyen a los objetos particulares deun dominio. La
segunda señala las relaciones que existen entre los objetos, sin atender a losobjetos
particulares aislados. Según Carnap, aunque es posible ir de un tipo a otro
dedescripción, y en cierta forma ambos son genuinos modos de describir los objetos,
losestadios más avanzados de la ciencia excluyen las descripciones del primer tipo,
mientras queintentan acercarse lo más posible al ideal de una teoría pura de
relaciones. Así, Carnap partede una primacía de las relaciones frente a las
propiedades, pero su método descriptivo noconsiste en la mera enumeración de las
distintas relaciones; antes bien, lo que le interesa delas relaciones son sus propiedades
estructurales, esto es, aquello que puede decirse de unarelación haciendo abstracción
no sólo de los términos del dominio, sino también de la relaciónmisma. De esto se
sigue que una relación puede compartir las propiedades estructurales conotra y
consistir en relaciones completamente diferentes. En este caso se dice que las
relacionestienen la misma estructura o son isomórficas. La clave, por supuesto, para
caracterizar losobjetos mediante sus propiedades estructurales lo constituye la teoría
de relacionesdesarrollada por Whitehead y Russell, donde se provee un inventario
completo de laspropiedades estructurales de las relaciones.La tesis estructuralista
tiene, dentro de la concepción carnapiana, el principal cometidode fundar la
objetividad del conocimiento científico. En efecto, según Carnap, si bien
elconocimiento parte indiscutiblemente de las vivencias subjetivas, no se detiene allí,
sino queintenta superarlas y en cierta manera sustituirlas por una realidad formal
intersubjetivamentecompartida. En su opinión, sólo elevándose desde el material
divergente de las experienciassubjetivas es que podemos alcanzar la objetividad, y esta
consiste en la ordenación formal delas experiencias subjetivas, en la estructura que las
domina.9 Como es claro, y el propio Carnap reconoce, el concepto de parentesco de
esfera constituye una aplicación dela teoría de tipos de Russell a conceptos
extralógicos.Así, constitución-reducibilidad y estructura constituyen los conceptos
fundamentalesdel Aufbau. Juntos posibilitan la unidad objetiva de la ciencia, esto es, la
idea de que “todaproposición científica puede en principio ser transformada de tal
manera que sea solamenteuna proposición acerca de una estructura” (Ibíd: 29). Sin
embargo, como se ha dicho antes,esto no significa que no exista diferencia entre los
diversos géneros de objetos, los cuales secaracterizan por pertenecer a diferentes
niveles del sistema de constitución y por las diferentesformas de constitución de las
entidades del mismo nivel. A continuación veremos estasdiferencias, centrándonos en
el nivel de los objetos culturales y sus relaciones con los otrosniveles. Asimismo, nos
detendremos en el concepto de unidad de la ciencia propuesto.2.2 Los objetos
culturales dentro del sistema de constituciónLas primeras referencias a los objetos
culturales en el Aufbau, aparecen enlas secciones 23 y 24, las cuales se inscriben
dentro de una presentación esquemática de losdiferentes géneros de objetos y sus
relaciones. A pesar de ese carácter esquemático convieneprestar atención a ciertas
distinciones generales que se plantean, así como a algunasobservaciones también
generales sobre los objetos culturales.Se dijo con anterioridad que la teoría de la
constitución tiene la pretensión de presentarun sistema de géneros de objetos o
conceptos cada uno de los cuales surge a partir del nivelanterior. Asimismo, desde un
punto de vista epistemológico, esto es, de la forma en queconocemos los diferentes
géneros de objetos, también existen ciertas relaciones entre losmismos. Por ejemplo,
el conocimiento de los contenidos mentales de otras personas estámediado por el
conocimiento de los objetos físicos. En este caso, la relación que se da entreestos
objetos es una relación expresiva. En el caso de los objetos culturales, los cuales
seconocen por intermediación de los objetos físicos y psíquicos, la relación puede ser
demanifestación o documentativa. Pero antes de elucidar estas relaciones, conviene
tener enmente qué significa aquí “relación” cuando hablamos de relaciones entre
objetos. Desde elpunto de vista de Carnap, en toda relación hay dos especies de
problemas: los problemas de lacorrespondencia, y los problemas de la esencia de una
relación. El primer problema seexpresa en la pregunta simple “¿entre cuáles pares de
objetos existe una relación?”, o másexactamente: “¿cuál es la ley general de
correspondencia de la relación por investigar?”,tomando la respuesta la forma
siguiente: “si el término anterior tiene tales y cuales
características, el término posterior tendrá tales y cuales características”. Es claro que elasunto
aquí se agota en el señalamiento de ciertas relaciones específicas. Por ejemplo, en elcaso de la
relación causal, el problema de la correspondencia consiste en investigar qué causaestá
conectada con cuáles efectos. Esta investigación le compete a la ciencia empírica, la
cualplantea por medio de una ley general de dependencia funcional. De este problema de
lacorrespondencia debe distinguirse cuidadosamente el problema de la esencia de una
relación,el cual no cuestiona por los términos que componen una relación, sino por la
conexiónesencial que une a dichos términos. Este género de problemas no pertenece a la
cienciaempírica sino a la metafísico.