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Introducción

Parálisis cerebral:

puede definirse como una afectación en la motricidad que aparece antes de los tres
años de edad y se debe a una lesión neurológica no progresiva que interfiere en el
desarrollo del cerebro, donde las lesiones cerebrales pueden ser múltiples y se
manifiestan a través de síntomas como: trastornos del tono motor, alteraciones
sensoriales auditivas o visuales, trastornos del lenguaje y de la comunicación,
manifestaciones epilépticas, retraso intelectual y, en general, alteraciones o retrasos
importantes en la adquisición de patrones de conducta para la autonomía personal
(control de esfínteres, deglución, masticación o vestirse por sí mismo). El grado de
afectación también puede ser variable, puede ser grave e invalidante, o bien, una
ligera hiperkinesia, leve déficit de atención o un trastorno motor poco perceptible
(García, 2015, p. 15).

Generalmente se clasifican las causas de la parálisis cerebral en función de la etapa


en la que ha tenido lugar la agresión:

 Período prenatal: Durante el período intrauterino se pueden encontrar causas


genéticas, cromosómicas, infecciones intrauterinas, el efecto de algunas
drogas o tóxicos (como el alcohol), la diabetes materna, traumatismos, etc.

 Período perinatal: Es decir, en el momento del parto. Clásicamente la causa


más conocida es el sufrimiento fetal durante el parto, que produce una anoxia o
falta de irrigación sanguínea en el cerebro del bebé, ocasionando una parálisis
cerebral. Afortunadamente esta causa está en descenso.

 Período postnatal: Las infecciones, sobre todo la meningitis, las intoxicaciones


y los traumatismos craneoencefálicos, son las causas más importantes de
secuelas.

Las variedades clasificadas clínicamente se han hecho en base al signo clínico más
evidente (espasticidad, atetosis, ataxia...), a su distribución topográfica (paraplejia,
hemiplejia...) o a su intensidad (leve, moderada o grave).

Clasificación según los signos clínicos

Parálisis cerebral espástica. Las principales características motoras de las


personas que sufren este tipo de parálisis cerebral son:
 Hipertonía: Si se estiran los músculos espásticos a una velocidad determinada,
éstos responden exageradamente; cuando se contraen, bloquean el movimiento.

 Posturas anormales: por lo general se asocian a los extensores de los miembros


inferiores y a los flexores de los miembros superiores.

 Movimientos voluntarios: el movimiento voluntario está presente y puede


elaborarse.

De manera general, los paralíticos cerebrales espásticos pueden presentar:

 Problemas de percepción, principalmente en las relaciones espaciales.

 Pérdida sensorial, presente ocasionalmente en paralíticos cerebrales


hemipléjicos, pudiendo existir una pérdida del campo visual.

 Alteraciones en la caja torácica, con respiración pobre.

 Epilepsias, mucho más comunes que en otros tipos de parálisis cerebral.

 Variación de la inteligencia, con una marca tendencia a ser menor en este tipo
de parálisis cerebral.

Parálisis cerebral atetoide (también llamada “disquinética” o de tipo “tensión-no


tensión”). Las principales características motoras de la parálisis cerebral atetoide
son:

 Movimientos involuntarios, que se ven incrementados con la excitación, la


inseguridad, el esfuerzo de realizar un movimiento voluntario o incluso al
abordar un problema mental, y disminuyen con la fatiga, la somnolencia, la
fiebre, la posición decúbito prono o el mantenimiento de la atención de manera
prolongada.

 Hipertonía e hipotonía. Pueden presentarse fluctuaciones en el tono,


acompañadas a veces de variaciones en el estado de ánimo o en las emociones.
Pueden ocasionarse espasmos repentinos en flexión y en extensión y sacudidas
de la cabeza, del tronco o de las extremidades.

 Parálisis de los movimientos de la mirada. Se tienen dificultades para mirar


hacia arriba y a veces para cerrar los ojos voluntariamente.

De manera general, los paralíticos cerebrales atetoides pueden presentar:


 Pérdida auditiva, especialmente con determinados estímulos específicos de
frecuencia alta.

 Personalidad extrovertida, con más posibilidades de labilidad emocional que en


otros casos de parálisis cerebral.

 Dificultades en el habla y problemas respiratorios.

 Inteligencia buena e incluso en algunos casos excelente, aunque también puede


presentarse retraso mental.

Parálisis cerebral atáxica. Las principales características motoras de la parálisis


cerebral atáxica son:

 Alteraciones del equilibrio. Existe pobre fijación de la cabeza, el tronco, los


hombros y la cintura pélvica, por lo que algunos atáxicos/as compensan la
inestabilidad mediante reacciones excesivas con los miembros superiores, para
mantener el equilibrio.

 Movimientos voluntarios. Están presentes, aunque carecen de coordinación.


Además, los movimientos finos de la mano son pobres.

 Hipotonía, muy frecuente en este tipo de parálisis cerebral.

Parálisis cerebral mixta: Se caracteriza por la coincidencia de algunas de las


descritas, y afecta aproximadamente a un 10% de los casos.

Clasificación según la distribución topográfica.

 Monoplejia: Afecta a un único miembro, superior o inferior.

 Hemiplejia: La afectación es de un hemicuerpo, con predominio del miembro


superior.

 Paraplejia: La afectación es de las extremidades inferiores.

 Triplejia: Están afectadas tres extremidades.

 Diplejia: La afectación es de los cuatro miembros, con predominio de los


inferiores.

 Tetraplejia: Están afectadas las cuatro extremidades.


Clasificación según la intensidad de la lesión.

 Leve: El individuo tiene suficiente autonomía, es capaz de andar por sí solo y


habla.

 Moderada: La afectación es mayor, impidiendo a la persona deambular de forma


autónoma; es incapaz de comunicarse con soltura y necesita ayuda para atender
sus necesidades.

 Grave: La persona afectada necesita toda la ayuda de los demás para atender
sus necesidades más vitale

NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES Y RESPUESTA


EDUCATIVA
Las manifestaciones que se recogen en los diferentes ámbitos son las que van a
determinar cuales son las necesidades educativas especiales que posibiliten el máximo
desarrollo personal de los alumnos con Parálisis Cerebral y discapacidades afines y de
qué manera se debe proporcionar esta atención para que sea más eficaz. Cada una de
las manifestaciones enunciadas permite identificar cuales son las necesidades
educativas especiales del alumno y al mismo tiempo permite establecer cual ha de ser
la respuesta del Sistema Educativo.

Se seguirá el mismo esquema partiendo de los seis ámbitos descritos anteriormente.


Se entiende como Necesidades Educativas Especiales aquellos aspectos básicos que se
deben contemplar en cada uno de los ámbitos para lograr el máximo desarrollo
personal. Las necesidades pueden ir de leves y transitorias a graves y permanentes.
Siempre será precisa una individualización de la enseñanza que responda a las
necesidades y modos de aprendizaje de cada persona a lo largo del proceso educativo.
La Respuesta Educativa hace referencia a las adaptaciones que debe realizar el medio
educativo para proporcionar la atención correcta a las necesidades que los alumnos
puedan precisar a lo largo de su etapa escolar. Estas adaptaciones pueden ser de dos
tipos: A.- Adaptaciones en los elementos de acceso al currículo: recursos personales,
materiales y formales imprescindibles para que el alumno con P.C. y discapacidades
afines pueda tener acceso al currículo básico. B.- Adaptaciones en los elementos
básicos del currículo: Objetivos y/o contenidos, estrategias de enseñanza-aprendizaje
y evaluación.

Se mantiene el marco de ámbitos y no el de áreas curriculares ya que el objetivo de


este documento no es hacer una propuesta curricular concreta, sino profundizar en la
especificidad de esta población, realidad que se ha de tener en cuenta para la
elaboración de adaptaciones al currículo ordinario y de proyectos curriculares.

Así mismo, se considera importante resaltar la introducción del ámbito de salud y


bienestar que recoge necesidades relacionadas con este área que pueden estar
presentes o aparecer a lo largo del desarrollo del alumno y la respuesta educativa que
habrá de abordarse.

Esta respuesta puede ir desde la satisfacción de dichas necesidades (no recogido en


el currículo) hasta el trabajo de hábitos de salud y bienestar ya presentes en el
currículo oficial. La información que se aporta es genérica y por tanto se puede aplicar
a cualquier modalidad de escolarización (integración, educación especial,
combinada,...)Así mismo pretende recoger las características mas especificas de estos
alumnos para que, teniendo en cuenta las líneas de intervención que aquí se proponen
sea posible dar una respuesta educativa de calidad. Como se ha expuesto ampliamente
las necesidades y respuesta educativa se presentan por ámbitos de desarrollo, pero no
obstante se ha considerado conveniente presentar una visión general de la Respuesta
Educativa que recoja aquellos aspectos que son comunes y generales en los alumnos
con P.C. y discapacidades afines.

La etapa educativa en el niño/a con parálisis cerebral es fundamental en su desarrollo


personal, social y afectivo, y tan importante como la de cualquier otro/a. El alumno/a
con esta deficiencia muestra la misma curiosidad, idénticos deseos y anhelos, variando
tan sólo los apoyos que precisa para lograr sus objetivos. Aunque las clases de
Educación Física son un buen escenario para favorecer la integración de estos
alumnos/as en el grupo escolar, a menudo los recursos personales (docente de apoyo,
disponibilidad de horario…) y los materiales de que se dispone, son insuficientes para
llevarlos a cabo con ciertas garantías de éxito o eficacia; esta situación degenera en
el abandono u olvido de unos por otros.
La intervención educativa en el área de Educación Física ha de ir encaminada a
estimular y potenciar la realización de movimientos y a mejorar aquellos aspectos más
deficitarios. Se ha de realizar una adecuada programación de las actividades motrices,
teniendo en consideración el tipo de patología funcional, y en base a ella las
capacidades y potencialidades de cada niño/a. Además, para iniciar a estos alumnos/as
en la práctica física es fundamental el juego sencillo que estimule el nivel de cada
uno/a, con el fin de que vivencien las posibilidades de movimiento de su cuerpo. Lo que
pueden necesitar en muchos casos es una adaptación de acceso; en otros, será
necesario modificar las formas o la complejidad del juego y, en la mayoría de los
casos, será fundamental la adaptación de objetivos, contenidos y reglas.

Los contenidos básicos de la Educación Física que mayor aportación tienen en los
paralíticos cerebrales son los siguientes:

 Esquema corporal y lateralidad. Son elementos de máxima importancia en el


campo de la motricidad de los discapacitados/as, puesto que sin su control
serían incapaces de organizar y adecuar los esquemas motores de los que
parten las acciones motrices habituales.

 Control respiratorio. Un objetivo prioritario en la reeducación psicomotriz es la


toma de conciencia de la respiración, de las partes del cuerpo que intervienen,
del ritmo y de los cambios propios que se producen.

 Relajación y control tónico. La relajación llevada a cabo mediante ejercicios de


tensión-relajación, y a partir de una atención interiorizada de las sensaciones
propioceptivas, es un buen medio para lograr la percepción y el dominio del
cuerpo, del gesto y del tono muscular.

 Equilibrio. Ya sea estático o dinámico, condiciona la actitud de la persona


frente al mundo exterior.

 Coordinación sensomotriz. Se propondrán actividades de coordinación óculo-


manual, de apreciación de pesos y volúmenes, de coordinación auditivo-manual…

Los objetivos generales planteados desde el ámbito motor para las personas con
parálisis cerebral son:

 Normalizar la actividad refleja postural y del tono postural, facilitando los


reflejos de enderezamiento y las reacciones de equilibrio, que son la base de la
actividad motora normal.

 Mantener el recorrido articular.


 Tonificar la musculatura implicada en el movimiento.

 Adquirir un óptimo control postural para la prevención y corrección de las


posibles deformidades, así como para facilitar la interacción con el entorno y
favorecer los aprendizajes.

 Potenciar la independencia motora, desarrollando en lo posible algunos medios


de locomoción, favoreciendo la autonomía personal y mejorando la calidad de
vida.

Los criterios de adaptación a tener en cuenta con alumnos/as que sufran una
parálisis cerebral no deben ser tomados como obligatorios, sino como aportaciones y
guías de orientación flexibles según la realidad y el criterio de cada profesional:

 Espacio. Es importante:

o Delimitar el espacio para compensar las dificultades de movilidad.

o Evitar superficies irregulares.

o Emplear “casas” en los juegos de pilla, que permitan al niño/a con


parálisis cerebral un tiempo de descanso y ventaja.

 Material. Valorar la utilización de:

o Materiales blandos para los alumnos/as con problemas de prensión.

o Material alternativo o adaptado.

o Sistemas facilitadotes de comunicación (tablero, fichas, plantillas con


fotos…) para niños/as con grandes dificultades de habla.

o Un andador para mejorar sus desplazamientos en los alumnos/as con


grandes problemas de equilibrio.

 Normas. Es importante que vayamos recordando, de vez en cuando, las normas


al grupo. Sirvan algunos ejemplos:

o Modificar los reglamentos de los juegos, con la inclusión de nuevas


normas o prohibiciones específicas.

o Variar los sistemas de puntuación y sus requisitos.


o Cuando el alumno/a con parálisis cerebral asuma el rol de perseguidor,
los compañeros/as pasan a ser tocados en el momento que el
perseguidor/a se cruce a un metro de distancia.

o Añadir el rito de contar en voz alta para dar más tiempo al niño/a con
parálisis cerebral.

 Juego. En el juego, al igual que en la clase de Educación Física, se necesitan en


primer lugar las adaptaciones de acceso y después y si es necesario se variarán
y adaptarán las formas, la complejidad, las normas o los objetivos del juego
para trabajar en la mejora y control de los problemas motores del niño/a,
problemas vistos anteriormente y que se relacionaban sobre todo con el control
tónico, postural, coordinación y equilibrio.

De esta manera se hará necesario revisar todos los juegos y establecer las
adaptaciones necesarias; incluso se podría presentar la posibilidad de equiparar la
problemática del alumno/a al resto (por ejemplo, si usa una silla de ruedas, tener
varias, también para los demás) o limitando normas y posibilidades a los alumnos/as sin
deficiencias.

Por otra parte, el papel del profesorado consiste en estimular, enriquecer y


multiplicar las experiencias del alumnado, variando o diversificando las situaciones.

Es importante evaluar las posibilidades de éxito de estos alumnos/as al diseñar las


actividades, así como crear las condiciones adecuadas para que intervengan con
confianza y seguridad en las propias capacidades. Se valorarán sus ejecuciones y se
les permitirá visualizar el éxito de las mismas con vistas a suscitar y estimular la
motivación.

Será necesario mantener una comunicación constante con el alumno/a, plantear


metas y objetivos comunes, motivarle y reforzarle especialmente, dejarle que exprese
sus miedos y sus expectativas acerca de la Educación Física.

Habrá que darle en todo momento algo para que haga, aunque sea simplemente
la responsabilidad de arbitrar u observar fallos en el resto cuando él no pueda realizar
una determinada actividad, de forma que no se sienta abandonado/a. Con imaginación y
esfuerzo se puede conseguir que el alumno/a esté siempre integrado/a.

Ante cualquier duda que aparezca por parte de los demás compañeros/as con
respecto a la discapacidad habrá que contestarla con naturalidad y de forma que
comprendan la realidad pero destacando los aspectos positivos.
Una premisa fundamental es la de mostrar seguridad ante los discentes y en
especial ante la persona discapacitada, que no sienta que “nos da más trabajo” y que no
vea nuestras dudas, miedos o inseguridades.

CONCLUSIONES
con el presente documento se ha pretendido dar una visión global, a la vez que
específica en los diferentes aspectos educativos de los alumnos con Parálisis Cerebral
y discapacidades afines. A lo largo del mismo, se han ido describiendo las
manifestaciones y características, las necesidades educativas especiales y la
respuesta educativa específica para estos alumnos a través de toda la etapa escolar.

Nos gustaría terminar este documento con una serie de reflexiones que son
consideradas de interés para mejorar la educación y la calidad de la enseñanza de esta
población. Si bien es cierto que para la mayoría de los alumnos son aspectos
importantes, para los alumnos con Parálisis Cerebral y discapacidades afines se
convierten en aspectos muy relevantes y significativos. Estas son: - Las necesidades
educativas de este tipo de alumnado son específicas y diferenciales con respecto a
otros alumnos con discapacidad y, por tanto, requieren de una respuesta educativa
específica.

- Sus necesidades educativas especiales se evidencian desde el momento en que se


produce la lesión, y permanecerán, en mayor o en menor grado, a lo largo de toda su
vida. Por este motivo, es necesario que se contemple todo el proceso educativo desde
la Atención Temprana hasta la Educación Permanente de Adultos.

- La evaluación inicial del alumno, desde una perspectiva multidisciplinar, es básica


para establecer el grado de competencia en los distintos ámbitos y áreas curriculares,
así como para establecer las necesidades específicas en cada uno de ellos. Este
dictamen deberá revisarse y actualizarse periódicamente.

- El tratamiento precoz es fundamental, entendiendo este no solo como el conjunto de


actividades educativas y habilitadoras sino como atención global que ayude a padres y
profesionales a analizar la situación en que se encuentra el niño y dar una respuesta
adecuada.

- El proceso educativo ha de extenderse más allá del entorno escolar más inmediato al
alumno (aula, gabinetes), a todo el contexto escolar en que el alumno se desenvuelve
(comedor, aseos, transporte,...). Es preciso entenderlo como una forma de intervención
sobre el alumno que se abre a distintos entornos: familia, grupo social cercano, etc.
pues en ellos también es preciso que se contemple la actividad educativa.
- La coordinación entre los distintos profesionales es imprescindible para tener una
visión global de las características y necesidades y poder establecer una distribución
racional de la atención específica que pueda precisar, de manera que no interfiera en
otras necesidades educativas.

- Los recursos personales, materiales y formales que el alumno precise deberán estar
garantizados en cualquiera de las etapas educativas: educación infantil, educación
obligatoria y educación postobligatoria.

- En el documento se reflejan las posibles manifestaciones que los alumnos con P.C. y
discapacidades afines, no obstante se destacan por su gravedad y especificidad los
alumnos plurideficientes.

En estos alumnos, a la problemática motora se suma un retraso mental profundo,


diferentes grados de afectación sensorial y en un porcentaje muy alto pueden estar
asociados problemas de salud. Para ellos se ha de continuar avanzando y desarrollando
la respuesta educativa que se les proporciona, de forma que se llegue a la
normalización de dicha respuesta como una parte más del sistema educativo.

- Es conveniente someter a revisión y flexibilizar las ratios vigentes para llevar a


cabo la respuesta educativa que presentamos.

- Es importante que se ajuste la modalidad de escolarización a las necesidades


educativas del alumno, revisándose cuando fuera preciso.

- Es necesario que tanto la Administración Central como las Administraciones


Autonómicas garanticen y procuren la homogeneidad del desarrollo normativo, a fin de
evitar desigualdades territoriales.
Referencias
MAS DALMAU, J.: Psicopedagogía de la parálisis cerebral infantil. Barcelona:
Generalitat de Cataluña, dept. de Sanitat y Seguretat Social, Gráficas Iberia
S.A., 1984.

SCHAFFER, H.R.: Interacción y socialización. Madrid: Editorial Visor, 1989

Documento base del diseño curricular para la elaboración de programas de


desarrollo individual. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia, 1983.

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