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Definición
La parálisis cerebral (PC) es una condición del neurodesarrollo que afecta el tono muscular,
el movimiento y las habilidades motoras, Aunque el trastorno en sí no es progresivo, la
expresión clínica cambia con el tiempo a medida que el cerebro madura. Se define como un
grupo de trastornos permanentes del desarrollo del movimiento y la postura, que ocasiona
limitación de la actividad, que se atribuyen a alteraciones no progresivas que ocurrieron en el
cerebro fetal o infantil en desarrollo. La parálisis cerebral aunada a las afectaciones motoras a
menudo va acompañada de alteraciones de la sensación, la percepción, la cognición, la
comunicación y el comportamiento, por epilepsia y por problemas musculoesqueléticos
secundarios (1)Según estadísticas internacionales, la incidencia de parálisis cerebral, es de 2
casos por cada 1.000 niños nacidos vivos; siendo una de las principales causas s de
limitación de la actividad en niños, debido a que puede provocar trastornos del movimiento
tales como distonía, atetosis, ataxia o espasticidad (2).
La parálisis cerebral espástica muestra tener una prevalencia de entre 70 y 80% de todas las
parálisis cerebrales, siendo la de espástica diplejía la más común; este tipo de parálisis
provoca una afectación en la funcionalidad debido a que provoca rigidez ,muscular teniendo
como consecuencia que el movimiento se vea restringido, presenten dificultad para
moverse,movimientos abruptos, adopción de posturas anormales teniendo como consecuencia
que se desarrollen deformidades permanentes (contracturas). Este tipo de parálisis presenta
una sintomatología de hiperactividad del arco reflejo miotático, similar a la sintomatología
del síndrome de motoneurona superior, los cuales incluyen espasticidad, hiperreflexia, y
respuesta plantar extensora. Las personas con este síndrome presentan movimientos lentos,
descritos como movimientos de masas, mostrando dificultad en los movimientos finos o
individuales.
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Los síndromes que componen esta clasificación son:
B) Hemiplejia espástica: En este síndrome las extremidades superiores pueden verse más
afectadas que las inferiores siendo la afectación da de forma unilateral las cuales pueden
acompañarse de espasticidad, los individuos presentan además déficits sensoriales, masa
muscular disminuida los cuales se ven reflejados en la masa muscular del lado afectado;
además de deterioro intelectual, problemas visuales, ansiedad y fobias específicas.
Por otro lado, los pacientes con parálisis cerebral discinética generalmente presentan
movimientos involuntarios, abruptos lentos y descoordinados en la que las extremidades se
vuelven rígidas, los cuales suelen ser inducidos por emociones, fatiga u otros movimientos,
pese a que la discinesia puede ser observada los síndromes puramente discinéticos no
presentan contracturas. Estos movimientos se pueden clasificar en 2 subgrupos
B) Parálisis cerebral distónica: Los individuos con este síndrome se caracterizan por la
contracción de músculos involuntario en forma repetida y de torsión, estos pueden ser
dolorosos, y a menudo presentan signos piramidales coexistentes y disartria
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Por último, tenemos la parálisis cerebral atáxica la cual es poco frecuente, los individuos con
este síndrome presentan alteración en el equilibrio, coordinación y control de movimientos
finos, el caminar es inestable y se presenta en ambas extremidades inferiores, además
presentan dificultad para realizar movimientos rápidos y precisos. La ataxia, generalmente
mejora con el tiempo. (4)
Etiología y comorbilidades
Las causas de la parálisis cerebral son diversas, se ha observado que suelen depender del
comportamiento de la madre durante el embarazo, y el desarrollo intrauterino (2). Este
trastorno tiene una alta incidencia en bebés prematuros o con bajo peso (menos de 2500 gr) al
nacer. Anteriormente se atribuían a problemas o complicaciones durante el parto las cuales
ocasionaron asfixia, pero en la actualidad se conoce que puede ser causada por otros factores
como la incapacidad de la placenta de proporcionar oxígeno y nutrientes suficientes al feto, la
incompatibilidad sanguínea entre la madre y el bebe, o factores atribuidos a la exposición de
teratógenos como son : infecciones de la madre como la rubéola y la toxoplasmosis la cual es
una infección parasitaria que puede ocasionar daño cerebral y parálisis cerebral., teratógenos
físicos como traumatismos que pueden causar hemorragias, y factores genéticos ya que al
menos 10% de los casos de parálisis cerebral son ocasionadas por mutación genética sin
embargo no se han encontrado mecanismos específicos que expliquen cómo se dan estas
alteraciones estructurales (5). Aproximadamente entre un 33 y 63% de los pacientes con
parálisis cerebral presentan diagnósticos relacionados con trastornos del habla, además de
presentar comorbilidad con deficiencia intelectual ,problemas de memoria y aprendizaje,
reflujo gástrico, infecciones del tracto respiratorio, depresión, e incontinencia urinaria(6).
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico definitivo de la parálisis cerebral se debe realizar después del primer año, y a
los 15-18 meses si el bebe fue prematuro, no obstante, se ha propuesto que se debe realizar un
diagnóstico a los 24 meses; realizándose una evaluación del neurodesarrollo y un examen
neurológico. Los signos y síntomas que aparecen de forma temprana son los signos
neuroconductuales como la irritabilidad excesiva, letargo, vómito con frecuencia, poca
atención visual, y dificultad para manejar y abrazarlo. Los reflejos del desarrollo pueden ser
un indicador temprano de la discapacidad motora entre estos tenemos al reflejo de Landau,
reflejo de paracaídas, reflejo de moro. (5). Otro indicador importante es el tono de las
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extremidades si este está aumentado o disminuido, el control postural de la cabeza, y los
patrones motores principales (3).
Aspectos neurobiológicos
Las personas con parálisis cerebral presentan malformaciones estructurales como la agenesia,
lisencefalia, defectos migratorios y embriogénicos, las anomalías causantes de los problemas
motores en la parálisis cerebral se han observado en lesiones de materia blanca que
interrumpen las conexiones moduladoras de la corteza con los ganglios basales provocando
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movimientos involuntarios como los que se observan en la parálisis discinética y cerebelo
afectando a la regulación de comandos de equilibrio y coordinación lo cual tiene como
resultado interrupción en las conexiones sensoriomotoras, de planificación, y control motor
fino. Se ha observado que en casos de afectaciones en niveles severos el tálamo y el tronco
encefálico presentan afectaciones. En el caso de la parálisis cerebral espástica se han
encontrado lesiones en el fascículo corticoespinal, el cual representa un componente
importante en el control voluntario del músculo esquelético. (5)
Esfera cognitiva
Los pacientes con parálisis cerebral suelen presentar deficiencias en la regulación emocional
teniendo como consecuencia alteraciones afectivas se ha planteado que estas dichas
alteraciones pueden estar relacionados con bajos niveles intelectuales, la presencia de dolor,
baja autoestima, baja capacidad funcional y participación reducida en actividades cotidianas.
Asimismo, estas deficiencias emocionales son producto de una habilidad reducida para
reconocer emociones propias, así como las ajenas, lo cual tiene como consecuencias
dificultades en la disminución del comportamiento agresivo; por otro lado, el no poder
atribuir pensamientos, emociones e intenciones a otras personas se relaciona con la aparición
de los problemas en la regulación emocional teniendo consecuencia alteraciones en el ajuste
psicosocial y problemas cognitivos. (8)
Tratamiento
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Debido a que la parálisis cerebral es una enfermedad crónica, es necesario un tratamiento
multidisciplinar, el cual está enfocado en la adaptación funcional o restauración de las
funciones motoras con la finalidad de que los pacientes sean lo más independientes posible.
Por lo cual encontramos que el tratamiento se enfoca en la discapacidad motora y las
afecciones con las que se tenga comorbilidad, este se constituye por un conjunto de técnicas,
medicamentos, uso de dispositivos de ayuda y en caso de ser necesario procedimientos
quirúrgicos como la rizotomía dorsal selectiva recomendada en la espasticidad severa, (5)
Como parte integral del manejo de la parálisis cerebral, tenemos la terapia física, la cual
abarca un programa de ejercicios, suele utilizarse la estimulación eléctrica, y se ha reportado
que esta terapia ayuda a favorecer la postura mantener la fuerza muscular, promover el
equilibrio y prevenir las contracturas. La terapia del habla y el lenguaje permite maximizar
las habilidades de comunicación. También se ha observado que la terapia ocupacional se
centra en que el paciente pueda llevar a cabo actividades de la vida cotidiana, la educación y
el trabajo buscando que sea lo más independiente posible. (9)
Por otro lado, tenemos el uso de medicamentos como las benzodiacepinas, el baclofeno y la
tizanidina los cuales fungen como agentes anti ; en casos con mayores niveles de severidad se
puede hacer el uso de la toxina botulínica inyectada la cual tiene como función evitar que las
células nerviosas sobre activen los músculos ; y el uso de baclofeno intratecal el cual es
administrado mediante un catéter conectado a una bomba , lo cual permite la relajación
muscular mejorando la espasticidad en las piernas sin embargo existen riesgos como la
sobredosis por errores en la programación de la bomba e incluso que puede conducirá una
depresión de la respiración y coma (4)
Referencias
2. Anghel M. Causes and incidence of cerebral paralysis. Bull Transilv Univ Braş
[Internet]. 2018 [cited 2022 Apr 15];11(60)(2):137–46. Available from:
https://doaj.org/article/720c9c1430e64c17939af1f69eda3834
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3. Gallego Antúnez A, Rodríguez Bonache MJ. Revisión sistemática de la eficacia del
tratamiento combinado de fisioterapia junto con toxina botulínica tipo A en la
espasticidad de miembros inferiores en niños con parálisis cerebral. Rehabil (Madr,
Internet) [Internet]. 2016;50(2):95–107. Available from:
http://dx.doi.org/10.1016/j.rh.2016.01.003
5. Pereira Viscaino, H. (2018). Cerebral Palsy. 8(supl 1), 49–55. Available from:
http://dx.doi.org/10.25060/residpediatr-2018.v8s1-09
6.
Vidal Ruiz, C. A., Vazquez Vela, C. C., Morales Pirela, M. G. e Iturbide Siles, P.
(2016). Tratamiento en pacientes con parálisis cerebral infantil de acuerdo con el
análisis clínico de la marcha y la postura. Revista Mexicana de Ortopedia
Pediátrica, 18(0), 46–50.
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9. Rackauskaite G, Uldall PW, Bech BH, Østergaard JR. Impact of child and family
characteristics on cerebral palsy treatment. Dev Med Child Neurol [Internet].
2015;57(10):948–54. Available from: http://dx.doi.org/10.1111/dmcn.12791