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La mayoría de los primeros filósofos consideró que los principios de todas las cosas eran sólo
los que tienen aspecto material. [...] En cuanto al número y la forma de tal principio, no todos
dicen lo mismo, sino que Tales, el iniciador de este tipo de filosofía, afirma que es el agua,
por lo que también declaró que la tierra está sobre el agua. Tomando tal vez dicha suposición de la
observación de que el alimento de todas las cosas es húmedo y que el calor mismo surge de éste y
vive por éste (el principio de todas las cosas es aquello de donde nacen); de aquí dedujo su
suposición y del hecho de que la semilla de todas las cosas tiene una naturaleza húmeda; y el agua
es el principio natural de las cosas húmedas. (ARISTÓTELES, Metafísica
983b6 (A 12}.) Parece que también Tales, según cuentan, supuso que el alma era algo capaz
de producir movimiento, si es que afirmó que la piedra imán tiene alma porque mueve al
hierro. (ARISTÓTELES, Acerca del alma 405al9 (A 22).)
Apolodoro, en sus Crónicas, dice que Tales viajó por Egipto y Caldea y se trajo como
mercancía una serie de valiosos conocimientos científicos [...] Su mayor éxito personal pasa
por ser la predicción de un eclipse de sol (el del 585/4 a.C), pero, dado que en su época se
carecía de las bases para predecir un eclipse de modo científico, es presumible que Tales usó
un sistema babilonio que nos es conocido: los registros de eclipses a lo largo de muchos años
habían dado lugar al establecimiento de una serie de fechas en las que los eclipses eran
probables. Su acierto en la ocasión desmesuró su fama. […] (Extracto de BERNABÉ, A: De
Tales a Demócrito.)
Creen que también Homero, como Tales, considera al agua principio y génesis de toda cosa
por haberlo aprendido de los egipcios. (PLUTARCO, Delsisy Osiris 34 (A 11).)
Anaximandro fue conciudadano de Tales y algo más joven que él, asimismo implicado en los
asuntos de su ciudad, como lo prueba la noticia de que estuvo al frente de la expedición
colonizadora que Mileto envió a Apolonia. Su saber abarcaba una serie de conocimientos
prácticos -si es cierta la tradición de que advirtió a los lacedemonios de la inminencia de un
terremoto- y científicos, ya que al parecer introdujo en Grecia un instrumento conocido por
los babilonios de antiguo: el gnomon, una varilla con un tablero de mediciones que permitía
marcar la dirección y la altura del sol. Por otra parte, se le atribuye la confección de un «mapa
de la tierra habitada». (Extracto de BERNABÉ, A: De Tales a Demócrito.)
En la búsqueda del arjé, para Anaximandro la materia primordial ya no era, como para Tales,
el agua, sino otra a la que Anaximandro designa con un término poco explícito: to ápeiron
Fragmentos de Anaximandro
1. El principio de los seres es indefinido... y las cosas perecen en lo mismo que les dio el ser,
según la necesidad. Y es que se dan mutuamente justa retribución por su injusticia, según la
disposición del tiempo.
Comentarios de Anaximandro
Anaximandro... dijo que el principio de los seres es una cierta naturaleza de lo indeterminado,
de la que nacen los cielos y el orden del mundo que hay en ellos; que éste es eterno y no
envejece y que circunda todos los mundos. Menciona el tiempo como si estuviesen limitados
el nacimiento, la entidad y la destrucción. Dijo que el principio, esto es, el elemento de los
seres es lo indeterminado (siendo el primero que utilizó el nombre de [arjé] «principio»)
(Extracto de BERNABÉ, A: De Tales a Demócrito.)
Esto [tó apeiron ](lo indeterminado) parece ser principio [arjé] de los demás seres «que lo
abarca todo y todo lo gobierna»... y es además un ser divino, pues es «inmortal e
indestructible» (ARISTÓTELES, Física 203b 10 (A 15).)
Fragmentos de Anaxímenes
2. Anaxímenes... declaró que el principio de los seres es el aire. Pues todo nace de él y en él
se resuelve. Dice:
Así como nuestra ánima, que es aire, mantiene nuestra cohesión, así también al mundo entero
lo abarca un hálito, el aire.
2a. El sol es plano como una hoja.
Anaxímenes de Mileto […] postula también él una naturaleza subyacente única e indefinida
como aquél, pero no inconcreta, como él, sino concreta; la llama aire. Dice asimismo que se
hace diferente en cuanto a las sustancias por rarefacción y condensación; esto es, al hacerse
más raro, se vuelve fuego, pero al condensarse, viento, luego nube, y aún más, agua, luego
tierra, luego piedras y lo demás a partir de estas cosas. En cuanto al movimiento por el que se
produce también el cambio, él lo hace igualmente eterno. (TEOFRASTO en SÍMPT.TCTO,
FÍSICA 24.26 (A 5).)
Otros dicen que el alma es de aire, como Anaxímenes y algunos estoicos. (FTLÓPONO,
Comentarios a Aristóteles, Acerca del alma 9.9 (A 23).)