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Introducción

Las patologías hepatobiliares son aquellas que afectan al hígado, la vesícula biliar y los

conductos biliares. Estas pueden ser causadas por una variedad de factores, que

incluyen infecciones, trastornos genéticos, consumo excesivo de alcohol,

enfermedades autoinmunes, trastornos metabólicos y obstrucciones en los conductos

biliares, entre otros.

En el presente trabajo desarrollaremos sobre algunas de las patologías hepatobiliares

más comunes analizando sus causas, manifestaciones clínicas y tratamientos.


Patologías hepatobiliares

Hepatitis:

Causas: La hepatitis puede ser causada por infecciones virales (hepatitis A, B, C, D y E),

consumo excesivo de alcohol, toxinas, medicamentos, trastornos autoinmunes y

enfermedades metabólicas.

Síntomas: Los síntomas comunes incluyen fatiga, malestar general, dolor abdominal,

pérdida de apetito, náuseas, vómitos, fiebre, ictericia (coloración amarillenta de la piel

y los ojos), orina oscura y heces de color claro.

Tratamientos: El tratamiento depende del tipo de hepatitis y su gravedad. Puede

incluir reposo, medicamentos antivirales (en el caso de la hepatitis B y C),

medicamentos para aliviar los síntomas, evitar el consumo de alcohol y seguir una

dieta saludable. En algunos casos graves, puede ser necesaria la hospitalización.

Cirrosis hepática:

Causas: La cirrosis hepática es causada principalmente por la lesión hepática crónica

debido a la hepatitis crónica, el consumo excesivo de alcohol, enfermedades

metabólicas (como la enfermedad del hígado graso no alcohólico), trastornos

autoinmunes y obstrucción de los conductos biliares.

Síntomas: Los síntomas pueden incluir fatiga, debilidad, pérdida de apetito, pérdida de

peso, náuseas, vómitos, ictericia, ascitis (acumulación de líquido en el abdomen),

edema (hinchazón) en las piernas, confusión mental y hemorragias.


Tratamientos: El tratamiento se centra en controlar los síntomas, tratar las

complicaciones, detener la progresión de la enfermedad subyacente y, en algunos

casos, considerar un trasplante de hígado.

Litiasis vesicular y vías biliares (cálculos biliares):

Causas: Los cálculos biliares se forman cuando los componentes de la bilis, como el

colesterol y la bilirrubina, se cristalizan y se agrupan en la vesícula biliar o los

conductos biliares.

Síntomas: Los síntomas típicos incluyen dolor abdominal intenso en el cuadrante

superior derecho, especialmente después de comer alimentos grasos, náuseas,

vómitos, fiebre y escalofríos.

Tratamientos: El tratamiento puede incluir cambios en la dieta, medicamentos para

disolver los cálculos, tratamiento con ondas de choque para romper los cálculos

(litotricia), y en casos graves, cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía).

Colecistitis:

Causas: La colecistitis generalmente se desarrolla cuando un cálculo biliar bloquea el

conducto cístico, lo que provoca inflamación e infección de la vesícula biliar.

Síntomas: Los síntomas típicos incluyen dolor abdominal intenso en el cuadrante

superior derecho, sensibilidad abdominal, fiebre, náuseas y vómitos.

Tratamientos: El tratamiento puede incluir reposo, antibióticos para tratar la infección,

analgésicos para aliviar el dolor y, en casos graves, cirugía para extirpar la vesícula

biliar.
Pancreatitis:

Causas: La pancreatitis puede ser aguda o crónica y puede ser causada por cálculos

biliares, consumo excesivo de alcohol, niveles elevados de lípidos en la sangre, ciertos

medicamentos, infecciones virales, traumatismos, enfermedades autoinmunes y

anomalías congénitas del páncreas.

Síntomas: Los síntomas comunes incluyen dolor abdominal intenso, especialmente en

la parte superior del abdomen, náuseas, vómitos, fiebre, sensibilidad abdominal y

distensión abdominal.

Tratamientos: El tratamiento depende de la causa y la gravedad de la pancreatitis.

Puede incluir reposo, ayuno temporal, analgésicos para aliviar el dolor, hidratación

intravenosa, antibióticos (en caso de infección), y en casos graves, cirugía para drenar

los fluidos del páncreas o extirpar tejido dañado. Es fundamental evitar el consumo de

alcohol y seguir una dieta baja en grasas para prevenir futuros episodios de

pancreatitis.

Métodos de exploración de las patologías hepatobiliares

Existen varios métodos de exploración utilizados para diagnosticar y evaluar las

patologías hepatobiliares. Algunos de los métodos más comunes incluyen:

Análisis de sangre:

Los análisis de sangre pueden proporcionar información sobre la función hepática,

incluyendo la medición de enzimas hepáticas como la alanina aminotransferasa (ALT),


la aspartato aminotransferasa (AST), la fosfatasa alcalina (ALP) y la bilirrubina. Niveles

elevados de estas enzimas pueden indicar daño hepático.

También se pueden realizar pruebas serológicas para detectar la presencia de

marcadores virales de hepatitis, como los antígenos y anticuerpos específicos para

hepatitis A, B y C.

Ecografía abdominal:

La ecografía abdominal es una técnica de imagen no invasiva que utiliza ondas sonoras

para crear imágenes de los órganos internos del abdomen, incluyendo el hígado, la

vesícula biliar y los conductos biliares. Puede ayudar a identificar la presencia de

cálculos biliares, dilatación de los conductos biliares, masas hepáticas y signos de

cirrosis.

Tomografía computarizada (TC) abdominal:

La tomografía computarizada utiliza rayos X para crear imágenes detalladas de los

órganos internos del abdomen en cortes transversales. Es útil para detectar lesiones

hepáticas, calcular el tamaño del hígado y evaluar la presencia de obstrucciones en los

conductos biliares.

Resonancia magnética (RM) abdominal:

La resonancia magnética utiliza campos magnéticos y ondas de radio para crear

imágenes detalladas de los órganos internos del abdomen. La RM abdominal puede

proporcionar información adicional sobre la estructura y la función del hígado, la

vesícula biliar y los conductos biliares, y es especialmente útil para evaluar lesiones

hepáticas y obstrucciones biliares.


Colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM):

La CPRM es una técnica de imagen que combina la resonancia magnética con la

administración de un agente de contraste para visualizar los conductos biliares y el

conducto pancreático. Es útil para evaluar la presencia de cálculos biliares, estenosis

de los conductos biliares, tumores y otras anomalías.

Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE):

La CPRE es un procedimiento invasivo que se utiliza para visualizar los conductos

biliares y pancreáticos utilizando un endoscopio. Se puede realizar para diagnosticar y

tratar diversas afecciones, como cálculos biliares, estenosis de los conductos biliares y

tumores.

Biopsia hepática:

En algunos casos, puede ser necesaria una biopsia hepática para obtener una muestra

de tejido hepático para su análisis microscópico. Esto puede ayudar a diagnosticar

enfermedades hepáticas específicas, evaluar la gravedad del daño hepático y guiar el

tratamiento.
Conclusión

En conclusión, las patologías hepatobiliares abarcan una amplia variedad de trastornos

que afectan al hígado, la vesícula biliar y los conductos biliares. Estas condiciones

pueden ser causadas por diversas razones, que incluyen infecciones virales, consumo

excesivo de alcohol, trastornos metabólicos, obstrucciones biliares, enfermedades

autoinmunes y factores genéticos, entre otros. Algunas de las enfermedades hepáticas

y biliares más comunes incluyen hepatitis, cirrosis hepática, litiasis vesicular y vías

biliares (cálculos biliares), colecistitis y pancreatitis.

El diagnóstico y manejo de las patologías hepatobiliares pueden requerir una

evaluación integral que incluya historia clínica, examen físico y una variedad de

pruebas y métodos de imagen, como análisis de sangre, ecografía abdominal,

tomografía computarizada, resonancia magnética, colangiopancreatografía por

resonancia magnética, colangiopancreatografía retrógrada endoscópica y biopsia

hepática, entre otros.

El tratamiento de las patologías hepatobiliares puede variar dependiendo de la causa

subyacente y la gravedad de la enfermedad, e incluye medidas como cambios en el

estilo de vida, medicamentos, procedimientos endoscópicos y, en algunos casos,

cirugía. Además del tratamiento específico, es importante abordar factores de riesgo

modificables, como el consumo de alcohol y la obesidad, y seguir un enfoque integral

de cuidado para optimizar la salud hepática y biliar a largo plazo.


Primeros auxilios

Primeros Auxilios para Fracturas:

Evaluar la situación:

Mantén la calma y evalúa la escena para asegurarte de que no haya peligros


adicionales para ti, la víctima o los presentes.

Si es seguro hacerlo, acércate a la persona lesionada.

Proporcionar atención médica:

Si la persona está inconsciente, asegúrate de que esté respirando y que tenga


un pulso. Si no está respirando, realiza la RCP (reanimación cardiopulmonar)
según sea necesario.

Llama a los servicios de emergencia o pide ayuda médica lo antes posible.

Inmovilizar la zona lesionada:

No muevas a la persona lesionada a menos que sea absolutamente necesario


para evitar un mayor daño.

Si es necesario mover a la persona, hazlo con cuidado y con la ayuda de otras


personas si es posible.

Inmoviliza la zona lesionada usando una férula improvisada con almohadas,


toallas o tablas firmes para evitar que la fractura empeore.

Controlar el dolor y la inflamación:

Aplica hielo envuelto en un paño sobre la zona lesionada para reducir la


hinchazón y el dolor.

No apliques el hielo directamente sobre la piel para evitar lesiones por


congelación.

Tipos de Fracturas:
Fracturas cerradas: La fractura no perfora la piel.

Fracturas abiertas: La fractura perfora la piel y puede haber exposición del


hueso.

Fracturas completas: El hueso se rompe completamente en dos o más


fragmentos.

Fracturas incompletas: El hueso se rompe parcialmente.

Fracturas transversales: La fractura atraviesa el hueso en ángulo recto a su eje


longitudinal.

Fracturas oblicuas: La fractura atraviesa el hueso en un ángulo oblicuo.

Fracturas conminutas: El hueso se rompe en tres o más fragmentos.

Complicaciones y Tratamientos de Urgencia:

Infección: Las fracturas abiertas tienen un mayor riesgo de infección. El


tratamiento incluye limpieza y desinfección de la herida, y en algunos casos,
administración de antibióticos.

Sangrado excesivo: Si una fractura causa un sangrado severo, debe controlarse


mediante presión directa sobre la herida.

Lesiones nerviosas o vasculares: Algunas fracturas pueden dañar los nervios o


los vasos sanguíneos cercanos. Si hay signos de compromiso vascular o
neurológico, se necesita atención médica urgente.

Complicaciones musculares: El músculo puede resultar dañado directamente en


una fractura o durante la manipulación para colocar una férula. Se pueden
administrar analgésicos y, si es necesario, realizar cirugía para reparar el
músculo dañado.
Criterios

1. uso correcto del uniforme 1P

2. Presenta correctamente el tema de investigación

3. Defina el tema a ser desarrollado 1P

4. Utiliza palabras técnicas del énfasis de estudio 1P

5. Actualiza las información relevantes del tema 1P

6 . Presenta argumentaciones convenientes del tema al auditorio

7. Dirige preguntas elabora conclusiones en relación a lo investigado 1P

8. Entrega el trabajo en el tiempo establecido 1P

10. Presenta material de apayo 1P.


Criterios de evaluación

Presentación y postura 1P

Participación 2P

Actitud 1P

Responsabilidad 2P

Originalidad 2P

Seguimiento del tema 1P

Uso del tema 1P

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