Está en la página 1de 5

Podcast Depresión

Consecuencias

La depresión es uno de los trastornos que más prevalencia tiene en el mundo. A pesar de
ello, más de la mitad de las personas que la padecen no recibe tratamiento. Las
consecuencias de una depresión no tratada y su gravedad varían en función del tiempo que
ha pasado entre el inicio del episodio depresivo y el inicio de un tratamiento, entre otros
factores (1).

Las diferentes consecuencias de una depresión no tratada


Las consecuencias de la depresión pueden darse en tres grandes áreas: psicológica, física
y social. La principal consecuencia es la tristeza, sensación de vacío o ganas de llorar.
Asimismo, se da una falta de interés por actividades que antes se disfrutaban.De la misma
manera que aparece tristeza y desmotivación, puede provocar también dificultades a nivel
social, disminuyendo la relación con otras personas y aumentando el aislamiento. También
puede rebajar la capacidad de disfrutar de lo que uno hace en la vida, de su día a día.

A parte de lo mencionado, pueden aparecer problemas físicos como dolores, alteraciones


del sueño, ansiedad e inquietud o sentimientos de culpabilidad, así como dificultades para
concentrarse. La investigación también ha constatado problemas cognitivos (del
pensamiento) que pueden estar influenciados por diversos aspectos, como la edad en la
que aparece la depresión o la duración de la misma (2).En definitiva, los síntomas de la
depresión pueden desembocar en una dificultad importante para afrontar la vida diaria, el
trabajo, las relaciones sociales, las tareas domésticas o cualquier actividad rutinaria.

Por eso la depresión va minando el estado de ánimo y va provocando que todo parezca
imposible, como si para cada cosa se necesitará hacer un sobreesfuerzo. Es habitual sentir
que no hay esperanza y que se está inmerso en la oscuridad o que uno es culpable de su
situación y que nada va a cambiar.Si la depresión no se trata, estas dificultades pueden
acabar limitando de manera importante la vida de la persona e ir agravándose con el
tiempo. A medida que la persona deja de hacer cosas y se aísla, el estado de ánimo
empeora y cada vez es más complicado romper los hábitos adquiridos que mantienen la
depresión.

.
Las consecuencias más comunes suelen ser:
- Aislamiento social. Estas personas tienen a quedarse en casa y no salir. Además,
también tienden a no relacionarse con la gente.
- Dolores físicos. Pueden producirse toto tipo de dolores físicos.
- Pérdida de interés por la vida. Se pierde el interés por hacer las actividades
cotidianas.
- Pensamientos suicidas. etc.

Los efectos mencionados a continuación son ejemplos de lo que podría ocurrir si la persona
no obtiene el tratamiento que necesita.
● Aislamiento social o retraimiento
● Mayor riesgo de desarrollar otro padecimiento de salud mental
● Desempeño deficiente en el trabajo o la escuela
● Falta de control sobre los impulsos
● Toma de malas decisiones
● Niveles de ansiedad elevados
● Dificultades con las relaciones interpersonales
● Debilitamiento del sistema inmunológico
● Úlceras y dolores de cabeza crónicos debido a la tensión
● Presión arterial elevada
● Obesidad
● Uso / abuso de sustancias nocivas
● Conductas autolesivas
● Pensamientos suicidas
● Muerte por suicidio

Las consecuencias de la depresión pueden ser muchas y algunas de ellas muy graves.
Hasta 800.000 personas se suicidan al año en todo el mundo. Estos suicidios, en la mayoría
de los casos, están relacionados con un trastorno depresivo

¿Cómo reducir las consecuencias de una depresión no tratada?


Uno de los aspectos importantes que afectan a las consecuencias y gravedad de la
depresión es la duración sin tratamiento. El tiempo que se tarda entre la aparición de la
depresión y el comienzo de un tratamiento adecuado parece ser fundamental.

Cuanto más corto sea este período, mejores resultados clínicos se encuentran. Estas
mejoras se dan tanto en la recuperación de los síntomas como en las consecuencias
asociadas a la depresión. Esto significa no solo una disminución del malestar, sino también
una mejora en el trabajo, en el manejo de las tareas domésticas y en las actividades
sociales y de ocio Asimismo, se ha visto que la duración de la depresión no tratada también
está asociada a una mayor severidad y a un porcentaje de mejoría inferior en el seguimiento
a los dos años del tratamiento (4).

Por eso, la mejor opción para reducir las consecuencias de la depresión a largo plazo,
viendo los datos que ofrecen las investigaciones, es buscar un tratamiento adecuado en el
inicio de la depresión. En caso de que no se pueda en un principio, lo ideal sería no
postergar demasiado. El estigma de la depresión y la búsqueda de ayuda
Hemos visto que la búsqueda de ayuda y tratamiento de la depresión en sus inicios es muy
importante. No obstante, existen barreras que dificultan la búsqueda de tratamiento y el
acceso a servicios psicológicos o psiquiátricos.

Hay obstáculos como el tiempo o el coste que pueden tener su relevancia pero, aunque
pueda parecer menos importante, el estigma también juega su papel ante la búsqueda de
ayuda
El estigma en la salud mental hace referencia a los estereotipos, prejuicios y discriminación
que se dan ante cualquier persona que padezca un trastorno psicológico. Existen dos tipos
de estigma:

1. El estigma percibido o público

Se trata de la reacción o las creencias del público general ante un grupo basadas en el
estigma de éste. Implica una separación entre el «nosotros» y «ellos», diferenciando entre
ambos grupos. Esta separación se ve fácilmente con el ejemplo siguiente:

En ocasiones se habla de persona depresiva y no de persona con depresión.


Contrariamente, si una persona padece cáncer, se dice que tiene cáncer. Las persona
queda reducida a la depresión y pasa a ser «ellos», mientras que la que padece cáncer
sigue siendo una persona (uno de «nosotros») con un atributo.

2. El autoestigma o el estigma interiorizado

Hace referencia a cuando una persona con un trastorno psicológico se aplica esas
creencias estigmatizantes. Es decir, la persona se está juzgando en base a esas creencias
estigmatizantes del público general. Acaba aceptando esas ideas y diciéndose a si mismo/a
que es cierto.

El estigma puede tener un impacto muy negativo en las personas que tienen algún trastorno
psicológico, como en este caso la depresión. Esto puede llevar a la persona que está
padeciendo a no buscar ayuda por el miedo a ser etiquetada y estigmatizada como una
persona con una «enfermedad mental» (6).

No dejes que el estigma gane: cuanto antes busques ayuda, mejor


La depresión en ocasiones se estigmatiza, como muchos otros problemas psicológicos. Es
importante que, si padeces de una depresión o crees que la estás padeciendo, no sientas
que te falta voluntad, que eres un vago/a, débil o que no podrás hacer nada. Son ideas
negativas (estigma) asociadas a la depresión que no tienen nada que ver con la realidad.

No dejes que el miedo a lo que los demás piensen te venza. Poder buscar ayuda, hablar
sobre lo que te preocupa y sientes y reducir los síntomas que interfieren en tu vida y trabajo
te proporcionará alivio. Esto solo te lo puede dar un tratamiento adecuado para la
depresión.Tú no eres la depresión. No te equipares a ella y no dejes que los demás te
hagan dudar de ti. Intenta no aislarte y, si tienes personas de confianza, habla con ellas y
comparte tu experiencia.

Consigamos que el estigma no gane. La depresión no define a nadie, ni ningún problema


psicológico lo hace. Busca ayuda profesional y te sentirás mejor.
En caso de que tengas alguna persona cercana, familiar o amigo que padezca depresión,
no le juzgues y escúchale. Dedica tiempo a comprender la depresión y a informarte para
poder ayudarle mejor. Agradecerá poder tener a alguien que le comprenda y no le juzgue.
Estadísticas

En el primer año de la pandemia por COVID-19, la prevalencia mundial de la ansiedad y la


depresión aumentó un 25%, según un informe científico publicado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS). El reporte también destaca quiénes han sido los más afectados
y resume los efectos de la pandemia en la disponibilidad de servicios de salud mental y
cómo ésta ha cambiado durante la pandemia.
La preocupación por el posible aumento de las afecciones mentales ya había llevado al 90%
de los países encuestados a incluir la salud mental y el apoyo psicosocial en sus planes de
respuesta a la COVID-19, pero siguen existiendo importantes lagunas y preocupaciones.

Olga Albornoz, psiquiatra colombiana


OMS: Seis de cada diez personas tienen un trastorno mental, y el que más tienen es la
depresión. Estas son estadísticas que la gente no consulta. Y si usted consulta y tiene su
tratamiento puede cambiar la calidad de vida, pero la gente le tiene miedo al estigma porque
somos un país machista y esto se puede considerar como debilidad o falta de carácter.
En total, son cerca de 1.000 millones de personas a nivel mundial las que padecen de
alguna enfermedad mental.Lo anterior, preocupa a la OMS pues, de acuerdo con sus
cálculos, pese a la alta cifra de personas que padecen de alguna enfermedad mental, los
gobiernos solo destinan un 2 % de su presupuesto de salud para el tratamiento y
prevención de los trastornos mentales, porcentaje que únicamente aumenta en los países
con mayores ingresos económicos: 10 %.

Colombia es el octavo país con más depresión en el mundo y eso fue lo que nos pasó, no
es que la pandemia la haya estallado de la nada, sino que hubo mucha gente que tuvo
picos o la desarrolló, pero nosotros somos una población muy susceptible a la depresión y
tenemos depresión infantil, juvenil, adolescente y de toda.

Hay que entrenar a la población, y más a la que tiene que ver con los jóvenes, como los
maestros, jardines infantiles y por este estilo. A los padres hay que decirles que la depresión
es una enfermedad común y corriente. Los padres deben consultar cuando noten algo que
no cuadra, porque la depresión en niños y jóvenes puede ser diferente a lo que
normalmente se concibe como depresión. Puede presentar conductas que pueden ser mal
interpretadas o que pueden ser entendidas como parte de la personalidad o edad del
menor. La depresión puede convertirse, erróneamente, en un estilo de vida y las personas
no se dan cuenta de lo que realmente está pasando.

Cómo prevenirlo
Pese a que nuestras respuestas puedan pasar por el terreno de lo indeterminado, dado que
no es seguro que se pueda evitar al 100% la depresión llevándolas a cabo, por razones
evidentes de que cada situación afecta de diferente forma a las personas, sí es cierto que
hay ciertos comportamientos y formas de abordar las situaciones, así como actividades, que
pueden alejarnos de sufrir un estado depresivo.

Es importante que aprendas a manejar tus emociones, a regularlas para que no se


desborden y no te dejes arrastrar por el torrente de emociones que puede llegar en una
situación dura. Debes llevar una dieta saludable y hacer ejercicio para activar las
endorfinas, las cuales mejoran tu sensación de felicidad y bienestar. Practica además tus
hobbies, te ayudarán a que te sientas satisfecho y realizado.

Ten una vida social activa. Es bueno estar acompañado en los momentos difíciles y
nuestros amigos y familiares pueden ser el punto de apoyo que necesitamos. Es necesario,
además, aceptar la situación y no castigarnos por los errores que hayamos cometido, es
necesario aprender de ellos y perdonarnos, pues de lo contrario solo nos sumergimos en la
culpa.

Evita el alcohol y las drogas, así como las situaciones que potencien el estrés y la ansiedad.
Duerme las horas necesarias y ante la aparición de los síntomas es importante acudir a un
especialista, que te ofrezca un tratamiento acorde a tus necesidades.

● Realizar ejercicio físico: Además de ser beneficioso para su estado de salud física, el
ejercicio mejora el flujo sanguíneo haciendo que se encuentren de mejor humor. Hay
que procurar que el ejercicio esté siempre adaptado a las capacidades de la persona
en concreto y a la época del año para evitar lesiones o deshidratación.
● Mantener la mente activa: Al igual que el cuerpo, también hay que entrenar la mente
para que se mantenga saludable. Realizar actividades enfocadas a entrenar la lógica
y la memoria como pueden ser puzles o juegos de cartas es un buen ejercicio
mental que, además, le ofrecerá momentos de ocio y bienestar.
● Dieta equilibrada: La alimentación juega un papel fundamental en la salud mental ya
que, al igual que el resto del organismo, el cerebro también necesita recibir los
nutrientes necesarios para su buen funcionamiento. Llevar una dieta rica en
vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos esenciales como los que se encuentran en
el aceite de oliva o el pescado azul favorece el buen estado de salud de nuestra
mente.
● Establecer rutinas y prepararlos para los cambios: Saber qué va a pasar les ayuda a
sentirse más seguros en su día a día y reducir el nivel de ansiedad. Es importante
además prepararlos con antelación frente a los cambios que puedan romper con su
rutina, como pueden ser ir a visitar a un familiar o un cambio en su habitación.

También podría gustarte