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TEMA 4- EL DESARROLLO EN LOS DOS PRIMEROS AÑOS DE LA

VIDA DEL NIÑO

1. INTRODUCCIÓN

Lo característico del desarrollo de un bebé de cero a dos años es su


extremado desvalimiento: necesita ser protegido en todo. Pero, de ser invalido y
asocial, se transforma en un ser con todas las características fundamentales y
sociales de la persona humana.
En el periodo de 0 a 2 años, frente a los 80 años de promedio de vida
humana, es mucho mayor la importancia de estos dos años, ya que se producen
cambios espectaculares: los niños han adquirido aptitudes cognitivas asombrosas y
expresan casi cualquier emoción.
Anteriormente se consideraba que un recién nacido era un ser pasivo, pero,
actualmente, aunque se sabe que el repertorio de conductas es muy limitado, se
entiende que nacen con una gran capacidad para aprender, para reaccionar a los
estímulos del entorno y especial sensibilidad hacia los estímulos sociales. Tiene
especial importancia en esta etapa el crecimiento y el desarrollo biosocial.

2. NACIMIENTO

Destacamos el TEST DE APGAR (idea de una mujer), que se trata de una


escala de valoración neonatal de 5 dimensiones, que son el ritmo cardiaco, el
esfuerzo respiratorio, las respuestas reflejas, el tono muscular (hipotonía/hipertonía)
y la coloración. La escala que se emplea es de 0 a 2 puntos (se puede dar 0, 1 o 2)
por cada dimensión, y se lleva a cabo en el lapso de tiempo desde el nacimiento
hasta los 5 minutos desde este.

3. DESARROLLO FÍSICO

Es la base sobre la que se establece el desarrollo psicológico. En estos dos


años es en el periodo de tiempo en el que se producen los aumentos más rápidos y
notorios; se aumenta el peso y el tamaño (de forma proporcional), por lo que los
cambios que se producen son cualitativos.

En el nacimiento las medidas del bebé suelen ser de 50 centímetros y 3.500


gramos, en el 4º mes duplican su peso de nacimiento, al año miden 75 centímetros
y pesan alrededor 10 kilos, en el 2º año de vida el crecimiento es más lento: miden
entre 81 y 91 centímetros y pesan aproximadamente 13 kilos.

4. DESARROLLO DE LAS HABILIDADES MOTORAS

Las primeras experiencias de las habilidades motoras son intraútero; más


tarde, el desarrollo motor permite satisfacer necesidades y realizar actividades. Es la
base del desarrollo cognitivo, social, emocional y del lenguaje. Sin desarrollo motor,
los niños tendrán un desarrollo diferente: el desarrollo motor es la base de todos los
desarrollos.
A las pocas semanas de vida, el bebé realiza movimientos incontrolados, no
controla la cabeza (no control cefálico) y no se mantiene sentado. El desarrollo se
produce en sentido cefalo-caudal (de arriba a abajo: un niño aprenderá antes a
controlar la cabeza que a sentarse) y próximo-distal (de dentro a fuera).
Las primeras habilidades motoras: no son habilidades, sino reflejos
(conducta que se pone en marcha cuando se producen determinadas condiciones),
es decir, movimientos incoordinados y espasmódicos, respuestas involuntarias y
masivas a estímulos concretos. Estos reflejos son necesarios, ya que algunos son
esenciales para mantener la vida (por ejemplo: la respiración, el mantenimiento de
la temperatura corporal, la alimentación -succión, búsqueda y llanto-) y otros
constituyen la base para la motricidad posterior; sin embargo, otros desaparecen en
los primeros meses. La aparición de estos reflejos implica el funcionamiento y el
desarrollo neurológico; los que deben extinguirse con el paso del tiempo si no lo
hacen, es indicador de posible patología (por ejemplo, el reflejo de prensión).
4.1. Habilidades motoras globales: motricidad gruesa
Implican grandes movimientos del cuerpo, como andar, saltar, o agitar los
brazos.

Importancia del GATEO: favorece la autonomía del niño, le da libertad de


movimiento, el mundo del bebé se amplía, ya que este explora su entorno, puede
acercarse voluntariamente a cosas y personas. Es diferente en discapacidad
sensorial o motora.
4.2. Habilidades motoras finas: motricidad fina
Implican movimientos pequeños de los brazos, las manos y los dedos. Son
más difíciles de dominar, porque exigen la coordinación de grupos de músculos
complejos.

5. DESARROLLO COGNITIVO

5.1. Desarrollo de procesos cognitivos básicos


● Capacidad sensorial y perceptiva
Continuamente recibimos ondas electromagnéticas del espectro de la
luz a las retinas, ondas de vibración (sonidos) a la cóclea, moléculas
odoríferas a la pituitaria nasal o el contacto de objetos sobre la piel. Son
distintas energías que impresionan a diferentes receptores sensoriales, estas
se transmiten por impulsos electroquímicos a las cortezas. Esto son
sensaciones y percepciones, que se diferencian en:
○ SENSACIÓN- Es un impacto estimular que alcanza los diversos
receptores sensoriales (debido a distintas variaciones en las
energías del medio externo y de la propia corporalidad), estos
receptores suelen agruparse formando los sentidos del olfato,
gusto, audición, visión, tacto, equilibrio, frío, calor, sed, etc.; el
impacto estimular no tiene significado y su carácter es pasivo
(llegan a nosotros sin que nosotros queramos). Los estímulos
que operan sobre el bebé son de naturaleza sensorial y los
sentidos son la única fuente de información que posee. Al inicio
hay reacciones sensoriales a los estímulos interiores y
exteriores (tener hambre = llorar).
Es esencial vivir esta experiencia sensorial para desarrollar la
percepción y para desarrollar las estructuras cerebrales que
posibilitan la visión, audición, etc.
También tiene una gran importancia la lactancia, ya que facilita
la exploración visual, la manipulación de objetos, y hablarles
para facilitarles la percepción.
○ PERCEPCIÓN- El individuo atribuye una identidad a un
conjunto de estímulos sensoriales, posee significado y tiene
carácter activo (da sentido a las sensaciones). Es intencional y
selectiva: llegan muchos estímulos, pero solo algunos provocan
respuesta (los seleccionados por el sujeto); tiene función
adaptativa y se define como la acción de captar la realidad
mediante la ordenación de los datos que nos llegan de los
sentidos.
En los bebés hay diferencias de desarrollo en función del
sentido (Gottlieb, 1983): tacto, gusto y olfato están más
desarrollados, el oído, desarrollado a un nivel intermedio y la
visión, el menos desarrollado de todos.
■ Percepción gustativa: está bastante desarrollada, los
bebés diferencian desde muy temprano el sabor dulce, el
ácido y el amargo (Steiner, 1979).
■ Percepción olfativa: el olfato está activo desde el
nacimiento, los bebés de 12 h reaccionan a olores de
comidas agradables (reacción facial y succión) y
desagradables; a las 2 semanas son capaces de
identificar el olor de su madre (Cernoch y Porter, 1985).
■ Percepción auditiva: está activa desde la etapa prenatal y
se estudia con la habituación a diferentes sonidos.
■ Percepción visual: el recién nacido tiene visión borrosa,
que mejora con la maduración de los ojos y la corteza
visual; a las 2 o 3 semanas puede diferenciar caras
respecto de otros objetos; y a los 6 meses tiene un
sistema visual semejante al del adulto.
Percepción de caras: de 0 a 2 meses diferencia las
zonas de contrastes: pelo y frente, y los ojos cuando se
mueven; de 2 a 5 meses explora interiores del rostro; con
más de 5 meses, se da un progresivo reconocimiento de
caras.

● Atención
Desde el nacimiento presentan preferencia hacia algunos estímulos
que pueden percibir, los objetos novedosos son los que más les atraen.
○ ATENCIÓN CAUTIVA- atención a los estímulos más llamativos
y que el bebé es capaz de percibir desde el nacimiento.
○ ATENCIÓN VOLUNTARIA- posterior a la atención cautiva, se
cambia a este tipo de atención como consecuencia de la
experiencia y de los aprendizajes
Se pasa de una ATENCIÓN CONTROLADA por las características del
estímulo a una ATENCIÓN MOTIVADA por las experiencias y aprendizajes
del bebé.

● Memoria
Está presente desde el nacimiento, aunque de forma muy breve y
débil. De 2 a 3 meses recuerdan eventos de más de 2 semanas de
antigüedad; a los 6 meses, eventos de más de 6 semanas.
Es la base de la IMITACIÓN: a los 2 meses se producen imitaciones
tempranas de conductas simples (por ejemplo: abrir boca, sacar lengua); de
los 6 a los 12 meses imitan conductas más complejas (imitación diferida,
imitan conductas nuevas); con más de 12 meses es capaz de recordar las
rutinas de la vida diaria (ejemplos: bañarse, ir de paseo, comer).

● Conocimiento del yo
No se encuentra presente desde el nacimiento, sino que se forma a lo
largo de las diferentes etapas del desarrollo:
○ De 8 a 9 meses surgen signos de auto-reconocimiento de su
imagen en un espejo (mayor atención a su propio reflejo que al
de otros), no se reconoce en imágenes o vídeos
○ De 15 a 18 meses ya están formadas las bases del
autoconcepto y se reconoce en imágenes: reconoce sus rasgos,
diferenciándolos de los de otras personas
○ Con más de 18 meses se desarrolla el autoconcepto en el
lenguaje: uso de pronombre de sí mismo. Se da el
afianzamiento de la conciencia de uno mismo y la diferenciación
entre él y los otros.

5.2. Desarrollo de la inteligencia


El desarrollo cognitivo se centra en la actividad (alcanzar y atrapar los
objetos, manipular y explorar los que le resultan interesantes,…) que permite al niño
asimilar y acomodarse a las nuevas situaciones que se le plantean. Es de tipo
sensoriomotor (Piaget). En los primeros años de vida funciona exclusivamente en
términos de sus sentidos y habilidades motoras. Está basado en la práctica y está
ligada a la acción (percibir y hacer), Flavell, 1985.
Inteligencia sensoriomotora (0 a 2 años)
Se llama así, porque la adaptación y la acomodación a la realidad se centran
en la sensación y porque la respuesta es motora. Los actos que dominan son:
succionar, agarrar, gatear, andar, etc. El estadio sensoriomotor se divide en seis
fases o subestadios:
1. Ejercicio de los reflejos innatos (0-1 mes). La inteligencia sensomotriz
empieza con los reflejos del recién nacido (succionar, presión, mirar,
escuchar) que son innatos e independientes del aprendizaje; la
repetición de estos reflejos permiten la adquisición de un esquema con
el que corresponde a una nueva situación (succionar pecho: dedo,
juguetes).
2. Primeras adaptaciones adquiridas y reacciones circulares primarias (1-
4 meses). Aparecen esquemas de conducta independientes de los
reflejos (gracias a las experiencias concretas del bebé); aparece
también la curiosidad y se dan las primeras anticipaciones (ejemplo:
cuando veo a mamá con el biberón entiendo que voy a comer). Se dan
las reacciones circulares primarias: repite de forma automática las
acciones referidas a su propio cuerpo que ha aprendido y que le son
agradables.
3. Reacciones circulares secundarias y procedimientos para prolongar
espectáculos de interés (4-8 meses). Comienzan a darse las
reacciones circulares secundarias: los esquemas de acción se realizan
sobre objetos o sobre otras personas del entorno. Aparecen conductas
semiintencionales (son conductas enfocadas a un fin: conductas que
tienen una intención, distingue entre fines y medios), con las que
intenta que duren las situaciones e imágenes interesantes.
4. Coordinación de esquemas secundarios y aplicaciones a situaciones
nuevas (8-12 meses). Anticipa mejor acontecimientos que satisfacen
sus necesidades y deseos; desarrolla conductas orientadas a la
consecución de un objeto: clara intencionalidad al coordinar varios
movimientos para conseguir un fin.
5. Reacciones circulares terciarias y descubrimiento de nuevos medios a
través de la experiencia activa (12-18 meses). No repite las mismas
conductas, sino que introduce elementos nuevos y observa los efectos
que produce; todo lo experimenta y todo lo quiere conocer.
6. Intervención de nuevos medios mediante combinaciones mentales (18-
24 meses). El niño empieza a anticipar y a resolver problemas
sencillos (utiliza combinaciones mentales antes de la práctica); los
progresos se basan en una acción simbólica; estudia las soluciones
mentalmente, antes de realizar cualquier acción.

6. DESARROLLO DEL LENGUAJE

En la evolución del lenguaje del niño hay que tener en cuenta dos aspectos:
el lenguaje gestual y el lenguaje verbal.
En los primeros meses de vida el recién nacido tiene un lenguaje gestual o
preverbal con un carácter puramente afectivo, pero, por atraer la atención del
entorno (refuerzo positivo), se convierte en un instrumento de comunicación. Desde
el nacimiento del bebé, la familia no solo sostiene un diálogo gestual con el niño,
sino que le habla permanentemente, lo que le sirve como modelo de adquisición del
lenguaje adulto.
El lenguaje presenta dos etapas en el periodo de tiempo de 0 a 2 años:
prelingüística y verbal.
6.1. Etapa prelingüística
Durante el primer año de vida, el niño utiliza gestos, lloros, miradas y sonrisas
que tienen una clara función comunicativa. Se diferencian 5 fases:
1. Llanto reflejo y sonidos vegetativos (0-2 meses). La comunicación se
establece a partir del llanto, las reacciones son simples descargas
emocionales y se producen agunos sonidos, que son solo vegetativos:
eructos, tos, estornudos, etc.
2. Risas y sonidos de gozo (2-4 meses). Aparecen los sonidos de gozos
durante la interacción social, cuando han comido, mientras cogen un
objeto, etc. Los elementos esenciales de la comunicación son el llanto
y la sonrisa, los contactos oculares y las expresiones faciales (volver la
cabeza, cerrar los ojos). El niño es capaz de la reciprocidad en la
comunicación: abrazos, sonrisas, tiende los brazos, etc.
3. Juego vocal (4-6 meses). Se pasa del gorjeo (guuu, cooo) a sílabas
sueltas y distintas (ba, ba, ma, pa); el niño utiliza el llanto para
comunicarse.
4. Balbuceo reduplicado (6-11 meses). El balbuceo se hace emitiendo
cadenas de vocales y consonantes: mamamamama… dadadada…
babababa… Combinan sus lloros con gestos que señalan a personas o
a cosas; al final, comienza a hablar, pero no existen palabras, sino
grupo de emisiones altamente funcionales que se emiten por sugestión
del adulto o en presencia del estímulo. Las primeras palabras
presentan las siguientes estructuras: consonante-vocal, vocal-
consonante o duplicados de sílabas. De 7 a 10 meses surgen los
protoimperativos y los protodeclarativos; se dan también las
protoconversaciones (Snow, 1977: son interacciones verbales que los
adultos mantienen con los bebés, utilizando el BABYTALK). La
comunicación está centrada en sí mismo y en su relación con los
demás, buscando su propia satisfacción.
5. Balbuceo no reduplicado (12-18 meses). Los bebés producen largas y
complejas cadenas de sonidos sin significado, con subidas y bajadas
de tono; persiste el gesto como elemento de comunicación, aunque se
acompaña de lenguaje.
6.2. Etapa verbal
El niño emplea palabras aisladas o pequeños agrupamientos de palabras,
que aplica refiriéndolas a objetos concretos fáciles de identificar, estas son palabras
multiuso, por la extensión de las significaciones; se da un proceso en la articulación.
Los procesos que utilizan en esta etapa son el uso de las palabras pivote (misma
palabra utilizada para diferentes cosas) y la sobregeneralización.
Ejemplos:
- Mamá: todas las personas del sexo femenino
- Papá: cualquier objeto que pertenece a papá, o porque quiere ir con él
- Guau-guau: perros, vacas, caballos
Se divide en varias subetapas:
1. Periodo holofrásico: locución de una palabra (12-18 meses). Se utilizan
sustantivos que para el niño significan una frase entera (agua, por “yo
quiero agua”); con las holofrases, expresan demandas, peticiones,
atributos de objetos y personas, lugares, etc. Hay diferencias
individuales, pero, en general, hay mayor lenguaje comprensivo que
expresivo. A partir del aprendizaje de las primeras palabras, el léxico
aumenta extraordinariamente, Rondal, 1979:
a. 12 meses: 3 palabras
b. 19 meses: 22 palabras
c. 24 meses: 72 palabras
d. 36 meses: 96 palabras
e. 48 meses: 1540 palabras
2. Periodo de las locuciones de dos o tres palabras : lenguaje telegráfico
(18-24 meses). Comienza a utilizar dos o más palabras unidas, con las
que señala y nombra objetos y personas; indica petición o deseo de
repetición de algo; expresa rechazo, negación, posesión; señala
relaciones semánticas entre agentes; expresa acciones, hechos,
localizaciones, atribuciones, preguntas, intenciones, etc. Expresan la
información de manera telegráfica: sin palabras de función (artículos) o
nexos; el vocabulario aumenta a gran ritmo y no hay flexiones (género,
número).
3. Fenómeno de la hiperregulación: adquisición de reglas. El niño
adquiere una regla y tiende a aplicarla a todos los casos:
sobregeneralización (verbos irregulares, por ejemplo). Se integran las
formas sintácticas y semánticas y los sistema de reglas.

7. DESARROLLO EMOCIONAL

Las emociones desempeñan un papel de máxima importancia en la vida del


niño, porque añaden placer a sus experiencias cotidianas y le motivan para la
acción.
Características de las emociones en niños: son breves, intensas, transitorias
(labilidad: paso rápido de una emoción a otra: de la risa al llanto, de la rabia a la
sonrisa...), muy frecuentes, varían con la edad, cuando aumentan las
verbalizaciones van desapareciendo las respuestas motoras, son sinceras y están
influidas por el entorno (descubre, por ensayo-error, qué reacciones son permitidas
y cuáles no).
Principales emociones:
❖ Sonrisa: (empieza muy pronto) en los primeros días de vida aparece la
media sonrisa, provocada por un ruido agradable o por estar satisfecho; a las
6 semanas aparece la sonrisa social; a los 3 meses sonríen con más
frecuencia cuando algo les agrada y en la interacción social; a los 6 meses
aparecen expresiones de felicidad más selectivas, debidas a la interacción
con personas conocidas; aparece la sonrisa social deliberada: con el
desarrollo del lenguaje preverbal.
❖ Ira: los recién nacidos responden con llanto a las experiencias desagradables
(hambre, cambios de temperatura, incomodidades, etc.); de los 4 a los 7
meses muestran reacciones de ira (angustia), combinadas con enfado
cuando se les quita algo o se les impide moverse o la madre se ausenta.
❖ Tristeza: es menos frecuente que la ira, se manifiesta ante la presencia de
estímulos dolorosos, al quitarles un objeto, por separaciones breves, etc.
❖ Miedo: en los primeros meses de vida es infrecuente; a los 6 meses aparece
por primera vez y suele darse ante la presencia de adultos desconocidos
(ansiedad ante extraños); de los 8 a los 14 meses surge la ansiedad por
separación (miedo a que desaparezca la madre o cuidador, cuando no la
ven); de los 15 a los 24 meses disminuye la ansiedad ante extraños, su
desarrollo cognitivo le permite discriminar con más eficacia a las personas
amenazantes.
❖ Rabietas: son las más frecuentes; para los niños es una forma de manipular
el ambiente; están ligadas a situaciones de frustración; pueden ser impulsivas
(agresiones hacia objetos o personas causantes) o inhibidas (huye de la
persona o el objeto causante).
A partir del año los niños continúan expresando todas las emociones básicas,
cada vez con mayor vigor, velocidad y selectividad; aparecen emociones
autoconscientes (implican conocimiento del yo): vergüenza, culpa, envidia, orgullo.
Al final del segundo año la conciencia de sí mismo cambia la intensidad y las
reacciones del niño frente a los demás; las emociones varían desde el afecto hasta
los celos; aparece el sentimiento de autocrítica (culpabilidad) y se sienten orgullosos
de sus logros.

8. DESARROLLO SOCIAL

Se aborda través del desarrollo del APEGO y del AUTOCONCEPTO. Estas


son dos formas de desarrollo que nos permiten conocer cómo se realiza la
socialización en esta edad.
8.1. El apego
El lazo afectivo que sentimos por personas especiales en nuestra vida, que
nos lleva a sentir placer y alegría cuando interactuamos con ellas, sentirnos
aliviados con su cercanía en momentos de tensión y nos produce sentimientos de
angustia durante la separación.
Tipos (Ainsworth, 1978):
● Apego de seguridad. El niño recibe seguridad y confianza del cuidador,
los bebés parecen estar cómodos en un lugar extraño mientras sus
madres están presentes.
● Apego evasivo. El bebé se muestra indiferente ante la presencia de la
madre y se caracteriza por el miedo y el enfado.
● Apego de oposición. El bebé se muestra disgustado siempre, aunque
la madre esté presente y ante su separación, reacciona con desolación
total, o indiferencia.
Etapas:
● Primeros meses. El bebé muestra su apego con respuestas
indiscriminadas, como sonreír o llorar, cuando se aproxima o se
marcha la madre o cuidadores.
● 2-7 meses. El bebé empieza a discriminar entre la gente que le rodea.
A los 5 meses, sonríe a rostros familiares.
● 7-8 meses. Se desarrolla un fuerte vínculo que supone un verdadero
apego, aparece el recelo a los extraños.
● 9-12 meses. Las actividades con la figura de apego están relacionadas
con la satisfacción de necesidades, siente tristeza con la separación
(dolor de la separación).
● 13-24 meses. Los niños dejan de mostrar tristeza de forma visible
cuando su madre les deja.
8.2. El autoconcepto
Se refiere a la percepción del yo como un ser separado, distinto de los demás
y de los objetos. Para su desarrollo, es preciso que el niño posea:
● Reconocimiento del yo. Se produce cuando los bebés comienzan a
sentirse diferentes del mundo y desarrollan el sentido del yo como un
agente activo independiente, que puede provocar cambios en el
entorno.
● Comprensión del yo. Se refiere a la percepción del yo como un ser
separado, distinto de los demás y de los objetos, a qué sabemos o
creemos saber de nosotros mismos: “Cómo soy”.
Son determinantes en la formación del autoconcepto:
● Las reacciones de los otros, el yo reflejado. Se forma sobre lo que
pensamos que los demás piensan de nosotros.
● La comparación con otras personas. La percepción de uno mismo solo
resulta significativa cuando puede compararse con la de otros.
● La edad, el sexo, el status social y el desempeñar un determinado
papel (por ejemplo, hermano mayor vs. hermano pequeño) influye y
determina la percepción que uno tiene de sí mismo.
● Identificación con un modelo. Afecta a la autoimagen que el niño se va
formando; influye la relación emocional con esa figura, que le impulsa
a imitarlo, e incluso a sentir sus atributos como propios.

Etapas (Hoffman, 1996):


Nace cuando el niño es capaz de diferenciar su yo del mundo exterior.
Se desarrolla a través de la experiencia y de la interacción social: si se le
valora, se valora; si se le ignora, se ignora.
● 0-12 meses: aprende a conocer quién es él y quiénes son los otros.
● 12-24 meses: se produce el reconocimiento del propio yo, ya que
empieza a verse distinto de los demás.
● Más de 24 meses:
○ Autodescripción del yo (se siente con características definidas:
pequeño, grande, pelo rizado, etc.)
○ Surgen respuestas emocionales a sus propias transgresiones:
empieza a esconder las evidencias de sus malas acciones y
evitan el mal comportamiento cuando son observados.

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