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LA PEDAGOGÍA DE LA PREGUNTA; UNA PODEROSA HERRAMIENTA PARA PROPICIAR EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO EN

EL MODELO PENSAR
Recursos educativos / junio 29, 2021 / Corpoeducación, Exraedad, Modelo Pensar
Escrito por Laura Higuera Villegas – Consultora Proyectos Corpoeducación.*
¿Por qué las vacas engordan si comen únicamente pasto? ¿Por qué se hundió el Titanic? ¿Por qué las hormigas
pueden cargar el doble de su peso?, son algunas de las preguntas problematizadoras para propiciar el
aprendizaje propuestas por los y las docentes de las instituciones educativas José Odel Lizarazo y Antonio
Nariño del municipio de Saravena- Arauca, quienes hacen parte de la estrategia de formación y entrega de
materiales del modelo pedagógico Pensar.
Pero, ¿qué es la pedagogía de la pregunta? Esta es una estrategia que potencializa el aprendizaje significativo
en el aula, en el sentido que permite al docente indagar saberes previos de sus estudiantes a través de
preguntas interesantes que invitan a la exploración de conocimientos que cada alumno o alumna adquiere en
la vida cotidiana. Para Freire “las preguntas ayudan a iniciar procesos interactivos de aprendizajes y solución de
problemas, lo mismo que mantenerlos hasta cuando se logran los objetivos y se planteen nuevos problemas y
nuevas situaciones de aprendizaje en este continuo trasegar que es la vida.” Es así como esta se constituye en
una herramienta pedagógica que facilita el aprendizaje autónomo, consciente, y útil para la vida.
Una de las grandes ventajas de la pedagogía de la pregunta en el aula es lograr materializar los principios
constructivistas en los que, partiendo de los saberes previos, es posible dar cabida a nuevos conocimientos con
los cuales se consolida los procesos de aprendizaje del estudiantado de manera progresiva. En los modelos
flexibles, como es el caso del modelo Pensar, la pedagogía de la pregunta cobra un papel relevante, pues no
solo propicia el espacio para una revisión preliminar de los conocimientos, habilidades e intereses de nuestros
estudiantes, sino que se presenta como un excelente escenario para despertar el interés y la motivación de
toda la clase. La pedagogía de la pregunta es una perfecta introducción y puente para conectar los objetivos
del aprendizaje con diversas experiencias que surgen de la cotidianidad.
En este sentido, desde la ruta metodológica del modelo Pensar se propone como primer paso para alcanzar los
objetivos pedagógicos de cada área la exploración de la pregunta problematizadora, la cual tiene como fin
trazar un recorrido de aprendizaje articulado en el que a medida que se aprende se va dando respuesta a los
cuestionamientos realizados al inicio de cada clase. Así pues, ¿por qué se hundió el Titanic? puede ser una
pregunta que abra el espacio para la revisión de diversas temáticas que son posibles explicar desde la física.
Es así como los y las docentes que han venido participando de la apropiación del modelo Pensar en Saravena
ahora reconocen la pedagogía de la pregunta como una poderosa herramienta para aplicar en sus clases con
estudiantes en extraedad, los cuales demandan metodologías diferentes a las tradicionales para que el
aprendizaje se haga de forma contextualizada y en la que se va más allá de la presentación de contenidos
carentes de sentido, sino que en ellos se pueda dar respuesta a las necLas preguntas como herramienta
pedagógica
Las preguntas fomentan el aprendizaje y generan nuevas formas de ver la realidad. Esta es la premisa en la
que se basan los Proyectos Asociativos Regionales, PAR, de Explora Conicyt, los que cada año siguen una
temática en torno al cual articular actividades, como ferias científicas hasta álbumes con actividades para
realizar en clase, pasando por congresos de investigación escolar y exposiciones de ciencia.

¿Por qué las preguntas?


“Nuestros objetivos principales, como programa que busca difundir la ciencia entre la ciudadanía, apuntan a
fomentar el razonamiento crítico, el hacerse preguntas, el pensamiento reflexivo y la comprensión del entorno.
Con ello se contribuye, además, al desarrollo integral de las personas, inspirándose en la curiosidad y la
creatividad innata”. Es lo que menciona Natalia Mackenzie, directora del Programa Explora, sobre los tres ejes
que articulan las acciones que se desarrollan durante todo este año para destacar la importancia de este
tema, tanto a nivel central como en regiones a través de los PAR: curiosidad, la acción de preguntar y el
pensamiento crítico.

Potenciando el pensamiento crítico


Las actividades asociadas a los ejes de este año invitan a la realización de diversas iniciativas en las que se
comparte con la comunidad educativa, desde proyectos en el aula hasta la capacitación de profesionales de la
educación. En este contexto, se realiza el Seminario de Educación “Una Mirada desde el Pensamiento
Crítico”, en Requinoa, Región de O’Higgins, actividad en la que participó Francisca Petrovich, editora creativa
de educarchile, realizando el taller “La máquina de pensar” y la charla principal del evento, titulada
“Habilidades para el Siglo XXI”. En el seminario, participaron docentes, educadoras y agentes educativos de
las diversas comunas de la región.
Para Petrovich, que Explora Conicyt haya puesto el foco en las preguntas, con sus ejes de acción definidos,
es “el inicio del desarrollo de un pensamiento crítico ya que te preguntas desde el comienzo, sigues
preguntándote para evaluar, cuando comparas y cuando estás haciendo procesos de convergencia. La
pregunta es un elemento sumamente flexible, y lo que hace Explora es mostrar que en la dinámica de las
preguntas está el conocimiento, que se trata de una construcción del conocimiento a través del asombro, de la
curiosidad”.
Las preguntas están presentes en todos los niveles educativos, incluso en educación parvularia, donde se
encuentra uno de los públicos más refinados al momento de hacer preguntas: las niñas y niños. “Si se
observa el currículum en las nuevas bases curriculares de educación parvularia, las preguntas están muy
presentes; si uno analiza la función que tienen las preguntas en el currículum nos vamos a dar cuenta que los
para qué de las preguntas varían mucho. Los niños son expertos en hacer preguntas. El mundo de los por
qué de los niños es infinito y, de la misma manera, nosotros podemos hacer que las preguntas se
enriquezcan, contando con un repertorio más amplio”, afirma Petrovich.

Aprendizaje colaborativo
Al consultar por la relevancia de trabajar este tema, especialmente con docentes, Petrovich señala que “es en
la sala de clases donde se transforma el conocimiento, porque hacer preguntas es una habilidad y, como tal,
se puede aprender y mejorar. Lo importante es que uno sepa para qué las preguntas, el sentido que tienen y
desde ahí el ánimo de profundizar en el tema. Es lo que nos pasa en educación y lo que esperamos de las y
los estudiantes”.
Una temática que se relaciona con lo que el portal educarchile viene realizando, en secciones como
Innovaciones Educativas y Desarrollo Profesional. “Sobre la educación del siglo XXI y sus habilidades
asociadas está todo por descubrir y hacer. Cada año aparece un nuevo marco, siempre relacionado con la
capacidad de hacer con otros, la colaboración, la curiosidad, el generar nuevos conocimientos. Un trabajo que
en educarchile estamos explorando desde hace tiempo a través de diversos proyectos en los que podemos
observar cómo se gestan estas habilidades del siglo XXI, sumando, también, las experiencias que están
desarrollando las organizaciones aliadas, muy a la par del trabajo del portal”.
Las preguntas también son una preocupación para los docentes que asisten a instancias de formación como
las que organiza Explora Conicyt a lo largo de Chile. Reflexiones que inspiran el cambio y que refuerzan las
oportunidades que quedan al finalizar este tipo de capacitaciones:
"Poder generar preguntas con propósito educacional y comunicacional claro"
"Todas las preguntas son valiosas y se transforman en una gran herramienta para el aprendizaje"
"Puedo hacer preguntas para generar feedback y ser original al preguntar, ser detallistas, flexible"
"Incentivar a cuestionarse, donde los estudiantes formulen preguntas en base a textos, experiencias,
contenidos, entre otros, que trasciendan de lo cotidiano, que no se queden con lo que dicen los autores y
vayan más allá"
Te invitamos a seguir motivando la reflexión sobre las preguntas y la innovación pedagógica creando tu propia
máquina de hacer preguntas, posibilidades para potenciar los contenidos y generar nuevos aprendizajes en
las y los estudiantes.

Sabías qué las buenas preguntas marcan la diferencia en el proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes?
Publicado en: ¿Sabías que? | 29 octubre, 2014
Por María José Palmero B.
mjpalmero@udd.cl
Coordinadora Área Psicología
Un educador efectivo es aquel que favorece que el aprendizaje se construya por los
mismos estudiantes y es así como el planteamiento de preguntas claves –atingentes,
motivantes y de la manera y momento oportuno- es crucial. Sabemos que las clases
exclusivamente expositivas no son efectivas en un mundo globalizado como el que
habitamos, donde los conocimientos están a la mano, veinticuatro – siete, trescientos
sesenta y cinco días al año, hoy lo más importante es la conducción de los procesos de
aprendizaje de la manera y en el momento adecuados, con énfasis en los procesos
metacognitivos que subyacen dichos procesos. También sabemos que el aprendizaje
tiene lugar en la medida en que responde una pregunta a la base del estudiante,
entonces cabe preguntarse: ¿estamos intencionando las preguntas adecuadas en la
enseñanza de nuestros estudiantes?, ¿activamos la curiosidad por aprender al mismo
tiempo que reconocemos conocimientos previos?
En las prácticas socráticas se desarrolla un diálogo intelectual, sustentado en un
análisis de texto, que promueve la discusión de las ideas y permite la formación de
opiniones razonadas y autónomas en los alumnos. Por esto mismo, resulta una
herramienta enriquecedora de los procesos de aprendizaje.
El Método Socrático es una estrategia para promover el pensamiento crítico a través de
la formulación de preguntas por parte del docente, en vez de darle respuestas a los
estudiantes. Este método promueve la discusión de ideas permitiendo la formación de
opiniones razonadas y autónomas de los alumnos, mediante el uso de preguntas y
conducción del diálogo. Pueden observarse seis tipos de preguntas socráticas:

1) Preguntas conceptuales aclaratorias


ü ¿por qué dices eso?
ü ¿qué quieres decir exactamente esto?
ü ¿Cómo se relaciona esto con lo que hemos venido hablando, discutiendo?
ü ¿cuál es la naturaleza de…?
ü ¿qué es lo que ya sabemos respecto a esto?
ü ¿puedes darme un ejemplo?
ü ¿lo que quieres decir es… o …?
ü ¿por favor, puedes re frasear lo que dijiste?

2) Preguntas para comprobar conjeturas o supuestos


ü ¿Qué más podríamos asumir o suponer?
ü ¿parece que estás asumiendo que…?
ü ¿cómo escogiste estos supuestos?
ü ¿por favor explica por qué o cómo?
ü ¿qué pasaría si…?
ü ¿estás de acuerdo o en desacuerdo con…?
ü ¿cómo puedes verificar o negar ese supuesto?

3) Preguntas que exploran razones y evidencias


ü ¿por qué está sucediendo esto?
ü ¿cómo sabes esto?
ü ¿puedes mostrarme?
ü ¿me puedes dar un ejemplo de esto?
ü ¿cuáles son las causas para que suceda…? ¿por qué?
ü ¿cuál es la naturaleza de esto?
ü ¿son estas razones suficientemente buenas?
ü ¿podría defenderse en un juicio?
ü ¿cómo se podría refutar?
ü ¿cómo podría yo estar seguro de lo que estás diciendo?
ü ¿por qué está pasando…?
ü ¿por qué…?
ü ¿qué evidencia existe para apoyar lo que estás diciendo?
ü ¿en qué autoridad o experto basas tu argumento?

4) Preguntas sobre puntos de vista y perspectivas


ü ¿de qué otra manera se podría mirar o enfocar esto… parece razonable?
ü ¿de qué otras maneras alternativas se puede mirar esto?
ü ¿podrías explicar por qué es esto necesario o beneficioso y a quién beneficia?
ü ¿cuál es la diferencia entre… y…?
ü ¿cuáles son las fortalezas y debilidades de…?
ü ¿cuál es la similitud entre…?

5) Preguntas para comprobar implicaciones y consecuencias


ü ¿y entonces qué pasaría?
ü ¿cuáles son las consecuencias de esa suposición o conjetura?
ü ¿cómo puede… usarse para…?
ü ¿cuáles son las implicancias de…?
ü ¿de qué manera… afecta…?
ü ¿en qué forma… se conecta con lo que aprendimos antes?
ü ¿por qué… es importante?
ü ¿qué estás insinuando?

6) Preguntas sobre las preguntas


ü ¿cuál era el punto de formular esta pregunta?
ü ¿por qué crees que formulé esa pregunta?
ü ¿para qué nos sirve darnos cuenta de eso?
PREGUNTAS GENERADORAS

Las preguntas generadoras son aquellas que se plantean a los alumnos al inicio del tema o situación
de enseñanza, con la finalidad de generar y facilitar el aprendizaje.
Los tipos de preguntas que se le presentan y la secuencia deben captar la atención de los estudiantes
despertando su curiosidad y el recuerdo de los conocimientos ya adquiridos durante su formación académica,
reforzando puntos importantes de los contenidos y promocionando aprendizaje activo; deberán alentar a que
el alumno se esfuerce por atender e investigar con mayor precisión el tema.

Características
 Son preguntas que tienen más de dos plausibles respuestas o que la respuesta no sea simple y directa.
 Son preguntas que tienen un solo asunto a la vez.
 NO son preguntas dicotómicas de si-no.
 Son preguntas que requieran la demostración del conocimiento que el estudiante tiene sobre el tema .
 Son preguntas que relacionan o comparan temas, ideas o asuntos.
 Presentan un cambio en los factores o en los asuntos expuestos en una temática.
 No pretenden dar una calificación a los alumnos, del tema a desarrollar o en desarrollo.

Preparación
 Identificar los puntos centrales de la temática.
 Decidir si se emplearán las preguntas a responderse de forma individual, para la interacción estudiante -
estudiante o para ser respondidas con una conclusión grupal.
 Elaborar las preguntas con un formato claro y conciso.
 Establecer formas de retroalimentación que indiquen si las preguntas son comprendidas por los
estudiantes.
 Focalizar el punto central de la pregunta (en vez de preguntar: ¿Qué puedes decir acerca de la crisis de
1929 en Estados Unidos? es mejor focalizar la pregunta a: ¿Qué condiciones de la economía americana
influyeron para el surgimiento de la crisis de 1929 en Estados Unidos?)
 Después de la pregunta esperar silenciosamente por la respuesta.
 Promover el consenso sobre la respuesta mas aproximada.

Ejemplos de preguntas generadoras

¿Qué elementos hacen diferentes al término _______ de __________?


¿Cómo puede aplicarse ________ para ser empleado en __________?
¿Cuáles son las fuerzas y debilidades de ___________?
¿Qué ejemplo expone las características de ________y porqué?
¿Qué papel cumple el ___________en ____________?
¿Qué función posee el ____________?
¿Qué argumento explica el proceso de___________en ____________?
¿Cómo se crea del modelo de____________ en ___________?
¿Qué es ministrar?
Ministrar es averiguar cuáles son las necesidades de alguien y atenderlas; es llevar a cabo la obra del Señor.
Cuando ministramos, representamos a Jesucristo y actuamos como Sus agentes para cuidar, elevar y fortalecer
a quienes nos rodean.
En calidad de miembros, podemos determinar, mediante la comunicación y la inspiración, la frecuencia y el
tipo de contacto que tendremos con aquellas personas a las que ministramos. Este contacto personalizado nos
ayudará a ministrar con eficiencia y consultar cada trimestre con los líderes acerca de las necesidades de las
personas y las familias a nuestro cargo.
¿Qué puedo hacer?
Las maneras en las que podemos amarnos y ayudarnos mutuamente son ilimitadas. Cada hijo de Dios es
único. Por eso, la ministración eficaz debe ser sumamente individualizada y estar guiada por el Espíritu. Es
posible que lo que funciona para una persona no funcione para otra. Los líderes han instado a los miembros de
la Iglesia a comenzar a ministrar mediante la oración, de manera sencilla, y a aprender lo que funciona mejor
para aquellos a quienes fueron llamados a servir. En la actualidad, la ministración ya no requiere una visita
formal. La interacción puede ocurrir en el hogar, en la iglesia o en cualquier lugar que sea seguro y
conveniente.
La hermana Jean B. Bingham dijo: “A veces pensamos que tenemos que hacer algo grandioso y heroico para
‘que cuente’ como servicio a nuestro prójimo. Sin embargo, los simples actos de servicio pueden tener efectos
profundos en los demás, así como en nosotros mismos”1.
En los esfuerzos de ministración, podemos aprovechar las diversas herramientas que tenemos a disposición.
Como dijo el élder D. Todd Christofferson: “Tenemos muchos medios para comunicarnos con las personas,
cuidar de su bienestar y ayudarlas en su camino de regreso a su Padre Celestial […]. ¿Qué es lo que funciona?
¿Qué se necesita?”2.
Al comprometernos a ser flexibles y considerar mediante la oración cómo amar y servir mejor al prójimo,
seremos bendecidos con la inspiración y el conocimiento que necesitamos para ministrar como lo hizo el
Salvador.
¿Qué debo saber?
Cada familia del barrio o de la rama tendrá hermanos ministrantes (hermanos del sacerdocio) que ofrecerán
ministración y cuidado para la persona o la familia. Todas las hermanas adultas tendrán hermanas
ministrantes (miembros de la Sociedad de Socorro y, posiblemente, también de las Mujeres Jóvenes) para
brindar ministración y cuidado.
Los líderes proporcionarán las asignaciones de ministración y se reunirán con los hermanos y las hermanas
ministrantes (de preferencia, como compañerismos) para deliberar en consejo sobre las fortalezas, las
necesidades y los desafíos de aquellos a quienes ministran.
¿Cómo empiezo?
Póngase en contacto con las personas que se le asignaron para ministrar. Esto se puede hacer de varias
maneras. Comuníquese con ellas en persona; por teléfono, mensaje de texto o redes sociales; o incluso, por
correo.
Conózcalas. Aprenda aspectos de su vida, sus relaciones y sus circunstancias. Al hacerlo, podrá anticipar sus
necesidades y cubrirlas por su cuenta, o bien, pedirles a los líderes de su barrio acceso a recursos adicionales.
Ofrézcale su amistad al demostrarles que son importantes para usted. Esfuércese por ser la clase de amigo
que necesitan.
Ore por ellas y para recibir ayuda. Nadie conoce las necesidades de quienes le asignaron para ministrar mejor
que el Padre Celestial. Busque Su ayuda y ore para recibir inspiración a fin de servirles de la mejor manera, a
Su manera. Encontrar respuestas inspiradas a sus preguntas y utilizar todos los métodos disponibles para
establecer contacto es fundamental para una ministración inspirada.
Ministre a estas personas de forma individual y personalizada para adaptarse a sus necesidades.
Mantenga la relación. La vida de las personas puede cambiar rápidamente. Comuníquese a menudo con las
personas a quienes ministra, y estará mejor preparado para ayudarlas y servirlas cuando surjan necesidades.
“A veces pensamos que tenemos que hacer algo grandioso y heroico para “que cuente” como servicio a nuestro
prójimo. Sin embargo, los simples actos de servicio pueden tener efectos profundos en los demás, así como en nosotros
mismos.”
—Sister Bingham

“Trabajemos hombro a hombro con el Señor de la viña, dando al Dios y Padre de todos nosotros una mano de ayuda con
Su asombrosa tarea de contestar oraciones, dar consuelo, secar lágrimas y fortalecer las rodillas débiles”
—Elder Holland

Ministrar
Reseña
Ministrar es cuidar de los demás a la manera de Cristo; está motivado por nuestro deseo de cumplir el
mandamiento de amar a nuestro prójimo e incluye el servicio a las personas, fruto de nuestra preocupación
por su bienestar espiritual y temporal.
El Salvador ejemplificó la ministración durante Su vida. Él “sonrió, habló, caminó, escuchó, dedicó tiempo,
animó, enseñó, alimentó y perdonó” (Jean B. Bingham, “Ministrar como lo hace el Salvador”, Liahona, mayo
de 2018, pág. 104). El Salvador nos pide que sigamos Su ejemplo de amarnos “unos a otros; como yo os he
amado” (Juan 13:34).
Ministramos de manera natural a nuestra familia, a las personas que amamos y a quienes nos rodean.
Además, en los barrios recibimos asignaciones como hermanos y hermanas ministrantes para cuidar de los
miembros del barrio de manera organizada (véase Moroni 6:4). Nos aseguramos de que todos estén
atendidos y de que nadie quede olvidado.
Bajo la dirección del obispo, y trabajando en unión, las presidencias del cuórum de élderes y de la Sociedad
de Socorro supervisan las labores de ministración. Por lo general, cada hermana adulta tiene dos hermanas
ministrantes que están asignadas a cuidar de ella, y cada hogar tiene dos hermanos ministrantes asignados a
cuidar de los miembros de la familia. En ocasiones se puede asignar a matrimonios en calidad de compañeros
ministrantes a fin de satisfacer mejor las necesidades de los miembros. A partir del mes de enero del año en
que cumplen 14 años, se puede asignar a los hombres y a las mujeres jóvenes a servir como compañeros
ministrantes de personas adultas.
En calidad de hermanos y hermanas ministrantes, participamos en entrevistas trimestrales de ministración, en
las que hablamos con nuestros líderes acerca de nuestra labor, así como de los puntos fuertes y las
necesidades específicas de las personas a las que ministramos.
Las labores de ministración pueden adoptar muchas formas. Donde sea posible, los hermanos y las hermanas
ministrantes visitan a los miembros en sus hogares. También puede haber interacciones en los centros de
reuniones o en la comunidad. Los métodos a seguir pueden variar: desde cualquier tipo de servicio hasta una
visita, una llamada telefónica, un mensaje de correo electrónico o un mensaje de texto. Cada persona es
única y la ministración eficaz es individualizada y guiada por el Espíritu. Por medio de la oración y la
inspiración seremos bendecidos para saber cómo ministrar como lo hizo el Salvador.
Cuando ministramos, representamos a Jesucristo al velar, edificar y fortalecer a las personas que nos rodean
(véase Mateo 25:34–40). También las invitamos a venir a Cristo y a progresar por la senda de los convenios.
El élder Jeffrey R. Holland nos invitó a trabajar “hombro a hombro con el Señor de la viña, dando al Dios y
Padre de todos nosotros una mano de ayuda con Su asombrosa tarea de contestar oraciones, dar consuelo,
secar lágrimas y fortalecer las rodillas débiles” (véase “Estar con ellos y fortalecerlos”, Liahona, mayo de
2018, pág. 1
Ministrar
21.0
Introducción
Ministrar significa servir a los demás como lo hizo el Salvador (véase Mateo 20:26–28). Él amó, enseñó, consoló y
bendijo a las personas que lo rodeaban, y oró por ellas (véase Hechos 10:38). Como discípulos de Jesucristo, nosotros
procuramos ministrar a los hijos de Dios.
El Señor desea que todos los miembros de Su Iglesia reciban ese tipo de cuidado. Por esa razón, se asigna a poseedores
del sacerdocio como hermanos ministrantes de cada familia de miembros y se asigna a hermanas ministrantes a cada
hermana adulta. Esas asignaciones sirven para asegurarse de que a los miembros de la Iglesia se les recuerda y se les cuida
(véase Moroni 6:4).
La ministración es una manera importante en la que guardamos los mandamientos de amar a Dios y a nuestro prójimo
(véase Mateo 22:36–40). También es una manera vital de ayudar a llevar a cabo la obra de Dios de salvación y exaltación.
Las presidencias del cuórum de élderes y de la Sociedad de Socorro ayudan a los hermanos y las hermanas ministrantes a
aprender la manera de ministrar a las personas. También ofrecen inspiración, guía y apoyo por medio de entrevistas de
ministración (véase 21.3), las reuniones dominicales y conversaciones personales. Buscan inspiración en las Escrituras, en
este capítulo y en Ministrar.LaIglesiadeJesucristo.org.
21.1
Responsabilidades de las hermanas y los hermanos ministrantes
Las hermanas y los hermanos ministrantes representan al Señor. También ayudan a los miembros a sentir el amor y el
apoyo del obispo y de los líderes de la Sociedad de Socorro o del cuórum. Ellos deben “velar siempre por los miembros de
la iglesia, y estar con ellos y fortalecerlos” (Doctrina y Convenios 20:53).
Las hermanas y los hermanos ministrantes tienen las siguientes responsabilidades en cuanto a las personas y familias que
se les asignan:
Ayudarlas a aumentar su fe en el Padre Celestial y en Jesucristo.
Ayudarlas a prepararse para hacer y guardar convenios sagrados con Dios a medida que reciban las ordenanzas. Según sea
necesario, ayudar a los padres a preparar a sus hijos para que reciban ordenanzas y guarden los convenios.
Discernir necesidades y brindar amor, cuidado y servicio semejantes a los de Cristo. Ofrecer ayuda y consuelo en
momentos de necesidad espiritual o temporal. Analizar las necesidades durante las entrevistas de ministración y en otras
ocasiones.
Ayudarlas a que lleguen a ser autosuficientes en lo espiritual y lo temporal.
Para saber más sobre las responsabilidades de las hermanas y los hermanos ministrantes, véanse Santiago 1:27, Mosíah
23:18 y Doctrina y Convenios 20:47, 59.
Las hermanas y los hermanos ministrantes procuran la guía del Espíritu mediante la oración. También deliberan con las
personas a las que sirven a fin de averiguar la forma en que mejor pueden atender sus necesidades.
Las hermanas y los hermanos ministrantes adaptan sus esfuerzos de acuerdo con las necesidades y circunstancias de las
personas a las que sirven. Se les alienta a hacer las visitas en persona, teniendo en consideración factores como la
seguridad, la distancia y la adecuación cultural. Las hermanas y los hermanos ministrantes también pueden comunicarse
con las personas por otros medios, como las llamadas telefónicas, las videoconferencias, los mensajes de texto, los correos
electrónicos, las cartas, las redes sociales, el contacto en la Iglesia y los actos de servicio.
Es posible que haya necesidades que los hermanos o las hermanas ministrantes no puedan cubrir por su cuenta. En tales
casos, deliberan con un miembro de la presidencia de la Sociedad de Socorro o del cuórum de élderes.
21.2
La organización de la ministración
El Salvador dio asignaciones significativas a Sus discípulos (véase Lucas 10:1–17; véase también 4.2.6 en este manual).
Siguiendo ese modelo, nosotros recibimos asignaciones para ministrar a personas y familias específicas. Un enfoque
organizado de la ministración permite dar a cada persona la oportunidad de sentir el amor del Salvador.
21.2.1
Hacer asignaciones
Las presidencias del cuórum de élderes y de la Sociedad de Socorro consideran con espíritu de oración las asignaciones de
los hermanos y las hermanas ministrantes, tomando en consideración los puntos fuertes y las necesidades de los
miembros. También toman en cuenta las necesidades de los menores de edad que haya en las familias. Normalmente,
asignan a dos hermanos o a dos hermanas en compañerismos, procurando la aprobación del obispo en cuanto a los
compañerismos y las asignaciones de ministración.
Al tomar esas decisiones, los líderes consideran lo siguiente:
A los miembros que tengan mucha necesidad se les deben asignar hermanos y hermanas ministrantes que sean dedicados.
Entre ellos podría haber nuevos miembros, padres y madres solteros, viudas, viudos y miembros menos activos.
Los jóvenes podrían servir como compañeros de adultos siguiendo las pautas que se encuentran en 21.2.2.
Se podría asignar a un matrimonio para que ministre a una persona o una familia.
Las presidencias de estaca y los obispados velan por todos los miembros de la estaca o del barrio. Debido a esto, a ellos
por lo general no se les asigna como hermanos ministrantes. El presidente de estaca determina si los miembros del sumo
consejo y los patriarcas en funciones reciben o no una asignación.
Después de que el obispo haya dado su aprobación, un miembro de la presidencia del cuórum de élderes extiende las
asignaciones a los hermanos ministrantes, incluyendo a los hombres jóvenes. Una miembro de la presidencia de la
Sociedad de Socorro extiende las asignaciones a las hermanas ministrantes, incluyendo a las mujeres jóvenes.
Esos líderes deliberan con los hermanos y las hermanas ministrantes en cuanto a los puntos fuertes, las necesidades y los
retos que tienen las personas a las que vayan a ministrar. También alientan a los hermanos y las hermanas ministrantes a
entender las necesidades de aquellos a quienes se les asigna y, después, a procurar inspiración en cuanto a la mejor manera
de servirles.
No se llama, sostiene ni aparta a los hermanos y las hermanas ministrantes. El servicio que prestan forma parte del
convenio que hicieron al bautizarse (véase Mosíah 18:8–11).
21.2.2
Las asignaciones de ministración de los jóvenes
Incluso antes de recibir asignaciones de ministración, los jóvenes ministran a los demás de una manera semejante a la de
Cristo. El servicio que prestan los jóvenes varones o mujeres como hermanos o hermanas ministrantes, respectivamente,
puede contribuir significativamente a ayudar a llevar a cabo la obra de Dios de salvación y exaltación.
Si una jovencita tiene la disposición y la capacidad, podría servir como compañera ministrante de una hermana de la
Sociedad de Socorro y podría comenzar a servir en el año en que vaya a cumplir catorce años. La presidencia de la
Sociedad de Socorro delibera en consejo con la joven, sus padres y la presidencia de las Mujeres Jóvenes al considerar las
asignaciones de ministración.
En muchos casos, para algunas hermanas es una bendición tener a una joven que las ministre, y para la joven también
podría ser una bendición.
Un hombre joven sirve como compañero de un poseedor del Sacerdocio de Melquisedec en cuanto es ordenado al oficio
de maestro o presbítero. El obispo determina si el joven es digno y está preparado para ser ordenado (véase 10.1.3.2). La
presidencia del cuórum de élderes delibera en consejo con el joven, sus padres y el obispado al considerar las asignaciones
de ministración.
En algunos casos se podría asignar a un joven como tercer miembro de un compañerismo de ministración. Los líderes
podrían asignar a los jóvenes a que ayuden a ministrar a algunas o a todas las personas y familias asignadas al
compañerismo.
A los jóvenes no se les asignan hermanos ni hermanas ministrantes; a ellos los ministran los hermanos ministrantes
asignados a su familia. También los ministran su presidencia de clase o de cuórum y sus líderes adultos. Si sus padres no
son miembros de la Iglesia, pero están dispuestos a recibir visitas de ministración, la presidencia del cuórum de élderes
podría asignar hermanos ministrantes a la familia. Asimismo, la presidenta de la Sociedad de Socorro podría asignar
hermanas ministrantes a la madre.
La norma de la Iglesia de que haya dos adultos responsables presentes con los jóvenes no se aplica a los compañeros
ministrantes. Sin embargo, los líderes actúan con prudencia y procuran inspiración al asignar a jóvenes como compañeros
de adultos, y también procuran la guía del obispo. Si a un joven o una joven se le asigna un compañero que no sea su
padre o su madre, los líderes se aseguran de que los padres no se opongan a la asignación.
Los compañeros adultos deben evitar situaciones que pudieran malinterpretarse. Deben actuar con cuidado en situaciones
en las que interactúen individualmente con el compañero o la compañera. Ellos ayudan a que los jóvenes tengan una
experiencia segura y gratificante al ministrar.

21.2.3
Los misioneros de tiempo completo
Si el presidente de misión lo aprueba, los misioneros de tiempo completo pueden ayudar en la ministración. Los líderes de
barrio pueden procurar esa aprobación por medio del presidente de estaca. A los misioneros de tiempo completo
normalmente se les asigna visitar a nuevos miembros, a familias en las que no todos son miembros de la Iglesia y a
miembros menos activos.
21.3
Las entrevistas de ministración
El Salvador tuvo una sencilla pero profunda entrevista con Pedro en cuanto a apacentar Sus ovejas (véase Juan 21:15–17).
Las entrevistas de ministración pueden ser una oportunidad similar; también permiten que los líderes den el ejemplo en
cuanto a cómo ministrar.
El presidente del cuórum de élderes y sus consejeros entrevistan a los hermanos ministrantes, mientras que la presidenta
de la Sociedad de Socorro y sus consejeras hacen lo propio con las hermanas ministrantes. Un matrimonio con asignación
de ministrar puede reunirse con los líderes del cuórum de élderes, con las líderes de la Sociedad de Socorro o con ambos.
Esas entrevistas se realizan por lo menos una vez al trimestre, en cualquier momento del trimestre. De preferencia, se
efectúan en persona y con ambos miembros del compañerismo. Si es posible, se debe incluir a los jóvenes que tengan
asignaciones de ministrar.
Las entrevistas de ministración no tienen que ser largas para ser eficaces. Su propósito es:
Deliberar sobre los puntos fuertes, las necesidades y los desafíos de las personas y las familias asignadas.
Analizar maneras de ayudar a las personas a fin de que se preparen para recibir ordenanzas, si es necesario.
Considerar la forma en que podrían ayudar el cuórum de élderes, la Sociedad de Socorro, el consejo de barrio u otras
personas.
Enseñar y alentar a los hermanos y las hermanas ministrantes.
Entre una y otra entrevista, los hermanos y las hermanas ministrantes se comunican con los líderes conforme sea
necesario, y hasta podrían compartir información confidencial directamente con el obispo.
Los líderes emplean el sistema Fuentes de recursos para líderes y secretarios para dar un informe de las entrevistas de
ministración.
21.4
La coordinación de las labores de ministración
La Sociedad de Socorro y el cuórum de élderes comparten la labor de ministrar y la realizan en unidad.
auto

normal
Las presidencias de la Sociedad de Socorro y del cuórum de élderes se reúnen por lo menos trimestralmente y analizan
aquello de lo que se les haya informado en las entrevistas de ministración (véase 21.3). También coordinan las
asignaciones de ministración. Los dos presidentes comparten la responsabilidad de organizar y dirigir la reunión.
En unidades en las que haya pocos miembros activos, las presidencias de la Sociedad de Socorro y del cuórum de élderes
podrían decidir no asignar hermanas y hermanos ministrantes a algunos miembros. Los líderes toman juntos esa decisión y
procuran la aprobación del obispo. Si a una hermana se le asignan hermanas ministrantes, pero no hermanos ministrantes,
los líderes se aseguran de que tenga a alguien a quien pedirle bendiciones del sacerdocio.
La presidenta de la Sociedad de Socorro y el presidente del cuórum de élderes se reúnen al menos trimestralmente con el
obispo para analizar las necesidades de los miembros del barrio. También hablan de posibles cambios en las asignaciones
de ministración.
Cuando sea necesario, la presidenta de la Sociedad de Socorro y el presidente del cuórum de élderes analizan con el
consejo de barrio la información que hayan recibido de los hermanos y las hermanas ministrantes, respetando las
peticiones de los miembros en cuanto a mantener la confidencialidad. Bajo la coordinación del obispo, el consejo de
barrio elabora planes para servir y bendecir a los miembros del barrio. El consejo de barrio para la juventud también
analiza la ministración (véase 29.2.6).

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