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Definición de un estudio de factibilidad

Es una herramienta o instrumento que permite definir los recursos requeridos y las condiciones
existentes para elaborar un proyecto o en tu caso, para desarrollar una idea de negocio.

Por lo tanto, podrás obtener un diagnóstico que te permita evaluar:

Si cuentas con los recursos requeridos para desarrollar tu idea de negocio.

Si las condiciones para desarrollar tu negocio son favorables.

Por lo general, un estudio de factibilidad se divide en varios tipos:

Tipos de estudio de factibilidad

Factibilidad técnica.

Factibilidad operativa.

Factibilidad financiera.

Factibilidad legal.

Factibilidad comercial, entre otras.

No obstante, en proyectos gubernamentales o en empresas grandes, este estudio puede ser muy
elaborado e incorporar antecedentes del proyecto, planificación, contexto organizacional u otros
elementos, pero, en el caso de una idea de negocio, después de este estudio, se debe diseñar un PMV,
lo cual puede significar cambios en la propuesta de valor y en consecuencia en el estudio de factibilidad.

Así que, tomando en cuenta que este proceso puede llegar a convertirse en un proceso de
retroalimentación hasta conseguir el producto definitivo, el estudio de factibilidad que debemos
elaborar debe ser más básico y enfocarse en 3 áreas específicas; técnica, operativa y financiera.

Factibilidad técnica

La factibilidad técnica consiste en determinar inicialmente si para desarrollar tu negocio requieres de


maquinarias, equipos, tecnología y conocimientos o experiencia en un área específica que, puede ser
parte de un proceso fundamental o de apoyo como un programa de contabilidad.

Luego de conocer los recursos técnicos que requieres para tu negocio, debes evaluar si los tienes o en su
defecto tienes una forma de conseguirlos de una manera razonable.
Así, por ejemplo, si vas a iniciar una heladería necesitas una máquina de helados, exhibidores,
conocimientos para elaborar los helados, etc., pero si vas a crear una empresa de desarrollo de software
vas a necesitar de personas especializadas en esa área y equipos con capacidad apropiada para esa
actividad.

En este sentido, es probable que tu o algunos de tus socios (si los tienes) posea los conocimientos
requeridos y la maquinaria disponible para materializar tu negocio.

De no ser así debes evaluar, por un lado, si tienes la posibilidad de encontrar y contratar o asesorarte
con las personas con los conocimientos requeridos por tu negocio y, por otro lado, si cuentas con los
medios para adquirir o importar de ser necesario la maquinaria que vas a necesitar para tu empresa

Factibilidad operativa

Esta factibilidad puede confundirse fácilmente con la factibilidad técnica, ya que se refiere a los
requerimientos del personal, instalaciones y actividades para que la empresa pueda llevar a cabo sus
procesos productivos de la mejor manera una vez que empiece a funcionar.

En otras palabras, si cuentas o puedes contar con:

La cantidad de personas requeridas en distintas áreas de la empresa e incluso externamente


(proveedores de materia prima, insumos, repuestos, etc.).

El espacio físico suficiente con la ubicación adecuada y, con la posibilidad de llevar a cabo las actividades
asociadas a la operación de la empresa como, por ejemplo, la distribución de un producto en zonas de
difícil acceso de ser necesario.

Así, en el ejemplo de la heladería puedes evaluar si tienes la posibilidad de conseguir un local bien
ubicado y con las condiciones idóneas, en cuanto al espacio y las instalaciones que requieres para operar
la heladería y obtener los permisos correspondientes.

Factibilidad financiera

Una vez que conoces los requerimientos técnicos y operativos de tu negocio, tienes la información
suficiente para pasar a la siguiente fase del estudio de factibilidad, el cual es en realidad, un análisis que
abarca la factibilidad económica y financiera del proyecto.

Este análisis consiste en estimar primero la inversión inicial requerida para poner en marcha tu negocio,
lo cual puede incluir adquisición de equipos, arrendamiento o compra de local comercial, trámite de
licencias y permisos, registro de empresa y de marca, inventario inicial de materia prima, entre otros.

Además, debes incluir los gastos operativos generados desde la puesta en marcha del negocio hasta el
momento en que se alcance el punto de equilibrio, tal como: salarios del personal, pago de servicios,
gastos de marketing y publicidad, entre otros.
Esto implica que, debes elaborar unas estimaciones de la posible estructura de costos y unas
proyecciones de ventas y estados de resultados y flujos de caja en tres (03) escenarios distintos;
pesimista, normal y optimista.

De esta forma, puedes obtener el punto de equilibrio y una idea del tiempo que tardará tu negocio en
generar ganancias, así como la magnitud de las mismas.

Con esta información debes evaluar los tres (03) parámetros importantes del estudio de factibilidad
financiera:

La inversión inicial: en este momento ya tienes una aproximación del dinero que vas a necesitar para
poner en marcha el negocio y operarlo hasta que empiece a producir beneficios.

Financiamiento: con el conocimiento de la inversión inicial puedes determinar si tienes los recursos
propios para desarrollar el negocio y/o, si prefieres o necesitas y tienes capacidad y las formas para
buscar y obtener financiamiento, así como el monto que vas a requerir del mismo.

Rentabilidad: independientemente de la fuente de financiamiento, debes determinar la rentabilidad de


la inversión, apoyándote en la TIR (Tasa interna de retorno) y VPN (Valor presente neto), de manera que
puedas determinar si la inversión es rentable para ti y para los inversionistas que aportaran el
financiamiento.

Al finalizar este análisis económico – financiero, debes tener en cuenta más allá de la rentabilidad de tu
inversión y la de los inversionistas, si los beneficios proyectados en el tiempo, después de recuperada la
inversión cumplen con tus expectativas del negocio y de sus posibilidades de crecimiento.

Por consiguiente, si el resultado de este estudio es negativo no debes continuar adelante con tu
proyecto, por lo menos en las condiciones en que lo tienes planteado hasta el momento.

Debes revisar en que aspectos no es factible tu negocio y evaluar si puedes modificar algún aspecto del
mismo que te permita conseguir la factibilidad del proyecto.

Ahora bien, si el resultado del estudio de factibilidad es positivo y la relación costo/beneficio está dentro
de lo esperado o supera tus expectativas, entonces puedes continuar con el desarrollo de tu negocio.

Sin embargo, debes tener presente que este estudio es una primera aproximación al negocio que
pretendes desarrollar, lo cual significa que no desaparece el riesgo, ni tienes garantizado el éxito.

En este proceso hay que realizar varios estudios y la decisión de cuales realizar, depende del tipo de
negocio y del contexto o el entorno donde se vaya a desarrollar.

Así, por ejemplo, si en tu país hay inestabilidad política o tu idea de negocio impacta algún aspecto legal,
debes evaluar también estas variables para determinar si tu negocio es factible.
No obstante, independientemente del tipo de negocio, el estudio de factibilidad debe abarcar las tres
áreas mencionadas en este artículo; técnica, operativa y financiera, ya que, son las más relevantes en
todos los casos para determinar la factibilidad de convertir una idea en un negocio exitoso.

Resumiendo, podemos afirmar que el estudio de factibilidad es una herramienta muy útil para los
emprendedores y empresarios, que contribuye a tres aspectos fundamentales:

Tener en una etapa temprana una visión de los recursos necesarios para desarrollar un negocio.

Determinar las opciones reales de contar o conseguir esos recursos.

Evaluar la posible rentabilidad de un proyecto para determinar si es conveniente llevarlo a cabo o no.

Para los emprendedores y empresarios que quieren realizar inversiones inteligentes para emigrar a USA,
hacer un estudio de factibilidad de su proyecto es clave para alcanzar el éxito.

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