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Cabe destacar que, es importante evaluar la necesidad o no de cada test específico comprendiendo que la
sobremedicalización sólo empeora el cuadro de su paciente. Más relevante en este punto será contar con
métricas que puedan contrastar a futuro la evolución del paciente con el tratamiento, por ello se
recomiendan las encuestas de resultados y las evaluaciones funcionales, que además, son necesarias para
establecer con claridad cuáles serán las elecciones terapéuticas.
Pruebas funcionales
Son test que combinan patrones de estabilidad y movilidad, en base a movimientos universales que todos
deberían ejecutar, independientemente de la actividad que realicen. Se observan asimetrías, estabilidad y
movilidad, a fin de valorar lo funcional y no lo estructural, diferenciar calidad de movimiento, versus la
cantidad.
Para la región superior entre las pruebas más importantes podemos mencionar:
Movilidad de hombro
El test movilidad del hombro evalúa la amplitud de movimiento bilateral del hombro, que se combina con
la rotación interna, aducción y extensión, y rotación externa con abducción y flexión. También requiere una
movilidad normal escapular y la extensión de la columna torácica.
Descripción: el evaluador determina la longitud de la mano, midiendo la distancia desde el pliegue distal de
la muñeca hasta la punta del tercer dedo. El individuo comienza de pie con los pies juntos y permanece en
esta posición a lo largo la prueba. El individuo se encargará de hacer un puño con cada mano, colocando el
pulgar dentro del puño. Luego se le pide que asuma una máxima aducción, rotación interna y ampliar la
posición con un hombro, y una máxima flexión y rotación externa en la posición del otro. Durante la
prueba, las manos deben permanecer en puño y se deben colocar sobre la espalda con un movimiento
uniforme. El evaluador entonces, mide la distancia entre las 2 prominencias óseas. Se debe realizar la
prueba de movilidad del hombro hasta 3 veces de forma bilateral.
MIEMBRO INFERIOR
Examen del movimiento
Aquí podría iniciarse con la valoración de movilidad activa, pasiva y resistida de rodilla que no ocasiona
molestia o con la secuencia de movilidad activa, pasiva y resistida de cadera. Si el paciente realiza un
examen del movimiento sin inconvenientes podremos descartar esas zonas.
En columna lumbar es recomendable iniciar la valoración con la extensión, lateralización y por último la
flexión, dado que, si ese es el movimiento que genera dolor, será muy difícil continuar con la evaluación si
se desencadena al inicio. Además, también será importante valorar el desplazamiento lateral en estos
casos, en el cual se solicitará al paciente que mueva sus hombros y pelvis en direcciones opuestas.
Para la interpretación clínica del examen del movimiento, Mc Kenzie realiza aportes muy valiosos. Su
método propone la prueba de movimientos repetitivos con la que pretenden encontrar una preferencia
direccional (PD). Se llama así a la dirección del movimiento que alivia los síntomas y desbloquea las
amplitudes articulares.
Para una dirección de movimiento dada (por ejemplo, flexión lumbar) se efectúan series de 10
movimientos y debe alcanzarse el final de amplitud en cada uno de estos. El terapeuta registra la intensidad
y la topografía de los síntomas antes de la prueba. El paciente comunica la respuesta sintomática mientras
efectúa la serie de movimientos y, sobre todo después. Previamente, se lo debe instruir sobre interrumpir
la prueba si los síntomas aumentan o se hacen más distales. Si el efecto de la primera serie de 10
movimientos es ambiguo, se procede a hacer otra e incluso una tercera. El resultado de la prueba puede
establecerse también, volviendo a medir los marcadores objetivos, utilizando el algoritmo del semáforo
para interpretar las respuestas de la prueba.
Test específicos
En el caso de Marcelo se encuentra una preferencia direccional a la extensión y la desviación lateral
izquierda, estos hallazgos son sumamente importantes para establecer el plan de tratamiento. Sin
embargo, como vimos, los mismos no siempre serán claros.
Se decide avanzar con los test específicos de columna lumbar, claramente la Maniobra de Lasegue
reproduce la sintomatología y será una muy buena herramienta para chequear los avances y mejoras o no,
de las automovilizaciones que realizará en la terapia.
Los test musculares se dejan en este caso al final, si bien es bueno tener una guía de sistematización de
evaluación musculoesquelética, es el kinesiólogo el que deberá dar lógica a la secuencia. Si la lesión, por
ejemplo, hubiera sido de origen músculo tendinosa, quizá la pauta era continuar con la valoración
muscular.
Cuadro 1. Test Ortopédicos básicos.
Tobillo Prueba de Thompson (ruptura tendón de Aquiles) Prueba de percusión (fractura en pie)
Cajón anterior de tobillo (inestabilidad anterior) Prueba de compresión tibioperonea (sindes
Prueba de inversión forzada de tobillo (lig. peroneoastragalino anterior)
Signo de Mulder (Neuroma metatarsiano)
Estudios complementarios:
Es necesario destacar que a nivel lumbar no siempre tiene relación el dolor ubicado en esa zona, con la
imagen radiológica o de resonancia magnética. Son frecuentes los hallazgos de protrusiones,
abombamientos y deshidratación de discos en personas asintomáticas. Y se ha estudiado, que en muchas
ocasiones, hallazgos sobreestimados en el estudio de imagen generan un peor pronóstico del dolor lumbar.
Siempre la imagen deberá ser interpretada en consonancia con la clínica del paciente.
En otras ocasiones, sobre todo en lesiones traumáticas musculoesqueléticas, la imagen es completamente
necesaria, por ejemplo, para descartar presencia de lesión ósea. Por ello, retomamos la recomendación
que hace al respecto la revisión sistemática “¿Cómo son las mejores prácticas para el cuidado del dolor
musculoesquelético?”
Se desaconseja la obtención de imágenes radiológicas a menos que: (1) se sospeche una patología grave,
(2) haya habido una respuesta insatisfactoria a la atención conservadora o una progresión inexplicable de
signos y síntomas o (3) es probable que las imágenes cambien el tratamiento.
Valoración funcional:
Las pruebas funcionales son pruebas globales que arrojan muchísima información, como el caso de la
sentadilla profunda y de la monopodal. La capacidad de realizar la profunda requiere la flexión dorsal de la
cadena cinética cerrada de los tobillos, la flexión de las rodillas y las caderas, y la extensión de la columna
torácica, así como la flexión y abducción de los hombros. (figura 3)
La realización de la sentadilla monopodal requiere estabilidad postural de la pierna, del tobillo, rodilla y
cadera. Elevar la otra pierna requiere la participación de la cadena cinética abierta, flexión dorsal del
tobillo, de la rodilla y la cadera. Además, el paciente deberá tener un adecuado equilibrio porque la prueba
impone una necesidad de estabilidad dinámica.
Dentro de los test analíticos podemos mencionar, la Prueba de Trendelemburg para valorar el control de los
estabilizadores de cadera, la Prueba de Thomas, que valora la extensibilidad muscular de los flexores de
cadera, Prueba de Frank Ober o de extensibilidad del tensor de la fascia lata, la extensibilidad de isquios
tibiales puede valorarse de forma analítica, o bien de forma general con el test de Wells y Dillon se valorará
la flexibilidad de la cadena posterior y con el Test de Lunge la movilidad de tobillo.
Se realiza acercando la rodilla hasta la cinta colocada en la pared, se deberá conseguir sin levantar el talón
del suelo. Si tu talón se eleva, se deberá ir acercando el pie hasta que se consiga realizar el test sin elevarlo.
Resultado Positivo: Si al realizar el acercamiento de la rodilla el talón se eleva antes o al contactar con la
pared, significa que tu tobillo está limitado. Si esto ocurre después de la marca de los 10 cm, también.
Si por el contrario, necesitas acercarte a la marca de 5 cm e incluso sobrepasarla, significa que la movilidad
del tobillo está muy limitada.