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DESEMPEÑO

II
Manifestaciones del
hecho moral en
contexto culturales
Las palabras “ética” y “moral” tienen un significado etimológico, semejante en sus raíces
griega y latina; no obstante, con el paso del tiempo adquirieron un uso distinto. En el uso
común se emplean casi siempre indistintamente.
Como vimos en la secuencia anterior, la palabra
“ética” proviene del griego ethos, significaba un
comportamiento adquirido por el hábito y no de
modo natural. Por otra parte la palabra “moral”
deriva del latín mos, moris, que también significa
costumbre o hábito. En su significado lingüístico
la moral es el conjunto de comportamientos que
ocurren y se producen dentro de la sociedad,
basados en creencias, costumbres y hábitos que
consciente o inconscientemente, guían los actos
de los individuos.
La diferencia con la ética es fácil de señalar a
partir de aquí: La moral es lo que de hecho
sucede, la ética es la reflexión y análisis de
aquello que sucede, esto es de los actos y
comportamientos.
El saber filosófico de la moral se trata de una disciplina que se especializa en cuestionar e
investigar el sentido de la moral, su funcionamiento y el papel en la sociedad, el origen de
sus normas, principios y valores el sentido de los conceptos del bien y el mal. Todo lo anterior
valiéndose de herramientas teóricas, estableciendo relaciones, planteando dudas y
cuestionando lo que para la mayoría es obvio.
Tenemos entonces dos ámbitos: ético y el moral, entendiendo por moral al conjunto de
normas, principios y valores que rigen el comportamiento de los grupos humanos, para lograr
una mejor convivencia en un ámbito de respeto a los demás seres humanos .

La felicidad a partir de la ética según Aristóteles


Todos buscamos la felicidad, pero realmente ¿sabemos lo qué es? ¿Cómo podemos llegar a ella? ¿En verdad
se puede alcanzar? Desde mucho tiempo atrás, esta búsqueda ha sido inevitable y muchos filósofos han
querido dar respuesta a estas incógnitas, entre ellos el gran Aristóteles, quien a partir de su obra “Ética
Nicomaquea”, nos muestra lo que para él, es la felicidad y nos dice la manera para que ésta pueda ser
alcanzada.

La ética es la parte de la filosofía que atiende el valor de la conducta humana; por lo cual se entiende, no el
hacer y sí el obrar. Con esto Aristóteles quiere decir, que la conducta humana se basa en aquello que el ser
humano hace pero que también deja de hacer. De igual forma la ética es catalogada como el fin supremo al
que debe aspirar el hombre pero no para el beneficio propio sino para el bien social. Esto último hace énfasis
en cuanto a que la ética siempre verá por el bien común y no sólo por el individual.
Hacer el bien se caracteriza por ser algo propio y difícil de erradicar del sujeto, además de encontrarse
íntimamente relacionado con la felicidad, pues ambos son concebidos comúnmente y de acuerdo a la imagen
del género de vida que cada quien posee, ésta se puede alcanzar; con esto quiere decir, que la felicidad
depende de la historia de vida de cada persona. El ser feliz entonces se define a partir de obrar bien, de hacer
el bien y además, de vivir bien.
De acuerdo con Aristóteles, existen tres tipos de bienes, los cuales son catalogados en: exteriores, en los del
alma y en los del cuerpo. El fin de la felicidad se encuentra incluido entre los bienes del alma y no entre los
exteriores; esto debido a que si se enfocara en los exteriores, entonces la felicidad sólo estaría basada en lo

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superficial y la forma de actuar del hombre no importaría para que éste fuera feliz. Es por esto que el filósofo
concuerda con la creencia que se tiene, de que el hombre feliz es el que además de vivir bien, obra bien.

PRINCIPIOS ETICOS
* Principio deriva del latín “principium”, que puede traducirse como “tomar lo primero” y que
es fruto de la suma de “primus”, que es sinónimo de “el primero”; el verbo “capere”, que
equivale a “tomar”; y el sufijo “-ium”.
* Ético, por otra parte, emana del griego. Más exactamente es fruto de la unión de “ethos”,
que significa “costumbre”, y del sufijo “-ico”, que expresa “relativo a”.
Un principio es el comienzo de algo. El concepto también se emplea para nombrar a un valor
o a un postulado que se tiene en cuenta para el desarrollo de una acción. Un principio, de
este modo, puede ser equivalente a una norma.
Ético, por otra parte, refiere a lo relacionado con la ética (la rama filosófica que se centra en
los asuntos morales). La ética, en este sentido, está formada por las reglas morales que se
toman como base para el accionar.

1. Principio metafísico.

Aristóteles cree que la metafísica es la principal de las ciencias teóricas. La metafísica se


ocupa, entre otras cosas, de indagar cuáles son las causas y los principios de l a realidad, qué
es Dios, qué es la sustancia… Con su teoría de las cuatro causas, el filósofo griego nos dice
que los principios de la realidad no están, como cree Platón, en el mundo inteligible, sino en
nuestro mundo, el sensible.

Para Aristóteles, las cosas que existen —es decir, los seres— tienen cuatro causas que los
condicionan: la materia (nuestro cuerpo, por ejemplo, está compuesto de materia: huesos,
músculos…), la forma (la materia está en una forma concreta, que determina la esencia de
cada realidad individual), la causa eficiente (lo que ha hecho que cada uno de nosotros
estemos aquí) y la causa final (aquello a lo que tendemos, porque Aristóteles cree que en el
universo todo tiene una finalidad).

2. Principio de la teodicea.

Se conoce como teodicea al área de la filosofía que se dedica a estudiar a Dios más allá de
la fe religiosa. El término procede de la lengua griega, formándose con los vocablos theós (que
puede traducirse como “Dios”) y díkē (“justicia”).

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La teodicea es una parte de la filosofía que se encarga de explicar y demostrar, de manera
racional, la omnipotencia de Dios, sus atributos y la existencia del mal.
La palabra teodicea deriva del griego theós, que significa ‘Dios’ y díkē que se traduce como
‘justicia’, razón por lo cual se entiende por teodicea la “justificación de Dios”.
Cabe destacar que la teodicea forma parte de la teología natural, que es aquella que abarca
aspectos más generales como, descubrir la evidencia de Dios sin apoyarse en hechos
sobrenaturales.
https://definicion.de/principio-etico/
3. Principio axiológico.

La axiología es una rama de la Filosofía que estudia la naturaleza de los valores: Lo bello, lo
bueno, lo agradable, etc., y su influencia.
Axiológico es todo lo que se refiere a un concepto de valor o que constituye una axiología, es
decir, los valores predominantes en una determinada sociedad.
El término axiología deriva del griego axios: Lo que es valioso o estimable, y logos: Ciencia.
El aspecto axiológico o la dimensión axiológica de un determinado asunto implica la noción de
elección del ser humano por los valores morales, éticos, estéticos y espirituales.
En este contexto, el valor, o lo que es valorado por las personas, es una decisión individual,
subjetiva y producto de la cultura del individuo.
Los valores son los principios, virtudes o cualidades que caracterizan a una persona o una
acción, y que se consideran positivos o de gran importancia para un grupo social.
Los valores motivan a las personas a actuar de cierta manera porque forman parte de su sistema
de creencias, determinan sus conductas y expresan sus intereses y sentimientos.

4. Principio Lógico.
Los “principios lógicos” constituyen las verdades primeras, “evidentes” por sí mismas, a partir de
las cuales se construye todo el edificio formal del pensamiento, según la Lógica tradicional.
Dentro de una consideración más moderna de la Lógica Formal, los principios lógicos serán los
preceptos o reglas “operantes” que rigen toda forma correcta de pensamiento.
El modo de considerar estos principios ha variado a través de la Historia de la Lógica y del
pensamiento científico, pero la Lógica Formal ha coincidido en la formulación de cuatro principios
lógicos, aunque el cuarto no es aceptado por todos los lógicos.
Tales principios son:
1. Principio de identidad.
2. Principio de Contradicción (o Principio de no-Contradicción).

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3. Principio de Exclusión del término medio (o Principio del medio excluido o Principio
del tercero excluido o Principio del Tercer término excluido)
4. Principio de Razón Suficiente.
Pero desde un punto de vista estrictamente lógico, sólo pueden ser considerados como las
proposiciones fundamentales que cimientan toda otra proposición en el pensamiento
“formalmente” correcto.

EL PRINCIPIO DE IDENTIDAD.
El principio de Identidad fue formulado por primera vez como parte de una teoría de la
realidad del “ser”.
Ese principio afirmaba algo tan general como que “El ‘ser’ es”; esto puede ser explicado
diciendo que “todo objeto es idéntico a sí mismo”.
Estas afirmaciones no son todavía lógicas, pero con el tiempo, se reflexiono sobre las
implicaciones lógicas de ese principio, logrando la formulación lógico-formal del primer
principio.
Esa formulación consistió en la afirmación de la verdad de un juicio cuyo objeto sea idéntico
al predicado (ese tipo de juicio se ha llamado “juicio analítico”). El primer principio lógico se
ha resumido con la fórmula: “A es A”
EL PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN.

Este principio ha sido llamado tradicional e incorrectamente “principio de contradicción”,


cuando lo que se enuncia es la imposibilidad de contradicción en el pensamiento.
Se trata del principio fundamental de la Lógica clásica que descarta cualquier posibilidad de
contradicción en el pensamiento y en la realidad (esta implicación ha sido y es uno de los
obstáculos más fuertes que ha encontrado toda consideración dialéctica de la realidad y el
pensamiento).
La forma más plena del segundo principio es la que se refiere a la no-contradicción entre dos
juicios, tal como se expresa en la fórmula:
“’A es A’ y ‘A no es A’ no son ambos verdaderos”
que se lee: El juicio ‘A es A’ y su contradictorio, el juicio ‘A no es A’ no pueden ser verdaderos
a la vez.La forma original de este segundo principio es también ontológica y se formulaba de
la siguiente manera: “El ser es y no puede a la vez no ser”.

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EL PRINCIPIO DE EXCLUSIÓN DEL TÉRMINO MEDIO.
Como un complemento necesario del principio de no contradicción, se formula el principio de
exclusión del término medio.
En su forma original, se refería también a una estructura de la realidad y consistía en la
afirmación de que no hay término medio entre el “ser” y el “no-ser”.
En su forma lógica, este principio debe entenderse como afirmando que dos juicios
contradictorios no pueden ser ambos falsos, tal como se sintetiza en al fórmula:
“’A es A’ y ‘A no es A’ no son ambos falsos”que se lee:
El juicio ‘A es A’ y su contradictorio, el juicio ‘A no es A’ no pueden ser falsos a la vez.
EL PRINCIPIO DE RAZÓN SUFICIENTE.

Este es, de los cuatro principios lógicos, el más discutido, pues no todos los lógicos clásicos
lo acepten.
Su formulación fue muy posterior a la de los otros, pues mientras los primeros tres se
atribuyen a Parménides de Elea –quien vivió en el siglo V antes de nuestra era-, el cuarto
principio fue formulado por Gottfried Wilhelm Leibniz aproximadamente en 1666, en plena
Edad Moderna.
El cuarto principio se enuncia:
“Nada es sin una razón suficiente”.
Christian Wolf en 1712 distinguió entre tres modos de entender este principio:
a) Como “razón de ser”,
b) Como “razón de llegar a ser”
c) Como “razón de conocer”.
Dentro de la Lógica tradicional, se ha entendido este cuarto principio en el tercero de los
significados que propuso Wolf. Desde ese punto de vista, el principio puede ser formulado:
“Todo conocimiento tiene que estar fundado”.

5. PRINCIPIO EPISTEMOLÓGICO.

Como disciplina filosófica, la epistemología enfrenta sus problemas a través de


distintas preguntas que apuntan no a qué es el conocimiento, sino a cómo lo
conseguimos.

El término “epistemología” es el resultado de la unión del vocablo


griego episteme (ἐπιστήμη), que significa “conocimiento” o “ciencia”, con el sufijo –logia, que
viene de la palabra logos (λόγος) y puede traducirse como “estudio”, “razón” o “discurso

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lógico”. De su origen etimológico se entiende a la epistemología como “teoría de la
ciencia” (que no debe confundirse con la teoría del conocimiento, que es una rama propia
del discurso científico).

En Grecia, la palabra “episteme” se refería al conocimiento intelectual, distinto al


conocimiento de la tekne (técnica), que era el conocimiento instrumental, y distinto de la
“doxa” (o conocimiento general), asociada a la opinión común de aquellas personas no
formadas en los distintos ámbitos del saber.

Fuente: https://humanidades.com/epistemologia/#ixzz8C1aF0itQ

6. Principio antropológico

Los principios antropológicos son postulados que ayudan a los cientificos a expresarse la
realidad. Dentro del ambito de la antropología estos postulados se consideran como validos;
sin embargo, queda abierta la posibilidad de que se modifiquen conforme avanza la
investigacion dentro de la disciplina.
LOS PRINCIPIOS ANTROPOLOGICOS SON:
1. La cultura es una manera integral de vivir y modela sentimientos, acciones, percepciones,
etc. con lo que nos permite adaptarnos al mundo.
2. Los sistemas culturales se forman con una red de ideas y comportamientos dependientes
unos de otros y si un cambia se modifican todos en mayor o menor medida.
3. Desde su propia perspectiva no hay sistemas culturales ilógicos o congruentes
4.-Las costumbres se pueden entender mejor, al observar cómo interactúan entre si los
individuos de una comunidad.
5. Para entender las costumbres y creencias de un pueblo se hace desde un punto de vista
psico- cultural, es decir, como piensan los individuos con base a su contacto con el medio.
6. Para entender un comportamiento cultural debe observarse lo evidente y tambien penetrar
en lo inconsciente.
7. Cualquier costumbre ajena puede ayudarnos a comprender nuestras propias costumbres.
Las actitudes y creencias de todos los grupos humanos se dan como reacción a los mismos
problemas fundamentales.
8. Para explicar una conducta deben tomarse en cuenta características biológicas, culturales,
sociales, psicológicas y medio ambientales.
9. No hay razas puras, por lo que no pueden clasificarse con precisión.
10. No hay pruebas sobre superioridades raciales
11. La mezcla racial de fortalezas.

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12. El medio ambiente y las experiencias influyen a los individuos de todos los grupos, pero
la herencia influye en la mentalidad.
13. Actitudes, inteligencia y características psicológicas se explican mejor como algo
aprendido que como algo heredado.

PROPUESTAS ETICAS EN LA ANTIGUA GRECIA

1. Teano de Crotona.
Nació en el 546 a. C. en Crotona, Italia.
Hija de Milón, que dedicó parte de su fortuna al mecenazgo de las artes y las ciencias. Entre
sus protegidos estaba el filósofo Pitágoras, quien había fundado su escuela filosófica en
Crotona.
Fue alumna de Pitágoras, contrajo matrimonio con él y tuvieron dos hijos y una hija, Arignote
(o Damo). Theano se convirtió a su vez en Maestra de la Escuela, y se le atribuyen incluso
varios textos, de los que solo nos quedan referencias indirectas: una «Vida de Pitágoras»,
una «Cosmología», «Teorema de la razón áurea», «Teoría de los números» y «Construcción
del Universo»,

2. Aspasia de Mileto.
Aspasia de Mileto (c. 470-410 / 400 a. C.) es mejor conocida como la consorte del gran
estadista ateniense Pericles. La historia de su vida siempre ha sido dada en el trasfondo de
la fama de Pericles, pero fue una mujer de gran elocuencia e inteligencia por derecho propio
que influyó muchos de los escritores, pensadores y estadistas de su tiempo.
Su pensamiento estuvo enfocado principalmente en la igualdad que debían de tener las
mujeres y los hombres. Para ella, dar educación en estos campos a las más jóvenes era de
suma importancia pues creía que era el mejor método para que ellas pudieran luchar también
por su independencia y libertad. Fue también un pensamiento libre de ataduras que no tuvo
problemas en ir contra la corriente en todo momento.

3. Sócrates (metafísica del bien)


Se conoce como metafísica al área de la filosofía que se encarga de estudiar los sucesos de la
vida que no son explicables por los demás campos de la ciencia, es decir, el área espiritual de
un suceso o materia. La metafísica lo estudia todo en el mundo, desde un ángulo
completamente inverso a lo que se deduce por experimentos reales y científicos. Para esta
área, todo es ideal, todo tiene un sentido de ser que está más allá de lo razonablemente real.

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Sócrates (470-390 a.C.), filósofo griego, calificado junto a Platón y Aristóteles, como uno de los
más grandes maestros de la filosofía griega. Creador de la filosofía moral o axiología, de gran
influencia en la filosofía occidental y universal.
Este destacado filósofo griego consideraba que la cuestión más trascendental para el ser
humano es discernir entre el bien y el mal. Según él, el conocimiento del bien y el mal, así como
sus criterios, están intrínsecamente presentes en el ser humano y puede distinguir entre ambos
si así lo desea.
Sócrates argumentó que el conocimiento del bien y del mal es imprescindible para la vida ética.
La ética no es sólo un conjunto de reglas, sino un proceso de reflexión que nos permite vivir de
manera más plena y coherente con nuestros valores.
4. Platón (idealismo)
Para Platón existen dos mundos: el mundo sensible o aparente, el terrenal, el de los seres
particulares y concretos, diversos, múltiples, imperfectos y corruptibles, que son sólo una copia
de las ideas; y el mundo de las ideas o real, el mundo trascendente, donde existen éstas de
forma independiente a sus realizaciones concretas.
Las ideas son entidades reales y objetivas que existen “en sí” y “por sí” mismas en un mundo
aparte. Son la esencia de las cosas. Son únicas, eternas, inmutables, perfectas e inteligibles.

5. Aristóteles (eudemonismo)
Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.) es considerado el padre y el más importante defensor del
eudemonismo. Según este pensador, si hacemos el bien estaremos en condiciones de alcanzar
la felicidad.

El eudemonismo es una postura ética-filosófica que fundamenta las acciones morales del ser
humano en la felicidad. Es decir, la única manera de ser felices sería obrando correctamente. El
termino proviene del vocablo griego eudaimonia, que significa felicidad.
Aristóteles, el famoso filosofo griego, consideraba que la felicidad de los seres humanos recae
en el ejercicio de la razón, misma que es, tal como la conocemos, una característica esencial del
hombre.
Según este filósofo griego, seremos justos y virtuosos en la medida que sepamos encontrar un
equilibrio entre dos pasiones opuestas..

Características principales del eudemonismo


Con el fin de proporcionar una idea más clara sobre el eudemonismo, a continuación
resumimos sus características principales:
• Es una postura ética que afirma que la felicidad es el bien supremo que todo ser humano
anhela.
• Las normas morales están basadas en la felicidad plena (individual o colectiva).

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• Vivir y actuar conforme a la razón debería ser el rasgo superior buscado por todas las
personas.
• Dejarse llevar por las pasiones (emociones, sentimientos, prejuicios) no suele conducir a la
felicidad.
• La felicidad se logra a través del uso adecuado de la razón.

6. Estoicismo (Seneca, Epicteto)


Como estoicismo se denomina la doctrina filosófica que practicaba el dominio de las pasiones
que perturban la vida valiéndose de la virtud y la razón. Como tal, su objeto era alcanzar la
felicidad y la sabiduría prescindiendo de las comodidades, los bienes materiales y la fortuna.
De allí que también designe cierta actitud moral, relacionada con la fortaleza y la ecuanimidad
en el carácter.
El pensamiento de Séneca se centra en la idea de que, para alcanzar una vida
verdaderamente feliz, uno debe vivir en armonía con la naturaleza y la razón, la principal
fuente de sabiduría.
Séneca
Lucio Anneo Séneca, llamado Séneca el Joven para distinguirlo de su padre, nació –según
la tradición- en Corduba –actual Córdoba- en torno al año cuatro de nuestra era. Su padre,
Marco Anneo Séneca, fue procurador imperial y notable retórico. Se sabe muy poco de la
juventud y primera madurez de Lucio Séneca, salvo que vivió en Roma, alojado en casa de
su tía Marcia. En esa época, el filósofo Atala lo introdujo en el estoicismo, enseñándole –
además- retórica y gramática. Marcia era la mujer de un équite romano que fue nombrado
gobernador de Egipto por el emperador Tiberio.
El joven Séneca acompañó al
matrimonio, que se instaló en
Alejandría. Durante su estancia,
Séneca aprendió administración y
finanzas, y comenzó a estudiar
geografía, etnografía y ciencias
naturales, revelando una inteligencia
aguda y una memoria privilegiada. Se
acercó a los cultos mistéricos
orientales y se especula que viajó a
Grecia, algo habitual entre los patricios
romanos. Séneca siempre luchó con una mala salud que puso a prueba su resistencia física
y psíquica. Atormentado por la crisis de asma, llegó a pensar en el suicidio, pero lo descartó
para no dañar a sus padres.
El estoicismo y los escritos Séneca

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El estoicismo es una escuela filosófica que fundó Zenón de Citio y que se basa en el dominio
de las pasiones y una vida basada en buscar la felicidad por medio de la razón. Durante el
periodo imperial, dicha escuela tuvo una gran influencia dentro de las obras literarias.
Especialmente las tragedias de Séneca, de importante contenido filosófico, fueron de gran
relevancia. Por lo mismo, Séneca es considerado tanto un filósofo como un poeta. Aunque
esta diferenciación ha sido un tema controvertido entre los especialistas.
Antiguamente, de hecho, se pensaba que habían existido “dos Sénecas”: uno filósofo y uno
trágico (o poeta). Hoy en día se acepta que el interés de Séneca por la ética y la psicología
(especialmente los efectos destructivos de la emocionalidad excesiva), están presentes en
toda su obra literaria, tanto en verso como en prosa.
En cualquier caso, sus tragedias son reconocidas como escrituras más oscuras que aquellas
realizadas en prosa. Es el caso, por ejemplo, del tema de la muerte, que en sus escrituras
en prosa aparece como una liberación; de hecho, justificaba el suicidio como forma ética de
morir. No obstante, en las tragedias, la muerte suele presentarse como la transición a
sufrimientos mayores.

Séneca estaba de acuerdo con un monismo psicológico, en tanto que no distingue entre un
componente racional o otro no racional del alma (tal como tampoco lo hicieron los estoicos
anteriores). Para estos, el conocimiento se basa en la acción, no hay distinción entre una
razón práctica y una teórica. En este sentido, teorizar y reflexionar sobre los aspectos éticos
y morales de la vida cotidiana, es una forma de producir conocimiento, alcanzar la felicidad
y la virtud.
El pensamiento de Séneca
Séneca pertenece a lo que se conoce como estoicismo tardío. Su pensamiento no aporta
grandes novedades. Asume las enseñanzas de la tradición estoica, pero reivindica su
independencia como pensador y su derecho a discrepar. Habla de “nuestros estoicos”, pero
advierte: “no hablo en lengua estoica”. No ataca las teorías de Zenón y Crisipo, pero señala
que “seguir siempre a un maestro es partidismo, no honradez”. Piensa que en los estoicos
hay paradojas “no siempre creíbles” y “muchas cosas dignas de ser cortadas a hachazos”.
“¿Es que no sigo a quienes me han precedido? –reflexiona-. Lo hago, pero también me
permito encontrar, cambiar o abandonar algo”. La discrepancia principal de Séneca consistió
en rechazar la Lógica como modelo de conocimiento. Un silogismo no puede explicar la
virtud. Para buscar la verdad, “hay que obrar con más sencillez”. Lamenta que Crisipo,
“hombre grande, pero griego”, “llene sus libros de tales tonterías”. No cree que la Historia y
la Geometría sean más útiles que la Lógica: “no importa lo que ocurrió a Ulises, sino cómo
navegar hacia el bien”. Dividir con precisión un terreno no vale de nada, “si no sé repartirlo
con mi hermano”.
Séneca se aproxima al cristianismo al hablar de conciencia, voluntad, pecado y culpa. El
hombre es un pecador por naturaleza, pero su conciencia no se cansa de recriminarle sus
errores y faltas, apelando a su voluntad para que se corrija y expíe su culpa.

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Séneca formula una máxima que evoca el espíritu evangélico: “Compórtate con los inferiores
como quisieras que se comportasen contigo aquellos que se hallan por encima de ti”. No
está menos cerca del talante cristiano su reflexión sobre la hermandad entre los hombres:
“La naturaleza nos hace hermanos, engendrándonos de los mismos elementos y
destinándonos a los mismos fines. Puso en nosotros un sentimiento de amor recíproco
mediante el cual nos ha hecho sociables, ha otorgado a la vida una ley de equidad y de
justicia y, según los principios ideales de su ley, es más lesivo ofender que ser ofendido.
Dicha ley prescribe que nuestras manos estén siempre dispuestas a hacer el bien.
Conservemos siempre en el corazón y en los labios aquel verso: Soy hombre, y nada de lo
humano me es ajeno”.
Séneca señala que los bienes materiales no proporcionan la felicidad. Solo la virtud nos hace
dichosos. Cuando perdonamos a alguien que nos ha injuriado, experimentamos una legítima
satisfacción interior. Nuestra conciencia nos ordena servir a los hombres y no incurrir en el
odio: “Allí donde hay un ser humano hay lugar a la benevolencia”. No debemos atesorar
riquezas, pues no podrán acompañarnos cuando muramos. Es mejor buscar el afecto y el
reconocimiento: “Mira que todos te amen mientras vivas y que puedan lamentarse cuando
mueras”. En ocasiones, Séneca habla de la muerte como una liberación, afirmando en
términos platónicos que el cuerpo es la prisión y la tumba del alma: “El día de la muerte es
verdaderamente para el alma el día del nacimiento eterno”.

Epicteto
(Hierápolis, c. 50 - Nicópolis, c. 125) Filósofo estoico. En
Roma fue esclavo de Epafrodito, liberto de Nerón, y siguió
las lecciones del estoico Musonio Rufo; una vez
emancipado, se dedicó a la filosofía, en especial a la moral.
Con otros filósofos hubo de dejar Roma por decreto
de Domiciano (94). A partir de su enseñanza oral, su
discípulo Flavio Arriano de Nicomedia elaboró
las Disertaciones de Epicteto, conjunto de lecciones del
maestro, y el Enquiridión (traducido
como Manual o Manual de vida), colección de máximas.
Su doctrina se centra básicamente en la ética, en la
mejor manera de vivir la vida, y sus enseñanzas han
pasado a la historia como unas de las mejores maneras de alcanzar la paz interior. Tanto es
así que cuando hablamos de «tomarnos las cosas con filosofía», por lo general nos referimos
a las ideas estoicas, y por tanto, a las de Epicteto.
1 Destino predeterminado. Esta es una de las enseñanzas básicas del estoicismo, y por
ello también de Epicteto. El ser humano no es libre, sino que su existencia está
predeterminada. Nacemos y morimos bajo un plan divino que no podemos cambiar. Por ello,
nuestro filósofo determina que no tiene sentido que sintamos preocupaciones, angustias o
frustraciones, puesto que todo lo que nos ocurre, todo lo que acontece, no puede ser de otro
modo.

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Como si de un viaje en tren se tratara, nuestra vida discurre por una senda marcada de
antemano, de modo que nuestra libertad de acción no ha de centrarse en buscar tal o cual
fin específico, sino en aceptar las reglas del juego y tratar, sencillamente, de vivir lo más
cerca posible de nuestra propia naturaleza.
2 Tranquilidad de espíritu (ataraxia). Relacionado con lo anterior, el sabio es aquel que
acepta de buena gana todas las circunstancias de la vida, pues comprende que no tiene otra
opción. No está en su mano controlar los sucesos de la existencia y por ello puede permitirse
relajarse y aceptar lo que la vida le ofrece.
De este modo, asumiendo y aceptando la incapacidad de controlar los sucesos a los que se
enfrenta, el ser humano puede alcanzar la ataraxia, la tranquilidad de espíritu. Como el
mismo Epicteto afirmaba: «Compórtate en tu vida como en un banquete. Si algún plato pasa
cerca de ti, cuídate mucho de meter la mano. En cambio, si te lo ofrecen, coge tu parte. Haz
lo mismo con tus riquezas, amigos, parejas, familia o cualquier otro aspecto. Si puedes
lograrlo, serás digno de sentarte a la mesa de los dioses. Y si eres capaz, incluso, de
rechazar lo que te ponen delante, tendrás parte de su poder». El sabio es aquel que acepta
de buena gana todas las circunstancias que la vida trae consigo en cada momento

3 Vivir en el ahora. No preocuparnos ni por el pasado ni por el futuro, sino vivir siempre en
el presente, único período sobre el que tenemos algún control. La vida centrada en el futuro
complica la misma, pues el anticipo de aquello que puede ocurrir causa en nosotros temores
(muchas veces infundados) y preocupaciones que pueden desembocar en problemas como
la ansiedad o el estrés. Del mismo modo, la vida en el pasado, evocando lo que fue,
comparándolo con lo que podría haber sido, desemboca a menudo en depresión, otro grave
problema para el ánimo.
Por ello, Epicteto apuesta por una vida plena en el único momento sobre el que podemos
tener algún poder de decisión: el ahora. Solo el momento presente es nuestro realmente y a
él hemos de dedicar nuestra atención y esfuerzo. Y no dejemos que ni el pasado ni el futuro
nos atormenten –dice el filósofo–, pues el primero ya no existe y el segundo lo afrontaremos
con la misma ecuanimidad y virtuosismo que el hoy.
4 Imperturbabilidad. No debemos celebrar nuestros logros ni llorar nuestras pérdidas, pues
ambos son parte de lo que el destino ha trazado para nosotros.
«Nunca digas respecto a nada: ‘lo he perdido’. Piensa: ‘lo he devuelto’»
Básicamente lo que nos pide Epicteto es que no cedamos el control de nuestra vida a
nuestras emociones, que no son parte de un comportamiento basado en la razón.
El sabio se conoce a sí mismo, su propia naturaleza, sus fortalezas y debilidades. Por ello,
no cede ante la irracionalidad de las pasiones, ya sean estas de alegría, tristeza, orgullo, etc.
Al contrario, acepta lo que ocurre como parte del plan divino al que está sometido y se pliega
a este. Un perro que pasea con una correa tiene dos opciones: luchar por liberarse y marcar
el paso, o dejarse guiar por su amo, que le dirige y vela por él. Epicteto nos anima a vivir del
mismo modo.

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5 Razón ante todo. Los estoicos respetaban ante todo la razón, despreciando la
irracionalidad y la representación de esta: las pasiones. Puesto que la racionalidad es la
característica básica de la naturaleza del ser humano, es conforme a ella que hemos de vivir,
repudiando todo aquello que no sigue su senda. El sabio ha de tener dominio absoluto de
sus pasiones y mantenerse imperturbable ante cualquier suceso. Sabe que el control de las
mismas es la base de su tranquilidad de espíritu, de manera que pone todo su esfuerzo en
vivir con la herramienta con que para ello se le ha dotado: la racionalidad.
6 Mirada al interior. Epicteto, como estoico que es, no presta atención a lo que sucede en
el mundo, en el exterior. ¿Por qué? Por la simple razón de que sabe que no tiene control
alguno sobre lo que en este acontece. Solo presta atención a lo que depende de sí mismo:
sus pensamientos y sus acciones. El ideal estoico es un hombre vuelto hacia sí mismo que
encuentra la paz en su interior. De este modo, trata de conocerse, de analizarse, de
comprender por qué es como es. Busca aumentar sus virtudes y vencer sus vicios,
esforzándose día tras día para mejorar y acercarse al ideal del sabio.
7 Libertad. Todo esto que venimos diciendo no tiene otro fin que el más ansiado objetivo de
la filosofía estoica: la libertad. Epicteto, lo mismo que Séneca, Zenón o Marco Aurelio,
persigue lo que él considera la esencia de quien es verdaderamente libre, que no es otra
cosa que el total control y conocimiento de sí mismo. Nada puede dañarle o hacerle perder
su imperturbabilidad, nada puede afectarle emocionalmente, ningún deseo tiene que pueda
ser insatisfecho. De este modo, impasible ante los accidentes de la vida, el sabio estoico es
plenamente libre, pues nadie más que él está al mando de su alma.
Epicteto persigue lo que él considera la esencia de quien es verdaderamente libre: el total
control y conocimiento de sí mismo
8 Confianza en los sentidos. Los estoicos seguían la teoría aristotélica de que nuestro
conocimiento nos llega a través de los sentidos –nuestra experiencia sensible–, cuya
información pasa más tarde a ser analizada y abstraída por nuestra razón (como ya hemos
dicho, la herramienta principal con la que cuenta el ser humano para vivir en el mundo),
sacando entonces conclusiones generales.
Marco Aurelio, el «emperador filósofo» que tomó muchas ideas de Epicteto. Gobernó el
Imperio romano desde el año 161 hasta el año de su muerte, en 180 (Busto de Marco Aurelio.
Museo Metropolitano)

9 Dios. Epicteto defiende la idea de una o varias divinidades, superiores a los humanos, que
se encargan de regir nuestros destinos y organizar las leyes que gobiernan la naturaleza.
Así, el ser humano nunca está solo, pues vive conforme al plan que Dios ha establecido para
él.
Esta visión de la divinidad de los estoicos tuvo una fácil reinterpretación por la mayoría de
las religiones, que adaptaron a ese «guía» que marca nuestro destino y nuestra naturaleza
a sus respectivas divinidades.

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Para los estoicos, es irrelevante qué Dios es el que está guiando nuestros pasos, sino el
hecho de que sea así. Llamémoslo Dios, ley natural, logos, Tao, karma… No importa. Sólo
hemos de aceptar la idea de que nuestra vida no depende exclusivamente de nosotros y que,
por ello, la misma nunca podrá plegarse totalmente a lo que queremos. Por eso, lo mejor es
permitirla fluir y dejarnos llevar por ella, anulando nuestras expectativas y confiando en el
buen hacer de quien ha fijado nuestro rumbo.
10 Naturaleza. En esencia, toda la filosofía estoica se basa en vivir comulgando con las
leyes establecidas por la naturaleza. Por ello, hemos de vivir racionalmente y confiando en
el plan que se ha establecido para nosotros. Sólo así el ser humano puede lograr vivir una
buena vida. No una llena de placeres y desenfrenos, sino una vida feliz, ausente de dolor y
caracterizada por la tranquilidad.
Palabra de Epicteto
• «Solo el hombre culto es libre»
• «No se llega a campeón sin sudar»
• «La prudencia es el más excelso de todos los bienes»
• «No pretendas que las cosas ocurran como tú quieres. Desea más bien que se
produzcan tal como se producen y serás más feliz»
• «Filosofar es esto: examinar y afinar los criterios»
• «Si no tienes ganas de ser frustrado jamás en tus deseos, no desees sino aquello que
depende de ti»
• «La felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en no desear nada, pues en eso
consiste ser libre»
7. Epicureos ( Epicuro )
Epicuro, fundador de la escuela, pone como objetivo de la vida del ser humano el placer,
liberándose de los miedos a los dioses, a la muerte y al destino, porque con esos miedos no
se puede disfrutar de la vida.
Para el epicureísmo, placer y felicidad van unidos de la mano, una filosofía que se convierte
en una herramienta perfecta para curar el alma. Epicuro, su fundador, apuesta por la
búsqueda de los placeres espirituales y la ausencia de los temores para poder disfrutar de
la vida: un hedonismo que consigue la liberación de los miedos que nos esclavizan

8. .Epicuro de Samos (341 a.C. – 270 a.C.)


Este pensador afirmaba que el ser humano siempre debe buscar la felicidad. La misma se
alcanzaría a través de la prudencia, la sobriedad y la amistad. Al igual que Aristóteles,
afirmaba que se debe usar la razón para evitar los excesos, ya que estos pueden provocar
un sufrimiento posterior.

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Por su parte, asumía que los placeres del alma son superiores a los del cuerpo. Ambos deben
satisfacerse con inteligencia. Lo ideal es llegar a un estado de bienestar que
denominó ataraxia.
No estaba a favor del desenfreno, pero tampoco apoyaba la renuncia a los placeres
carnales. En su lugar, afirmaba que debe buscarse un punto medio y que las satisfacciones
corporales deben realizarse siempre y cuando no provoquen un dolor posterior.

9. Cinicos (Diógenes, Hiparquia)


Hiparquia fue una filósofa representante de la escuela cínica que vivió en Grecia
aproximadamente entre los años 346 a.C. y 300 a.C. Fue discípula de Crates y cuenta
Diógenes Laercio que Teodoro el ateo, en un banquete, objetó su presencia en la reunión y el
hecho de que se dedicara a la filosofía y no a las tareas domésticas a lo cual Hiparquía
contestó: "Yo soy, Teodoro: ¿Te parece, por ventura, que he mirado poco por mí en dar a las
ciencias el tiempo que había de gastar en tela?"
Gilles Ménage en Historia de las mujeres filósofas recoge un epigrama conservado de
Antípatro titulado "A las mujeres" que habla de Hiparquía:
Yo, Hiparquia, no seguí las costumbres del sexo femenino,
sino que con corazón varonil seguí a los fuertes perros.
No me gustó el manto sujeto con la fíbula,
ni el pie calzado y mi cinta se olvidó del perfume.
Voy descalza, con un bastón, un vestido me cubre los miembros
y tengo la dura tierra en vez de un lecho.
Soy dueña de mi vida para saber tanto y más que las ménades para cazar.

El renombre de Hiparquía atravesó los siglos en tanto fue una de las primeras mujeres en
dedicarse a la filosofía y vivir y obrar en pie de igualdad con su marido, algo inusual para una
mujer de su tiempo. Es la única filósofa cínica cuyo nombre trascendió, a pesar de no haber
sido la única.

10. Hipatia de Alejandría.


Hipatia nació en Alejandría, Egipto, en el año 355 o 370
Hija y discípula de Teón, un ilustre matemático del Museo (institución fundada por Tolomeo
dedicada a la investigación y la enseñanza) y astrónomo notable.
Superó a su progenitor en saber, en astronomía y en su dedicación a la filosofía.
Hipatia cultivó varias disciplinas: filosofía, matemáticas, astronomía, música... Se la reconoce
como la primera mujer matemática de la que se tiene conocimiento. Representante de la
Escuela neoplatónica de Alejandría a a inicios del siglo V. Seguidora del filósofo romano
Plotino, trabajó en los estudios lógicos y las ciencias exactas.

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Enseñaba a sus discípulos en su propio hogar. Fue educadora de aristócratas cristianos y
paganos que posteriormente tendrían altos responsabilidades, como por ejemplo el obispo
Sinesio de Cirene, Hesiquio de Alejandría y Orestes, prefecto de Egipto.

ATARAXIA

Del griego, ἀταραξία, «ausencia de turbación», la


ataraxia era, para epicúreos, escépticos y
estoicos, el estado de ánimo que conseguimos
gracias a la «disminución de la intensidad de las
pasiones y a la fortaleza frente a la
adversidad.» Con ello logramos alcanzar el equilibrio
y la felicidad que eran el objetivo que perseguían
estas tres filosofías. Ataraxia, en este sentido, es
imperturbabilidad, serenidad y tranquilidad de
espíritu.

El concepto de ataraxia se usa en la filosofía para


referirse al ánimo sereno y calmo. Diversas
corrientes filosóficas defienden la ataraxia como la
disposición anímica que lleva a la persona a alejarse
de las perturbaciones para alcanzar la felicidad.

La ataraxia requiere regular las pasiones y ser lo


suficientemente fuerte ante las adversidades como para llevar una vida equilibrada y plácida.
Este sosiego se logra cuando el individuo consigue evitar los placeres innecesarios, que
provocan un dolor intenso después de la satisfacción inicial.

El epicureismo, por ejemplo, distinguía entre los placeres naturales y necesarios


(vinculados a la subsistencia); los placeres que, pese a ser naturales, resultan innecesarios
(ya que suponen alteraciones superficiales de los placeres necesarios); y los placeres que
no son ni naturales ni necesarios (surgidos por el ego o la ambición). La ataraxia como vía a
la felicidad requiere solo obedecer al primer tipo de placeres (los naturales y necesarios),
descartando el resto.
De acuerdo a la visión de los escépticos, la ataraxia se logra al suspender el juicio sobre las
cosas. Cuando una persona no cree
en nada, evita los conflictos y logra
que su ánimo esté sereno.
Los estoicos, por su parte, creían
que la ataraxia era una
consecuencia de una vida regida por
la virtud y la razón. El estoicismo fue
la última escuela importante de la
filosofía, y existió hasta el año 529 d.
C., cuando la Escuela de Atenas fue
clausurada por el emperador Justiniano. También el budismo promueve la ataraxia,
sosteniendo que la ausencia de deseo evita el dolor.

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Se llama vicio a algún tipo de falla, defecto o mal hábito, especialmente en lo referido a las
conductas tenidas por morales e inmorales. Lo que en algunas sociedades puede
considerarse vicioso, en otras puede ser aceptable o normal. Es decir, depende en gran
medida de su contexto y de los valores sociales y morales con los cuales se lo evalúe. -
Fuente: https://concepto.de/vicio/
Comúnmente, los vicios se asocian a la ilegalidad y al peligro, así como a actividades del mal
vivir, como algunas adicciones. Actos como el consumo recreativo de alcohol, de tabaco y
de otras sustancias, así como la drogadicción, o incluso conductas personales mal tenidas,
como la mentira, el egoísmo o la burla, suelen ser consideradas como vicios.

Igualmente, en el caso de la jurisprudencia inglesa, se emplea la voz vice (“vicio”) para


referirse a actos criminales menores: prostitución, apuestas, libertinaje y obscenidad. En
cambio, de acuerdo a la moral cristiana, por ejemplo, los vicios estarían vinculados con los
pecados capitales y con otras actitudes consideradas pecaminosas o inapropiadas.

Sin embargo, el término vicio también se emplea en el lenguaje popular para referirse a una
actividad que se realiza con demasiado entusiasmo, o mediante la cual somos capaces de
olvidarnos del resto del mundo: “bailar es un vicio para mí”, “ese juego es enviciante”, etc.
La palabra vicio tiene el significado de defecto, según su origen latino derivado del término
“vitium”. Es una palabra con connotación negativa, que implica un hábito malo o pernicioso,
inmoral o insano. El vicio es lo opuesto a la virtud.
Para Aristóteles, los vicios son los extremos de la virtud, que se halla en el punto medio. Así
un vicio puede ser por exceso, como por ejemplo, trabajar demasiado puede constituirse en
un vicio, si afecta la salud psicofísica del hombre, y por defecto la haraganería o el ocio,
también sería un vicio.

17 DOCENTE: MA. EVELINA DAMASO NERI


PROPUESTAS ÉTICAS EN LA EDAD MEDIA.
Se conoce como Edad Media, Medioevo o Medievo al período de la historia de Occidente
que comienza con la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476, y finaliza con el
descubrimiento de América en 1492 o la caída del Imperio Bizantino en 1453, fecha en que
culmina también la Guerra de los Cien Años.
La Edad Media recibe su nombre por ser el tránsito entre la Edad Antigua y la Edad Moderna.
Durante este período la sociedad abrazó un orden feudal, esencialmente rural o campesino,
y el dogmatismo cristiano rigió la cultura.
La filosofía medieval intentó, a lo largo de sus mil años de duración, dar con una síntesis
entre las diversas tradiciones de pensamiento que heredó, como son la cristiana, la judía, la
islámica (por contagio) y la proveniente de la Antigüedad Clásica.
Los temas centrales de la filosofía medieval tuvieron que ver con la fe, la razón, la naturaleza
y existencia divina, el problema del mal, el libre albedrío humano y otros asuntos que
reflexionaban sobre el modo en que el mundo divino y el terrenal se compenetraban. Las
ideas modernas de ciencia, de saber empírico y de experimento no existían como tales en la
mentalidad de la época.
1. Agustín de Hipona (354 – 430).
La relevancia del pensamiento de San Agustín es tal que debe ser incluido como filósofo
medieval. Nacido en Tagaste, una ciudad de Numidia, un antiguo reino bereber entre Argelia
y Túnez, estudió gramática y retórica, además de mostrar gran interés por el teatro.
La tradición crsitiana señala que su madre Mónica le enseñó los preceptos básicos del
cristianismo, pero Agustín no llega a convertirse hasta el 385 tras un periodo en Italia.
Renunció entonces a todos sus bienes, rechazó la cátedra de Retórica en Milán retirándose
a la vida monacal: uno de los primeros filósofos ascéticos que encontraron en el aislamiento
el contexto adecuado para entregarse a la reflexión.
La filosofía de San Agustín se fundamenta en una síntesis entre el cristianismo primitivo y la
filosofía platónica de autores como Plotino marcando el camino que seguirá el pensamiento
cristiano durante siglos. Inspirado por la fe, San Agustín señaló una nueva dimensión del
hombre: la conciencia, “esa soledad que no frecuentamos”, una suerte de ‘conócete a ti
mismo’ que marcaría su camino hacia la verdad cuyo destino final sería la contemplación
de Dios y de su propia alma.

2. Hildegard von Bingen (1098-1179)


nació en Bermersheim, Alemania en el seno de una familia noble. Al ser la décima hija sus
padres la entregaron al monasterio de Disibodenberg al cumplir catorce años. Ese
monasterio era masculino, pero aceptaba a un pequeño grupo de reclusas femeninas en una
celda anexa bajo la dirección de Jutta de Sponheim.

18 DOCENTE: MA. EVELINA DAMASO NERI


Hildegarda tuvo visiones que más tarde la propia Iglesia confirmaría que estarían inspiradas
por Dios. Eran episodios que este pensador vivía sin perder los sentidos ni sufrir éxtasis.
Los describió como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y vivos colores,
acompañados de una voz que explicaba lo que veía y, a veces, con música de fondo.
A pesar de ser joven, las monjas la escogieron como abadesa. Cuando tenía cuarenta y dos
años, le sobrevino un episodio de visiones más fuerte, durante el cual recibió la orden de
dejar plasmado escrito las visiones que en adelante tuviese. Es a partir de ese momento en
el que Hildegarda escribe lo que ve en sus visiones, dando así como resultado la creación
de su primer libro Scivias (“Conoce los caminos”), de teología dogmática.
Sus otras dos obras son Liber Vitae Meritorum, que va sobre teología moral, y Liber
Divinorum Operum, sobre cosmología, antropología y teodicea. También escribió obras de
carácter científico, como Liber Simplicis Medicinae o Physica, sobre las propiedades
curativas de plantas y animales desde una perspectiva más holísticas.
Otras de sus obras destacables es la creación de su Lingua ignota, considerada la primera
lengua artificial de la historia, por lo cual fue nombrada patrona de los esperantistas,
hablantes del idioma auxiliar Esperanto.
3. Santo Tomás de Aquino (1224 – 1274)
Tomás de Aquino es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes representantes del
pensamiento occidental, de los más destacables representantes de la escolástica. Fue
teólogo, metafísico y uno de los primeros filósofos que combinó el pensamiento de Aristóteles
con la fe cristiana.
Tomás de Aquino consideraba que la razón humana era muy limitada y que, teniendo en
cuenta esto, difícilmente se podría lograr a conocer a Dios en su plenitud. No obstante, esto
no quería decir que por medio de la filosofía no se pudieran conocer los conocimientos
verdaderos.
Tomás de Aquino trató de demostrar la existencia de Dios por medio de un sistema del que
hablaba de cinco vías. Su compleja teoría parte de lo más simple, que eran los movimientos
de los objetos, cuáles eran sus causas, hasta llegar a la vía más elevada, que era el orden..
4. Catalina de Siena (1347-1380)
Catalina de Siena es otra de las grandes filósofas de la Edad Media. Catalina tuvo una
experiencia visionaria decisiva, apareciéndole Jesús quien en su visión se extraía el corazón
y se lo intercambiaba con el de la filósofa. El amor a Dios es para Catalina de Siena un
sentimiento alegre y una gran estímulo para actuar. Catalina llevó adelante su misión
partiendo de bases culturales enriquecidas con el tiempo pese a ser bastante pobres.

Rubio, D. (2021, May 24). Los filósofos más importantes de la Edad Media. Microsismos – Psicología y Mente.
https://www.publico.es/psicologia-y-mente/los-filosofos-mas-importantes-de-la-edad-media/

Rubio, N. M. (2020, July 28). Los 20 filósofos de la época medieval más importantes. Psicologiaymente.com.
https://psicologiaymente.com/cultura/filosofos-epoca-medieval

19 DOCENTE: MA. EVELINA DAMASO NERI


La ética en la edad del renacimiento de los siguientes filósofos:
Se denomina renacimiento al momento histórico que comprende el movimiento cultural
europeo transcurrido desde fines del siglo XIII durante la Edad Media y finaliza en el siglo
XVII con el advenimiento de la Edad moderna.El Renacimiento fue una etapa brillante y
renovadora que atravesaron la cultura, el arte y las letras europeas principalmente desde
1450 hasta 1570 aproximadamente.
Se inició a partir del logro de cierta estabilidad política y expansión económica en las cortes
y repúblicas italianas como una combinación de tendencias y actitudes impulsadas por la
actividad de la burguesía y la existencia de una nueva coyuntura histórica, originada, entre
otros motivos, por el fin del cisma de Occidente, la toma de Constatinopla (1453) y el fin del
imperio Bizantino; los descubrimientos geográficos y las conquistas, los cismas religiosos,
el desarrollo de los nacionalismos y la invención de la imprenta con la consecuente
posibilidad de la difusión de la cultura.
1. Vasco de Quiroga (1470-1565)
2. Tomas Moro (1478-1535)
Otro importante pensador político renacentista fue Tomás Moro. Su obra Utopía refleja
cómo sería una sociedad ideal. En su opinión, la sociedad ideal debe ser patriarcal,
conformada por ciudades-estado con una ciudad central común. Cada ciudad debía
contar con todos los instrumentos posibles para sostener su economía de manera
autónoma. Fue un decisivo detractor de la Reforma protestante.
3. Tullia d´ Aragona (1510-1556)
4. Marie Le Jars de Gournay (1565-1645)

Los filósofos de la edad moderna:


1. Descartes (1596-1650)

Nacio en 1596 en Francia. Fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado como
el padre de la filosofía moderna.
-Descartes trató de aplicar a la filosofía los procedimientos racionales inductivos de la
ciencia, y en concreto de las matemáticas.
- Determinó no creer ninguna verdad hasta haber establecido las razones para creerla.
-Según su filosofía, Dios creó dos clases de sustancias que constituyen el todo de la
realidad.

20 DOCENTE: MA. EVELINA DAMASO NERI


2. Juana Inés de la Cruz (1648-1695)
3. Damaris Cudworth Masham (1659-1708)
4. Kant (1724-1804)
la edad contemporánea de los siguientes filósofos:
1. Mill (1806-1873)
2. Max Scheler (1874-1928)
3. Simone de Beauvoir (1908-1986)
4. Habermas (1929-
5. Edith Stein
6. Gertrude Elizabeth Margaret Azconbe
7. Philipa Foot
8. Carol Gilligan
9. Hannah Arendt
10. Karol Jozef Wojtyla
11. Paulo Freire

La época prehispánica como:


1. Los Aztecas
2. Los Mayas
Los Incas

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