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Actividad: El liderazgo
Descripción de la actividad
Este artículo es una comunicación que sostiene que la dirección ética ha de regirse por
unos valores, centrados en este caso en la integridad y esto implica por construir
confianza y credibilidad. El autor aplica las teorías de las virtudes clásicas (prudencia,
templanza, justicia y fortaleza) a las relaciones interpersonales que se derivan de todo
liderazgo.
Tras leer el artículo, realiza un ensayo en el que hagas una breve síntesis (dos párrafos)
del texto y, a continuación, explica la posible relación de las ideas relativas a la ética
aristotélica desarrolladas en este texto con los conceptos estudiados en el tema «El
liderazgo como forma de añadir valor a la organización», sobre el paradigma comunista
griego y la teoría del liderazgo situacional.
Rúbrica
El liderazgo Puntuación
Peso
Descripción máxima
%
(puntos)
Ha completado todo el ejercicio y ha
Criterio 1 respondido a los apartados con los 2 20 %
criterios mínimos
10 100 %
SINTESIS
El texto analizado nos habla de cómo la ética aplicada al liderazgo, debe de ser la manera
idónea de dirigir cualquier organización. Para ello, para que sea ético, ese liderazgo debe
apoyarse no solo en valores, pues estos tienen que ver más con las organizaciones, sino
en virtudes, ya que estas atañen directamente al interior de cada persona y, a la postre,
son las personas las que van a dar sentido y rumbo a cada organización.
A partir de esta idea cabe cuestionarse, como así vemos en el texto, ¿qué es realmente un
líder?, ¿puede serlo sin ética?, ¿un mal líder sigue siendo un líder?... La clave, como muy
bien apunta el autor, nos la dará el tiempo, concepto este intrínseco a la ética.
ANÁLISIS
Son incontables las ocasiones referentes a distintos temas en las que hemos escuchado
eso de “El renacer de los clásicos”, para cualquier cuestión relacionada con la sociedad o
el pensamiento, en diferentes momentos de la historia y en cualquier lugar, lo hemos
podido escuchar. Tendríamos pues que hablar, mejor, de “La continuidad de los
clásicos”, y ejemplo de ello será este análisis en el que asistiremos a ver cómo se vuelve a
retomar un clásico como Aristóteles, actualizándose y contrastándose con teorías
vigentes en la actualidad que están siendo puestas en práctica, teorías estas que giran
alrededor del liderazgo.
¿Y cómo enlazar a Aristóteles con el liderazgo? Desde su visión comunitarista de la polis
griega, a través de su obra “Ética a Nicómaco”, primer tratado que trata sobre la ética ya
en el siglo IV a.C., Aristóteles muestra, como si de un esbozo de plano arquitectónico se
tratara, un ideal de República basada en las relaciones entre sus ciudadanos, los cuales,
como seres sociales que deben de vivir en comunidad, pues son animales políticos y
racionales, llevarán a cabo dichas relaciones bajo la Dike o Justicia y no bajo la violencia
como en el resto del mundo animal.
En la obra, Aristóteles pone el punto de mira en el comportamiento humano y no deja de
intentar descubrir la forma en la que este puede mejorar para de esa manera ser más
feliz, pues este será el camino para poder alcanzar los logros de la polis; la vida en la polis
es vida en comunidad por lo que se debe de buscar el interés general dejando de lado el
individual, este solo es visto como un medio para alcanzar el fin general.
¿Y cómo se define la ética ya en este siglo? Para el pensador, la ética no es un conjunto
de códigos ni de normas, la ética es algo que se encuentra dentro de cada uno de nosotros
la cual mostraremos a nuestra comunidad a través de nuestras virtudes, nuestras Aretés,
que se encuentran tanto en el plano profesional como en el moral. Estas deberán de ser
puestas en práctica para que adquieran valor pues no solo es suficiente con poseer dichas
virtudes, hay que convertirse en virtuosos y eso solo se consigue con la praxis. Pero
también aquel que cree no poseerlas puede llegar a atesorar dichas virtudes si emula a
los que sí las muestran y se acompaña de ellos, pues ello hará que, de igual manera, se
convierta en virtuoso dentro de la comunidad, una comunidad que de esta forma se hará
libre y justa a través del camino de la eticidad.
Si analizamos todo lo dicho hasta el momento, sin duda encontramos una palabra que se
muestra detrás de todo el contenido: Cooperación. Este sería el medio que Aristóteles
marca en la polis griega para generar valor, pues este era el fin último de la polis: generar
valor, para de esa forma combatir los liderazgos tradicionales pues son los liderazgos
devenidos de la razón, y no de la fuerza, los que aplican el consenso y creen en objetivos
comunes, donde prima la participación y la delegación.
Llegado a este punto donde podemos ver como entroncamos con una visión más actual,
hecho este que podemos observar se va construyendo solo, ya que después de miles de
años la cuestión sigue siendo la misma y eso se afirma a partir de las letras del profesor
Carlos Moreno pues él también nos habla del liderazgo fundamentado en virtudes,
concretamente en la templanza, la fortaleza, la justicia y la prudencia como camino para
llevar a cabo una dirección ética basada en la integridad.
A través de esa integridad se construye la confianza y la credibilidad necesaria para que
las personas a las que se lidera, tomando ejemplo, se conviertan también en practicantes
y virtuosas, al igual que en el comunitarismo griego, siendo todo el grupo coherentes
entre pensamiento y acción, indispensable ello para conseguir el fin.
Será aquí cuando hablemos de un concepto tan importante como el tiempo, pues este
tiene una gran importancia en estos procesos. Aquello que conlleva el actuar desde la
ética no se gana de manera inmediata, tiene más que ver con el largo plazo; el liderazgo
ético, se convierte en ético con el paso del tiempo, mientras tanto se puede ser un líder,
solamente, el adjetivo ético nos lo dará el transcurrir de los días, meses y años. Será de
esta manera, con el factor tiempo, como sí podremos dar respuesta a la pregunta que se
planteaba en la síntesis inicial: ¿Un mal líder sigue siendo un líder?, lo será
momentáneamente, pero no culminará su proceso si no practica la ética y dejará de ser
líder al no convertirse en un líder ético.
Como ejemplo a lo anterior y para entender dicha circunstancia podemos hablar de dos
personajes históricos coetáneos: Hitler fue un líder que fracasó antes de, y para lo que lo
que él se había propuesto; Churchill, por el contrario, fue líder hasta que murió
consiguiendo casi todo aquello que se propuso; aplicó la ética a su liderazgo.
También podemos relacionar y relacionamos todo lo analizado en los párrafos anteriores
con los paradigmas de Covey, modelos mentales que tenemos los seres humanos y que
llevamos a la práctica cuando nos relacionamos con otros con el objetivo de buscar
soluciones o llegar a acuerdos, en el caso que nos ocupa, concretamente se
correspondería con su paradigma de ganar/ganar donde se busca el beneficio mutuo bajo
un compromiso y un plan a seguir por ambas partes. Aquí surge una visión a la que no
se está acostumbrado apartada de la dicotomía que casi todo impregna, una tercera vía
o visión que será también llevada a la práctica, o al menos valorada en primera instancia
por el líder ético.
Pero este paradigma no llega porque sí, hay unas condiciones o requisitos previos que lo
facilitarán: el carácter ganar/ganar, debe de tenerse o buscarse latente dentro de cada
uno; las relaciones, que crean un clima positivo propenso a que se desarrolle nuestro
paradigma de cooperación facilitando el proceso; Los acuerdos, los que se conseguirán
partiendo de los dos anteriores, acuerdos bien definidos con las tareas identificadas,
clave del éxito.
Por último, señalar que el líder ético tendrá la tarea, además, de llevar a la práctica un
liderazgo situacional mediante el cual pueda ver el “Arete” de cada uno y ayudarlo o
animarlo a que lo ponga en práctica pues esta será la manera de poner en común su
excelencia y valor creando con ello organización al más puro estilo griego o aristotélico.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
Callejón, A. M., Casado, A. M., Melendo, T., & Méndiz, A. (2013). Integridad,
comportamiento ético y reputación corporativa de las grandes empresas
españolas. In Congreso Nacional EBEN. http://www.eben-
spain.org/docs/Papeles/XXI/integridad-comportamiento-etico-y-
reputacion.pdf
Hersey, P., & Blanchard, K. (1972). Liderazgo situacional. Englewood Cliff: Prentice
Hall.
Zubiri, X. (2007). Sobre Aristóteles. En X. Zubiri, Cinco Lecciones de Filosofía (pp. 15-
56). Madrid: Alianza Editorial.