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Metanoia: Análisis Crítico del Discurso Autobiográfico

Cogniciones sociales y Contexto de vida

Dra. Yelitza Ramírez Díaz


yely.ramirez@gmail.com

RESUMEN

La transcompleja realidad venezolana de los últimos años, nos llevó como


venezolanos a experimentar diferentes e innumerables situaciones dolorosas. Son
muchos los temas, susceptibles de investigar, que hemos vivido de cerca o nos
han afectado directamente. Metanoia es un método novedoso de investigación de
la realidad y de los fenómenos sociales, desde las experiencias emocionales. El
objetivo es convertirlas en conocimiento situado, documentado, teórico,
transdisciplinar, trascendente y relevante para otros que transitan situaciones
similares. Metanoia, surgió como tesis doctoral, a partir de abordar experiencias
personales, con dos textos narrativos: La autobiografía y el metarrelato. Para
luego, investigar el fenómeno desde el enfoque crítico del Análisis del Discurso. El
metarrelato es una historia que se teje dentro de otra. En su estructura ambos
productos recurren a lo autorreferencial como parte de su objetivo narrativo. Se
aspira en la discusión del y con el tema realizar un aporte al conocimiento de una
realidad vivida, sentida, experimentada y razonada. Desde una perspectiva
situada en la geografía social e histórica, delimitada sólo por el narrador que se
investiga a sí mismo, y ofrece un material documental en cuanto a sus
experiencias emocionales para la investigación social. Al mismo tiempo, deja ver
la naturaleza de las relaciones interpersonales con los otros involucrados en el
relato. Es un discurso interpretativo del que emergen categorías para su análisis
que caracterizan los procesos cognitivos y sociales, tanto individuales como
colectivos en los que se inserta la experiencia y las condiciones materiales y
simbólicas de la producción textual.
Palabras Clave: Metacognición- Metanoia- Autobiografía de las experiencias
emocionales- Metarrelato- Cogniciones y contexto
I. INTRODUCCIÓN

Este artículo es resultado de una tesis doctoral aprobada, pero que continúa
en plena construcción. Se plantea como objetivo general, resignificar el concepto
de Metanoia como propuesta modélica de investigación discursiva y socio-
cognitiva para la comprensión profunda de las relaciones interpersonales y
sociales, en los ámbitos tanto públicos como privados.
Relaciones marcadas principalmente por el poder y control, discriminación,
desigualdad y abuso de poder. Metanoia es un proceso metacognitivo de
aprendizaje liberador, de transformación integradora y consciente de las
experiencias emocionales, a partir de la producción escritural de dos textos
ubicados en la narración como tipología textual y a través de la hermenéutica
interpretativa transcompleja. Las dos narraciones son: la autobiografía de las
experiencias emocionales y el metarrelato.
Una de las grandes dificultades que atravesamos los analistas del discurso
es encontrar un corpus que dé cuenta del fenómeno que estudiamos. Esta
investigación se ha venido nutriendo durante 3 semestres lectivos continuos con
las autobiografías y metarrelatos de los estudiantes de metodología en postgrado
de diferentes programas que se cursan en la Universidad Nacional Experimental
Simón Rodríguez.
Este ejercicio reflexivo de introspección, es motivado por la pregunta:
¿Cómo me sentí cuando…? El mismo ha permitido que los estudiantes descubran
temas y problemas de investigación relevantes y pertinentes de cara a las
realidades que vivimos en la actualidad, además de aportar un invaluable corpus a
nuestra investigación, el cual consta de 92 autobiografías hasta el momento.
Los analistas del discurso estudiamos multiplicidad de temas, pero
básicamente dos cosas: Los textos y la sociedad que produce esos textos.
Analizando los textos (discursos), analizamos a la sociedad que los produce. De lo
anterior se desprenden, otros elementos que evidenciamos lingüísticamente a
partir de teorías y métodos específicos de nuestra ciencia, como por ejemplo:
cuáles son las estrategias que utilizan los interlocutores para negociar los
significados en interacción social en un contexto específico, y en un nivel más
profundo y crítico, las intenciones, actitudes, valores, visión de mundo,
conocimientos compartidos, construcción de identidad; es decir, la ideología.
El análisis del discurso es una ciencia multidisciplinaria, que puede ser
practicado por los lingüistas desde la perspectiva de la teoría lingüística para
averiguar cómo funciona el lenguaje, o para comprender procesos, analizar
contenidos, y explicar problemas cognitivos, sociales y culturales más que
lingüísticos (Bolívar, 2007).
Con Metanoia nos ubicamos desde una experiencia personal, que no es un
fenómeno aislado, sino que sólo puede ser visto como integrado a un sistema de
cognición social, cultural e histórico a través de un análisis crítico, hermenéutico,
interpretativo y transcomplejo de la experiencia vivida.

II. CONJUNTO TEÓRICO-METODOLÓGICO-REFLEXIVO

a. Consciente de que estoy consciente: Los productos escriturales

El vocablo metacognición es un neologismo compuesto por los vocablos


“cognición”, del latín cognitĭo, cognitiōnis, que traduce ‘conocimiento’, y el
elemento compositivo “meta-“, que proviene del griego μετα- (meta-), que significa
‘acerca de’.

Existe una dependencia mutua entre discurso y conocimiento. La mayor parte


de nuestro conocimiento lo adquirimos a través del discurso, y necesitamos tener
un conocimiento del mundo para producir y comprender el discurso. La cognición
es un acto de conocimiento que engloba los procesos de atención, percepción,
memoria, razonamiento, imaginación, toma de decisiones, pensamiento y lenguaje
(Van Dijk, 2013).

Se trata del conjunto de mecanismos mentales por los que se elabora el


conocimiento. Si decimos que el texto no puede desligarse del contexto, no es
menos cierto que el contexto lo percibimos cognitivamente. La cognición es la
mediadora entre el discurso (lenguaje) y la sociedad, permite relacionar al hombre
con su entorno: “La cognición constituye una interfaz entre el discurso y la
sociedad”. Van Dijk (2013, p.61). La cognición social apunta a la importancia de
los procesos y representaciones mentales en la producción y comprensión de los
discursos.

En efecto, la gran mayoría de los aspectos del discurso sólo pueden revelarse
si nos remitimos a la mente de los usuarios del lenguaje. Esto gracias a que los
recuerdos, las experiencias personales de sucesos (modelos) y las
representaciones culturales compartidas (ideologías, actitudes, normas, valores,
etc.) de dichos usuarios desempeñan un papel esencial en el discurso. Lo
cognitivo se materializa en el discurso.

Los discursos son moldeados por sus contextos. Los contextos para Van
Dijk (1999) no están “allá fuera”, sino “aquí adentro” en las mentes de los usuarios
de la lengua. Los contextos son constructos subjetivos de lo que ahora es
relevante en dichas situaciones sociales/ en psicología cognitiva estas
construcciones subjetivas se llaman modelos mentales. Los contextos son
representaciones mentales. Los modelos mentales son representaciones
subjetivas de eventos

Todo uso del lenguaje es al mismo tiempo subjetivo e intersubjetivo.


Comprendemos el discurso creando un modelo mental, y creamos un modelo
personal de un discurso aplicando nuestro conocimiento general,
socioculturalmente compartido. Los modelos mentales sirven como interfaz entre
el conocimiento general, abstracto y socialmente compartido, por un lado, y el
discurso sobre hechos concretos, por el otro.

El procesamiento del discurso no es solamente procesamiento del lenguaje,


sino también procesamiento de conocimiento. Producir y comprender los discursos
requiere de activar, aplicar y especificar el conocimiento general del mundo. A su
vez, los nuevos modelos mentales creados con nuestra comprensión del discurso
pueden utilizarse para actualizar nuestro conocimiento del mundo.
Los estudios sobre la metacognición proceden de la década de 1970,
cuando el psicólogo John Flavell acuñó el término a partir de sus investigaciones
sobre los procesos cognitivos de las personas. En sus observaciones, Flavell
determinó que las personas precisan activar un nivel de pensamiento superior que
pusiera atención sobre los otros procesos intelectuales para corregir errores,
optimizar mecanismos cognitivos y mejorar la implementación de estrategias para
la ejecución de tareas.

La metacognición hace referencia a la acción y efecto de razonar sobre el


propio razonamiento o, dicho de otro modo, de desarrollar conciencia y control
sobre los procesos de pensamiento y aprendizaje. Es la capacidad de autorregular
los procesos de aprendizaje. Como tal, involucra un conjunto de operaciones
intelectuales asociadas al conocimiento, control y regulación de los mecanismos
cognitivos que intervienen en que una persona recabe, evalúe y produzca
información, en definitiva: que aprenda. Todo esto implica que la persona sea
capaz de producir modelos mentales acerca de entender la manera en que piensa
y aprende y, de esta manera, aplicar ese conocimiento sobre estos procesos para
obtener mejores resultados.

La importancia de la metacognición radica en que nos permite


autogestionar y controlar nuestros propios procesos de aprendizaje, para mejorar
su eficiencia y optimizarlos. La metanoia que se propone guarda una estrecha
relación con la metacognición en tanto que es aprender a aprender aplicado a la
esfera de lo emocional con fines de investigación social. De esta manera, favorece
el desarrollo del pensamiento crítico, estimula la capacidad de autorreflexión y
crea una conciencia de autonomía, autocontrol y autorregulación de los procesos
de aprendizaje de lo emocional y de la construcción de sentido. Allueva (2002) en
su artículo Conceptos básicos sobre metacognición, afirma que:

Para que se produzca aprendizaje se debe producir un cambio en


la persona. Este cambio puede ser intencionado o fortuito,
agradable o desagradable, pero siempre estará relacionado con la
experiencia de la persona en interacción con el ambiente que le
rodea. Si los cambios son debidos a la maduración, como
aprender a andar, no hablamos de aprendizaje. Así, hablaremos
de aprendizaje cuando se produzca un cambio y éste sea debido
a la experiencia. De forma general, decimos que se ha realizado
aprendizaje cuando se produce un cambio o modificación en
nuestra conducta debido a la experiencia (p.60)

La metanoia como proceso de aprendizaje transformador y metacognitivo


centra su atención en la toma de conciencia, pretende que el ser humano a través
de su conocimiento propio genere habilidades y estrategias para resolver
problemas, y sean un aporte significativo para su vida y la de otros. Pensar quiere
decir pensar en algo, incluso pensar en pensar implica pensar en pensar en algo.
Piensa lo que piensas.

La toma de conciencia que propone metanoia en tres fases intenta generar


nuevos recursos cuando los que se poseen no son de gran utilidad ante una
realidad vertiginosamente cambiante, y de esta forma aprender estrategias para
desarrollar habilidades que nos guíen sobre cómo actuamos cuando no sabemos
qué hacer ni cómo hacerlo. Ese estado de gracia lo llamamos confusión, el
momento justo antes de encontrar el conocimiento. La confusión es un proceso
por el cual hay que pasar entre un pensamiento antiguo que ya no nos sirve hacia
un pensamiento nuevo que nos va a servir para interpretar la realidad de otro
modo. La ventana se abre. Algo está cambiando. Es la antesala a una nueva
claridad.

La metacognición es crucial para entender el autoconcepto y la autoestima,


con lo que derivamos la importancia de la metacognición en lo referente a la
motivación, que dirige no sólo nuestros procederes sino también nuestras
actitudes, esperanzas o niveles de aspiración en la vida. En el aprendizaje para el
cambio de enfoque se deben recorrer tres fases o etapas: investigar, interrumpir e
instalar lo nuevo.
b. METANOIA: ¿Qué aprendí? ¿Cómo lo aprendí? ¿Qué propongo?

La metanoia es un proceso de transformación profunda ante una


experiencia o situación límite. La metanoia del griego metanoien, 'transformación
espiritual', es una vuelta a la conciencia y a la espiritualidad como recurso de
autotrascendencia, autocuración y redención.
Sus componentes léxicos son: el prefijo Meta (más allá), Nous (percepción,
comprensión, mente, espíritu), más el sufijo ia (cualidad de continuidad). Es
sinónimo de cambio de la mente, revelación divina o epifanía. Para el cristianismo
primitivo se decía del que se ha encontrado con Cristo. En este sentido, la
metanoia tiene como característica específica la de iniciar un nuevo modo de
situarse en la existencia debido al hecho de que el individuo ha abierto su
conciencia.
Para la psicología analítica de Jung el término Metanoia refiere a un
proceso de reforma de la psique como un medio de autocuración. Para la retórica
clásica, la metanoia se vincula con un cambio de dirección o de sentido, un
cambio radical en la cosmovisión, en las conductas y actitudes.

c. La metodología fenomenológica hermenéutica Transcompleja de


Metanoia

Este enfoque está orientado a la narración e interpretación de las


estructuras fundamentales de la experiencia vivida, al reconocimiento del
significado del valor didáctico de la experiencia.
Esta propuesta se presenta dentro de los métodos autobiográficos de
investigación como un relato de vida (texto). En este sentido, el texto construido de
principio a fin, no toma necesariamente toda la vida, ni es una construcción
temporal lineal, sino que se estructura a partir de la narración, para ordenar,
clasificar, sistematizar y evaluar los momentos relevantes en todas las etapas que
caracterizan esta experiencia de vida.
A partir de sistematizar la experiencia en un relato de vida y el metarrelato
que transita permanentemente por el análisis crítico de las dimensiones
psicológicas, sociales, materiales, simbólicas y espirituales que abordan esta
realidad y que describen la ruta que nos tocó explorar para comprender no sólo
qué está pasando, sino qué me está pasando. Esta ruta se propone en Metanoia
de las experiencias emocionales y es: investigar, interrumpir e instalar lo nuevo (el
conocimiento producido). Metanoia: El conocimiento inacabado (Fig. 1)

Fig. 1 Metanoia: El conocimiento inacabado

El método fenomenológico hermenéutico propuesto por van Manen (2003) es


un método que requiere y exige la capacidad de ser reflexivo, intuitivo, sensible al
lenguaje y constantemente abierto a la experiencia.
La fenomenología hermenéutica apela a modos de discursos que intentan
explicar los significados sociales, no de una forma exclusivamente intelectual o
conceptualmente, sino de un modo corpóreo, relacional y situacional a partir de
narrativas. La investigación y la escritura fenomenológica alcanzan sus objetivos
cuando hacemos reconocibles estos significados.
La relación entre lenguaje y experiencia para la fenomenología hermenéutica
es un punto central. Van Manen (2003, p.16) expresa:
Parece que con las palabras creamos algo -como, por ejemplo,
conceptos, intuiciones, sentimientos de la nada, es decir de la
experiencia vivida, pero esas palabras serán siempre insuficientes
para lograr nuestro objetivo. Tal vez sea porque el lenguaje
tiende a intelectualizar nuestra conciencia, porque el lenguaje es
un aparato cognitivo. Lo que intentamos hacer en la investigación
fenomenológica es evocar el conocimiento a través del lenguaje
que de un modo curioso parece que es no cognitivo.

La complejidad psicológica de las narraciones, a través de la investigación


fenomenológica hermenéutica permite alcanzar la comprensión que los individuos
hacen de los conflictos en sus vidas. Las historias de vida adquieren una gran
relevancia, tanto como objeto de investigación y como metodología, puesto que la
reflexividad del sujeto informante lo convierte en co-investigador de su propia vida.
La investigación hermenéutica, se dirige a dar sentido y a comprender más que a
explicar por relaciones causas-efectos de la experiencia vivida y narrada.
De un modo heurístico la comprensión sería el modo de dar cuenta de las
acciones humanas.

La narrativa como modo de organización del discurso tiene la cualidad


estructurada de un relato de la experiencia, entendida y vista como un enfoque de
investigación, a partir de acciones temporales, las pautas y las formas de construir
sentido. Es una particular reconstrucción de la experiencia, por la que, mediante
un proceso reflexivo, se da significado a lo sucedido o vivido (Ricoeur, 1995). En
nuestro caso, se utiliza la estructura de los metarrelatos, de tal manera que el
estudiante pudiese decir: “Esta tesis me ocurrió a mí”.
d. La Transcomplejidad de la experiencia
En nuestra sociedad se enfrentan dos sistemas de creencias. Por un lado,
la modernidad basada en el pensamiento ilustrado, que se define por el culto a
la razón y a la ciencia; y por otro lado, la postmodernidad que identifica
inteligencia con creación, y que no confía en la razón, ni en las verdades
absolutas.
Superando ambas, la Ultramodernidad desarrolla una nueva teoría de la
inteligencia cuya función esencial no es el conocimiento sino dirigir el
comportamiento para salir bien parados de la situación en la que estamos, y que
incluye los sentimientos y los mecanismos de autocontrol de la conducta y la
voluntad. Su característica principal es la capacidad de inventar posibilidades en la
realidad. Es, por tanto, una inteligencia creadora que inventa fines, los evalúa,
elabora proyectos y los ejecuta, una inteligencia encaminada a la acción.
La cuarta revolución industrial, o también llamada Revolución 4.0, nos
asoma a un mundo “inteligente”, pero artificial. ¿Está en peligro lo humano? ¿Qué
es lo humano? ¿Qué nos hace humanos? En 2014, surgen las fábricas
inteligentes y la gestión online de la producción, quizás la pregunta no sería qué
nos diferencia de otras especies, sino qué nos diferencia en cuanto humano de
nuestras propias creaciones.

Los algoritmos muestran nuestros gustos y tendencias, tenemos cientos de


números telefónicos que no tenemos necesidad ni de anotar ni recordar, visitamos
sitios a los que nunca hemos ido. Hablamos, damos y recibimos clases con
personas a las que nunca hemos visto y tal vez nunca veamos. La tecnología y el
desarrollo de la inteligencia artificial no sólo desafía la espacio- temporalidad, sino
nuestra propia identidad.

Crece el temor y la preocupación en las neurociencias por cambios


significativos en el uso del cerebro humano, especialmente la corteza prefrontal y
en especial el uso del lenguaje y las formas de relacionarnos y de producir
significados. La incertidumbre es creciente sobre si muchas profesiones y
trabajadores seremos sustituidos por la Inteligecia Artificial.
e. Metanoia: Ciencia para una sociedad inflamada

La realidad expresada más arriba ya no es producto de obras de ciencia


ficción sino una realidad desafiante. Nos enfrentamos a una sociedad en la cual
aumentan la oxitocina y otras hormonas causantes del estrés, la ansiedad y la
depresión; además de un alarmante crecimiento de enfermedades propias del
sistema inmune, continua y permanentemente exacerbado. Tenemos más redes
sociales y menos contacto humano.

Ni el reduccionismo y la simplicidad positivista, ni el holismo y las


hermenéuticas fenomenológicas por sí solas pueden explicar el mundo complejo y
diverso en que vivimos, ni a los retos que como humanos nos depara el futuro
cercano.

De ahí que en la actualidad nos interpela la necesidad de una nueva


cosmovisión investigativa que revela la complejidad del individuo y del mundo y la
asume a través de una perspectiva transdisciplinaria a la par de los escenarios
inciertos. Abriendo espacios investigativos a la objetividad y la subjetividad, la
ciencia, la educación, la diversidad, el arte y la espiritualidad humana. Buscando
significados sociales y nuevo sentido de todo lo humano.

Es un nuevo modo de producción de conocimientos, que apuesta más a la


integración que a la disciplina. En este se asume a la investigación como un
proceso bio-afectivo-cognitivo, pero también socio-cultural-institucional-político de
construcción de conocimiento.

Metanoia de las experiencias emocionales espera ser un reloj despertador de


nuestra conciencia a partir del proceso escritural narrativo, introspectivo y
reflexivo: ¿Qué estamos haciendo y para dónde vamos como individuos y como
sociedad, si seguimos haciendo lo que estamos haciendo?
Metanoia no sólo se trata de un cambio de actitud, sino de emprender
procesos y de ejecutar acciones concretas para un crecimiento real. Es un
proceso investigativo que debería generar un conocimiento transformador que
empieza en el investigador que se investiga a sí mismo. Metanoia es un
desplazamiento mental o cambio de enfoque; es el tránsito de una perspectiva a
otra, significa trascendencia, superación. Tanto los individuos, como las
instituciones, las organizaciones, las comunidades y la sociedad en la que vivimos
pueden reinventarse y recrearse a partir del concepto de metanoia.

En las universidades y en la comunidad científica nos urge un proceso


renovador y de cambio de enfoque. La Academia debe servir a la sociedad, no
estar a espaldas de la gente, su cultura y su vida, y contribuir activamente con su
producción de conocimiento hacia cambios profundos que nos conduzcan en
colectivo a un desplazamiento mental, a una verdadera y sostenible
transformación social.

Ese cambio de enfoque debe iniciar por el propio lenguaje que usamos, es
decir, el metalenguaje científico. ¿Escribimos para entendernos sólo entre
nosotros? Los repositorios y las bibliotecas están llenos de libros y tesis que nadie
lee porque no están hechas en un lenguaje medianamente común y accesible o
porque se hicieron con la sola motivación de obtener un grado académico. El tipo
de investigación propuesto está escrito como un metarrelato que acompaña y
recorre la propia experiencia expresada en la autobiografía, en diálogo con
autores desde una perspectiva crítica, a través de la fenomenología hermenéutica
y transcompleja.

f. Los metarrelatos y la metanarrativa:

Es un relato de vida, no es ficción. El texto se estructura como un metarrelato1


que va orientando el discurrir de la ruta seguida: investigar, interrumpir e instalar lo
nuevo. Un metarrelato es un relato acerca de un relato: una narración sobre una
narración. En su estructura recurre a lo autorreferencial como parte de su objetivo
narrativo. Quien escribe tiene conciencia respecto a que se trata de un relato
dedicado a la construcción de otro relato.

1Los metarrelatos son grandes relatos acerca de un relato, es decir, la narración de una narración y esto se
puede asociar fácilmente a otras ramas como lo que es la metanarrativa o el metalenguaje. Para realizar un
metarrelato debemos estar conscientes de lo que narramos, ya que hacemos referencia de ello. Tener
consciencia de que construimos un relato junto a otro.
Para los lectores que leen entre líneas, supone una ventana abierta hacia la
mente y experiencia vivida de quien escribe, retratándole e interpelando la
realidad, dialogando con autores que van discutiendo el fenómeno de la inocencia
perdida y la crisis espiritual y existencial de nuestro tiempo a partir del metarrelato.

El metarrelato permite discutir e interrogar de una forma crítica esos


momentos. Es el texto oportuno para hacer preguntas inteligentes a esa realidad
experimentada. De qué manera podemos estudiarla para comprenderla, para
interpretarla, para resignificarla y darle sentido a la experiencia vivida. ¿Desde
dónde puedo mirar lo ocurrido para comprenderlo? ¿Qué ruta metodológica puedo
construir para estudiar esta realidad? ¿Qué se mira? ¿Cuál es el modo de conocer
o de mirar esta realidad experimentada y sentida? ¿Cuáles son los procedimientos
para mirarla, para comprenderla? El metarrelato integra lo sentido y lo razonado o
pensado.

Se aspira en la discusión del y con el tema realizar un aporte a partir de una


mirada crítica, pero esperanzadora. El metarrelato es una historia que habla del
proceso de creación del pensamiento del autor o autora (en su tradición filosófica,
sociológica, científica y/o artística) como un pretexto para ahondar en su función,
su significado y su contexto en todas las dimensiones en las que se desee
conectar con el lector.

En este sentido, a los estudiantes de metodología se les orienta con un texto


que hemos denominado Las 7 áreas emocionales para ayudarlos a identificar las
emociones que pueden aparecer en la autobiografía. Sólo el narrador decide en
qué momento vivido hubo una situación límite, un punto de quiebre. ¿Cómo se
sintió?:

1. Inseguridad y miedo: Se expresa como pérdida, desesperación,


desesperanza.
2. Culpa y autorreproche: Se expresa como deuda y castigo. Cada evento
en el que recuerdas que tus acciones u omisiones causaron dolor, pérdida
o perjuicio a OTROS.
3. No merecimiento y autocastigo: se expresa como culpa o culpabilización
hacia TI MISMO (A). Por eventos en los que asumes que TE causaste
dolor, pérdida o perjuicio a TI MISMO (A).
4. La negación: Se expresa como queja y victimismo. Cuando no aceptas LO
QUE ES, LO QUE HAY, LO QUE TIENES, entras en lucha y desgaste.
5. Minimización personal: Cuando consciente o inconscientemente TE
COMPARAS con otras personas y percibes que lo que ellas tienen o son,
te falta a ti. Se expresa como envidia y celos.
6. Duda y preocupación: Sobre satura tu sistema nervioso, activa la
hormona del cortisol y adrenalina que por tiempo prolongado inflama y
envenena a las células y mata las neuronas. Ante una amenaza que
percibes como permanente, te mantiene en estado de supervivencia.
7. Incoherencia: Se expresa como frustración y abandono, cuando lo que
quieres y lo que piensas es diferente de lo que haces

El metarrelato construido no pretende dar lecciones de moral ni resolver el mal


en el mundo, sólo intenta retratar una realidad a partir de una experiencia y
promover la reflexión crítica, liberadora y emancipadora sobre la distancia que
media entre la sociedad que tenemos hoy, posiblemente producto de la crisis
espiritual y existencial de nuestro tiempo y la que queremos.
Lo que cada uno desde su libertad de ser y actuar, está haciendo en pro o en
contra para tenerla; desde un lenguaje que aspira a ser sencillo, pero no simple,
humano pero no profano y ameno pero no carnavalesco, a pesar de la crudeza de
los temas.

Chul Han (2014, p. 75) dice al respecto:

[…] la igualación y la comparación de datos, pone fin a la teoría


en sentido amplio. Esa ciencia es aditiva o detectiva, y no
narrativa o hermenéutica. Le falta la constante tensión narrativa.
Así se descompone en informaciones. Ante la proliferante masa
de información y datos, hoy las teorías son más necesarias que
nunca.

g. ¿Para qué el Análisis Crítico del Discurso (ACD)/ autobiográfico?


El Análisis Crítico del Discurso (ACD) es un enfoque multidisciplinario,
capaz de describir adecuadamente las estructuras y estrategias de cualquier tipo
de discurso y relacionar éstas con los contextos cognitivo, social, político y
cultural, al mismo tiempo de ser capaz de formular una crítica bien fundamentada.
El Análisis Crítico del Discurso puede hacer uso de cualquier teoría o método de
la Lingüística, del Análisis del Discurso y de las Ciencias Sociales siempre que
contribuyan a un análisis crítico para develar las relaciones de jerarquía y poder,
dominación y discriminación de cualquier índole.

El Análisis Crítico está especialmente interesado en el estudio del poder y


los abusos de poder, y cómo estos son (re) producidos a través del texto y el
habla. El Análisis Crítico se enfoca en los grupos e instituciones dominantes y en
la forma en que estos grupos mantienen las desigualdades sociales. Asimismo el
ACD focaliza su atención en la manera que los grupos dominados se resisten y
oponen discursivamente a tal dominación.

Los investigadores asociados al Análisis Crítico del Discurso comprometen


explícitamente sus responsabilidades sociales con su posición crítica, en
solidaridad con quienes padecen la dominación, desigualdad, discriminación. Este
propósito es alcanzado a partir del uso de sus conocimientos y perspectivas
teóricas y metodológicas. Van Dijk (2013) distingue en el ACD dos relaciones
básicas y análogas entre el poder y el discurso: Una, es el poder que tienen las
élites de controlar las estructuras del discurso y otra, es el poder del discurso para
controlar las mentes de las personas e indirectamente sus acciones futuras. (Van
Dijk, 2004).

Nos proponemos generar conocimiento desde la propia experiencia con un


enfoque crítico de los discursos dominantes y dominadores representados en las
autobiografías, la alteridad, las relaciones discursivas con uno mismo y con los
otros, los contextos como construcción subjetiva de lo político, social, económico,
con valor histórico y cultural. Cuestionando paradigmas científicos que puedan
constituir una forma de violencia epistémica, planteando problemas de
investigación inéditos, creando procedimientos innovadores, replanteando
categorías epistémicas y, sobretodo, modificando las formas convencionales de
hacer investigación.
En los relatos autobiográficos no sólo hay una auto construcción del sí
mismo que narra lo vivido, sino también hay mucha presencia de los otros y de
relaciones de maltrato y control, tanto en el ambiente laboral, escolar, familiar,
comunitario e incluso político. Lo anterior tiene mucha coincidencia con la
dinámica del discurso político, puesto que está marcada por la deslegitimación del
contrario, ya sea una deslegitimación directa a lo que dice (proposiciones) o a su
imagen, con lo cual también se le resta autoridad y legitimidad para decir lo que
se dice.

La categoría del reconocimiento recíproco ha inspirado desde el enfoque


hegeliano la noción del yo que subyace en los modelos liberales de justicia social.
Honneth (2007) propone la categoría del reconocimiento como la construcción
teorética apropiada para estudiar el origen motivacional de las demandas de
justicia y las experiencias de injusticia social en su conjunto.
El modelo teórico de Axel Honneth (2007) lo entendemos como una
concepción de la subjetividad, en tanto que, el yo está inserto en determinadas
praxis sociales que lo constituyen. En este sentido, Honneth considera que la
intersubjetividad es constitutiva de la subjetividad. El concepto de reconocimiento
de Honneth supone que el sujeto necesita del Otro para poder construirse una
identidad estable, o dicho en otras palabras, la identidad se construiría en la
interacción social con un Otro.
Las praxis sociales que transmiten reconocimiento o menosprecio a los
sujetos involucrados en la interacción social son el centro de la reflexión de
Honneth. Cada sujeto está situado en una red de relaciones intersubjetivas que le
permiten o le impiden construir una identidad. La perspectiva de un “otro” cobra
importancia en cuanto a que viene a constituir el modo en que nos miran y nos
conciben los demás.
La lucha por el reconocimiento, de inspiración hegeliana consiste en que la
constitución del sujeto deviene en tal, en tanto se sabe reconocido por otro.
Honneth muestra una teoría crítica de la sociedad, la cual sostiene que la lucha de
los sujetos por el reconocimiento recíproco de su identidad es una tensión moral
que se aloja en la vida social, es por ello que, la expone como una teoría
normativa y sustancial de la sociedad.
Honneth (2007) presenta un concepto de persona intersubjetivo y, en este
sentido, distingue tres formas de reconocimiento recíproco que están presentes en
las diferentes esferas de la vida social: la primera se refiere a la dedicación
emocional (amor), seguida por el reconocimiento jurídico (derecho) y, por último, la
adhesión solidaria (valoración social).
Cada una de ellas constituye un estadio o forma de integración social en
que el sujeto es reconocido de una manera diferente en su autonomía y en su
identidad personal. A cada una de estas tres formas de reconocimiento
corresponde, a su vez, tres formas de menosprecio respectivamente.
Honneth expresa que las experiencias prácticas de falta de reconocimiento
adoptan también tres formas: 1) maltrato y violación, 2) desposesión de derechos
y exclusión, 3) indignidad e injuria. Y considera que esas experiencias de
menosprecio conducen a “luchas por el reconocimiento”, hasta llegar a formas de
reconocimiento más amplias.
La experiencia de los sujetos afectados por la falta de reconocimiento o
menosprecio es para Honneth (2007) el origen y la fuente moral de los conflictos
sociales: al amor como forma primaria de reconocimiento corresponde el maltrato
físico que va desde la violación física a la psíquica, abarcando también las
diferentes formas de tortura; al reconocimiento jurídico atañe la privación de
derechos y a la adhesión solidaria concierne la desvalorización social. La lucha de
los grupos sociales por el reconocimiento se convierte en “una fuerza
estructurante del desarrollo moral de la sociedad”.
Antes de entrar a exponer estas tres maneras de reconocimiento debemos
señalar que consideramos la falta de reconocimiento o menosprecio como la
forma más elevada de violencia que se pueda ejercer contra una persona o un
grupo social, puesto que son prácticas sociales, dicho en términos filosóficos, que
llegan incluso a negar la propia existencia del otro.
Las formas de maltrato o menosprecio se distinguen mediante el criterio de
qué estadios de autorrelación del sujeto lesionan o destruyen. Se trata en última
instancia de formas de reconocimiento escatimado o negado.
El amor encarna el primer estadio de reconocimiento recíproco. Hegel
utiliza el concepto para la relación afectiva entre padres e hijos dentro de la familia
y no sólo para a la relación sexual y afectiva entre hombre y mujer. A través del
cuidado amoroso presente en las relaciones primarias, se procura el bienestar del
otro en sus necesidades individuales, por lo que las personas se reconocen como
sujetos necesitados. En este estadio los sujetos recíprocamente se confirman en
su naturaleza necesitada y se reconocen como entes de necesidad. Según Hegel,
el amor debe concebirse como “un ser-sí-mismo en el otro”.
En los primeros meses de vida, el niño indefenso necesita de toda la
atención y el cuidado de su madre, esta relación primaria le aporta amor por medio
de formas de sustento reguladas por las necesidades. A medida que el niño va
adquiriendo autonomía, la madre ya no puede estar constantemente a su
disposición, por lo cual se inicia un proceso de desilusión en él que desembocará
en actos agresivos dirigidos primeramente hacia la madre hasta comenzar a lograr
un reconocimiento propio en tanto que ente independiente.
El logro de lazos afectivos y de relaciones cercanas de amor y amistad son
centrales para la auto-confianza. Tenemos la necesidad como sujetos sociales de
ser apreciados y reconocidos afectivamente por nuestro entorno desde nuestros
primeros días de vida. Como explica Honneth:

Si este amor de la madre es duradero y seguro, el niño


puede desarrollar, a la sombra de su seguridad
intersubjetiva, confianza en cuanto a la realización social
de sus propias pretensiones de necesidad; por el cauce
psíquico así abierto se logra en él generalmente una
elemental ‘capacidad de ser solo’ (Honneth, 2007, p. 128).

Los sujetos sociales en el ideal kantiano se reconocen, a través del


Derecho, como libres e iguales. En el estadio del reconocimiento jurídico, el cual
trasciende el ámbito personal del amor, este ideal kantiano se representa como
que todo sujeto humano es igualmente digno y debe valer como un fin en sí
mismo. Las relaciones de respeto universal por la autonomía y dignidad de las
personas institucionalizadas legalmente construyen nuestro auto-respeto y el
sabernos auténticos colegisladores.
El reconocimiento de derechos implica cumplir con determinadas
obligaciones y ser portador de derechos fundamentales para la construcción de la
dimensión normativa de la subjetividad. La negación de esta forma de
reconocimiento es la desposesión, que no sólo implica la exclusión de
determinados privilegios sino también la privación de la autoimagen. Es decir que
conlleva que el sujeto se perciba a sí mismo como alguien sin capacidades
morales y sin autonomía
Honneth retomando la inspiración hegeliana sostiene que la relación jurídica
de reconocimiento es insuficiente. Los derechos hacen que el individuo pueda
saberse reconocido por cualidades que comparte con los demás miembros de la
comunidad, pero el sujeto necesita además, saberse reconocido por las
cualidades valiosas que lo distinguen de sus compañeros de interacción.
Más allá de la experiencia del estadio del amor y del reconocimiento
jurídico, los sujetos necesitan una valoración social que les permita referirse
positivamente a sus cualidades y facultades concretas. Los criterios según los
cuales se orienta la valoración social de las personas puede concebirse
apropiadamente sólo en un horizonte de valores intersubjetivamente compartidos.
Honneth mantiene que:
“el Ego y el Alter sólo pueden recíprocamente valorarse
como personas individualizadas bajo la condición de que
ellos compartan la orientación a valores y objetivos que,
recíprocamente, les señalen la significación o la
contribución de sus cualidades personales para la vida de
los otros.” (Honneth, 2007, p. 149).

En este sentido, las relaciones de solidaridad y valores compartidos


construyen nuestra auto-estima. La experiencia de valoración social, entendida
como un sentimiento del propio valor que se produce en la autorrelación práctica,
según Honneth podemos denominarla como autoestima. Esta vendría a ser el
resultado de un proceso intersubjetivo de mutuo reconocimiento y, ser reconocido
es una condición empírica esencial para ser autónomo.
La valoración social es la tercera forma de reconocimiento expuesta por
Honneth (2007) y es la que merece un individuo por la contribución positiva que
realiza a las metas consideradas valiosas por la sociedad. En este orden de ideas,
Honneth afirma que:

Por ‘prestigio’ o ‘consideración’ sólo se nombra el grado


de reconocimiento social que merece el singular por la
forma de autorrealización, porque con ella contribuye en
una determinada medida a la conversión práctica de los
objetivos abstractamente definidos de la sociedad”
(Honneth 2007, p.155)

En palabras de Honneth: La experiencia de la valoración social va unida a


una seguridad sentida de poder realizar operaciones o de poseer capacidades que
son reconocidas por los demás miembros de la sociedad como ‘valiosas’
(Honneth, 2007, p. 158).
La autoconfianza, autorespeto y autoestima son las palabras clave
socialmente situadas en cada esfera de reconocimiento y son los atributos que
despliegan nuestra autonomía. Las formas de menosprecio o maltrato que
corresponden a estas formas de reconocimiento le son aplicadas a los grupos
discriminados, excluidos y subordinados socialmente, principalmente en cuanto a
la igualdad de derechos y a su valoración social.

III. Reflexión de la autora:


Los discursos van y vienen, tienen historia, hacen cosas, construyen
realidades, identidades, crean ficciones. Los discursos están en el aire, cargados
de ideologías, caen en la tierra y la fecundan. Levantan muros y también los
tumban. Crean virtudes, fortalezas y también tentaciones. Crean vidas y también
las arrebatan. Atraviesan las mentes y las almas, polinizando árboles que darán
frutos; algunos buenos y otros malos, muy malos: “Por sus frutos los conocerán.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?” (Mateo 7,16)
IV. Referencias Bibliográficas:
Allueva, P. (2002). Conceptos básicos sobre metacognición. En P. Allueva,
Desarrollo de actividades metacognitivas: programa de intervención. Zaragoza:
Consejería de Educación y Ciencia. Diputación General de Aragón, 59-85

Bolívar, A. (2007). Los primeros problemas del analista: ¿Qué teorías? ¿Qué
métodos? ¿Por dónde empezar? Universidad Central de Venezuela. Caracas: Los
libros de El Nacional.

Chul Han, B. (2014). Psicopolítica. Neoliberalismo y nuevas técnicas del poder.


España: Herder.

Honneth, A. (2007). Reificación. Un estudio en la teoría del reconocimiento.


Buenos Aires: Katz

Van Dijk, T. (1999) Ideología: Una aproximación multidisciplinaria. Barcelona:


Gedisa.

Van Dijk, T. (2009). Discurso y Poder: Contribuciones a los Estudios Críticos del
Discurso. Barcelona: Gedisa.

Van Dijk, T. (2013). Discurso y Contexto: Un enfoque sociocognitivo. Barcelona:


Gedisa.

Van Manen, M. (2003). Investigación educativa y experiencia vivida. Ciencia


humana para una pedagogía de la acción y la sensibilidad. Barcelona: Idea
Books, S.A.

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