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TRANSFUSIONAL
TIPOS DE HEMOCOMPONENTES
COMPONENTES ERITROCITARIOS
En la mayor parte de las ocasiones el elemento de la sangre más precisado son los eritrocitos.
Para administrarlos, tradicionalmente se utilizaba la sangre total; pero actualmente, se
prefiere la administración de distintos componentes eritrocitarios adaptados a las
características propias del paciente.
SANGRE TOTAL
Es la sangre extraída en una donación, sin fraccionar, que mantiene todas sus propiedades
durante un periodo de tiempo limitado, ya que en ella se produce un rápido deterioro de los
leucocitos, de las plaquetas y de algunos factores de la coagulación (sobre todo, del FVIII)
La transfusión de sangre total solo debe prescribirse en situaciones clínicas en las que se dé, a
la vez, un déficit de glóbulos rojos y un déficit de volumen sanguíneo.
CONCENTRADO DE HEMATÍES
Es el componente que se obtiene tras la extracción de la mayor parte del plasma de una
unidad de sangre total. Cada unidad de este componente debe contener un mínimo de 45 g de
hemoglobina.
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Puede ser preparado por sedimentación espontánea o por centrifugación, en cualquier
momento, durante el periodo de conservación de la sangre total.
Es un preparado eritrocitario que contiene, como mínimo, el 80% de los hematíes y menos del
20% de los leucocitos presentes en la unidad de sangre total original.
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CONCENTRADO DE HEMATÍES EN SOLUCIÓN ADITIVA
Este componente es una suspensión de glóbulos rojos, procedente de una única donación de
sangre, de la que se ha eliminado gran parte del plasma y a la que se ha añadido una solución
aditiva (nutritiva o conservadora) que prolonga su caducidad.
Este componente es una suspensión de glóbulos rojos procedente de una única donación de
sangre, de la que se ha eliminado gran parte del plasma y también la capa leucoplaquetaria o
los leucocitos, y a la que se ha añadido una solución aditiva adecuada.
Si el crioprotector utilizado es algo tóxico (por ejemplo, el glicerol), debe ser retirado
mediante lavado de los hematíes, antes de la utilización de este componente.
COMPONENTES PLASMÁTICOS
El plasma es otro de los elementos sanguíneos muy utilizado, no solo para su administración a
los pacientes, sino también por la industria con objeto de la obtención de hemoderivados. Su
aplicación a los enfermos conlleva ciertos riesgos que han de ser paliados mediante la
utilización de componentes derivados del mismo, pero modificados para adaptarse a las
necesidades del paciente y para evitar que lo dañen.
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PLASMA FRESCO CONGELADO
En este componente, la actividad promedio de FVIII:C debe ser igual o superior a 0,7 U/ml.
PLASMA CONGELADO
Es el plasma separado de las unidades de sangre, dentro de los plazos máximos de caducidad
de las mismas, que presenta una actividad promedio de FVIII:C inferior a 0,7 U/ml.
PLASMA RECUPERADO
Es el plasma separado de las unidades de sangre caducadas, dentro de los cinco días siguientes
a su fecha de caducidad.
CRIOPRECIPITADO
Es la fracción de las proteínas plasmáticas que permanece insoluble cuando el plasma fresco
congelado es descongelado lentamente.
Se obtiene por centrifugado del plasma fresco congelado, tras su descongelación a una
temperatura de 2-6ºC.Después de ello, se vuelve a suspender en un pequeño volumen de
plasma.
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PLASMA DEPLECIONADO (POBRE EN CRIOPRECIPITADO)
Es el plasma obtenido tras una donación con resultados negativos a los marcadores de
infecciones víricas y que ha sido almacenado hasta una nueva donación, realizada tras el
periodo ventana habitual de los marcadores de infecciones víricas, también ha dado negativa a
estos marcadores.
PLASMA INACTIVADO
COMPONENTES PLAQUETARIOS
CONCENTRADO DE PLAQUETAS
Es aquel preparado que contiene las plaquetas obtenidas por tromboféresis a partir de la
sangre circulante de un solo donante (plaquetas obtenidas por aféresis), o mediante un
proceso de extracción a partir de una sola unidad de sangre total (unidad de plaquetas
recuperadas) o de varias (de 4 a 6) unidades de sangre total (mezcla de plaquetas recuperadas)
Las plaquetas deben estar en suspensión en un volumen suficiente de plasma autólogo para
mantener el pH superior a 6.
Sirve para el tratamiento de las trombocitopenias graves que cursan con hemorragias
importantes y atribuibles al déficit de plaquetas.
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PLAQUETAS CONGELADAS
Es un preparado que consiste en plaquetas que se han separado del resto de la sangre y que
han sido congeladas con la ayuda de un crioprotector.
Las plaquetas congeladas, antes de usarse, deben ser descongeladas, lavadas y resuspendidas
en solución salina isotónica o en plasma autólogo pobre en plaquetas.
COMPONENTES GRANULOCITARIOS
Pueden ser obtenidas a partir de la médula ósea, de la sangre circulante y de la sangre del
cordón umbilical.
Están indicadas en aplasias del tejido hematopoyético, debidas a una patología primaria o
dosis elevadas de quimioterapia y/o radioterapia.
Esto implica que los bancos de sangre con poca experiencia en la preparación de algunos
hemocomponentes deben permitir a sus empleados la asistencia a cursos de aprendizaje y la
visita a bancos de sangre con amplia experiencia en trabajos de este tipo.
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También supone el establecimiento y validación de un proceso estándar de operación
(Standard Operating Procedure, SOP) antes de la aplicación habitual de un procedimiento en la
preparación de un hemocomponente.
Además, los hemocomponentes preparados deben ser sometidos a un control de calidad que
implique, en el caso de que sea pertinente, la corrección de los procesos de fabricación
incorrectos o la sustitución del equipamiento defectuoso.
OBTENCIÓN DE HEMOCOMPONENTES
La obtención de hemocomponentes puede realizarse fraccionando la sangre total o mediante
aféresis. Ambas técnicas requieren de unos materiales y de unos procedimientos
específicamente diseñados para tal fin.
A medida que la sangre del donante es extraída, es conducida a través de un tubo a la primera
bolsa o bolsa principal, que contiene una solución anticoagulante que, generalmente, es CPD.
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Tras la centrifugación, se retira cuidadosamente el sistema de bolsas de centrífuga. El trasvase
de los componentes sanguíneos de una bolsa a otra se realiza mediante un sistema automático
de prensado y extracción, que permite transferir el plasma, los hematíes y las plaquetas a
distintas bolsas satélites. Este proceso se realiza bajo el control de sistemas automáticos con
sensores ópticos, que detectan el tipo de componente que está siendo trasvasado y anulan el
proceso cuando el componente deseado ya ha pasado a la otra bolsa en su totalidad.
Actualmente, los sistemas de bolsas múltiples también suelen incorporar un filtro situado en el
tubo que conecta la bolsa principal con la segunda bolsa, de forma que, al colocar la bolsa
principal a una mayor altura que la segunda, se obliga a la sangre total a atravesar el filtro.
En general, la finalidad de este filtrado consiste en tamizar la sangre y reducir los leucocitos
presentes en la misma. Con ello se pretende disminuir el riesgo de transmisión del
citomegalovirus (CMV), las reacciones de sensibilización a antígenos leucocitarios e, incluso, las
reacciones del injerto contra huésped en pacientes inmunodeprimidos. Esto último también
puede conseguirse anulando la viabilidad de los leucocitos, al tratar a los productos sanguíneos
con radiaciones ionizantes.
Estos filtros consisten en esterillas de fibra que pueden tener diferentes diámetros de poro y
grosores de fibra. Además, el tratamiento de superficie del tejido del filtrado puede evitar la
activación de las plaquetas y, por tanto, su retención.
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OBTENCIÓN DE HEMOCOMPONENTES MEDIANTE TÉCNICAS DE AFÉRESIS
La aféresis (término que procede del griego aphairesis y que significa “separar”) es el
procedimiento que permite separar hemocomponentes directamente de la sangre circulante
del donante, utilizando procesadores celulares automáticos (máquinas de aféresis).
En la técnica de aféresis un sistema de bombeo toma sangre de la vena del donante y la mezcla
en proporción constante, con una solución anticoagualente.
Las máquinas de aféresis pueden ser de flujo continuo o de flujo discontinuo (o intermitente).
En las primeras, el procedimiento de aféresis (ingreso de la sangre a la máquina, separación de
hemocomponentes y retorno de la sangre al donante) se efectúa sin interrupción, de forma
que la entrada y la salida de sangre del donante ocurren en un flujo constante, para lo que se
necesita tomar al paciente dos vías de entrada a su torrente sanguíneo: una para extraerle la
sangre y otra para retornarle la misma. Por el contrario, en las segundas el procedimiento se
realiza en ciclos, es decir, la entrada y la salida de sangre del donante ocurren en distintos
tiempos y a nivel de la misma vía.
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OBTENCIÓN DE CÉLULAS PROGENITORAS HEMATOPOYÉTICAS (CPH)
Las CPH pueden extraerse de la placenta fresca, a través de la vena del cordón umbilical y
también, de la médula ósea y de sangre periférica.
Para la obtención de CPH de médula ósea, primero se extrae esta por aspiración. A
continuación, se purifica el aspirado mediante filtración para retirar los fragmentos de hueso.
Por último se separar las células mononucleares mediante centrifugación.
Para el asilamiento de las CPH de otras células mononucleares suelen utilizarse técnicas de
inmunoabsorción. En estas técnicas se emplean anticuerpos monoclonales capaces de fijar
específicamente a las CPH y separarlas del resto.
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El citrato sódico fija el calcio y evita la coagulación de la sangre. El ácido cítrico aporta iones
hidrógeno a la sangre al principio de su almacenamiento. Sin esta adición, la sangre sería
demasiado alcalina a temperatura de almacenamiento.
La sangre total y los concentrados eritrocitarios líquidos deben ser conservados a una
temperatura comprendida entre los 2 y los 6ºC. A esta temperatura y, dependiendo del
conservante utilizado, estos productos tienen un tiempo máximo de conservación
comprendido entre los 35 y los 42 días.
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La temperatura de almacenamiento de los hematíes congelados está comprendida entre los -
60 y los-80ºC, si se utiliza un congelador eléctrico, y entre los -140 y los-150ºC, si se congelan
en nitrógeno líquido. En estas condiciones, se conservan en buenas condiciones entre 10 y 30
años.
Las plaquetas deben ser almacenadas en bolsas de plástico permeables a los gases. Además, el
almacenamiento de las plaquetas se debe realizar a temperatura ambiente (22 ± 2ºC) y en
agitadores. Esos agitadores permiten un correcto mezclado del contenido de las bosas de
plaquetas, así como un intercambio gaseoso a través de la pared de las mismas.
TRANSPORTE
La sangre total y los concentrados eritrocitarios líquidos deben ser transportados de tal
manera que se asegure el mantenimiento de una temperatura comprendida entre 1 y 10ºC.
No deben volverse a refrigerar aquellas unidades que hayan superado esta temperatura.
Los productos sanguíneos almacenados congelados (por ejemplo, el plasma) han de ser
transportados de forma que se mantenga la congelación a una temperatura cercana a la de
almacenamiento. Esos productos, una vez descongelados y en estado líquido, deben
mantenerse a una temperatura comprendida entre 1 y 10ºC.
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Es recomendable el uso de algún tipo de indicador de temperatura para controlar la misma
durante el transporte. No deben emplearse las unidades de componentes sanguíneos que no
se hayan mantenido de forma continua dentro de los márgenes de temperatura adecuados, e
en las que se aprecie la existencia de roturas o un cambio anormal de color o un exceso de
hemólisis.
ETIQUETADO
La normativa legal vigente dispone que en la etiqueta de las unidades de sangre ha de figurar
la siguiente información:
Además, en la etiqueta de las unidades destinadas a una transfusión autóloga también se debe
incluir la identificación del donante y la advertencia de que solo puede ser utilizada para este
fin.
Hay dos medidas iniciales que se utilizan para limitar esta transmisión de infecciones víricas:
una cuidadosa selección de los donantes y la realización de pruebas analíticas a las donaciones
individuales, para la detección de la presencia de virus. Estas detectan marcadores virales
(antígenos víricos y anticuerpos antivíricos) y han de ser muy sensibles.
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Para descubrir la presencia del VHB suele procederse a la detección de su antígeno de
superficie (HBSAg). Esta prueba es sumamente sensible.
Para averiguar la presencia de VHC y VIH suelen aplicarse técnicas de detección de los
anticuerpos monoespecíficos que se generan contra estos virus. Sin embargo, al principio de
las infecciones por VHC y VIH hay un periodo ventana en el que la cantidad de anticuerpos
antivíricos todavía es pequeña y, por tanto, insuficiente para ser detectada por estas pruebas,
al estar por debajo de su sensibilidad.
Para detectar la infección por VHC durante su periodo ventana se utilizan pruebas de
amplificación genómica del ácido nucleico de la hepatitis C. Para descubrir la infección por VIH,
también durante su periodo ventana, se ha ensayado la detección del antígeno p24 del VIH,
aunque lo más adecuado es la detección del material genético vírico (RNA del VIH) mediante
técnicas de amplificación de ácidos nucleicos.
Otra forma de evitar esta transmisión de infecciones víricas consiste en utilizar plasma
mantenido en cuarentena. Este es el obtenido tras una donación con resultados negativos a los
marcadores de infecciones víricas, y que ha sido almacenado hasta que una nueva donación
realizada tras el periodo ventana habitual de los marcadores virales, también ha dado negativa
a estos. En este procedimiento, la unidad de plasma extraída al donante en la nueva donación
entra de nuevo en el programa de cuarentena.
INACTIVACIÓN VIRAL
Para evitar la transmisión de infecciones víricas también se han desarrollado distintas técnicas
para reducir o anular la carga viral del plasma y de los hemoderivados. Esto se conoce como
inactivación viral. La inactivación viral puede ser ejercida mediante métodos físicos, químicos o
fotoquímicos, o con una combinación de varios de ellos.
Una forma de excluir virus del plasma donado es la filtración. La molécula del FIX es
suficientemente pequeña para pasar a través de membranas de ultrafiltración y nanofiltración,
capaces de tener hasta los virus más pequeños. Sin embargo, el mayor tamaño de FVIII hace
más difícil la aplicación de esta técnica en la preparación de concentrados de este factor.
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Inactivación viral por métodos químicos.
El plasma también puede ser tratado con solventes y detergentes (S/D). Este método consiste
en exponer el plasma donado a un solvente orgánico, generalmente el TNBP [tri-(n-
butilo)fosfato], en presencia de un detergente, ya sea el Tween 80, el colato de sodio o el
Triton X-100. Los métodos con S/D son efectivos contra los virus que tienen una cobertura
lipídica (VHB,VHC y VIH) y causan una mínima destrucción de los factores de la coagulación. El
tiocianato de sodio se ha aplicado con éxito para la inactivación vírica en la preparación de
concentrados de factor IX, ya que este es el único factor suficientemente estable para soportar
este tratamiento.
El tratamiento fotoquímico del plasma donado con azul de metileno más luz visible se viene
usando durante bastantes años para la inactivación viral del plasma. En la preparación de
concentrados de FIX se ha aplicado la radiación ultravioleta, con o sin la adición de agentes
químicos sensibilizadores. La mayoría de estos procedimientos no pueden ser aplicados en la
preparación de factores más inestables, como el FVIII. No obstante, la exposición a rayos
ultravioleta-C puede convertirse en una técnica más general de inactivación viral.
Recientemente se han aplicado procesos de inactivación viral doble mediante la adición de una
etapa terminal de tratamiento con calor a los productos tratados con S/D. También se ha han
diseñado protocolos de inactivación viral triple, añadiendo la filtración a los tratamientos con
S/D y calor.
El método tradicional utilizado para el fraccionamiento del plasma es el de Edwin J. Cohn. Este
consiste en una serie de exposiciones repetidas del plasma a la acción de un precipitante de
proteínas (alcohol etílico o zinc), que se sigue de una centrifugación.
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Los laboratorios farmacéuticos también producen, a partir del plasma, crioprecipitado y
concentrados de factores de la coagulación.
Una de las técnicas de purificación es la inmunoafinidad. En ella, una fracción del plasma pasa
a través de columnas rellenas de una matriz a la que se han fijado anticuerpos monoclonales,
que atraen el factor deseado de la coagulación. Después de que el factor se ha fijado a los
anticuerpos, la columna se lava completamente para reducir las proteínas extrañas y los
contaminantes tales como los virus. Por último, se eluye y recupera el factor.
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