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PREPARACIÓN DE HEMOCOMPONENTES Y SEGURIDAD

TRANSFUSIONAL
TIPOS DE HEMOCOMPONENTES

Los hemocomponentes o componentes sanguíneos son aquellos constituyentes de la sangre


(hematíes, leucocitos, plaquetas y plasma) que pueden ser obtenidos en un banco de sangre
mediante técnicas convencionales, y que son utilizados con fines terapeúticos.

Los hemoderivados son aquellos medicamentos obtenidos por procedimientos industriales en


centros autorizados, cuya materia prima es la sangre o el plasma humano. Dichos
medicamentos incluyen, en particular, a la albúmina, a los factores de la coagulación y a las
inmunoglobulinas de origen humano.

Un producto sanguíneo es cualquier producto terapeútico derivado de la sangre total o del


plasma humano.

COMPONENTES ERITROCITARIOS

En la mayor parte de las ocasiones el elemento de la sangre más precisado son los eritrocitos.
Para administrarlos, tradicionalmente se utilizaba la sangre total; pero actualmente, se
prefiere la administración de distintos componentes eritrocitarios adaptados a las
características propias del paciente.

SANGRE TOTAL

Es la sangre extraída en una donación, sin fraccionar, que mantiene todas sus propiedades
durante un periodo de tiempo limitado, ya que en ella se produce un rápido deterioro de los
leucocitos, de las plaquetas y de algunos factores de la coagulación (sobre todo, del FVIII)

La transfusión de sangre total solo debe prescribirse en situaciones clínicas en las que se dé, a
la vez, un déficit de glóbulos rojos y un déficit de volumen sanguíneo.

CONCENTRADO DE HEMATÍES

Es el componente que se obtiene tras la extracción de la mayor parte del plasma de una
unidad de sangre total. Cada unidad de este componente debe contener un mínimo de 45 g de
hemoglobina.

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Puede ser preparado por sedimentación espontánea o por centrifugación, en cualquier
momento, durante el periodo de conservación de la sangre total.

La transfusión de este hemocomponente está indicada en situaciones en las que es preciso


corregir el déficit de la capacidad transportadora de oxígeno de la sangre sin aumentar
excesivamente el volumen sanguíneo (la volemia). Esto suele suceder en casos de anemia
crónica sintomática, cuya sintomatología no ha revertido con el uso de expansores
plasmáticos.

Aunque, a veces, se considera una determinada cifra de concentración de hemoglobina en


sangre (por ejemplo, una cifra inferior a 8 g/dl) como el límite que indica la necesidad de una
transfusión de este tipo, realmente es la sintomatología clínica la que debe dar lugar a esta
decisión. Esto se debe a que algunas personas sin factores de riesgo asociado (como las
cardiopatías, la senectud, etc.), toleran bien cifras de concentración de hemoglobina en sangre
incluso inferiores a 7 gr/dl, siempre que la instauración de la anemia no sea aguda y no se
acompañe de hipovolemia.

CONCENTRADO DE HEMATÍES OBTENIDOS POR AFÉRESIS

Es un concentrado de hematíes procedente de una donación mediante eritroaféresis.

El procedimiento de aféresis de hematíes dura unos 30 minutos y con ella se obtiene un


volumen de hematíes equivalente al logrado a partir de 2 unidades de sangre total.

CONCENTRADO DE HEMATÍES POBRE EN LEUCOCITOS

Es un preparado eritrocitario que contiene, como mínimo, el 80% de los hematíes y menos del
20% de los leucocitos presentes en la unidad de sangre total original.

Se pueden obtener tras el centrifugado o la sedimentación de la sangre total, retirando de la


misma el plasma y de 40 a 60 ml de la capa leucoplaquetaria (hematíes sin capa
leucoplaquetaria). También se puede preparar retirando los leucocitos mediante filtrado
(hematíes leucodeplecionados).

Si el concentrado de hematíes contiene menos del 2% de los leucocitos de la unidad de sangre


total original, se le conoce como concentrado de hematíes libres de leucocitos.

Su empleo es útil en pacientes con necesidades constantes de transfusión, para evitar su


sensibilización a antígenos leucocitarios, o en pacientes ya sensibilizados a ellos. También sirve
para la prevención de la transmisión transfusional del citomegalovirus (CMV).

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CONCENTRADO DE HEMATÍES EN SOLUCIÓN ADITIVA

Este componente es una suspensión de glóbulos rojos, procedente de una única donación de
sangre, de la que se ha eliminado gran parte del plasma y a la que se ha añadido una solución
aditiva (nutritiva o conservadora) que prolonga su caducidad.

Se prepara añadiendo 80-100 ml de la sol. aditiva, al concentrado de hematíes antes de que


transcurran los 3 primeros días contados desde la donación.

CONCENTRADO DE HEMATÍES POBRE EN LEUCOCITOS EN SOLUCIÓN ADITIVA

Este componente es una suspensión de glóbulos rojos procedente de una única donación de
sangre, de la que se ha eliminado gran parte del plasma y también la capa leucoplaquetaria o
los leucocitos, y a la que se ha añadido una solución aditiva adecuada.

CONCENTRADO DE HEMATÍES CONGELADOS

Es un preparado que consiste en hematíes que han sido congelados en presencia de un


crioprotector.

Si el crioprotector utilizado es algo tóxico (por ejemplo, el glicerol), debe ser retirado
mediante lavado de los hematíes, antes de la utilización de este componente.

El proceso de congelación y descongelación debe asegurar la recuperación de, al menos, un


80% de los hematíes originales. Además, el 70% de los hematíes recuperados debe ser viable
24 horas después de ser transfundido.

Este es a un método de almacenamiento de hematíes de grupos eritrocitarios poco comunes o


que van a ser utilizados en autotransfusiones. También puede ser empleado, como reserva
estratégica, en previsión de catástrofes o de guerras.

COMPONENTES PLASMÁTICOS

El plasma es otro de los elementos sanguíneos muy utilizado, no solo para su administración a
los pacientes, sino también por la industria con objeto de la obtención de hemoderivados. Su
aplicación a los enfermos conlleva ciertos riesgos que han de ser paliados mediante la
utilización de componentes derivados del mismo, pero modificados para adaptarse a las
necesidades del paciente y para evitar que lo dañen.

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PLASMA FRESCO CONGELADO

Es el plasma separado de la sangre de un donante, por centrifugación o por plasmaféresis,


congelado a una temperatura inferior a -30ºC.

El procedimiento de aféresis de plasma dura 45 minutos y con él se logra el equivalente a lo


obtenido a partir de tres unidades de sangre.

En este componente, la actividad promedio de FVIII:C debe ser igual o superior a 0,7 U/ml.

Es útil en alteraciones de la coagulación, sobre todo cuando existe un déficit múltiple de


factores, y en la púrpura trombótica trombocitopénica. Sin embargo, su empleo más común es
como materia prima para el fraccionamiento.

PLASMA CONGELADO

Es el plasma separado de las unidades de sangre, dentro de los plazos máximos de caducidad
de las mismas, que presenta una actividad promedio de FVIII:C inferior a 0,7 U/ml.

PLASMA RECUPERADO

Es el plasma separado de las unidades de sangre caducadas, dentro de los cinco días siguientes
a su fecha de caducidad.

Se destina exclusivamente al fraccionamiento industrial.

CRIOPRECIPITADO

Es la fracción de las proteínas plasmáticas que permanece insoluble cuando el plasma fresco
congelado es descongelado lentamente.

Se obtiene por centrifugado del plasma fresco congelado, tras su descongelación a una
temperatura de 2-6ºC.Después de ello, se vuelve a suspender en un pequeño volumen de
plasma.

Contiene una porción importante de fibrinógeno, FVIII:C, FvW y FXIII.

Está indicado en el tratamiento de los defectos del fibrinógeno, la carencia de FVIII y la


coagulación intravascular diseminada.

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PLASMA DEPLECIONADO (POBRE EN CRIOPRECIPITADO)

Realmente es un subproducto obtenido, como sobrenadante, en la preparación del


crioprecipitado.

Solo está indicado en el tratamiento de la púrpura trombótica trombocitopénica, para la


realización de recambios plasmáticos.

PLASMA MANTENIDO EN CUARENTENA

Es el plasma obtenido tras una donación con resultados negativos a los marcadores de
infecciones víricas y que ha sido almacenado hasta una nueva donación, realizada tras el
periodo ventana habitual de los marcadores de infecciones víricas, también ha dado negativa a
estos marcadores.

PLASMA INACTIVADO

Es el plasma que ha sido sometido a técnicas estandarizadas de reducción de la carga viral.

COMPONENTES PLAQUETARIOS

En otras ocasiones el paciente necesita la administración de plaquetas. Estas pueden


obtenerse de distintas maneras y prepararse para su adaptación a las necesidades del
enfermo.

CONCENTRADO DE PLAQUETAS

Es aquel preparado que contiene las plaquetas obtenidas por tromboféresis a partir de la
sangre circulante de un solo donante (plaquetas obtenidas por aféresis), o mediante un
proceso de extracción a partir de una sola unidad de sangre total (unidad de plaquetas
recuperadas) o de varias (de 4 a 6) unidades de sangre total (mezcla de plaquetas recuperadas)

Las plaquetas deben estar en suspensión en un volumen suficiente de plasma autólogo para
mantener el pH superior a 6.

Sirve para el tratamiento de las trombocitopenias graves que cursan con hemorragias
importantes y atribuibles al déficit de plaquetas.

CONCENTRADO DE PLAQUETAS LEUCODEPLECIONADAS

Es el preparado de plaquetas (obtenidas por aféresis o recuperadas) del que se ha eliminado la


mayor parte de los leucocitos.

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PLAQUETAS CONGELADAS

Es un preparado que consiste en plaquetas que se han separado del resto de la sangre y que
han sido congeladas con la ayuda de un crioprotector.

Las plaquetas congeladas, antes de usarse, deben ser descongeladas, lavadas y resuspendidas
en solución salina isotónica o en plasma autólogo pobre en plaquetas.

La congelación de las plaquetas está indicada en previsión de transfusiones autólogas de


plaquetas y para la provisión de plaquetas compatibles en aquellas situaciones en las que no
haya un donante compatible inmediatamente disponible.

COMPONENTES GRANULOCITARIOS

El concentrado de granulocitos es el componente que contiene una suspensión de granulocitos


obtenidos por granulocitoféresis, a partir de la sangre circulante de un solo donante.

Solo está indicado en pacientes con neutropenia severa y sepsis.

CELULAS PROGENITORAS HEMATOPOYÉTICAS (CPH)

Son células pluripotentes con capacidad de autorrenovación, diferenciación y maduración


hacia todas las estirpes hematopoyéticas.

Pueden ser obtenidas a partir de la médula ósea, de la sangre circulante y de la sangre del
cordón umbilical.

Se reconocen por poseer el marcador de membrana CD34.

Están indicadas en aplasias del tejido hematopoyético, debidas a una patología primaria o
dosis elevadas de quimioterapia y/o radioterapia.

OBTENCIÓN, FRACCIONAMIENTO Y CONSERVACIÓN DE


HEMOCOMPONENTES

Debido al riesgo que conlleva la administración de componentes sanguíneos, su preparación


debe cumplir los principios de las buenas prácticas de fabricación (Good Manufacturing
Practice, GMP).

Esto implica que los bancos de sangre con poca experiencia en la preparación de algunos
hemocomponentes deben permitir a sus empleados la asistencia a cursos de aprendizaje y la
visita a bancos de sangre con amplia experiencia en trabajos de este tipo.

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También supone el establecimiento y validación de un proceso estándar de operación
(Standard Operating Procedure, SOP) antes de la aplicación habitual de un procedimiento en la
preparación de un hemocomponente.

Además, los hemocomponentes preparados deben ser sometidos a un control de calidad que
implique, en el caso de que sea pertinente, la corrección de los procesos de fabricación
incorrectos o la sustitución del equipamiento defectuoso.

OBTENCIÓN DE HEMOCOMPONENTES
La obtención de hemocomponentes puede realizarse fraccionando la sangre total o mediante
aféresis. Ambas técnicas requieren de unos materiales y de unos procedimientos
específicamente diseñados para tal fin.

OBTENCIÓN DE HEMOCOMPONENTES A PARTIR DE SANGRE TOTAL

El fraccionamiento de la sangre para la obtención de sus distintos componentes debe


realizarse antes de las 6 primeras horas, contadas desde la extracción de la misma. Si esto no
es posible, se puede aumentar algo el tiempo de conservación óptima de la sangre colocando
las bolsas sobre placas de butanodiol, que las mantienen a unos 20ºC. Estas placas de
butanodiol suelen ser empleadas en las unidades móviles de extracción de sangre.

La separación de los diferentes componentes que se encuentran en las unidades de sangre


total debe realizarse en condiciones de asepsia y, preferentemente, mediante sistemas de
circuito cerrado. Estos consisten en un conjunto de bolsas múltiples unidas entre sí con tubos,
durante su proceso de fabricación. Estas bolsas pueden ser centrifugadas en aparatos
especiales, a la temperatura, tiempo y velocidad requeridos para la separación de cada uno de
los componentes sanguíneos.

A medida que la sangre del donante es extraída, es conducida a través de un tubo a la primera
bolsa o bolsa principal, que contiene una solución anticoagulante que, generalmente, es CPD.

A continuación, el sistema de bolsas es sometido a una centrifugación es una centrífuga


especial. Si la velocidad de centrifugación es alta, la sangre se separa en tres capas. En la capa
inferior se sitúan los hematíes; en la intermedia, los leucocitos y las plaquetas (capa
leucoplaquetaria o buffy-coat); y en la superior, el plasma. Un segundo centrifugado de la capa
leucoplaquetaria, resuspendida con algo de plasma autólogo, permite la obtención de un
concentrado de plaquetas.

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Tras la centrifugación, se retira cuidadosamente el sistema de bolsas de centrífuga. El trasvase
de los componentes sanguíneos de una bolsa a otra se realiza mediante un sistema automático
de prensado y extracción, que permite transferir el plasma, los hematíes y las plaquetas a
distintas bolsas satélites. Este proceso se realiza bajo el control de sistemas automáticos con
sensores ópticos, que detectan el tipo de componente que está siendo trasvasado y anulan el
proceso cuando el componente deseado ya ha pasado a la otra bolsa en su totalidad.

Si durante el procesamiento de la sangre se rompe el circuito o cuando los productos son


preparados con un sistema abierto, estos deben ser transfundidos antes de transcurridas 24
horas desde su procesado, si se han almacenado a 1-6ºC, o antes de transcurridas 6 horas, si se
han almacenado a temperatura ambiente (20-24ºC).

Actualmente, los sistemas de bolsas múltiples también suelen incorporar un filtro situado en el
tubo que conecta la bolsa principal con la segunda bolsa, de forma que, al colocar la bolsa
principal a una mayor altura que la segunda, se obliga a la sangre total a atravesar el filtro.

En general, la finalidad de este filtrado consiste en tamizar la sangre y reducir los leucocitos
presentes en la misma. Con ello se pretende disminuir el riesgo de transmisión del
citomegalovirus (CMV), las reacciones de sensibilización a antígenos leucocitarios e, incluso, las
reacciones del injerto contra huésped en pacientes inmunodeprimidos. Esto último también
puede conseguirse anulando la viabilidad de los leucocitos, al tratar a los productos sanguíneos
con radiaciones ionizantes.

Estos filtros consisten en esterillas de fibra que pueden tener diferentes diámetros de poro y
grosores de fibra. Además, el tratamiento de superficie del tejido del filtrado puede evitar la
activación de las plaquetas y, por tanto, su retención.

Si se pretende congelar los hematíes, esto debe realizarse, preferiblemente, en el plazo de 7


días contados desde la extracción de la sangre y requiere el uso de un crioprotector, que
reduce el daño producido por los cristales de hielo que se originan durante la congelación y
que rompen la estructura de las membranas celulares.

El crioprotector más comúnmente usado para la congelación de hematíes es el glicerol; pero


este es algo tóxico, por lo que los eritrocitos congelados con esta sustancia, tras su
descongelación, deben ser lavados y suspendidos en solución salina isotónica para poder ser
transfundidos. Otro crioporotector es el hidroxietil-almidón, que puede ser transfundido junto
con los hematíes. En la congelación de linfocitos y plaquetas suele utilizarse el DMSO
(dimetilsulfóxido).

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OBTENCIÓN DE HEMOCOMPONENTES MEDIANTE TÉCNICAS DE AFÉRESIS

La aféresis (término que procede del griego aphairesis y que significa “separar”) es el
procedimiento que permite separar hemocomponentes directamente de la sangre circulante
del donante, utilizando procesadores celulares automáticos (máquinas de aféresis).

La tecnología de aféresis suele emplearse para la preparación de plasma fresco congelado


(plasmaféresis), y concentrados de hematíes (eritroaféresis), plaquetas (plaquetoféresis) y
granulocitos (granulocitoféresis). Con esta técnica también pueden obtenerse células
progenitoras hematopoyéticas presentes en sangre periférica.

En la técnica de aféresis un sistema de bombeo toma sangre de la vena del donante y la mezcla
en proporción constante, con una solución anticoagualente.

A continuación, se conduce la sangre a través de un circuito extracorpóreo de plástico, estéril y


de un solo uso, en el que es sometida a distintos procedimientos que permiten recoger el
componente sanguíneo que interesa y devolver el resto de componentes al donante.

Las máquinas de aféresis pueden ser de flujo continuo o de flujo discontinuo (o intermitente).
En las primeras, el procedimiento de aféresis (ingreso de la sangre a la máquina, separación de
hemocomponentes y retorno de la sangre al donante) se efectúa sin interrupción, de forma
que la entrada y la salida de sangre del donante ocurren en un flujo constante, para lo que se
necesita tomar al paciente dos vías de entrada a su torrente sanguíneo: una para extraerle la
sangre y otra para retornarle la misma. Por el contrario, en las segundas el procedimiento se
realiza en ciclos, es decir, la entrada y la salida de sangre del donante ocurren en distintos
tiempos y a nivel de la misma vía.

En la mayoría de las máquinas de aféresis se utiliza el filtrado y la fuerza centrífuga como


métodos de separación.

En la plasmaféresis se conduce la sangre a lo largo de una membrana permeable al plasma y se


ejercen dos presiones sobre la sangre: una paralela a la membrana (presión de flujo) y otra
perpendicular a la misma (presión de filtrado). De esta forma se evita la acumulación de
células en la membrana mientras el plasma es separado de la sangre. A esta técnica se la
conoce como filtración de flujo cruzado.

Para la obtención de concentrados de células sanguíneas mediante aféresis se aplica una


técnica de centrifugación contracorriente (elutriación) Esta técnica se basa en que células
sometidas simultáneamente a un flujo de líquido y a una fuerza centrífuga, ambos en
direcciones opuestas, tienden a separarse en función de sus características celulares. El ajuste
del sistema sobre las bases de densidad, tamaño y peso de cada tipo celular permite separar el
que sea de interés en cada donación

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OBTENCIÓN DE CÉLULAS PROGENITORAS HEMATOPOYÉTICAS (CPH)

Las CPH pueden extraerse de la placenta fresca, a través de la vena del cordón umbilical y
también, de la médula ósea y de sangre periférica.

Para la obtención de CPH de médula ósea, primero se extrae esta por aspiración. A
continuación, se purifica el aspirado mediante filtración para retirar los fragmentos de hueso.
Por último se separar las células mononucleares mediante centrifugación.

En la obtención de CPH de sangre periférica es preciso tratar previamente al donante con


factores de crecimiento, para que el número de CPH recolectadas sea suficiente. Una vez
realizado este tratamiento, las CPH se recogen de sangre periférica como células
mononucleares, mediante citoféresis del donante.

Para el asilamiento de las CPH de otras células mononucleares suelen utilizarse técnicas de
inmunoabsorción. En estas técnicas se emplean anticuerpos monoclonales capaces de fijar
específicamente a las CPH y separarlas del resto.

CONSERVACIÓN Y TRANSPORTE DE HEMOCOMPONENTES


Los componentes sanguíneos son unos elementos que se pueden degradar fácilmente, por lo
que no basta con obtenerlos en condiciones óptimas, también es preciso almacenarlos y
transportarlos en las condiciones más propicias para que conserven sus propiedades
terapéuticas el mayor tiempo posible.

SOLUCIONES ANTICOAGULANTES Y ADITIVAS

Las soluciones anticoagulantes que se utilizan en la recogida de sangre y en el almacenamiento


de los hemocomponentes, no solo tienen por objeto el evitar la coagulación, sino que también
tienen una función conservante. La mezcla entre la sangre y la solución
anticoagulante/conservante ha de estar preparada en una proporción de 7 a 1.

La ACD es la solución anticoagulante/conservante más antigua. Contiene ácido cítrico, citrato


sódico y dextrosa (hexosa dextrógira o glucosa).Puede utilizarse en la conservación de la
sangre total y permite el almacenamiento de la misma durante unos 21 días a 2-6ºC.

No obstante, actualmente, para la conservación de la sangre total y de los concentrados de


hematíes suelen utilizarse la CPD y la CPD-A. La primera consiste en una solución acuosa de
ácido cítrico, citrato sódico, fosfato monosódico y dextrosa. La segunda incorpora, además,
adenina. La CPD-A permite el almacenamiento de estos productos durante unos 35 días a 2-
6ºC.

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El citrato sódico fija el calcio y evita la coagulación de la sangre. El ácido cítrico aporta iones
hidrógeno a la sangre al principio de su almacenamiento. Sin esta adición, la sangre sería
demasiado alcalina a temperatura de almacenamiento.

Durante la preparación de concentrados de hematíes se retira, con el plasma, una parte


considerable de glucosa. La glucosa es utilizada por el eritrocito para la formación de
adenosintrifosfato (ATP), mediante fosforilación del adenosindifosfato (ADP). El ATP es una
molécula rica en energía que es utilizada por el hematíe para mantener las funciones que
implican una demanda de ella, tales como la flexibilidad de su membrana y ciertas funciones
de transporte a través de la misma. Por ello, la adición de glucosa con la solución
anticoagulante/conservante repone las pérdidas de esta y mantiene la formación de ATP.

En la preparación de concentrados de hematíes también se retira, con el plasma, una parte


considerable de adenina. Además, el contenido de nucleótidos (ATP, ADP y AMP) desciende
durante el almacenamiento de la sangre. La adición de adenina permite que los eritrocitos
efectúen una síntesis de nucleótidos nuevos que compense las pérdidas de estos.

También se pueden añadir a la sangre soluciones aditivas (también llamadas nutritivas o


conservadoras), que están formuladas específicamente para mantener las propiedades
beneficiosas de los componentes celulares durante su conservación. Entre ellas destacan la
ADSOL y la SAG-M, que consisten en una solución acuosa de cloruro de sodio, adenina, glucosa
y manitol, que permiten la conservación de los concentrados de hematíes durante unos 42
días a 2-6ºC.

CONDICIONES DE ALMACENAMIENTO Y CADUCIDAD

Los refrigeradores y congeladores usados para el almacenamiento de sangre o de sus


componentes deben presentar las siguientes características:

 Han de tener un exceso de capacidad para que sean fáciles de inspeccionar y se


puedan reservar en ellos espacios separados para grupos de unidades con distintas
características.
 Deben ser fáciles de limpiar y resistir detergentes fuertes.
 Lo ideas es que no solo estén conectados a la red eléctrica principal, sino que también
lo estén a una batería autógena.
 La temperatura deseada debe mantenerse en su interior de manera uniforme.
 Tienen que contar con dispositivos de registro continuo de la temperatura.
 Han de poseer una alarma que emita señales ópticas y acústicas.

Se entiende por fecha de caducidad de la sangre o de un componente sanguíneo al último día


en que son útiles para transfusión.

La sangre total y los concentrados eritrocitarios líquidos deben ser conservados a una
temperatura comprendida entre los 2 y los 6ºC. A esta temperatura y, dependiendo del
conservante utilizado, estos productos tienen un tiempo máximo de conservación
comprendido entre los 35 y los 42 días.

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La temperatura de almacenamiento de los hematíes congelados está comprendida entre los -
60 y los-80ºC, si se utiliza un congelador eléctrico, y entre los -140 y los-150ºC, si se congelan
en nitrógeno líquido. En estas condiciones, se conservan en buenas condiciones entre 10 y 30
años.

El plasma, sus componentes y sus derivados se almacenan congelados. La fecha de caducidad


de estos productos depende de la labilidad de los elementos que los componen y de la
temperatura de congelación. Así pues, el plasma fresco congelado y el crioprecipitado pueden
llegar a durar, en buenas condiciones,hasta 24 meses a una temperatura igual o inferiro a -
40ºC. El plasma congelado y el plasma depleccionado, por su parte, duran en buenas
condiciones hasta 5 años a una temperatura inferior a -30ºC.

Las plaquetas deben ser almacenadas en bolsas de plástico permeables a los gases. Además, el
almacenamiento de las plaquetas se debe realizar a temperatura ambiente (22 ± 2ºC) y en
agitadores. Esos agitadores permiten un correcto mezclado del contenido de las bosas de
plaquetas, así como un intercambio gaseoso a través de la pared de las mismas.

Hoy en día, no se recomienda un almacenamiento de plaquetas de más de 5 días. No obstante,


las plaquetas pueden conservarse hasta un máximo de 7 días, si se emplea un sistema de
detección o reducción de la contaminación bacteriana. Las plaquetas congeladas tienen un
tiempo máximo de conservación de hasta 24 meses.

Los concentrados de granulocitos se preparan para un paciente determinado y se administran


inmediatamente. No obstante, si es inevitable la necesidad de almacenamiento de este
componente, debe hacerse a una temperatura de 22 ± 2ºC y durante un máximo de 24 horas.

Las células progenitoras hematopoyéticas (CPH) se almacenan criopreservadas. Su


criopreservación comienza con la suspensión de las mismas en un medio proteico (plasma
autólogo/albúmina) que contiene un crioprotector (DMSO). A continuación, la suspensión de
CPH se deposita en criobolsas y se congela en una unidad programable de velocidad de
congelación controlada de -1ºC por minuto. Por último, las CPH congeladas se almacenan en
un congelador de nitrógeno líquido, en fase de vapor. La criopreservación por debajo de los
-120ºC permite el almacenamiento de las CPH por periodos ilimitados.

TRANSPORTE

La sangre total y los concentrados eritrocitarios líquidos deben ser transportados de tal
manera que se asegure el mantenimiento de una temperatura comprendida entre 1 y 10ºC.
No deben volverse a refrigerar aquellas unidades que hayan superado esta temperatura.

Los productos sanguíneos almacenados congelados (por ejemplo, el plasma) han de ser
transportados de forma que se mantenga la congelación a una temperatura cercana a la de
almacenamiento. Esos productos, una vez descongelados y en estado líquido, deben
mantenerse a una temperatura comprendida entre 1 y 10ºC.

Los productos almacenados usualmente entre 20 y 24ºC (concentrados plaquetarios y


granulocitarios) deben ser transportados a una temperatura comprendida, aproximadamente,
entre 18 y 24ºC.

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Es recomendable el uso de algún tipo de indicador de temperatura para controlar la misma
durante el transporte. No deben emplearse las unidades de componentes sanguíneos que no
se hayan mantenido de forma continua dentro de los márgenes de temperatura adecuados, e
en las que se aprecie la existencia de roturas o un cambio anormal de color o un exceso de
hemólisis.

ETIQUETADO

La normativa legal vigente dispone que en la etiqueta de las unidades de sangre ha de figurar
la siguiente información:

 La denominación oficial del hemocomponente.


 El volumen, el peso o el número de células presentes en el hemocomponente.
 La identificación numérica o alfanumérica exclusiva de la donación.
 El nombre y la dirección del centro de transfusión donde fue obtenido.
 El grupo ABO (no requerido para plasma destinado a la industria).
 El grupo RhD (no requerido para plasma destinado a la industria).
 La fecha de caducidad.
 La temperatura de almacenamiento.
 La denominación, composición y volumen del anticoagulante y/o en su caso de la
solución aditiva que incluye.

Además, en la etiqueta de las unidades destinadas a una transfusión autóloga también se debe
incluir la identificación del donante y la advertencia de que solo puede ser utilizada para este
fin.

PROCESAMIENTO DEL PLASMA


Para poder administrar plasma a un paciente en condiciones óptimas de seguridad, se han de
adoptar una serie de medidas encaminadas a evitar la transmisión de infecciones con el
mismo. En otras ocasiones, el plasma ha de ser fraccionado, con objeto de obtener los
elementos del mismo que se pueden utilizar en el tratamiento de determinadas
enfermedades.

PREVENCIÓN DE LA TRANSMISIÓN DE ENFERMEDADES

La administración de plasma y hemoderivados conlleva el riesgo de la transmisión de


infecciones, entre las que destacan, por su gravedad, las producidas por los virus de la
hepatitis B (VHB), hepatitis C (VHC) e inmunodeficiencia humana (VIH).

Hay dos medidas iniciales que se utilizan para limitar esta transmisión de infecciones víricas:
una cuidadosa selección de los donantes y la realización de pruebas analíticas a las donaciones
individuales, para la detección de la presencia de virus. Estas detectan marcadores virales
(antígenos víricos y anticuerpos antivíricos) y han de ser muy sensibles.

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Para descubrir la presencia del VHB suele procederse a la detección de su antígeno de
superficie (HBSAg). Esta prueba es sumamente sensible.

Para averiguar la presencia de VHC y VIH suelen aplicarse técnicas de detección de los
anticuerpos monoespecíficos que se generan contra estos virus. Sin embargo, al principio de
las infecciones por VHC y VIH hay un periodo ventana en el que la cantidad de anticuerpos
antivíricos todavía es pequeña y, por tanto, insuficiente para ser detectada por estas pruebas,
al estar por debajo de su sensibilidad.

Para detectar la infección por VHC durante su periodo ventana se utilizan pruebas de
amplificación genómica del ácido nucleico de la hepatitis C. Para descubrir la infección por VIH,
también durante su periodo ventana, se ha ensayado la detección del antígeno p24 del VIH,
aunque lo más adecuado es la detección del material genético vírico (RNA del VIH) mediante
técnicas de amplificación de ácidos nucleicos.

Otra forma de evitar esta transmisión de infecciones víricas consiste en utilizar plasma
mantenido en cuarentena. Este es el obtenido tras una donación con resultados negativos a los
marcadores de infecciones víricas, y que ha sido almacenado hasta que una nueva donación
realizada tras el periodo ventana habitual de los marcadores virales, también ha dado negativa
a estos. En este procedimiento, la unidad de plasma extraída al donante en la nueva donación
entra de nuevo en el programa de cuarentena.

INACTIVACIÓN VIRAL

Para evitar la transmisión de infecciones víricas también se han desarrollado distintas técnicas
para reducir o anular la carga viral del plasma y de los hemoderivados. Esto se conoce como
inactivación viral. La inactivación viral puede ser ejercida mediante métodos físicos, químicos o
fotoquímicos, o con una combinación de varios de ellos.

Inactivación viral por métodos físicos.

Una forma de excluir virus del plasma donado es la filtración. La molécula del FIX es
suficientemente pequeña para pasar a través de membranas de ultrafiltración y nanofiltración,
capaces de tener hasta los virus más pequeños. Sin embargo, el mayor tamaño de FVIII hace
más difícil la aplicación de esta técnica en la preparación de concentrados de este factor.

Otra de estas técnicas consiste en tratar los concentrados de factores de la coagulación


mediante calor. La inactivación viral con calor puede llevarse a cabo de varias formas. Una de
ellas es la pasteurización, que consiste en calentar los concentrados de factores, antes de su
liofilización, en solución y a 60ºD.En cualquiera de las formas de aplicar calor a los
concentrados de factores se agregan estabilizadores químicos (aminoácidos, citratos o
azúcares) para ayudar a los factores concentrados a tolerar el calor. El VIH es lábil al calor, pero
los virus de la hepatitis son más resistentes a este.

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Inactivación viral por métodos químicos.

El plasma también puede ser tratado con solventes y detergentes (S/D). Este método consiste
en exponer el plasma donado a un solvente orgánico, generalmente el TNBP [tri-(n-
butilo)fosfato], en presencia de un detergente, ya sea el Tween 80, el colato de sodio o el
Triton X-100. Los métodos con S/D son efectivos contra los virus que tienen una cobertura
lipídica (VHB,VHC y VIH) y causan una mínima destrucción de los factores de la coagulación. El
tiocianato de sodio se ha aplicado con éxito para la inactivación vírica en la preparación de
concentrados de factor IX, ya que este es el único factor suficientemente estable para soportar
este tratamiento.

Inactivación viral por métodos fotoquímicos.

El tratamiento fotoquímico del plasma donado con azul de metileno más luz visible se viene
usando durante bastantes años para la inactivación viral del plasma. En la preparación de
concentrados de FIX se ha aplicado la radiación ultravioleta, con o sin la adición de agentes
químicos sensibilizadores. La mayoría de estos procedimientos no pueden ser aplicados en la
preparación de factores más inestables, como el FVIII. No obstante, la exposición a rayos
ultravioleta-C puede convertirse en una técnica más general de inactivación viral.

Inactivación viral por métodos combinados.

Recientemente se han aplicado procesos de inactivación viral doble mediante la adición de una
etapa terminal de tratamiento con calor a los productos tratados con S/D. También se ha han
diseñado protocolos de inactivación viral triple, añadiendo la filtración a los tratamientos con
S/D y calor.

FRACCIONAMIENTO DEL PLASMA

El fraccionamiento del plasma es el proceso de separación de las proteínas plasmáticas por


métodos fisicoquímicos convenientemente validados.

La producción de este tipo de hemoderivados se realiza en laboratorios farmacéuticos


autorizados y controlados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Para la
misma deben establecerse por escrito procedimientos normalizados de fabricación, que han
de incluir todos los pasos a seguir en el procesamiento, almacenamiento y distribución del
plasma.

El método tradicional utilizado para el fraccionamiento del plasma es el de Edwin J. Cohn. Este
consiste en una serie de exposiciones repetidas del plasma a la acción de un precipitante de
proteínas (alcohol etílico o zinc), que se sigue de una centrifugación.

Tras la primera precipitación proteica y centrifugado se obtiene un precipitado rico en


fibrinógeno y un líquido sobrenadante. Este último se vuelve a someter a dos procesos
sucesivos de precipitación y centrifugado y se obtienen precipitados ricos en
inmunoglobulinas. El último sobrenadante se filtra y se centrifuga hasta obtener un nuevo
líquido sobrenadante, que se desecha, y un precipitado rico en albúmina que, tras el
tratamiento adecuado, se transforma en albúmina purificada.

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Los laboratorios farmacéuticos también producen, a partir del plasma, crioprecipitado y
concentrados de factores de la coagulación.

OBTENCIÓN DE FACTORES DE LA COAGULACIÓN

Tradicionalmente, los laboratorios farmacéuticos han elaborado concentrados de factores de


la coagulación a partir de plasma proveniente de miles de donantes. Para ello, el factor de
coagulación deseado se separa del plasma mediante una crioprecipitación inicial y, a
continuación, se purifica. Tras la purificación, los concentrados se liofilizan.

Una de las técnicas de purificación es la inmunoafinidad. En ella, una fracción del plasma pasa
a través de columnas rellenas de una matriz a la que se han fijado anticuerpos monoclonales,
que atraen el factor deseado de la coagulación. Después de que el factor se ha fijado a los
anticuerpos, la columna se lava completamente para reducir las proteínas extrañas y los
contaminantes tales como los virus. Por último, se eluye y recupera el factor.

Sin embargo, actualmente, se elaboran concentrados de factores recombinantes de la


coagulación. Estos se fabrican a partir de cultivos de células de rata o de hámster que han sido
transfectadas con el gen que codifica la síntesis del factor deseado y que, por tanto, son
productoras de este factor.

Estos factores de la coagulación también pueden producirse en animales transgénicos (vacas o


cerdos) que secretan en su leche grandes cantidades del factor deseado. Debido a ello, ya se
están desarrollando instalaciones de fraccionamiento para leche rica en FVIII o IX.

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