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EL MAIZ Y SU VALOR ANCESTRAL

El maíz es el alimento fundamental de todas las culturas americanas. Forma parte


tanto de la dieta alimenticia como del mundo mitológico del pueblo Maya y de sus
descendientes actuales. Las grandes civilizaciones de Mesoamérica no habrían
podido existir sin el maíz. Ese grano duro, blanquecino o amarillo fue el auténtico
eje de su agricultura y base de su alimentación. Vivían de él y para él, y se
comprendía profundamente su importancia en el ciclo de la vida.
El maíz, superior en productividad a cualquier cereal del viejo mundo (trigo, arroz,
sorgo, cebada, centeno…) permitía alimentar todo el año a sus cultivadores y a la
élite gobernante por lo que la seguridad alimentaria de la población estaba
garantizada.
Eso permitía dedicar tiempo a la construcción, infraestructura de caminos,
murallas, templos, palacios, acueductos, etc, lo que le dio un extraordinario
esplendor a la cultura Maya.
Con la conquista del territorio Maya por las tropas españolas (1519), la unidad
cultural y económica de Mesoamérica fue reemplazada por una economía colonial
centralizada desde Europa. A mediados del siglo XVI ya había explotaciones
especializadas en cultivos tropicales y ganadería. La introducción de la caña de
azúcar favoreció el desarrollo de las plantaciones. Los españoles llamaron «indias
e indios» a la población aborigen y la esclavizó en sus plantaciones, haciendas,
ingenios y obrajes.
A pesar de ello, el maíz continuó siendo la base de la alimentación de indios e
indias durante la colonia. Los excedentes eran comercializados en las plazas.
Con la independencia de 1812 termina el periodo colonial e inicia el periodo de
hegemonía criolla. Se expropiaron entonces tierras comunales a los indígenas
para sentar las bases del cultivo de café, algodón y caña de azúcar. Con el
tiempo, ésta última, el café, y algunos animales que introdujeron ocuparon un
lugar en la dieta de criollos, mestizos e indígenas.
La seguridad alimentaria y principalmente la soberanía alimentaria de los
pueblos indígenas se vieron fracturadas de forma irreversible. Las tierras
arrebatadas eran anteriormente utilizadas para la milpa por la mano de obra que
tuvo que buscar su sustento en las fincas dedicadas a los nuevos cultivos
extensivos. Esta hegemonía criolla (secuencia de dictaduras civiles y militares)
termina en 1944 con las primeras elecciones libres que gana el Dr. Juan José
Arévalo. Le siguió en la presidencia el coronel Jacobo Arbenz Guzmán, quien a
pesar de ser militar propició una Reforma Agraria que apuntaba a acabar con los
latifundios para devolver la tierra arrebatada al sector campesino y garantizar la
provisión de maíz y frijol que el país requería.
Sin embargo, Arbenz fue derrocado mediante un golpe de estado. El régimen
militar impuesto reinstaló en una de sus primera acciones los privilegios de los
terratenientes. El modelo de «desarrollo» escogido entonces por los diferentes
gobiernos hasta llegar al actual, ha sido el de favorecer los negocios agrícolas de
las poderosas familias de terratenientes en detrimento de la economía campesina,
cuyo pilar aún se asienta en la milpa. Para unos, sembrar maíz ha significado
sembrar pobreza (hasta que llegaron los agrocombustibles) mientras que para
otros el maíz no es solamente tortilla, sino el grano sagrado, el que mantiene la
condición de Mayas, de mujeres y hombres de maíz…
Los alimentos a base de maíz no se han modificado sustancialmente, pues sus
derivados permanecen intactos.
Abundante en carbohidratos, tiene también proteínas, el frijol aporta hierro, la
mayor proporción de proteínas, la calabaza posee fibra y betacarotenos, las
hierbas comestibles son también fuentes de hierro. Esta dieta es rica y equilibrada
sin necesidad de adicionarle proteína de origen animal. Sin embargo, desde la
conquista los habitantes de Mesoamérica cazaban y pescaban de forma habitual.
Con la conquista llegaron al continente algunos animales para quedarse,
adaptarse, multiplicarse e incorporarse a la dieta tradicional (las gallináceas, los
cerdos, las vacas, las ovejas, las cabras, los caballos…).
El maíz tiene además de ricas propiedades alimenticias, componentes curativos y
culturales cosmogónicos y esotéricos.

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