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Danna Jacqueline Enríquez Jiménez

NECESIDADES FISIOLÓGICAS

El cuerpo tiene una guía predispuesta y algo automatizada. El cuerpo cuenta con diversas guías de
autorregulación y cuando a éstas se les altera, ignora o rechaza deliberadamente, surgen estados
motivacionales. Tales estados motivacionales (p. ej., hambre, desdicha) continuarán y se
intensificarán hasta que el individuo actúe para corregir las guías reguladoras alteradas.

Existen estados motivacionales que nos permiten autorregularnos y regresar a la normalidad. Se


puede hacer daño a sí mismo, de modo que surgen motivos a partir de las necesidades psicológicas
para orientar el propio desarrollo hacia el crecimiento y la adaptación (p. ej., autonomía,
competencia y afinidad). También puede sufrir daño la propia relación con el mundo social, de modo
que surgen motivos a partir de necesidades sociales de preservar nuestras identidades, creencias,
valores y relaciones interpersonales (p. ej., logro, afiliación, intimidad y poder). En conjunto, las
necesidades fisiológicas, psicológicas y sociales proporcionan un rango de motivos que están al
servicio de la vida, crecimiento y bienestar generales del individuo.

NECESIDAD

Cualquier condición inherente a la persona que es esencial y necesaria para la vida, el desarrollo y
el bienestar. Cuando las necesidades se ven cuidadas y satisfechas, se mantiene y aumenta el
bienestar. Si se les descuida o frustra, la obstaculización de la necesidad producirá daños que
trastornen el bienestar físico o psicológico. Así, los estados motivacionales proporcionan el ímpetu
para actuar antes que se haga daño al bienestar psicológico y corporal.

ESTRUCTURA DE LAS NECESIDADES

Existen diferentes tipos de necesidades que se pueden organizar dentro de una estructura de
necesidades. Las necesidades fisiológicas (sed, hambre, sexo) son inherentes al funcionamiento de
los sistemas biológicos. Las necesidades psicológicas (autonomía, competencia, afinidad) son
inherentes a los esfuerzos de la naturaleza humana y el desarrollo sano. Las necesidades sociales
(logro, intimidad, poder) se interiorizan o aprenden a partir de nuestras historias emocionales y de
socialización.
Danna Jacqueline Enríquez Jiménez

Las necesidades fisiológicas implican sistemas biológicos como circuitos cerebrales neurales,
hormonas y órganos corporales. Cuando no se satisfacen por un periodo prolongado, las
necesidades fisiológicas constituyen urgencias que ponen en peligro a la vida y, por tanto, generan
estados motivacionales que pueden dominar a la conciencia. Al satisfacerse, su prominencia se
desvanece y dichas necesidades se olvidan, al menos durante un tiempo. Las necesidades
psicológicas y sociales implican procesos del sistema nervioso central. En lugar de conformarse a un
curso temporal cíclico (aumentan, disminuyen y vuelven a aumentar) como lo hacen las necesidades
fisiológicas, las necesidades psicológicas y sociales siempre se encuentran presentes en la
conciencia, al menos hasta cierto grado.

Otra manera en que las necesidades difieren entre sí, es que algunas generan una motivación de
deficiencia mientras que otras generan una motivación de crecimiento.

En el caso de las necesidades de crecimiento, los estados motivacionales energizan y dirigen la


conducta para promover el desarrollo (buscar retos, mejorar las relaciones interpersonales). La
señal reveladora para diferenciar entre una necesidad basada en deficiencias y una necesidad
basada en crecimiento es por las emociones que cada una genera.

Motivaciones intrínsecas y extrínseca


La gente no desea de manera inherente realizar las conductas que se requieren para recibir esos
incentivos; en lugar de ello, la motivación proviene del incentivo. Básicamente, cuando están en
juego incentivos atractivos, las personas hacen lo necesario para obtenerlos y cuando están en juego
incentivos aversivos, la gente hace lo necesario para librarse de la irritación. Debido a que los
incentivos y recompensas ejercen un efecto tan fuerte y confiable en el comportamiento, algunas
personas, como los directores generales, instructores militares y fabricantes de automóviles, a
menudo utilizan la motivación extrínseca como estrategia para lograr que la gente tome una
decisión que la aparte de la apatía y el decaimiento y la incline al deseo y la acción.

Prácticamente todos los ambientes en los que nos encontramos discriminan entre conductas
deseables e indeseables. Lo que, es más, prácticamente todos los ambientes nos recompensan de
una manera u otra al ejecutar esas conductas deseables y nos castiga por llevar a cabo esas
conductas indeseables.

Con el tiempo, aprendemos cuáles comportamientos nos traen en general recompensas y placer y
cuáles otros nos consiguen castigos y aversión.

La motivación proviene de fuentes internas: necesidades fisiológicas, necesidades psicológicas y


necesidades sociales. Las necesidades fisiológicas explican por qué las personas comen y beben, las
necesidades psicológicas explican por qué las personas buscan desafíos óptimos y relaciones íntimas
y las necesidades sociales explican por qué las personas intentan probar su sentido de competencia
ante un público de otros individuos e influir en quienes les rodean.

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