Está en la página 1de 3

Tratado

32 idiomas
 Artículo
 Discusión
 Leer
 Editar
 Ver historial

Herramientas













Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación


acreditada.
Este aviso fue puesto el 10 de enero de 2014.

Para otros usos de este término, véase Tratado (desambiguación).


El museo pictórico y escala óptica (1715), del pintor
español Antonio Palomino es un tratado sobre la historia de la pintura barroca
española.
El tratado es un género literario perteneciente a la didáctica, que consiste en una
exposición integral, objetiva y ordenada de conocimientos sobre una cuestión o
tema concreto; para ello adopta una estructura en progresivas subdivisiones
denominadas apartados. Adopta la modalidad discursiva del discurso expositivo, a
persona y se dirige a un público especializado que desea profundizar en una
materia, por ese motivo ha de estar elaborado con una lengua clara y accesible,
fecunda en precisiones de todo tipo, definiciones, datos y fechas, que se aportan
con frecuencia, en el llamado aparato crítico. Su intención es informativa y
exhaustiva: pretende agotar un tema, no explorarlo u opinar sobre él, que es lo
que se propone el género opuesto, el ensayo.
Subgéneros[editar]
Se individualizan como subgéneros del tratado una serie de formas literarias
fundamentalmente según el grado de instrucción del público a quien está
destinado (abanico que va desde la ciencia pura a lo más divulgativo); según su
extensión (desde el diccionario enciclopédico o enciclopedia al opúsculo, pasando
por la monografía) o según la forma como se ha extractado o recopilado la
información o la intención, práctica o no, con que se vaya a utilizar.
Los subgéneros más habituales del tratado son la tesis, la monografía, la tesina,
el opúsculo, el diccionario temático, la summa, la enciclopedia y el manual o libro
de texto. Emparentados con el tratado están también el compendio, compilación
o epítome, el resumen, los excerpta y, ya en el ámbito de los géneros
pragmáticos, la guía y el manual de instrucciones o prospecto.
Evolución histórica[editar]
La exposición ordenada de conocimientos fue un género típicamente griego, en el
cual destacó en particular Aristóteles, quien compiló numerosas informaciones en
tratados principalmente sobre zoología, ciencias naturales, lógica y filosofía;
Aristóteles poseía además un aguzado sentido crítico que le hacía evaluar con tino
la importancia de las fuentes y extraer de ellas aquello que era sustancial y
aprovechable. Como desconfiaba profundamente del carácter palabrero y elitista
de su maestro Platón, quien prefería los procedimientos mayéuticos del diálogo,
prefirió además que esos conocimientos adoptaran una forma sistemática y
ordenada en vez de la más dispersa del diálogo habitual en su maestro; es más,
permitió que dichos conocimientos fueran divulgados en forma de copias de los
cursos que impartía en la Academia y, con ello, facilitó generosamente el progreso
posterior de la ciencia europea.
Ya en la Edad Media, Santo Tomás de Aquino imitó los ordenados y meticulosos
procedimientos del Estagirita, cuya obra contribuyó a divulgar y cristianizar en
forma de tractatus. Elaboró así un gran compendio del saber teológico de su
tiempo, que denominó Summa Teologica, así como otros opúsculos sobre
materias concretas. Sin embargo, el argumento de autoridad o magister
dixit prevalecía sobre otros argumentos de naturaleza más formal y veraz en la
cosmovisión medieval, por lo que con frecuencia esas exposiciones ordenadas de
conocimientos carecía de valor estrictamente científico: eran exposiciones
cerradas y dogmáticas cuya disciplina no admitía contradicciones internas ni
dejaban lugar a la duda. Los instrumentos del saber, que son la ignorancia y la
duda, permanecían atados de pies y manos por la fe y la subordinación de
la Filosofía a un saber considerado de superior jerarquía, el teológico;
la metodología era la propia del catecismo y se basada casi siempre en el
esquema pregunta establecida - respuesta indiscutida, en lo que tuvo una parte
esencial la pedagogía escolástica.
Así pues, el tratado se originó en la Edad Media como simple compilación
atomizada y acrítica de informaciones. El sentido crítico, sin embargo, aparecerá
en el Renacimiento al multiplicarse el número de libros y abaratarse su valor
material, de forma que la nube del conocimiento se expandió hasta hacer ver sus
contradicciones internas. Otros géneros didácticos más abiertos se ponen de
moda, como el diálogo, el ensayo o la epístola, y Aristóteles ocupa menos
relevancia que Platón, que es el nuevo modelo para las idealizaciones
del Humanismo. Tras la retrógrada reacción barroca del XVII, tuvo lugar la
resurrección del género desde fines del siglo XVII, si bien ya tocado para siempre
por la madurez de juicio del Escepticismo, por ejemplo en la obra de Pierre Bayle.
En boga las corrienes racionalistas y empíricas, la subsecuente Ilustración y
su hipercriticismo terminó por restablecer el género con sus características
clásicas ya en el siglo XVIII, logrando obras destacadas y muy influyentes, como
la Enciclopedia dirigida por Denis Diderot.

También podría gustarte