FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL

CARRERA DE COMUNICACIÓN

Propuesta de descolonización personal

Asignatura: Pensamiento Contemporáneo Curso:

Latinoamericano
Nombre: Ronaldo Chiriboga Fecha: 24-03-2021

El problema de la educación en actualidad

Desde la niñez, la educación es una parte fundamental de nuestras vidas. Pasamos la

mayor parte de nuestro tiempo sentados en una banca, escuchando la catedra de un
profesor día con día. En muchos casos, las clases transcurren sin darnos cuenta, como
una hora más en el reloj de nuestras vidas. No obstante, el estudio en muchos casos
puede terminar como una obligación poco placentera.

A lo largo de mi vida académica, me he topado con varias personalidades dentro de un

aula de clases. Existen profesores que se convierten en figuras dictatoriales. No son un
guía para el estudiante quien confundido llega a sentirse tonto. En mi época de escolar,
sufrí varios maltratos por parte de profesores. Estos no encontraban una mejor
pedagogía de enseñanza que la violencia verbal o física.

Por casualidades de la vida, fui elegido al azar para declamar un poema. Tendría entre
seis a siete años, no recuerdo los detalles exactos. El día de la declamación del poema
olvidé que decir. Mis compañeros empezaron a reír, las lágrimas empezaron a rodar por
mi rostro. La maestra me tomó por el brazo y de forma violenta gritó: “Eres un tonto”.
Aquel grito cambió mi vida por completo, desde ese momento, realmente creía ser un
tonto.

En el colegio, mis notas bajaban sin razón aparente. Mi madre no entendía la razón de
mis bajas calificaciones. Mi padre estaba muy ocupado en su trabajo como para darse
cuenta. Solo quedaban mis maestros, lamentablemente, muchos de ellos replicaban ese
modelo autoritario.

Existía una diferencia, no se podía corregir al maestro si este se equivocaba. En mi

escuela existía el derecho a pedir rectificación a los errores del docente. En ciertos
casos, los alumnos éramos escuchados por las autoridades. De hecho, la maestra que me
violentó fue expulsada años más tarde.
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Sin embargo, en el colegio la historia era muy distinta. Los profesores tenían un trato
deleznable con los estudiantes, Muchos de ellos nos veían como competencia laboral.

Hubo un maestro en particular que nos golpeaba con una regla en las manos. Bajo su
perspectiva debía corregirnos por ser estudiantes malcriados por nuestros padres. Un día
nos encerró en el aula de clases con un candado. Un compañero claustrofóbico gritaba
desesperado por la situación, aún retumban sus alaridos en mis recuerdos. Quizá ese fue
el momento más miserable de toda mi existencia.

Sin embargo, ¿qué prácticas he naturalizado a través del proceso educativo? No es de

extrañar que este ambiente coercitivo haya creado una personalidad asustadiza. Tenia
miedo de expresar mis pensamientos. En muchos casos, aunque sabía la respuesta
correcta a la pregunta del maestro no contestaba por el miedo a equivocarme. Sentía que
mis ideas y pensamientos no servían de nada. Me quedaba callado ante las injusticias
que observaba porque el miedo me paralizaba.

Fabiola Albornoz en su texto “¿Educar para colonizar o descolonizar para educar? Cita
a Jacques Ranciere el cual denomina a esta forma de enseñanza como “pedagogía
explicativa idiotizante en donde yo comprendo que no comprenderé algo si no me
explica el maestro explicador” (Albornoz, 2012, p. 331).

En muchos casos, sentía que si el maestro no aprobaba mis ideas estas no tenían validez.
Esta perspectiva de pedagogía idiotizante genera serios problemas en la confianza del
estudiante, formando un pensamiento que trata de no interferir con sus superiores.

Según Albornoz, el maestro se convierte en una figura de autoridad que reproduce

ciertos comportamientos. “Estas son formas socialmente aceptadas como métodos de
control para comportamientos molestos, ya que bajo este sistema se ha de “captar” la
atención concentrada en el maestro, en el generador del aprendizaje” (Albornoz, 2012,
p. 331). Esta conducta es apreciada en el ejemplo previamente expuesto sobre el chico
claustrofóbico.

Estos comportamientos violentos por parte de los maestros fueron reproducidos de

conductas anteriores. Bolívar Echeverria (2018) toma prestada la categoría de “ethos”
de Weber. El “ethos” es una conducta reproducida a lo largo de varias generaciones.
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Estas conductas y comportamientos sirven como formas de control establecidas por el

sistema.

Cabe destacar que el “ethos” llega gracias a al proceso de la colonialidad. Según Aníbal
Quijano, estos comportamientos llevan a “concebir la sociedad como un macro sujeto
histórico, dotado de una racionalidad histórica, de una legalidad que permita prever el
comportamiento de la totalidad y de cada parte y la dirección y la finalidad de su
desenvolvimiento en el tiempo”. (Quijano, 1992, p.18).

Muchos maestros de avanzada edad reproducían la frase “la letra con sangre entra”. Esta
expresión rápidamente se tornó en una doctrina dentro del profesorado. Esta idea surge
del pensamiento colonial. En esta época los estudiantes eran dominados de manera
violenta. Para enseñar algo se partía del principio de dominación sobre el otro y anular
su pensamiento.

Según Gonzalo Cataño, “la dominación legal, típica de las sociedades modernas, se
manifiesta en el ejercicio de la autoridad mediante el acatamiento de leyes previamente
estatuidas y aceptadas por los miembros de la sociedad” (Cataño, 2000, p.1). En la
sociedad se deben seguir varias normas establecidas. Estas leyes surgen en los primeros
años de educación, en esta época, los comportamientos diferentes son silenciados por el
sistema

Mi vida estudiantil se define en una sola palabra, miedo. Llegue a naturalizar una serie
de comportamientos de una sociedad ajustada a la colonialidad. Abdiel Rodríguez en su
texto, “El giro decolonial en el siglo XXI”, denota estas prácticas de la siguiente manera
“La crítica a la colonialidad del saber o saberes coloniales consiste en evidenciar que
estos saberes se articulan con la organización del poder para legitimar cualquier forma
de dominación y oprimir cualquier intento de liberación” (Rodríguez, 2016, p.149).

El poder es legitimado a través de los conocimientos. En mi caso, era imposible refutar

cualquier idea que tenga el docente encargado de la catedra. Esta particularidad me
mantuvo como un sujeto pasivo ante los distintos problemas sociales. Guardaba silencio
cuando era testigo de una injusticia y no levantaba la voz por miedo. Sentía que mi
pensamiento era una mota de polvo flotando en un espacio vacío. Además, bajo esta
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perspectiva, pensaba que ninguna acción tendría un efecto positivo en quienes me

rodean.

Mientras redactaba este trabajo me preguntaba ¿cómo se puede luchar contra ese
pensamiento colonial de asentir y callar? En este largo proceso de descolonización
personal, he conocido personas maravillosas que cambiaron mi perspectiva sobre la
vida, muchos de ellos, tuvieron los mismos problemas en su vida estudiantil.

Sin embargo, fue un docente quien cambiaría mi forma de pensar. Recuerdo que dijo la
siguiente frase: “todo pensamiento es útil, no debes pensar lo contrario”. Dicho docente
trabajaba a tiempo parcial en mi colegio. En su catedra de historia, trataba de no asustar
a los estudiantes si cometían errores. Fue la primera vez que sentí que mi pensamiento
servía para algo.

No voy a negarlo, aún siento cierto miedo cuando debo participar en clases. Sin
embargo, plasmar mis pensamientos en una hoja en blanco ha servido como una terapia
de alivio. Es clave cuestionar nuestros conocimientos, así lo menciona Abdiel
Rodríguez citando a Lander (2000) “es necesario cuestionar la serie de conocimientos
que conforman las ciencias sociales que son instrumentalizados a los intereses
económicos del orden vigente” (Rodríguez, 2016, p.149).

Cuestionarnos es un proceso fundamental para generar un cambio. El miedo puede

paralizarnos, sin embargo, tenemos que enfrentarlo. Para ello, es necesario creer en
nuestros propios conocimientos, enfrentarnos al sistema con la frente en alto y defender
al compañero que este sufriendo por no poder expresarse.

Mi objetivo de vida es ayudar a quienes transitaron por este camino. Aquellos que
fueron pisoteados por un sistema educativo que puede ser injusto. Será un viaje lleno de
obstáculos, sin embargo, creo que he dado pasos importantes para cumplir mis metas.
Al fin y al cabo, la vida es una carretera llena de baches. Estos tambalean nuestra
estabilidad a corto y largo plazo. No obstante, a pesar de los obstáculos, podemos seguir
adelante y en un futuro apoyar a quienes hayan caído.
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Bibliografía

Albornoz, F. (2012). ¿Educar para colonizar o descolonizar para educar? UPS.

https://dspace.ups.edu.ec/bitstream/123456789/10785/1/Educar%20para

%20colonizar%20o%20descolonizar%20para%20educar.pdf

Cataño, G. (2000). Educación y formas de dominación en Max Weber. UNIVERSIDAD

PEDAGOGICA NACIONAL. https://www.google.com/url?

sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwjOjPbBz9r2AhVqS

jABHZmsCa8QFnoECAYQAQ&url=https%3A%2F

%2Frevistas.pedagogica.edu.co%2Findex.php%2FRCE%2Farticle

%2Fdownload

%2F7773%2F6268%2F19093&usg=AOvVaw3fFnZEoVLw0Yr5lXrcRDTJ

Echeverria, B. (2018). Imágenes de la blanquitud

Quijano, A. (1992). COLONIALIDAD Y MODERNIDAD/RACIONALIDAD. La Vaca.

https://www.lavaca.org/wp-content/uploads/2016/04/quijano.pdf

Rodríguez, A. (2016). El giro decolonial en el siglo XXI. Dialnet.

https://www.google.com/url?

sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwilyob28Nr2AhW9

QjABHYdSBSwQFnoECAoQAQ&url=https%3A%2F%2Fdialnet.unirioja.es

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%2F5887344.pdf&usg=AOvVaw20lVPiNJLzf9mTqsm8m9tK
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