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1.

Introducción

En esta oportunidad les proponemos abordar qué son las violencias por motivos de género,
qué modalidades y tipos presentan, y cómo se reproducen como parte de una desigualdad
estructural. Buscaremos ofrecer herramientas para identificarlas, desarmarlas y apostar a la
construcción de relaciones y vínculos igualitarios y sin violencia.

2. ¿Qué son las Violencias por Motivos de Género?

Para iniciar este recorrido, les proponemos hacer juntas y juntos el siguiente ejercicio: Cada
cual tómense un momento en donde quiera que le encuentre esta lectura, para formular una
posible respuesta a esta pregunta: ¿Qué entendemos por violencia?

¿Algunas de estas palabras surgieron en el pensamiento?. Estas palabras, son: acciones que
excluyen o dañan a una persona o grupo, que también dan cuenta de formas de vincularse, de
cómo algunas características son más o menos valoradas en un persona, así como también de
acciones dirigidas a una persona o grupo por una condición que le es tan propia como su
identidad. Si nos acompañan en este recorrido podemos recuperar algunas definiciones:

“La violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y las libertades
fundamentales y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y ejercicio de
tales derechos y libertades”

“Es una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder
históricamente desiguales entre mujeres y hombres”.

“La eliminación de la violencia contra la mujer es condición indispensable para su desarrollo


individual y social y su plena e igualitaria participación en todas las esferas de la vida”.

Estas citas corresponden al texto de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y


Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida también como Convención de Belém do Pará
(1995), que vimos en la línea de tiempo de la Clase 1, qu fue incorporada a la Constitución
Nacional por art. 75 inc. 22, siendo una Ley fundamental que dio antecedente y marco a los
principios plasmados en la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales. A su vez, consideramos necesario adentrarnos en las definiciones formuladas
en los Principios de Yogyakarta (2006) en aplicación de la legislación internacional de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos:

“Las violaciones de derechos humanos debido a una orientación sexual o identidad de género
real o percibida de las personas constituyen un patrón global y arraigado que es motivo de
profunda preocupación. Incluyen asesinatos extrajudiciales, tortura, malos tratos, violencia
sexual y violación, injerencias en su privacidad, detención arbitraria, negación de empleo y de
oportunidades educativas, así como una grave discriminación en el disfrute de otros derechos
humanos. Estas violaciones son a menudo agravadas por experiencias de otras formas de
violencia, odio, discriminación y exclusión, como las basadas en la raza, la edad, la religión, la
discapacidad o la condición económica, social o de otra índole”.

Verán que muchos de estos conceptos y compromisos fueron antecedentes para pensar la
escritura de la Ley 26.743 de Identidad de género de 2012.

3. Desigualdades estructurales y sus distintas manifestaciones en términos de violencia

Todos y todas somos parte de un sistema que históricamente ha promovido la supremacía


masculina. La aceptación implícita del privilegio masculino se refleja en el modo que hablamos,
en nuestras aspiraciones y finalmente en el modo de relacionarnos. La violencia física siempre
estuvo permitida para los varones, incluso alentada y celebrada ya que forma parte de los
atributos socialmente deseados para la masculinidad.

Afirmar que la violencia física estuvo permitida y celebrada socialmente, tal vez resulte muy
chocante de leer, pero ¿a qué nos estamos refiriendo con esta validación social de ese
atributo? En este punto les invitamos a recuperar el concepto de Patriarcado, que trabajamos
en la clase anterior.

El poder que ejercen los varones sobre las mujeres y personas LGBTI+ funciona de manera muy
compleja. A la mayoría de las acciones y dichos que suceden en nuestra vida cotidiana no los
identificamos como violentos pero se van encadenando y van allanando el camino hacia las
manifestaciones de violencias más extremas.

Hace unos años Amnistía Internacional publicó el Iceberg de la Violencia de Género: arriba, a la
vista, el asesinato, la agresión física, la violación, el abuso sexual, los gritos, las amenazas el
insulto. Abajo, invisible a los ojos de los demás: las humillaciones, el desprecio, el chantaje
emocional, la culpa.
A veces, las conductas, prácticas y discursos son muy visibles, como en el caso de las
agresiones físicas, y otras veces éstas son más “invisibilizadas” y difíciles de identificar, y por lo
tanto suelen pasar más desapercibidas. Para éstas últimas, suele utilizarse el término
“micromachismos”, donde lo “micro” tiene que ver con la dificultad o imposibilidad de poder
ser “leído” como violencia, y no con el nivel del daño que producen. Los micromachismos
atentan contra la libertad de elección de las mujeres y LGTBI+ buscando mantenerlos en una
relación de subordinación. Algunos ejemplos pueden ser que cuando el varón participa de las
tareas del hogar, se diga que “ayuda”, evidenciando así que son tareas que corresponderían a
las mujeres; dar por sentado que quienes ponen y levantan la mesa en una reunión de amigas
y amigos son las mujeres; que en un restaurante, al pedir la cuenta se la entreguen al varón; en
una reunión saludar con un beso a las mujeres y darle la mano a los varones. ¿Qué otros
ejemplos se les ocurren?

4. Mitos del “Amor Romántico”

Las relaciones de pareja están atravesadas por mitos que funcionan señalando cómo deberían
ser los sentimientos, comportamientos y creencias cuando estamos frente a eso que llamamos
“amor”. Están presentes en los cuentos, canciones y películas. Existen muchas películas
infantiles apoyadas en estos mitos como “La Cenicienta”, “Aladín”, “La bella durmiente”. ¿Se
les ocurren otras? A continuación les compartimos un fragmento de la película infantil “La
Sirenita”, un producto audiovisual masivo. ¿Qué idea de amor presenta? ¿Qué dice del rol de
la mujer en una relación amorosa?

https://youtu.be/ulcYseXQU4g (ACÁ ESTÁ EL VIDEO QUE TE PASÉ)


Los mitos funcionan sosteniendo las asimetrías de género en la pareja y se entraman con la
idea de “amor romántico” dificultando así el corte del vínculo violento. Podemos considerar
que los mitos románticos son el conjunto de creencias socialmente compartidas sobre la
supuesta verdadera “naturaleza del amor”. Poder revisar nuestros vínculos más cercanos
desde una perspectiva de género, nos permitirá promover formas de relacionarnos más sanas
y libres de violencia.

Analicemos algunos de estos mitos:

La media naranja:

Los celos son una muestra de amor:


Mito del libre albedrío:

Mito del amor como dolor o pelea:

Mito de perdurabilidad:
Mito de la omnipotencia:

Mito del emparejamiento:

Estos mitos en su conjunto, sustentan la idea de que en el amor no se ven los defectos, es
incondicional, irrenunciable, para siempre y no acepta cuestionamientos ni dudas, ya que de
otra forma no sería un amor verdadero. El “amor romántico” incluye celos, posesión, control,
dolor.

Sin embargo, desde la perspectiva de género se ha cuestionado fuertemente el ideal y la


práctica del amor romántico como fuente de felicidad y de realización personal. Sobre esta
idea del amor romántico se reproducen las dependencias materiales, afectivas, sociales y
subjetivas. Esta concepción del amor romántico suscita desigualdades de género al no
reconocer que su práctica se desarrolla junto a la reproducción de mandatos y violencias de la
cultura patriarcal.

Considerando las reflexiones compartidas, podemos decir que es preciso estar atentas y
atentos a la reproducción de desigualdades a través de la idea del amor romántico, pero
también, que existen diversidad de amores, parejas y vínculos que van construyendo nuevas
formas que superan esta noción. Revisar estas ideas que muchas veces tenemos incorporadas,
nos da la posibilidad de modificar nuestros vínculos y/o construir otros nuevos, en condiciones
de igualdad y libres de violencia. Así como también, nos muestra la oportunidad de prestar
atención a los significados que transmitimos y reproducimos en nuestros diferentes vínculos y
ámbitos en los que participamos.
5. Visibilizar, Reconocer y Nombrar las Violencias

5.1. Tipos y Modalidades

La Ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, sancionada en
Argentina en 2009, define la violencia de la siguiente manera: “Se entiende por violencia
basada en género toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto
en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su
vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como
así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o
por sus agentes” (art. 4°). La violencia indirecta es toda conducta, acción, omisión, disposición,
criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón.

La Ley identifica también tipos y modalidades de violencia de género.

El “tipo” se refiere a la forma o características de esa violencia y del daño o perjuicio que se
produce. Si bien sabemos que la violencia afecta a la persona en su totalidad y que es difícil
separar, los “tipos” de violencias en base al género refieren a la o las dimensiones de la vida de
las personas que la sufren, que se ven más afectadas. Entre los tipos de violencia podemos
encontrar la física, la psicológica, la sexual, la económica y patrimonial, la simbólica y la
política. Cuando se nos presente la duda, formulemos la pregunta ¿cómo se ejerce esa
violencia?
Simbólica:

Física:

Sexual:

Política:

Psicológica:
Económica y patrimonial:

Las modalidades son los diferentes ámbitos en los cuales esos vínculos tienen lugar, cuáles son
las particularidades, las responsabilidades y las formas de responder en cada caso. Entre ellas
encontramos a la violencia doméstica, la violencia institucional, la violencia laboral, la violencia
contra la libertad reproductiva, la violencia obstétrica, la violencia mediática, la violencia en el
espacio público y la violencia pública y política. Responde a la pregunta ¿En qué ámbitos
particulares ocurren esas violencias?

A continuación, les compartimos un ejemplo de cómo se ejerce la violencia política.


ACÁ HAY UN VIDEO SÓLO CON INSULTOS A MUJERES, NO ME DEJA
COMPARTIR
En las placas que siguen, se presentan testimonios que, a modo de ejemplo, nos
ayudan en el proceso de identificar los distintos tipos y modalidades de violencias por
motivos de género.
¿Les resultaron familiares? ¿Qué otras situaciones pueden identificar?

La violencia por motivos de género, cualquiera sea el tipo o modalidad en el que se ejerza, sea
más o menos explícita, es el mecanismo que tiene el sistema patriarcal para garantizar el
sometimiento de mujeres y personas LGBTI+. Es por ello que es tan importante poder
visibilizar, reconocer y nombrar las violencias, para aportar a un proceso social que las
desarme y participar de la construcción de relaciones igualitarias y vínculos saludables.

6. Mitos sobre la Violencia de Género

Mitos sobre la violencia por motivos de género hacia la construcción de una mirada con
perspectiva de género.

Los mitos sobre la violencia de género son creencias populares estereotipadas sostenidas
amplia y persistentemente. La vigencia y propagación de los mitos o falsas creencias, se basa
en el desconocimiento popular de datos empíricos y contribuyen a la reproducción de las
violencias y desigualdades.

Es muy importante contar con la información precisa para poder desmontarlos. Presentamos
aquí ocho de los mitos más escuchados, junto a la información verídica sobre cada uno de
ellos.
MITO Nº 1: ¿Por qué se quedan?

MITO Nº 2: Muchas denuncias son falsas.

MITO Nº 3: Les pasa a otras.


MITO Nº 4: Que lo haga por sus hijas/hijos.

MITO Nº 5: Por suerte los tiempos cambiaron.

MITO Nº 6: Son monstruos.


MITO Nº 7: Ella se lo buscó.

MITO Nº 8: Son lo mismo.

7. Femicidios, Travesticidios, Transfemicidios y Crímenes de Odio

Las manifestaciones más reconocidas y visibles de las violencias de género son los femicidios,
travesticidios y transfemicidios.

Llamamos FEMICIDIO a “la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea tenga
lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier relación interpersonal, en la
comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y
sus agentes, por acción u omisión” (Mesecvi, 2008). Estos crímenes, durante muchísimos años,
fueron presentados en los medios de comunicación como “crímenes pasionales”, expresión
que justificaba el derecho patriarcal a disponer sobre el cuerpo y la vida de las mujeres. La
lucha desde los movimientos sociales y feministas por evidenciar esa violencia simbólica es lo
que permitió nombrar adecuadamente esa violencia y visibilizarla como tal.

No toda muerte violenta de una mujer es un femicidio. El asesinato de una mujer en ocasión
de un robo no constituye un femicidio.

7. Femicidios, Travesticidios, Transfemicidios y Crímenes de Odio

7.1. ¿Qué es un travesticidio o un transfemicidio?

Los travesticidios y transfemicidios son las formas apropiadas para nombrar los crímenes hacia
la población travesti trans. Fueron denominados de esa forma recién en el año 2018, en la
histórica sentencia por el homicidio de la activista por los derechos humanos y de la
comunidad trans, Diana Sacayán. Han sido definidos como “la máxima expresión de una
violencia social extrema que se expresa en instancias anteriores a través de la exclusión
absoluta en el acceso de derechos fundamentales (educación, salud, vivienda, trabajo,
igualdad) para las personas travestis y trans. Generalmente son cometidos con enorme
violencia y crueldad, utilizando más de un instrumento y/o modalidad comisiva y
frecuentemente con violencia sexual. Pueden ser cometidos por un cliente si la víctima se
encuentra en ejercicio de la prostitución, una persona desconocida o alguien con quien tiene
un vínculo sexoafectivo, ocasional o estable” (UFEM, 2019).

Otra categoría de análisis de la violencia a la que las personas trans son pasibles, es la
denominada travesticidio social, es decir, las muertes como consecuencias de una falta de
acceso a derechos básicos, como salud, trabajo y educación: la expulsión del hogar a edades
tempranas, las pocas variables de inserción laboral, la falta de acceso a salud integral conlleva,
entre otras cosas, a una corta expectativa de vida que transitan en su mayoría las mujeres
trans. (Para conocer más sobre la realidad de la población trans les recomendamos la lectura
de “La Revolución de las Mariposas, a diez años de La Gesta del Nombre Propio”, un informe
que releva la situación de vida de la población trans/travesti de la CABA en 2015 y lo compara
con el primer relevamiento realizado en 2005.)
Como dijimos previamente, es muy importante tener presente que junto al género entran en
juego otras formas de exclusión que influyen de forma simultánea en cómo se experimenta
individual y colectivamente la desigualdad.

Por ejemplo, una adolecente indígena, quechua hablante, que reside en una comunidad rural,
recorre varios kilómetros para asistir a una posta sanitaria, donde la información para acceder
a sus derechos sexuales y derechos reproductivos, no son accesibles a su lectura. En este caso
seguramente experimente de forma cruda tanto segregación racial como el sexismo. O, una
persona trans como cualquier otra, puede encontrarse en una situación de violencia en sus
relaciones interpersonales pero difícilmente recurra a las fuerzas de seguridad para su
protección, debido a la particular violencia institucional que históricamente dicha institución
ejerce sobre las personas trans. Por eso decimos que las violencias son multicausales y que
para pensar formas integrales de erradicarla, es fundamental saber cómo se originan y sobre
qué estructuras se sostienen.

8. Reconocer las Violencias

Puede suceder que estemos cerca de alguien que transita estas violencias o incluso lo
podemos estar experimentando de forma personal. La Ley Micaela es un compromiso de
acción ante las injusticias basadas en el género.

Por eso es muy importante conocer los recursos especializados como la Línea Nacional 144 de
atención, contención y asesoramiento en situaciones de violencia por razones de género.
También, si estamos con alguien que aún no se anima a realizar el contacto, podemos
ofrecerle acompañar en el llamado e inclusive podemos llamar directamente y preguntar de
qué forma continuar ayudando.

Es muy importante saber que La línea 144 cuenta con operadores y operadoras profesionales
de la psicología, de la abogacía, del trabajo social especializadas en la temática, y que es un
recurso disponible para cualquier tipo o modalidad de violencia por motivos de género.

A partir de un llamado, la línea suele orientar a dirigirse a un recurso local, ya que cuenta con
un recursero nacional de cada área que trabaja en la temática: comisarías, áreas mujer,
juzgados, ONG, movimientos sociales, redes barriales etc. La persona que se comunique puede
recibir contención, asesoramiento e información sobre dónde puede dirigirse. No es un
espacio de denuncia ni de emergencia, es importante que, en caso de riesgo, la persona se
comunique al 911. La línea 144 es de alcance nacional, funciona las 24 horas del día y los 365
días del año. También es un recurso disponible para equipos, profesionales y áreas de
Recursos Humanos que requieran información para brindar un mejor acompañamiento.
La línea 144 también es un recurso disponible para situaciones de violencia en el ámbito
laboral:

Las situaciones de discriminación y violencias en el ámbito laboral tienen la particularidad de


someter a quienes la padecen a la dependencia del vínculo laboral y las consecuencias
económicas y de desarrollo profesional que eso conlleva, por eso no es fácil llevar adelante
denuncias concretas. Frente a esta realidad, se refuerza la responsabilidad de quienes ocupan
posiciones jerárquicas de garantizar entornos libres de violencia mediante acciones de
prevención, intervención y sanción de dichas conductas. Es necesario realizar acciones de
sensibilización, formación especializada de las áreas de recursos humanos y el fortalecimiento
de los mecanismos institucionales para la recepción de quejas y denuncias. En este sentido, el
INASE cuenta con un Equipo de Personal de Orientación integrado por agentes seleccionados y
seleccionadas por la Dirección de Recursos Humanos. Este equipo recepciona consultas sobre
situaciones producidas dentro de INASE y orienta sobre las producidas en el ámbito privado.
Genera espacios seguros de consulta, escucha y orientación, con el compromiso de que se
dará en un entorno de respeto, empatía y confidencialidad.
Muchas veces presenciamos situaciones de discriminación y violencia en el ámbito laboral,
familiar o incluso en el espacio público, donde nuestro silencio puede ser cómplice. Manifestar
nuestro desacuerdo en cada circunstancia es también una forma de romper ese continuum de
violencias y los mecanismos con los que funciona el dispositivo de género.

9. A Modo de Cierre

A lo largo de esta clase pudimos conocer los distintos tipos y modalidades de violencia por
motivos de género. Buscamos dar cuenta de que estas situaciones demuestran, siempre, una
desigualdad de poder estructural, producto de las costumbres culturales que se reproducen en
el marco de nuestras sociedades patriarcales. Visibilizar estas cuestiones, a través de los
micromachismos, las ideas del amor romántico y los diferentes mitos, y comprender la
dimensión de las formas extremas de violencia como lo son los femicidios, travesticidios y
transfemicidios, nos siguen dando la pauta de que es necesario y urgente revisar nuestros
roles en cada uno de los ámbitos en los que participamos. Hacia el final de la clase,
compartimos información sobre la línea 144, en tanto ésta constituye una herramienta
especializada desde el Estado que ofrece atención, contención y asesoramiento para
situaciones de violencia por motivos de género. En la próxima clase, reflexionaremos
específicamente sobre la transversalización de la perspectiva de género en los organismos y
políticas públicas, y en las responsabilidades y oportunidades que tenemos en nuestros
ámbitos laborales.

Ahora que completaron la lectura de la clase, les invitamos a participar del Foro 3 y responder
las consignas. Nos leemos allá!

Por último, les compartimos este video que repasa lo visto sobre tipos y modalidades de
violencia de género

https://youtu.be/T-dFITULQZs (video de cierre)

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